Memorias Energéticas

Nos encontraremos más allá del tiempo

A pocos kilómetros del lago Taihu se encuentra La Gran Ciudad de Helu, conocida por la manufactura de seda y sus hermosos jardines en algunas viviendas de personas adineradas.

Kumiko vivía en una pequeña casa junto a sus padres,  ayudaba a su madre recolectando bambú para hacer artesanías, corría el año 505 a.c.

Sus padres eran muy buenos y la niña crecía feliz como hija única. Por las tardes le permitían jugar antes que llegara el ocaso.

  • Hola, ¿cómo te llamas?

  • Hola, soy Mei Ling, llegué hace unos días

¿Puedo jugar con ustedes?

  • Claro - Respondió Kumiko

Todos los niños se acercaron a saludar.

Después de un tiempo ambas se convirtieron en las mejores

amigas, se contaban todo y ya que ambas eran hijas únicas se querían como hermanas.

Pasaron los años y el cariño entre ambas había crecido.

Todas las tardes se juntaban en un hermoso lugar junto al río, pero aquella vez Kumiko no paraba de llorar.

  • ¿Qué ocurre? – preguntaba Mei Ling, sin obtener respuestas

  • Por favor, me angustias, dime que pasa

  • ¡Mi padre! – gritó entre llanto – me ha comprometido con un soldado y tendré que marcharme en 4 días

El corazón de la joven Mei Ling sintió un fuerte golpe, y sin pensarlo rompió en llanto junto a su amiga, ésta al observarla la abrazó y juntas lloraron como si el mañana no existiera.

Pasados algunos minutos, Kumiko ya más calmada, y viendo a su amiga aun acongojada levantó suavemente su rostro y con una pequeña sonrisa le dijo:

  • Eres lo mejor que me ha pasado y te juro, por mi vida, que nada ni nadie va a poder

separarnos…aunque pasen años…

AÑO 2015

  • Calma, ya estás de vuelta, respira – decía la doctora mientras la chica abría suavemente los

ojos y lloraba sin parar.

  • No pude, de nuevo no pude, veo su rostro, pero no entiendo lo último

  • Tranquila, ve a refrescarte y vuelve para que hablemos sobre eso

Sentada en la consulta una mujer de 38 años, de baja estatura, rostro amable, pelo castaño ondulado anotando en una pequeña libreta.

  • ¿estás un poco mejor? – preguntó con una agradable sonrisa

  • Si, no pensé que esto funcionaría, pero eran los mismos ojos que la chica de mis sueños

  • Tranquila, toma asiento para que hablemos

Conversamos 30 minutos más y pude calmarme por completo, pero la imagen de sus ojos seguía clavada en mi

memoria.

Salí de la consulta y luego de saludar a mi novio emprendimos marcha hacia el departamento.

La chica era Isabel, sus amigos la llaman Isa y tiene 25 años, es de contextura delgada, mide 1.74, pelo largo rubio y ojos azules, su piel tiene un color dorado por todos los veranos en las playas, es muy alegre y lleva 1 año comprometida con Rodrigo, un jugador de Rugby, alto y fornido muy cotizado dentro de su círculo de amistades.

Ambos se conocieron en el primer año de universidad y luego de un pololeo de 5 años decidieron comprometerse, lo que hizo muy feliz a sus familias.

  • Isa, ¿cómo te fue? – pregunta intrigado Rodrigo

  • Bien mi amor, aunque fue extraño volver a ver a esa chica, sus ojos me recuerdan algo…

  • Pero ¿qué cosa?

  • Ese es el problema no sé qué, en realidad quizá todo esto sea una locura,

tal vez ni siquiera exista – dijo Isa con algo de angustia al decir la última frase.

  • Tranquila, créeme, la doctora es la mejor en este campo, y con la hipnosis podrás recordar y entender lo que sea necesario - dijo él tratando de calmarla.

Luego de un viaje con poca conversación llegaron al departamento y comenzaron a preparar todo para la fiesta que darían esa noche con sus amigos por el cumpleaños de Rodrigo que sería en una semana, estaban particularmente felices porque llegarían sus tres hermanas que vivían en Madrid, cada una con sus respectivos novios, así que también sería su bienvenida a Chile luego de 4 años.

  • Mi amor iré a dormir un momento, me duele un poco la cabeza – dijo Isa provechando que ya faltaban muy pocas cosas

  • Ok, tranquila, yo iré a buscar a los chicos al aeropuerto

  • ¿a qué hora llegan? – preguntó Isa quitándose la ropa

  • A las 9 debería llegar su vuelo, así que me iré pronto para no atrasarme por el tráfico - se acercó

y tapándola besó su frente.

- ¡No me dejes!

- “eres lo mejor que me ha pasado y te juro, por mi vida, que nada ni nadie va a poder

separarnos…aunque pasen años…yo…”

  • Noooo! – despertó nuevamente llorando Isabel

Este sueño y otros igualmente desesperantes no la dejaban dormir bien hace algunos meses, por esto siguió la recomendación de una amiga y accedió a someterse a una terapia de hipnosis.

Al despertar miró un pequeño reloj frente a la cama, había dormido casi dos horas, seguro Rodrigo ya estaba recogiendo a las chicas, así que decidió enviarle un whatsapp:

  • Amor, acabo de despertar me daré una ducha y prepararé la terraza.

  • Ok amor, por favor prepara la pieza de alojados, allá te explico.

ISABEL

  • Que habrá pasado para que necesite esa pieza, seguro viene alguien sin avisar.

Se levantó rápidamente y entró a la ducha, al salir se vistió y comenzó a ordenar la habitación que era bastante

grande: una cama de dos plazas, closet, televisor y una pequeña terraza.

Luego de abrir las cortinas y ventanas sintió un fuerte dolor en el pecho, se asustó y sentó en el borde de la cama, controló su respiración y pronto el dolor pasó.

Cada vez que tenía los sueños ese dolor aparecía, pero sin darle mayor importancia fue a preparar lo último para la fiesta.

Cerca de las 22:30 comenzaron a llegar los invitados, pusimos la música y nos sentamos a conversar, ya que todos eran muy buenos amigos se servían solos, alli se sentían en su casa.

  • Y, ¿sigues con esos sueños? – pregunto Martina la mejor amiga de Isa

  • Si, y los dolores posteriores también, de verdad ya no sé qué hacer

  • Y ¿no tienes alguna idea de que pueden significar?

  • En realidad…no, he tratado de pensar quien es la chica, pero realmente no conozco nadie así, su cara cambia en los sueños, pero sus ojos son siempre iguales.

  • ¿algo en particular? – preguntó intrigada su amiga mientras las demás chicas también ponían atención.

  • Son verdes, muy verdes, profundos, me dan la sensación de seguridad, de confianza, como si todo fuera posible al verlos.

  • Bueno amiga, espero que la hipnosis pueda ayudarte a entenderlo – dijo Martina con voz preocupada

  • Si, tranquila, seguro estoy estresada nada más, mi imaginación está jugandome malas bromas.

Pasada las 23:15 escuché la voz de Rodrigo, me acerqué a la puerta y los saludé a todos.

  • Hola Romi, tanto tiempo sin verte – la abracé y a su novio que me sonreía atrás

  • Hola, soy Emilio, me hablaron mucho de ti –saludó muy simpático el novio de Romina

  • Fran! ¡Qué gusto, tenemos mucho de qué hablar!

  • Muchísimo Isa, él es Román mi prometido – dijo sonriendo

  • Es un gusto, pasen, pasen – les dije indicando hacia el living mientras los chicos desde allí los saludaban.

  • ¿Y dónde está la Fer? – pregunté al no ver a la menor de los 4

  • Está abajo hablando por teléfono con papá para avisarle que se quedará con nosotros – me dijo

rápido Rodrigo.

Oh…está bien, ¿le dijiste el piso verdad?

  • Si amor, tranquila, ¿pasemos?

Entramos todos, presentamos a los chicos y mientras Román y Rodrigo hacían el fuego para el asado sonó

el timbre, Martina me acompañó de inmediato a la puerta y se apresuró a abrir

  • Hola, ¿puedo ayudarte? – dijo mi amiga

  • ¿Este es el departamento de Rodrigo?

  • Si – respondí rápidamente a la vez que oí a Fernanda acercándose

  • Espérame bonita – dijo Fer mirando a la chica en la puerta, que al escuchar esto sonrió.

Con Martina nos miramos algo confundidas y luego vimos a Fer...

No alcancé a decir absolutamente

nada, al verla la puntada en mi pecho fue tan fuerte que caí al suelo de rodillas.

Todos se acercaron rapidamente, Martina levantó mi cabeza, y notó mi cara de dolor, sentía miles de cuchillos clavándose en mi pecho, cerré los ojos y cientos de imágenes llegaron a mi cabeza, un segundo se transformó en años y al volver a abrirlos solo logré articular unas pocas palabras

-Mi pecho

  • ¡está teniendo un Infarto! – gritó desesperada Martina

Cerré nuevamente los ojos porque el intenso dolor me paralizaba, escuchaba voces alrededor, pero solo

sentía el corazón de Rodrigo aceleradísimo corriendo y apretándome contra sí, bajamos en el ascensor, me puso en su auto y apoyó mi cabeza sobre las piernas de mi amiga

  • ¡Isa, por favor, trata de respirar, escúchame! – gritaba desesperada mi amiga sin éxito ya que el

dolor era muy intenso

  • ¡Amor, por favor escúchame, despierta! – la voz de mi prometido sonaba cada vez más lejana al igual que la bocina que hacía sonar sin parar

Cerré los ojos sin poder resistir más.

  • eres lo mejor que me ha pasado y te juro, por mi vida, que nada ni nadie va a poder

separarnos…aunque pasen años…yo…”

- ¡No me dejes!

  • Creo que la tenemos, ha vuelto, estabilícenla

  • Si doctor

No pude abrir los ojos, pero escuché la voz de una señora

  • Mi niña, tienes que ser fuerte, no te vamos a dejar partir, ten fuerza

La voz no se me hacía conocida, supuse que sería alguna enfermera. En ese momento me dormí.


Amigs este relato lo subí en algún momento, pero se estancó,  ahora lo resubo porque volvió la inspiración y voy con todas las historias a la par.

Espero que les guste tanto como a mi.

Recuerden dejar sus comentarios! Me encanta leerlos 🙂