Memorias de una Ninfómana Puta II - Porno

Cuando estás solita y caliente, la única manera de quitarte las ganas es viendo una buena porno

Bien, como parte de estos relatos, contaré sobre las primeras veces que ví porno y lo satisfactorio que resultó hacerlo, y como es que ahora es de mis prácticas favoritas.

Después de haber sido follada por Adrián, dejé de verlo un buen rato, por lo que yo estaba necesitada de un orgasmo como los que me dió esa noche.

Recordé que cuando me llevó a casa, me dijo lo placentero que resultaba ver porno cuando no tenías alguien con quién follar y estabas caliente durante la madruga.

Decidí ver un poco de ello, tome la laptop en la madrugada y abrí una nueva pestaña de incógnito (el mismo me lo dijo para no ser descubierta) y busqué la primera página porque me acordé de las muchas que me había dicho.

Al entrar, descubrí la cantidad infinita de videos que había, con solo ver la página principal me estaba mojando: hombres follando mujeres en posiciones deliciosas, bocas dando mamadas extraordinarias, chicas montando grandes pollas, corridas en el culo... Muchas posibilidades para disfrutar

Recuerdo no saber que era lo que quería ver, había múltiples categorías y yo solo era una chica caliente que estaba mojándose con solo la pantalla principal.

Quería ver algo como lo que había hecho con Adrian: sexo duro, con azotes y gritos de placer.

Solo puse en la barra buscadora: Folladas duras

Y entonces una galería de videos pornos aún más calientes apareció frente a mis ojos.

A ese punto ya estaba media desnuda, pues comenzaba a sentirme aún más caliente, solo tenía las bragas, las cuales estaban mojadas, y el pequeño bra estaba quitado a medias, mis tetas al aire y mis pezones duros por la excitación.

Le dí clic al primer video, un hombre que tenía a su chica empotrada en una mesa, con sus manos sujetadas a la espalda y el cabello siendo jalado por él.

Puse el volumen bajo y comenzó la función: la chica en un perfecto primer plano dando una mamada al chico, se veía excitante la chica incada, tragando ese gram trozo de carne, me saboree los labios porque deseaba hacer lo mismo.

Mientras ella le tragaba la polla, el tipo tocaba sus bien proporcionadas tetas, yo hacía lo mismo, las tocaba y pellizcaba mis endurecidos pezones, lo que me hacía soltar gemidos bajos, no podía hacer ruido para no ser descubierta.

Mis piernas se movían y me restregaba a la cama, estaba excitada y necesitada de un poco de sexo caliente como el del video.

Después de un buen rato con la chica dando una mamada, el tipo la hecho a la cama y le abrió las piernas para comerle el perfecto y depilado coño, el cual estaba mojado, tal como el mío.

Quité mis bragas y terminé de quitar mi bra para quedar desnuda completamente. Mientras le comian el color, yo tocaba mi clítoris con los dedos, estaba tan mojada que no necesite saliva para facilitar el trabajo.

Era un poco torpe al principio, pero estando caliente, supe donde tocar, las sensaciones que me causaba el tocar mi coño, los pellizcos en los pezones y las caricias a mis tetas.

La chica soltaba grandes gemidos, esa dulces sonidos provocaban que yo también quisiera hacerlo, lo hice bajo, mordiéndome los labios para no gritar. Seguí tocando mi clítoris, ese punto tan sensible pronto hizo que mis piernas temblaran, que me fallara la respiración y que de mi garganta saliera un gemido un poco mas alto que los demás.

Había sido maravilloso, quería repetirlo, las sacudidas de mi cuerpo se sientieron liberadoras y la sensación fue deliciosa.

Seguí viendo el vídeo, ahora el tipo la llevó a una mesa, donde la recargó y procedió a meterle la polla, ella gritó y yo metí dos de mis dedos al coño.

Comencé a usarlos para follarme, pronto no fueron suficientes dos dedos y metí uno más, que entraba fácil y rápido por mi humedad. Eran movimientos rápidos, un poco duros también, mientras una mano me follaba, otra apretaba mis tetas.

Le daban azotes a la chica, el hombre la sujetaba del cabello y de las manos para follarla a su antojo. Ella solo gemía, pedía más y yo seguía follandome duramente.

Necesitaba más, metí otro dedo, era muy caliente, se podía escuchar el entrar y salir por mis fluidos. Subí la velocidad, toqué mi clítoris con la otra mano, abandonando mis tetas y las deliciosas convulsiones del orgasmo llegaron a mi, con unos segundos más, me corrí, y volvió a salir ese delicioso chorro que me daba aún más placer. Mis piernas temblaron, mi cuerpo se arqueó y yo gemi con la boca cerrada, mordiendo mis labios.

Me quedé recostada un buen rato, disfrutando los momentos posteriores al orgasmo, recuperando la respiración y limpiando el sudor se había en mi frente.

Quité el vídeo para no ser descubierta, limpié mi coño y mis muslos antes de vestirme y quité la sábana, la cuál había quedado húmeda por lo que había hecho momentos antes.

Desde ese momento, descubrí mi gusto por el porno y por la masturbación, por disfrutar las sensaciones junto al vídeo y la adrenalina del poder ser descubierta si gritas mucho. Y ahora, aunque no lo hago todas las noches, si con bastante regularidad, y lo disfruto aún más que la primera vez.

Agradezco comentarios y críticas :)