Memorias a Camilo. capitulo VIII ...ALEX...
LA LLEGADA DE ALEX, El capitulo más emotivo de todas mis memorias hasta el momento. Camilo se considera un fuerte escudo de acero pero el acero es un metal de doble filo nada de afuera puede entrar pero también un dolor de adentro no puede salir.
Se que les prometí el especial de navidad de mis memorias pero este tardara un poco, no te impacientéis no tardare lo prometo a cambio les dejo mi relato mas conmovedor uff este si que me hizo llorar. Bueno espero les guste… dedico este relato a mi mejor amiga en el mundo Andrea que como su apellido es leal y a Ricardo que es una gran persona…. a los que me han estado preguntando por que mi relatos se llaman MEMORIAS A CAMILO sencillo la respuesta es…
CAPITULO VIII…soy un cisne de aguas negras donde la luna teme reflejar, pero no te quedes hay sálvame…
Su mirada me era muy intimidante, Felipe siempre me pareció un joven con dificultad para expresar lo que sentía, pero ahora todo ha cambiado se le veía seguro al mirarme a los ojos, el pipe que tartamudeaba o simplemente callaba lo que sentía estaba desapareciendo poco a poco.
Verlo recostado en mis piernas me hizo notar que no solo había cambiado su forma de ser ahora tenia un nuevo look que si antes era muy simpático ahora estaba mas que deseable, mientras tanto mi imagen decaía volvía a ser aquel joven tímido de doce años que solo deseaba ahogarse en un lago para dejar de sentir que su alma dejaba de estar enferma, aquel que se consideraba contagioso y se alejaba buscando el bien de los demás y no el propio.
Pipe seguía esperando que alguna palabra saliera de mi boca pero a cambio recibió una fría mirada que al chocar con la suya se desvió a desconocidos rumbos. – sabes que te amo. Le dije con una voz nublada por la tristeza que me causaba no poder mirarle y sentirme orgulloso de ser su protector.
- Lo se Cami, me dijo buscando una mirada que no encontraría en esos momentos, -lo se. Volvió a repetirme con más fuerza mientras se volvía a acomodar en mis piernas.
No sabia que decirle por que la verdad no sabia lo que estaba pasando lo único que sabia es que necesitaba pensar, tendría que hablar con el pero no ahora… mi corazón latía ya sin fuerza como si el dolor se fuera aferrado a el en forma de una cuerda, que cada vez se tensaba mas y mas.
- No lo olvides, y antes de que mi amor te dañe yo ya no estaré aquí. Dicho esto pose mi mano en su cabello para jugar con el lo despeinaba y lo volvía a peinar.
Mi mente vagaba sin rumbo por recuerdos dolorosos que creía se habían borrado, las frases que me pronunciaba cuando me sentía derrotado volvían a ensordecerme, los molestos lamentos del ayer causaban un eco entre mi ser todo me atormentaba.
MARICON, ¿Cuántas veces me habían dicho esto? Doña catalina siempre lo había pensado y no tenia tapujos para comentarlo con quien fuera pero solo ayer me entere que desde que me vio con su hijo siempre le había pedido que se alejara de mi y con su falsa sabiduría católica conservadora creía tener los medios para salvara su hijo., pero no solo era ella en el colegio me iba peor por suerte Felipe nunca noto como fui humillado, golpeado e incluso escupido por varios hombres si no fuera sido por Daniel aun hoy en la universidad seguiría siendo el medio para que muchos ignorantes desfogaran su ira.
Tome aire de forma muy profunda, mi pecho se hincho marcado mis no tan cuidados pero existentes músculos mientras pensaba – Alex y Daniel los decepcione disculpen no fue mi intención creí ser el fuerte escudo, intento proteger a los que amo pero de que me sirve si quedo al descubierto soy un fracaso jamás seré un fuerte escudo ni tampoco un maravilloso guerrero como ustedes y Felipe.
Me encontraba pidiéndole perdón a sus recuerdos uno se me muere en mis ojos y por mi culpa y el otro vino y se fue como el viento de aquel día.
En ese instante la imagen de mi padre pasó por mi cabeza.
Desde muy joven mi padre noto mi gusto por los hombres y no tenia reparo en decirme en la cara maricon mientras me lanzaba una mirada llena de ira y decepción, su rostro siempre se movía de un lado a otro en forma de negación, cada vez que sucedía esto solo podía encerrarme en mi cuarto a llorar – perdóname papa, perdóname no se cuando ni como me enferme perdóname…
(Recuerdo) – lánzame papi. Le decía cuando tenia once años yo le amaba, el para mi era mi admiración mi fuerte columna en la que no tenia miedo en sentirme a gusto.
-Otra vez, pero si ya lo hice dos veces. Esta bien otra ves pero no mas tienes suerte de ser la luz de mis ojos. En su mirada veía tanto amor, me divertía salir al parque con el y a pesar de que era muy joven para montar en las atracciones no importaba por que el siempre tenia un juego en mente.
Mi padre me agarro de la cintura y me levanto un poco mas haya de su cabeza en forma horizontal.
-mírame papi estoy volando, mírame papi estoy alcanzando el cielo. Le decía con una mirada iluminada y una elocuente sonrisa me faltaban unos dientes de adelante pero el siempre me decía que tenia una hermosa sonrisa.
-naciste para alcanzar el cielo hijo, me dijo mientras me bajaba de nuevo al suelo y con sus grandes manos me sobaba la cabeza.
-vamos a comer helado tengo mucha sed me decía mientras se abalanzaba sobre mi haciéndome caer al piso, cuando me tenia hay me hacia cosquillas a mas no poder.
-déjame pipi, déjame por favor, le decía mientras me reía ya tenia la cara roja y mis pies se encontraban inmóviles ante semejante peso… solo me quedaban las manos pero nunca seria capaz de golpearle menos en broma. Bueno eso creí antes de que todo cambiara…
- di que me quieres y te suelto.
-ya ya te quiero, te quiero le suplicaba. Las personas nos miraban y quedaban atónitos ante semejante escena tan conmovedora, me era difícil distinguir a alguien sus rostros quedaban lejos de mi mirada pero había alguien un joven que me quedo mirando parecía muy triste, llevaba una camisa suelta color rosa con blanco la cual tenia estampado un nudo de una cinta y sus piernas las cubría una corta pantaloneta color gris, seguí rodeando con mi mirada el lugar en que se situaba aquel muchacho pero estaba solo… su única compañía eran los arboles que no permitían que la luz del sol le iluminara el rostro y el viento que le golpeaba con fuerza.
Mi padre me levanto del suelo con una sonrisa limpia en el rostro se disponía a tomarme de la mano y llevarme a la tienda de helados que quedaba a pocas cuadras del parque. Sentí su como jalo mi brazo pero no me movía seguía observando aquel chico tenia unos trece años creo… su mirada me era muy penetrante no podía desviarme de la suya el joven era lindo pero se veía muy pálido y bastante delgado.
-vamos campeón, me decía mi padre intentando traerme en si.
-ya se que pasa continuo diciendo mientras me cogió de la cintura y me sentó en sus hombros era esto cierto quieres que te lleve a caballito.
Desde esa altura pude observar que a pocas cuadras habían dos señoras regordetas montando en un blanco y grande camión a otros jóvenes vestidos igual que el volví a mirarlo desde los hombros de mi padre por fin pude hallar la luz necesaria para mirarle mejor el rostro sus ojos eran un color azul hermoso pero su mirada no tenia luz interior alguna, su rostro ojeroso y decaído mostraba como lo que alguna vez fue belleza hoy se iba con el paso del tiempo, traslade mi mirada a sus labios los tenia aun mas pálidos que su color de piel me fue un asombro cuando desde donde estaba me sonrió tenia unos dientes perfectos. Entre tanta sombra que el trasmitía tal vez yo fui el único en ver como luego de su sonrisa algo en el resplandeció.
-¿Camilo Andrés que te pasa reacciona?, me dijo mi padre algo enfurecido. Bajándome bruscamente de sus hombros al bajarme me obligo a mirarle a los ojos situándome a espaldas del misterioso pero que ya me agradaba muchacho.
- pipi, le dije con voz muy tierna mesclada con la pureza y preocupación que un alguien tan joven como yo puede sentir, ¿Qué le sucede a ese niño? le dije mientras le daba la espalda y le apuntaba con el dedo.
El misterioso joven solo retrocedió un paso al ver que mi papa le observaba, por alguna razón me sentí mal por lo que hacia el pareció tener miedo por un segundo.
- A el, por eso era tanto alboroto por un Maricon enfermo de sida. Me dijo bajando mi mano reiterándome su mirada.
-Maricon con sida papi no te entiendo, le pregunte preocupado por la suerte de aquel joven. Había aprendido con el tiempo que la palabra enfermedad era mala pero había algo que no comprendía que era esa palabra que mi padre pronuncio con un todo tan burlesco y desagradable al a vez.
- hijo escúchame bien el sida es un enfermedad rosa que dios mando a los hombres que gustan de otros hombres a los cuales se les dice maricones, no te preocupes por suerte morirá pronto y será una peste menos en mi sociedad dijo lanzándole una mirada llena de ira a aquel muchacho.
El joven retrocedió otro paso parecía temerle a mi papa, pero no entendía por que si mi papito era en ese momento la persona mas amorosa y dulce que había conocido me sentía orgulloso de el.
Cogí a mi papa de la mano y le intente arrastrar –vamos papi, tal vez le podamos ayudar.
Mi padre me miro por primera ves con mucha ira, sentía mucho miedo se estaba convirtiendo en un monstruo ante mi, sus brazos surcados por gruesas venas me sujetaron de mi pequeño brazo y me jalaron hacia el. Cuando le tenia en frente le mire se levanto obligándome a mirarlo hacia riba su brazo me soltó dejándome totalmente desprotegido ya no sentía su calor ya no sentía su amor…
-¿pasa algo papi? Le dije ya con miedo.
Busque mirarle pero en ese preciso momento sentí que me agarro fuertemente de un brazo mientras que mi mirada volvió a buscarlo me cacheteo su golpe me aturdió de veras sentí como su mano pesada y fuerte me volteo la cara.
Mi padre jamás me había golpeado y ahora que lo había echo algo de mi se derrumbo el dolor era incontrolable aun me ardía la cara y no podía sobarme para buscar alivio pues una de mis manos estaba presa y la otra no respondía a mi llamado.
-que desgracia ahora me vengo a enterar que mi hijo es mariconsito definitivamente no se que es lo que hice mal, mi padre radiaba mucha ira de su ser, parecía no importarle que nos habían visto o peor aun que me fuera pegado.
No pude llorar la verdad el dolor era mas fuerte adentro que afuera algo se amarro a mi garganta impidiéndome toda articulación de palabra, me quede totalmente frio. Mi padre me soltó el brazo y me dijo – voy hacer como si nada fuera pasado Camilo Andrés, cuando te pase la bobada te espero en la heladería no tardes mucho o te iras solo.
Lo vi alejarse entre la belleza de aquella tarde, mi padre me abandonaba sin importarle el daño que me había causado… estaba solo entre la tristeza con voz muy baja le dije al viento esperando que mi papa lo ollera y regresara a mi – lo siento papi, no lo volveré hacer pero no me abandones…
Mi cabeza repetía una y otra vez no me abandones papi, no me abandones yo te quiero, yo te necesito., sentí como mis ojos se volvieron tan pesados como una piedra la capa de lagrimas que en ellos se estaba formando quemaba mi ser. Perdí toda fuerza caí de rodillas al pasto buscando comprender lo que hice mal…
-¡auxilio, auxilio se desmayo… auxilio!, escuche un escándalo a mis espaldas, un choque eléctrico paso por mi espalda recordé a aquel joven y sacando fuerzas de un cuerpo cansado me di vuelta.
Sentí un horror muy grande, el miedo era indescriptible, mi corazón latió con fuerza, de repente mis manos temblaron el nudo de la garganta había desaparecido para abrirle paso al dolor. Corrí lo mas que pude hacia el por alguna razón me sentía culpable, al llegar al lugar me abrí paso como pude hasta que lo encontré entre tanta gente se encontraba tendido en el suelo pálido sin rastro de fuerzas nadie lo ayudaba solo pedían ayuda me quede mirándolo con preocupación.
De un momento a otro su cabeza que se encontraba tendida en el pasto a la luz del sol dio un brusco movimiento para golpear a su lado derecho con el pasto, cuando vi esto quede en shock mis ojos se abrieron y se vieron obligados a cerrarse cuando vi que de su nariz se asomo una gota roja de sangre.
Las personas retrocedieron pero yo seguía hay frente suyo sin saber por que no podía moverme con un dolor y un sentimiento fuerte de culpa, no era valiente no me atrevía a tocarlo pero tampoco a dejarlo solo. Mi valentía era mi familia y sin ella yo no tenia fuerzas era un cuerpo cansado y vacio como la imagen que el reflejaba.
Una vieja regordeta de chaleco azul acompañada de una que tenia la misma complexión que llevaba una camiseta igual a la de aquel joven se abrieron paso y apartaron a todo el mudo pero yo no me deje y al ver que no lo lograrían me dejaron hay. A la mujer de chaleco azul la otra le decía doctora.
Sentí un alivio pues si algo había aprendido es que los doctores eran buenos y ella lo salvaría su vos se hizo muy aguda y comenzó a recitar preguntas a su compañera.
-¿Cuántas veces a pasado?, ¿que edad tiene?, ¿Cómo se llama?, ¿hace cuanto padece la enfermedad?, todo lo decía de forma rápida y seguida. mientras realizaba fallidos movimientos de reanimación.
-esta ya es la quinta vez, trece años, Alex , hace cinco años. Al responder todas las preguntas ella continuo diciendo la enfermedad estaba muy avanzada, el único familiar que tenia era su padre pero el falleció al poco tiempo de enterarse de su enfermedad de los demás integrantes de la familia no se sabe nada.
-¿el medico que le trata que le dijo?,
-Nos encargo que le cuidáramos de las emociones fuertes precisamente por esto venimos a este tranquilo parque.
La verdad en ese instante mi mundo se vio derrumbado mis lagrimas salieron sin parar de mis ojos y bañaron mis rostro aun adolorido por la abofeteada. Por mi cabeza paso es mi culpa solo mi culpa, yo lo mate.
Quería correr, quería esconderme, quería morir en el poso cercano al parque para así acompañar a Alex a la otra vida y decirle que lo siento que me perdone que yo, que yo, yo no…
- La mujer de azul se aparto uno de los accesorios que había sacado de la mochila y dijo las peores palabras del mundo, mis oídos se ensordecieron con el ruido de la gente cuando gritaron de asombro mientras dirigían sus miradas a otro lado.
Una lagrima rodo por mi mejilla y me repetí lo que había escuchado minutos antes – lo sentimos el ha fallecido, la enfermedad estaba muy avanzada y algo le acelero el ritmo cardiaco y con este el nivel de sangre por esto el sangrado…
Esa mujer se levanto y pidió una camilla pero en ese preciso momento perdí el control y me abalance sobre su frio cuerpo y con lagrimas que salían de mi corazón y se desarmaban en su pecho, grite- perdonameee, yo, yo, yo no quería yo no, no te vallas noo.
La mujer de azul me intento alejar pero yo apreté mis manos a el. –déjalo, ahora esta feliz con dios.
-perdóname, Alex perdóname ya algo alterado me estaba enloqueciendo jamás había vivido una escena así. La mujer me agarro con mas fuerza y me miro intimidante a los ojos su mirada me recordó la de mi padre sentí miedo tanto miedo… era aun mas grande que mi dolor y luego de darle un sincero beso en su fría frente aleje mi rostro mientras mis lagrimas le salpicaban.
Dicho esto Salí corriendo, sin rumbo perdiéndome entre la maleza del inmenso parque Simón Bolívar, las personas me gritaban inútilmente palabras que no escuchaba.
No sabia donde estaba, la maleza del parque ya opacaba la luz del sol, sentía mis ojos tan pesados, mi corazón puro se oprimía tanto parecía querer reventarse y desangrarse en mi alma, mis piernas no daban mas la verdad estaba cansado de correr y caí en el pasto podía sentirme sin fuerzas.
El tiempo fue pasando y yo no paraba de llorar, mi cuerpo comenzó a sentir que lo golpeaban pequeñas gotas de agua que al poco tiempo ya caían con fuerza unas tenían forma de hielo, me tendí en el suelo quería que me golpearan, quería que me desvanecieran con ellas entre la tierra… pero no sucedía continuaba hay con vida mientras por mi culpa alguien había muerto no era justo el frio me congelo hasta los huesos el viento no era complaciente conmigo.
En un momento de desesperación me levante y grite su nombre, sentí como mi alma se partía con la fuerza del grito luego una oscuridad me segó los ojos lo ultimo que sentí fue como mi cuerpo había sido azotado contra la tierra perdí toda fuerza… me había desmayado.
Me había alejado del mundo real mi mente me jugaba una mala pasada haciéndome revivir cada instante una y otra vez.
Así durante un tiempo asta que una vos salida de no se donde me aparta de mi pena y me dice –no entiendo tus lagrimas si yo estoy feliz, no llores por mi por que sino no solo me condenas a que mi cuerpo muera sino que mi alma pene. Lo pude notar en tu mirada naciste para ayudar y no tengas miedo siempre estaré contigo…
La voz desapareció y una luz borro mis dolorosos recuerdos, intente moverme pero me sentía atado mi garganta estaba muy seca y sentía mucho frio cuando abrí los ojos note que no estaba en el parque me encontraba en un cuarto azul amarrado a unos cables que comenzaban chuzándome la piel. Entre tanta confusión pregunte -¿Dónde estoy?
-hijo despertaste me tenias muy preocupado, sentí como mi padre se abalanzo fuertemente contra mi cuerpo recitando lamentos por su actitud. La verdad eso era lo que menos me importaba por que mi padre ya no era el mismo por fin había mostrado su verdadera cara, lo aparte de mi cuerpo y con una mirada muy fría le aparte de mi corazón algo adolorido.
- no importa estoy bien, mi mente volvió en si estaba en un hospital a causa del desmayo.
-son para ti, dijo mi papa mostrándome que al lado de la mesa había unas flores y un helado medio derretido, cami me dijo el muy sínico no le dirás de esto a mami no queremos que se enoje.
-no te preocupes, le dije lanzándole una mirada, la cual no pudo sostener. En ese preciso instante jure vengarme de mi padre a toda costa le aria pagar la muerte de Alex.
Luego de lo sucedido tarde en asimilar lo que había pasado y no se si fue por lo mal que me encontraba pero hoy en día sigo creyendo que fue Alex quien me dio las fuerzas para despertar de mi pena y todo tuvo sentido cuando tiempo después Daniel me dio las fuerzas para dejar mis miedos.
Mi mente quería seguir recordando tal vez la forma en que me vengue de mi padre pero una suave caricia me trajo a la realidad.
-amor, amor me decía pipe en mi confusión tarde en articular palabra.
-estoy bien amor no te preocupes, y con vos mas tierna le dije mientras le indicaba que se sentara, se que estas muy preocupado por mi y es por eso que te diré lo que me pasa.
Pipe guardo silencio esperando que le contara lo que tenia derecho saber, desde el momento en que se sentó me dirigió una mirada comprensiva a los ojos estos me daban las fuerzas y la paz que necesitaba para decirle lo que no sabia como.
-Felipe, verdad es que tu eres el amor de mi vida pero antes de ti existieron otros hombres que recuerdo a cada momento, son mis guías, mi motor, y junto a ti son mis guerreros a los que he jurado proteger con mi vida si es posible.
-¿los amas?, me pregunto ya preocupado, desviando su mirada de la mía.
-con todas las fuerzas de mi corazón, le reitere cogiendo su rostro con mi mano para que el volviera a mirarme. No pienses mal tu eres mi guerrero y jamás te aria daño, ellos son especiales por que me enseñaron a vivir.
-Nos conocemos hace trece años Felipe y hubo un lapso de tiempo entre mis once y doce años en que viví experiencias muy malas debe ser por eso que ahora que te tengo a mi lado me siento inseguro de cómo valla a terminar nuestro amor. Jamás te dije nada siempre me encerré pero no tengo motivos para hacerlo ahora…
Sus nombres son Alex y Daniel son muy simpáticos sabes, uno murió hace mucho en frente de mis ojos y el otro apareció cuando mas lo necesitaba pero se marcho con el viento y junto a el se fueron muchas cosas indescribibles para mi. Un silencio se instalo por un momento de su sala
-yo, yo, yo no sabia lo lamento. Me dijo mientras me tomaba la mano que tenia en su rostro y lo situó en su pecho, siéntelo es mi corazón y late por ti y sufre cuando tu sufres yo estoy aquí somos como un guerrero y su escudo y estoy dispuesto tanto como tu a dar la batalla pero no puedo luchar con un escudo que posee lados débiles.
-lo se y se que siempre estarás conmigo en el campo de batalla pero ¿que pasa si te pierdo también?, de que me serviría la vida si lo que protejo se desvanece ante mis ojos sin poder hacer nada para evitarlo. Ayúdame a cambiar la imagen que reflejo no quiero fracasar…
-No, no fracasaras… si dejas que la muerte de los que amas sea en vano entonces no entiendo por que sigues luchando, ¡animo! lo importante de esta batalla no es matar al contrincante es todo lo contrario es hacerlos entender que sus motivos de pelea hacia nosotros no tienen fundamento. Dicho esto me abrazo fuertemente, su cabeza se situó en mi cuello y desde hay me dijo –te amo para después retirar su cabeza y posar sus labios con los míos.
Pipe tenia razón el no podía verme así, el fracaso no estaba en mi diccionario yo soy un escudo de acero la próxima vez que mi novio me vea seré un nuevo Camilo seré el Camilo que nació hace siete años y juro proteger a su amado.
-pipe, le dije apartándome de sus labios tengo que irme es tarde y… te prometo desde mañana todo será diferente. Tome mi chaqueta y me fui a la salida y sin que me pudiera decir algo Salí de su casa.
Caminaba sin rumbo ya estaba oscureciendo sentía frio serian las seis de la tarde, introduje mis manos en la chaqueta y demonios hay estaba el papel que me había dejado mi madre esta mañana ya lo había postergado mucho tenia que leerlo…
Sencillo la repuesta es que las memorias son escritos que el autor hace en vida en consecuencia a hechos o sucesos pasado casi siempre estos son trágicos, muchos autores buscan hacerle un honor a alguien al escribir específicamente yo le hago honor al destino de los cuatro protagonistas que de por si es muy trágico casi cercano a la muerte… otra cosa que me encanta de las memorias es que es un genero que le encanta juguetear con el tiempo PASADO, PRESENTE y FUTURO ESO ES LO QUE BUSCO…. Los ánimo a comentar y por supuesto a valorar todo lo que viene de los lectores enriquece mis memorias.
FELIZ NAVIDAD… prometo más sexo la próxima vez, espero no haberlos decepcionado.