Mery

Hacia mucho calor, estaba llegando a su ciudad, para mi desconocida, pero me acogió con su luz y alegría habituales. Ella estaría en algún lugar, adornando las calles con sus paseos, dando aroma a la brisa, regalando belleza a las flores, o quizás leyendo poesía.

Una vez en el Hotel me despojé de toda mi ropa, mi cuerpo estaba brillante por el sudor y cansado por el viaje, dejé que el agua mojara todos los rincones de mi cuerpo, con mis manos en la pared, sentía el agua resbalar por mi piel, cuando de repente su recuerdo invadió mis sentidos.

Ella se llama Mery, es encantadora, dulce, simpática, ardiente, frágil y resistente, toda una mujer.

En nuestros encuentros, abríamos nuestros corazones, nos dábamos aliento, y nuestra pasión flotaba por la red, una de las veces la masturbación fue compañera de atardecer.

Desperté del trance con una de mis manos en el pene envuelto de espuma y duro como un palo, no era de extrañar pues ella despertaba el animal, la parte salvaje que hay en mí y los sueños con ella siempre estaban cargados de sexo.

Yo ya estaba en el lugar indicado esperando que apareciera.

Ahí llegaba, tenia más curvas que el circuito de Jerez, ante mis ojos todo se detuvo, solo estaba ella, el mundo ya no existía.

Llevaba una camiseta de tirantes y una falda cortita que flotaba a su alrededor, su sonrisa iba un paso por delante de ella, al acercarse vi como sus pezones se hacían ver y su entre pierna se transparentaba gracias a la acción del Sol, era un espectáculo.

Nos envolvimos en un fuerte abrazo y un tímido beso. Nos mirábamos sin parar, nos desnudábamos sin pudor con la mirada y nuestro interior ardía sin cesar.

Fue una tarde maravillosa, entre risas y copas. En la cena fue donde saltó la chispa, imagino que el vino hizo a los demás transparentes.

Pasé mi pie por sus piernas, lo descansé en su silla, ella echándose hacia delante me lo cogió y empezó a restregárselo por su pubis, ella más tarde hizo lo propio conmigo y paseó su pie por mi paquete, produciéndome una erección instantánea.

Le propuse ir al hotel, su sonrisa respondió una vez más por ella, cuanto más la miraba más me gustaba. Sus pechos, su cadera, sus labios, sus piernas, su ombligo que alojaba un piercing, todo era bello en ella,

La senté en mis piernas, las suyas me abrazaban mi cintura y nuestros labios se besaban y mordían, mientras nuestras lenguas no se daban tregua.

Mis manos iban y venían una y otra vez acariciando cada poro de su moreno cuerpo, le quité la camiseta, sus pechos tiernos surgieron erguidos y provocadores, mis labios provocaron que sus pezones se pusieran duros, su respiración cada vez era mas agitada.

Ella no quería ser menos, me quitó mi camiseta y jugó a placer con mi pecho, mordiéndolo y arañándolo.

Mi excitación me hizo bajar e inspeccionar por debajo de su falda al encuentro de su culo, notando así la presencia de un tanga de dimensiones diminutas. Mis dedos recorrieron su tira hasta llegar a su abultadita y depilada vulva, noté humedad y mucho calor, realmente estaba tan excitada como yo.

Sus manos liberaron a mi pene de su prisión y ahí estaba ella tomando mi tranca entre sus manos, lo sucio pasó a ser bello y lo obsceno a ser pulcro. Mis manos aún estaban jugueteando con sus labios menores, untándose de su pasión y lujuria.

Su lengua recorría mi glande mientras mi boca quedaba encharcada por sus flujos vaginales que brotaban de ella por la acción de mi lengua sobre el clítoris.

Nuestras ropas esparcidas desaparecieron por la habitación y nuestros cuerpos se encontraron desnudos por primera vez uniéndose en uno, cuando mi polla fue absorbida por su coñito, el calor transmitido me hizo estremecer, ella arañó mi espalda, nuestras caderas se empujaban, nuestras miradas se encontraron, fue un instante de silencio, de mí salió una explosión de semen y su vagina se contraía sin parar, nos besamos y nos fundimos en un abrazo tan fuerte que nuestras almas se encontraron por primera vez.

Fueron unos días muy especiales.

Espero os haya gustado. Si quereis enviar comentarios este es mi e-mail

un_amigo@ya.com