Mesa para tres

Continuacion de Semana de cumpleaños

[...]

-          Cari, me ayudas? –Sonia se puso en pie y su marido se acercó por detrás-. Amor, quítame el vestido y entrégame

Aquello parecía que iba en serio, pero no tenía claro todavía si aquello era bueno o malo. Pablo le saco el vestido nuevo a Sonia por la cabeza. Traía un tanga negro de encaje que cubría lo justo. Descubrió el pecho y no traía sujetador. Tenía las tetas firmes. No eran muy grandes pero eran redondas y con los pezones rosados. De la mano, Pablo la acerco a donde estaba yo. Se sentó a horcajadas sobre mí y empezó a besar mi cuello. Cogió mis manos y las puso en su culo. Ya no había vuelta atrás. Aquello era imparable. Empecé a apretar sus nalgas. Estaban duras del gimnasio y notaba el hilo del tanga metido entre ellas. Me estaba volviendo loco. Empezamos a buscarnos la boca desesperadamente. Las lenguas se mezclaban en nuestras bocas desesperadamente. En un momento de lucidez me separe un poco y mire a mi amigo. Me quedé estupefacto viendo como se estaba acariciando por encima del pantalón. Subí una de mis manos a su teta. La estrujaba y retorcía. La levante un poco y empecé a lamerle las tetas como si fueran caramelos. Que bien sabían aquellos pezones. Lleve una mano a su coño y estaba chorreando.

-          Quieres parar?

Ella me miro muy seria y me empezó a desabrochar el pantalón.

-          Te vale de respuesta?

-          Si

Ya acariciaba mi polla por encima del calzoncillo. Tenía la cara desencajada de placer y supongo que la mía no se diferenciaría mucho. Me hizo levantar un poco el culo para quitarme el pantalón y el calzoncillo. No podía ser… pero sí. Empezó a dar pequeños besos en el capullo, después unos lametones y finamente empezó a tragársela entera.

-          Quiero comerte el coño, pero aquí es imposible

-          Vámonos a la cama. Cari, vamos a la habitación

Me agarro de la polla como si fuera una correa. Al llegar a la altura de Pablo, le cogió igual y nos llevaba a los dos por el pasillo agarrados por nuestros penes. Nos miramos y nos dio la risa. Aquello era absolutamente increíble. Llegamos a la habitación y Pablo se dirigió a una butaca.

-          Hoy es vuestro turno. Disfrutad el uno del otro. Sois las dos personas que más quiero en este mundo así que nada me hace más feliz

-          Gracias amor – no sabía si me sorprendía más la actitud del uno o la de la otra

Me tiro en la cama y me dejo su coño a la altura de mi boca mientras continuaba chupándome la polla. Lamí por encima del tanga. La humedad de mi boca y de su entrepierna se fundía en la fina tela, imposible descubrir de donde procedía uno u otro. Aparté un poco el tanguita y descubrí aquel coño completamente depilado, suave, rosadito, cerrado. Empecé a acariciarlo con mi lengua con suavidad, fui abriendo poco a poco aquella cueva de placer. Introduje la punta de mi dedo, mis movimientos eran lentos, suaves. Disfrutaba escuchando a Sonia gemir como una perra en celo. De repente un líquido cayó en mi cara. Se había corrido casi sin tocarle. Tras esa primera sorpresa me empeñe en aquella comida que poco más había hecho que empezar. Lamia y chupaba sin parar mientras alternaba algún pequeño mordisco que arrancaba un pequeño aullido de mi amiga. Se volvió a correr otra vez entre gemidos cada vez más fuertes aunque ahogados por la polla que tenía en la boca.

-          Sonia, me voy a correr.

Acelero el ritmo de succión y con un grito más propio de un simio que de un humano, me corrí entre convulsiones. La corrida haba sido abundante pero aun así no dejo escapar ni una gota. Al mismo tiempo, Sonia contrajo los músculos del coño y tuvo un tercer orgasmo.

-          Cari, me está dejando rota, y solo con la lengua.

En la penumbra, desde su butaca, Pablo se limitó a sonreír mientras se hacía una paja. Yo no había perdido prácticamente la erección y era el momento de dar un paso más.

-          Sonia, quieres que me ponga un condón?

-          No hace falta, llevo un diu y te quiero sentir dentro de mi.

La puse tendida de espaldas en la cama, nos morreamos como si fuéramos dos adolescentes. Seguí besándola por su cuello, bajé a su pecho, me pare en sus pezones que estaban duros como diamantes. Estaba disfrutando como no era capaz de recordar. Recorrí su vientre con mi lengua. Cuando llegue de nuevo a su chocho pude ver como palpitaba, una mezcla de excitación y nerviosismo ante lo que se avecinaba. Me incorpore sobre mis rodillas y pase sus piernas por encima de mis hombros. Tenía aquel coño todo para mí y me iba a recrear en hacerla gozar. Deslice mi pene suavemente por encima de sus labios sin llegar a penetrarla. Cada vez que me acercaba, Sonia soltaba un suspiro.

-          Me vas a follar o no? –me preguntaba desesperada-. Me tienes a mil y creo que me va a dar algo

-          Tranquila, tienes que ir a algún sitio? – le dije sonriendo. Me negó con la cabeza-. Pues tenemos aún un rato

-          Tenéis toda la noche –era la primera vez que Pablo hablaba-. Yo me voy a dormir a la otra habitación para dejaros tranquilos

-          Estas seguro? – no quería que se sintiera desplazado

-          Si, hoy es el día de mi mujer. Ya hablaremos los tres mañana

-          Gracias mi amor. Y ahora tú, fóllame de una puta vez…

Esta vez, me deje de preámbulos y comencé a meterle la polla. Lentamente. Disfrutando y haciéndola disfrutar. No podía creer lo que me estaba pasando. Siempre me había parecido muy atractiva pero era zona vetada por razones obvias y ahora era ella la que me pedía que la follase. Note como ya me había entrado toda y comencé un suave bombeo. Fui acelerando poco a poco mientras me inclinaba otra vez sobre ella y nos besábamos ardientemente. Nos estábamos fundiendo en un solo ser y apenas habíamos empezado. Continué cabalgando durante un rato hasta que note que me iba a volver a correr. Sonia cerró los ojos. Ella ya empezaba a tener otro orgasmo y acabamos los dos juntos. Nos quedamos así unos minutos hasta que mi pene volvió a estar fláccido y se la saque. Permanecimos abrazados en la cama

-          Ha sido mucho mejor de lo que me había imaginado

-          Te habías imaginado acostarte conmigo? Una mujer casada? – notaba el tono de malicia en su voz

-          Alguna vez, cuando estábamos en la playa me tengo fijado en ese culito tan apetecible que tienes

-          Que cochino… - dijo entre risas- fijarte en la mujer de tu amigo, tu hermano

-          Me fijaba en ti como mujer, no como la mujer de nadie. Pero el bikini rosa que tenías en las vacaciones del año pasado consiguieron un par de pajas a su salud – Era cierto. Como todos los años nos habíamos ido unos días a la playa de vacaciones y uno de los bikinis que había llevado era uno que me ponía malo cada vez que se lo veía. De hecho uno de los días tuve que volver al hotel antes de tiempo a desahogarme.

-          Pues aun lo debo de tener por el armario. A Pablo le ponía loco el tanga y me decía que un día me la iba a meter delante de ti. Que no se podría resistir. Creo que ahí empezamos a darle vueltas a esto.

-          Por mí que no se corte, jajaja

-          Pues un día habrá que darle el gusto, no te parece? - Se bajó otra vez a mi entrepierna y volvió a chupar mi polla para ponerla a tono-. Vamos a por otro asalto?

-          Por supuesto –le hizo falta esforzarse poco para que volviera a estar listo. Esta vez, fui yo el que se quedó tumbado de espaldas mientras me la comía. Chupaba, pasaba su lengua por mis huevos y volvía a subir. No sé qué me estaba haciendo en el glande pero me dolía de tanto placer.

-          Creo que ya estás listo.

Se subió a horcajadas y comenzó a meterse el pene ella misma. Despacio, como si quisiera ir saboreando cada milímetro que entraba. Yo notaba que entraba con facilidad. Entre sus jugos y mi propia leche aquello parecía un bebedero de patos. Cuando la tuvo dentro empezó a cabalgar suave. Las tetas se balanceaban ligeramente. Aun mantenían la firmeza de los treinta y pocos. La atraje hacia mí y la bese. Eran besos de amor pero estaban cargados de lujuria. Mi lengua recorría toda su boca, saboreando cada recoveco. Mis manos agarraban aquel impresionante culo como si tuviera miedo a que se fuera escapar. Estaba a punto de correrme otra vez y Sonia lo notó. Sonia acelero el ritmo hasta que consiguió hacerme eyacular por tercera vez

-          Córrete mi amor, dame toda tu leche

Ahora sí, mi polla se resintió del esfuerzo de las últimas horas y perdió su dureza rápidamente. Sonia seguía encima de mí, su boca y la mía eran una, sus manos mesaban mi pelo y las mías seguían acariciando su trasero. Eran casi las cuatro de la madrugada y ya llevábamos 3 horas follando. Estábamos sudando y agotados. Las sabanas estaban completamente mojadas con la mezcla de todos nuestros fluidos corporales.

-          Lucas, me voy a duchar. Te apetece ducharte conmigo?

-          Me encantará pero creo que solo ducharnos

-          Solo ducharnos – me dijo guiñándome un ojo.- Ayúdame a quitar estas sabanas

Cambiamos la ropa de la cama y la hicimos de nuevo con unas limpias. Sonia fue a llevar aquellas sabanas que para mí olían a gloria bendita a la lavadora y yo me fui al baño. Cuando note que el agua venia suficientemente caliente me metí. Con el agua cayendo por mi cabeza fui consciente por primera vez de lo que había pasado. Me acababa de follar a la mujer de mi amigo con él delante, con su consentimiento. Todas esas normas que había preestablecidas en mi cabeza se estaban desmoronando…

-          Que pasa? – No babia notado como Sonia se había metido en la ducha,

-          Estaba pensando en lo que habíamos hecho. Sois un matrimonio y estoy en el medio

-          Estas donde a nosotros nos gusta que estés. Nosotros lo quisimos, nosotros lo provocamos y nosotros lo hicimos posible. Si alguien debe estar arrepentido somos Pablo y yo, y ya viste la felicidad en los ojos de Pablo y a mí, bueno, creo que me has visto disfrutar, no?

-          Sonia, una cosa es disfrutar hoy y otra lo que pasara mañana.

-          Mañana lo hablamos tranquilamente, y vestidos, te parece? – dijo sonriente mientras cogía el jabón y me lavaba la polla con suavidad

-          Eso es hacer trampa, no me puedo resistir si me estás haciendo eso.

-          Y a mí me encanta jejejeje. Eso sí, algún día tendremos que arreglar esto…

-          Lo que?

-          Estos pelos. Creo que aún tengo alguno haciéndome cosquillas por la garganta

-          Quieres que me depile?

-          No, prefiero que lo hagamos en casa – dijo con una sonrisa maliciosa-. Es hora de salir y dormir un rato

Nos secamos uno al otro y nos fuimos a la cama de nuevo. Yo me acosté desnudo, ya ni me acordaba donde tenía mi ropa.

-          Si quieres un pijama te dejo uno de Pablo

-          No me importa dormir desnudo. A menos que prefieras otra cosa.

-          Lucas, a estas alturas aun con remilgos? Estás en tu casa, en tu cama, duerme como quieras. Me pasas a mí una braguita del segundo cajón?

-          Cual quieres?

-          Elije tú, la que más te guste…

-          Pura curiosidad, porque no tienes la ropa interior de tu lado?

-          Porque cada día, Pablo me elije la ropa interior que me pongo. Es una de sus cosas favoritas del día

Abrí el cajón. Había ropa interior de todo tipo y color: bragas de encaje, tangas, boxers femeninos, bragas de marca, bodies, culotes… Me decante por uno de los últimos, tipo licra, en blanco…

-          Veo que también compartís gusto en lencería. Este también es de los favoritos de Pablo para dormir.

-          Quiero ver tu culo con el puesto. Me imagino que espectacular

-          Tú me dirás – me decía mientras se lo subía- Te gusta?

-          Me encanta

-          Ahora hay que dormir, te acuerdas? Mañana, mas…

Se metió en la cama, se acercó a mí y puso su culo en la situación perfecta para que mi polla volviera a ponerse dura.

-          Eres muy mala

-          Lo se jejeje

Le pase un brazo por encima pero no me pude resistir y baje la mano a su entrepierna. Metí la mano por dentro de la ropa interior y allí la deje, acariciando su coño. Sonia puso la suya encima para hacerme ver que le gustaba. Y en esa posición, haciendo la cucharita, olvidándome del mundo y tras haber pasado una de las noches más increíbles de mi vida, me dormí…

-          Buenos días, dormilón…

Aun no era plenamente consciente de donde estaba. Me costó unos segundos ver que estaba en la cama de mis mejores amigos y era él quien me sonreía desde la puerta…

-          Ehhhh, si, hola. Buenos días – me costaba que las palabras salieran de mi boca. Me había follado a su mujer durante la noche

-          Te apetece café? O prefieres alguna infusión

-          No, café está bien. Pablo, tengo que hablar… - no me dejo acabar la frase

-          Está todo bien. Ya hablaremos después del desayuno. Venga, que Sonia ya lleva de pie un buen rato

-          Si, ya me levanto. Lo que pasa es que no tengo aquí la ropa. Sigue en el salón, supongo.

-          Te eche a lavar la ropa interior y la camisa. Pero abre el armario y píllate un pantalón y una camiseta de mi armario. Lo que quieras.

-          Gracias

Volvió a cerrar la puerta. La verdad había sido menos violento de lo que cabía esperar. Abrí el armario y cogí un pantalón corto y una camiseta. La polla me dolía un poco del trajín nocturno, pero la muy cabrona seguía con una media erección. Fui al baño a ver si meando se bajaba, cosa que no fue así, me lave un poco y me dirigí a la cocina. Pablo estaba sentado a la mesa tomando un café y Sonia preparando unas tostadas. Solo llevaba el culote y una camiseta vieja de tirantes que poco más hacia que taparle las tetas pero a poco que se movía se le veían fuera por un lado u otro…

-          Buenos días Sonia, no te escuche levantarte

-          Me saludas así? –dejo las tostadas que estaba preparando y me planto un morreo delante de su marido- Así está mejor… Quieres café?

-          Ehhh, sí, claro

-          Siéntate Lucas –Pablo me sonreía desde su sitio. – Sonia, creo que aún no sabe dónde está jajaja

-          Déjalo que se sitúe. Aun esta medio dormido. Piensa que estuvo toda la noche haciendo ejercicio.

-          Ya vi que lo pasasteis bien. Por el olor de las sabanas debió de ser una noche bastante intensa.

-          Oliste las sabanas?

-          Claro Sonia!!! Fui a meter la ropa de Lucas y el olor que salía de la lavadora era irresistible

-          Que cochino eres jajaja. Lucas, ves que maridito tengo?

Yo asistía a la conversación y no daba crédito. Era incapaz de decir ni palabra

-          Te comió la lengua el gato? –me planto otro morreo que me metió la lengua hasta la campanilla- No, sigue en su sitio – Esto último lo dijo mirando provocadora a su marido

-          Es que no sé qué decir. Creo que estoy en shock

-          Eso es falta de café jajajaja

Sonia me sirvió el café y un par de tostadas.

-          Tú ya desayunaste?

-          Si, ya hace un rato. Pero estabas tan dormido que preferí no despertarte y que descansaras bien. – dicho esto, se sentó en mis piernas- Te molesta?

-          No, en absoluto, - Le pase instintivamente a Sonia un brazo por detrás para que no se cayera de mis rodillas - pero ayer fue ayer y hoy es hoy. No se Pablo que opinará.

-          Ves, Sonia? Ya te lo dije. Aun no es consciente de todo

-          Chicos, lo de esta noche fue una locura y…

-          Y? y qué? Le hicimos daño a alguien? No disfrutaste? Porque tu amiguito creo que no piensa lo mismo – Sonia ya tenía una mano en mi polla

-          Si, lo disfrute un huevo, pero vosotros dos estáis casados.

-          Si, y queremos que tu formes parte de nuestro matrimonio. A que si, cariño?

-          Claro amor. Tú y yo somos amigos desde cuándo? Desde que íbamos a la guardería?

-          Si.

-          Y crees que tras todo ese tiempo aún no hay suficiente confianza entre nosotros? Mi mujer, a la que amo sobre todas la cosas, ha empezado a sentir algo por ti que no sentía. Llámale amor, deseo o encoñamiento, pero si ella es feliz compartiéndonos, quien soy yo para negarme?

-          Joder tío, se supone que…

-          Hay muchas cosas que se suponen, pero no son así. Si fuera con un desconocido la hubiera mandado a la mierda, si, no me mires así… pero siendo tú, me hace realmente feliz. Llámame como quieras, pero es así. Cuando os vi ayer follando no tuve el menor rastro de duda. Si tú, quieres, puede funcionar…

-          Que es lo que puede funcionar?

-          Que los tres seamos una familia. Eres libre de ir y venir cuando quieras, pero esta será tu casa y por lo tanto tendrás llaves, un armario para que tengas tus cosas, etc...

-          Ya te lo dijimos ayer, mi sueño es follar con los dos. Por separado y juntos pero también hacer vida de matrimonio de tres.

-          Yo opino exactamente igual que ella.

Yo era incapaz de decir nada. Había mil cosas que podía decir contra aquella locura, pero en el fondo, la idea no me desagradaba.

-          Esto ni te ata a ti ni nos ata a nosotros a nada. Si un día encuentras a alguien que te haga más feliz que nosotros, harás tu vida con ella.

-          Y al revés? Y si os cansáis de verme por aquí?

-          Si llega eso, lo hablaremos como amigos y punto

-          Lo veis todo muy fácil, pero no lo es.

-          Claro que no lo es, la ventaja es que nosotros llevamos meses hablándolo y a ti te lo hemos soltado de golpe.

-          No se…

-          No hay nada que saber. Quédate un par de días y probamos. Te gusta y nos gusta? Seguimos adelante. Que no convence a alguien? Volvemos a como era antes y punto. Vale?

-          Podría ser, pero no quisiera por nada del mundo un mal rollo.

-          Hacemos una cosa. Si quieres vete a casa, coge lo básico para un par de días y vuelves. El martes, votaremos en secreto. Si salen tres “síes” seguimos adelante. Si sale un solo “no” lo dejamos aquí y tan amigos, vale? – Pablo me tendió la mano. Dude un segundo y le tendí la mía. Sonia cogió las de ambos y sonrió…

-          Si quieres ir a casa, puedes ir ahora. Sonia te puede acompañar… así me dais tiempo a hacer hueco en el armario y empiezo a preparar la comida ¡¡¡ para tres…!!!

Sonia se levantó de mis rodillas y fue a besar a su marido.

-          Te amo, lo sabes, verdad?

-          Claro que sí. Y yo a ti. Pero ahora venga, id a cambiaros que así no creo que podáis salir.

Sonia me cogió de la mano y me llevo a la habitación. Abrió el armario y me tiro un bóxer de Pablo.

-          Creo que ese te puede valer. Tu pantalón está ahí encima. Camiseta?

-          Me vale esta. Total por debajo de la cazadora no se va a ver.

-          Vale. Vamos a cambiarnos y a tu casa. No te imaginas lo feliz que nos haces, al menos probando.

-          Quieres que sea sincero?

-          Por supuesto

-          Yo estoy acojonado

-          Lo entiendo. Y seguro que Pablo también. – se acercó a mí y cogió mis manos con delicadeza. Había mas amor en aquella mirada que en cualquier relación que pudiera recordar. - Lo hemos hablado. Todas las dudas que puedas tener es muy probable que ya las hayamos hablado nosotros así que no dudes en expresar cualquier cosa que pienses en alto.

-          Poco a poco, vale?

-          Vale jejeje Te quiero – me dio un piquito y se fue a su armario a por su ropa-. Ahora toca elegir modelo. A ver si estoy a la altura.

-          Seguro que lo estarás – Me quite el pantalón delante de Sonia sin ningún tipo de rubor. Mi polla continuaba medio erecta desde que me había levantado y los huevos ya me dolían

-          Joder tío, tú nunca te relajas? – Pablo se reía desde la puerta

-          La pregunta es cómo eres capaz de relajarte tú con semejante mujer delante de los ojos todos los días. Y más con el modelito de hoy

-          Jajajajaja Eso no es nada. Normalmente cuando estamos en casa vamos con muy poquita ropa. Básicamente ropa interior y listo. Así que recuérdate de traerte unos calzoncillos que te guste enseñar si vas a estar como nosotros jajaja.

-          Donde fueres, haz lo que vieres, no? Jajaja

-          Si, si

Yo ya me había acabado de vestir y esperaba a que Sonia saliera del baño para peinarme un poco. Cuando la vi aparecer pensé que me daba un infarto. Short vaquero roto que apenas cubría sus nalgas y camiseta negra con detalles dorados que no ocultaba sus pezones erectos.

-          Me olvide preguntaros que braguitas querías que me pusiera así que no llevo ropa interior. Os importa?

-          No, no, que va… - Pablo y yo habíamos contestado a la vez y los tres nos echamos a reír.

-          Venga mis amores, cada uno a lo suyo. Pablo, te encargas de hacer un poco de sitio en el armario?

-          Si, no te preocupes

-          Pues Lucas y yo nos vamos.

-          Vale, recuerda que esta la plaza de garaje de Martin libre. Puede traer su coche y ya meteros directamente por el parking. - Pablo se despidió de su mujer con un beso en la boca y a mí me dio una palmada en la espalda. Me guiño un ojo-. Tened cuidado

Sonia busco una chaqueta de punto y salimos. En cuanto llegamos a la calle se colgó de mi brazo.

-          Y si nos ve alguien conocido?

-          Somos amigos, que van a pensar? Relájate y seamos naturales.

-          Es increíble con la naturalidad que os tomáis todo…

-          Y tú las vueltas que le das…

El paseo hasta mi casa fue muy agradable. Los días empezaban a ser calurosos y había bastante gente por la calle. Nos cruzamos con algún conocido e intentamos ser lo más naturales posible. Cuando nos preguntaron donde habíamos dejado a Pablo, Sonia le contesto con todo el descaro que lo habíamos dejado en casa para que nos preparara la comida. La respuesta fueron risas acusándonos de ser unos caraduras. Un suspiro de alivio recorrió mi interior.

Unos veinte minutos después, llegamos a mi casa. Antes de nada abrí un poco las ventanas para que entrara aire fresco.

-          Sonia, recuérdame que baje la basura cuando nos vayamos

-          Valeeeeeeee…!!!

-          Dónde estás?

-          En tu habitación

-          Pero, qué haces ahí?

-          Curioseando… jejejeje

Cuando llegue a mi habitación la vi acostada en mi cama. Desnuda. Preciosa. Recostada en el cabecero y con las piernas abiertas. Era la lujuria resumida en una imagen.

-          Es que tenía mucho calor, y mi chichi esta deshidratado

-          Eso tiene fácil solución

-          Ah, sí? Y cómo?

-          Así… - metí mi cabeza entre sus piernas. Aquel coñito desprendía un olor delicioso. Empecé lamiendo suave, abriendo un poquito los labios con mi lengua. Poco a poco iba penetrando más y más. Descubrí su clítoris y lo mordisquee con suavidad-. Mejor?

-          Por Dios, no pares… Cómetelo entero.

En ese momento sonó su móvil.

-          Es Pablo. Dime cariño – puso el altavoz

-          Os pillo ocupados?

-          Lucas más que yo. Me está haciendo una comida de coño increíble

-          Me lo imaginaba. Sois unos cabrones, vosotros ahí pasándolo bien y yo currando como un gilipollas… Y lo peor de todo es que me he empalmado solo con imaginaros en situación…

-          Buffff, que gozada…Creo que me voy a correr. Te dejo, amor…

-          Recuérdate que tienes una compra pendiente

-          Que si…

Efectivamente se corrió, y no desperdicie ni una sola gota de aquello que salía de la vagina de Sonia. Yo mismo notaba humedad en mi polla por el líquido preseminal.

-          Si los próximos días van a ser así me la van a tener que escayolar

-          Jajaja Que exagerado…!!!

-          Joder, la tengo como una farola.

-          Quieres que te ayude a relajarte? –me guiñó un ojo.

-          No, vamos a recoger todo y volvemos a casa. Vístete por favor, que me vuelvo loco

-          Déjame descansar un minuto.

Allí la dejé, en mi cama. Busque en el armario del baño el neceser de viaje en el que ya tengo todo lo necesario para un par de días, busque una maleta pequeña y volví a la habitación. Sonia seguía en la posición que la había dejado y me miraba sonriente.

-          Pensaba que venias para ayudarme y de momento pues…

-          Te acabo de ofrecer mi ayuda y la has rechazado.

-          Ya, porque tú lo que quería era más sexo jajajaja pero le dijimos a Pablo que pillaba lo necesario y volvíamos

-          Venga, un ratito más, por favor…

-          No seas demonio. Ayúdame a elegir que me llevo.

-          Vale –de un salto salió de la cama, me abrazo y me beso en la boca- Te dije que te quiero?

-          Creo que aún no

-          Pues te quiero, te quiero, te quiero y te quiero.

-          Yo a ti también –mis manos habían bajado a su culo desnudo al que le estaba dando otro repaso –pero si seguimos así, no vamos a comer a casa.

-          Está bien, espero que en casa seas más divertido – se reía mientras iba al baño- Aguafiestas…!!!

-          Bruja…!!! Jajajaja – estaba feliz en aquella locura en que se había convertido mi vida. Preparaba una maleta para irme a convivir con mis mejores amigos, que querían pasar de ser una pareja a ser un trio. Al que se lo contara me tomaría por un enfermo. Pero serian un par de días nada más. Después decidiría si seguíamos adelante con todas las consecuencias o volvía todo a ser como 24 horas antes. O al menos intentarlo.

-          Ya acabaste?

-          Aun no, y tú?

-          Si. Donde te dejo esta toalla? Me lave un poco el chichi y la use para secarme, pero creo que aún sigo eyaculando un poquito jejeje

-          A ver… - lleve mi mano al coño de Sonia. Efectivamente aún tenía un poco de humedad pero nada exagerado. Me chupe la mano para limpiarme aquellos jugos -. Esta riquísimo, aunque prefiero beber de la fuente directamente

-          Sabes que cuando quieras, es tuya - me dio un morreo para acabar de aprovechar la corrida que quedaba en mi boca. – esta es tu ropa interior?

-          Si - la había dejado encima de la cama para ponerla arriba de todo -. Algún problema?

-          Te creía más divertido. Todo bóxer blancos o negros?

-          Jajaja, son cómodos y no me complico a la hora de comprar.

-          Acaben como acaben estas 48 horas, tú y yo iremos de compras.

-          Como quieras, pero ya ves que soy muy clásico.

-          Eso se tiene que acabar. Lo que me gustan son las camisas. Ahí sí que tienes buen gusto

-          Pero si la mitad… - me calle porque había caído en su trampa. Las camisas eran su regalo habitual en las celebraciones.

-          Ves cómo te puedes fiar de mi gusto? Te llevas alguna? Así ahorras de venir por casa si tienes que ir a la oficina.

-          No, con un par de jerséis y alguna camiseta soluciono, y me ahorro la plancha. Coge esos dos que están ahí.

Ya había guardado toda la ropa que necesitaba. Me faltaban otro par de deportivas y unas zapatillas para estar por casa. Cuando lo tuve todo guardado, la maleta iba al completo.

-          Creo que ya estoy listo.

-          Pues vamos cuando quieras. Eso sí, tenemos que parar en una farmacia.

-          Necesitas algún medicamento?

-          No, pero quiero comprar una cosa…

-          Cuanto secretismo.

-          No es secreto, pero es un por si acaso.

-          Por si acaso?

-          Si. No te quiero forzar pero me apetece un montón hacerlo con los dos a la vez y creo que es mejor que tenga “ayuda”.

-          Quieres comprar un lubricante?

-          Si

-          Abre el ultimo cajón de esa mesilla

-          Wow, pero que tienes aquí? – dijo al abrir el cajón donde tenía algunos juguetes

-          A Rebeca le gustaba probar ciertas cosas – a mi ex siempre le apetecía probar cosas nuevas, incluido un poco de bondage suave

-          Ciertas cosas? – me miraba mientras sostenía unas esposas cubiertas de terciopelo. Siguió rebuscando… – y esto?

-          Jajaja Son unas bolas chinas. Las quieres probar?

-          Por supuesto. Esto es una pala?

-          Si, para cuando te portes mal, pegarte en el culo jajajaja

-          Yo quiero probar todo esto –dijo relamiéndose.

-          Tranquila, ya veremos. Coge las bolas chinas y el lubricante.

-          Y las esposas…

-          Vale, y las esposas. Quieres usar ya las bolas?

-          Esto se mete en el coño, no?

-          Bueno, o en el culo.

-          En el culo esto no me entra…

-          Entra, entra – me dio la risa- todo es cuestión de insistir.

-          Ni de broma, pero en el coño sí que pruebo. Puedo?

-          Claro, pero espera que te ayudo. Quítate el pantalón y túmbate en la cama.

El juego que yo tenía era de tres bolas de metal de diferente tamaño. Me metí la más pequeña en la boca dejando una importante cantidad de saliva. Se la introduje despacio, dejando que se acostumbrara a la temperatura del juguete. Se lo saqué y volví a chupar esta vez las tres bolas. Volví a introducirle la primera, esta vez ya más rápido, la segunda también se la comió sin problema. En la tercera me recree un poco más.

-          Te gusta?

-          Siiiiiii, noto como se mueven dentro de mí. Acabaste?

-          No, aún falta una

-          Ufff, pues dale, pero lubrícala un poco

-          Encantado- baje a escupir en la esfera y aproveche para darle un lametón en el coñito-. Así mejor?

-          Si, un poco.

Comencé a introducir la tercera bola despacio. A mitad de camino le volví a echar un poco de saliva para que entrara mejor. Cuando tuvo todo dentro, le di unas palmaditas en el coño…

-          Ohhhhh, que placer. Ya está?

-          Si. El cordoncito si quieres lo puede meter también para dentro aunque después hay que rebuscar para sacarlo. Si puedes, es mejor que te lo dejes fuera.

-          Vale. Bufff, me noto el coño lleno, como si llevara una polla. No sé si podre andar.

-          Podrás, ya lo veras. Date un paseo por el pasillo para acostumbrarte. Si ves que no puedes te lo quito – le dije, aunque conociéndola sabía que no se lo quitaría. Volvió cuando acababa de guardar el lubricante y las esposas en la maleta y ya la cerraba-. Qué tal? Te lo quito?

-          Nooooooooo… Vaya descubrimiento…!!! – grito encantada mientras se vestia de nuevo

-          Vámonos anda, que llevamos aquí toda la mañana. – La deje ir delante para ver cómo se movía. Llevaba las piernas un poco arqueadas, se notaba que aún no estaba acostumbrada de todo a llevar aquello dentro, pero seguro que no tardaría.- Me llevas tú la maleta? Tengo que bajar la basura.

-          Si dámela- giro bruscamente y soltó un gritito-. Joder, se me han movido tus amigas y creo que me acabo de correr

-          Otra vez? –sonreía divertido

-          Ufff, no lo sé. No tendrás una compresa, verdad?

-          No, de eso sí que no gasto. Eso te pasa por salir sin bragas jajajaja No te preocupes, vamos en el coche y no te va a ver nadie.

-          Eso espero

Nada más lejos de la realidad. Nada más salir al pasillo comunitario, se abrió la puerta de la vecina de enfrente. Una señora de setenta y pico años, muy amable aunque un poco pesada y muy curiosa…

-          Hola Lucas, te vas de viaje?

-          Si doña Adela, me voy pero en un par de días estoy de vuelta

-          Y esta chica quien guapa, quién es? Tu novia?

-          Si señora, me llamo Sonia

-          No te había visto nunca. Lucas es tan discreto…

-          Es que no soy de la ciudad, y vengo poco a visitar a mi novio – recalco lo de novio

-          No la dejes escapar, Lucas. Parece una chica muy agradable.

-          Lo es, lo es, doña Adela – ya me cansaba el interrogatorio – Aquí está el ascensor. Baje si quiere. Nosotros esperaremos el otro.

-          No seáis tontos, cabemos los tres perfectamente.

Por no seguir discutiendo con la señora, me resigne y le hice una seña a Sonia y entramos en el ascensor. Nos quedamos en la parte de atrás y doña Adela delante. Al menos haría sufrir un poco a Sonia. Bajé mi mano hasta su culo que magree un poco. Sonia se quedó tiesa cuando noto mi dedo bajando hacia su coño. Cerró las piernas para impedir que siguiera pero no lo consiguió. Se echó hacia atrás para dificultarme que le tocara pero fue un error. Conseguí que mi mano se quedara entre las piernas. Pude notar como se humedecía el pantaloncito que traía. Segui acariciando su coño por encima del pantalón. Por suerte para ella, llegamos al portal y doña Adela se bajó.

-          Adiós jóvenes, pasadlo bien

-          Gracias, igualmente –contestamos al unísono

-          Eres un cabrón – la puerta del ascensor se había cerrado y se giró hacia mí – Me has puesto a mil y casi tengo un orgasmo con la señora al lado… Las bolitas estas son una gozada

-          Yo también te quiero – le di un beso justo cuando se abría el ascensor en el garaje -. Por aquí… - Fuimos hasta mi coche y guardamos la maleta en el asiento de atrás-. Vete montando que voy a tirar la basura

Fui al contenedor comunitario que había un poco mas adelante a dejar la bolsa que había bajado de casa. Eche una ultima mirada al ascensor en el que habíamos bajado como si me despidiera de mi zona de confort antes de meterme en lo que fuera que me iba a meter. Sonia me esperaba dentro del coche y había puesto música. Sonaba “Highway to Hell” de ACDC a todo trapo. Muy apropiado para el momento.

-          No encontraste otra canción?

-          Me pareció que era la ideal para este momento – se moría de risa

-          Vamos a arder todos en el infierno, así que mejor, que sea por autopista jajajaja

-          Que exagerado…!!! Venga, arranca que quiero llegar a “nuestra” casa cuanto antes.

Llegamos al garaje de su edificio en poco más de 5 minutos. Sonia abrió con el mando a distancia y me indico donde tenía mi sitio. Recogimos la maleta y subimos a casa. Entramos despacio para ver que estaba haciendo Pablo. Lo encontramos en la cocina preparando la comida. Y como ya me había adelantado, estaba vestido con un bóxer y una camiseta

-          Hola amor, ya hemos llegado.

-          Bienvenidos chicos – le dio un pico a Sonia y otro a mi cogiéndome por sorpresa.- Trajiste todo lo necesario?

-          Creo que sí. Para un par de días creo que traje demasiado…

-          Incluso tenemos alguna sorpresa – le dijo Sonia.- Lucas? Voy a cambiarme, no te quieres poner más cómodo?

-          Te hice hueco junto a mi ropa para que pongas lo que quieras

-          Gracias, voy a deshacer la maleta

-          Lucas, que ha pasado? – me preguntó cuando llegue a la habitación

-          Me he quedado un poco descolocado

-          Por?

-          Cuando Pablo me saludo, me dio un piquito

-          Joder, como sois los tíos. Si te saludara yo así, también te quedarías descolocado?

-          Pues si

-          Por qué?

-          Joder, porque… estas casada

-          Pensé que eso ya lo habíamos superado. Está bien, si una chica que no soy yo te saluda así, te hubiera importado?

-          No sé, probablemente no

-          Pues ahí lo tienes. A él le sale natural saludar así con quien tiene confianza, te acostumbraras…

-          Bufff, no se

-          Anda tonto, tienes que despojarte de todos esos tabúes que llevas contigo. Libérate, déjate ir y disfruta un poco de la vida – se sacó el pantalón-. Y ahora mira como dejé esto por tu culpa.

-          Por mi culpa? – le conteste riéndome. Efectivamente tenía la entrepierna completamente mojada. Mire y vi liquido en el cordón de las bolas chinas-. Quieres que te las quite?

-          No se te ocurra, quiero que me las vea puestas Pablo. Pero quiero comer con ellas puestas, no le digas nada. Me pasas una bragas?

-          Vuelvo a elegir?

-          Si, claro

-          Vas a querer sujetador?

-          Me iba a poner una camiseta de tirantes como la de la mañana, pero si quieres que me ponga sujetador, me lo pongo

-          Entonces esto lo dejamos para otro momento – mi idea inicial era que se pusiera un bodi que tenia de encaje. Le escogí un tanga de encaje negro-. Te ayudo a ponerlo?

-          Claro, es muy difícil de poner – había comprendido perfectamente mis intenciones-. Mejor me siento en la cama para que te sea más fácil

Se sentó en el borde de la cama, sonriendo, creyendo saber lo que le esperaba. La bese en los labios, chupe un poco sus pezones y me arrodille ante ella. Separé sus piernas. Lamí el interior de sus muslos. Notaba como se le erizaba la piel. Nos íbamos entendiendo y sabía lo que le gustaba, y una de esas cosas era la aproximación, lenta, suave, como no queriendo llegar. Pero no me demore mucho por el camino y llegue a su coño. Olía delicioso. Bese su pubis con delicadeza. Pase mi lengua arriba y abajo un par de veces por su rajita recreándome en cada pasada. Después, la penetre un poco con la lengua. Lo suficiente para tocar la primera bola. Hice que se moviera dentro de su vagina. Estaba a punto del orgasmo. En ese momento me quité y empecé a ponerle las bragas, primero una pierna…

-          No seas cabrón, Lucas, no me dejes así, - …luego la otra…- te lo ruego.

Hizo ademan de llevar sus dedos a su entrepierna para acabar ella misma. La bese en la boca mientras sujetaba sus muñecas.

-          Si de verdad me quieres, te quedaras así…

-          Por qué?

-          Quiero que estés cachonda toda la comida

-          Si lo voy a estar igual…!!!

-          Hazlo por mi

-          No sé si me aguantare

-          Sé que lo harás – le ayude a ponerse de pie y acabe de colocarle el tanga. Fue al armario, cogió la camiseta y se la vistió. Le di un azote en el culo-. Estas preciosa

-          Y caliente como el palo de un churrero jajaja

Me cambie y volvimos a la cocina. Pablo ya había acabado de preparar todo y había puesto la mesa.

-          Cariño, estás preciosa. Lucas, veo que te adaptas a nosotros

-          Si, que remedio jajaja – llevaba lo que parecía el uniforme de aquella casa. Bóxer y camiseta

-          Al menos ya no llevas mi ropa interior jejeje

-          La culpa fue tuya echármela a lavar jajaja

Nos sentamos a comer como habíamos hecho muchas veces antes. La verdad es que Pablo tenía una mano cojonuda para la cocina y había preparado un pescado al horno estupendo. Helado, café y un rato de sobremesa en el que me ofrecí a ayudar, negándose en redondo argumentando que esos dos días era su invitado. Esperamos a que Pablo acabara de meter todo al lavaplatos y nos fuimos al salón. Me tire literalmente en uno de los sofás. El cansancio se apoderaba de mi cuerpo pero me parecía de muy mala educación dormirme por mucho que fuera “mi casa”. Sonia y Pablo compartieron el otro sofá. Ella se acurruco entre los brazos de su marido y mirándome, me pregunto:

-          Le enseñamos la sorpresa?

-          Mujer, es cosa tuya jajaja

-          Cari, llevo caliente como una perra desde antes de comer

-          Ya te lo note, pero preferí esperar a ver qué pasaba. No os lo montasteis cuando os cambiasteis antes de comer?

-          Tu amigo es un cabronazo jajaja me dejo a medias y encima con un regalito

-          Un regalito?

-          Si. Lo quieres buscar?

-          Por supuesto. Me imagino que estará por aquí… -dirigió su mano hasta el coño de su mujer-. Vaya, que es esto?- había metido un dedo y toco algo con lo que no contaba. Yo asistía a la escena en silencio y completamente empalmado. Vi como metía un segundo dedo y a este le seguía un tercero. Le pregunto preocupado-. Y no te hace daño?

-          Que va… lo que me hace es que este a cien…

-          Si se lo quieres quitar, solo tira del cordón, despacio. Aun no está acostumbrada y le puede hacer daño si pegas un tirón…

-          Si te hago daño, dímelo…

-          Vamos, apúrate – Pablo empezó a tirar despacio. La primera bola salió y el ruido que hizo fue semejante a cuando se descorcha una botella de champan. Sonia se retorcía de placer. Las otras dos salieron mucho más fácil. Su vagina ya había dilatadado suficiente-. Joder, vaya descubrimiento. Lo único malo lo es que me siento vacía…

-          Eso tiene fácil solución, no crees Lucas?

-          Os dejo intimidad – hice ademan de levantarme

-          De eso nada, -me interrumpió Sonia- creo que es el mejor momento para hacer lo que tenemos pendiente, no creéis?

-          Cariño, yo llevo preparado meses. Lucas?

-          Para bien o para mal, cuanto antes mejor

-          Está bien- Sonia fue la primera que se levantó- vamos al dormitorio, esteremos mas cómodos

Gracias por leerlo hasta el final. El que quiera hacerlo, puede dejar un comentario. Gracias de antemano