Memorias 2

Imágenes y recuerdos

Beatriz y Leonor

Corre el año 1102 en París, Beatriz es una joven que llamaba la atención por su belleza y gusto por el estudio, algo raro en ese tiempo tratándose de una mujer. La ciencia la apasionaba y apoyada por su padre estudiaba cada día junto a un tutor en la casa de este, pues era conocido de la familia.

Ese día martes, frente a ella aparece una joven de cabello claro y ojos verde esmeralda, apenas se vieron ambas sintieron algo extraño, luego de un par de segundos sonrieron

  • ¿Es verdad pues lo que mis ojos han visto? – dice la chica con aires coquetos hacia Beatriz

  • Preguntadle pues a los míos y entregadme sin demora la respuesta – respondió sonriente aquella desconocida

  • Perdonad mi atrevimiento señorita, empero el tiempo se ha detenido al momento de ver sus ojos

  • Tu nombre…y perdonarte tal vez podría

  • Leonor y el vuestro es…

  • Beatriz

En menos de 2 semanas estaban escondiéndose entre las habitaciones de la enorme casa. Sin mediar permiso alguno ni entendimiento se entregaron a sus sentimientos. Días llenos de caricias, besos, conversaciones y risas se volvieron habituales, pero de la misma manera el sufrir cada vez que tenían que alejarse.

Años pasaron y ambas se casaron. En secreto se encontraban cada día al atardecer, como las mejores amigas.

  • ¿qué ocurre? – preguntó Leonor al ver el rostro triste de su amada

  • Temo, vida mía, que la sospecha a mi marido ha llegado - responde con temor

  • ¿por qué decís eso?

  • Por el interrogatorio que me ha realizado estos días…

  • Dadle quietud a tu espíritu, nada ha de ocurrir – dicho esto ambas cerraron sus ojos y durmieron.

Pero no alcanzaron a despertar del todo cuando oyeron un grito fúrico, ambas miraron el rostro del hombre, quien sin dudarlo y con fuerza le enterró en el pecho un cuchillo a su esposa a la vista de Leonor, quien sin pensarlo se abalanzó sobre su cuerpo desnudo y sin vida, llorando y gritando.

- “sois lo mejor que me ha pasado os juro, por mi vida, que nada ni nadie podrá… separarnos…¡No me dejeis! "– gritó con todas sus fuerzas Leonor antes de morir también en las manos del hombre.

AÑO 2015

  • Doctor, está abriendo los ojos – escucho a lo lejos

  • ¿Dóde?…qué… ¿qué pasó? – digo confundida aún por el sueño

  • Tranquila, estás en la Clínica, ¿Puedes decirme tu nombre? - Dice un doctor de mediana edad frente a mi

  • Isabel Domínguez

  • ¿Qué edad tienes?

  • Tengo 25 años

  • Muy bien, necesito que estés tranquila, haré pasar a tus padres – dijo con una amable sonrisa

Pasó un momento y ellos entraron de la mano mirándome con preocupación

  • Hola papá, mamá, ¿qué pasó?

  • Tranquila – dijo el doctor – tuviste un preinfarto, pero te trajeron a tiempo, necesitaremos hacerte algunas pruebas, pero si todo está bien podrás irte en unos días con reposo, claro.

  • Ok. Gracias doctor, ¿y Rodrigo? – pregunté a mamá

  • Está afuera con sus padres y hermanas, no han querido irse, ¿quieres que pase?

  • Sí, me gustaría verlo

Mi padre salió a buscarlo y él entró muy rápido. A penas llegó, tomó mi mano.

  • Amor casi me matas del susto, pensé que te perdería en ese momento, gracias a Dios que estás bien – dijo él con voz suave.

  • Tranquilo, no recuerdo muy bien que pasó, pero mi pecho empezó a doler mucho cuando…- me quedé en silencio

  • Cálmate mi vida, ya hablaremos luego de eso.

Él tenía razón, no me sentía del todo bien, así que preferí descansar. Luego de 3 días me dieron el alta y Rodrigo me recogió para llevarme al departamento, ya me sentía mucho mejor y para ser sincera lo que más necesitaba era mi cama y mi comida, la de la clínica ya me tenía algo cansada.

Con todo lo sucedido su cumpleaños estaba en duda y dependería de mi estado el realizarlo o no.

Según el doctor había tenido una excelente recuperación.

Después de una larga conversación con mi prometido, decidimos que la fiesta se haría pero en la terraza del edificio y no en un pub como otros años, les avisamos a los invitados y sus hermanas se ofrecieron para arreglar todo antes y después, evitándome a mí esa preocupación.

CUMPLEAÑOS DE RODRIGO

Llegó el gran día y por supuesto puse antes mi alarma para sorprenderlo. Me levanté en silencio y bajé a la pastelería que había frente al departamento, donde había mandado a hacer una pequeña torta con forma de argollas, subí, me volví a poner su polera de pijama y comencé a cantar el cumpleaños feliz, él se volteó algo doemido pero con una gran sonrisa.

Realmente adoraba verlo feliz. Sus ojos brillaban al soplar las velas y luego de un beso muy tierno nos levantamos para ir al tradicional almuerzo con su familia.

  • Amor tengo que contarte algo antes que lleguemos – dijo Rodrigo en el auto

  • Cuéntame ¿qué ocurre?

  • Trataré de decirlo rápido... - dijo tomando aire - La Fer es lesbiana, en realidad mis hermanas y yo siempre lo sospechamos, pero mis padres lo sabrán hoy, ella y su novia se quedaron con Martina por lo que te pasó, pero si no te parece mal, preferiría que se quedaran con nosotros, para eso está la familia.

  • Entiendo, en realidad casi no recuerdo la cara de la Fer, cuando se fue tenía 18 y aún parecía de 15, no sé por qué dices que ustedes lo sospechaban, yo siempre la vi tan…niña… - dije algo sorprendida

  • No sé, desde pequeña fue distinta, solo espero que nuestro padres lo tomen bien, su novia es muy simpática, hoy podrán conocerse.

Ls padres de Rodrigo vivían en una parcela ubicada en las afueras de la capital.

Una casa mediterránea blanca, con una gran piscina y terraza.

Al llegar vimos mucha gente adentro, Rodrigo estacionó el auto y bajamos, me abrazó y caminamos para entrar por una puerta lateral que daba directamente al patio.

Al llegar todos nos miraron sonrientes y volcando toda la atención al cumpleañero comenzaron a saludarnos uno por uno.

  • Isabel! Qué bueno verte tan bien – dijo con alegría mi suegra

  • Gracias, ya estoy mucho mejor tengo un gran médico de cabecera – dije haciendo que todos sonrieran

  • Por fin llegan!! – escuché una voz conocida dirigiéndose a nosotros– miré sobre mi hombro y vi a Fer.

  • Fernanda!? Dios, eres tú? Qué edad tienes ya?

  • 21 ya, tantos años sin verte! Estás preciosa, mi hermano se sacó la lotería contigo, solo no nos des más sustos por favor – dijo mientras sonreía muy animada

  • Tú y yo tenemos mucho de qué hablar – dije sonriendo cómplice e intentando omitir la suave puntada que me estaba dando en el pecho

  • Vamos, quiero contarte y mostrarte algo – dijo tomando mi mano y llevándome a un lugar apartado de la gente. Tras la enorme casa había una pequeña laguna y bastantes árboles.

Corrimos hacia el lugar y aunque yo le recordaba que aún debía cuidarme, su emoción hacía que solo quisiera darme prisa. Cuando llegamos vi a una chica sentada en una piedra, recordé aquel día al abrir la puerta, seguro ella era su novia.

  • ¡Por fin llegaste! – dijo esbozando un gran sonrisa

  • Ella, es mi novia – dijo tomando su mano frente a mi

Mire a la chica, que era muy guapa: de piel trigueña, pelo castaño oscuro liso y ojos pardo, al saludarme noté un claro acento español

  • ¿Vamos a bañarnos? – dijo fer quitándose su blusa y pantalones para quedar solo en ropa interior

Verla hizo que me doliera un poco más el pecho, me asusté y me senté mientras ella tomaba mi brazo para sujetarme, este gesto logró ponerme la piel de gallina y no entendía por qué.

Volví a mirar a Fer ahora nadando y desee estar con ella ahí. En ese momento, un fuerte dolor de cabeza me hizo cerrar los ojos y más imágenes aparecieron:

Aquella chica de rostro difuminado pero hermosos ojos nadaba a mi lado y a veces salía a besarme.

- “eres lo mejor que me ha pasado y juro, por mi vida, que nada ni nadie podrá… separarnos…”

Abrí los ojos para descubrir el rostro asustado de Fer mojándome con su cabello y diciéndome que no la dejara.

No entendía nada, pero al voltear vi a Rodrigo acercarse corriendo junto a la novia de Fer.

Tratando de calmarla levante mi mano y acaricié su rostro húmedo, pero una fuerte electricidad me hizo quitarla enseguida al contacto con su piel

  • "No me dejes" - susurró ella mirándome como si el secreto mejor guardado del universo se hubiese revelado

En ese momento siento a Rodrigo abrazarme, pero ninguna quitaba los ojos de la otra

  • Estoy bien amor, tranquila – todo lo decía mirando a Fer

  • Vamos, es mejor que te recuestes, te llevaré algo para tomar, eso te tranquilizará – dijo Rodrigo sin notar lo que había dicho

Lo acompañé obligada a darme vuelta y quitar mis ojos de ella - Sus ojos son café, es imposible que sea… - pensaba en solitario. Volteé nuevamente y ambas se

besaban…- debe ser un error, es imposible -


Espero que les vaya gustando esta historia, recuerden comentar y valorar, ¿qué tal están pasando este tiempo? Les dejo un enorme abrazo!

HombreFx: gracias por volver a leer y comentar! Espero te guste esta parte.