Melanie, la historia de una amistad íntima (6.1)

Llega el cumpleaños de Adriana y como lo prometido es deuda llega también la primer parte de ese día tan esperado, casa sola y falta de indivisiones son la receta para un delicioso comienzo de fin de semana

Era sábado en la mañana, Melanie se había despertado temprano y andaba en una blusa negra semitransparente y bragas por la casa, había movido cosas frágiles o aparatosas de lugar, ese día era especial y no quería accidentes o obstrucciones, había llegado por fin el cumpleaños de su amiga Adriana y en la mente de Melanie sólo significaba una cosa, iba a tener su primera vez ella y sus amigos, todos juntos, se imaginaba la orgía salvaje por toda la casa y había movido algunos muebles para que estuvieran en una buena posición, puso un tapete sobre el suelo de la sala y unas almohadas en la barra de la cocina, al fin y al cabo su madre no llegaría hasta el lunes y tendría tiempo para organizar o limpiar cualquier desastre masculino, o cuando menos eso pensaba.

Echó una mirada rápida al patio y comprendió pronunciando un profundo suspiro que ese lugar estaba fuera del alcance, notó una mirada discreta desde la ventana del piso superior del vecino, era ese chico del otro día, ella no fingió no verlo y lo saludó agitando la mano enérgicamente y con una amplia sonrisa, el chico se puso rojo y se ocultó de la vista, con el tiempo Melanie había borrado el enojo de su mente con respecto a la invasiva situación provocada por aquel muchacho y sus inesperados chorros kamikazes, un par de noches pensando en ello le bastaron para encontrarle gracia al asunto, un montón de veces había tratado de mostrar de más para sentirse suficiente con la excitación ajena y el vecino ya la había visto gracias a la foto que había subido Adriana, no sólo había conseguido su travesura, sinó que le habían arrojado pruebas de ello literalmente.

Sonó la puerta, Melanie entró corriendo se dirigió a la puerta, casi resbalando con el tapete de la sala, se paró en seco frente a la puerta y respiró hondo un momento antes de abrir.

  • Meli, que bueno que estabas despierta, no encontraba mi llave - Dijo el hombre que pasaba como si nada ignorando a la chica - A tu madre se le olvidó el nuevo set de lentes para la cámara y me dijo que me regresara por él, desde la otra ciudad ¿puedes creerlo? por suerte tu tío Roberto es un pan… ¿qué le pasó a la sala?

El amigo de su madre al que llamaba tío de cariño se quedó embobado con el reordenamiento mientras Melanie cerraba la puerta detrás.

  • Estoy limpiando la casa tío, no se recoge sóla - dijo y se apresuró hacia el hombre y le dió un fuerte y cariñoso abrazo como le era costumbre, Roberto un poco desorientado le regresó el abrazo, pero cuando sus palmas sintieron la fina y aberturada tela las retiró de inmediato, Melanie imaginaba que con su altura aquel hombre podría ver su respingado trasero cubierto apenas por su ropa interior negra y obviamente ya se había dado cuenta de lo transparente que debía ser aquella prenda que llevaba sobre su pecho, cuando empezó a sentir que su tío se incomodaba se retiró, ella se sentía lista para cualquier situación subida de tono, pero sabía que no era adecuado tenerla con su tío, ella sabía que aquella verga gruesa y palpitante que veía en los videos que había descargado y visto copiosamente le pertenecía a su madre quien también estaba en esos videos estimulando y haciendo salir chorros orgasmicos a aquel hombre, ella se conformaba con el placer de haber sentido ese miembro erecto presionando su ombligo aquella noche que lo tomó desprevenido - ¿y bien? ¿dónde están esos lentes nuevos? - Preguntó Melanie al notar la pasmada mirada de su tío sobre su propio pecho, quizás buscando incrédulo un pezón bajo la transparencia o quizás en absorto real, Melanie se sentía un poco halagada pensando que quizás estaba cautivado por su belleza, pero una situación en su mente le apresuraba, sus amigos llegarían temprano y según su madre, Melanie no tendría visitas el fin de semana.

La cena con su madre había ido muy bien aquella vez, obviamente se omitieron partes de la historia de cómo se hicieron amigos ella y los chicos, también el que la venían a visitar a menudo o lo cómoda que ella vestía en esas visitas, a ojos de sus familiares no salía ni la visitaban.

-Si, los lentes, son para la cámara - Dijo Roberto tartamudeando sin quitar los ojos del pecho de Melanie, ella lo encontraba divertido y entendía porqué, sus pezones eran de un color tan similar a su piel que si no estaban erectos no se notarían, ella se sorprendía como no habían empezado a endurecerse ya, quizás el cariño que le tenía a su tío pasaba muy por encima de la excitación que tenía antes de que llegara.

  • están ¿en su cuarto? - trató de adivinar Melanie, esto sacó a Roberto de su trance hipnótico y se dió la vuelta para dirigirse a las escaleras queriendo subir, pero uno de los jarrones que normalmente estaría sobre la mesa estaba obstruyendo la subida, Melanie aún no había pensado dónde ponerlo para evitar que algún encuentro intenso lo tirara y se quebrara, y mientras pensaba había arrimado a uno de esos escalones.

  • Perdón ¿dónde pongo esto? Estoy nervioso, no deberías andar así - Dijo titubeando sin saber cómo tomar el jarrón sin que las flores artificiales se cayeran.

Melanie pasó como si nada junto a él y tomó el jarrón, se movió unos pasos y lo colocó suavemente sobre el piso, detectó la mirada atenta de su tío sobre cada movimiento.

  • Quizás me hubiera puesto un short si hubiera avisado antes de venirse - Dijo Melanie quitándole importancia a que pudiera notar las formas de su busto bajo aquella blusa negra - Vamos - Dijo ella y empezó a subir al ver que su tío se quedaba petrificado nuevamente, él la siguió, ella sabía lo inapropiado de que ella subiera primero las escaleras, en bragas de media nalga y con su tío detrás, pero lo seguía encontrando divertido.

  • Perdona, seguro que fué mi culpa, debí haber avisado - Dijo el hombre apenado al final de las escaleras, Melanie abría la puerta del cuarto de su madre para que él pasara, tardó sólo unos segundos en encontrar una maleta negra que ella supuso debía tener los lentes para la cámara - siempre se me olvida avisar - dijo una vez más apenado y tratando de no ver a Melanie directamente.

  • No se preocupe tío, ya me di cuenta que se le va el avión - Melanie se reía un poco y su tío se sintió más cómodo - no pasa nada, no tengo nada que no haya visto ya, somos familia - eso último no era cierto, sus tíos eran en realidad buenos amigos de su madre, pero siempre se habían manejado como si fueran familia de verdad.

  • No no no Meli, eso era cuando estabas pequeña, en contextos diferentes, le ayudabamos a tu madre, no hay motivos para ver de más en la actualidad - Sonaba muy seguro, quizás Melanie se hubiera pensado mejor contestar a eso.

  • Me refería a cuando lo mandaron a despertarme y abrió la puerta de mi cuarto sin tocar - dijo ella guiñando un ojo, su tío se puso completamente rojo, era evidente que no esperaba que se hubiera dado cuenta, ella se había despertado y le había tomado unos segundos despabilarse cuando escuchó que cerraban la puerta, así que su tío debió tener unos segundos o minutos contemplandola durmiendo desnuda boca arriba con las extremidades completamente separadas - No se preocupe tío, se que es medio atolondrado y no lo hizo a propósito, no estoy enojada, igual no me da pena, soy muy

open mind

  • Dijo tratando de tranquilizarlo, él sólo sonrió pero se veía igual de nervioso, ella imaginaba porque, hacía unos momentos había cubierto su entrepierna con la maleta, ella dió por perdida la conversación amena y caminó hacia las escaleras, él empezó a seguirla instintivamente.

  • Bueno Meli, te veré el lunes que pasemos a dejar a tu madre - Dijo él ya en la puerta, Melanie se inclinó para darle un abrazo de despedida como era costumbre pero una serie de torpes movimientos le hizo pensar que su tío no quería, al final Roberto la acercó con un brazo pasándolo por detrás de su espalda mientras el otro permanecía sujetando la maleta sobre su pantalón, ella metió sus brazos bajo su torso para abrazarlo bien, lo que provocó que su mano se moviera, ella siempre lo abrazaba así, le gustaba sentir su pecho junto a la persona que abrazaba, fuera de ser un tema sexual, a ella le gustaba mucho antes de tener tetas.

  • Lo quiero tío, que tenga buen viaje - Melanie se separó y su tío volvió a colocar la maleta donde mismo, ella fingió no haber sentido algo similar a una lata de bebida energética bajo los pantalones de aquel hombre, él dió un par de pasos atrás torpemente y luego empezó a dirigirse a su auto.

  • Te quiero Meli, disfruta tu fin de semana - Dijo él y lanzó una última mirada discreta al pecho de la chica, ella agitó la mano energéticamente para despedirse lo que hizo que su busto saltara alegremente.

Melanie vió cómo su tío se alejaba conduciendo pensando que podría disfrutar más su fin de semana si Gabriel o Raúl la tuvieran así de gruesa, pero las de sus amigos tampoco estaban mal para su gusto, se rió para ella misma y cerró la puerta tras de sí, sólo quedaba esperar a que sus amigos llegaran y empezara lo divertido.

Al cabo de una media hora otra vez tocaron a la puerta, Melanie abrió para ver a Raúl muy alegre, su sonrisa no desapareció al ver cómo estaba vestida su amiga.

  • Ya estás preparada para lo de hoy ¿eh? - Dijo con un tono muy entusiasmado, ella le regresaba la sonrisa mientras guiñaba el ojo.

  • Lista para darle a Adriana su regalote, una orgia empaquetada y lista para ser abierta - Dijo mientras Raúl pasaba y le echaba un vistazo a la sala.

  • ¿Va a ser aquí? - Preguntó él con intriga pasando su vista del mobiliario a la blusa de Melanie.

  • Aquí, arriba, en todos lados si se puede - Dijo Melanie y la sonrisa de Raúl se hacía más grande, quizás no tan grande como el bulto que empezaba a hacerse bajo su short. En eso tocaron de nuevo a la puerta, Melanie abrió e inmediatamente recibió un abrazo efusivo por parte de su amiga Adriana.

  • Parece que somos las únicas dos que ya venían preparadas - Adriana se separó de su amiga y dió una vuelta con unos saltitos juguetones, llevaba puesta una blusa de botones blanca con un sujetador color rosa chillón, una minifalda de tablones que amenazaban con mostrar todo con cada saltito de su portadora. - Pero qué pasa, saluden bien, este es un día especial - Ante la incredulidad de todos Adriana volvió a abrazar a Melanie, pero esta vez sus manos agarraron fuertemente las nalgas de su amiga quien soltó una risita, Melanie hizo lo mismo levantando aquella falda y dejando ver una tanga del mismo color que aquel sujetador que se veía por la transparencia de la blusa.

  • Hola Adriana, feliz… - Pero no alcanzó a felicitarla, Adriana se había despegado de Melanie y había acudido con Raúl, pero en lugar de abrazarlo le dió la espalda y se repegó, Raúl instintivamente la abrazó sujetando vigorosamente las tetas de la chica sobre aquella blusa.

  • Ese si es un saludo, veo que ya la tienes lista y todo - Dijo mientras restregaba su trasero contra el short del muchacho.

  • Hola Gabriel - Dijo Melanie y se acercó provocativamente, este lo pensó unos segundos pero al darle el abrazo Melanie también se giró, la chica tomó sus manos y lo ayudó a abrazarla, inesperadamente el chico acarició desde sus caderas metiendo sus dedos por debajo de la blusa y luego acariciando suavemente aquellos pechos, los pezones de Melanie se irguieron inmediatamente y fueron aprisionados entre los dedos del muchacho, la chica liberó un gemido ahogado y sintió humedecer su entrepierna un poco.

En un momento volteó a ver a sus amigos, Raúl había hecho lo mismo y había metido sus manos por entre los botones de la blusa de Adriana, su otra mano se perdía bajo la falda mientras la chica ponía una mueca de placer, Melanie empezó a restregarse y sintió la mano de Gabriel bajar, la chica notó un estremecimiento cuando pasó por su pubis y deslizando hacia un lado sus bragas los dedos de su amigo empezaron a masajear sus labios.

  • Tranquilo - Escuchó decir a Adriana quien se despegaba de Raúl, este tenía la mano muy mojada y una expresión risueña en el rostro, Adriana miraba a Gabriel quien no había dejado de masajearle el clítoris a Melanie - Tú también, hay que establecer las reglas de este día.

  • ¿Reglas? - Dijo Melanie casi en un suspiro perdidamente estimulada mientras Gabriel se separaba un poco para dejar de manosearla.

  • Miren, primero, traje unas cosillas - Dijo mientras recogía un bolso que había dejado en la entrada - Nuesta primera vez será al natural, pero después de eso habrá que usar de estos - Dijo y sacó una ristra enorme de condones - La primera vez no se pueden acabar dentro de nosotras, así que más les vale que sepan controlarse, en especial Raúl que no se si haya tenido contacto con mujeres antes.

  • Si tuve, en el puesto de mamadas con dos chicas - Melanie se ruborizó, ella era una de esas chicas a quien Raúl le había acariciado el pecho, pero ese no era el motivo, si no el recordar como la hermana de su amigo se tomaba fotos con la incestuosa materia lechosa en su rostro y eventualmente degustaba dicho material sin saber que había salido directamente de su hermano.

  • Bueno, debe ser suficiente porque ya no hay tiempo para ensayos ¿subimos y lo hacemos en tu habitación?

  • Qué decidida - Dijo Raúl y Adriana lo fulminó con la mirada - Digo, yo pensaba aquí mismo verdad, no puedo opinar mucho.

En ese momento Adriana empezó a ver la sala como evaluando aquella opción, no se había dado cuenta de lo bien acondicionada que estaba para sus planes

  • Recuerda que yo quiero darme un baño antes - Los interrumpió Gabriel quien se dirigía a la escalera - No me he podido duchar en la mañana.

  • ¿y por qué no nos damos un baño todos juntos? - Sugirió Adriana - Sirve que recordamos viejos tiempos - La chica guiñó un ojo coqueto hacia Melanie quien no sabía si se refería a cuando la conocieron y fueron al río o si a lo que Gabriél le había contado de su primer encuentro íntimo, pero la verdad no importaba, a los chicos se les iluminó la cara y no había forma de decir que no ahora.

Tras cerrar la puerta con llave los cuatro subieron, el baño estaba saturado de gente, ya dos pares de gentes era mucho personal para esas áreas, la primera en desnudarse por completo de buena fe fue Adriana, Melanie quien andaba ligera de ropas no batalló en ser la segunda, cuando Raúl terminó bajando sus shorts dejó ver que no había perdido el entusiasmo, Gabriel fué el último y su miembro quedó expuesto creciendo lentamente hasta quedar tan duro y palpitante como el de su amigo.

Las chicas los tomaron de las manos y se metieron todos juntos a ese espacio de la ducha en el que la última vez los tres podían maniobrar a duras penas, ahora los cuatros estaban pegadisimos, en un momento Melanie tenía a sus tres amigos frotando piel con piel contra ella, y vaya qué piel.

cuando Melanie abrió la llave sintió un pene juguetón frotandole la pierna, era Adriana quien tomaba el miembro circuncidado de Gabriel y lo pasaba de su propia pierna a la de su amiga produciendo una expresión relajada en el muchacho, Raúl se puso detrás de Melanie y sintió aquel miembro durísimo entre sus nalgas apuntando hacia su espalda, el chico tenía un jabón en las manos y comenzaba a masajear los pechos de su amiga.

Habían dejado correr el agua, Adriana lavaba el miembro de su novio mientras Raúl comenzaba a besar el cuello de Melanie, esta quien desbordaba nuevas sensaciones se perdía entre el manoseo y el agua recorriendo su cuerpo, los dedos de su amigo juguetearon entre sus piernas, era obvia la diferencia con Gabriel de cuando estaban en la sala, Raúl abarcaba sus labios con toda la mano y los separaba en lugar de frotar, pero Melanie sentía que eso estaba bien, porque estaba tan excitada entre su desnudez y el morbo que cualquier exceso adicional le iba a provocar un orgasmo.

En un momento Raúl se quitó, Adriana lo atraía hacia ella, Melanie pensó que sería su momento para jugar con Gabriel, pero su amiga se puso frente a los dos y lentamente se incó pasando sus dedos índices desde los cuellos de los chicos hasta sus erguidos apéndices masculinos, Melanie veía como su amiga desencapuchaba el pene de Raúl lentamente con una mano mientras le daba besos al glande de Gabriel, luego observaba el de su otro amigo y lo besaba suavemente, Raúl empezó a temblar a lo que Melanie se acercó y lo abrazó por la espalda.

  • shhh, no pasa nada, déjate llevar - Le dijo Melanie al oído mientras tomaba la mano de Raúl y la ponía sobre la cabeza mojada de Adriana, ella empezaba a mover hipnóticamente aquellos penes y pasaba su lengua de uno a otro, Melanie sintió la mano de Gabriel buscar sus tetas, ella se puso en medio para que pudiera acceder fácilmente, en un momento una de las manos de Raúl también estaba buscando sentir y se aferró a una de las nalgas de Melanie masajeandola casi al ritmo en el que ahora Adriana estaba engullendo su miembro.

Gabriel se encontraba libre ahora, Adriana había puesto a Raúl contra la pared para que no se moviese tanto, Melanie no supo qué hacer hasta que Gabriel la giró tomándola por la cintura, sintió como con una sola mano dobló a la chica hacía adelante poniéndola sobre su amiga quien estaba de rodillas en el suelo y acercandola al torso de Raúl, Melanie tuvo que sujetarse de la pared para no caer sobre Adriana, Raúl la agarró de la cabeza como si Melanie fuera la que estaba mamando aquella verga, pero era su amiga la que unos escasos centímetros más abajo devoraba cada milímetro de su amigo. Fuera de tener un primer plano de esa felación no entendió muy rápido que sucedía hasta que una mano de su amigo empezaba a acariciar su espalda, casi sin avisar y de una manera que le pareció muy vigorosa sintió cómo algo se hundía entre sus labios vaginales, ni ella misma jugando a meterse cosas había sido tan brusca, siempre se había tratado con cuidado, pero algo en aquello le gustó, la segunda embestida la hizo gemir, las manos de Gabriel apricionaban su cintura mientras que las manos de Raúl bajaban lentamente por los costados de la chica y empezaban a acariciar sus pechos.

Melanie volteó hacia abajo, estaba toda sonrojada cuando su mirada se cruzó con la de Adriana quien volteaba hacia arriba y hacia atrás con una sonrisa de complicidad mientras masajeaba la verga de Raúl, Melanie veía ese glande hinchado y enrojecido perderse a la vista y salir nuevamente de su propia piel al ser manipulado por la mano de aquella chica, una tercer mano se posó sobre Melanie, ahora Adrian buscaba el pubis de Melanie quien recibía de Gabriel rápidos empujones de pelvis seguidos de lentos movimientos para sacar casi toda esa verga y repetir nuevamente, Melanie pensó en alcanzar con los labios el pene de Raúl pero no hubo oportunidad, una descarga de placer que le llegó cuando Adriana descubrió su clítoris y lo empezó a masajear suavemente hicieron que se arqueara hacia atrás por la intensidad de esa sensación gimiendo intensamente, el masaje de su amiga continuó mientras volvía a meterse a la boca la virilidad de Raúl, a veces los dedos de su amiga se perdían en lo que imaginaba eran los testiculos de Gabriel que dejaban de impactar suavemente con cada embestida.

Era una locura, mientras Melanie gemía incontrolable y sentía que iba a llegar al límite en cualquier segundo quien si terminaba era Raúl, un par de chorros saltaron directo a los ojos de la chica mientras Adriana dejaba de chupar sus testículos para saborear otra vez ese glande que ahora derramaba orgasmos masculinos, no sin antes recibir un disparo perdido sobre su frente, los gemidos de Raúl por ese placer hicieron que Melanie no pudiera más y gimió también de la manera más intensa mientras su cavidad se estremecía incontrolablemente dándole apretones al pene de Gabriel que seguía en su faena, no pudo detenerlo aunque sintió la necesidad de sacarlo para no terminar perdiendo el juicio por completo, si no fuera porque su amiga había dejado de masajearla hubiera pensado que olvidaba hasta el nombre, y hablando de Adriana ella se había encarado con Melanie y lamió los chorros de su rostro para luego plantarle un beso apasionado, la chica sintió en la lengua de su amiga una sustancia más densa que la saliva y entendió que estaban saboreando los contenidos felices de Raúl, Adriana tembló y Melanie se percató que estaba teniendo un orgasmo también mientras se tocaba ella sola, Melanie no pudo más y volvió a sentir estremecer sus adentros, el segundo orgasmo llegaba y no pudo evitar beber un poco de esa sustancia varonil servida por la lengua de su amiga.

Cuando Melanie paró de estremecerse Gabriel sacó la verga de aquel orificio y empezó a frotar entre las nalgas de Melanie quien al principio temió que la fuera a penetrar por detrás, ya que no tenía ni fuerzas ni coordinación para detenerlo, pero en su lugar sintió el hinchado miembro bombear copiosamente de manera enloquecida sobre su espalda, Melanie quería saborear aquello, pero tras unos segundos de caer rendida sobre el suelo de la regadera entendió que ya se habrían perdido por el agua que empezaba a correr nuevamente sobre ellos, Raúl había abierto la llave sin querer, ambos amigos tenían sus partes agotadas y regresaban a su forma relajada, Adriana quien no había recibido penetración empezó a reír y acariciar los muslos de los chicos que seguían parados.

  • Eso estuvo intenso, no se supone que empezaran sin mí - Dijo más divertida que molesta - Pero ya terminé yo, esos gemidos suyos me bastaron, quiero que la siguiente sea mía chicos, lavense bien que la próxima me van a tener que consentir ambos.