Metamorfosis FemDom 4/6

Transformacion de un hombre en esclavo-perro y cerda de su Ama fetichista y detalles de FemDom

Metamorfosis FemDom

(Continuación)

Por

lamepies67@gmail.com

  1. Rumbo al Matriarcado

Sen han cumplido tres semanas desde que me sometí a los dictámenes de mi Ama Wanda en una relación 24/7, de sumisión masculina las 24 horas los 7 días de la semana. Durante la iniciación pase de ser su pareja a Esclavo, literalmente no en forma figurativa ni eufemística. En la segunda semana vivì el mundo de la Dominación Femenina, pasando de Esclavo a Objeto, también en todo rigor, siendo prestado, alquilado o maltratado según el caso. Y en la tercera semana traspase el umbral y fui transformado en doncella y prostituta.

¿Cómo culmina esta metamorfosis?. Prosiguiendo con el relato, llegue a casa el viernes en la tarde, doblemente entusiasmado, por ser viernes me quitaran el cinturón de castidad y podré aliviar mis ganas, ya me duele el escroto por el semen retenido de la permanente excitación; y por la invitación a salir a cenar y a comer helados que me anunció Wanda por teléfono.

Llegué a tiempo a casa, el sacarme la ropa en la puerta no fue problema para mi ya, después de la exhibición de anoche porque me importaba si algún curioso me veían semidesnudo vestido de esclavo o no. Fue cuando me percate que aun tenia las uñas de los pies pintadas de rojo, me causó morbo la humillación que supone esta feminidad. Al entrar estaba mi Ama tumbada en un sillón, distraída leyendo. No dije nada, me acerque y empecé a lamer las plantas de sus pies, ofrecidas por encima del brazo del mueble, exageradamente oscurecidas de negro por la tierra y polvo acumulados. El tiempo paso fugaz en el rato que me ocupe de devolverle a cada uno de sus pies el color original hasta dejarlos pulcros por el afán de mis labios y lengua, impulsados por los eventuales ir y venir de los azotes cáusticos con los que mi Ama acarició cuerpo desnudo.

Tampoco hubo palabras cuando me llevó a la mazmorra halándome por una cadena ni cuando rudamente introdujo el mango plástico en mi culo adolorido para colocar el acostumbrado enema diario y permitirme luego evacuar, depilarme y bañarme.

Entro en el lavabo e hizo tender en el piso como alfombra, pateándome ocasionalmente, mientras esperaba que acabara con sus necesidades

-" límpiame esclava, cerda comemierda!"

-"lávate la cara y vístete como puta que te sacare a pasear!"

Recordé que ayer me había instruido que para salir con ella a la calle habría de hacerlo con la faldita negra y la blusa rosada que, sin mangas descubría toda la espalda. Obedecí y frente al espejo me observe humilladamente ridículo:

La ropa dejaba ver por todos lados los azotes del látigo en mi espalda y en las piernas con estrías rozada y rojas de inocultables azotainas, no había forma de disimular los brazaletes de cuero en los tobillos y las muñecas, y menos aun el collar de cuero en el cuello con la chapa metálica plateada y la inscripción grabada en letras rojas

"lamepies, esclava propiedad de la Señora Wanda"

Además de mi cabeza rapada y se veía claramente las pinzas que apretaban mis tetillas. Me puse en posición de esclavo a esperar que Wanda se preparara para salir.

_"Ten ponte también esto, tampoco quiero hacer un escándalo publico"

Arrojó ante mí una corta peluca, los aretes de zarcillo, un sostén o sujetador y unos zapatos de tacón. Ayudándome a vestirlos.

El brazier o sostén disimulaba mejor las pinzas de las tetillas y daba la apariencia de tener unas pequeñas tetas. La peluca, los zarcillos y el maquillaje sobre mi cara lampiña al menos de lejos me hacia aparecer como una chica. Los zapatos de tacón hacian juego con los grilletes de los tobillos y lo disimulaban, el inconveniente para caminar con ellos además de la falta de costumbre era que apretaban horriblemente, mi Ama los había comprado de una talla menor con esa deliberad intención, dejaban ver la punta de los pies, con la intención de mostrar aquellos dedotes con unas mal pintadas.

Al probaros sentí que laceraba os talones y fue cuando note que intencionalmente se les había colocado una chapas metálicas de botella de cerveza hacia arriba, para simular el ya conocido tormento de la tabla similar sobre la que debìa descansar cada noche en la mazmorra

Al verme caminar y me azotaba de vez en cuando, humillándome con frases groseras mientras sacaba fotos:

-"ponte las manos en la cintura y mueve mas esas caderas, putita lamepies! Ja ja ja!"

-"trae para violarte con el vibrador eléctrico a ver si mueves ese culo mas sexy, esclavito"

-"creo que me divertiré mucho contigo mariquita"

Me lanzò al suelo las llaves del auto:

-"Abre la puerta de atrás y conduces tu como mi esclava y chofer, aparcaras en la zona del boulevard"

Los pies apretadísimos con las chapas lacerantes en los talones y el vibrador en el culo no me dejaban manejar bien y la humillantes escenas que me esperaban me habían hecho palidecer. Peor porque el boulevard estaba atestado de gente por ser un viernes en la noche y la fusta corta en la mano de mi Señora, cual bastón de mando de una generala, no auguraban nada bueno. Ella lucia esplendida, ataviada con abundantes joyas, y un vestido de cuero muy ceñido, así como unas sandalias altas muy delicadas que desnudaban sus bellos pies con uñitas delicadamente barnizadas

y el cabello suelto cayendo sobre sus hombros.

Aparqué y me apresure en dar la vuelta por detrás del auto para abrirle la puerta al lado de la acera, justo al lado de un grupo de chicos y chicas jóvenes. Ella no se bajó solo sacó del auto una bella pierna y la posó en la acera haciendo una seña con su dedo índice, entendí enseguida y me arrodille allí mismo besando su pie. Todos los presentes voltearon a mirar y descendió del automóvil cual actriz de cine del auto, jugueteando graciosamente en el aire con la fusta y yo, siguiéndole detrás a pocos pasos de distancia.

Sentía miradas persiguiéndonos porque el collar en mi cuello y las cicatrices en mi espalda desnuda armonizaban con la figura que, dos metros adelante, mostraba habilidades en el aire con una fusta de castigo.

Paseamos por el boulevard y por un centro comercial, ambos llenos d gente; exhibido como una sirvienta o dma de compañía, haciendo pública mi sumisión y, humillación. Me degradaba como persona y como hombre, exaltando su completo dominio hacia mí. Caminaba a mi lado por ratos abrazándome por la cintura y colocando su mano en mi culo por debajo de mi corta faldita, exhibiendo mi culo al aire. O me hacia caminar alrededor de ella tongoneando la cintura mientras se sentaba a fumar un cigarrillo y me llamaba cada vez que debía botar la cenizas, las que invariablemente recibía arrodillado a su lado con la boca abierta y sacando la lengua.

En ocasiones ordenaba pararme con las piernas abiertas y bajar el torso con ambas manos apoyadas en mis rodillas, entonces subía hasta la cintura la faldita que llevaba y me azotaba un par de veces el culo con la fusta en plena calle!, y a la vista de quienes pasearan por la acera, que no eran pocos a pesar de ser casi media noche; pudiendo la mas de las veces escuchar burlas y risas, incluso frente a la señora desconocida que le pregunto algo a mi Ama Wanda, solo escuche cuando Ella le respondió:

-"es mi criado y le castigo por salir sin permiso y putear en la calle".

Estaba excitadísimo por el morbo que suponía semejante degradación, pero solo era el comienzo, compró una barquilla de chocolate y comenzó a degustarlo, se descalzo y se sentó en la mesa, e hizo arrodillarme frente a ella, escupía el helado sobre mi cara, restregándolo con sus pies en mi boca y cuello mientras le lamía continuamente.

-"querías helado cerdita? Eh?, come helado, come!"

Dejando caer desde su boca el helado derretido sobre mi cara y restregando con sus pies.

Debí seguirle sin limpiarme, con la cara pegostosa y manchada de helado hasta un bar de ambiente donde entró y se sentó, arrodillándome junto a su silla, realizó su pedido y eventualmente me lanzaba sobras al suelo, las pisaba con los zapatos:

_cómelas y limpia mis suelas, en cuatro patas!

-"Vamos voltéate con el culo dirigido hacia el pasillo para poder fustigarte de cuando en cuando".

Al rato de mirar hacia otra mesa se acercó otra dama, no tan joven:

-veo que lo has entrenado bien, es tu pareja?

Mi Ama Wanda respondió, mientras aplastaba mi cuello con su sandalia para pegar mi cabeza del piso y estrellaba su fusta sobre mi culo.

-"no, es mi esclava, la muy guarra le gusta putear y se llama lamepies"

-ja ja ja ¿Cómo digites que se llamaba?

-"lamepies, es lo único bueno que sabe hacer el giripollas, pero ya aprenderá a servirme en algo; acompáñame si quieres"

  • "buen, mientras no sea a mi a quien le des con la fusta, porque mas bien me gustaría usarla yo"

Mi Ama Wanda se dio la fusta y me apartó con un ligero puntapiés, la recién llegada apenas si me golpeo suavemente en la espalda y de inmediato le bese los pies, calzados con una pantuflas hawaianas.

Cruzo una pierna sobre la otra levantando más su pie izquierdo y volvió a darme otro fuetazo algo mas intenso que los anteriores.

Siguió conversando con mi Ama, con cuidado le descalce el pie que había elevado acercándolo a mi, lo sostuve cuidadosamente con ambas manos por su talón y fui introduciendo y mamando cada uno de sus deditos. Ella conversaba con mi Ama, como ignorándome y alternativamente se pasaban la fusta para azotarme esporádicamente pero con mucha fuerza, incluso haciéndome tambalear o suspirar. Al bajar su pie y dejar caer su otra sandalia, supe que debía lamerlo con el mismo esmero y ella entendió que debía gratificarme con mas azotes

-ya veo porque se llama lamepies

Y Wanda respondió

-"Fíjate en el tatuaje de su espalda" lo hizo clavando las uñas en mi espalda inclinándome hacia abajo, y añadió

-"y la cicatriz en la nalga izquierda"

-como lo conseguiste, pregunto la dama

-"tuve que entrenarlo, siempre lleva un cinturón de castidad, pero el muy guarro parece excitado y hoy le toca como cada viernes"

-ja j aja ¿no pensaras que aquí…? Pregunto la Dama.

-"Será aquí, pero no te preocupes, ya verás como es" dijo Wanda y dirigiéndose a mí, mientras colocaba la llave del cinturón de castidad en un cenicero de vidrio que estaba sobre la mesa del bar, sentencio:

-"toma, quítate el cinturón de castidad en el lavabo, y me traes tu semen aquí para que te lo tragues delante de nosotras"!

Palidecí, no me resultaba excitante tener sexo onanista, a solas, pues en estas semanas al menos lo hacia compartiendo los pies de mi Ama, ¿pero a solas? Y menos aun que me lo ordenara allí, frente a esa señora y en un bar !. Pero sus órdenes no se discutían, aunque mi rostro me delató.

-"Toma, puedes llevarte una sandalia mía para que lamas mientras te lo haces"

Esa expresión cruda y chocante, que enfatizaba mi carácter fetichista era lujuriosamente degradante y mórbida, la señora para no desentonar, según creo, añadió en medio de una carcajada mientras que empujaba una se sus hawaianas hacia fuera de debajo de la silla con la punta del pie.

-te presto la mía, pero ni se te ocurra mojarla con tu cochinada, guarra, ja ja ja!

Inclinado ante ellas como estaba, recogí ambas sandalias hiper sonrojado y cabizbajo, y con la otra mano tome el cenicero y la llave del cinturón de castidad y me retire tan rápido como pude en dirección al servicio. Por primera vez entraría a un servicio de señoras.

Al llegar me sentí incomodo y rápidamente me metí en uno de los servicios, me quite el cinturón y puse el cenicero frente a mi, intentando inútilmente masturbarme mientras pensaba en la escenas pasadas y limpiaba la suela de la pantufla hawaiana, su sabor plástico y cierto olor a azufre no era nada estimulante. Habían transcurridos unos minutos frustrado por no alcanzar el climax, cuando escuche que ambas estaban en el lavabo diciendo a viva voz en un edulcorado tonillo burlón

-"¿Dónde esta la guarra lamepies?

Hice ruido golpeando la puerta de metal con el candado del cinturón de castidad, como señalando en cual de los lavabos me encontraba, no me atreví a hablar para no delatar mi voz masculina.

Ambas se asomaron a la puerta, divertidas y burlesca y mi señora Wanda simplemente tomó su zapato y me lo introdujo fuertemente dentro de mi boca diciendo

-"date cabrona, tienes cinco minutos y nada mas"

Y salieron de allá, no sin antes tomarme varias fotos en ese estado, transvertido y masturbándome frente a un WC con un zapato metido en la boca. El contacto de mi boca con el cuero, mezclado con el sucio que tenia ya impregnado de los pies de Wanda fueron estimulo a mi memoria donde recordé las escenas vividas en las ultimas semanas y especialmente al que acababa de ocurrir en el interior de bar. Creo que cumplí su orden en el tiempo estipulado y disimuladamente coloque el cenicero lleno de semen en el borde de la mesa, frente a aquellas damas altivas y burlonas, arrodillándome nuevamente en una esquina entre ambas.

Wanda primero me quitó la peluca, guardo la llave del cinturón, me echo la cabeza hacia atrás con una mano y con la otra apretó ambas mejillas por debajo del mentón, abriendo mi boca un poco

-"trágatelo, guarra"

Tomé el cenicero y deje caer el liquido como quien está tomando miel, caía lentamente y mi Señora comenzó a mover mi rostro para que me bañara toda la cara.

  • ya veo porque la azotáis, de verdad que es muy guarra esta tía!

Dijo la señora acompañante. Como estamos en un bar desde cuyo interior, a través de la ventana cercana, se divisaba plenamente la calle que le circundaba al boulevard, Wanda me ordenó

-"Vete a aquella esquina en la calle, al lado del poste y te paras allí con las piernas abiertas y una mano en la cintura, me esperas a que termine, y ni se te ocurra limpiarte, que te queda bien ese maquillaje"

-"quiero que muestres orgullosa como una puta guarra con la cara embadurnada con tu porquería" jaja ja

Cumplir aquella orden fue arto difícil, no solo porque al poco rato estaba cansado de ser una estatua inmóvil, ni hablar de la incomoda posición con la piernas abiertas apoyando todo el peso en la punta de los pies, con zapatos apretados y con metal lacerante en los talones. Sino también por la ridícula y deplorable apariencia que mostraba públicamente a todos los coches en la esquina del semáforo y a los numerosos transeúntes de la calle. Un transformista o marica calvo, con un collar de perro y grilletes, mostrando casi todo su culo azotado, la espalda y las piernas marcadas de latigazos y además con la cara llena de semen, cuando no de manchones marrones de helado de chocolate con tierra y que mas bien parecía embadurnada de caca. Esto era mas que evidente por la luz del poste, que iluminaba completamente mi figura como si la alumbrara una linterna expresamente, destacando más mi presencia allí sin posibilidad alguna de pasar inadvertido.

La escena me produjo un sentimiento de vergüenza indescriptible, que se sumaba a aquellos sentimientos extremos de asco de los juegos escatológicos de Miss L o de humillación grosera que me hizo sentir la Señora M con sus enormes pies sucios y olorosos. La repulsión y humillación de la noche anterior y los celos extremos en la escena con el amante de Wanda.

Wanda finalmente me hizo una señal para que la siguiera hasta el auto, seguía caminado con muchísima dificultad y vergüenza por aquel boulevard que parecía interminable, miradas despreciables y comentarios soeces recibí en el camino. Dejo caer las llaves al piso y se quedo esperando que me agachara para recogerla, al acercarme piso mi cabeza calva con su zapato y me aplasto contra el piso y acercando su otra sandalia a mi boca ladeada y apretujada entre la acera y su otro pie, me introdujo la punta de su pie con todo y zapato mientras hablaba

-"Iremos al bosque que esta en el parque y allí te quedaras esta noche, será tu mazmorra, yo me encargare que la pases cómoda"

Fuimos al parque mas grande de la ciudad donde hay abundantes caminerias y vegetación frondosa, a aquella hora de la noche solo es frecuentado por escurridizos enamorados y uno que otro mal viviente, ello junto a la humedad reinante y la iluminación deficiente le da un toque tenebroso al lugar. Sin mas, se sentó en un banquito situado a mitad de camino entre la entrada y el fondo de aquel extenso paraje. Me arrodille frente a ella, y luego de recibir untar de cachetadas , me despoje de la falda, los tacones y la blusa que llevaba.

Fui atado con cuerdas fuertemente a un árbol, quedando apenas en punta de pies e inmovilizado. Me amordazo con la ropa que me había quitado y comenzó a flagelarme con la correa de cuero, cada golpe me hacia retorcer apretándome mas a aquel árbol.

-"Aquí te dejo, sobrevive hasta mañana, cuando serás mi perrita"

No pude contener mas mis temores esa fría noche oscura, me sentía desvalido. Primero llore e incluso me orine de pie a raudales, escuchando los sonidos del parque. Y no concilie el sueño ante la angustia y soledad que sentía; incluso llegue a desear que alguien me rescatara de aquel estado y maquinaba la explicación que daría en todo caso.

Pero no ocurrió, tenia hambre y sed, me dolían las piernas de estar de pie y los miembros estaban entumecidos por las apretadas sogas que seguro ya habían marcado mi cuerpo. Calculo que estuve allí entre 4 y cinco horas pues era mas de medianoche cuando me dejó allí y regreso casi al despuntar el alba.

Los dos azotes que recibí como saludo me resultaron increíblemente gratos. Se diriò en tono burlón, mientras me desataba:

-"como amanece la cerdita, ¿muy cachonda y guarra?"

Me arroje a lamer sus pies, casi desnudos, en señal de gratitud por el rescate.

Me pateo varias veces y me dejó seguir lamiendo hasta que estuvieron presentable sin el color negro de la tierra adherida a ellos y sin la acumulación de polvo entre sus finos deditos.

Me coloco una cadena en mi collar y halándola por el otro extremo, dijo:

-" Ayer te comportaste como una puta muy atrevida, ja ja ja, y pude mostrar por la ciudad lo guarra eres!

¿Y si alguien conocido me reconocio? ¿Y mi trabajo? Las dudas y miedo desaparecieron cuando advertí que seria la lección de mi entrenamiento 24/7, correspondiente al día viernes, tres semanas después de iniciado el entrenamiento:

21 Un sumis@ debe demostrar en cualquier lugar y momento la absoluta sumisión ante su Ama, incluso si se trata de ser feminizado o prostituido públicamente, por encima de cualquier convencionalismo social al que estés acostumbrado.

-"Primero te daré tu comida y desayuno, porque hay que cuidar que no se enferme mi mascota"

Entendí la frase cuando sacó de su bolso una lata que destapó y cuyo contenido arrojo en el piso cerca de sus pies, y con una caricia enérgica de la fusca en mis glúteos, mientras tiraba de la cadena de mi cuello, me puse a comer enseguida.

Su olor me era característico, mientras comía pude ver que se trataba de ¡una lata de alimentos para perros!. Y para variar, orinó directamente en mi boca hasta saciar un poco mi sed con aquella champaña acida y salobre. Sin mas empezó a caminar distraídamente mientras debía seguirla en cuatro patas arrastrado con la cadena

-"vamos vamos perrito, a pasear por el parque, agradece cada caricia de mi fusta ladrando y meneando la colita"

Me había extraído el consolador de mi ano para introducir en el completamente el mando de un látigo de tres colas, que pendían de entre mis nalgas como cola artificial.

Ya no me importaba si uno que otro madrugador del parque me veía extrañado paseando como perro tras mi Ama, quien se divertía golpeándome, cada vez mas fuerte, con la fusta para hacerme gritar los "gua gua!" aullaba intermitentemente. En ocasiones me lanzaba un "palito" lejos que debía buscar en cuatro patas, traerlo hasta sus pies y lamer su sandalias para salir corriendo nuevamente a buscar el "palito" que era la fusta, recompensando mi ir y venir con otros fuertes azotes por cada viaje.

Así recorrimos el parque hasta una salida lateral, menos concurrida. Me dolían muchísimo las rodillas, ya laceradas por arrastrarme en cuatro patas. Y fue casi un escándalo la escena de esperar el cambio de luz en el semáforo para acceder al vehiculo aparcado en la acera del frente.

Ya conocía mi lugar en la cajuela y afortunadamente esta vez no iba amarrado y recobre fuerzas. Una vez en casa me llevó a una suerte de casa de perro, pequeña, donde me amarro no sin antes ponerme "un bozal". Mi cara estaba aun empatucada de restos de tierra, orine y semen, olía a perro por el sudor del ejercicio y el arrastrarme en el parque.

Aproveche el rato en que me dejo allí, para dormir un poco. Al despertar, pasado el mediodía, escuche voces, eran sus invitados.

Preparaban una suerte de tenderete o festín, entre wanda y sus invitados, tres damas y dos señores. En total tres parejas. Wanda me mostró como su "perrita" y se divirtieron conmigo, unas veces las damas poniéndome a sus pies para que los lamiera, otras arrojándome resto de carne y huesos al piso para que los comiera. Eran tres parejas. Y observe como se divertía mi Ama Wanda, manoseando y besuqueando a uno de sus invitados, mientras yo lamía y relamía los pies de mi Ama Wanda en señal de completa sumisión y demostrando la ausencia de celos. Ambos reían y finalmente se levantaron para ir a las habitaciones. No sin antes mi Ama Wanda obsequiarme un par de azotes y dejarme encadenado en mi cubil de mascota.

El trato humillante y el tener que relamer tantos pies femeninos a la vez, ensuciados previamente para que los limpiara, me había excitado muchísimo. Una de las damas me tomo del collar, halándome hacia la casa

-"lo necesito, voy al lavabo y no hay papel"

Todos rieron, y la señora me trajo de regreso con la cara llena aun de caca. Me moría de vergüenza cuando me fue arrastrando cerca de cada uno para que me lazaran escupitajos al rostro y me azotaran por turnos, por ser un "comemierdas" "perra guarra" y "lameculos". Como pude me asee la cara en la cuba de agua cerca de la casita de perros después de que se cansaron de azotarme y me amarraron allí.

Había pasado una hora mas o menos, desde que mi Ama Wanda se había retirado con su amante JD hacia las habitaciones. Mi Ama wanda se incorporo al grupo, que aun escuchaban música y follaban en el estar cerca del patio de mi cubil. Me arrastró hacia fuera del cubil. Tomó el preservativo con semen de su recién adquirido amante, se unto los pies con ese pegajosa ungüento y estrellando repetidamente su látigo sobre mi, me puso a lamerlo delante de la risas de todos.

-"es una perra lamepies muy guarra!"

-"Mealo, JD, mealo "

Y su amante, extrajo su pito y comenzó a mearme encima, haciendo caer la mayor cantidad de orina directamente sobre mi rostro, mientras mi señora Wanda sacaba y metía repetidamente el mango de cuero que tenia clavado en el culo.

Debí agradecer ambas "caricias" con ladridos y a continuación, me fue colocado un pene artificial doble, como bozal.

Trajeron una perra o pastor alemán, y fui obligado a masturbarme mientras follaba con aquel aparato a la no muy decidida perra, enloquecido frenéticamente entre burlas, fotos, risas, escupitajos, latigazos y patadas de todos los presente. Hasta que finalmente pude eyacular en esa nada excitante postura.

Se retiraron entonces, dejándome en el piso, humillado y agotado

-"perrita, no olvides lamer tu porquería del piso y limpiar con la lengua la mierda de perro que quedo pegada en el consolador "

Ordeno Wanda, mientras se alejaba con sus invitados. En mi metamorfosis de sumisión hacia pasado ahora de puta a perra, ni no era un eufemismo ni una frase literaria, había ocurrido una real transformación en mi dócil comportamiento hacia mi Ama Wanda, un perruno amor desmedido.

Casi a media noche me despertó para darme comida de perro y su orine como bebida. Agradecí que me bañara con la manguera de regar plantas y cepillara mi cuerpo con la escoba, el tormento de las púas de la escoba me resultó mas agradable que el olor que desprendida mi cuerpo, me sentía hediondo y sucio.

Comprendí la siguiente lección del entrenamiento como sumiso:

22 Serás la mascota de tu Ama, siendo su perro y perra, comportándote como tal para acompañarla y divertirla. Sin mas derecho que sus caprichos, cualesquiera que sean, incluso el bestialismo o tener sexo con animales.

Me arrastró hacia dentro de la casa, quitándome el "rabo artificial" y azotándome con él. Esa noche, como casi todas las anteriores, dormí en mi mazmorra, amarrado en cruz, en el piso, con el consolador prendido en el culo, la mordaza el arné y las pinzas en las tetillas.

Dormí placidamente, uno se acostumbra rápidamente a todo, y en verdad extrañaba mi mazmorra. El vibrador es más placentero que un mango de cuero en el culo, la mazmorra es más calida que la casa de perros. La sopita de esclavo de sobras de comida con orine de mi ama es preferible a la comida enlatada para perros. También descubrí que el arné en mi pene, las pinzas en mis tetillas y el cinturón de castidad es mejor que el trato de mascota tirándole a uno de la cadena de perro y diciendo gua gua.

Amaneció el domingo, y me despertaron las dulces caricias de Wanda que marcaron mi espalda y nalgas, fui llevado de nuevo al baño, a lamer su coño luego de orinar hasta darle placer; que agradeció con las trazas de su preferido látigo de dos hebras. También saboree su ano, lleno de "chocolate" después de defecar, ayudándome a limpiarme la cara en el WC.

Me asee y continué con la rutina de llevarle su desayuno, comer sus sobras, ordenar y limpiar la casa y lavar su automóvil; siendo intermitentemente recompensado en mis labores domesticas con azotes y humillaciones, que apuraban mis quehaceres y me mantenían excitado.

En la tarde, estábamos viendo TV; a decir verdad Wanda veía la TV mientras yo le servia de silla en cuatro patas bajo ella, acariciado constantemente por su fusta en mi culo cuando no era violado por el consolador. Alternativamente me lo sacaba del culo y me follaba con el por la boca, dejándolo allí encendido; al rato lo extraía de mi boca y me follaba por el ano. Mi boca parecía un ano lleno de caca, y mi culo estaba tan adolorido y abierto como la boca.

-"Putita, iras tu sola a la casa de la señora M, para trapear y limpiar como domestica.

Ella se encargara de azotarte por mi."

-"Vístete de putita con la falda, los tacones y la blusa, que Ella te espera con los pies asquerosos para que se los lamas frente a su marido"

Me ordenó, mientras se levantaba de encima de mí y me pateó . Corro a obedecer y Wanda me hace arrodillar frente al espejo, para untarme pintura de labios, colorete y maquillaje en la cara; en forma tosca y ridícula. En suma mi apariencia era de lejos la de una puta barata y de cerca la de un trasformista de mal gusto.

-"Para tus labores de domestica de alquiler, serás una puta barata, j aja ja"

-"Te vas en bus y al llegar allà le obedeces como si fuera yo. Recuerda cuando termines tus deberes que te pague, y me traes 40 azotes bien marcados, porque de lo contrario te vuelvo a usar como perrita ¿entendido?"

Me incline y bese sus pies en señal de entendimiento. Me atribulaba el tener que circular por las calles en esa facha, mostrando mi afeminamiento, mi sumisión con la cabeza rapada, con los grilletes en pies y manos, y con el collar de sumis@ . Además de la marcas de fusta y látigo, ya evidentes en mis piernas, brazos y en la espalda que debía llevar descubierta por la blusita.

En la calle y en el bus senti el desprecio, las burlas y la agresión de desconocidos. Anulando cualquier sobra de autoestima que me quedaba, ya no era yo, era un apéndice de mi Ama Wanda, ridículo minúsculo. A esa inquietud se sumaba la expectativa, expresada por mi Ama con toda crudeza, tener que servir de doncella en otra casa desconocida, pateado por aquellos enormes y descuidados pies de la nada agradable Señora M, una corpulenta y morena mujer, tosca que disfrutaba mi humillación ante sus pies asquerosos…y además todo aquello debía hacerlo frente "al marido" de Ella, Y como si fuera poco debía suplicarle que me azotara con la temida cifra de 40 marcas.

Llegue a aquella casa, en un barrio periférico, taladrado por las miradas, al tocar fui recibido por otro dama cuarentona, que no era la Señora M, sonriendo me dijo

-"así que tu eres la puta lamepies, sígueme para que comiences a trapear el piso"

Me llevo al lavabo y tuve que comenzar por limpiar el WC con la lengua, apurado por los golpes del cepillo en mi trasero, luego arregle y limpie aquel lavabo usando solo mis manos y jabón en polvo, siempre en cuatro patas y con la mirada vigilante de mis carceleras

Luego hube de desnudarme y fregar el piso, como lo hacia casa de mi Ama Wanda, empleando las manos como escoba y como el culo como trapeador. Ante las risas de la Señora M, su marido y la señora que le acompañaba. Escuche como conversaban por teléfono con mi Ama:

-"Si tu esclava ya está trabajando, te la devolveremos bien marcada como una cebra, jajaja…"

Pase la tarde entre vajillas por fregar, ropa por lavar y planchar. Siendo unas veces cacheteado, otras pellizcado, azotado con cinturones de cuero o fustas y permanentemente humillado de cualquier forma.

Al final de la tarde estaba muy exhausto y aun me faltaba lo peor, Debí masturbar con la boca a aquella cuarentona que me abrió la puerta, cuyo sexo hediondo me hizo tragar luego de lamer su culo flácido que casi me ahogaba. Y después fui conducido al salón, donde el señor y la señora M veían una película. Se me ordenó secamente

"vamos marica, lame los pies de la Sra. M"

Y comencé a lamer y relamer aquellos enormes pies enormess, expresamente ensuciados para aumentar mi humillación, arrodillado frente a Ella.

Culminada aquella interminable tarea Suplique entonces su castigo como me había ordenado mi Ama. Se incorporo pidió un látigo y me coloco en cuatro patas frente al sillón de su marido, quien ya se había sacado su pito ofreciéndolo a mi boca. Al segundo trazo cáustico del castigo al que sometía la Señora M, introducía toda aquella asquerosa polla en mi boca, y a la cuenta del treintavo azote, cuando ya casi ni me sostenía en mis rodillas y brazos, el señor M eyaculo, parte me lo hizo tragar y el resto me lo restregó en mi rostro. Entre risas de las dominas y mi vencida resistencia, fui literalmente echado a patadas de allí, sin posibilidad de asearme.

-"Dile a tu Ama que faltaron 10 azotes y no se te ocurra limpiarte, puta lamepies, guarra"

23 La sumisión alcazaba un nuevo grado de dominio, es de ser humillado, degradado y sometido por terceros aun sin la presencia de mi Ama y por mandato de esta, que debía acatar como destino.

La oscuridad de la noche del domingo facilito mi regreso, pude mostrarle a mi Señora las marcas de la azotaina terrible y el rostro aun con restos de semen reseco junto al sucio de los pies de la Señora M que me había transferido al rostro.

De rodillas ante Ella, tuve que contarle con detalle y responder todas las preguntas de los acontecimientos vividos, en especie de confesión forzada; humillación esta que abulto mi pene debajo del cinturón de castidad. Sensación incrementada por la compañía de dos de las amigas de mi Ama Wanda. Quienes reían y chisteaban lo ocurrido.

-"Toma", dijo con un escupitajo en mi rostro que rodó por toda mi cara, y lanzando las llaves del cinturón de castidad, y parándose frente a mi, ordenó

-"Mastúrbate frente a mi sin tocarme siquiera, y levantando tu culo para que sea nuevamente azotado"

No tarde en derramar mi semen en el piso, y de lamerlo hasta tragarme la ultima gota, acompasado por los azotes de Wanda y sus dos amigas, que dejaron mi cuerpo hecho jirones de marcas rojas, moradas y azules. Después descansé como siempre en la mazmorra el resto de la noche.

El Lunes, 24 días después de iniciada mi sumisión a la Señora Wanda, pasaron cosas extraordinarias. Justo a media noche entró a mi cubil, me despertó quitando mi mordaza y me ordeno bañarme y asearme, resultó aburrido y estaba estíptico porque ya me había acostumbrado al enema diario.

Se paro frente a mi abrazándome y dándome un beso apasionado, luego pregunto:

-"eres feliz"

-No podría serlo mas, respondí cabizbajo.

Entonces me volvió a besar y nos tumbamos en la cama e hicimos el amor toda la noche. Pareció disfrutarlo mas que yo, extrañaba su látigo y las patadas de sus pies en mi rostro.

Amanecía cuando despertamos y se acercaba la hora del trabajo en el despacho. Estábamos desnudos y habíamos dormido en el salón, muy seria sentenció

-Desde hoy no hay alternativa, ya estas entrenado, y eres libre. Si cruzas la puerta hacia la calle no vuelvas. Si aun me amas sabrás lo que te espera, tu decides.

No respondí, me levante y fui a vestirme, dejándola en el salón, pensativa

Regrese con mi collar de perro y la chapa que decía "lamepies, esclava propiedad de la Señora Wanda" Las muñequeras a modo de grillos pegadas con candados en pies y manos, el arné en el pene. El cinturón de castidad y las pinzas aprisionando mis tetillas. Me postre en posición de sumisión ante Ella, ofreciendo con mis brazos en alto, por encima de mi cabeza, el vibrador y su látigo favorito.

No hubo palabras, me violó, el látigo silbó en el aire y me incline a besar sus pies, me arrastró hasta el lavabo y orinó encima de mí. Me puse el traje para ir a la oficina, disimulando la ropa de esclavo y comencé de nuevo mi rutina semanal. Comprendí entonces el final del código 24/7 del entrenamiento del sumis@

24 No pensaras en nada, tu mente y sentimiento le pertenecen a tu Am@, La única salida que te libraran de esas cadenas exquisitas de completa sumisión, dolor y deleite bajo los pies de tu Dueña será la muerte.

Luego de mi iniciación y de haber cruzado el umbral en la ciudad de las Mujeres me dirijo rumbo al matriarcado ¿hay retorno?.

Iba a responder esa última cuestión pero se nublo mi mente cuando sonó el teléfono y era mi Ama Wanda

-"Puta, esclava lamepies te ordeno que…"

Y continué mi rutina diaria.

¿Fantasía o realidad?

El FemDom y el BDSM es creativo e inteligente, juzga Tu amigo lector, donde comienza en esta historia la primera y donde acaba la segunda.

lamepies67@gmail.com