Menuda polla, menudas tetas, este pueblo me mata.

Las tetazas de Monica no dejan de ofrecerle oportunidades para follar, pero en un pueblo todo se sabe... o no...

Y llegó el lunes… había sido un fin de semana como mínimo distinto… viernes noche en el bar mi encuentro con Salva… y el sábado mientras corría por el campo nuevo encuentro con Salva y su hermano también… Estaba claro que esta familia estaba bien dotada…

El domingo no pude moverme, estaba realmente reventada de los polvos que he habían regalado así que me quedé en casa revisando mi videoteca mental y como no… disfrutando de mis nuevos recuerdos…

Me vestí para ir al trabajo, una camisa y un jersey y por supuesto el supersujetador que me comprime las tetas para evitar llamar demasiado la atención. En la parte de abajo me puse una falta que me llegaba hasta la rodilla y me fui andando hasta el colegio. Aquella tarde teníamos reunión de profesores, el director nos quería comentar algo y nos había convocado en su casa, cosas de los pueblos, todo es más cercano…

Cuando acabó la jornada nos dirigimos hacia casa del director un par de profesoras y yo, hablando de tonterías del trabajo y poco más. Al llegar a la puerta me indicaron donde era, pues para mí era la primera vez, llamé al timbre y abrieron la puerta.

-          Buenas tardes profe. Joder, Carlos abrió la puerta, me quedé helada.

-          Buenas, venimos por la reunión. No entendía nada, que hacia aquel chavan en la casa del director.

-          Pasad pasad, mi padre os está esperando.

-          Gracias. Y pasamos las tres. Carlos nos dirigió hacia el jardín y se fue sin mirarme siquiera. Eso me dejó algo más tranquila, pero no podía dejar de pensar que estaba en la casa del director del colegio, que el último fin de semana me había follado a sus dos hijos y que ahora estábamos todos bajo el mismo techo… Hecha un flan, vamos…

Llegamos al jardín donde ya estaban el resto de profesores, nos saludamos y nos sentamos alrededor de una mesa en la que había cosas para merendar.

-          Buenas tardes Mónica, ¿qué tal va tu adaptación? ¿Te vas haciendo al colegio y al pueblo? Preguntó amablemente el director que era un hombre de unos 60 años, muy respetado por todos y físicamente bastante alto, con algo de barriga y una voz penetrante.

-          Bien, la verdad es que está siendo todo muy fácil, tanto en el colegio como en el pueblo, todo el mundo es muy amable. No era raro, pero me sorprendió ver cómo mientras le hablé, él no dejó de mirar mis tetas directamente. En cuanto acabé de hablar levantó la vista, me sonrió y me dijo…

-          Pues me alegro, por lo que me han contado todo el mundo tiene muy buena impresión de ti…

¿De qué estaba hablando? ¿Quién es todo el mundo? ¿Quién tiene buena impresión de mí? Estaba paranoica perdida o eran los nervios los que me empezaban a haber ver cosas raras.

La reunión transcurrió con total normalidad tratando cosas del trabajo y sobre las siete acabó y todo el mundo se levantó para marcharse.

-          Mónica, antes de marcharte no dejes de firmar el reglamento interno, el día de tu ingreso se nos olvidó que debías firmarlo.

-          Ah es cierto, perfecto.

-          Sube a mi despacho, lo tengo arriba. Me dijo el director mientras despedía a los últimos profes que salían por la puerta.

-          Es por esta escalera, sube. Me indicó que subiese delante y el subió detrás de mi así que pensé que disfrutaría de una buena vista de mi culo…

-          Es aquí a la derecha.

Entramos en una habitación convertida en despacho, con las paredes llenas de libros y una gran mesa al lado de una ventana. Él se sentó en una gran silla detrás de la mesa y me indicó que tomase asiento mientras buscaba los papeles.

Me senté justo delante y vi que había una foto familiar en la mesa, dónde estaba Carlos, Salva y su padre… No vi a la madre por ningún lado… Estaba nerviosa, descolocada, no sabía si el padre conocía mis escarceos con sus hijos, ni si eso podía afectarme de alguna manera… Sólo pensaba en firmar el documento y marcharme a casa…

Álvaro, que era el nombre del director, se acercó por detrás y dejó el documento en la mesa, amablemente me cedió un bolígrafo que acepté para firmar el documento en todas las páginas. Permaneció de pie detrás de mi mientras firmaba…

Al terminar me giré y le devolví el bolígrafo, se lo guardó en el bolsillo de su americana. Hice el ademán de levantarme para irme, pero de pronto noté como las manos de Álvaro se pusieron sobre mis hombros…

-          ¿A dónde va la profe tan deprisa? Me acariciaba los hombros… Se acercó a mi oreja y con su profunda voz me susurró al oído…

-          ¿Has visto que hijos tan guapos tengo? ¿Creo que ya los conoces, no es cierto?

-          Ejem, sí los conozco… Dije bajando la mirada, sentía una vergüenza inmensa en aquel momento…

-          Vaya vaya…, ellos me han dicho que también te han conocido a ti y muy bien… ¿no es así?

En ese punto y viéndome en una situación nada cómoda me jugué el farol de la indignada… No me quedaba otra…

-          Oiga sí, que quiere que le diga, nos hemos conocido bien este fin de semana, no creo que sea nada ilegal, ¿verdad?

-          No, no es nada ilegal… Me apretó las manos sobre los hombros-

-          Pero esto es un pueblo pequeño, no una ciudad, aquí no existe el anonimato que uno que puede disfrutar en una ciudad. Si en este pueblo por la razón que sea, empezase a circular que hay una profesora cachonda a la que le gustan las pollas gordas, comer culos y recibir meadas… no te puedes imaginar como podría afectar a la vida de esa profesora una habladuría de este tipo…

Me quedé helada… Tenía toda la razón, si se corre la voz de mis sesiones de sexo con los hermanos estoy perdida… Tendría que mudarme…

-          Don Álvaro por favor, no sería usted capaz de hacer eso ¿verdad? Acabo de instalarme, comprar una casa, firmar una hipoteca, quiero vivir aquí y formar una familia… por favor don Álvaro…

-          Mira profesora, te lo diré claro. Por este par de melones, soy capaz de eso y de mucho más… Dijo mientras bajaba sus manos por mi jersey y me agarraba las tetas juntándolas y estrujándolas con sus enormes manos…

-          Por dios don Álvaro, pero ¿qué hace?

-          Pues hago algo que tenía ganas de hacer desde el primer día que te vi aparecer por la escuela, agarrarte este par de tetaza que me estaban volviendo loco. Pero eso hoy va a cambiar, voy a dejar de desearlas para tenerlas, ¿a que sí?

-          ¿No hay otra manera?

-          Lo siento monada, pero si no quieres que todo el pueblo sepa lo guarra que eres, sólo tienes una opción…

-          Y si le enseño las tetas, ¿usted no dirá nada?

-          Jajajajajaj, pero bueno con todo lo que les has hecho a mis hijos y a mí sólo me ofreces, ¿enseñarme las tetas? Pues no me parece un trato justo…

Me agarró por las axilas, me levantó y me bajó la espalda dejando mis melones y mi cara contra su mesa, encima del documento que acababa de firmar… Ese movimiento me dejó con el culo en pompa-

-          Plas, recibí una sonora nalgada en el culo.

-          No creo que tetas sea lo único que tienes para ofrecerme, ¿verdad?

Mientras decía esto me subió la falta y quedaron mis braguitas negras al aire intentando tapara toda la redondez de mi culo-

-          Plas plas plas, me empezó a dar cachetadas mientras me decía…

-          Ha sido usted malota señorita Mónica, así que voy a tener que castigarla un poco… Plas, plas, plas… estaba segura que me debía estar dejando el culo como un tomate…

Mientras su mano izquierda empujaba mi espalda contra la mesa, su mano derecha me bajó las bragas hasta los tobillos en un movimiento rápido y decidido.

-          Por favor don Álvaro, ¡no lo haga! Supliqué…

Se escuchó el sonido de una cremallera bajar…

-          Menudo culo que tienes, joder que redondo y apretadito…

-          Por dios don Álvaro no, ¡no lo haga!

-          Pero si te va a encantar, no te hagas la digna y disfruta… me dijo acercando su boca a mi oreja para acabar chupándome el lóbulo de una forma suave sensual…

Empecé a notar como restregaba contra mi coño lo que parecía un puño, pero sin dedos, no podía ver la polla de aquel hombre, pero por como calzaban sus hijos…

-          Jajajaja, menuda guarra estás hecha, tenían razón los chavales, estás empapada y todavía no te había tocado el coño… te va a entrar suave suave…

Tenía razón, la situación de sentirme sin alternativas, expuesta e indefensa había hecho que mi coño se empapase de fluidos sin poder evitarlo…

-          Toma…

-          ¡Dios! Aaaaaahhhhh mis ojos se abrieron como platos, me sentía llena… menuda polla me estaba metiendo, empezó a sacarla y meterla suavemente. Pero pronto incrementó el ritmo, agarrándome por las caderas con las dos manos empezó a resoplar y a taladrarme a un ritmo preciso rápido y constante, sabia como mover aquel trozo de carne… Yo sentía como la baba caía por la comisura de mis labios…

-          ¿Te está gustando he profesora?

-          Siiiiiiiim no pare director… Me iba dando nalgadas… me agarró del pelo tirando hacía de él…

-          Muy bien preciosa, sabes… ha llegado el momento de que me enseñes esos melones…

Me di la vuelta y lo primero que hice fue mirar hacia su polla, era jodidamente larga y gorda, no me extraña que me hiciese sentir llena…

-          A ver, primero quiero que te quites el jersey.

-          Sí señor… Me subí lentamente el jersey quedando expuesto mi sujetador especial… Mis pezones estaban duros como piedras y parecía que querían atravesar la tela del sujetador…

-          Buff, madre mía… Pero que tetazas son estas… Si las llevas apretadísimas y ya se ven enormes… Venga, ahora despacito fuera libéralas de su cárcel…

Así lo hice, cuando mis tetas quedaron al aire los ojos de don Álvaro parecía que se le iban a salir de las órbitas, se quedó inmóvil por unos segundos y sin decir nada estiró sus manos hasta ponerlas encima de mis pechos. Los acariciaba suavemente al principio, para pasar a apretujarlas después… y que me las apretujen es algo que me encanta y me pone muy cachonda…

-          Vaya vaya… cada teta debe pesar tres kilos… me encanta la forma que tienen, no están nada caídas…

Con sus dedos me agarró los pezones y me los empezó a masajear, primero suave y luego me los pellizcaba provocándome una sensación de dolor que se mezclaba con placer por momentos…

-          Cierra los ojos…

Obedecí.

Plas, di un salto porque no me lo esperaba y me asusté, me había abofeteado una teta… Plas, ahora la otra… no paraba de darme bofetadas con la mano plana sobre mis pezones…

-          Ahora, con tus ojos cerraditos quiero ver cómo te masajeas las tetas tu misma… quiero ver como las tratas cuando estás solita en tu casa y te quieres hacer una paja… ¿Qué les haces?

Me agarré cada teta con mis manos y las junté mientras las acariciaba… les daba vueltas teniéndolas agarradas, me pasaba el dedo por la aureola que rodeaba los pezones, seguía con los ojos cerrados… me pellizqué los pezones y seguía apretujando mis melones…

-          Para.

Obedecí.

De pronto sentí una presión enorme en mi pezón derecho, una presión que no aflojaba. Y ahora en el izquierdo…

-          Abre los ojos.

-          Pero don Alvaro, ¿porque me hace esto?  Me había puesto una pinza de tender la ropa en cada pezón, era un dolor muy intenso el que sentía… Mientras tenía los ojos cerrados se había desnudado por completo… No tenía mal cuerpo para su edad, bastante peludo y con un rabo que me apuntaba como una escopeta recortada.

-          Estírate boca arriba en la mesa.

-          Obedecí.

-          Quiero que tu cabeza quede colgando hacia atrás. En esta posición él se acercó y puso su polla entre mis tetas, adornadas con las pinzas, sus huevos me quedaban justo encima de mi boca.

-          Chúpame los huevos mientras te follo las tetas…

Glupfff glupffff, intentaba meterme los huevos en la boca, pero eran demasiado grandes, no me cabían enteros… así que fui alternando las chupadas mientras él me agarraba las tetas juntándolas y me las follaba con aquel rabo que era como mi antebrazo…

Me quitó las pinzas de los pezones y me metió la polla en la boca mientras volvía a abofetearme las tetas…

De pronto me dio la vuelta y quedé estirada encima de la mesa y con las piernas saliendo por un extremo. Metió la mano en un cajón y vi que sacó un frasco, lo abrió y me embadurnó el coño como si de crema solar se tratase…

-          ¿Has disfrutado mi polla, tetona? Sí respondí…

Introdujo un dedo, luego dos, tres… los movía rítmicamente como si de una follada se tratase… Empecé a suspirar… Ahora cuatro dedos… Me sentía abierta, no le costó nada meterme cinco dedos, pero cuando llegaba a los nudillos se detenía… movía los dedos dentro de mí y los metía y los sacaba igual que había metido su polla hacia unos momentos.

-          AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!, grité, más por la impresión que por el dolor, ya que no me molesto nada... Su mano entera se había colado dentro de mí y no sólo eso, sino que al entrar la mano la penetración llegaba hasta la mitad de su antebrazo.

-          ¡Dios que gusto! Susurré…

-          Te está gustando eh…. Lo sabía….

-          No pares Álvaro, no pares… No había sentid nunca algo igual, notaba como su mano y sus dedos se movían dentro de mí, y como mi coño estaba tan abierto que su mano y parte de su brazo entraban y salían a placer…. Estoy seguro que me aplicó algún tipo de dilatante para poder meterme todo eso sin hacerme nada de daño…

Aceleró el movimiento de su brazo derecho mientras con la otra mano me agarraba y apretujaba la teta derecha… No sé cuánto rato hacia que duraba esta follada o lo que fuese que me estaba haciendo, cuando empecé a soltar liquido por mi vagina como si de una meada se tratase. Nunca había mi cuerpo había soltado liquido al tener un orgasmo, aaaaaaaarrraaaggggggg, siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii, fóllame con tu brazo animal…. Aaaaaaaaaaaaaaaaaa, no pares…. Mis ojos en blanco y mi cuerpo contraído me dejaron inmóvil un par de minutos mientras me sorprendían una especie de convulsiones a la vez que mi cuerpo entero estaba en una nueve de placer absoluto sexual y de un nivel que nunca hubiese pensado que una mujer podía alcanzar….

Pasados unos minutos, me sacó la mano despacio mientras mi cuerpo se sacudía con las ultimas convulsiones…

Cuando me recuperé mínimamente, me di cuenta de que el director estaba sentado en su silla con un cigarro entre sus dedos mirándome y con su polla colgando flácidamente… En el suelo una gran mancha de leche… vio que me fije en la mancha…

-          Si profe, tal vez te sorprenda, pero no hay nada que me ponga más cachondo que ver disfrutar a una mujer. Y hoy me he corrido sólo viendo cuanto disfrutabas…

-          Supongo entonces que me he ganado el favor de que no difunda ningún rumor sobre mi, señor director. Dije con cierta sorna…

-          Pues si que te has ganado el favor… pero creo que este tipo de reuniones las deberíamos tener de forma más regular… ¿Te parece?

-          Lo que usted diga señor director…