Mentiras Verdaderas
Por mi trabajo viajo a menudo por las ciudades de mi país junto a dos amigas; conocimos a un joven, no tan joven, de unos 30 años, talvez menos, nos pidió llevarlo a la ciudad donde nos dirigíamos, ya que no alcanzó los carros que transitan la zona, lo dudamos bastante pero accedimos a llevarlo.
Mentiras Verdaderas
Por mi trabajo viajo a menudo por las ciudades de mi país junto a dos amigas, las tres somos profesionales y nos agrada lo que hacemos.
Me presentare, mi nombre es Martina casi llegando a los cuarenta, casada, delgada y con rasgos marcados de la región de donde procedo.
Mariana la más cercana de mis amigas, mi confidente, divorciada, algo mas alta que yo, un par de años menor y con unas caderas que a veces me da envidia.
Malena la mas joven del grupo, soltera, cabello claro, de piel blanca, con unas pompis bien paradas y algo seria, parece de nuestra edad.
En un viaje a una región calurosa del país conocimos a un joven, no tan joven, de unos 30 años, talvez menos, nos pidió llevarlo a la ciudad donde nos dirigíamos, ya que no alcanzó los carros que transitan la zona, lo dudamos bastante pero accedimos a llevarlo.
Él delgado, normal por así decirlo, no era adonis o algo parecido,mas bien timido, bastante callado y reservado para las personas nuevas, creo, ya que después se desenvolvió mejor con nosotras, al conocerlo.
Llegando a nuestro destino, bastante noche, nos recomendó un hotel, el mismo donde se quedaría, tomo una habitación, parecía que lo conocen por la zona por la familiaridad con que se desplazaba, a pesar del hermetismo como se comportaba.
Mariana y yo tomamos una habitación doble justo detrás de la habitación de nuestro joven acompañante, que por cierto también trabaja viajando como nosotras, aunque no en el mismo rubro, su nombre Daniel.
Malena se fue a otro hotel, al de los contactos que solicitaron nuestros servicios.
Esa noche preparamos el material de trabajo para el día siguiente, Daniel se ofreció gentilmente a ayudarnos, trabajamos hasta tarde, conversando conociéndonos.
Nos dijo que tenía pareja, y que esta la celaba siempre, cada vez que regresaba de viaje le recriminaba diciendo: "Con quien no mas te estarás acostando, con quien no más me engañaras" Mariana y yo nos reímos con esas frases.
Le contamos algo de nosotras, yo que estaba felizmente casada, es cierto, que mi pareja confiaba en mi y esas cosas.
Mariana porque se separó de su pareja y de la hija que tenía, estuvimos bastante entrada la madrugada, cuando se fue la luz, que hizo que fuéramos a descansar. Daniel se retiró a su habitación, entre a la ducha y Mariana salió a dar una vuelta el hotel.
Salí de la ducha y Mariana aun no regresaba, cuando estaba por acotarme, tocaron la puerta, era Mariana, había olvidado la llave y venía algo ruborizada, imaginé por el calor de la región, por cierto no era eso, el guardia del hotel la había encontrado espiando a uno de los clientes, Daniel.
Entro a la ducha, demoró un poco, pero al salir me contó que había pasado. Al salir de nuestra habitación, vio como se encendió una vela en la habitación de Daniel, algo curiosa se acerco a la ventana del cuarto, por una abertura de cortina vio como este se desnudaba.
Bajo la tenue luz de la vela pudo ver bastante de la delgada anatomía de Daniel, como desinhibido se paseaba desnudo por la habitación, se duchaba con las puertas del baño abiertas, detalle que permitió a Mariana de no perderse detalle, detalle, detalle de como vio crecer el miembro de Daniel mientras se bañaba.
Tamaña herramienta para ese flaco, fue su comentario algo menos ruborizada.
Lo bochornoso fue que ella se deleitaba con Daniel paseando por la habitación con el miembro en alto y el guardia la asusto justo cuando empezaba a tocarse por encima de la ropa, se había excitado viendo a Daniel como se lo tocaba, como las gotas de la ducha bajaban por su casi frágil cuerpo.
Nos echamos a dormir algo calientes, pero bien cansadas por el viaje y el trabajito.
Por la mañana, nos encontramos los cuatro en la entrada del hotel, todos listos para nuestros trabajos. Ahí estaba Daniel, algo embobado con la figura de Malena y la ropita que se había puesto. Bastante sugerente y con transparencias que dejaban ver sus talentos.
Mariana y yo nos adelantamos, dejamos a Malena y Daniel en la ciudad.
Ya en la noche nos encontramos con Daniel, Malena se fue a coordinar lo de él día siguiente, algo cansados, quedamos de encontrarnos en el bar del hotel después de darnos una ducha. Cosa que hicimos rápido para no perder la noche.
Nos encontramos en la entrada del Hotel, dimos unas vueltas por la ciudad, que es pequeña, para volver al bar del hotel. Mientras tomábamos algunas copas de licor y otras de helados y refrescos por lo caluroso de la zona, nos sentíamos a gusto con él, conversamos de todo, pero no llegamos a mayores, bueno eso creí.
El cansancio se reflejaba en nuestros rostros, así que nos despedimos, ya en nuestra habitación, estaba por entrar a la ducha cuando oigo que la puerta se cierra, imagine que volvería a espiar a Daniel, así que salgo para espiarla a ella.
Para mi suerte, se volvió a apagar la luz, y vi como se prendía una vela en la habitación de Daniel, pero Mariana no estaba cerca. Cuando oigo que tocan a la puerta de Daniel, y este con la sola toalla que cubría la parte inferior de su cuerpo, abre la puerta y veo con sorpresa a Mariana entrando a la habitación.
No alcance a oír que decían, pero por la cara de Daniel, no se lo esperaba. Pero ni corto ni perezoso la tomo por la cintura y empezó a desvestirla lentamente la blusa y la falda larga que llegaba, para dejarla en brasier y trusa que cubría su intimidad.
La hizo dar vuelta y empezó a recorrer su cuerpo con sus manos y su boca, tocaba su vientre subía por sus pechos, ni grandes ni pequeños, que se coronaba por unos pezones que delataban su excitación, luego bajaba por su vientre, bajo vientre y pubis, mi amiga se estaba derritiendo en las manos de ese flaco. Mientras mordía su cuello y los lóbulos de su oído.
Bajaba con su lengua por la columna, se encontró con los broches del brasier, el cual soltó, siguiendo su recorrido hasta llegar hasta el borde de la trusa. A ese momento Mariana solo se dejaba hacer disfrutando segundo a segundo ese encuentro.
Daniel se paro de la posición en la que se encontraba, al hacerlo se notaba bajo la toalla la excitación que también él estaba alcanzando.
Hizo que Quedaran frente a frente, le quito el brasier que quedaba colgado, y acaricio sus senos, y pezones, los pellizcaba levemente, cosa que hacia salta a Mariana, con los ojos cerrados. La tomo de la cintura, y la acerco a su cuerpo. Mariana noto la erección que Daniel había alcanzado, así que se separo un poco de él, y le quito la toalla, quedando el miembro de Daniel como el mango de una sartén, para tomarlo, cosa que mariana hizo, se arrodillo y empezó a besarlo, lamerlo morderlo como posesa.
Con los ojos cerrados recorría palmo a palmo con la boca el miembro de nuestro casual acompañante de viaje. CUANDO de repente oigo pasos tras mí, ya algo prevenida por lo que me comento Mariana la noche anterior, antes que el guardia dijera nada, le hice un "shzzzz" y un gesto de silencio y lo invite a ver el espectáculo que había montado Mariana y Daniel.
Algo ruborizada por lo que estaba haciendo, nos acomodamos con el guardia y volvimos a ver a los amantes.
Mariana estaba echada en la cama, aun con la trusa que delineaba su figura y esas caderas, que ya había comentado. Daniel Chupaba y mordía los pezones erectos, bajaba por su vientre llegaba al borde de la trusa y daba un salto a sus pies para subir, por sus piernas rodillas, el interior de sus muslos. Ella estaba por enloquecer, aprisionaba con sus manos su entrepierna, tomo sus manos y las separo, sin separar sus labios e la caliente piel de Mariana, empezó a quitar la trusa recorriendo las caderas y la entrepierna con su olfato y lengua.
Terminó por quitarle la trusa y guardarlo en la gaveta del mueble de la habitación, sin dejar de besarla, abrió las piernas de Mariana y enterró su rostro en su entrepierna, que ya había aumentado la fuerza de sus gemidos, que ya eran audibles a través del cristal donde estábamos expectantes, el guardia y yo.
Mariana llegó al orgasmo, arqueo la espalda, un espectáculo fascinante a través de los cristales y la tenue luz de las velas.
Daniel se dio cuenta, espero un rato, arrastrándose llega a su boca y le regalo un beso delicado, pero siguió subiendo hasta hacerle llegar su pene a su boca, entendiendo que se venía, Mariana lubrico con su lengua el tieso miembro que tenía enfrente.
Ahora bajo, le dio otro beso y empezó a buscar torpemente la entrada caliente de su acompañante, quien toma con sus manos y guió a su agujero palpitante, que de un solo viaje llego a las profundidades de mi amiga que se sentía en las nubes con ese pedazo de carne dentro. Empezó el mete saca, de lento a rápido, y viceversa. Mariana ya no gemía, jadeaba y gritaba de ratos.
Llegado un momento, el la cambio de posición, la puso de cuatro y la penetro por detrás, perrito, le daba de nalgadas, que Mariana parecía disfrutar, en otro momento cambiaron a otra pose, y a otra.
Hasta que llego a una pose privilegiada para nosotros ya que nos daba una visión excitante, Daniel se echo de espaldas y Mariana se subió sobre él y se dejo caer suavemente sobre la mojada verga de su acompañante, primero dándole la espalda, ella imprimía el ritmo y nosotros nos deleitábamos con esa escena, Daniel la tomaba de las caderas y la hacia golpear con fuerza sobre su ingle.
Casi cuando ya terminaba Daniel, Mariana cambia de posición y lo hace de frente en la misma posición, visión privilegiada, en eso Daniel la toma de las nalgas y empieza abrirlo, alzarlo e imprimirle mas velocidad a la faena, se notaba que estaba por venirse, ella también aceleró sus movimientos, pero Daniel le ganó, descargó dentro de ella, con fuerza, alzándola por los aires, espectáculo fascinante, esto hizo que Mariana también llegará al orgasmo.
Algo recuperada pero sin desprenderse de su acompañante, mira de frente a la ventana y se encuentra con dos miradas atentas. Sorprendidos el guardia y yo, silenciosamente nos retiramos.
A la mañana siguiente nos encontramos solo las tres, Daniel no salía y no salió, el guardia me comento que salió con los carros que salen por la madrugada, no dejo nada, ni nota, ni encargo, solo se fue. Otro comentario del guardia fue "Llegue a pensar que ese flaco era gay", "pero veo que no es así".
Y el nombre con el que se registra no era Daniel, sino Samuel.
Conversamos con Malena sin comentar nada de la noche vivida, y nos comentó que Daniel le había dicho que era soltero, sin compromisos, ni ataduras. Y que toda la mañana trato en vano de calentarla. Ese flaco no era nada interesante, así que no le di oportunidad, es uno más.
Ese momento me puse a pensar en lo que había pasado, en realidad no conocíamos a esa persona, a una dijo una cosa, y a la otra todo lo contrario. Que era verdad, soltero, casado?, con pareja?,
Me hice estas preguntas:
A las mujeres nos gusta que nos mientan? O queremos que nos mientan? O era el calor del momento? Existió ese joven o solo fue un espejismo?
Eso si Mariana descargo todo su torrente sexual esa noche, no sé si vuelva a hacerlo, pero me gustaría estar may, porque lo disfrute tanto como ella. De lo que se perdió Malena...
Autor:
DevilAngel
Comentarios: devilangel@peru.com
Relato escrito a pedido de socióloga, protagonista de este relato