Mejillones para seis

En un intercambio de parejas hay que dar la talla.

Mi esposa, Babette y Jenny fueron a lavarse al aseo.

Dentro de la cisterna, la calentorra de mi esposa, había guardado una botella de champán por si se presentaba la ocasión, y se le había presentado. Dejó que Babette y Jenny se lavaran el coño con agua y gel. Se lavó ella. Después cogió la botella de champán de la cisterna.

-Oh lala! -dijo Babette al ver el champán.

-Marvelous idea - dijo Jenny.

No se como coño hizo para que al descorcharla no hiciera ruido. La espuma que salió se la echó con la mano en el coño a Babette... Babette al ver a mi mujer agachada, le llevó la cabeza a su coño y cogió la botella.

Jenny, le besó el cuello a Babette. Mi esposa se levantó y le chupó y magreó las tetas. Babette echó un trago y después echó champán por las tetas, champán que le bajaba por su vientre y llegaba al coño, y hasta allí llegó lamiendo mi esposa, para luego subir hasta las tetas, subir a la boca y acabar con un beso que empezó en la boca de Babette y terminó en la boca de Jenny. No hicieron falta palabras. Mi esposa estaba empeñada en hartarse del flujo de Babette. Se agachó delante de ella. La tomó por la cintura y comenzó a comer aquel delicioso coño. Jenny, también agachada, le lamía el ojete... Babette, unos minutos más tarde, sintiendo la lengua de mi esposa hacer circulos sobre su clítoris y la lengua de Jenny entrando y saliendo de su culo, echó champán sobre las tetas y por su espalda. Echó un trago largo de la botella, y le volvió el habla.

-J´arrivel.

No hizo falta traducción. La boca de mi esposa se fue llenando de flujo que se tragaría mientras Babette se retorcía de gusto. Jenny, gemía sintiendo como la punta de su lengua entraba en el agujero de la gloria cuando se expandía y como salía al cerrarse.

Al acabar de correrse Babette, salieron las tres del baño como si nada hubiese pasado. Ni Johnny, ni Donatien ni yo mos dimos cuenta del calentón que traían mi esposa y Jenny.

(Yo lo supe por que pasado un tiempo me lo confesó mi esposa.)

En fin, que diez minutos más tarde, Johnny era el que estaba detrás de la cámara y Donatien, que no había quien me quitara de la cabeza que era marica, sentado a la mesa, a mi lado, miraba a mi esposa con lujuria mientras pasaba la lengua por los mejillones. Jenny y Babette hacían lo mismo conmigo. Todo el hablar era de Babette. Nada entendíamos mi esposa y yo, pero con las miradas bastaba para que el ambiente se fuese caldeando... Como no paraban de sacar sus lenguas y de cuchichear, tuve que intevenir.

-Vais a echar jugo hasta por las orejas -le dije a Jenny.

La francesita quiso saber lo que le dijera y Jenny se lo explico. Sonrió, lamió un mejillón..

-C´est à grand orgasme -dijo con una voz que enamoraba.

Lo del orgasmo lo entendí.

-Y que lo digas. Os vais correr como perras.

Estaba mirando a aquellas dos bellezas y no me creía que un maduro como yo pudiese tener tanta suerte, y por otro lado me acojonaba un poco, quizás por eso alardeaba más de la cuenta. ¿Podría con las dos?

Nos fuimos a la habitación de matrimonio. Se seguia sintiendo la música, aunque sonaba lejana. La habitación enseguida olió a lujuria. Babette y Jenny, de pie, al lado de la cama, se besaban. Babette fue besando a Jenny de la cabeza a los pies, y luego de los pies a la cabeza, parando un par de minutos para magrearle y comerle las tetas y otros dos o tres para comerle el coño. Yo, boca arriba, meneando la polla, las miraba... Después, Babette se echó a mi izquierda y Jenny a mi derecha. Babette cogió mi polla con la mano y se la llevó a la boca. Sabía lo que hacía. Chupaba, lamía, mamaba y la meneaba de maravilla. Jenny besaba y lamía mis pelotas, y cuando le tocó la polla a ella, mamando, chupando,  lamiendo y meneándola, no tenía nada que envidiar a Babette. A veces, me la meneaban a dos manos y se comían las bocas, otras, comían la mía. En una de esas veces que se comían vivas, miré para mi esposa. Estaba chupando la polla de Donatien ¡Pedazo de tralla tenía el franchute! Hacía dos de la mía, en gorda. Era más gorda que él. En vez de acomplejarse, mi polla se puso dura al ver como mi esposa chupaba y lamía aquella tremenda verga. Dejé de mirar a mi esposa y volví a lo mío.

Jenny le puso el coño en la boca a Babette. Yo me fui por el coño de Babette y le hice unos cuantos recorridos con la lengua desde el periné al clítoris, follándole el ojete y la vagina con la punta. Cuando ya el coño de Babette estaba jugoso, se la clavé. Entró con una facilidad asombrosa, y no me extrañó, con la verga que tenía su marido...

A quien no le entró tan facilmente fue a mi esposa. Vi como gozaba al ir entrando aquella barbaridad en su coño. Queriendo vengarme le di caña a Babette, que enseguida comenzó a gemir, pero a todo hay quien gane y los gemidos de mi esposa eran escandalosos.

El que yo pensaba que era marica le estaba echando a mi esposa un polvo cojoundo. Cuando mi esposa se iba a correr, me miró. Vi como se le iba nublando la vista. El franchute le dio caña. Lanzó un grito de placer cuando le vino y temblando debajo de él, se corrió como si estuviese poseída por el diablo. Yo, sin poder evitarlo. comencé a correrme dentro de Babette. Aquel coño en el que me estaba corriendo, que era inmenso, se volvió pequeñito al correrse ella, y apretaba mi polla con una fuerza como nunca antes un coño la había apretado. Jenny, al sentir los jadeos y ver el movimiento de pelvis de Babettte al correrse, arqueando el cuerpo, apretando las tetas con las dos manos, echando la cabeza hacia atrá y moviendo la pelvis de atrás hacia delante, le llenó la boca de flujo a la francesita con una inmensa corrida.

Donatien no se había corrido. Johnny me dio la cámara . (me habían eseñado a usarla) Comencé filmando a Babette y Jenny besándose y después haciendo un 69... Pero lo que me la volvió a poner dura fue lo de Donatien y johnny. No, no se lo montaron entre ellos. Se lo montaron con mi esposa. Mejor dicho, fue mi esposa la que se lo montó con ellos. ¡Como gozó la muy calentorra comiendo las pollas a pares. Chupando, lamiendo y besando cojones. Intentando meter las dos pollas en la boca. Llevándo la polla de Donatien (echado boca arriba) a su coño, y la de Jonny a la entrada del culo. Mi esposa parecía una ninfómana. Los folló a los dos hasta que se corrieron dentro de ella.

-¡¡Llenarme de leche, caramelitos, llenarme¡¡ -exclamó, mientras los ordeñaba.

Al ratito... Donaten volvió a coger la cámara para filmar el 69, pero mi esposa estaba desatada y le iba a regalar una escena gratis.

-Me dejaron a medias, cariño - me dijo.

Me eché encima de ella. Se la clavé y sentí como la polla me ardía al entrar en contacto con la leche de Donatien. La follé con fuertes embestidas. Se oía:

"¡¡Chof, chof, chof, chof, cho, chof...!!"

Al rató, mi esposa, subía encima de mi y me follaba a lo bestia. La leche de Donatien bajaba por mi polla y me inundaba los huevos. A sentir los gemidos de pre orgasmo de Babette y de Jenny, mi esposa me metió un dedo en el culo

.

-¡Vámonos, cariño! - me djo, y besándome, comenzó a correrse.

Los gemidos de las cuatro corridas se confundían. En lo que no me confundí fue en lo del franchute. Le gustaba que lo encularan, ya que Johnny estaba detràs de él jugando con la polla en su culo y él sonreía. Por un momento, quise ser Donatien, supongo que fue porque me estaba corriendo con un dedo dentro del culo.

Se agradecen los comentarios buenos y malos.