Memorias (12)

Simplemente recuerdos de mi vida.

Los hechos de este ultimo capitulo son contemporáneos y se superponen con lo narrado en MEMORIAS XI, por lo tanto seguramente se repetirán situaciones imprescindibles para mejor comprensión de lo ocurrido.

Entre a casa en puntas de pie procurando no hacer ruido y me dirigí a mi habitación, realmente estaba cansado y con mucho sueño, tire el bolso, me descalce y así como estaba me desplome en mi cama, mi querida y extrañada camita, no hice mas que cerrar los ojos y ahí estaba mi vieja, abrazándome, besándome, con los ojos vidriosos como si el nene hubiera vuelto vivo de la guerra de Corea, me miraba de pies a cabeza inventariando si estaba completo, las preguntas se le atropellaban, comiste bien?, te paso algo?, que tal el micro?, fuiste a bailar?, la viste a Rita?, conseguiste novia?, que lindo color, pero estas mas flaco y un millón de cosas mas.

Volviste, te extrañe – mi hermana, Peque, en camisón restregándose los ojos y tirándose sobre la cama mimándome.

Extrañamos – tercio mi madre.

Como la pasaste?, fuiste a bailar?...

Para un poco… dejame respirar… todo eso ya me lo pregunto mama.

Sos un odioso, hace un año que no te veo y no querés contar nada – dijo Peque.

Entendelas son mujeres y quieren saber todo junto, jajaja – era mi viejo en calzoncillos parado en el vano de la puerta.

Cartón lleno… faltan solo los vecinos, jajaja. – dije divertido viendo como las dos lo fulminaban con la mirada.

Les conté someramente como la había pasado, tuve especial cuidado en todo lo referente a Rita y Mirta diciendo que efectivamente habíamos compartido alguna vez la playa, también habíamos cenado con ellas y que eran dos viejitas muy simpáticas.

Viejitas… te mato… tienen mi edad, desgraciado. – dijo mi madre ofendida –

Huyy, metiste la pata, jajaja – acoto mi viejo.

Veteranas?... te suena mejor.

Tampoco.

Maduras?

Menos.

Bueno… son dos pendejas muy piolas, jajaja

Con mujeres agradables hubiera alcanzado, parece que las vacaciones te hicieron olvidar la educación, bueno, ahora todos a dormir que es tarde.

Correte que me quedo a dormir con vos y me contás todo – dijo Peque.

Dije TODOS a dormir, mañana tienen todo el día para charlar – ordeno mi madre dando por terminada la reunión.

Me despertó un aroma embriagador y se me hizo agua la boca pensando en la especialidad de mi madre, canelones con estofado y mucho queso rallado, me quede remoloneando con los ojos cerrados y la mente en blanco.

Despertate que ya va a estar la comida – era mi hermana sacudiéndome.

Estoy haciendo fiaca (argentinismo por holgazanear, haraganear, matar el tiempo), ya me levanto.

Dale, mientras tanto vacío el bolso antes que la ropa se pudra.

Esta toda limpita, lista para guardar.

Si claro, haceme creer que fuiste a San Bernardo para lavar la ropa. – dijo mientras abría el bolso.

Ni en pedo (argentinismo por, ni loco haría eso), tuvimos mucamas.

Es cierto, esta todo limpio y perfumado, quien fue? – pregunto sorprendida.

La tía del Enano.

Rita?

La misma, algunas cosas las lavo ella y otras Mirta.

Quien?

Mirta, la amiga.

Pobres mujeres, fueron a descansar y terminaron siendo cocineras y lavanderas… bueno al menos tuvieron algo que hacer, jajaja.

Si… al menos no se aburrieron (si supieras solo una parte de lo que pasó, te morís, pensé).

Bueno, anda a lavarte la cara mientras yo acomodo todo esto.

Date vuelta y no mires.

Nene, no seria la primera vez que te veo en calzoncillos, no me voy a asustar… dale movéte – dijo sonriendo mientras tomaba la ropa y comenzaba a acomodarla en su lugar.

Yo me muevo, pero vos no te des vuelta.

Esta bien, Ahhh, casi me olvido, cuando vayas al living vas a encontrar una sorpresa.

Que?

Cuando vayas al living – respondió con una sonrisa enigmática.

La curiosidad hizo que me olvidara de toda precaución y me levante para ir a ver de qué se trataba.

Epa… parece que durante las vacaciones nada de nada, nuestra primita agradecida, jejeje.

Que? – pregunte totalmente descolgado.

Digo que Graciela se va a poner muy contenta de verte, jajaja – dijo señalándome el bulto que formaba una erección impensada.

Huyy, perdón… no me di cuenta – dije tratando de taparme con las manos y notando como se me ponía la cara roja.

Todo bien, jajaja, después de almorzar vas a tener que comunicarte con ella porque llamo pidiendo que te avisen algo de un trabajo.

Seguro que es por una entrevista, en la oficina iban a necesitar a alguien para que la ayude con sus cosas.

Si, si, claro… y nadie mejor que vos para que la ayude, jajaja – acoto mientras se retiraba riendo sin dejar de mirarme la entrepierna.

La sorpresa era la línea telefónica, durante el almuerzo tuve que responder al interrogatorio sobre mis vacaciones y me pusieron al tanto de las novedades del barrio y la familia, lo único destacable lo contó mi madre, Graciela había llamado comentándole que lo de mi trabajo en su oficina estaba asegurado, y había pedido que la llamase para ultimar detalles, ese mediodía fui relevado de mi tarea de levantar la mesa o secar los trastos y me quede haciendo sobremesa charlando con mi viejo.

Luego de una reparadora siesta llame a Graciela, atendió mi tía informándome que había salido con el novio y que le avisaría de mi llamada, antes de despedirme tuve que repetir todos los detalles de mis vacaciones respondiendo a las mismas preguntas que me habían formulado mis padres, evidentemente el veraneo del nene había sido todo un acontecimiento familiar.

Nos disponíamos a tomar mate en el patio del fondo cuando Mario vino a casa trayendo la consabida caja de alfajores (costumbre que de a poco y lamentablemente se esta perdiendo, de entregar a personas estimadas un presente como forma de compartir las vacaciones), por enésima vez repetimos nuestras andanzas, las acotaciones del Pecoso causaron hilaridad dando un matiz distinto a lo que yo ya había relatado tantas veces, estábamos en lo mejor de la charla cuando sonó el timbre, mi madre acudió a atender y al rato apareció muy sonriente acompañada por la madre del Enano, Rita, Mirta y el Enano, el flaco me miro con el rostro demudado, nos quedamos mudos sin saber que hacer ni que decir, Rita presento a Mirta a mi viejo y a mi hermana, quienes saludaron con un apretón de manos por parte de mi padre y Peque un beso, nosotros atornillados a las sillas, estáticos por el terror.

De inmediato los mayores y mi hermana comenzaron una animada charla mientras el Enano nos apabullo a preguntas las que contestamos con monosílabos ya que nuestra atención estaba centrada en que estaban diciendo Rita y Mirta. Estas no ahorraron elogios sobre nuestro comportamiento diciendo que les habíamos hecho compañía desde el primer día y que gracias a ello la habían pasado de maravilla, haciéndolas sentir como dos adolescentes, de a poco nos fuimos relajando participando nosotros también de la charla, Rita en su afán de ponderar nuestro comportamiento comenzó a comentar con algún detalle cosas que habíamos hecho los cuatro, tales como ir de compras, compartir la sombrilla o caminar por la playa, barrenar las olas, participar en los fogones nocturnos con otros veraneantes, que mientras nosotros preparábamos el asado una cebaba los mates y la otra preparaba las ensaladas, Mirta acoto que "lo único que falto fue que nos trajeran el desayuno a la cama", no termino de decirlo que se dio cuenta que se había excedido en ensalzarnos y continuo diciendo que las dos o tres veces que habíamos ido a bailar nos exigieron que al volver pasáramos por el duplex avisándoles nuestra vuelta sin importar que hora fuera y que como siempre ello ocurría bastante después del amanecer las despertábamos llevando factura y las obligábamos a que se levanten para desayunar juntos en el parque viendo salir el sol.

A medida que transcurría la charla la cara del Enano se iba transformando, al principio era de admiración, habíamos ido de vacaciones solos mientras que el tenia que ir con sus padres, luego expresaba azoramiento, habíamos ido solos, si, pero al haber compartido parte del tiempo con su tía y la amiga habían sido un poco nuestras nodrizas, al final su cara reflejaba desilusión, no solo estábamos bajo vigilancia gran parte del día sino que al volver de bailar teníamos que pasar el parte de novedades, o sea que de vacaciones solos, casi nada.

Disculpen que me meta – dijo el Enano – si no entendí mal, las vacaciones fueron como las mías, la diferencia es que yo estaba vigilado por mis padres y ustedes por mi tía… y pensar que tenia bronca, porque no me habían dicho nada.

Enano, no estés chivado, todo se dio cuando vos no estabas, pero el año que viene te venís con nosotros – dijo Mario.

Y tener que rendirle cuentas a mi tía, ni loco – respondió el Enano – prefiero a mis viejos, jajaja

Este ultimo comentario provoco risas de todos y la charla se prolongo hasta que las visitas se retiraron a sus respectivos hogares, mi hermana y yo fuimos a mi habitación a escuchar música y charlar hasta que estuviera pronta la cena, fue esa tarde/noche en que recibí mi primera llamada telefónica, era Graciela haciéndome notar que estaba en la casa con los padres y el novio muy cerca, la charla fue muy protocolar y se despidió diciendo que al día siguiente la llamase al trabajo para arreglar una entrevista con el dueño del Estudio.

Durante los dos o tres primeros meses posteriores mi vida cambio significativamente, los únicos momentos de paz y tranquilidad los conseguía junto a Graciela, mi enanita, con Mirta pasaba desde el sábado a la tarde hasta el domingo cerca de mediodía, Rita extrañamente comenzó a comportarse como una vecina mas, no pasaba de un "Buenos días", "Buenas tardes", intente varios acercamientos y nada, "Perdonáme, estoy apurada, en otro momento hablamos", "Después te llamo", me tenia desconcertado. El horario de la Escuela Comercial era de 19.30 a 0.15, mientras que el horario de oficina era de 8.00 a 16.00, por consiguiente me quedaba un rato libre para encontrarme con los amigos/as del barrio, del club, de teatro.

En el trabajo resulto ser que la Enana era bastante mas que una empleada del Estudio, tenia un amplio despacho privado en el que había echo acomodar mi escritorio, el personal subalterno, o sea mis pares, la trataban respetuosamente, de usted o Contadora Graciela, lo cual me obligaba a tratarla públicamente con la misma formalidad, yo era el mas joven del plantel, me seguía el cadete, poco mas de un año mayor y el resto oscilaba entre entre 21 y 27 años de edad, predominando las mujeres sobre los varones 8 a 5, la mayoría estudiantes, algunos crónicos, de Ciencias Económicas.

Los primeros contactos con mis nuevos/as compañeros/as fueron fríos, distantes, en principio no me preocupo demasiado, supuse ello ocurriría hasta que nos tomáramos confianza, las tareas iniciales que me asigno Graciela fueron secundarias, era una especie de Ayudante de Cadete, preparaba el correo, atendía las comunicaciones para la Enana cuando no estaba y luego le pasaba las novedades, copiaba libros contables, acompañaba a Cacho, el cadete, en los distintos tramites callejeros, tales como hacer bancos, despachar la correspondencia, presentar escritos y documentación en organismos oficiales, al cabo de un par de semanas y durante una de esas salidas aproveche que estábamos contándonos cosas bastante personales y le dije;

Cacho, ya que estamos en tren de confianza, te quiero agradecer porque si no fuera por vos este laburo seria insoportable.

Porque?

Nadie me da pelota (me ignoran) y no se que carajo les hice.

Ah… eso… dales tiempo, hasta que te conozcan un poco, trascendió que sos medio pariente de la contadora y tienen cuidado… mira si resulta que sos un buchón (espía alcahuete, corre ve y dile), jajaja

NO, loco, eso nunca… es cierto soy pariente lejano, es hija de un primo de mi viejo y normalmente nos veíamos en velorios, casamientos o bautismos, hace un tiempo se encontraron mis viejos con los de ella y mi vieja comento que yo andaba con ganas de laburar, evidentemente se lo comentaron a ella y me hablo diciendo que necesitaba a alguien de confianza, si yo me animaba, inmediatamente le conteste que si, pero me advirtió que era a prueba y que no iba a tener ningún tipo de privilegio.

De eso me di cuenta, te encajaron todos los laburos que no quiere hacer nadie, yo agradecido porque eran parte de mis tareas aparte de cadetear.

No me quejo, supongo que es parte del derecho de piso que tengo que pagar.

A todo el mundo que recién comienza le paso, y con respecto a que no te dan bola, no te preocupes, vos seguí así comportándote como sos y yo te voy a dar una mano.

Te voy a deber una.

Ya voy a pensar como me la vas a pagar, jajaja.

A partir de ese día me empezaron a integrar paulatinamente y con el tiempo hasta tuve un romance secreto con una compañera, pero eso merecería una historia aparte que no tiene nada que ver con este relato.

Estudiar de noche significo una transformación muy importante y no me refiero a la parte académica/educativa, el cambio era que los profesores/as no eran demasiado exigentes ni severos, no era necesario ya que el estudiante nocturno concurría por voluntad propia y tenia ganas de estudiar, éramos todos trabajadores y maduros, excepto yo que era el único que tenia la edad correspondiente al año cursado, el que me seguía tenia no menos de 15 años mas, la edad promedio rondaba los 40/42 inclusive tuve hasta el final de la carrera a 2 compañeros (mas tarde amigos) abuelos, uno de ellos decía que prefería estudiar para no quedarse en la casa aguantando a la "bruja" (esposa), en resumidas cuentas fui durante mucho tiempo el benjamín al que los "viejos" cuidaban y aconsejaban, con ellos conocí la noche de Buenos Aires, generalmente los viernes al finalizar el horario se armaba un grupo de 8/10 veteranos y un nene (yo) e íbamos a cenar indistintamente a El Tropezón (Callao y Sarmiento) especialistas en puchero, Las Cuartetas, pizzería sobre la avenida Corrientes a pasos del Obelisco, Pipo, unos tallarines larguísimos con tuco y pesto bien regado con vino de la casa, Claudio, pescados y mariscos espectaculares, Puentecito, bodegón/restaurante (Lujan y Vieytes – Barracas), porciones exquisitas como para cuatro de lo que se te pueda ocurrir, La Estancia (Entre Ríos y Belgrano) la mejor parrillada de Buenos Aires, luego, los que aun podían conservar la vertical, rumbeábamos al teatro de revistas, el Maipo o El Nacional, o al Rincón de los Artistas (Jonte y Boyacá) a tomar unas ginebras mientras escuchábamos tangos en vivo, o a algún cabaret, la oferta era muy variada, solo a tomar una copa o con chicas que alternaban, algunas veces, las menos, al salón Español, reducto bailable para gente madura en el barrio de Monserrat, o a El Gato Negro, refugio de malandras, mujeres de vida disipada y vino de vaya uno a saber que marca y composición química ubicado en el Doque (Dock Sud o Isla Maciel) a pasos del Riachuelo cuyos efluvios invadían el lugar.

Ruego sepan disculpar estos devaneos melancólicos, pero fueron vivencias muy lindas que tenia guardadas en un rinconcito casi olvidado, como decía mas arriba, Mirta intentaba por todos los medios que, al menos los fines de semana estuviéramos juntos y para ser sincero no me desagradaba en lo mas mínimo, después de todo a Graciela al aproximarse la fecha de su casamiento se le estaba haciendo difícil escapar los sábados por la noche no así los domingos por la tarde ya que mi futuro primo continuaba siguiendo a Racing donde jugase y Rita proseguía con su actitud de rehuir a cualquier intento de acercamiento de mi parte, lo cual me daba mucha bronca.

Con el tiempo me fui acostumbrando a descansar cuando podía, llegue a perfeccionar el dormir de tal forma que lo podía hacer con los ojos abiertos en el trabajo o en la clase y hasta parado tomado del pasamanos del colectivo, con el tiempo y en base a algunas mentiritas piadosas, muy simples para poder recordarlas y mantenerlas, pude estabilizar los horarios hasta transformarlos en una rutina mas o menos conveniente, de lunes a viernes me concentraba en cumplir con el trabajo y el estudio, a Graciela la veía casi todos los días en la oficina, excepto los miércoles ya que ese día viajaba invariablemente a Chascomus (localidad distante a 130 km. de la Capital Federal, famosa por contar con una laguna en la que se practican todo tipo de actividades náuticas) a supervisar las tareas administrativas, contables e impositivas de un establecimiento agrícola ganadero, ubicado a 5 km. del casco urbano, durante el resto de la semana en el horario de almuerzo o inventando un tramite en la calle nos encontrábamos en el departamento, mudo testigo de nuestro cariño. Ese día, miércoles, la cita era con Mirta, a la salida del trabajo, en Chelibo, un bar bastante discreto ubicado en la esquina de Osvaldo Cruz y Vieytes donde teníamos largas charlas tomados de la mano e intercambio de besos furtivos hasta la hora en que debía retirarme para asistir a clases.

Los fines de semana comenzaban el viernes a la noche con mis compañeros de estudio, tal como relate mas arriba, luego iba a dormir a mi casa, almorzaba con mis padres y hermana, y después de una reparadora siesta partía rumbo al departamento de Mirta donde dábamos rienda suelta a memorables tardes/noches de sexo hasta media mañana del Domingo, momento en que habíamos acordado que debía retirarme para almorzar con mi familia, lo cual era relativamente cierto ya que la comida la compartía con mi Enanita, familia lejana pero familia al fin.

Hasta aquí relate en forma mas o menos cronológica y pormenorizada como transcurrió mi niñez y adolescencia, la barra de la esquina, los juegos infantiles, usos y costumbres de una época maravillosa, mis primeras experiencias con el sexo opuesto, en fin algunas vivencias comunes al resto de los mortales.

El invierno de 1966 fue especialmente frío, realmente no se si eso es totalmente cierto la cuestión fue, es y será que odio las bajas temperaturas, e invitaba a desarrollar la mayoría de mis actividades bajo techo y si estaba calefaccionado mejor, esta fobia era compartida por Graciela, un elemento mas que ayudaba a ocultar nuestra relación, era una época del año en que nos encantaba hibernar en el departamento, muchas veces simplemente contándonos nuestras cosas mientras tomábamos mate y otras compartiendo silencios, una de esas tardes de domingo al llegar me dijo

Llegue hace un ratito, todavía no pude hacer nada, vos que sos un amor podrías preparar el mate mientras me pongo en condiciones para arreglar este desastre.

Por supuesto, pero donde esta el desastre?, para mi esta perfecto – conteste mirando en derredor y confirmando que todo estaba en su lugar.

Se buenito mi amor, prepárele un mate a su primita – dijo dirigiéndose al dormitorio.

Me quite la camisa y comencé a preparar el desayuno pensando que era un tipo de suerte, la Enanita estaba hermosa y dispuesta como siempre, en el trabajo había señales de que me estaban aceptando como uno mas, en los estudios sin ser una lumbrera iba zafando todas las materias, "los viejos", o sea mis compañeros de estudios me cuidaban como si fuera el sobrino consentido y en algunos casos el nieto consentido, Mirta parecía una adolescente, me complacía en todo lo que se me ocurría y yo correspondía en igual forma, con los chicos y chicas de la barra nos veíamos habitualmente, el único grano era Rita, seguía esquivándome y eso me molestaba, cada vez menos, pero me molestaba.

Ya termine la limpieza, me necesita para algo mas el señor?

Sorprendido mire hacia donde provenía la voz, Graciela estaba en el vano de la puerta vestida solo con un minúsculo delantal de encaje blanco, zapatos de taco aguja y una cofia del mismo material adornando su cabeza, mirándome a los ojos con expresión inocente, la visión me dejo paralizado, era la sensualidad materializada.

Disculpe que haya interrumpido su concentración, pero termine con todo y si no me necesita mas, me gustaría cambiarme de ropa – dijo sonriendo seductoramente.

No… Si… No se… - tartamudee embobado.

Decídase señor, me agradaría saber si aun me necesita para algo mas – señalo acercándose y exhibiendo sus pechos duros como roca.

Es que no se que decir Bebe, esto es demasiado

Bueno, entonces creo que me puedo retirar, podría ayudarme con el moño del delantal parece que se hizo un nudo – dijo girando e inclinando levemente el torso.

Ver esas hermosas, prietas, simétricas nalgas y desear acariciarlas fueron una misma cosa, quería tener mas manos para poder sopesarlas y pasar el resto del día mimándolas.

Señor, el nudo esta mas arriba – dijo mirándome por sobre su hombro.

Es que no lo quiero deshacer, quiero que te quedes así – respondí sin dejar de acariciarla.

Pero así no me puedo ir – replico envarándose y pegando su espalda en mi pecho, ofreciéndome el cuello.

Entonces quedate un rato más – conteste disfrutando su calido contacto y acariciándole los pechos.

Le parece señor, mire que cobro por horas y le va a salir muy caro.

No importa, pago lo que sea.

Tenga cuidado con lo que dice mire que los domingos la hora se triplica.

Eso es lo que quiero mi amor, que las horas se tripliquen para poder estar más tiempo juntos.

En serio querés que estemos más tiempo juntos?

Mirame – dije levantándole la cara con mi mano.

Cuanto hace que no me lo decías, mi amor, creí que te habías olvidado.

Como lo voy a olvidar si con esa palabra nos dimos el primer beso. – dije rozando sus labios con los míos.

Mi bebe, alguna vez pensaste con cual nos vamos a dar el ultimo?

En mi diccionario esa palabra no existe, nunca nos vamos a dar el último, siempre va a ser el anteúltimo.

Es que algún día vas a tener novia.

Te pediré consejo.

Como?

Claro, acaso vos no tenés novio?

Si

Bueno, sos una experta en buscar excusas y me vas a aconsejar – respondí con una sonrisa maliciosa.

No te puedo creer. – dijo con una leve sonrisa – Serias capaz de engañar a tu novia?

No voy a ser ni el primero ni el último.

Serias un tramposo – replico sonriendo picaramente.

Seriamos dos tramposos – señale besándola profundamente.

Sos un caradura y te odio, sabes que no te puedo negar nada y te aprovechas, malo… estas dispuesto a que corramos el riesgo juntos?

Cualquier cosa con tal de poder acariciar esta tetita – respondí pellizcándole el pezón.

Mmmm, mi amor, me encanta… la otra se va a poner celosa – dijo ofreciendo descarada sus pechos.

Nos olvidamos del desayuno y de todo lo que nos rodeaba, el mundo se limito a dos seres que se amaban sin importar absolutamente nada

Quede destruido, la Enanita se había portado como nunca, activa y dominante como no recordaba, mi rol fue casi pasivo, me limite a disfrutar y seguirla en todo lo que quiso hacer, hubo un momento en que me coloco de espaldas y con las piernas a cada lado de mi cadera comenzó a frotar su sexo con el mío lentamente se rozaba desde la vagina hasta las nalgas aprisionándome el miembro apretando los cachetes, por un corto lapso se lo introducía sentándose hasta tocarme los testículos y lo sacaba llevándolo con una mano a su ano jugando con el glande alrededor de ese maravilloso y deseado agujerito, parecía que quería humectarlo, yo estaba en la gloria, era maravilloso, pensé que había llegado el momento y estaba dilatándose para regalarme su ultimo agujerito virgen… comenzó a acariciarme la cara con sus húmedos labios, - Te quiero Bebe – murmuraba como para si misma, - No te muevas, dejame a mi, mi amor -, susurro en mi oído provocándome pequeños espasmos de placer, continuo durante un largo, larguísimo tiempo autopenetrándose y restregando sus esfínteres, una sensación ya conocida comenzó a invadirme, estaba a punto de alcanzar el clímax y no lo podía evitar, la tome de la cintura obligándola a que me cabalgue, bastaron unos pocos movimientos para llegar al séptimo cielo, me beso furiosamente la boca moviéndose como poseída hasta que con un ronquido gutural se derrumbo sobre mi pecho… permanecimos jadeando durante no se cuanto tiempo, acariciándonos y besándonos con las piernas entrelazadas, me sentía feliz, exultante, en cierta forma y en la intimidad me hacia sentir que era mía y que trataba de demostrarlo entregándose en cuerpo y alma.

Te das cuenta porque digo que sos malo.

No

Te espere para que desayunemos juntos y mira la hora que es – dijo sonriendo.

Huyy, tenés razón – dije apartándola delicadamente y enfilando hacia la cocina.

Que pasa? - pregunto extrañada.

La pava debe haberse derretido.

Por suerte era de acero inoxidable, el agua había desaparecido y estaba al rojo vivo, nos miramos y nos dio un ataque de risa incontrolable, la escena era grotesca, yo desnudo mirando alternativamente a la Enanita y a la pava, ella con los zapatos de taco alto, el delantal cubriéndole el costado de la cadera y la cofia vaya uno a saber donde, riéndonos a carcajadas.

Me debes una pava, porque fue tu culpa.

Esta bien, pero te aviso que vas a tener que esperar hasta fin de mes.

No hay problema, puedo financiarte hasta que cobres, yo voy a darme una ducha, en la heladera esta la comida, anda preparándola que ya vuelvo.

Como usted ordene, jefecita. – respondí acercándomele.

Un momentito, donde vas? – dijo poniéndome un mano en el pecho.

Yo también me quiero duchar.

No nenito, voy solita, a vos te conozco y no necesito ayuda, me se bañar sola – dijo sonriendo.

Es que

Nada, se buenito, estoy famélica – dijo dándome un besito en la boca.

La mire alejarse, la muy provocadora se iba moviendo exageradamente las caderas, se detuvo en medio del living, giro la cabeza mirándome por encima del hombro lanzo un beso volador diciendo – Que miras, curioso – y entro al baño, abrí un poco la ventana del dormitorio para airearlo, cerré la puerta, encendí el Winco (hoy reproductor de compact disk), puse un long play (hoy compact disk) de Frank Sinatra y me aboque a ver que había en la heladera para preparar el almuerzo, luego de una reparadora ducha almorzamos entre mimos y caricias, el café lo tomamos en el living conversando banalidades y escuchando música en un ámbito calido y distendido.

Sabes Bebe, se me esta ocurriendo una idea muy loca.

Soy todo oídos.

A fin de mes cierra balance XXXX S.A. y el 9 de julio comienzan las vacaciones de invierno (en Argentina en esa fecha se festeja el Día de la Independencia y hay un receso escolar de 2 semanas).

Aha.

Eso no te dice nada?

Si, que voy a poder recuperarme un poco, pienso dormir hasta sacarle ampollas a la cama.

Y que más? – pregunto con una sonrisa picara,

Voy a aprovechar para cenar en mi casa, rodeado de mi familia – respondí sin entender el porque de esa sonrisa.

No te gustaría cenar con tu familia pero en medio del campo?, después de todo yo soy parte de tu familia.

En ese momento entendí para que lado apuntaba.

Me encantaría, pero… y el trabajo?

Yo me encargo, para eso soy tu jefa, no va a haber ningún problema, vos fijate como lo podes arreglar en tu casa.

Eso es fácil… y vamos a tener algún tiempo para nosotros?

Todo el que quieras, aun me quedan dos viajes, trabajando a full y dejando algo encargado para que hagan entre viaje y viaje, voy a tener tiempo mas que suficiente para dejarte de cama. – respondió con una sonrisa y un beso.

Pasamos el resto del día planeando y divagando, entre risas y caricias sobre el viaje a Chascomus, parecíamos dos chiquilines fantaseando sobre el regalo del Día de Reyes, el tiempo paso volando y cuando nos dimos cuenta los partidos estaban a punto de terminar por consiguiente acomodamos el departamento y cada uno se fue a su casa, ella en el Fitito y yo en colectivo, esto ya lo veníamos practicando desde hacia un tiempo a fin de minimizar el riesgo que nos vieran juntos. Durante esa semana estuve nervioso, no sabia como hablar el tema con mis padres, seguramente fue por sentirme culpable de participar en algo que, socialmente no debería ocurrir, obviamente mi comportamiento debió ser algo raro, ya que varias veces mis padres me preguntaron si me pasaba algo, siempre respondí con evasivas, "estoy muy cansado", "tengo un examen jodido", "en el laburo hay mucho trabajo", la realidad era que el tiempo pasaba y no sabia que decir para poder ausentarme de mi casa durante las vacaciones, no resulto tan fácil como le había dicho a la Enanita y no encontraba ninguna excusa creíble, la solución vino por donde menos esperaba, mi padre, zorro viejo, me despertó el sábado por la mañana – Cuando quieras sacar el registro te lo va a dar Magoya si no practicas, vestite, desayuna y vamos a manejar un rato – me lo dijo en un tono que no admitía discusiones, - Que hincha pelotas - , pensé, - Faltan mas de seis meses y justo hoy quiere que practique –

Estuvimos dando unas vueltas, me hizo estacionar en un millón de lugares y me invito, mejor dicho me conmino, a tomar un café ya que hacia mucho que no teníamos una conversación de hombre a hombre.

Sin abundar en detalles me confeso que lo había sorprendido gratamente ya que ellos, mis padres, habían creído que no iba a poder con el estudio, el trabajo, los amigos y "tus novias", esto ultimo lo remarco con una sonrisa, diría orgullosa, me dijo que una tarde cuando volvía del trabajo, se había encontrado con Rita en el colectivo, comenzaron a charlar de bueyes perdidos, del tiempo, el barrio, la familia y que de golpe, sin decir agua va, le había dicho que necesitaba contarle algo que la avergonzaba, ya que no había medido las consecuencias de eso que había hecho y que no quería que se lastime una relación de tantos años entre ambas familias, me dijo que la corto diciéndole que no hacia falta, que se había dado del acto fallido de "traían el desayuno a la cama" y que nadie mas lo había notado, que por su parte estaba todo bien siempre y cuando privara la discreción, que al "nene" no le hiciera ningún daño y que lo alegraba notar que a ella se la veía distinta, para bien, ella le había respondido que le estaba sacando un peso de encima y que a pesar de su comprensión ella sabia que "eso" no estaba bien y que lo había terminado. Le conté que desde que habíamos vuelto de San Bernardo me esquivaba, lo cual me molestaba, pero no mucho ya que me consolaba con la amiga, me dijo que algo sospechaba y me dio una serie de consejos. Me pregunto si eso era todo y ya que estábamos en tren de confidencias lo puse al tanto del posible viaje con Graciela, puso un rostro adusto, lo pensó un buen rato, me miro fijamente a los ojos, note que su gesto se iba transformando hasta lanzar una carcajada mientras decía – Que hijo de puta, como haces?... Olvidate que te di el apellido y contáme, pendejo de mierda -, le respondí lo que ya relate anteriormente, que era un tipo afortunado, que todo se había dado sin proponérmelo y que por supuesto no lo iba a dejar pasar. Me aconsejo que lo mejor era decir la verdad, no toda, que mi vieja se iba a poner contenta ya que era una especie de asumir responsabilidades y que eso presumía una especie de ascenso laboral,

De cualquier manera el problema no es la vieja - comento – La petisa que le va a decir al novio?

Nada, que me lleva porque necesita un ayudante – respondí.

Si, claro, y el tipo lo acepta así nomás.

Lógico, como no lo va a aceptar si somos primos, casi puede ser mi madre y lo mejor es que cree que soy un tanto afeminado.

Un tanto que? – pregunto sorprendido.

Maraca, viejo, te tengo que explicar que significa?

Para nada, pícaro, pero no entiendo.

Le explique lo que había pasado en la fiesta de fin de año en nuestra casa, omitiendo mencionar quien me había ayudado, ya que se suponía que el era el único que estaba al tanto de la relación y era nuestro secreto, - Es una genialidad – comento, bueno, vamos a casa que la vieja va a pensar que nos caímos al Riachuelo.

Durante el almuerzo comente lo del viaje y tal como sospechaba mi viejo, mi madre lo recibió con alegría y me pidió que pusiera mi mejor esfuerzo en aprender y que tratara de aprovechar, si me quedaba tiempo, la paz en un ambiente bucólico para reponer energías ya que en los últimos días me notaba cansado y algo acelerado.

Esa noche le dije a Mirta que mis padres iban a ir unos días a Mar del Plata aprovechando las vacaciones de invierno de mi hermana y mías y que por supuesto debía ir con ellos, mucho no le gusto pero tuvo que aceptarlo por razones obvias, al día siguiente le comente las novedades a Graciela y el viaje a Chascomus se puso en marcha.

Durante las dos semanas previas no ocurrió nada que valga la pena detallar, y llego el día de la partida, ese domingo almorcé en mi casa y me dispuse a preparar un bolso con la ropa que pensaba utilizar, estaba en esos menesteres cuando apareció mi madre regañándome ya que en el bolso el traje (indumentaria que no pensaba llevar) iba a quedar como un acordeón y que debía presentar una imagen acorde a la tarea que iba a desempeñar y fundamentalmente que no podía desentonar con Graciela, siempre tan elegante y formal, por consiguiente el bolso se transformo en una valija en la que además incluyo una plancha, por si hacia falta repasar alguna camisa.

Tal como estaba previsto la Enanita me paso a buscar por casa y luego de las consabidas recomendaciones cargamos la valija y partimos, durante el viaje insistí en que me contara como era el lugar y como había arreglado el pernocte para evitar sospechas, recibiendo como respuesta una sonrisa picara y – Vos no te preocupes -.

Poco antes de llegar a la ciudad, tomo un camino de tierra muy bien conservado y al poco rato pude observar que nos aproximábamos a una tranquera enmarcada por una gran arco de material del que pendía un cartel con el nombre del establecimiento, una vez transpuesta comenzaba un camino delimitado por una añosa arboleda, la presencia de perros ladrando mientras corrían paralelos al auto indicaban que nos aproximábamos a la casa, hicimos un recodo y ahí estaba, un edificio en U de una planta, estilo colonial, rodeaba un gran patio central en cuyo centro se destacaba una glorieta cuyas columnas parecían estranguladas por una enredadera de gruesos troncos, sin hojas. Dos hombres, uno joven y otro mayor (luego me entere que eran padre e hijo) nos recibieron con una sonrisa muy ceremoniosa.

Buenas tardes, Contadora, que tal el viaje? – dijo el mayor estrechando la mano de Graciela.

Muy bien, gracias, Don Cayetano, hola Ismael, como estas? – respondió Graciela dirigiéndose al menor.

Bien, gracias – respondió en una actitud avergonzada.

Viste, esta vez traje a un compañero de tu edad para que puedan charlar.

Hola, buenas tardes – dije muy ceremonioso.

Vengan, pasen que mi señora ya esta preparándoles algo calentito para reponerse del viaje, por el equipaje no se preocupen, a ver muchacho, ya sabe lo que tiene que hacer – dijo el mayor dirigiéndose al joven.

Este Cayetano, nunca me deja hacer nada – dijo Graciela sonriendo y tomándolo del brazo – Ismael, tratámelo bien que este es un ratón de ciudad y tengo miedo que no sepa que hacer – dijo dirigiéndose al joven mientras me señalaba.

No crea Contadora, mire que la puedo sorprender – le respondí un tanto ofendido.

Veremos, veremos – dijo Graciela mientras le hacia un guiño de complicidad a Cayetano y se dirigían al interior de la vivienda.

El tal Ismael resulto ser un chico de mi edad, demasiado respetuoso, al que pasado un rato y viendo que se dirigía a mi como si fuera su padre le comente que me hacia sentir incomodo y lo conmine a que me tuteara como lo hacia con sus amigos, al principio le costaba y mezclaba el tuteo con el usted hasta que a fuerza de insistir comenzó a tratarme de igual a igual, se dirigió al auto para tomar el equipaje y luego de un amable forcejeo pude cargar yo con mi valija, hizo punta y enfilo hacia una puerta en la parte lateral, indicándome que ahí estaban los dormitorios de las visitas, entramos a una habitación muy espaciosa y fría, con un amplio ventanal que daba al patio central, en la que había una cama de plaza y media, dos mesas de luz, un ropero, una mesa con dos sillas, un escritorio con un sillón de madera y en un costado enfrentando a la ventana dos sillones con tapizado de cuero.

Esta es tu habitación, espero que te sientas cómodo.

Algo fresquita, no? – dije pensando en que para dormir me iba a tener que poner el traje con corbata y todo.

Si, pero no te preocupes que hay estufa, la encendí afuera para que no te llenes de humo. (mas tarde comprobé que se trataba de una cuyo combustible era gas oil y que una vez que tomaba temperatura caldeaba muy bien el ambiente y sin humo ni olor), esa puerta da al baño y es compartido con el dormitorio de al lado.

Ah, el que va a utilizar la Contadora.

No, ella usa el de los patrones, de acá se ve, vení mira – dijo dirigiéndose a la ventana – es ese que tiene las persianas cerradas – señalo unas ventanas ubicadas al otro lado del patio central, pegadas a la parte principal del edificio – ese esta mas protegido, una pared da al hogar y lo mantiene calentito en invierno y en verano le da toda la sombra del monte, además tiene un baño propio.

Ah, claro – respondí sin entender.

Deja la valija sobre la cama, después viene mi madre y te acomoda la ropa en el ropero y vamos a la cocina que vas a probar las tortas fritas más ricas que hayas probado, Tomas mate?

Por supuesto.

Dulce o amargo.

Cimarrón.

Me parece que vos de ratón de ciudad no tenés nada, jajaja

Lo seguí por un largo pasillo hasta llegar a la cocina, donde se encontraban Graciela, Don Cayetano y una señora a simple vista algo matrona pero mirándola en detalle y haciéndole algunos pequeños arreglos, bastante apetecible. Ismael me la presento y me dio un fuerte abrazo como de oso y un beso en la mejilla, respire profundo para recuperar el aliento.

Acostumbrate – me dijo Ismael – es muy querendona y no mide su fuerza, cada cariño te deja de cama.

Así que mis cariños dejan de cama, vení que te doy un abrazo – dijo dirigiéndose a su hijo, mientras que este comenzaba a correr alrededor de la mesa provocando una situación grotesca que nos hizo desternillar de risa.

Entre mates y tortas fritas fue pasando el tiempo en un ambiente cálido, no solo por el calor que irradiaba la cocina económica sino por el don de gente de los anfitriones, cuando nos dimos cuenta el sol estaba cayendo y las penumbras se adueñaban del entorno.

Contadora, la pregunta de siempre, pongo en marcha el generador o comemos a la luz de las velas?

Cayetano, te respondo yo – dijo Elena, así se llamaba la dueña de casa – a la luz de las velas.

Elenita – dijo Graciela – es más romántico, no?

Por supuesto Contadora, lo que pasa es que este viejo ya se olvido de eso, claro ahora una esta mas rellenita y con algunas canas y se hace el galán con quienes podrían ser sus hijas.

Elena, que están los chicos – dijo Cayetano.

Tiene razón papa, yo estoy bien solo, no quiero un hermanito, jajaja. – dijo Ismael.

Perdón, y no lo tome como un atrevimiento, pero yo con algunos años mas le tiraría los perros. – dije yo riendo.

Viste anciano carcaman, todavía hay quien sabe apreciar lo que es bueno.

Vieja y sorda, no escuchaste bien, dijo con algunos años mas, mínimo 30 mas, jajaja – respondió Cayetano riendo.

No, escuche bien, yo ya estoy jubilada, pero usted Contadora tenga cuidado, los jóvenes hoy en día vienen peligrosos. – dijo dirigiéndose a la Enanita.

Con el no hay problema Elenita, somos primos, además no se olvide que tengo novio y a fin de año me caso.

Mira vos, que sorpresa, habían sido primos. – comento Cayetano, Graciela le detallo como era el parentesco e hizo una somera relación acerca de cómo había yo llegado a trabajar en el estudio.

A todo esto Ismael ya había prendido algunos faroles (alimentados a kerosén) y Elena se dispuso a levantar la mesa para poder preparar la cena, Graciela con muy buen animo la ayudo mientras los "hombres hablábamos de nuestras cosas", poco antes de cenar me excuse argumentando que necesitaba higienizarme e Ismael me acompaño para indicarme como se hacia para encender el calefón, este funcionaba con alcohol de quemar (primera vez que lo veía y para mi toda una novedad) y me advirtió que me bañara rápido ya que cuando el combustible se acababa el agua salía helada.

Creo que esa noche supe exactamente que era una "cena pantagruélica", la entrada estaba compuesta por toda una serie de embutidos de cerdo preparados en el mismo establecimiento, jamón crudo, bondiola, morcillas, chorizos y queso de chancho a discreción acompañado por pan casero cocinado en horno de barro y encurtidos también caseros, ajíes, cebollas, alcauciles, pepinos en vinagre hasta que me salieron por las orejas todo regado con un poco de vino tinto algo picantito que estaba espectacular, tanto manduque que no pude probar el asado al horno de barro con papas y batatas, lucia tentador y su aroma era estimulante pero realmente no podía ingerir un bocado mas, me disculpe con Elena.

Gracias Elena, luce excitante pero estoy mas que satisfecho.

Un pedazo de carne asada te excita, no lo puedo creer, no digo yo los jóvenes cada día vienen mas peligrosos.

Perdón, quise decir que luce irresistible, pero no puedo mas.

Irresistible y excitante, no aclares que oscurece – dijo Graciela riendo.

Eso, no aclares, que si por un pedazo de carne de vaca decís todo eso, no quiero imaginar que dirás por un pedazo de carne de mujer. – acoto Cayetano riendo mientras de daba una palmada en las nalgas a su esposa.

Y no se… cuando vea una, le cuento. – respondí siguiendo el juego.

Bueno, me parece que esta charla se esta yendo para donde no debe, es la ultima oportunidad que te doy – cortando abruptamente el tema y fulminando con la mirada a su marido.

En serio, gracias Elena.

No hay problemas, me la desprecias para la cena, mañana será tu almuerzo.

No la estoy despreciando.

Lo se hijo, es una broma – dijo dándome un pellizco en la mejilla.

Te dije, no mide su fuerza, te dejo el cachete colorado – acoto Ismael.

Un cariño así te deja descalabrado. – dije riendo mientras me acariciaba la cara, no dolía pero para cariño era demasiado fuerte.

Huy pobrecito, es un mantequita, perdón, no lo voy a hacer mas – dijo tomando mi mano y dándome un beso en la mejilla afectada.

Peor, ahora le aceptaste un beso, no te la sacas más de encima, miento Papa? – dijo Ismael dirigiéndose a su padre.

Si lo sabremos nosotros, cuando se pone cariñosa no hay quien la aguante, pobre muchacho no viene mas a Chascomus, jajaja

Son dos tarados, a vos no te molestan mis besos, no?

No, al contrario – respondí algo turbado.

Vieron, el no se siente cargoseado.

Porque recién te conoce – dijo riendo Ismael.

Vas a ver que no vuelve mas – acoto Cayetano al borde de la carcajada.

Bueno, bueno, Elena yo si acepto una porción – dijo Graciela intentando cambiar de tema.

Contadora, no hace falta, fue todo una broma, ya estoy acostumbrada a que se mofen todo el día.

En serio, quiero una porción pequeña, si yo vengo nada mas que para poder comer de sus exquisiteces, el trabajo no me interesa.

El resto de la cena transcurrió entre risas y bromas de Cayetano e Ismael para con Elena, esta las aceptaba de buen grado pero simulando que se molestaba, Graciela y yo disfrutábamos del espectáculo e interveníamos con pequeñas acotaciones yo haciendo causa común con los varones y obviamente Graciela con Elena. Era bastante tarde cuando Elena llevándose el dedo índice a la boca nos pide que hagamos silencio y señala a Graciela, esta estaba semidormida, cabeceando para tratar de no caer en los brazos de Morfeo, el repentino silencio le hizo abrir los ojos y ruborizada se disculpo diciendo que durante la noche anterior había dormido poco y el viaje la habían cansado.

Bueno, todo el mundo a dormir que la visita tiene sueño y mañana comienza la semana.

Antes vamos a acomodar todo esto – dijo Graciela.

Ni se le ocurra, de todo esto me encargo yo, usted se me va a dormir, descansa bien y mañana trabaja rápido, se saca de encima esas cosas que solo usted entiende y después nos ponemos al día mientras tomamos unos mates con bizcochitos.

Mate solo, sino voy a salir rodando.

Buena falta le hace, esta muy flaca y a los hombres les gusta tener donde agarrarse.

Esta Elenita, me hace poner colorada, hasta mañana – dijo Graciela despidiéndose con un beso, haciendo lo propio con Ismael y conmigo.

No entendía nada, se había despedido y dirigido al dormitorio, disimule la bronca y yo también me despedí, Elena me tomo de un brazo atrayéndome y plantándome un sonoro beso en la mejilla, Ismael me acompaño al dormitorio aduciendo que iba a completar el tanque de gas oil de la estufa para que durase toda la noche, así lo hizo, cuando finalizo se sentó en una de las sillas, me convido un cigarrillo y comenzó una charla, casi monologo, que termino cuando Cayetano golpeo el cristal de la ventana llamándolo.

Me dormí masticando rabia, la Enana y yo bajo el mismo techo pero exactamente del otro lado de semejante caserón y para colmo Ismael contándome un montón de cosas que no me importaban. Sentí que me sacudían y como un eco lejano que decía – Levantáte que es tarde, ya esta el desayuno y la Contadora dice que en media hora sale para el pueblo hayas comido o no -, era Ismael que me hablaba sonriendo como un boludo, - Que hora es?, si recién nos acostamos -, - Casi las 7:30, apurate así comes algo antes de que vayamos al pueblo -, me vestí y mientras me lavaba la cara procese las palabras de Ismael, "vayamos al pueblo", lo que faltaba, vamos todos en manifestación, me dije, y la bronca llego a su cota máxima. Fui a la cocina, salude con un gruñido,

Buenos días, sabias que hoy es lunes y hay muchas cosas que hacer, apura con el café que ya salimos – dijo Graciela con gesto adusto.

No me lo rete al chico que le va a hacer mal el desayuno, - tercio Elena.

Esta bien, pero vinimos a trabajar – respondió Graciela.

Perdón, no me di cuenta. – atine a responder.

Apure el café y salimos al patio central, donde Cayetano nos esperaba con una camioneta Chevrolet amarilla, Apache 10, las mujeres se acomodaron en la cabina e Ismael y yo en la parte trasera.

Medio nerviosita la Contadora – dijo Ismael, tratando de iniciar una conversación.

Un poco – respondí sin disimular mi malhumor y dando por terminada la charla.

Me asome al borde de la caja para que el fresco de la mañana tranquilizara mis nervios y deje la mente en blanco mientras veía pasar los árboles, una ligera bruma cubría el campo, me pregunte que seria, tome conciencia que había estado brusco con Ismael y me disculpe, me dijo que lo entendía y que no había pasado nada, se acomodo a mi lado, me estrecho la mano y le pregunte por la bruma, su respuesta fue que la producía el sol al calentar y evaporar la escarcha nocturna, seguimos charlando animadamente, yo preguntando sobre todo lo que veía y el respondiendo de buen grado, me explico que el lunes era el día de las compras de la semana y el hacia ese viaje habitualmente para ir a estudiar, me contó sobre sus amigos y amigas diciendo que si nos quedábamos dos o tres días podía organizar alguna salida para presentármelos, la idea me entusiasmo ya que Graciela parecía haberse olvidado de todo lo que habíamos hablado y quedamos en que yo iba a averiguar como era el panorama de los próximos días y en función del resultado el se encargaría de la salida.

Llegamos a la zona urbana, estacionamos sobre la calle Libres del Sur frente a un local con los vidrios pintados donde nos atendió un señor cuarentón quien saludo ceremoniosamente a Graciela, estuvimos toda la mañana trabajando a pleno, la Enana dando ordenes y recabando documentación, el pobre hombre transpirando a pesar del frío y yo llenando planillas y preparando carpetas. Pasado el mediodía Cayetano y familia nos pasaron a buscar, Graciela se despidió hasta el próximo viaje aclarando que si le surgía alguna duda lo iba a volver a molestar en los próximos dos o tres días.

Genial, pensé, nos quedamos como mínimo un par de días, entonces era cierto la Enanita, mi Enanita había preparado todo como para poder disfrutar de intimidad, una sensación de alegría me invadió y ahora fui yo quien casi monologo con Ismael. Llegamos al establecimiento, mientras Elena preparaba la comida, Cayetano acomodaba todo lo comprado y Graciela nos pidió que lleváramos la papelería a su despacho marcando el camino, la oficina en cuestión, otrora debía haber sido biblioteca y salón de lectura, estaba exactamente enfrente de lo que era mi dormitorio, patio de por medio, era un gran ambiente con un importante escritorio, una mesa de reuniones que en otros tiempos debe haber sido la mesa del comedor principal, una biblioteca algo despoblada rodeaba tres de las cuatro paredes mientras que en la restante un amplio ventanal orientado al oeste permitía la entrada de luz natural hasta el ocaso. "estos biblioratos en esos estantes", "estas carpetas en la mesa", "el maletín en el escritorio", "las planillas donde quieras y acordate donde las pusiste", "prepara la maquina de escribir con muchos papeles y carbónicos donde te sea mas cómodo", "estos libros ahí" y un montón de instrucciones mas que Ismael y yo nos esforzábamos en cumplir, parecía que disfrutaba dando ordenes, nuevamente el desasosiego se apodero de mi y comencé a cumplir cada mandato a desgano. Cuando considero que todo estaba como ella quería, se detuvo a contemplar mientras nosotros aguardábamos nuevas instrucciones, en eso Elena aviso que la comida estaba pronta y Graciela contesto que en un momento íbamos, nos dio un par de indicaciones mas, totalmente intrascendentes, miro en derredor con gesto adusto, hizo una mueca como de aprobación y dijo – Ahora si, solo falta un poco de calor, Ismael si conseguís una estufa te libero y nos vamos a comer antes que tu madre se enoje. -

El almuerzo tal como había anticipado Elena la noche anterior consistió en el asado con papas, se hablo muy poco, Graciela parecía ensimismada en vaya uno a saber que y contagio al resto de los comensales, sobre el café y viendo que el ambiente seguía mustio, le pregunte a Graciela.

Hasta cuando nos quedamos?

No se, hasta el jueves o viernes, porque?

Porque mañana o pasado, después del horario de oficina, Ismael esta organizando una salida con sus amigos y me invito.

Amigos y amigas.

Si, claro… perdón, Ismael, la salida es mixta?

Y, si… tenemos que salir mezclados, acá si te ven solo con una chica, enseguida te la encajan como novia.

No jodas, no podes tener una amiga.

Ni de casualidad, seria una "amiguita", son cosas de pueblo.

Menos mal que vivo en Buenos Aires, yo tengo un montón de amigas.

Cuando vaya a visitarte, presentame a alguna, no seas cuida.

Las que quieras, bueno… después del horario de trabajo puedo salir con Ismael y sus amigos… y amigas?

Y porque no – respondió Graciela fulminándome con la mirada – fuera del trabajo tu vida es toda tuya… pero dentro del horario, no… terminemos con el café que nos espera una tarde difícil.

Cuando quieras.

Elenita, mira que el trabajo es el trabajo, pero fuera del horario puedo tomar esos mates con bizcochitos.

Después de lavar los platos los preparo y cuando estén le acerco algunos.

Me encantaría, pero preferiría disfrutarlos cuando ya no tenga nada que hacer.

Perfecto, usted avise cuando.

Bueno, basta de charla, vamos a trabajar.

De mala gana la seguí, malditos los deseos que tenia de sumergirme entre los papeles, pero ella parecía que estaba en su salsa, tomo un libro y lo abrió sobre la mesa leyéndolo detenidamente luego de su maletín tomo un fajo de papeles, escogió un manojo y lo comparo con el texto del libro, a todo esto yo esperando sus instrucciones y comenzando a sentir el calor que irradiaba la estufa, me estaba molestando el sweater.

El ambiente se esta poniendo pesado, no? – dije dándole doble sentido a la pregunta

Perdón – respondió saliendo de su concentración.

Digo que esto se esta poniendo pesado.

Tenés razón, hace calor, si querés quitate el pulóver y acercate, necesito que hagas algo. – dijo sin quitar la vista de los papeles.

Que necesitas? – respondí resignado.

Sentate acá y verifica que el acta este bien transcripta, leéla muy bien, cada palabra, cada punto, cada coma es importantísima…mientras yo hago otra cosa. – me dijo señalando una silla junto a la mesa.

Esta bien – conteste casi gruñendo, me senté y comencé a leer

"Mi Bebe, acabamos de llegar y estoy sola en el dormitorio, con una mezcla rara de ilusión y frustración, ilusionada porque voy a ser tuya todo el tiempo, sin limites de horarios ni miedo a que nos descubran y frustrada porque se que esto es solo la realización pasajera de mis fantasías, lo que sigue, por favor leélo hasta el final sin siquiera levantar la vista… te voy a estar vigilando.

Necesito decirte algunas cosas sobre quien vos ya sabes, y lo hago de esta manera ante tu negativa de charlarlo personalmente, lo cual respeto y entiendo. Soy consciente que no es santo de tu devoción, en su defensa creo que no le das el lugar para conocerlo mas profundamente como lo conozco yo, quiero que sepas que es un buen hombre y me quiere, sabes que yo también lo quiero, con un cariño distinto al que siento por vos, ni mas ni menos, simplemente distinto, tiene defectos, por supuesto que los tiene, quien no?. Nos vamos a casar y formar una familia y eso es inapelable, seria la mujer más feliz de la tierra si aceptaras mi proyecto de vida.

Ojala me entiendas, si llegaste hasta acá sin hacer trampa, conta hasta tres y date vuelta, te amo.

La verdad es que conté bastante mas de 3, tratando de entender, no a ella sino al motivo de la carta ya que estaba convencido que teníamos muy buen dialogo, pensé que pateando todo para adelante iba a encontrar el momento, gire buscándola, dibuje una sonrisa y mas por instinto que por convicción estire los brazos invitándola a que se acerque.

Querés que hablemos sobre lo que leíste?

Va a cambiar algo?

Nada.

Entonces?, para que?... es inapelable.

Si, no admite discusión, me referiría al final

Lo de tu proyecto de vida?

Si… quiero que si algún día te aburrís de mí como mujer sigamos siendo amigos.

Nunca vamos a ser amigos, a una amiga no se la desea, con una amiga no se tiene sexo, una amiga es un varón con tetas.

No me contestaste.

No lo se… no se que significa tener un proyecto de vida, me suena a muy lejano… mi intención es que vos no te aburras de mi,

Mi chiquitín, nunca podría aburrirme, vivo deseando que me abraces, me mimes, quiero ser tu mujer… tu amante en la sombra.

Mi que? – Sentí una especie de alarma interna, "amante", esa era la clave, un simple vocablo me había abierto la mente, estaba equivocado además de amiga y novia existía otra opción, no seria ese el problema con Rita?, Mirta me había dicho que ella iba a hacerme olvidar de mi novia… los pensamientos afloraban atropellándose, su respuesta me volvió a la realidad.

Tu amante mi amor, tu putita. – respondió sonriendo

Vos sos mi putita – replique tratando que sonara como algo natural – pero un día de estos esta colita te va a quedar roja – dije acariciándole las nalgas.

Porque, malo.

Por como me trataste desde anoche – respondí con cara de compungido.

No lo habrás tomado en serio.

Muy en serio – dije dejando de acariciarle los glúteos.

Tonto, fue a propósito, ahora tenemos el campo libre, nadie nos va a molestar – dijo dando un saltito y colgándose de mi cuello.

No se… estoy muy dolido.

No mi amor, que puedo hacer para que me perdones? – dijo besándome suavemente la mejilla.

Así vas bien, necesito muchos mimos.

Me encanta mimarte… y que me abraces fuerte… muy fuerte… que me falte el aire… besarte… que me muerdas el cuello… que me acaricies toda, toda, toda

Me estas haciendo trampa

Porque mi amor?

El que esta dolido y merece muchos mimos soy yo. – respondí besándola leve en los labios.

Es que me siento tan bien…, no seas malo, seguí un ratito y después te hago lo que quieras… si? – dijo sonriendo.

Lo que yo quiera?

Lo que quieras, amor. – contesto sumisa, ofreciendo sus labios húmedos.

Continuamos con las caricias y besos durante no se cuanto tiempo, nuestros cuerpos parecían luchar para fundirse en uno solo, candente e indivisible, me quito la camisa casi sin darme cuenta, besando y acariciando cada centímetro que descubría, lentamente me fue llevando hasta sentarme en uno de los sillones, se acomodo en mi falda descansando la espalda en un apoyabrazos y estiro las piernas hasta poner sus pies descalzos sobre el otro, la tentación de recorrer con la yema de los dedos esa piel suave, delicada, era irresistible… la acaricie lentamente, poro por poro, desde la punta de los dedos, rozándola, casi sin tocarla, los ojos cerrados y una sonrisa complaciente invitaban a invadir su intimidad por debajo de la falda, me sorprendió al sentir su mano sobre la mía enseñándome el camino a recorrer, abrió ligeramente las piernas acariciándose las ingles con movimientos lentos, interminables, deje mi mano laxa jugando con los dedos suavemente donde ella pusiera la palma de mi mano – Así… flojo… dejame hacer… conoceme…- Otra vez la alarma, "conoceme", como conoceme?, si me dijo un millón de veces que conmigo había sentido como nunca, que deseaba que estemos juntos, donde estaba la falla?, estaba insatisfecha?, se podría llegar a mas?, ese no era el momento pero tendría que saber exactamente que había querido decir – llevo mi mano hasta su vagina, encogí el dedo medio mojándolo con sus jugos e introduciéndolo de a poco, moviéndolo en círculos… agregue el índice rotándolos lentamente mientras con el pulgar acariciaba el clítoris… - Que lindo, mi amor… así… suave… - junto las piernas y con contracciones de los aductores apretaba mi mano hasta impedirme el movimiento… los relajaba liberando la presión y yo continuaba sacándolos y metiéndolos… cada vez se deslizaban mas fácil favorecidos por su flujo que a esas alturas fluía abundantemente… mi pene había llegado a su cota máxima y me molestaba apretado por el pantalón y el peso de su cuerpo, pero ella estaba gozando y sentía que debía continuar con la masturbación, era la primera vez que lo hacia, antes de ese momento siempre había sido como estimulo para su lubricación previa al coito… intento retirar mi mano con la suya - Ya esta mi amor, ahora los dos – me incline sellando sus labios con un beso y redoble las penetraciones, ensayo una protesta la cual aborte besándola profundamente… se resigno y tomándome de la nuca respondió introduciendo su lengua en mi boca… comenzó a agitarse gimiendo descontrolada apretando sus labios a los míos con fuerza, simultáneamente cruzo las piernas inmovilizándome la mano, sus músculos vaginales oprimieron mis dedos fuertemente, comenzó a ladear la cabeza deshaciendo el beso, abrió los ojos desmesuradamente y se desbarató con un suspiro prolongado y profundo, aflojo la presión en mi cabeza dejando caer el brazo, cerro los ojos apoyando sus labios en mi pecho, sentí la calidez de su respiración acariciarme y sus labios rozándome la piel, intente algunos movimientos en su interior para prolongarle el éxtasis, con la mirada pidió que me detuviera refirmándolo al apoyar su mano en la mía impidiendo que la retirara, apoye la cabeza en el respaldo del sillón cerrando los ojos, había sido privilegiado espectador de su orgasmo y me sentía bien.

Unos suaves golpes en la puerta me despertaron, me había dormido y no sabia porque, la cuestión era que a través de la ventana no se veía el sol, pero no, no era tan tarde, el cielo se había encapotado presagiando lluvia, zamarree a Graciela avisándole que estaban golpeando, contesto mientras se acomodaba la ropa, indicándome que me pusiera la camisa, era Cayetano avisando que amenazaba tormenta y que era conveniente poner al Fitito bajo techo, Graciela le agradeció dándole las llaves y diciendo que por hoy el trabajo había concluido y que le encantaría merendar mirando caer la lluvia a través de la ventana. El buen hombre se retiro y la Enanita dándome un beso me dijo – Te debo una -.

La verdad es que ver una tormenta en medio del campo, bien cobijado y en un ambiente calido, es una maravilla sobrecogedora, merendamos mate con bizcochos recién horneados charlando banalidades, un juego de cartas, mas charla y cena. Luego de una amable discusión Graciela consiguió que Elena le permitiera ayudarla a lavar los trastos y acomodar el ambiente mientras que los varones nos enfrascamos nuevamente en un juego de naipes. Cayetano llevo sendos faroles a los dormitorios mientras Ismael completo el combustible en las estufas, un poco más de charla y aprovechando que la lluvia había amainado, el matrimonio con el hijo se despidieron hasta el día siguiente cubriéndose con unos capotes y dirigiéndose a su morada, cabe destacar que esta se trataba de un edificio de construcción similar al principal ubicado atrás del monte aproximadamente a 60/70 metros, en otros tiempos fue caballeriza y por las características también guardería de carruajes.

Al fin solos – dijo Graciela con una sonrisa, después de haber apagado casi todos los faroles menos uno.

Era hora – dije abrazándola por la cintura, alzándola.

Todo llega, mi amor – dijo pasando sus brazos por mis hombros y cruzando las piernas por mi cintura.

Sabes que me fascina cuando te colgas.

A mi también, por eso lo hago, me encanta ser tu monita, pero no te peso?

Ni un poquito – respondí besando levemente sus labios, nos miramos y sin mediar palabras nos matamos a besos, caricias y roces bajo el murmullo de la lluvia, un fuerte trueno seguido de un relámpago ilumino la estancia – Quiero ir a tu dormitorio.

Llevame – respondió con un susurro.

El ambiente calido, el murmullo de la lluvia y la luz mortecina de un farol a media mecha sugerían una noche especial.

Soltáme, quiero bajar

Un poquito más.

Se bueno, bajáme – insistió con un beso leve en los labios.

Lo que vos digas Bombón – respondí sosteniéndola por la espalda mientras hacia que deslizara su cuerpo pegado al mío.

Sentate – dijo apoyando las manos en mi pecho – sabias que sos el chico más bueno y dulce que conocí – dijo en un tono neutro casi serio.

Debe ser porque no sos muy salidora – dije dando un toque humorístico.

Y que me siento muy bien con vos… sabes como hacer para que aflore en mi todo eso que no sabia que tenia

Yo no hago nada, es todo merito tuyo.

No Bebe, hoy hice algo que jamás creí que podía hacer.

Que?

Masturbarme – dijo casi en un susurro.

No me digas que nunca

Si, muchas veces, pero siempre en la intimidad mas absoluta, nunca pensé que lo iba a poder hacer con publico y encima disfrutarlo tanto.

Insisto, es todo merito tuyo.

Puede ser, pero con vos me animo a todo, me miras y creo ser la mujer mas linda del mundo.

Sos la mujer mas linda del mundo.

Gracias mi amor – respondió besándome la mejilla – no crees que soy una puta?

Si… pero MI puta, podrás ser la Contadora Tal y vas a ser la señora de Cual, pero siempre vas a saber que sos o fuiste mi putita personal, la que deseo y me excita.

Su rostro se iba transformando a medida que escuchaba, de serio paso a sonriente, distendido, me dio un beso en la boca, nos abrazamos, sentí que me mordía el lóbulo de la oreja y me decía muy bajito – Te quiero, chiquitín, hoy te dije que te debía una y quiero pagarte -, deshizo el abrazo y se paro al borde de la cama entre mis piernas, lentamente me quito la camisa… me acostó sobre la cama con las piernas colgando… inclino su cuerpo tendiéndose encima, su aroma a hembra invadió mis sentidos, vi su cuello y lo lamí y bese casi con desesperación, tome con los dientes el lóbulo de su oreja, dándole suaves golpecitos con la lengua mientras le respiraba en el oído, apreté sus nalgas por encima de la falda en tanto nuestras piernas se entrelazaban tratando de confundirse en una… sus brazos me abrazaban a través de mis axilas apretando fuerte… - Besame, Enanita – susurre en su oído, giro la cara ofreciendo sus calidos y húmedos labios, nos unimos en un largo y profundo beso… nuestras lenguas se entrecruzaban luchando como pretendiendo marcar territorio…se separo y comenzó a deslizarse besando y ensalivándome el pecho hasta arrodillarse al borde de la cama entre mis piernas, me descalzo, aflojo el cinturón y jalo el pantalón hasta quitármelo, siguió besando y humedeciéndome con su lengua la panza… mordió el borde del calzoncillo tratando de quitarlo, alce las caderas para facilitar y tras varios intentos fallidos abandono – No se puede -, - Ayudate con las manos -, se aparto viéndome fijamente a los ojos, esa mirada la había visto, parecía que chispas multicolores le iluminaban el rostro… levanto la mecha del farol dando al ambiente una luminosidad que permitía ver los detalles del mismo… comenzó a contonear el cuerpo al ritmo de una música que solo ella oía… una cuerda invisible y mágica simulaba unir nuestros ojos, lenta, pausada, cadenciosamente se fue desprendiendo la ropa en una exhibición desvergonzada… indecentes sus manos acariciaban todo su cuerpo… se aproximaba regalándose lujuriosa y se alejaba al primer signo de mi parte de tocarla, sonriendo picara, consciente que verla así y desearla eran una misma cosa… suaves besos humedecían nuestros labios susurrándome – Solo la boquita, sin manos -, tener sus pechitos al alcance de mis manos y no poder apretarlos implicaba un esfuerzo sobrehumano, - Solo la boquita – murmuraba mostrando sus dientes perlados a través de una sonrisa, continuo exhibiéndose sabedora que con sus movimientos exacerbaba mi libido llevándola al limite y que en cualquier momento iba a olvidarme del romanticismo erótico y rompería el clima que había creado para transformarlo en algo mas terrenal - Te gusta mi colita? - pregunto mirando por sobre el hombro y agitándola sugestivamente. - Todo en vos me gusta -, respondí mirándola de arriba abajo simulando una mueca lujuriosa, - Se te nota -, dijo imitando mi mueca y acercándose hasta sentarse sobre mi sexo de rodillas en la cama, - Sabias que hoy estas muy putita? -, pregunte besándole levemente los labios, - Si -, acoto como toda respuesta, nos besamos furiosamente acariciándonos hasta donde nos daban las manos… de a poco nos fuimos acomodando en el centro de la cama sin dejar de mimarnos, yo de espaldas y ella con sus rodillas a cada lado de mi cuerpo, con una suave presión le indique que alzara las caderas desplazándome hasta que su sexo quedo al alcance de mi boca… bese sus muslos babeándolos y dirigiendo la lengua hacia donde salía un aroma embriagador, su calida vagina ya húmeda, recibió mis labios segregando aromáticos fluidos como dando la bienvenida a una lengua que no tardo en invadirla… se tomo con ambas manos del espaldar de la cama, elevo las caderas, separo un poco mas las piernas y quedo esperando… quede casi absorto al tener a pocos centímetros de mi cara sus labios lampiños y gorditos como culito de bebe invitando a ser mimados, transite su cuerpo con la mirada y encontré las dos tetitas coronadas por un par de pezones como garbanzos y en el medio su cara mirándome expectante. Fue un momento encantadoramente tenso, sus firmes muslos me acariciaban las orejas… pase suavemente la lengua rodeando los labios mayores humedeciéndolos con sus propios jugos… hice lo propio con esa línea rugosa que nace en la vulva y muere en el orificio del ano incitado por sus desplazamientos de cadera… fui y vine una y mil veces y en cada una lamí y metí cada vez mas profundamente la lengua… aprisione con los labios el clítoris rodeándolo y dando golpecitos con la lengua… soltó una mano del respaldar para tomarme de la nuca enredando sus finos dedos en mi cabello y marcar ella el ritmo y la ubicación de mis lamidas… apoyo la vagina en mi boca obligándome a concentrar las lamidas en su pequeño pene – Ahí, mi amor… si… ahí, ahí, ahiiiiii – sentí en mis pómulos como sus aductores se contraían y relajaban y penetre la lengua en su vagina hasta donde pude moviéndola rápido y fuerte… una serie de sordos sonidos guturales escaparon de su garganta mientras, ahora con las dos manos, incrustaba mi cara en su intimidad hasta casi impedir que respire… la tome por los glúteos para separarlos alzándola unos centímetros y de esa manera permitir el paso de aire… boqueaba y lamía… boqueaba y chupaba… sus líquidos y mi saliva mojaban mis mejillas… - Ya esta, mi amor… ya esta – murmuraba mientras se deslizaba restregando su sexo a lo largo de mi cuerpo mojándolo, se detuvo cuando nuestros sexos hicieron contacto… me beso y la bese mientras la acariciaba desde la nuca hasta donde me daban los brazos… se envaro y con movimientos de cintura ubico el glande entre los labios penetrándose, - Quietito… quietito, mi chiquitín, no te muevas -, era fantástico sentir como sus paredes vaginales abrazaban ardientes el tronco a medida que se adentraba lentamente en su intimidad… pero me estaba volviendo loco quería hacerle el amor y cada vez que me movía reiteraba – Quieto… quietito -, doblo la cintura sin mover las piernas presionando mi cadera con sus rodillas, me lleno la cara de besos húmedos… con las tetitas me golpeo las mejillas, se las bese y lamí mordiendo con los labios los pequeños pezones, los que salive circundándolos con la lengua, - Así, besame toda, mi Bebe -… dijo desplazando lentamente su cuerpo sobre mi boca incitando a que lo bese… lo goce centímetro a centímetro besándolo, lamiéndolo, chupándolo… sentí que salía de la penetración al restregar sus pechos en mi torso, la tome de las caderas para acomodarla en un intento de volver a accederla - Despacio mi amor, me enloquece sentirte cuando me abrazas muy fuerte, sentir mi cuerpo resbalando sobre el tuyo -… así abrazados como estábamos giré hasta quedar encima, no se resistió, al contrario colaboro como si estuviera esperando mi reacción, sonrió, me tomo de la nuca y atrajo mi cara para darme un fuerte beso, respondí con ganas abrazándola enérgicamente mientras con las rodillas le separe, con autoridad, las piernas

Te voy a coger Enana

Amame Chiquitín.

No entendiste, estoy hablando de coger.

Cogéme, haceme lo que quieras. – dijo cerrando los ojos.

Afirme las rodillas sobre la cama obligándola a una abertura de piernas acentuada y apoye el pene en la entrada de su vagina, la sentí caliente y empapada, quede estático mientras comenzó a mover las caderas hacia los costados y hacia arriba… el bálano se deslizo como una seda penetrándola… me deje caer hasta que los testículos chocaron con sus labios mayores, emitió un sordo gemido y abrió los ojos mirándome fijo como extrañada, nunca había sido tan brusco, comencé a bombear en forma grosera, me freno poniendo sus manos en mi pecho… - Despacio mi amor… suave… que bien te siento mi Chiquitín -, afuera la lluvia arreciaba golpeando con furia las persianas de la ventana, cada tanto el reflejo de los relámpagos inundaba el ambiente, un suave silbido denotaba que por alguna rendija filtraba viento haciendo titilar la llama del farol… me relaje tratando de seguir su ritmo, uno, dos, lento y profundo, con sus manos presionando mis glúteos marcaba cuando debía recomenzar… aflojaba la presión y uno, dos, tres, apretón y quieto… arriba, abajo, quedo… - Así… así… me muero… no te muevas – dijo casi en un susurro mientras con sus piernas me abrazaba la cintura, sentir sus músculos vaginales estrangulándome el pene y la respiración agitada anunciaban la proximidad de su clímax – Besame por favor – susurro atrayéndome con un abrazo fuerte y tan brusco que nuestros labios chocaron provocándome una pequeña incisión en la parte interior de la boca producto del contacto violento con sus dientes, la sentí convulsionar y aproveche que aflojo la presión de sus piernas para iniciar un impetuoso mete y saca ya que yo también comenzaba a sentir un fuerte cosquilleo naciendo desde lo mas profundo de mis entrañas, deshizo el beso ladeando la cara y comenzó a boquear como buscando aire en medio de descontrolados gemidos y suspiros – Te quiero Enanita – dije al borde del paroxismo, nos quedamos estáticos mirándonos fijamente, en ese instante sentí que ese era el momento… fue algo mágico, se produjo un extraño silencio… nuestras bocas se buscaron como independientes de nuestra voluntad… fue un beso largo, interminable, calido, lentamente fue acomodando las piernas sobre mis hombros, sentí una mano acariciarme los testículos y empujándome para desacoplarnos, sin cortar la mirada lo hice expectante esperando su movimiento, un esbozo de sonrisa ilumino su rostro y movió ligeramente la cabeza en un gesto afirmativo.

Enanita, no hace falta

Lo se mi amor, pero quiero que esta sea nuestra noche.

Estas segura?

Totalmente… quiero sentirte mi machito.

Te puede doler.

No me importa, te amo y quiero ser totalmente tuya.

La mire de arriba abajo mientras la acariciaba con una mano y rememoraba todas y cada una de las veces que había hecho lo mismo con Rita y Mirta pensando como debía hacer para no causarle ningún daño… con la otra mano me dedique a llevar sus jugos de la vagina al ano… cerro los ojos dejándose hacer, lentamente introduje la primera falange del dedo medio, estiro su mano derecha apoyándola sobre la mía, al cabo de un instante presiono animándome a continuar invadiéndola, lo hice haciendo suaves círculos intentando su relajación, un ligero apretón me aviso que debía detenerme nuevamente, con su otra mano me tomo de la nuca atrayéndome a su cara y comenzó a darme pequeños besitos en las mejillas, con cada contacto de sus labios notaba como aflojaba y apretaba el esfínter provocando una sensación de succión inenarrable, casi sin darme cuenta note que tenia la palma de la mano abarcándole los glúteos, deje estática la mano moviendo ligeramente el dedo en su intimidad, poco tiempo después quito su mano liberando la mía permitiéndome que la moviera a voluntad, lentamente comencé a sacar el dedo volviéndolo a introducir suavemente casi sin dificultad, lo retire totalmente y lleve el índice a mi boca salivándolo, volví a la carga y pausadamente introduje los dos dedos, un rictus de molestia se dibujo en su rostro y quede inmóvil, volvió a asentir con la cabeza y continué la penetración hasta que los nudillos mi impidieron seguir haciéndolo

Enanita, estas bien?

Si, mi amor, seguí por favor.

Deje los dedos en su interior moviéndolos ligeramente… comencé a bombear hasta que note que se desplazaban sin ningún obstáculo… los retire y tome el pene dirigiéndolo hasta la entrada, el instinto hizo que su esfínter se contrajera ensayando una defensa – Bebe, que pasa?, - Nada, seguí… despacito… suave…- lentamente su ano volvió a relajarse mientras el glande inexorablemente la invadía, milímetro a milímetro – Así, despacio… no te muevas… deja que me acostumbre – dijo en un susurro… - Ahora, un poquito mas… lento amor, me esta molestando -, exactamente eso era lo que quería evitar, sin pronunciar una sola palabra se la saque y apoye el índice sobre sus labios abortando cualquier intento de decir algo, me libere de sus piernas y me acosté a su lado boca arriba, inmediatamente capto mi intención y se desplazo hacia un costado haciéndome lugar para una vez acomodado acostarse encima mío – Te amo Bebe y te voy a dejar seco – dijo mientras nos fundíamos en un beso largo y profundo, lentamente fue bajando lamiendo y besándome por todo el cuerpo… lamió salivándome el falo provocándome pequeños estertores de satisfacción, - Enanita, voy a acabar – la previne anunciando que de seguir no me iba a poder contener… se irguió y luego de besarme suavemente los labios apoyo sus rodillas a ambos lados de mi cadera, tomo el falo con una mano ubicándolo en la entrada de su ano y se dejo caer un poco autopenetrándose, una vez que entro el glande se detuvo y clavo sus ojos en los míos, me tomo de las manos llevándolas a sus pechos, se mordió el labio inferior cerro los ojos y empujo con todo su peso ahogando un gemido, sentí una ligera molestia al notar que el falo irrumpía en forma violenta en su interior… cuando sus glúteos aplastaron mis testículos una sensación de bienestar se apodero de mi, la mire notando que sus ojos comenzaban a humedecerse reflejando la llama del farol, quedo inmóvil como una estatua mientras una mueca de dolor se dibujaba en su rostro, - Enanita te amo – dije intentando atraerla para poder besarla y expresarle mi gratitud, - Calláte, no hables ni te muevas – dijo en voz muy baja sin abrir los ojos, - Te duele? – pregunte realmente compungido, - Si, pero es el dolor mas maravilloso que jamás sentí – dijo en el mismo tono de voz, solté sus pechos y le acaricie la cara enjugándole las lagrimas con los pulgares, me tomo las manos dirigiéndolas a su boca y comenzó a besarlas en forma frenética – Te amo Chiquitín, sos la persona mas dulce del mundo y todo mío -, no supe que decir, era muy fuerte, la sensación de estar a punto de acabar había desaparecido como por arte de magia, lentamente comenzó a subir y bajar, me sorprendió su entereza al hacerlo cada vez mas rápido, se notaba que no disfrutaba, todo lo contrario su cara reflejaba dolor o como mínimo una marcada molestia… la tome por la cintura elevándola para que saliera de la penetración y la desplace hasta que note que estaba ubicado en su monte de venus

Que haces? – pregunto sorprendida.

Necesito descargarme – respondí tomándome el falo y ubicándolo entre sus labios.

Y porque la sacaste?

Enanita, ahora no… Cogéme por favor.

No pregunto mas nada y me cabalgo como nunca lo había hecho, sentí que todo comenzaba a perder forma y un sinnúmero de luces estallaban en mi cerebro alejándome del mundo material como si el alma se me desprendiera el cuerpo, fue un momento culmine, la suma de todos los placeres del universo, por un pequeño lapso perdí la noción… volví a la realidad al sentir que algo mojaba mis mejillas y el pene estaba siendo estrangulado mientras vomitaba semen espasmódicamente… escuche como un rumor lejano palabras que no llegaba a comprender mientras una fabulosa sensación de embriaguez me invadía.

Bebe, despertate que ya amaneció – oí entre sueños mientras me daba besitos en los labios.

Que hora es? – pregunte sin abrir los ojos y tratando de ubicarme en tiempo y espacio.

Tardísimo, en cualquier momento van a venir a despertarte.

No te vayas, quiero estar así… abrazaditos.

Estas loquito – dijo sonriente – si me ven acá no se como lo vamos a explicar, me tengo que ir.

Decimos que la tormenta te dio miedo y listo.

Tonto, eso no lo cree nadie, yo también quiero quedarme pero no se puede… dale dejame ir.

Ufa, esta bien, pero antes dame un besito – dije dándole un besito en los labios e intentando abrazarla.

Te dije que es tarde, me voy – dijo poniendo cara de mala y empujándome suavemente.

Esto no va a quedar así – respondí señalándola con el dedo índice como amenazándola.

Tomo su ropa y se dirigió a su dormitorio, me higienice y me dispuse a dormir un rato, aun no habían tomado temperatura las sabanas cuando sentí que golpeaban la puerta, era Ismael avisando que el desayuno estaba casi listo, le pedí que entrara para ganar unos minutos de descanso.

Que hora es?

Casi las ocho, y hay una tormenta de aquellas, si no amaina creo que la salida con mis amigos la vamos a tener que dejar para otro viaje.

Que cagada, no se si voy a volver.

Porque?

Loco, la petisa – dije con un gesto de complicidad - me deja de cama… y pensar que creí que iba a tener unos días de vacaciones.

Se ve que le gusta el laburo, si vieras la cara que tiene, no la entiendo… no digo que venga a rascarse los higos, pero tanto trabajo no es bueno.

Parece que disfruta trabajando y haciendo que todo el mundo le siga el tren.

Es una maquina la petisa, ella me mando a que te despierte, porque a pesar de la lluvia quiere ir al pueblo a buscar no se que papeles y a llamar por teléfono a la oficina… pero entre vos y yo, creo que quiere hablar con el novio.

Que hincha pelotas, si sabia que me iba a tener como maleta de loco, no venia.

Bueno… pero viniste… y apurate que si no vamos a desayunar también vamos a tener que aguantar la cara de culo de mi vieja.

Graciela ya estaba sentada a la mesa, con la cara lavada y gesto adusto, dijo que no había pasado una buena noche, que la tormenta la había desvelado y había dormido poco, enseguida llego Cayetano con cara de pocos amigos – Esta fuerte la lluvia, por ahora el camino esta bueno, pero creo que a la vuelta le vamos a tener que poner cadenas a la chata (argentinismo por camioneta) – Elena sirvió un desayuno pantagruélico del cual dimos buena cuenta. Fue una ingesta rara, la mayor parte del tiempo todos en silencio, casi al final Cayetano tomo la palabra

Contadora, vamos a tener que organizar bien la ida al pueblo, todos no entramos.

Como usted mande, yo tengo que ir – acoto Graciela – voy a pasar por la oficina y tengo que llamar al Estudio para avisar que nos vamos a atrasar un par de días

A mi me gustaría ir – dijo Ismael

Yo me quedo a preparar el almuerzo – acoto Elena

A mi también me gustaría ir… a dormir hasta que vuelvan – dije yo – se supone que estoy de vacaciones.

Si estas muy cansado, vamos al pueble subís al primer ómnibus y en tu casa descansas todas las vacaciones… eso si, a la oficina tenés que ir todos los días.

No gracias, acá trabajamos mucho, pero al menos se come muy bien… prefiero quedarme.

Me parecía…, bueno Cayetano, parece que el viaje esta organizado, vamos.

Se fueron en un momento que arreciaba la lluvia, los tres amontonados en la cabina, la camioneta salia haciendo eses.

No hay caso… no me puedo acostumbrar a estas tormentas, menos mal que te quedaste vos.

Elenita, cuente conmigo para lo que guste mandar, hasta que no vuelvan yo tampoco vos a estar tranquilo.

No, no me entendiste, no estoy preocupada por ellos, no me gustan las tormentas, una se siente poca cosa ante la magnitud de la naturaleza.

Usted, poca cosa?... no me haga reír.

Mira que habías sido atrevido, me dijiste gorda.

Nooo, ahora la que no entendió fue usted, me refiero al hombre, y no como genero, como especie, es la obra maestra de la creación y no van a pasar muchos años para que el hombre domine a la naturaleza y la poca cosa va a ser la tormenta.

Atrevido y filósofo, linda combinación... en serio no te vas a ir a descansar?

En serio.

Te vas a sacrificar haciéndole compañía a una vieja.

Donde esta la vieja?

Atrevido, filosofo y piropeador, gracias por el halago.

Elenita, ayer le dije que con unos años mas le tiraba los perros.

Salí, zalamero – dijo dándome una palmada en el hombro – lo decís para quedar bien.

Señora, vamos a poner las cosas en claro – replique poniendo cara seria – no acostumbro a mentir, si lo digo es porque así lo siento, sino me callo la boca y listo.

Que carácter podrido – dijo riendo – esta bien, te creo… acompañáme que preparo la comida y después te enseño mi lugar secreto.

Tiene un lugar secreto?… vamos ahora – dije entusiasmado.

Primero las obligaciones, la distracción después

Enfilo hacia la cocina, la seguí observándola detenidamente, tenia un aire parecido a Rita, poco mas alta, cuatro o cinco quilos mas, unos pechos descomunales, la gran diferencia era la forma de vestir, ropa menos formal y bastante mas holgada, le ofrecí ayuda con la preparación de la comida y la rehusó diciendo que iba a ser un estorbo, pero si quería podía preparar unos mates, antes de responder ya había puesto la pava al fuego y el mate con la yerba sobre la mesa – Tené cuidado que al compartir la bombilla te puedo conocer los secretos – dijo riendo, - No tengo demasiados, puedo correr el riesgo – respondí rápidamente. Continuamos charlando animadamente, me di cuenta que le gustaba sentirse piropeada y me dedique a aguzar el ingenio para hacerlo, con mucho respeto pero con manifiesta doble intención, cada halago era respondido con un "Salí caradura" y la mayoría de las veces acompañado de una palmada en la parte del cuerpo que tuviera mas cerca, en poco tiempo la comida estuvo marcada lista para dar el toque final.

Bueno, yo ya termine, cuando vuelvan le damos un golpe de horno y listo… y ahora que te parece que hagamos?.

Tu lugar secreto – respondí tuteándola sin darme cuenta.

Ahhh, es cierto… me había olvidado.

Yo no, hace punta que te sigo – continué tuteándola al ver que no le molestaba.

No esperes ver nada raro – comento mientras se dirigía al interior de la casona – la verdad es que no es secreto, es privado… bueno tampoco privado, ocurre que la única que va a ese lugar soy yo y lo considero un poco mío… no muy seguido pero cada tanto cuando quiero estar sola conmigo misma, voy… contemplo el panorama… pienso… hago volar la imaginación… me hace bien estar ahí, a veces hasta llegue a dormirme un rato.

Mientras caminaba hablaba en voz queda, como para ella misma, yo la seguía en silencio, pasamos por la puerta de lo que era un amplísimo comedor y en un recodo del largo pasillo apareció una puerta un tanto angosta, la abrió surgiendo una escalera caracol de madera que había conocido épocas mas brillantes – Tené cuidado con las telarañas – dijo a modo de advertencia, emergimos en un ambiente con ventanales en los cuatro costados, inmediatamente note que se trataba de un mirador de no mas de 3 metros por lado, el cual no había visto el día anterior, seguramente por estar construido sobre la parte trasera de la casona, el mobiliario era escaso apenas una pequeña mesa con 3 sillas y un sillón que ocupaba casi por completo uno de los lados, todos los muebles cubiertos por sabanas para protegerlos del polvo, la vista era bucólicamente magnifica, pampa por todos lados, ese día especialmente sobrecogía ver la lluvia estrellarse en los cristales y los árboles contonearse al compás del viento, Elena tenia razón parecía que había sido construido para encontrarse consigo mismo, nos quedamos un buen rato en silencio contemplando el panorama.

Que te parece?

Es una maravilla, no tengo palabras… siento envidia que puedas disfrutar de esto cuando se te da la gana.

Verdad, es una maravilla… Vení, mira – dijo tomándome del brazo y dirigiéndose hacia un costado – Desde acá se ve la ruta y todo el camino de acceso.

Una vista muy conveniente.

Porque?

Si te portas mal, te da tiempo más que suficiente.

Mira que sos loco… si estamos en el medio de la nada, como y con quien me voy a portar mal… además hace mucho que nadie se fija en mi… ni siguiera Cayetano.

Que lastima, no?... la puesta en escena es perfecta… llueve… un lugar discreto y seguro… una bella mujer… tenés razón, este ámbito hace volar la imaginación… no tener unos años mas… que bronca, no?

Y si… vas a tener que dejar los perros en la cucha (perrera)… Vení a ver de este lado, se ve la laguna – dijo sin soltarme el brazo, quede unos centímetros adelantado y uno de sus pechos apoyándome.

Esto es una maravilla – dije moviendo ligeramente el brazo para sentir mas contacto –

Sabes, en este momento lo estoy redescubriendo, tanto ver en soledad una termina por acostumbrarse y lo ve como algo normal.

Como se ve de noche… contáme

Hace mucho que no vengo… pero el panorama es sobrecogedor, por donde mires millones de estrellas… cuando hay luna llena la ves doble… una en el cielo y otra reflejada en la laguna.

Y no te pone mimosa? – pregunte girando la cabeza para mirarla a los ojos.

Y si… un poco… pero

Pero cuando vas a tu casa Cayetano ni se entera.

Exactamente… pero mira que sos curioso… que te tengo que contar… mira, por este lado se pueden ver los potreros con las vacas, el molino y los abrevaderos.

Hay muchas?

No se, eso preguntaselo a la contadora… y por acá – dijo llevándome hacia el cuarto ventanal, debajo del cual estaba el sillón – la vista es un poco aburrida, solo campo.

No creas, esta puede ser la vista mas linda de todas.

Como es eso?

Vos dejáte llevar – dije tomándola de los antebrazos y ubicándola en medio del ventanal, retrocedí unos pasos y la mire fijamente – Te das cuenta esta es la mas linda de todas.

Mira que sos caradura…es muy lindo sentirse halagada, ya estaba medio olvidada, te agradezco, me estas haciendo sentir bien… pero incomoda, se te escaparon los perros, volve a meterlos en la cucha… ya estoy grandecita… y no es el momento.

Nunca va a ser el momento… es verdad, te estoy tirando los perros y no puedo ni quiero evitarlo.

Pero vos estas totalmente loco… que te hice?

Nada, no hiciste nada, no hace falta… te veo y con eso alcanza.

Basta… ya esta bien, no pases el limite, me gustan tus piropos, pero te estas acercando peligrosamente a la frontera donde esta la fabrica de bifes (argentinismo por cachetada)… y te aviso que tengo la mano pesada – dijo amenazante pero sin evidenciar enojo.

Elenita… - dije tomándole una mano – no estoy de acuerdo poro respeto tus limites, creo que esta mano – dije acariciándosela – puede ser liviana como una pluma y se debe acordar como hacer una caricia… soy un tipo piropeador y medio boca floja, pero respetuoso… te pido perdón si me excedí… no fue mi intención incomodarte, pero me parece un pecado tanta mujer desperdiciada.

Sos incorregible, otra vez me dijiste gorda, no me incomodan tus halagos, pero hace tanto tiempo que no recibía alguno que me olvide como se debe responder – replico en voz suave dejando su mano entre las mías y con la otra me acariciaba la cabeza.

Quito la sabana que cubría el sillón y se sentó, llevándome hasta que me hizo sentar a su lado, paso un brazo por mi hombro y apoyo mi cabeza en el suyo.

Estas cómodo?

Si

Descansa un ratito que yo te aviso cuando vienen.

Mira que con estas almohadas me puedo dormir – dije mirándole los pechos.

Bueno, dormí. – dijo estirándose un poco en el sillón.

Su respuesta la interprete como una autorización a que apoyara la cara sobre sus pechos, me acomode y cerré los ojos, sentí como latía su corazón mientras pasaba una mano por mi cabeza, lo ultimo que recuerdo fue su respiración acompasada y un calorcito que subía de sus tetas.

Me desperté totalmente empalmado cuando escuche que me decía.

Mira, ahí vienen – señalando con el dedo índice el camino de acceso.

Me dormí – acote sin mover la cara de sobre las tetas.

Parece que si, termina de despertarte que deben venir muertos de frío y un buen plato de comida les va a venir muy bien.

Un ratito más, estoy comodísimo.

Se te nota, pero yo estoy tullida de estar en esta posición – dijo dándome un beso en la nuca mientras me apartaba – voy a calentar la comida, vos volve a cubrir el sillón y anda a tu dormitorio para que crean que estuviste durmiendo… de lo que hablamos no se tiene que enterar nadie.

De lo que hablamos no pienso abrir la boca… pero de lo que hicimos… puedo hablar?

Pero si no hicimos nada.

Vos no se… pero yo tuve el sueño mas lindo de mi vida – dije restregando la mejilla en sus pechos.

Tampoco podes decir nada.

Me vas a dejar dormir otra vez apoyado en vos.

No se… depende como te portes. – respondió con una sonrisa.

Fui al dormitorio pensando en que hubiera terminado si no hubiesen vuelto los otros, me acosté vestido sobre la colcha y entre en un estado de somnolencia sumamente placentero, tanto que volví a dormirme, esta vez fue Graciela quien me despertó con suaves caricias en la nuca y besitos en toda la cara, abrí los ojos y la vi sonriendo con una expresión angelical.

Es el reposo del guerrero, vencedor de mil batallas.

Enanita, una sola pero el enemigo me dejo de cama.

Es lo menos que te mereces, me duele todo el cuerpo especialmente una zona.

Te lastime? – pregunte asustado.

Creo que no mi amor, pero fue el viaje mas incomodo que hice en mi vida.

Perdonáme por favor – dije besándola en las mejillas.

No hay nada que perdonar, quería hacerlo y no tengo nada que reprochar, te gusto?

Mas que la primera vez que nos amamos… y a vos?

No lo se… solo te puedo decir que me siento tu mujer y es una sensación hermosa… vamos a tener que repetirlo, fue muy lindo verte la carita.

No creo que se repita, me duele verte sufrir.

No mi amor – dijo volviendo a besarme por todos lados – no sufrí, fue un dolor lindo porque estábamos haciendo lo que los dos queríamos… y basta de hablar del tema, por ahora, jajaja, laváte la cara y vamos a comer que estoy famélica… y por tu culpa, jajaja.

Durante el almuerzo y como al descuido Elena cada vez que servia los platos me apoyaba los pechos en la nuca, Cayetano se la paso maldiciendo a la lluvia, Ismael confirmo que la salida con sus amigos iba a ser en otro viaje ya que no había encontrado a casi ninguno, Graciela dijo que esa tarde no iba a trabajar ya que el madrugon y el haberse calado hasta los huesos con la lluvia la habían cansado y necesitaba descansar, Elena dijo que iba a dedicar la tarde a acomodar los dormitorios porque en cualquier momento iban a venir los patrones y yo me encontré mas solo que la una y sin ningún plan. Una vez terminado el almuerzo cada uno se retiro a sus tareas, y yo al no tener nada más agradable por hacer salí a la galería a fumar un cigarrillo, la tormenta parecía querer calmarse pero había hecho descender la temperatura a niveles gélidos, estaba por terminar de fumar

Que haces acá?, te vas a pescar una pulmonía.

Nada… estaba aburrido y salí a fumar… me quede pensando y disfrutando del invierno.

Estas loco, vamos para adentro que te preparo un café caliente.

Gracias Elenita, mejor me voy a hacer una siesta vos estas muy ocupada.

Dejáte de embromar, acostate que te llevo el café a la cama.

En serio, no te molestes – al no haber nadie volví a tutearla – vos hace lo tuyo que yo me acuesto y en un ratito entro en calor.

Nada, anda que voy a calentar el café.

Fui al dormitorio, la estufa mantenía un calorcito acogedor, me desnude y acosté, las sabanas estaban heladas y se resistían a tomar temperatura, lentamente el sueño se apodero de mi… Elena entro sin golpear con una bandeja en la mano, sirvió dos cafés ofreciéndome uno, me incorpore para beberlo y

Donde tenés el saco pijama?

No tengo.

Y como dormís?

Cierro los ojos y espero a que el sueño me venga.

Me refiero a que te pones para dormir?

Nada.

Un pantalón?

Nada

Un calzoncillo?

Nada, duermo como Dios me trajo al mundo.

Y como entras en calor?

Pienso en vos.

Lo estas haciendo de nuevo, te avise que tengo la mano pesada.

Perdón, pero no lo puedo evitar, me acuerdo de la siestita que hice antes de comer y los perros se me escapan… no me dejarías dormir un ratito como antes?.

Tengo muchas cosas que hacer

Un ratito, hasta que se me pase el frío.

Solo hasta que se te pase. – dijo descalzándose y acomodándose arriba de la colcha y recostada contra el cabezal de la cama.

Que lindo se siente – dije apoyando la cara contra uno de sus pechos – pasáme la mano por el hombro que tengo frío.

Seguro, si te acostas desnudo – dijo mientras pasaba un brazo por mi hombro abrazándome.

Sigo con frío – dije al cabo de un ratito – porque no te metes dentro de las sabanas?

Porque no tengo camisón.

Y cual es el problema, yo tampoco.

Como me voy a meter vestida?

Desvestite… yo no miro – dije cerrando los ojos exageradamente.

Estas loco… mira si nos ven.

Están todos ocupados y no creo que venga nadie… tienen miedo que los enganches para que te ayuden.

Promete que no vas a mirar

Prometido.

Acordate que lo prometiste – dijo mientras se apartaba y quitaba la ropa, yo seguía con los ojos cerrados cuando sentí el calor de su cuerpo acercándose.

Que lindo se siente, estas calentita – dije acomodando la cara sobre uno de sus pechos. pasando una mano por su estomago y pegándome en su costado.

Y vos helado – respondió abrazándome por el hombro.

Creo que por mucho que ocultemos esto, igual se van a enterar.

Que!!!, como? – pregunto aterrorizada, incorporándose y deshaciendo el abrazo.

No encuentro una respuesta creíble – dije en voz baja.

De que hablas?

Cuando me pregunten que me paso en la cara, no se que voy a responder.

Que te paso en la cara? – pregunto mirándome extrañada.

Tranquila, todavía nada, pero esto me puede arañar – respondí tocándole el corpiño y sobandole el pecho.

Sos un tarado, me hiciste asustar – dijo esbozando una sonrisa –

Nita…, te puedo llamar Nita?, me gusta.

Creo que a esta altura de las circunstancias eso es lo menos importante – respondió bastante mas distendida.

Bueno… Nita, hay que pensar en todo para minimizar los riesgos… tranquilizate y tapate, no sea cosa que también tengamos que explicar como fue que te resfriaste.

No entiendo como fue que llegue acá, semidesnuda al lado de un nene que encima me da ordenes – dijo como protestando mientras volvía a acomodarse a mi lado.

Yo si lo se, tengo mucho frío y me estas pasando un poco de tu calor – dije volviendo a la posición que tenia antes que se incorporara – Pero aun tenemos el problema de mi cara.

No pretenderás que me saque el corpiño.

De ninguna manera, tu buen nombre y honor esta por encima de todo… te lo quito yo mientras decís No, no.

Y si no digo nada?

Voy a interpretar que estas de acuerdo – dije mientras me acomodaba encima de ella y le sacaba las tetas por encima del corpiño – Diosssss, esto es una maravilla.

En serio? – pregunto entre avergonzada y sorprendida, cubriéndolas con sus manos.

Nunca vi nada igual.

Nunca habías visto los pechos de una mujer? – repregunto entre sorprendida y envalentonada, creyendo dominar la situación.

Solo en revistas, pero esto es espectacular, nunca creí que eran así… puedo tocarlas?

Ya lo hiciste – dijo sacando sus manos y exhibiéndolas orgullosa.

Son suavecitas… hermosas… me dejas darle un besito? – pregunte tratando de poner cara de inocente.

Uno solito – respondió mientras me dedicaba a chuparlas torpemente – Despacio… suave… a una mujer le gusta que la traten delicadamente.

Perdonáme, pero esto es lo más maravilloso que me paso en la vida – dije mientras las lamía, besaba y mordía los pezones – Así esta bien?

Muy bien… aprendes rápido… decime que te gustan.

Me gustan, me gustan, me gustan… me quedaría toda la tarde chupándotelas.

Chupálas cuanto quieras… no tengas miedo, no se gastan.

No te duele? – pregunte con la misma cara de inocente.

Para nada… porque?

Porque muchas veces cuando las miraba en una revista, a mi me dolía como me duele ahora.

Que te duele?

Vos sabes.

No, no se, que te duele? – pregunto ya dominadora de la situación.

Me da vergüenza – dije bajando la mirada.

Esto? – pregunto llevando una mano hacia el miembro.

Si.

Pobrecito, y que haces cuando te duele?

Nada, me aguanto.

No te hagas problemas, la tía Nita te va a ayudar para que no te duela.

Y que vas a hacer? – pregunte pensando porque carajo decía tía Nita, seria una forma de minimizar la situación o al titularse como tía sentiría que le estaba sacando las dudas a un sobrino en lugar de que lo averigüe vaya uno a saber con que atorranta.

Ya te vas a enterar, vos no hagas nada, dejame a mi – dijo mientras iniciaba una masturbación.

Espera, espera.

Que pasa?

Siento algo raro, como mariposas en el estomago.

Y te gusta?

Mucho… pero no sigas, por favor.- dije sacando fuerzas de no se donde.

Porque?

Me gustaría saber como es tu

Vos querés saber como es mi sexo?

Si – dije bajando nuevamente la mirada como avergonzado.

Sabias que sos muy curioso?

Se buena, mostramelo… vos también tenés pelitos?

Si… pero me parece que pedís demasiado – respondió esperando que insistiera.

Y son como los que tengo yo?

Si, iguales… puedo confiar que nadie va a enterarse?

Te lo juro – respondí sonriendo y apartándome para facilitar su movimiento.

Acordate que nunca en la vida se lo vas a contar a nadie – dijo bajando de la cama.

Nunca en la vida – respondí de inmediato, la verdad eran los calzones mas antiestéticos que jamás había visto, se los fue quitando lentamente dejando al descubierto una mata de pelos que ocultaban totalmente su vagina, en principio me desagrado, pero pensé que si era cierto que Cayetano hacia rato que la ignoraba, tal vez me daba una sorpresa.

Que te parece? – pregunto dejando el calzón en el suelo.

Maravilloso – dije dejando la vista fija en ese bosque de pelos.

Mentiroso, como te puede gustar si no viste nada?.

No importa, igual es una maravilla – dije dejando la vista clavada en su pelambrera.

Y ahora que te parece? – pregunto apoyando una pierna en la cama y apartando los pelos con ambas manos dejando al descubierto unos labios mayores gruesos, brillantes, de piel un poco mas oscura que el resto del cuerpo y los menores también importantes de un color rosa fuerte de donde asomaba un clítoris que me asombro por su tamaño.

Nunca creí que seria así… las mujeres también tienen

Es algo parecido y se llama clítoris.

Eso ya lo sabia, lo puedo tocar?

Despacio, que es muy sensible – dijo adelantando su cadera.

Es hermoso… y que chiquito… que gusto tiene?

Como voy a saberlo?

Puedo yo? – pregunte y sin esperar la respuesta la tome de los glúteos atrayéndola para lamerlo suavemente, la verdad es que creí que iba a tener un sabor fuerte y mucho olor, pero no, diría que sabia agradable.

Donde aprendiste a hacer eso?

Nunca lo hice, es la primera vez y me gusta. – respondí entre lamida y lamida.

Querés que yo te haga lo mismo? – pregunto tomándome de la barbilla.

Se puede?

Claro nenito, veni – respondió empujándome para que me acueste y ella se ponía encima para hacer un 69… nos chupamos como locos, a cada lametazo respondía con un gemido y engullendo mas mi pene… en un momento sentí que el glande penetraba en un agujero estrecho, su mandíbula chocaba con mi bajo vientre y el labio superior me acariciaba el escroto, fue lo máximo… la lamí, bese y penetre con la lengua hasta que una ligera molestia me impidió moverla con violencia… sus líquidos bañaban mi cara en cada orgasmo, trague todo lo que pude pero era demasiado… sentí el ya conocido cosquilleo y con una fuerte nalgada llame su atención para avisarle que estaba a punto de acabar.

No nenito, todavía me tenés que coger, si llegaste hasta acá aguanta hasta metérmela toda – demando mientras bajaba de la cama y apoyaba las tetas sobre la misma poniendo su culo en pompa… me coloque detrás admirando tremendas nalgas… las separo con sus manos ofreciendo, la muy puta, una concha sedienta de sexo – Que esperas… Cogéme – ordeno imperativa, me tome el miembro con una mano y me dispuse a penetrarla tal cual era su deseo

Se puede, te traje el café bien calentito, perdonáme si tarde un poco pero en el apuro se me volcó la cafetera y me queme la mano.

Huyy, en serio – respondí tratando de ubicarme en tiempo y espacio… había sido un sueño… tan real como que Elena estaba ahí, al pie de la cama totalmente vestida con la misma ropa holgada que tenia en el almuerzo – Y te quemaste mucho? – dije incorporándome intentando ayudarla con la bandeja.

No te preocupes, enseguida la puse en agua fría para que no levante ampolla y listo… me pasa todos los días, Cayetano dice que con los años me pongo mas torpe… y algo de razón tiene, a veces hago cosas que nunca había hecho… me debo estar poniendo vieja… bueno, tomate el cafecito y tapate que te vas a engripar.

Gracias Nita, muy rico el café – dije después de tomar el primer sorbo.

Nita?, me llamaste Nita? – pregunto sonriendo – de donde sacaste ese nombre?

No se… se me ocurrió… creo que te va justo, te molesta?

Para nada… es que hacia mucho que no me llamaban así… lo tenía olvidado.

Y quien era?... si se puede saber.

No tiene importancia… si algún día volves a venir, a lo mejor te cuento… ahora dame la taza y dormí un rato… a ver si el descanso te cambia esa carita de cansado – dijo dándome un beso en la cabeza y retirándose.

Nita… - dije cuando estaba transponiendo la puerta –

Que?

En serio si tuviera unos años más, no te me escapas.

Zalamero – contesto tirando un beso volador.

Tarde un buen rato en dormirme, resistiendo a creer que había sido solo un sueño, me desperté nuevo, en la cocina ya estaban Graciela y Elena charlando animadamente mientras tomaban mate con unos bizcochos recién horneados, al poco rato aparecieron Cayetano e Ismael anunciando que el día siguiente seria espectacular pero muy frío, Graciela dijo que esa noche era conveniente ir a dormir temprano ya que nos esperaba una jornada de mucho trabajo, así fue, cerca de las 10 de la noche estábamos listos para entregarnos en los brazos de Morfeo, la primera en irse fue Graciela, lo cual me sorprendió ya que esperaba compartir la cama con ella, casi inmediatamente se retiraron Cayetano e Ismael, Elena dijo que los alcanzaría apenas terminara de acomodar los trastos, cuando me quise retirar me retuvo tomándome de un brazo.

Gracias por preocuparte por la quemadura.

Es lo menos que podía hacer, estas bien?

Como nueva, mira – dijo estirando la mano, la que tome acariciándosela.

Que suave tenés la piel, es toda así? – pregunte con un dejo de picardía.

Tranquilo, que no estamos en el mirador.

Me gustaría que vayamos un rato a ver las estrellas.

No creo que te interesen las estrellas… no crees que sos muy chico? – pregunto seductora.

Como dice un amigo, te podrías sorprender.

En serio?... si algún día volves en una de esas me animo, hasta mañana – dijo enigmática y dándome un beso en la mejilla.

Huyy, creo que esta noche Cayetano tiene fiesta

Si consigo despertarlo.

Al poco rato de haberme acostado sentí un suave chirrido, alguien estaba abriendo la puerta, no podía ser otra que Graciela, me hice el dormido y no respondí a su llamado.

Se que estas despierto, pero seguí disimulando que me encanta hacerte mimos.

Se metió en la cama y pego su cuerpo a mi espalda abrazándome, con ligeros toques de sus labios me recorrió el cuello y los hombros, lentamente fui girando hasta ponerme boca arriba y la enanita, sin dejar de besame, se acostó sobre mí.

Estoy totalmente dormido y si alguien quiere abusar de mí, no me puedo defender – dije en voz baja.

Tonto – dijo dándome un besito en los labios – creíste que te iba a dejar dormir solito.

La verdad que si, me pareció que estabas cansada.

Lo estoy, anoche la pase muy bien y quería dormir abrazadita a vos mimándote.

Solo mimos?

Hoy si mi amor, siento una ligera molestia en la colita, y necesito que la mimes.

Te das cuenta, por ahí nunca mas

Mi chiquitín… como te puedo explicar que mi colita es tuya y quiero que así sea… quiero sentir que soy tu hembra y que nunca jamás nadie va a saber lo que es poseerme por ahí… como te puedo explicar que es la única forma que tengo para demostrarte mi amor… no… no me podes negar eso… no tenés derecho a prohibir que me sienta tu mujer, tu amante, tu puta…, no podes negarme la dicha de ser feliz.

No se que decir.

No digas nada y abrazáme… si es verdad que me querés como siento, por favor prometéme que nunca me vas a negar el derecho de demostrártelo.

Te amo Enanita, no puedo vivir sin vos.

Narrar lo que ocurrió durante esos días seria más de lo mismo, lo único destacable fue que Nita durante la cena de la noche anterior a nuestra vuelta dijo que había una parte de la casona que no me habían mostrado, el mirador, se preocupo en marcar que había que subir a tientas y que una vez en el lugar la única iluminación era la de las estrellas, apenas salimos de la cocina me tomo del brazo y lo empezó a describir como si yo nunca hubiera estado allí, abrió la puerta en la que estaba la escalera y pidió que la tomara de la cintura para subir mas segura, lo hice y así subimos, al llegar puso sus manos sobre las mías impidiendo que la soltara y quedo quieta contemplando el panorama, por un momento hice lo mismo extasiado ante tanta magnificencia, con un ligero movimiento llevo mis manos a sus pechos obligándome a que apoyara el pecho en su espalda, comencé a sobarlos lenta y suavemente, le corrí el cabello para darle besitos en el cuello, dirigió sus manos a mis glúteos y apoyo los suyos en mi bajo vientre, introduje las manos bajo la blusa desabroche el soutien y pude manosear dos tetas monumentales sin ningún impedimento, luego de un rato giro en redondo enfrentándome para darme un beso en la mejilla – Te gusta el mirador? – pregunto en voz muy baja – Si volves te muestro lo cómodo que es el sillón… y ahora bajemos que van a sospechar -, intente darle un beso en la boca y lo rehusó diciendo – la boca es de Cayetano –

Ese fin de año todo se termino con la misma velocidad como había comenzado, Mirta se volvió a casar, Rita formo pareja con Cacho, con Graciela tuvimos algunos encuentros en su departamento los que se fueron espaciando a medida que se acercaba la fecha de su casamiento, ese fue el punto de inflexión de la relación, de común acuerdo tuvimos una separación sabática la cual coincidió con su independencia laboral, monto su propio estudio contable, yo termine mi carrera secundaria y comencé la universidad, compre un Chevrolet 250 y el primer viaje largo lo hice con Adriana por ese entonces mi novia secreta, al menos en la oficina, fue un romance conflictivo de amor y odio que nunca entendí, cuando compartíamos con otra gente, fría y un tanto distante, en la intimidad una de las mujeres mas apasionadas y cariñosas que conocí.

Graciela con algunos altibajos se consolido como profesional independiente, tuvo dos hijos, un varón y una nena, nos seguimos viendo en cuanta reunión familiar se presentaba, miradas cómplices presagiaban que algún día… pasaron unos años y quiso la casualidad que nos encontráramos en el tramite de acreditación de un simposio en la ciudad de Mar del Plata, sorpresa, emoción, risas y lagrimas fueron el factor común del reencuentro, las preguntas y respuestas se superponían en un intento de ponernos al día sobre nuestras vidas, una palabra trajo la otra y la charla continuo caminando por la rambla tomándola de los hombros como antaño, nos atrapo la salida del sol compartiendo el desayuno en un barcito a metros de la playa, ofrecí acompañarla a su hotel… un suave beso en los labios y la despedida duro hasta estos días.

Me case con una chica maravillosa, tuvimos un hijo y por esas cosas de la vida al cabo de mas de 25 años nos divorciamos, tuve y tengo una buena vida, seguramente pudo haber sido mejor pero no me quejo, al fin de cuentas es la que me toco.

Les mando un afectuoso saludo a todos/as mis lectores/as y hasta pronto.

P.D.: A todos aquellos que creen que lo relatado es mentira basándose en que es imposible que todo me hubiera venido servido en bandeja, les aclaro que fue una época en que todo me salio bien sin buscarlo, desde ese entonces hasta el presente la proporción es de una en cien (y soy optimista), tengo mas rebotes que frontón de pelota como el resto de los mortales… la que me salio bien la viví como si fuera la ultima y las que vinieron de nalgas… me lamí las heridas y a otra cosa.

Hasta siempre.