Melanie, la historia de una amistad íntima (2)
Melanie invita a sus amigos a dormir para evitar la fuerte lluvia, pero ¿será que siempre si terminarán mojados?
Había pasado unos meses desde que conoció bien a sus mejores amigos, no se habían duchado otra vez juntos, aunque hubo un par de ocasiones en que Raúl sugirió que apostaran algo tras jugar una u otra cosa, pero las situaciones no se dieron, aún así parecían estar muy satisfechos por el interesante hábito de andar ligera de ropa de parte de su amiga Melanie.
La casa de Raúl nunca sonó como opción para pasar el rato y Gabriel vivía más lejos, la casa de Melanie había sido perfecta para las juntas de amigos, y como su madre casi nunca estaba ella podía simular esa tan maravillosa normalidad que le encantaba. Fue como a la cuarta semana que por fin decidió cambiar de llevar unos shorts de tela y un camisón de algún color muy claro a vestirse con lo que a veces tentaba a los vecinos, su camiseta de algodón blanca y unas bragas oscuras, sin sujetador como siempre, aprovechando que ese día los chicos llegarían tarde después de comer en sus casas.
con la excusa de que ya se había puesto cómoda ese día abrió la puerta a los muchachos y los dejó pasar sin más, ella se adelantó por las escaleras, los chicos dudaron un poco, si no fuera esta la rutina habitual quizás no hubieran cerrado para seguirla.
Melanie no tuvo problema con la evidente falta de atención a su parte posterior, seguro los chicos estarían mirando, había atrapado dos veces a Raúl mirándole las posaderas cuando llevaba un short, ahora la vista sería mejor seguramente.
La chica entró a su cuarto dejando la puerta abierta y se tumbó sobre el acojinado puff del suelo desbloqueando su celular y revisando las redes sociales en busca de algo gracioso que ver
-¿Todo bien? - preguntó Melanie a los chicos que se quedaron en el portal abierto mirando al interior de la habitación - ohh ¿les molesta? - Dijo y se estiró el camisón para que cubriera un poco sus muslos, aunque su ropa interior se había perdido en lo acojinado del puff
No - Dijo Gabriel quien fue el primero en entrar y sentarse en la orilla de la cama, Raúl pasó un poco más lento tratando que su camisa se balancearse hacia adelante fallando el ocultar una pronunciación divertida en sus pantalones, por lo menos de Melanie que al estar casi al nivel del piso podía notarla perfectamente.
¿que quieren hacer muchachos? nos ponemos a pensar que serie vemos - Dijo Melanie, recién habían acabado de ver una serie, era conveniente que hicieran eso porque ella era la única de los tres que tenía pagados los servicios de entretenimiento en streaming de varias plataformas
-¿No deberíamos ir abajo para eso? donde normalmente las vemos - Dijo Raúl un poco preocupado, quizás porque no quería levantarse de nuevo evidenciando su predicamento visual
-Ayer nos quedamos horas pensando qué ver, quizás hoy terminemos igual - Comentó Gabriel salvandolo del predicamento
-Opino lo mismo, podemos hacer otra cosa si quieren - Dijo ella y soltó su teléfono, se había rendido de encontrar algo gracioso, la verdad no le apetecía hacer nada en particular, pero le encantaba pensar que los había pillados desprevenidos con su vestimenta.
-No traje mi mazo de cartas - Dijo Raúl
-El de tu hermana, querrás decir - Le contestó Melanie
-Bueno, no siempre me lo presta - Se encogió de hombros
-Juguemos verdad o reto - Dijo Gabrel y ambos lo voltearon a ver, normalmente las cosas que sonaban sugerentes eran tema de Raúl, aunque podía no tener morbo la proposición Melanie lo pensó un poco, prefería evitar cualquier situación que la obligará a confesar que se excitaba si la contemplaban semi desnuda, también los retos podían terminar muy pecaminosamente y su idea de complacerse era más personal que compartida, aunque eso de que la vieran complacerse a si misma no le parecía mala idea, quizás algún día lo planeara con más antelación.
-No, yo paso, no me siento muy animada para jugar -Dijo ella y volvió a desbloquear su teléfono, pero sin saber qué app abrir - Si quieren podemos platicar de cosas, no se
-Ya viene la fiesta de haloween ¿ya saben de que se van a disfrazar? - Preguntó Raúl después de unos minutos en silencio - De momia sería lo más fácil - Sugirió cuando nadie contestó
-Pero lleva ropa debajo de los vendajes, las chicas seguro saldrán con sus mini conjuntos, y eso de esconder tus erecciones no se te da bien - Dijo Melanie despreocupada - no se te vaya a escapar la tripa de entre los vendajes - Raúl se sonrojó y se cruzó de piernas
-Oye, no seas así, eso es una cosa normal, nos pasa de vez en cuando y ya - Trató de defenderlo Gabriel
-Lo se, a mi se me hace divertido, pero imagino que a ustedes les da bochorno - Dijo ella entre risas - Yo no tengo problema con que vean tantito de más, dijo ella y se levantó un momento subiendo su blusa hasta el ombligo dejando ver sus panties de encaje, luego se sentó entre risas viendo como ambos se ponían rojos - Ya superenlo, me ha visto más descubierta, esto no es nada
-Es cierto - Contestó Gabriel tratando de no sonar falto de respiración
-Y también los he contemplado un poco, no debería apenarles que los vea “felices” - Dijo e hizo un ademán con un dedo desdoblandolo lentamente, causó más bochorno de parte de Raúl
-¿y tú de que planeas disfrazarte? - Preguntó Raúl tratando de cambiar de tema, la chica lo pensó un momento y se levantó rápido del puff
-espérenme aquí - Dijo muy segura y abrió la puerta de la habitación y se perdió de vista
Melanie había cruzado el pasillo del piso superior y había entrado al cuarto de su madre, rápidamente se dirigió al cuarto que servía de closet y se puso a buscar en unas cajas. De niña pensaba que a su madre le gustaban muchos los disfraces, fue una sorpresa un poco emocionante cuando supo que usos les daba, su madre era de baja estatura, casi de la misma que ella, pero con un cuerpo mejor formado, y en su trabajo haciendo videos para adultos solía usar esos trajes coquetones. Melanie había encontrado algunos de sus videos en internet, siempre iban de lo mismo, ella sóla jugando con ella misma haciendo ademanes provocativos, usando uno que otro juguete (los cuales nunca supo dónde guardaba), pero incluso cuando no sabía el fin de esos trajes le gustaba probarselos y jugar con ellos a que era un hada, un unicornio o algo similar.
De un momento a otro su corazón se detuvo, era inevitable no revivir un recuerdo cuando veía ese vestido color rojo brilloso, cuando era más joven recuerda haberse escabullido en el closet y buscar algo con que jugar, su madre siempre la regañaba por aquello (ahora sabía por qué) se había puesto ese mismo vestido cuando escuchó a su madre entrar a la habitación, ella había guardado silencio esperando que no entrara al closet y poder escabullirse de regreso y evitar un castigo, su madre estaba hablando con sus tíos del poco dinero que habían conseguido hacer por el material reciente (que en ese momento no entendía qué tipo de material era), ella aprovechó el ruido de la discusión para cambiarse a su ropa habitual haciendo el menor ruido posible y regresar el vestido a su lugar, habiendo hecho esto ahora sólo tenía que esperar a que salieran de la habitación, logró escuchar que sus tíos estaban preocupados porque tenían pagos que hacer y tendrían que vivir muy austeros próximamente, la pequeña Melanie se había asomado un poco para ver la situación, quizás escuchar mejor.
La escena era normal, su madre junto a los dos amigos a los que Melanie llamaba tíos prados hablando con normalidad. uno de ellos se tumbó sobre la cama frustrado hablando de lo mal que les había ido, el otro se frotaba los brazos como si tuviera frío y miraba el techo como buscando que decir, repentinamente su madre se sentó delicadamente en la cama poniendo una mano en la rodilla del tío Roberto, quien seguía acostado y otra mano en el muslo del tío Fernando, éste se giró para verla mientras ella los empezaba a frotar lenta y cariñosamente
-Yo se que hacen un esfuerzo muy grande por apoyarme, en serio, me dan más dinero a mi porque tengo a Melanie, nunca me han dejado que se los agradezca, pero no es justo que se la pasen mal por mi culpa - Dijo la señora con una voz suave, seguía masajeando ambos muslos abarcando cada vez más área - Se que intentan ser lo más amables posibles, pero quizás es momento de que se desquiten un poco, para aliviar tensiones - Dijo ella y detuvo sus manos en la entrepierna de ambos.
Melanie no entendía en ese momento, su madre le había dicho que las partes de los hombres eran privadas, aparte de desconcertada no le había encontrado sentido a esas palabras ¿cómo se desquitarían de ella dejando de ser amables?
La respuesta a su pregunta se vió a continuación, el silencio se hizo en la habitación y ambos tíos se pararon, Melanie vio como su madre se arrodillaba frente a ellos y les bajaba la cremallera para sujetarles sus miembros carnosos que apuntaban hacia ella, Melanie miraba con atención un momento y luego se escondía un poco por el temor de ser descubierta, fué hasta la tercer ocasión que se asomó que vió como su tío Robert arrojaba líquido desde su miembro hacia la cara de su madre, mientras su otro tío Fernando se masajeaba viendo aquella escena, no tardó en llenar de fluidos también a su madre.
Melanie se escondió otra vez, estaba furiosa, en su mente no importaba qué tan estresados debían estar con su madre, había pensado que le habían orinado encima para ridiculizarla y desquitarse con ella por dejarlos sin dinero, unos años después tras navegar un poco en internet entendió el asunto, que más bien los había aliviado de sus estreses con sus habilidades femeninas, en su defensa, nunca había visto a un hombre orinando.
Melanie regresó en sí, aquel recuerdo era borroso, no sabía si sabiendo lo que ahora sabe le hubiera prestado mejor atención a los detalles, pero le cruzó por la mente la interesante idea de revivir esa escena con sus mejores amigos, se lo pensaría después, ahora tenía que impresionarlos, su excitación regresaba y vió un bonito vestido gótico, se apresuró a desvestirse y a ponerse aquella faldita con cadenas, las calcetas con murciélagos, el top con un escote sujetado por cuerdas y la capa suave y delgada.
Salió dejando el resto en su lugar, llegó al portal de su habitación y con un silvido indicó que estaba del otro lado
-¿Están listos chicos? - Dijo ella y arrojó dentro el camisón y las panties que se había quitado previamente - Diganme si se ve bien mi disfraz - Dijo sensualmente y entró modelando un poco, era conveniente que el escote fuera ajustable por las cuerdas porque no tenía las proporciones de su madre, y aunque debía ser muy revelador, parecía más bien convenientemente más amistozo.
Los chicos se quedaron con la boca abierta viendo a Melanie dando saltitos como haciendo magia en el aire, si en ese momento hubieran sabido que no llevaba bragas quizás hubieran observado mejor la mini falda al poco revelador escote.
-¿y bien?
-Impresionante - Dijo Raúl
-No creo que te dejen entrar a la escuela con eso - Dijo Gabriel
-Me cambiaré allá, además, probablemente las chicas lleven cosas más escandalosas
-¿En serio quieres vestir eso? - Dijo Raúl sin poder dejar de ver el top de la chica
-¿Por qué no? si quieren les ayudo con sus disfraces, sería divertido envolverlos en vendajes, dijo ella y empezaron a bromear de posibles disfraces para ellos.
La conversación se hizo amena y parecían haber olvidado el hecho de que la chica vestía muy provocativa, de repente un mensaje llegó al teléfono de Melanie
-Es mi madre, dice que no llegará hoy, que está muy fea la lluvia - Dijo la chica tomando su celular
Los tres miraron hacia la ventana y corrieron la cortina, una llovizna imperceptible sucedía afuera
-Noo, tengo tres llamadas perdidas - Dijo Gabriel
-Yo no, a nadie le importo - Dijo Raúl mirando su teléfono
-En internet dicen que se va a poner muy feo - Dijo ella moviendo el dedo sobre su celular - ¿Por qué no se quedan a dormir?
Los dos chicos se quedaron serios y se miraron mutuamente, el silencio no pasaba desapercibido por la chica que prosiguió
-Es para que no lleguen todos mojados a sus casas, luego se van a enfermar
-¿qué le decimos a nuestros padres? - Preguntó Gabriel como obviando que no era buena idea
-Obvio, que va a llover muy fuerte y que se quedarán con una amiga
-Eso no suena bien por obvias razones - Dijo Raúl como quien suma dos más dos
-Bueno, si no se quieren quedar está bien, yo lo decía por ustedes, pero tampoco me molesta mucho si se quieren mojar allá afuera esperando sus camiones - Los dos volvieron a mirar hacia la ventana, la lluvia parecía algo leve, quizás estaban evaluando la situación.
Melanie había recobrado algo de picardía, imaginar que podía mostrarse un poco más ante ellos, tenerlos toda una noche sedientos de ella, encontraría el momento perfecto para tocarse y tranquilizar su espíritu con tanta carga sexual acumulada, mientras los chicos se lo pensaban ella se levantó como si nada, escuchó a Raúl decirle a Gabriel que él si se tenía que ir como decidiendo en lo que ella buscaba en su guardarropa, sacó una camisa larga negra y con ella en mano se arrebató la capa y la tiró al suelo.
El silencio hizo evidente lo que pasaba, ella los tenía a sus espaldas pero podía imaginar que tenía su atención, se quitó el top y lo dejó caer como si fuera lo más normal, ellos no podrían ver su abultado frente, pero la idea era dejarlos imaginando, pensando en lo que se perdían, sin voltearse se puso la camisa que cubría la falda y con ella obstruyendo esa parte de su cuerpo dejó caer la falda al piso, luego se quitó las calcetas y guardó el disfraz y su otra ropa en el guardarropa, se giró y los chicos estaban viéndola muy callados
-Perdón, ya se estaba poniendo incómoda esa ropa ¿entonces? si se van será mejor que sea pronto antes de que empeore la lluvia
-Creo que yo me puedo quedar - Dijo Gabriel muy seguro - llamaré a mi madre
-Yo… también, no quiero mojarme - Concluyó Raúl y miró un poco su teléfono
-Como gusten, yo aquí les busco un lugar - dijo ella y se tumbó en el puff, Gabriel salió de la habitación para hablar más tranquilo mientras Raúl mandaba mensajes desde su teléfono temblando un poco, Melanie logró escuchar que Gabriel decía que se quedaría con un “amigo”, los veía nerviosos mientras pensaba qué formas divertidas usaría para llamar sus atenciones posteriormente, una vez entró Gabriel y ambos hubieran confirmado que se quedarían prosiguió la plática
-Bueno, Raúl será el rey momia y ¿Gabriel será? - Dijo ella apuntando al chico
-Faraón, es un faraón momia - Corrigió Gabriel - y yo creo que me disfrazaré de vampiro
-Uyyy, tendremos un vampiro y una gótica, suena elegante - Dijo ella divertida, pero vió la mirada de decepción de Raúl así que intentó incluirlo en el argumento - aunque el título de faraón es un tanto más impresionante.
-Podría ser un rey vampiro - Dijo Gabriel
-Copión, no puedes ser el rey vampiro, mi disfraz será mejor que el tuyo
Las risas se hicieron sonar, las horas pasaron entre bromas y relatos de sus antiguos haloweens, cuando ya se hacía muy tarde Melanie indicó que tenía sueño dando un largo bostezo y estirando su cuerpo antes de relajarse sobre el puff
-¿y dónde dormiremos? -Preguntó Raúl
-En los sofás, imagino - Dijo Gabriel como indicandole a Raúl que no era una pregunta adecuada
-¿Por qué no aquí? - Preguntó Melanie y los dos chicos se sorpendieron - Una vez me quedé dormida en el sofá viendo una peli, no son para nada cómodos
-Podríamos dormir en el cuarto de tu madre - Sugirió Gabriel, Raúl parecía menos esperanzado con cada frase nueva de su amigo
-¿y dejarlos sólos en la habitación de mi madre? no lo creo, no pasa nada, donde cabe uno caben tres
-¿Donde cabe uno? preguntó Gabriel y no pudo evitar mirar la cama individual
-No los voy a dejar dormir en el piso, son mis invitados, yaa, no sean nenas, no tienen nada que no haya visto antes… o sentido - Dijo Melanie tratando de no darle importancia, pero no podía evitar sentir como se mojaba un poco, sabía que les había hecho recordar aquel día en la regadera.
-De acuerdo - Se apresuró a decir Raúl antes de que Gabriel dijera palabra alguna
-Pues bueno chicos, yo ya me voy a ir acomodando, tengo algo de sueño, haganme espacio
Ambos chicos se levantaron sin entender, ella se paró y se arrojó sobre la cama boca abajo, aquello salió mejor de lo que esperaba. había rebotado un poco y sintió la camisa doblarse sobre su espalda, aquellos chicos recién se habían enterado que ella no llevaba ropa interior al ver aquellas nalguitas moviéndose con la vibración del movimiento, ella despreocupada se acomodó la camisa para esconder aquel cuerpo suave y curvo y se giró boca arriba.
-Si quieren pueden quedarse despiertos otro rato ustedes, cuando se vayan a dormir se acomodan, pueden tomar cualquier lado, o moverme si estoy dormida y muy atravesada.
-Podemos dormir en el suelo si quieres - Empezó a decir Gabriel
-Pues no quiero, no sean nenas, es sólo una cama - Dijo ella acomodándose la almohada, sus pechos se mecían notablemente bajo la camisa negra y Raúl estaba completamente hipnotizado.
-Ok, no soy nena - Dijo Gabriel y Raúl lo miró sorprendido cuando el muchacho se arrojó junto a Melanie - quizás antes que nada te des cuenta que no hay suficiente espacio
-A ver, acomodate Raúl - Indicó ella el otro lugar a su izquierda, Raúl se acercó lentamente y se recostó, era cierto, los tres estaban un tanto incómodos, pero nadie pareció apoyar la teoría de Gabriel, ni siquiera él mismo.
-Yo creo que si cabemos, ven - Dijo ella estrechandose lo más posible, estaba empezando a parecerle una mala idea.
-Pues bueno, creo que yo también tengo sueño - Dijo Raúl, aunque su respiración era algo pesada
-no se van a dormir así - Melanie reprochó
-¿A qué te refieres? - Preguntó Raúl
-La mezclilla, es demasiado incómoda, imagino que más para ustedes que tienen sus “ya saben” allá abajo ¿no se les apachurran? - preguntó ella un tanto segura de sí misma, no era hombre pero siempre había imaginado que esas partes eran muy sensibles, además ya las había visto y se les hacían muy delicadas.
-No ¿por qué crees eso? - Preguntó Gabriel
-Pues es mezclilla, yo también la uso, es super incomoda, vamos, no los quiero todos lastimados al despertar, saquense los pantalones - Los chicos se quedaron en silencio - vaya, hasta parece que no se han visto antes, no se van a quedar desnudos, duermanse en boxers, ella se levantó y se dirigió molesta hacia la puerta y apagó la luz. - Listo pequeñas nenitas, ya no se les va a ver nada, rápido que ya me quiero dormir.
Con la poca luz que entraba por la ventana Melanie pudo ver que Raúl fue el primero en hacer caso, Gabriel tras un silencio corto lo imitó
-Ya ven, no constaba nada, son bien raros ustedes
-La rara eres tú - Zanjó Gabriel
-Ya saben cómo soy - Dijo ella y se arrastró entre los dos, Raúl hizo esfuerzo por no caerse
-Creo que no cabemos - Dijo Gabriel temblando un poco, se había girado para darle la espalda a Melanie
-Todo tengo que hacerlo yo - Se quejó Melanie y subió un tanto más en la cama, alzó los brazos y atrajo a los chicos hacia ella, Gabriel se giró instintivamente, ahora los dos estaban pegados a ella - Pueden usarlos como almohadas si quieren - Sugirió, ahora sus cabezas descansaban sobre los brazos de la chica
-¿tus...? - Empezó Raúl
-Si, mis brazos - contestó ella viendo que Raúl dirigía su mirada en la oscuridad a su abultado pecho
-Yo no tengo sueño - Dijo Gabriel un poco asustado
-Bueno, cuenta ovejas - Dijo Melanie
-Suaves ovejas - Continuó Raúl
Melanie había cerrado los ojos, sentía como Raúl temblaba un poco de vez en cuando, pero no tardaron en tomar confianza, Gabriel fue el primero en subir un poco su pierna sobre Melanie para tener más espacio, luego Raúl subió su brazo sobre el abdomen de la chica, la chica se sintió un poco defraudada, esperaba sentirse deseada, en su lugar los chicos trataban de ser muy discretos, quizás ajustándose a los límites de la chica, por fin le entró un poco de sueño y se desvaneció por un rato.
~~~Un sueño que no recordó~~~
La chica despertó abruptamente, tenía dormido uno de sus brazos, pero los chicos ya respiraban profundo, se percató que la pierna de Gabriel ya estaba muy elevada sobre su vientre, la camisa que llevaba se había levantado y desprotegido su desnudez íntima entre sus piernas, la mano de Raúl ahora reposaba sobre su pecho, no de manera accidental, su palma cubría su totalidad empujando hacia arriba y atrapando su pezón duro entre sus dedos, en lugar de tratar de despertar su brazo tomó un momento para pensar, su excitación comenzaba de nuevo, movió el brazo que Gabriel usaba de almohada que era el que estaba dormido empujándolo hacia ella, no tuvo problemas en que su cabeza cediera y terminara sobre su otro pecho, movió un poco su extremidad adormilada hasta que se sintiera bien nuevamente, tratando de no perturbar el sueño de aquel muchacho, pero Gabriel se acomodó un poco asustandola.
El muchacho abrazó a la chica por encima de su propia pierna a la altura del ombligo, subiendo un poco más aquella camisa, con el movimiento notó que había algo largo, carnoso y caliente apoyado sobre su muslo ya desprovisto de su camisa ¿cómo evitar recordar aquel miembro circuncidado? se giró un poco para ver si tendría a Raúl en las mismas, pero aquello seguía escondido bajo sus boxers.
La chica había empezado a mojarse descontroladamente, seguramente Gabriel estaría despierto, quizás pensando que ella estaba dormida aún, su erección le hacía pensar lo mucho que le prendía aquello y ahora podía usar las partes suaves de ella como su acojinado reposo, suavemente abrazó al chico quien se movió un poco y volvió a sentir la carnosidad frotándose un poco por el movimiento.
¿Y Raúl? ella quería toda esa atención, el chico parecía haberse dormido, pero si su mano estaba tan curiosa quizás había estado así momentos antes de desvanecerse. ella trató de acomodarlo mejor pero Raúl no se despertó, bajo aquella situación que la prendía empezó a notar un desperfecto, sus dos manos estaban atrapadas, y necesitaba con urgencia saciar esa sensación, explotarla al máximo, su mano inconscientemente empezó a acariciar la espalda de Raúl quien repentinamente dio un respingo, Melanie se detuvo y fingió que se estaba acomodando entre sueños, ahora Raúl estaba despierto.
El muchacho trató de bajar la mano pero al encontrar la de Gabriel abrazando a la chica la volvió a subir instintivamente, volviéndola a colocar en el pecho de Melanie, Raúl respiraba agitado, quizás temiendo despertar a la chica, vió un momento a su amigo del otro lado con su suave y cómoda almohada, Melanie sintió como acariciaba un poco su pecho, suavemente, con la pala completa y con las llemas de sus dedos, ella ya se había manoseado antes, pero la sensación era mil veces mejor, no pudo evitar producir un gemido, rápidamente se acomodó fingiendo que se movía entre sueños, aprovechó para abrazar un poco más fuerte a los dos y poner su mano en la espalda de Raúl, quien tembló un poco y se detuvo, lo que siguió a continuación no lo entendió muy bien hasta que, después de dejar de sentir la mano de Raúl sobre su pecho sintió como se despegaba un poco de ella y se volvía a pegar, había usado su mano hábil para sacarse el miembro de los boxers, ahora los dos chicos que la abrazaban tenían sus carnosidades pegadas a su piel, de un momento a otro Raúl volvió a poner su mano sobre el pecho de Melanie, pero no hubo más caricias, sólo sentía aquellos miembros calientes y duros, y aunque Raúl se movía muy lentamente de arriba a abajo dando un temblor ocasional, la chica no tenía una satisfacción inmediata, sus labios inferiores babeaban y se estremecían exigiendo justicia, pero la lentitud de todo aquello era una tortura, tenía que tomar la iniciativa.
Melanie pensó en “despertarse” e ir al baño, hacer su habitual desahogo y regresar, pero esa situación era tan perfecta, si tan sólo tuviera una de sus manos libres, o alguno de ellos pudiera hacerle el favor, nunca había considerado cederle sus partes íntimas a alguien, pero en ese mismo momento tenía dos muy buenas piezas de carne que podrían llevarla a la gloria, incluso permitiría que sus dedos jugaran con ella, sus limites se estaban rompiendo por el deseo.
Raúl parecía más dispuesto a moverse, aunque lento, así que Melanie se la jugó, empezó a acariciar la espalda de su amigo quien se detuvo brevemente al notar que la chica estaba despierta, ella no supo si él imaginó que ella estaba soñando o si habría entendido la situación, pero por fin volvía a masajear su pecho, regresandole a ella esa increíble sensación, el miembro de ese chico se volvía a mover, ahora evidentemente, se tallaba sobre el muslo de la chica, quien no dejaba de acariciar la espalda de Raúl a un ritmo delicado, cuando las caricias empezaban a sentirse sublimes pasó algo, el chico apretó fuerte el pecho de Melanie y empezó a convulsionar muy fuerte, Melanie se detuvo asustada, pero entendió lo que pasaba cuando las contracciones de aquel trozo de carne indicaban que el chico había llegado a su clímax, llenándola de tibia humedad, el chico pronto se puso más pesado y su mano descansa totalmente sobre su pecho, las respiraciones hondas y el latir del corazón del muchacho iban haciéndose menos notorias, después de un rato sin saber que hacer Melanie concluyó lo obvio, el maldito se había quedado dormido y la había dejado alborotada.
Después de convencerse de que quizás había sido su culpa por no dejarle en claro que estaba despierta ya se estaba resignando cuando empezó a sentir un pellizco en su otro pecho, miró abajo y se percató que los labios de Gabriel habían atrapado su pezón por encima de la camisa, se habría dado cuenta de la travesura de Raúl y habría esperado a que se quedase dormido para tomar ahora parte.
Gabriel fué un poco más intenso, primero quitó su pierna de encima de Melanie dejando al descubierto su vientre, la pronunciación de carne de su amigo a diferencia de la de Raúl seguía inyectada en sangre y llena de potencial, el muchacho bajó su mano y la puso sobre el pubis de Melanie quien sintió inmediatamente una descarga eléctrica. Gabriel no había soltado de sus labios el pezón de la chica cuando empezó a palpar curioso con su mano el clítoris que quería escapar al encuentro de aquellos dedos, Ella no sabía si hacerle saber que estaba despierta, con él era diferente, él era más reservado que Raúl, y no quería dejar de sentir esos dedos.
Cuando sus manos se curvaron un poco más hacia adentro notó lo inevitable, aquellos dedos habían salido húmedos de entre sus labios carnosos <> pensó Melanie para sí misma <
A la mañana siguiente los chicos fueron despertados por Melanie, quien estaba desnuda de pie junto a la puerta de la habitación, se veía molesta.
-Chicos, vamos, hay que bañarnos - Los chicos no daban crédito a aquello, pero su silencio fue cómplice al girar y ver la camisa negra sobre el puff llena de evidentes manchas blancas - a noche sudaron mucho y me dejaron toda empapada - dijo mientras se dirigía al puff, agarraba la camisa y la arrojaba al guardarropas fuera de la vista de los muchachos, cada paso hacía rebotar sus delicados pechos de los que apenas se distinguían sus pezones por la falta de la rigidez que tenían la noche anterior y su color muy similar al resto de su piel - ¿vienen? ¿Estoy hablando en chino? - dijo ella y se dirigió a la puerta, los chicos la siguieron y se perdieron de vista.
Esa mañana no hubo caricias ni lavados de cabello de la chica, las erecciones de los chicos fue ocasional y apagadas por la vergüenza de pensar que ella se habría enterado de su juego nocturno despertando con una camisa llena de evidencia, la chica disfrutó un poco pensando que ahora ellos se limitaban sin poder disfrutar aquello, su “venganza” finalizó cuando ella salió primero evidentemente enojada sin decir más que
-Lávense bien, y no se vayan a poner esa ropa interior manchada, no sean cochinos
Cuando los chicos entraron al cuarto vistiendo sólo sus camisas la chica ya estaba vestida con sus pantalones largos y una blusa de colores, ellos caminaron por la habitación mientras ella veía como se balanceaban sus miembros hasta que se pusieron los pantalones sin su ropa interior, ellos sabían que cualquier intento de ponersela llegaría con un regaño de la chica, y no querían esa clase de regaños en ese momento
-A sus casas derechitos, que ya no está lloviendo, y guarden esas cosas en sus mochilas - Señaló la ropa interior de los muchachos - Yo les aviso cuando ya no esté enojada con ustedes, ya saben dónde está la puerta
Esperó a que salieran y se escuchara la puerta del recibidor, en ese momento se arrebató los pantalones y se volvió a dar placer una última vez con esas imágenes mentales, acariciando sus pechos y pellizcandolos recordando lo de la noche anterior, pasando un único dedo sobre su botoncito hasta que el orgazmo la dejara sin aliento <>