Mensajes Telefónicos

El teléfono celular fue mi complice para poder disfrutar el juvenil cuerpo de Rory.

Mensajes Telefónicos

Por Georgina del Carmen

Un buen día estando con un grupo de amigos en una plaza comercial tomando un café, lugar al que asistíamos con la sola intención de ver con morbo a las chicas que ahí asistían, uno de los amigos nos señalo a una sabrosa chamaca que ataviada con un ajustado pantalón blanco que hacia resaltar sus sabrosas nalgas enriquecidas al marcársele las pequeñas pantaletas tipo bikini que la hacían ver mas provocativa y excitante.

Todos en conjunto "babeamos" a la chamaca alabando su buen cuerpo y lo sensual que se veía, haciendo todo tipo de comentarios de índole sexual. La colegiala llamó poderosamente mi atención, al darse vuelta la chica, grande fue mi sorpresa cuando descubrí que aquella sensual muchacha era Rory mi hermana menor.

No hice comentario alguno para evitarme las manifestaciones de mis amigos que seguramente se prolongarían por tiempo indefinido haciéndome blanco de sus bromas y los consabidos apodos y alusiones picantes.

Sin embargo no podía apartar la vista de Rory, nunca me había fijado en ella como mujer, estaba verdaderamente sabrosa, nada exagerada pero si muy "encamable", mi hermana recién había cumplido los 15 años, tres menos que yo, inexplicablemente estarla viendo me hizo poner la verga erecta aun sin darme cuenta en que momento había sucedido.

Cuando llegué a casa, mi hermanita ya estaba ahí, nuevamente mis ojos no podían apartarse del cuerpo de ella y automáticamente mi verga se endurecía. No sé como nunca me había fijado en ella, estaba muy sabrosa. Todo el resto del día le estuve admirando y tratando de adivinar de qué color traería las pantaletas, provocándome una gran excitación. Por la noche tuve que recurrir a la masturbación pensando en ella y fantaseando que podía disfrutar de su excitante humanidad.

A la mañana siguiente, era sábado, creí que con aquella masturbación mi hermana desaparecería de mi mente, pero cuando Rory se hizo presente nuevamente la verga se me entiesó, se veía encantadoramente sensual, solo vestía un top que evidenciaba su falta de sostén, sus chichitas aunque pequeñas se bamboleaban al caminar, complementaba con un ajustado short de licra ajustable en color blanco, que se embarraba en sus nalgas y vientre como si lo trajese pintado, claramente se notaban las diminutas pantaletas que usaba, tipo tanga que emergían de entre sus ricas nalguitas redondeadas y "paraditas" y por el frente se le dibujaban con claridad sus labios vaginales. Sus poderosos muslos estaban plenos a mi vista, usaba unas calcetas cortas y unos zapatos tenis.

Se veía excitante y provocativa en una rara combinación de ingenuidad de adolescente y a la vez como una cachonda consumada, se me "caía la baba" admirándola y mi verga estaba a todo lo que daba de erección.

Aquella fijación por Rory apenas empezaba, no había momento del día en que no pensara eróticamente en mi hermanita, me llenaba de lujuria cuando usaba minifaldas facilitándome poder verle las piernas y sus sensuales calzoncitos cubriendo sus partes intimas. En fin que se volvió mi musa erótica.

Pasaron algunos meses y empecé a notar que mi hermana ya se había dado cuenta de que no le quitaba la vista de encima, que me provocaba deseos sexuales, pero lo mejor es que ella no lo evitaba, por el contrario me facilitaba las cosas de manera casi descarada y se comportaba de manera coqueta conmigo, tal pareciera que ella misma se excitaba poniéndome caliente.

Mi padre le regaló su primer teléfono celular, Rory se puso muy contenta y daba su número a todo mundo para que le llamara, empezando por la familia, incluyéndome a mí. Así mismo registro en su celular el número de todos nosotros y sus amistades.

Un día que estaba muy cachondo, como ya era costumbre, pensaba en Rory mientras olfateaba sus pantaletitas sucias y se me ocurrió que seria excitante enviarle un mensaje mientras aspiraba sus aromas íntimos. Era un impulso y no se me ocurrió otra cosa que escribirle:

-"Adivina en que estoy pensando y te daré un premio"-.

-"En sexo"-. Su respuesta fue sorprendente, breve y contundente. No supe que contestar, enseguida me llegó otro mensaje de mi hermana.

-"¡Adiviné!, ¿Cuál es mi premio?"-. Me quedé meditando en su respuesta, casi estaba seguro que Rory sabía de mis deseos por ella y todo indicaba que estaba correspondido.

Por la tarde cuando estuve frente a Rory me miraba con picardía y repentinamente y esbozando una sonrisa maliciosa me dijo "Me debes algo... Cuando me lo darás", un poco contrariado le conteste "Pronto". Ese día traía minifalda y se sentó frente a mí, era evidente que con toda premeditación me estaba dejando verle las piernas y al fondo sus pantaletitas amarillas, volteaba a verme a los ojos y se sonreía provocativa y enseguida llevaba su mirada al bulto que hacía mi verga bajo el pantalón.

Al día siguiente cuando estaba en la escuela recibí un mensaje de mi hermana:

-"Soñé que me dabas el premio que me prometiste y me gusto mucho"-.

-"Y, ¿cual fue el premio?"-. Le contesté con fingida ingenuidad.

-"Tu lo sabes mejor que yo... ¡Cuando me lo darás?"-. Me respondió retadora y sin aparentes escrúpulos, aunque no había claridad en el "premio", ambos sabíamos que hablábamos de sexo.

Ese mismo día, más tarde, mi hermana me envió otro mensaje:

-"Adivina en que estoy pensando y yo sí te daré un premio", me sorprendió y súbitamente me excitó mas de lo que ya de por sí estaba.

"En sexo". Le reviré su respuesta de aquel día.

-"¡Ganaste!... Yo si te daré el premio hoy mismo, eso no te libera del que me debes". Ardía en ganas de saber que premio me daría ella y sentía que la verga me reventaba de erecta.

Antes de 10 minutos, Rory estaba frente a mí con pícara sonrisa y con atrevimiento me dijo "Toma tu premio", se metió las manos bajo la minifalda y tiró de sus pequeñas pantaletas amarillas, se las quitó y suavemente me las arrojó. En ese instante mi madre entró a la sala donde nos ubicábamos y le dijo a mi hermana que era hora de irse, mi hermana solo sonriente se fue con mi madre. No tuve oportunidad de nada.

Seguramente Rory ya sabía lo que me gustaba hacer con sus calzoncitos sucios y me había dado los que ese día desde el amanecer había traído puestos. Sentía que me venia en seco, pegué sus pantaletitas a mi nariz aspirando profundamente deleitándome con su aroma vaginal y anal, la diminuta prenda intima estaba húmeda con sus jugos íntimos, no pude resistir y eyaculé mojando mi ropa interior y mi pantalón.

15 minutos más tarde recibí otro mensaje de Rory:

-"¿Te gustó tu premio?... Disfrútalo", Me dijo mi hermanita con cinismo.

Mas tarde llegaron Rory y mi madre, subieron a su recamara y minutos mas tarde salieron nuevamente, mi hermana se había cambiado de ropa con revelador minivestido que ponía de manifiesto lo bien torneado de su figura, en especial de esas nalguitas que me volvían loco. No había tenido oportunidad de tener contacto con ella.

Mas tarde regresó mi madre y al preguntarle por Rory me dijo que la había llevado a una fiesta y que mas tarde iría por ella.

Pasaron un par de horas y recibí otro mensaje de mi hermana:

-"Si vienes por mí a la fiesta, te daré otro premio mejor, pero tendrás que darme el que me debes"-. Aquel mensaje me puso la verga bien dura, aunque me acababa de venir, una gran emoción y cachondez se apoderó de mí. Y enseguida le contesté:

-"A la media noche estaré por ti. No olvides lo que me prometiste, yo te daré tu regalo"-. Sin esperar le dije a mi madre que se acostara sin pendiente que yo iría a recoger a Rory. Mi madre aceptó encantada.

-"Ok te espero, adelántame algo de lo que darás... ¿Me va a gustar?"-. Me contestó Rory.

-"Te va a encantar"-. Le respondí

-"Me tienes ganas... ¿verdad?"-. Reviró mi cachonda hermana

-"Ya lo veras y sentirás"-. Terminé la conversación.

A la hora convenida me trasladé al lugar indicado para recoger a Rory, me estacioné y le envié un mensaje:

-"Ya estoy aquí con tu regalote, te espero en la puerta"- le indiqué.

Unos minutos después mi sabrosa hermanita salió luciendo su cuerpecito en todo su esplendor en aquel ajustado y corto vestidito. Sin mas me saludo con un "besito" en los labios, lo que me indicaba que Rory estaba dispuesta a "todo" y yo mas que decidido. Se notaba que mi hermanita se había tomado unos tragos o bien habría fumado yerba, pero era evidente su desinhibición, cuando caminamos rumbo al auto se adelantó dos pasos para que pudiera verle las nalgas que contoneaba de manera provocativa, sus minúsculas pantaletitas se le marcaban bajo el minivestido, lo que provocó mi erección inmediata.

Con toda intensión le abrí la puerta del coche y me coloqué de manera que pudiera ver su entrepierna cuando abordara, Rory fue generosa al subir lentamente al vehículo, separando sus piernas lo suficiente para que con toda calma pudiera ver la parte interna de sus lindas piernas y al fondo las pantaletas azules, mientras ella me miraba sonriendo.

Al subirme al auto noté que mi hermanita no se había compuesto el vestido y sus muslos lucían por completo descubiertos y alcanzaba a verse el color de sus calzoncitos que cubrían su vulva.

Sin perdida de tiempo le dije que me diera el "premio" por haber ido por ella, me replicó que primero debería darle el que yo le debía.

Dispuesto a jugarme el todo por el todo, me desabroché el pantalón y me bajé el cierre de la bragueta poniendo en libertad mis 21 centímetros de verga en total erección. La carita de mi hermana reflejo sorpresa, "Que grande y grueso lo tienes", dijo, con lo que me aclaró que la sorpresa no era por haberle enseñado mi falo parado, sino por el tamaño.

Rory no se inhibió, sin quitarle la vista de encima lo tomó con una de sus manecitas frotándolo con suavidad, por mi parte no le quitaba la vista de sus muslos y lo que podía verle de su vulva forrada por las pantaletitas.

"Lo tienes enorme y bien hermoso", decía mi cachonda hermanita visiblemente excitada ante la presencia de mi macana. "¿Qué te parece tu premio?". Dije un tanto presuntuoso, "Precioso", dijo tomándola con ambas manos para chaqueteármela, mis manos se fueron a sus piernas acariciándoselas y ante su aceptación subí una de ellas hasta su Monte de Venus frotándoselo por encima de sus calzoncitos, subí mas la mano y la deslicé por debajo de las pantaletitas para hacer contacto con su vello púbico y buscar con mi dedo sus labios vaginales para tocarle el clítoris.

Permanecíamos estacionados fuera del lugar de la fiesta, duramos algunos minutos, ella chaqueteándome y yo dedeandole. Creí que era tiempo de pasar a otra cosa y le dije "Bueno ya tienes en tus manos lo prometido, ahora dame el premio que me gané".

"¿Estas listo?", me dijo Rory y para mi sorpresa se echó sobre mi regazo y sin soltar mi camote lo empezó a besar en el glande y poco a poco le daba chupetitos hasta meter la cabeza de mi tolete entre sus sensuales labios para mamarlo, mi hermanita abría toda su boca para que le cupiera y lo introducía hasta su campanilla. La pose que había adoptado Rory me obligo a dejar de frotar su clítoris, pero dejando a mi alcance sus preciosas nalgas que para entonces el minivestido solo tapaba a medias.

Extendí mi brazo y me apoderé de sus lindos glúteos, palpándolos con toda la palma de la mano y buscando con mis dedos la separación de éstos, pero la ya humedecida tanga me impedía tocar su culito y su vulva. Quizá no esperaba que Rory me mamara la verga, pero sentía que me llevaba al cielo con su linda boquita succionando mi falo.

Algunas gentes que salían de la fiesta empezaban a deambular por donde estabamos, así que, sin que Rory dejara de chuparme la verga y yo de manosearle sus "encantos", encendí el auto y lo puse en marcha, aunque mi hermanita quería levantarse, se lo impedí para que no la vieran salir de mi regazo e imaginaran lo que me estaba haciendo.

Un par de calles adelante me detuve, dejé que mi hermana se levantara, enseguida me besó en la boca, sin embargo estaba asida a mi falo y no lo dejaba de frotar, "Déjame quitarte las pantaletas" le dije y sin esperar respuesta llevé mis manos a sus calzoncitos tirando de ellos hacia abajo hasta quitárselos, mi hermanita se dejaba complaciente, nuevamente le agaché la cabeza para que continuara mamándomela, ahora si podía dedearle tanto la vulva como su delicioso culito a lo que Rory no se oponía. Volví a poner el auto en movimiento rumbo a casa.

Rory dejó de mamarme la verga hasta que llegamos a casa, entramos silenciosamente, ambos estabamos que nos derretíamos de calientes, sin comentario alguno nos metimos a su recamara e instintivamente la empecé a desnudar hasta dejarla encueradita, mi hermana se dejaba complacida y colaboraba desabrochándome el pantalón.

Ya desnudos nos tiramos en la cama y previo algunos besos en la boca, nos colocamos en la clásica pose del "69", era mi turno de paladear sus "encantos", me metí entre sus piernas degustando su exquisita papaya y su adorable culito en tanto ella chupaba mi macana. Minutos después, desde el fondo de mi alma me salió la expresión "Quiero cogerte", la respuesta de Rory fue contundente "Ya sabia que me tenias ganas... Cógeme", nos pusimos de costado, colocándome tras ella, subió su pierna dando entrada a mi camote.

Puse mi glande entre sus labios vaginales y empuje con suavidad, mi verga no encontró obstáculo alguno para alojarse en el sexo de Rory, el vaivén de mi verga en la vulva de ella se generalizó, mientras con una mano le acariciaba los senos y con la otra le frotaba el clítoris. Estabamos tan cachondos que en cuestión de minutos ella tuvo su orgasmo y momentos después me vino la eyaculación, apenas pude sacar mi verga de su sexo y bañar con mi esperma sus lindas nalgas. Por esa noche fue todo.

A la mañana siguiente, al encontrarnos, no hubo comentario alguno de lo sucedido. Creí que tal vez le había entrado el remordimiento de lo que había sucedido, cosa que yo lamentaba pues me imaginaba que podría gozar de su cuerpecito muchas veces más.

Sin embargo, al medio día mi teléfono celular indicó que se recibía un mensaje, me emocioné al ver la pantalla y enterarme que era de Rory, automáticamente se me paró la verga y me apresuré a abrirlo:

-"¿Te gusto mi regalo?, el tuyo me encantó"-. Decía.

-"Me fascinó, aun estoy pensando en ello"-. Conteste.

-"Entonces… ¿tienes el caramelote bien "Hermoso"?, ¿Me sigues teniendo ganas?"-. Reviró. Mientras pensaba que contestar llegó otro:

-"¿Quieres que me ponga minifalda o short?-. Decía.

-"Minifalda"-. Contesté de inmediato.

-"¿Me pongo ropa interior?, ¿De que color? o ¿Encueradita bajo la ropa?-. Decía. Lo que me demostraba que mi hermanita estaba más que dispuesta a continuar con esta pecaminosa aventura y era evidente que estaba tan cachonda como yo.

-"Mejor encueradita, solo la mini y un top"-. Le contesté lleno de lujuria.

"Te quiero chupar el caramelote y sentir tus labios en mi cuerpo"-. Decía el nuevo mensaje que me ponía al borde de la eyaculación.

"Te lo prometo"-. Cesó la conversación con la convicción de que cachondearíamos todo el día y por la noche terminaríamos cogiendo aun más rico como la noche anterior.

Efectivamente ese día fue extremadamente caliente, cachondeándonos en todo momento que podíamos, besando y chupándonos lo más íntimo de nosotros y por la noche cogimos como locos en diversidad de poses y por primera vez tragó mi esperma.

Ese fue el inicio, actualmente lo seguimos haciendo y utilizamos los mensajes telefónicos como medio de excitación enviándonos a toda hora mensajes calientes y concertamos las citas para dar rienda suelta a nuestras pasiones prohibidas.

Georgina del Carmen

Relato redactado con los datos proporcionados por el amigo de la red freeman, quien asegura son verídicos y autoriza su redacción y publicación.