Memorias de una Ninfómana puta I - Hazme una zorra
Bastó con que alguien le enseñara lo delicioso que podría llegar a ser el sexo, sobre todo si era sucio y caliente
Bueno, como parte de las historias de ésta serie de relatos, contaré las que han sido más calientes, mis favoritas y las que creo pudieran agradarles.
No contaré sobre las primeras veces que tuve sexo, fueron bastante aburridas, no las disfruté y no tienen nada de memorable: Un tipo que apenas me besó, poco toqueteo, terminaba a los 5 minutos y no sentía nada. Pero todo cambió cuando conocí a un joven que me hizo ver los verdaderos placeres del sexo...
Todo comenzó en un antro él día que celebraba con unos amigos, el cumpleaños de una compañera del salón, yo tenía unos 18 años y estaba un poco cohibida, era muy penosa y casi no quería hablar con hombres ni mucho menos proponerles un polvo rápido en algún baño del lugar.
Llamaremos Adrián al chico para no decir su nombre verdadero: Adrián, llegó hasta mi, vio que estaba muy solitaria y preguntó:
-¿Porque tan solita aquí? Podrías estar bailando o coqueteando con algún chico
-Hola... Es que no sé, no quiero molestar o que me vean raro
Era evidente que no sabía cómo "coquetear" para ese entonces, solo veía a la gente y me trataba de divertir con lo que hacían.
Y hablando de mirar gente, llevaba un buen rato mirando a un par de chicas que se movían muy sensuales a la hora de bailar, besaban a sus novios con pasión y cuando estaban sentadas, no tenían las manos quietas, tocaban la pierna de sus parejas, metían mano por sus pantalones y les daban miradas muy coquetas, incluso los animaban a tomar sus pechos por sobre la ropa... Y Adrián se dio cuenta de lo que estaba mirando:
-¿Se te antoja o algo por el estilo?
-Ah... No, éste bueno, si... No, no, no es eso... Es raro
-JAJA, parecías muy entretenida mirandolas – Dicho ésto, se acercó a mi oído para susurrar lo demás – Parece que quieres hacer lo mismo que ellas, ¿Te estabas mojando?
Yo como lo dije al principio, no había tenido buena actividad sexual y no sabía que era eso de "mojarse"
-¿Mojarme?
-Ahora me dirás qué no sabes que es eso... No pareces virgen, tienes una carita de santa que no puedes negarlo
-No lo soy, pero es que... No fue bueno lo que hice.
-Mira, ponles atención... Esas dos tienen caras inocentes – Se levantó y me hizo pararme a mí para colocarse atras de mi, así sus brazos me rodeaban y sus caderas podían estar en contacto con mi trasero - Si no las vieras hacer ésto, tu dirías que son chicas bien portadas, pero en realidad son unas zorras, unas putas que se ofrecen a cuánto hombre se les ponga enfrente para coger con él. Siempre las que tienen cara de santurronas son las más perras
Tragué saliva con dificultad, una de las chicas se había levantado del sofá para ir con su novio a quien sabe que lugar, pero era evidente lo que iban a hacer.
-Esas chicas van a pasarla increíble hoy - Siguió diciéndome - Seguramente estarán con más de un chico y sabes porque; porque son unas zorras que se van a dejar llevar por su calentura.
-¿La pasan bien así?
-Por supuesto, las perras siempre la pasan bien, saben que los chicos quieren cogerlas y hacerles de todo en la cama, y ellas son muy sucias y muy guarras, pueden correrse muchas veces, dar buenas mamadas, y cogen de puta madre, la pasan bien ellas y los chicos...
Decidí que si no había disfrutado bien las primeras veces que tuve sexo, al menos lo haría hoy, quería experimentar eso a lo que Adrián llamaba ser una "zorra", saber lo que era un orgasmo, probar lo bueno que contaban que era el sexo...
-Entonces vuélveme una zorra, hazme el amor como se lo hacen a ellas
Se rió en mi cara, muy fuerte, parecía que era gracioso lo que decía
-Mira niña, a ellas no les hacen en amor, a ellas se les debe dar duro, castigarlas por ser unas perras sucias y hacer que griten y giman las muy guarras.
Las palabras que él decía, provocaban un tipo de cosquilleo en mi entrepierna y la parte baja de mi estómago, realmente deseaba hacer algo como eso, quería probar que tanto placer se podía sentir estando con un hombre...
-Bueno, hazme eso
-Segura? Podría salir mal
-No me importa, quiero saber que se siente
Diciendo eso, salimos y subimos a su moto, había un motel cerca, pagó y nos metimos a una habitación
Estando dentro, comenzó a besarme, su lengua recorría mis labios y los mordía un poco, bajaba por mi cuello mientras sus manos me quitaban la playera y los pantalones.
-Te voy a dar rico, no tan fuerte como a una zorra, pero si lo suficiente para que vuelvas a buscar comer más verga
Después de quitar los pantalones, me dio una buena nalgada, que al principio me dolió y grité un poco por eso
-Ahorita te duele, en un rato me vas a pedir más cuando te la esté metiendo
Quitó el bra que guardaba mis pequeñas tetas y traté de ocultarlas
-No lo hagas, las zorras no se avergüenzan de su cuerpo, menos si quieren sentir mucho placer
Quité mis manos y entonces puso las suyas, las apretó un poco, y eso ya no me dolió, eso me gustó, era una sensación deliciosa el sentir las manos de él sobre mis pechos y que los estuviera jugando, que sus dedos pellizcaran un poco mis pezones y que se pusieran duritos. Eso me hacía soltar gemidos bajitos que yo trataba de callar
-Una buena perra no gime bajo, lo hace fuerte. Y veo que eres muy sensible de aquí, te gusta el dolor puta?
-No soy una puta, pero si me gusta
-Ya lo eres, aparte son muy lindas tus tetas
Pasó de besar mi boca, a besar mis pechos, su lengua rodeaba mi pezón y lo mordía, y yo me comenzaba a retorcer porque eran sensaciones nuevas, algo que no había hecho antes.
Quitó lo que quedaba de mi ropa y me recostó en la cama, iba a bajar a mi entrepierna, pero lo detuve, nunca me habían besado ahí
-Deja que te haga lo que yo quiera, si quieres ser una zorra, tienes que sentir ésto
Dijo eso y separó mis piernas tomándome por los muslos, les dió un par de besos y entonces los azotó... El dolor que había sentido antes, se transformó en un delicioso picor que me causaba más cosquilleo en el estomago hacia que soltara gemidos.
-Mirate, ya te gustan los azotes, y estás mojada de la vagina...
Pasó sus dedos por mi coño y esparció mi humedad, jugó con mi clítoris y entonces si boca empezó a jugar también, su lengua recorría mis pliegues y me dejaba sin aliento,
No paraba de moverme, lo que hacía que el me diera otro azote, azote que me gustaba ahora y le pedía más
-Ves, eres una buena puta, mojas muy rico te gusta que te dé azotes
Se quitó rápidamente su ropa y bajo su boxer, tenía duro el pene, que no era algo grande ni muy chico, el "promedio" tal vez en tamaño y grosor, pero para una chica medio "virgen" iba a suponer un poco de dolor
-Incate y cometelo
No sabía dar una mamada, nunca lo había hecho, ni siquiera tenía idea de si cabría en mi boca, que es un tanto pequeña
-¿Cómo lo hago?
Me tomó del cabello con su mano y me dió instrucciones...
-Tomalo con tu mano y baja lentamente por él. Así, uff. Abre tu boquita y lame la punta primero, con tu lengua recorre todo lo demás y mételo poco a poco en esa boca de perra tuya.
Comencé a hacerlo y comenzaba a disfrutarlo, la sensación de mi boca tragandolo era buena, su mano jalando mi cabello era caliente y según el, no lo hice tan mal para ser la primera que hacía
-Bueno, ahora sí voy a meterla
Me volvió a recostar en la cama y separó mis piernas para colocarse entre ellas, se puso un preservativo, me miró y lentamente se metió en mi coño, dolía un poco, pero nada molesto, incluso me gustaba la sensación.
Se comenzó a mover lentamente, con una de sus manos volvió a acariciar mi sensible pezón y volvió a jalarlo un poco para hacerme gemir más de lo que ya lo estaba haciendo.
-Estas apretada y mojada, te gusta?
Contesté que sí con la cabeza, pues no sabía que otra cosa decir
Poco a poco, comenzó de ir lento, a penetrarme rápidamente, sentía como entraba y salía fuerte y rápido, me agarré de las sábanas y gemía alto, ya no reprimía esa parte de mi placer.
Volvió a azotarme, esa vez en el culo y otra en las tetas, y tuvo razón, pasó de dolerme, a querer más, me gustaba que me azotara mientras decía "toma puta" o algo como "gime zorra".
Habían pasado más de 5 minutos, que según yo, era lo que "debía" durar dado mis pésimas experiencias pasadas. No supe cuánto tiempo pasó, solo supe que me dijo:
-Me voy a vaciar perra
Santi sus dedos jugar con mi clítoris y entonces un grito aún más fuerte que los demás salió de mi, acompañado de varios espasmos, unos más fuertes que otros pero que fueron deliciosos, incluso un chorrito muy pequeño que confundí con otra cosa. Pero después me explicó lo que era
-Fue tu orgasmo y eso fue como tú corrida, hay unas que sacan más chorro, otras no lo hacen. Todas son diferentes
Le dije si podríamos repetir pero dijo que el tiempo se terminaría y no traía más, así que nos duchamos rápido, y salimos del lugar. Luego platicamos en un parque cercano, y aunque yo me moría de vergüenza por lo que acababa de hacer, quería más, quería volver a hacerlo.
-Si quieres más, debes ser una zorra como las chicas del antro, o puedes serlo más. Debes de decir lo que quieres y como quieres que te cojan, si suavecito o más duro.
-¿No me veré mal?
-Niña, si quieres disfrutar, debes dejar de ser penosa y sacar a esa mujer puta que hay en ti
Nos despedimos, me dejó en mi casa y aunque me dejó su número, no volví a verlo, al menos hasta mucho tiempo después. Pero puedo decir que ahí, fue cuando "nació" un poco la zorra que traía guardada
Gracias por leer, agradezco sus comentarios y criticas :)