Memorias Energéticas 7

Fernanda y Lucia

AÑO 2011

Toda la habitación se encontraba en silencio, apenas podía escucharse la respiración de la chica recostada sobre la alfombra, sus lágrimas la derrotaron por completo y las fuerzas que tenía la habían abandonado. Luego de la noticia de su padre, dormir era la única solución, pero en sus sueños todo parecía tan real, casi podía olerla nuevamente...al menos allí siempre la podría volver a ver.

Fernanda era una chica de 18 años con cabello levemente ondulado color castaño, de piel bronceada, mide 1.72, con labios relativamente gruesos, nariz perfecta y ojos color verde esmeralda.

Adora los deportes extremos, practica muy seguido surf y escala cada vez que puede con su hermano mayor Rodrigo.

Como todos los días de semana, Fer se levanta para ir al colegio, estaba en uno de los mejores de la ciudad por la buena situación de su familia, tenía un grupo de amigas y muy buena relación con sus profesores, rara vez tenía problemas.

  • Hola Fer, ¿cómo estuvo el fin de semana?

  • Hola Romi, bien, bastante tranquilo, aunque hoy conoceré a la nueva pareja de mi hermano

  • Ojalá sea mejor que la anterior – dijo mi amiga sonriendo

  • Esa … ni siquiera puedo mencionarla, menos recordarla

Mi hermano no ha tenido mucha suerte con sus parejas, pero la última sobrepasó todos los límites. Era totalmente celópata, tantos fueron que golpeó a una prima con la que nos juntamos a cenar un día, pensando que la estaban engañando...

Esa fue la gota que hizo despertar a Rodrigo y terminar definitivamente con ella.

Ambas reímos y fuimos a clases. Al sonar la campana para recreo me junté con María Paz, una chica de 16 de un curso menor con la que estaba saliendo hace algunas semanas.

A pesar de negármelo por 17 años decidí arriesgarme con ella y “salir del closet”, sin embargo nadie lo sabía aparte de nosotras dos.

  • Ya te extrañaba, se nos va acabar el recreo – decía con cara de reproche María Paz

  • Lo siento, las chicas me demoraron un poco… ¿vamos? – pregunté sonriendo

  • Si, ya queda poco tiempo

El colegio era grande y con bastantes áreas verdes, en uno de esos lugares teníamos un pequeño escondite al que íbamos cada vez que podíamos.

Al salir de clases me junté con mis amigas que me acompañaron a casa, nos despedimos y entré saludando a mis padres que se encontraban en el living.

Luego subí a mi habitación y me recosté un momento, pero la voz de mi hermano hizo que me levantara de un salto

  • Hermanita! Fer! Baja, quiero presentarte a alguien! – gritaba desde el primer piso

Bajé a la sala donde solo encontré a mis padres nuevamente

  • ¿y mi hermano? – pregunté al no verlo

  • Fue a mostrarle la piscina a … - se quedó pensando mi Padre

  • Isabel – respondió con una sonrisa mamá – se ve una buena chica

  • Sí, me simpatizó bastante, muy diferente de la última niñita que trajo a casa – dijo papá

Mientras esperamos le pedí a Marce, la chica de servicio, un vaso de bebida y me senté a ver televisión junto a mis padres.

La casa era grande, y probablemente la recorrieron completa, luego de casi 10 minutos escuchamos la puerta del cuarto de mi hermano cerrarse.

  • Hola Fer! ¿todavía no te cambias ropa? – dijo él sonriendo

  • No, de hecho quería descansar un rato, pero llegaste y tuve que levantarme – dije con una risa burlona

Entonces apareció desde el baño aquella chica, Isabel, y las palabras más cursi quedaron pequeñas para describirla

  • Bueno, Isa, te presento a mi hermanita Fernanda, la mimada de la casa

  • Hola, un gusto – dijo la chica acercándose y besando mi mejilla

  • Ho…hola… - dije con dificultad – yo … yo..

  • ¿Qué pasa Fer? ¿estás bien? – preguntó Rodrigo algo preocupado

  • Si, tranquilo, disculpa…es….solo… solo es que se parece a … ok… no importa, es un placer Isa –dije con mi mejor sonrisa

Luego de ese extraño momento pasamos al living donde mis padres le hicieron algunas preguntas y comenzaron a contar historias divertidas sobre mi hermano, mientras yo… no podía quitar mis ojos de esa hermosa chica que acababa de conocer, al menos en persona.

Su cabello era rubio como el sol, sus ojos de un azul profundo y su piel tenía un hermoso toque dorado…delgada, apenas un poco más alta que yo y su sonrisa podía derretir el polo sur completamente.

AÑO 2013

Luego de cenar junto a mis hermanas me junto con Paul y nos ponemos en marcha al local para vernos con sus amigos y celebrar su cumpleaños. Ya llevo un año fuera de Chile y aquí al menos nadie me juzga por ser lesbiana, mis hermanas y sus novios me han apoyado en todo…tal vez, si fue la mejor decisión salir del país después de todo.

  • Por fin llegan! – grita uno de los amigos de Paul – vamos, están todos dentro!

Entramos al lugar, era segunda vez que iba. No era demasiado grande, pero tenía pista de baile y algunas mesas para conversar, pasaron las horas, después de algunos tragos y bailes le pedí a María que me acompañara al baño.

  • Dale, acompáñame, no quiero ir sola

  • Vale, vale, vamos, pero yo entro primero – dijo ella poniéndose de pie

  • Bueno… pero vamos – asentí sonriendo

Al llegar ella entró enseguida, mientras la esperaba me apoyé en la pared y comencé a observar la gente hasta que me detuve en una chica de pelo oscuro que estaba mirándome fijamente. Le sonreí y ella lo respondió

  • Anda Fer ¿pasas?

  • Si, si, espérame, no me tardo – dije sonriendo como una tonta

  • Bueno, pero tendrás que contarme porqué te ríes tanto

Entré, me miré al espejo, tenía cara de emocionada como si hubiese abierto el mejor regalo de navidad del mundo. La verdad era que apesar de la distancia y el tiempo, aun soñaba con la pareja de mi hermano y era mi gran razón para evitar inscientemente toda acción con otras chicas…Al salir, María me tomó del brazo y acercándose a mi oído dice:

  • Ahora cuéntame la verdad… ¿tanta sonrisa es por la hermosa chica de pelo liso que no te quita los ojos de encima? – al decir esto hacía notar aún más la emoción que sentía

  • Sí – contesté sin rodeos - ¿aceptará un trago?

  • ¿Quién tiene que aceptar un trago? – preguntó Paul intrigado, ni siquiera noté cuando llegamos a la mesa.

  • Mira hacia allá. La chica que está en esa esquina – dijo señalando descaradamente María – no le ha quitado los ojos de encima y la he pillado sonriéndole, bueno, las he pillado

  • Ya va! Debe ser mi idea, nada más – dije algo avergonzada, pero volteando a verla de todas formas

  • Anda Fer! – comenzaron a decir todos a la vez entre risas y empujones, como si disimular no fuese posible en ese momento

No se si fue por ellos y su insistencia o realmente porque yo quería, pero me volteé y al ver su sonrisa ante las reacciones de mis amigos, comencé a caminar hacia ella. Al notarlo hizo lo propio hasta encontrarnos de frente

  • Soy Lucía – dijo sin darme tiempo a reaccionar y sonriendo con sus ojos

  • Un gusto, soy Fernanda – respondí sin acercarme más, pero sí sonriéndole

  • No eres de aquí ¿verdad?

  • No, soy de Chile, llevo un tiempo aquí…y… - me interrumpió antes de poder preguntar algo más

  • ¿Te gustan las chicas verdad?

  • Si, y ¿a ti?

  • No – dijo seria y sin quitarme la mirada – al menos…eso creí, hasta hoy – sonrió de medio lado

  • ¿Por qué hasta hoy? – pregunté algo coqueta

  • Porque llamas muchísimo mi atención…al verte sentí que…ya te había visto antes…tienes unos ojos muy lindos y… ¿quieres que tomemos un café mañana?

Así sin más, comenzamos a salir, al cabo de 2 semanas ya era oficial, llevé a Lucia a conocer a mis hermanas, se llevaron estupendamente…y yo, de a poco empezaba a quererla más.

AÑO 2012

  • Mamá te prometo que no es por nada más que la oportunidad de conocer otra cultura, sabes que siempre me ha llamado la atención ir a Europa y que mejor que hacerlo con mis hermanas. Te prometo que me portaré muy bien – intentaba sonar lo más convincente posible para que me dejaran partir

Mis hermanas se irían a España a estudiar y me habían ofrecido ir con ellas, la solución que tanto había pedido por fin había llegado, ya no soportaba ver a Isabel y Rodrigo besándose o abrazados por la casa

Los sueños eran cada vez peores y estaba completamente segura que era ella quien aparecía cada noche en ellos, la mejor opción era irme lejos e intentar olvidarla

  • Hija, luego de hablar con tu padre y hermanas hemos decidido que puedes ir, siempre y cuando cumplas al pie de la letra lo que ellas te digan y nos llames seguido

Oír la noticia hizo que un ambivalente sentimiento se apoderara de mí, por una parte la felicidad de conocer España y por otro, saber que dejaría a la mujer que hoy era dueña de todos mis sueños.

Era lo correcto, por mi hermano y por mi familia, tenía que irme, tenía que dejarla, tenía que separarme de ese sueño para que solo quedara en eso…un sueño.

Subí a mi habitación y me recosté en la alfombra, ya estaba todo dicho.

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Hola! Primero que todo muchas gracias por sus comentarios 🙂

Realmente me motiva mucho leerlos.

Sell: trataré de subir al menos 1 cap a la semana

Sasia: que bueno que te haya gustado, espero este cap también

Fabiola: jejeje intentaré que siga siendo asi de rápido

Recuerden comentar y visiten mis otros relatos 😉