Médico en un barco pirata

Un relato de amor entre el médico de un barco pirata y el segundo al mando. No se arrepentirán de leerlo.

Yo me llamo Dylan, mido 1.70 y tengo 25 años, no soy de complexión fuerte, más bien delgado, pero según decían muchas mujeres soy muy guapo, aunque yo me veo de lo más normal con mi pelo corto castaño y mis ojos marrones. Era médico en una ciudad aburrida, con gente aburrida y llevando una vida de lo más aburrida. Hasta que un día cualquiera, estando en mi consulta, se armó un gran jaleo en el exterior, cuando me asomé vi que estábamos siendo atacados por unos piratas, los cuales preguntaban algo, pero por el nivel de su voz no podía entender que era, hasta que un civil apuntó a mi consulta. Estaban buscando un médico.

Entraron de golpe y chillando, preguntándome si yo era el médico, respondí que sí con la cabeza, y entonces entraron dos piratas cargando con otro que al parecer estaba malherido, el cual no tendria mas de 30 años. Lo dejaron en la camilla y uno de ellos me puso la espada en la garganta y me dijo que si Bean moría, yo lo haría también.

Cuando llegué a examinar el cuerpo vi que estaba lleno de cortes profundos, quemaduras graves en la piel y un hueso del brazo roto. Pero nada me impresionó tanto como cuando fui a poner la mano en su frente para comprobar la tamperatura y ví su hermosa cara. Parecía tener luz propia, tenía unos labios carnosos, dientes perfectos y pelo castaño casi rubio, había algo en él que hacía que mi corazón se encogiese y cuandó levanté tu parpado mi corazón se paró al ver esos hermosos ojos verdes, unos ojos que nunca había visto, eran capaces de hipnotizarme, me quedaría todo el día viendolos pero tenía algo que hacer, tenía que hacer que ese chico no muríese, no porque me fueran a matar, sino porque no podía dejar que se fuera sin hablar con él.

Me puse manos a la obra, puse los huesos en su sitio, curé sus cortes, puse pomada en sus quemaduras y cuando lo desnudé para vendarlo me quedé paralizado, empecé a notar un cosquilleo en mi entrepierna y me empalmé como nunca lo habia hecho. Todo esto más la presión añadida de los piratas mirandome hizo que resultase bastante difícil llevar a cabo la tarea, pero algo me mantuvo lo suficientemente concentrado para hacer todo bien, era el deseo por ver esos ojos verdes con vida mirandome a los míos.

Durante las horas que él dormía yo estuve charlando con los piratas y eran bastante agradables para ser piratas, eran divertidos, amables y me entretuvieron con sus historias. Entonces decidí preguntarle por el chico. Me dijeron que se llama Bean, que era el segundo al mando ya que era el hijo del capitán y que siempre acababa muy mal parado después de las batallas porque era demasiado valiente y prefería morir al ver a uno de sus camaradas muerto, por lo que siempre tenían que ir visitando pueblos para que lo curasen. Ellos siguieron contandome cosas, pero yo tenía mi mente en Bean, rezando porque se recuperase, pero por otro lado no quería que se fuera y no volver a verlo.

Cuando ya casi los piratas se estaban quedando sin historias oí algo detrás y cuando me di la vuelta vi a Bean despertar. Me levanté de un salto y me acerqué a evitar que hiciese algún movimiento brusco y entonces abrío los ojos, mirandome fijamente con cara de no saber donde está, yo quería explicarselo pero no podía hablar, me había quedado hipnotizado, un pirata me apartó brucamente y caí al suelo dandome un golpe tan fuerte en la cabezá  que me desmayé con la última imagen de sus ojos mirandome fijamente.

Al despertar me sentí bastante desorientado y cuando echñe un vistazo a mi alrededor vi que estaba en un sitio desconocido y que todo se movía, mire al un lado y vi a alguien sentado mirándome pero no conseguía ver quien porque aún tenía la vista borrosa. Cuando volví a ver nitido vi que era Bean, sonriendo con su perfecta sonrisa y sin camiseta, mostrando unos perfectos pectorales bien duros y unos abdominales muy marcados, me quedé embobado admirando su cuerpo y me tapé un poco con la sabana para evitar que viera mi erección, entonces se acerco y por primera vez escuché su perfecta voz-

  • Hola me llamo Bean, creo que debo agradecerte lo que has hecho por mí. Por cierto ¿cómo te llamas?

Tras asimilar el mensaje respondi: No hay nada que agradecer, fue un placer. ( ¿¡Mierda, que acabo de decir!? y encima con esta cara de tonteo que tengo, espero que no se haya dado cuenta). Me llamo Dylan. ¿Dónde estoy?

-Estás en nuestro barco, te hemos traído aquí porque según nuestro capitán no nos podemos arriegar a que muera. Esta sera tu habitación y el lugar donde trabajarás, sé que no tenemos muchos utensilios de médicos, pero tenemos lo básico- Dijo alzando un brazo motrandome la habitación.- Ahora duerme y descansa, que pronto partiremos- Y salió de la habitación. Me fijé en su parte trasera, algo que nunca había visto, y pude ver una espalda fuerte y con algunas cicatrices, y un culo como el que debe de tener un Dios, bien marcado y con bastante donde agarrar.

Yo me quedé pensando un rato lo que acababa de pasar y en las opciones que tenía. Podía intentar escapar, aunque no lo conseguiría, pero... ¿yo quería irme?, mi vida era una vida aburrida, siempre quería vivir alguna aventura y romper con la rutina, pero ¿es así como quería romperla? ¿sería peligroso para mi vida?... No me podía ir, no quería no volver a ver a Bean y por encima de todo, no quería que mueriese, me sentía con el deber de evitar que muriese.

Tardé unos cuantos meses en adaptarme a la vida pirata después de más de un año no estaba tan mal. El tiempo se pasaba volando mientras admiraba todos los dias a Bean en secreto. Todas las noches soñaba con él, soñaba que lo tenía desnudo abrazandome en mi cama toda la noche, sintiendo su miembro en mi espalda y agarrandome con fuerza para protegerme, pero no pasó nada hasta después de dos años de mi entrada a ese barco.

Yo estaba leyendo uno de mis libros de medicina sin prestarle mucha atención, ya que rezaba porque Bean volviese vivo de un ataque a otro barco, y entonces oí mi nombre, salí corriendo esperando lo peor y vi a un monton de camaradas heridos, pero solo me fijé en uno, ahí estaba Bean, tumbado desmayado en el suelo sin conciencia. Sentí que mi corazón se rompía en pedazos, pero no tenía tiempo para pensar en esas cosas, lo metí a mi cuarto y lo subí a la camilla. Aún respiraba por lo que sentí un gran alivio. Lo examiné por encima y no tenía nada grave, excepto un gran corte en su frente, cojí alcohol y mojé un algodón, pero cuando fuí a curarle el corte el me agarró del brazo y me miró fijamente desde muy cerca.

-Hay otros heridos que estan peor que yo- Me dijo casi sin aliento

-Sí, pero nadie me importa tanto como tú- Ya está, después de eso casi seguro que se habrá dado cuenta de lo que siento por él.

Tras un silencio que a mí me parecio una eternidad me dijo: No te preocupes por mí, podré sobrevivir hasta que vuelvas más tarde. Ahora ve corriendo a  curar a los demás-

Me di mucha prisa en curar a todos, gracias a Dios no había nadie grave ya que deseaba con todas mis fuerzas volver a la habitación donde estaba el hombre por el que daría mi vida.

Cuando entré a la habitación él estaba sentado mirandome con esa sonrisa de la que estoy enamorado.

-Te dije que sobreviría ahora te dejo que me cures.

Respondí con una sonrisa, cogí el algodón de antes, me acerque mucho a él y le pasé el algodón por su corte de la frente.

-¿Es verdad lo que me has dicho antes de que te importo?- Me dijo mirandome a los ojos

-Me importas mucho, por ese motivo me he quedado en este barco y no he intentado huir. Si me fuera no durarías dos días sin mí.

Él suelta una pequeña carcajada, entonces em mira directo a los ojos y luego a mi boca, que sin darme cuenta estoy mordiendome el labio inferior, entonces el con su pulgar saca mi labio de debajo del diente, me agarra de la barbilla, me mira a los ojos y me acerca a él, juntando sus labio con los míos.

¡No lo puedo creer!, ¿de verdad esta pasando? he soñado con este momento durante mucho y apenas puedo mover mis labios de la emoción. Me agarra del pelo y tira de mi cabeza para atrás y me va dando besos en el cuello. No se que hacer, no se donde poner mis manos, pero opto por ponerlas en sus rodillas y disfrutar de este momento. ¿Qué pasaría si alguien nos pillara? nos matarían a los dos seguro, eso significa que también desea mucho este momento.

Baja de la camilla, se pone de pie, me mira a los ojos en los que veo mucho deseo, se quita la camisa y me la quita a mi. Mientras el se quita los pantalones me los quito yo tambíen, haciendolo despacio para poder asimilar todo esto. Entonces me agarra, me tira contra la cama y me susurra al oído que va a hacer algo que lleva mucho deseando, y que no podré olvidar facilmente. Coge una de mis bendas y me ata las muñecas a la espalda. ¿Qué está haciendo? ¿Es esto lo que le gusta?, pero antes de que me diese tiempo a preguntar el me susurra: prohibido hablar hasta que yo te diga o te dejo así.

Me digo que pase lo que pase no hablaré, que me deje asi es lo último que quiero. Cuando ya me tiene bien atado me da un morreo restregando su enorme polla tiesa en la mía, por lo que puedo notar va bien servido, no esperaba menos de mi Dios perfecto. Yo tambíen restriego mi polla en la suya, sintiendo un placer inexplicable.

Entonces el deja de besarme y levantado un poco su cuerpo se termina de desvestir y ahí la veo por primera vez, su polla con un glande lubricado mirandome fijamente, trazando una linea perfectamente recta tenía 20 centímetros más de polla acabados en dos testículos colgando. La deseo, deseo su polla metida en la boca y como si leyese mi mente avanza y se sienta al principio de mi pecho.

-Tragatela toda, sé que la deseas. Exije mirandome a los ojos

Entonces el la agacha con la mano y logro poder lamer su glande. Sabe mejor de lo que esperaba, sabe a hombre, sabe a Bean. El mira al techo y suelta un leve gemido, entonces se tumba y pone su polla en mis labios. ¿La va a meter entera? no podré con ella. Entonces poco a poco la va metiendo y sacando, cada vez más y yo intento hacerlo lo mejor que puedo, jugando con la lengua y saboreandola bien. Sigue con su mete y saca cada vez más rápido y gimiendo, me está follando la boca a su gusto y eso hace que mi polla se ponga tiesa a más no poder. Él gime cada vez más fuerte y a mí me encanta, quiero que se corra dentro de mí, quiero probar la leche de mi Dios.

Y sin avisarme ocurre, noto varios chorros de leche saliendo de su polla, el gime más alto todavia y mi boca se llena de ese líquido salado y espeso. Saca la polla fuera de mi boca y me lo trago todo, él mira como lo hago, parece que le gusta. Acerca su cara a la mia y me besa, compartiendo su leche conmigo y entonces me susurra: No te creas que he acabado contigo.

Desciende hasta el pie de la cama, me da la vuelta poniendome en una reverencia y pone la punta de la polla donde empieza mi agujero. Se escupe en las manos y se moja bien los dedos y poco a podo empieza a meterme uno dentro, yo aprieto mi cara contra la cama para evitar gemir demasiado fuerte, nunca antes había hecho esto y al principio me resultaba un poco desagradable pero después me daba mucho placer. Cuando cree que ya es suficiente mete otro dedo más, esto me da más placer y estoy a punto de pedirle un tercero pero recuerdo su norma de no hablar, asi que me limito a esperar su tercer dedo y ahí llega dilatando más mi ano virgen, me duele mucho, bastante, quiero gritar que pare pero no lo hago, no le quiero digustar. Al cabo de poco tiempo los saca y noto un gran alivio, entonces me vuelve a dar la vuelta dejandome como antes, se escupe en las manos y se lubrica bien la polla, entonces pienso que lo bueno biene ahora.

Me agarra de los muslos y me levanta, yo me agarro con las rodillas en su cara, quiero tocarle, quiero restregar mis manos por cada centímetro de su cuerpo, pero dado que están atadas es imposible. Entonces pone la punta de su polla en mi agujero y me preparo para lo que viene. Poco a poco la va metiendo, despacio y sin prisa, para que no me duela demasiado, me mira a los ojos, quiero besarle pero como ya he dicho antes no puedo. Me sonrie mientras sigue metiendo cada vez más su polla. Ya casi no siento dolor anextesiado por sus ojos, ¿le estará gustando todo esto? y entonces la mete del todo, el cierra los ojo y suelta un gemido hacia el techo y ahora empieza a subir el ritmo. Cada vez más rapido, los dos gemimos a la vez, quiero abrazarle , quiero estrujarle mientras le siento dentro de mí. ¿Por qué tengo que llevar está estupida venda en mis manos?. Sigue con su embestida, cada vez más fuerte. Siento muchísimo places, creo que mi alma se va a separar de mi cuerpo, con las manos estrujo las sábanas, vamos Bean dame más fuerte, quiero sentirla muy adentro y quiero que me llenes el agujero con tu leche.

Y entonces me agarra con una mano mi polla. No me lo esperaba pero me gusta. Comienza a masturbarme muy rápido, al mismo ritmo que lleva la embestida. Como siga  así voy a acabar muy pronto, estoy sintiendo demasiado placer al mismo tiempo y me cuesta mucho aguantar las ganas de gritar de placer. Y a los pocos minutos consigue que me corra, llenado de leche mi barriga. Muevo los pies al sentir la liberación, pero el aún sigue dandome placer por mi agujero. Se le ve en la cara que él tambien esta sintiendo mucho placer, al menos eso espero, lo que más quiero es darle mucho placer.

En una dembestida final la hunde lo más al fondo que puede y comienzan a salir sus chorros de leche, noto mi agujero caliente y mojado y el suelta un gemido enorme, seguro que alguien nos ha escuchado, sin embargo no deja de embestir aunque ahora si lo hace más lento y aún estando dentro me da un morreo casi sin aliento susurrando mi nombre. Entonces la saca de mi y mientras me desata me pregunta:

-¿Te ha gustado?, espero que sí porque para mi ha estado genial y he acabado muy cansado.

-La verdad es que sí pero estoy bastante desconcertado.- En mi cabeza había varias penguntas ( ¿Cuanto tiempo lleva deseando esto?, ¿Va a ocurrir más veces?, ¿Será siempre así?, ¿Qué siente por mí?.

Él suelta una carcajada y me dice: - Me lo imagino, pero ahora no es tiempo de preguntas, ya habrá un momento para eso, ahora vamos a dormir que seguro que estarás tan cansado como yo.

La verdad es que todo esto me ha dejado sin fuerzas, el se acomoda detrás de mí, desnudo y abrazandome sudado, justo como en mis sueños, aún no me lo puedo creer, puedo oler su aroma divino y noto su polla flácida en mi culo. Me siento protejido y seguro, mis ojos se van cerrando, no quiero dormir, quiero seguir notandolo junto a mí, me da miedo despertar y que ya no esté, pero mi cansancio puede conmigo y mis ojos se cierran del todo, abriendo paso a un sueño en el que seguro que él aparecerá.

------------------¿FIN?---------------------------

Espero que les haya gustado, yo lo he intentado hacer lo mejor que he podido. Me encantaría que dejarais comentarios diciendo que os ha parecido y cosas que podría mejorar. Y tambien si os apetece una segunda parte. Muchas gracias a todos por haber leído este relato hasta el final.