Médico de pueblo

Un nuevo médico descubre la interesante vida interior de un pueblecito.

MEDICO DE PUEBLO

Por fin terminé la carrera. Un año más tarde de lo previsto. No crean que soy corto, pero he tenido mis más y mis menos con la mujeres y las fiestas . Lógicamente, ese tiempo "desviado", y mi posterior relación con Montse, no ayudó a que mis notas fueran lo brillantes que deberían. Luego, hice el maldito MIR y posteriormente, me tocó escoger plaza. Dadas mis puntuaciones justitas, me tuve que comer el marrón de elegir entre las últimas plazas libres que por supuesto eran las peores. Valorando los posibles destinos (todo pueblos pequeños de los que jamás en mi vida había oído hablar) al final me decidí por el más grande, bueno eso de grande es un decir. 1.800 habitantes, toda una ciudad vamos. De nombre "EL BOSQUE ".

Estaba situado en el interior del país, a unos 95 km. de la ciudad mas cercana, que tampoco ninguna colmena , pues creo que vivían unas 85.000 personas. La carretera a la capital era buena, pero no era tampoco una autopista. A unos 3 Km. De ese pueblo había una presa y su consiguiente pantano, con un agua excelente y lo suficientemente grande para dar cabía a un camping y un club de vela y deportes náuticos. Mientras me empapaba de información, pensé, bueno y malo, el tema del pantano. Bueno por que habrá gente joven al menos en verano y malo por eso implicaba trabajo extra durante la temporada estival.

Me armé de valor y empecé a preparar el equipaje. Sonó el portero automático y cogí su teléfono.

-Fede, soy yo Montse, puedo pasar?

-Montse, estoy haciendo el equipaje y voy muy corto de tiempo, mañana debo presentarme en mi destino.

-Fede por favor tenemos que hablar.

-Mira guapa todo está más que hablado. Tenemos que volver a empezar otra vez?

-Al menos me podrías dejar subir a despedirme no?

-Sube.

Apareció mi querida y reciente exnovia, una pequeña ricura de metro sesenta. No era muy alta, pero tenía un cuerpo proporcionado y bonito. Grandes ojos marrones y un pelo que parecía salido de un anuncio. Negro azabache, muy liso y brillante. Médico como yo y compañera de aula.

-Hola Fede, como estás? Y me dio dos besos en la mejilla que yo no respondí apenas.

-Bien, dentro de lo que cabe.- Estoy algo liado Montse, dime que quieres?.

-No me lo perdonas verdad?

-No se trata de perdonar o no, nena, no has sido tu precisamente quien me ha dicho que estabas follando con el , acepta tu también que no quiera seguir contigo. Los dos hemos corrido mucho mundo ya, pero te recuerdo que cuando decidimos ser pareja, nos juramos no hacernos daño y tu has querido jugar a dos barajas a la vez y romper el pacto. Si no llega a ser porque tienes unas amigas que son unas bocazas y unas chismosas, aun estaría yo con el cirio en la mano, mientras tu, te atiborrabas de polla en stereo. Así que no me jodas Montse.

-Eres injusto conmigo, sabes que esa noche me emborraché y perdí el control. Sebas se aprovechó y yo no supe o no quise pararle, luego me presionó para seguir viéndonos . Nos vimos 4 o 5 veces Después vinieron los remordimientos y la culpa, no sabía como te lo iba a decir, pero Fede de verdad, te juro que te lo quería contar. No dejé que Sebas se volviera a acercar a mi y tu lo sabes. Por eso pedí consejo la hija de puta de Ana María, la cual en vez de ayudarme, se fue con el cuento a las amigas y como es normal, te llegó a ti. Cuantas veces quieres que te pida perdón?.

No le contesté.Le di un beso y la empecé a lamer el cuello y la oreja mientras le susurraba – una vez es debilidad o curiosidad, más veces es deseo…..zorrita mía, mientras le acariciaba las tetas y le pellizcaba los pezones. Ella respondió al instante, y me empezó a desnudar. La tumbé en la cama y empecé a lamerle los pies, fui subiendo hasta su depilado coñito y lo acaricié. He conocido a algunas mujeres en mi vida, pero ninguna tenía el coño como Montse, su clítoris se excitaba hasta convertirse en un micro pene de más de 2 cm. Le devoré su rico sexo y sin dejarla a penas que me acariciara, la penetré y empecé a bombearla con fuerza y rabia, también con ansia, intuía que sería la última vez. La sesión se prolongó bastante rato y vi que Montse se quedaba transpuesta (ves a saber que había hecho esa noche, mejor no pensarlo). Le dejé una nota en la puerta del dormitorio.

-Montse, me tengo que ir, debo estar mañana a 1ª en mi nuevo destino. Te deseo lo mejor, gracias por esta despedida tan grata. Suerte con tu vida y tu trabajo. Recuerdos al cabrón del Sebas y que disfrutéis mucho. Un beso y adiós. Fede.

Pd. Por favor deja las llaves de mi apartamento al portero, ya he hablado con el y comprueba antes de irte que está todo cerrado. Gracias.

La carretera se hacía monótona, eran las 3 de la mañana y aun me quedan unas 5 horas, joder, tendría que presentarme directamente en el dispensario, la compañera que habitualmente visitaba allí estaba de baja por maternidad y debía presentarme de inmediato. Afortunadamente era el mes de octubre y la temporada náutica estaba terminando.

Aparqué frente al propio dispensario. Me recibió la enfermera, una señora de unos 45 años, muy agradable y simpática. Cuando supo que había conducido toda la noche, me acompañó al servicio y me indicó como funcionaba todo el tema, por si me quería dar una ducha antes de empezar.

Empecé a pasar visita. Solo habían 8 pacientes y los visité con atención y tomándome mi tiempo. Nada importante. Era la hora de comer. La enfermera, soltera y sin ningún síntoma de prisa, me dijo que podíamos comer juntos en el bar y así aprovechar para ponerme al día tanto del trabajo ,como un poco las costumbres de la gente que vivía allí.

Terminada la comida tenía claro dos cosas, la primera es que la enfermera era una máquina trabajando, vamos que casi vivía en el dispensario y encima le encantaba, parece ser que su vida privada había sido congelada en nitrógeno y allí seguía. La observé con disimulo y después del chequeo llegué a una conclusión, el lienzo era de primera y los colores de la mejor marca, pero el cuadro parecía que lo había pintado un niño. Esa misma cara y figura, peinada adecuadamente, mejor perfilada y con ropa actual e incluso me atrevería a decir que atrevida podría mejorar un 1.000 por ciento. Se le intuía una buena figura y unas poderosas tetas. Su cara era muy agradable, casi infantil con algunas pecas muy bién distribuidas, cuello largo, bonito y unos ojos ámbar bastante atrayentes, rubia de bote aunque el color le quedaba bien, con unas gafas de lo más cutres que le desfavorecían aun más el conjunto. No entendía muy bien como se había quedado para vestir santos. La segunda conclusión es que este pueblo podía ser tan aburrido, tanto, que debería empezar a buscar alternativas o entraría en coma social. Que iluso……..

Me recomendó una fonda regentada por una tal Elvira, soltera de 42 años cuya familia fue adinerada en otros tiempos mejores pero que en la actualidad con la casa señorial convertida en fonda, se ganaba la vida alquilando las 10 habitaciones de que disponía. Me presenté allí y me atendió la señora Elvira. Joder, vaya pedazo de hembra que estaba echa. Seria, vestida elegantemente , alta, esbelta pero con las formas muy definidas. Muy guapa de cara, rubia natural, ojos verdosos y semblante siempre serio y preocupado, manteniendo siempre las distancias. Cuando supo quien era yo, cambió totalmente de registro y dentro de su seriedad y distancia, me atendió estupendamente. La habitación que me asigno, era mas bien un pequeño apartamento, con comunicación común, pero con una pequeña escalera lateral que me permitía entrar y salir al parking sin molestar. Con muy buen criterio me comentó que normalmente no entregaba la llave de esa puerta pero que a mi me vendría bien si tenía que salir a alguna urgencia, pues debido a mi trabajo tenía que tener libertad de movimientos. Me hizo un precio súper ajustado si le alquilaba la habitación durante todo el año. Se comía de puta madre, todos los trabajadores cercanos y los viajantes, etc. hacían parada para degustar (por lo que pude comprobar en mi estómago su apreciada cocina y por que no, al personal femenino). Al menos, mi estancia y la comida habían quedado resueltas.

Disculpar no me he presentado, como ya sabéis me llamo Federico, tengo 25 años, soy extrovertido, me considero buena persona, pero puedo ser muy lanzado y contundente si la ocasión lo requiere, pero sobretodo, propenso a la marcha y el despelote. Físicamente, soy normal, tengo el cuerpo cuidado porque me apasiona al bicicleta de montaña y la natación, de cara agradable, pelo castaño, mido sobre el metro ochenta y tres y debo pesar 75 kg. Arrastro una inapreciable cojera a consecuencia de una antigua lesión en la rodilla de mi época de motero adolescente. Dicen que soy guapo pero yo me veo bastante normal. Visto informal, toco el piano muy bien gracias a que mi madre era profesora de música y de más pequeño me pasaba horas y horas con ella, tocando a dúo. Me gusta el nudismo desde adolescente y soy bastante bueno jugando al tenis.

Elvira se ayudaba de dos camareras originarias de Rumania. No debían tener más de 20 años, no eran muy altas pero las dos eran bastante atractivas, morenitas con el cuerpo flexible y definido que tienen las jóvenes de su edad. Eran muy discretas y tímidas, manteniendo una actitud simpática pero distante con los clientes o al menos me lo parecía a mí. Sin duda la larga sombra de Elvira controlaba el comportamiento de trabajadores y clientes en sus dominios.

Esa noche, cansado aun del trajín del viaje y haber dormido poco, me di una ducha rápida y me quedé transpuesto en la cama. Serían las doce y media de la noche, cuando Simona, una de las dos morenitas, llamó a mi habitación, me incorporé y me cubrí con la toalla del baño envuelta en mi cintura. Joder, ya teníamos alguna urgencia. Le abrí la puerta y la invité a pasar.

-Simona pasa algo?

-no doctor es que……….tengo un problema de salud, pero me da mucha vergüenza. Hablaba el español francamente bien.

-Bueno, no te preocupes mujer, ven mañana a la consulta y vemos que pasa.

-Doctor preferiría que no fuera allí, pero si Ud. lo ve mejor……...

-Bueno, venga, que es lo que te preocupa., fui a la otra habitación y me puse un pantalón corto y una camiseta

-Doctor, hace poco tiempo que tengo algo de infección en mis partes. Me pica y el flujo sale amarillento y no huele muy bien.

-Bueno, a ver, déjame que te examine. Simona, has mantenido relaciones recientemente?

-Doctor, Uds, tienen secreto profesional, verdad? Porque si se lo explico, deseo que no lo sepa nadie más.

-Por favor, todo lo que me cuentes como paciente queda entre nosotros.

-Doctor, me sido prostituta durante dos años. La mafia me exprimió hasta que puede pagar mi libertad. Hace 6 días, apareció un viajante que había sido cliente del club donde trabajaba y que me reconoció. Se acercó a mí y me dijo que si no follaba a pelo con él, explicaría mi pasado a todo el pueblo. Me asusté, no vivo mal aquí, las propinas son buenas y la Sra. Elvira nos cuida bien. La gente nos ha aceptado con simpatía. Además, no tengo que dejarme follar por nadie si yo no lo quiero. Ayer me amenazó y volvió a disfrutar conmigo, no quiero hacerlo con el pero me obliga. Me comprende verdad doctor?.

-Claro Simona, no te preocupes. A ver quítate las bragas, y túmbate en la cama con las piernas abiertas. Fui a mi maletín y prepare una toma de muestra para analizar. La cosa estaba a priori bastante clara, el cabrón del viajante le había pegado una blenorragia, pero para ganar tiempo le dije, ahora te voy a poner una inyección de antibióticos y mañana te traeré las recetas para que te compres el resto. Simona, no estaría demás que cuando termine mañana de comer, subas un momento aquí para que te tome unas muestras de sangre y comprobemos tu estado general (a ver si el viajante te ha pegado algo más que una blenorragia…..).

Me sonrió agradecida y me abrazó. Pobres chicas, explotadas, despreciadas por la sociedad y a veces casi obligadas a ser putas de por vida. Solas, lejos de sus familias, vamos todo un cuadro.

-Sabe la señora Elvira lo que me has contado? Le pregunté.

-Si señor, de hecho gracias en parte a ella, dejamos aquel infierno. La queremos como a una madre (bueno, detrás de esa frialdad aparente habían buenos sentimientos, mi opinión de Elvira empezaba a cambiar).

-Venga Simona. La pinché en la nalga, por cierto muy bonita y suave, dándole un ligero masaje sobre la zona, pues estas inyecciones son bastante dolorosas. –Simona, te va a doler bastante esta noche, ponte algo caliente en el pinchazo. Te he puesto mucho antibiótico y puede que te duela hasta la pierna.

-Lo que Ud. diga doctor. Se puso de puntillas y me dío un beso en la mejilla. Salió de la habitación con los ojos llorosos y me quedé meditando sobre el viajante, foco de propagación de una venérea, violador encubierto, pues para mi hacer eso es violar..

Al día siguiente, después de la consulta, me presenté a comer. Elvira, con su majestuosidad y lejanía habitual me saludó correctamente dándome la mano, algo raro en ella y me senté a comer. Vi a Simona que servía las mesas, me pareció que de reojo controlaba una en concreto, ocupada por un gordo con pinta de poco aseo y mirada de violador. Se relamía mirando a Elvira y a las chicas, pero sin hacer ascos a algunas representantes que comían la fonda. La chica, hacía unos rodeos de la hostia para no estar cerca de el, aunque el muy cabrón no hacía más que pedirle cosas para que fuera a su mesa.

Me levanté de la mesa y aun con el comedor lleno, me dirigí a Simona.

-Hola doctor, tengo la pierna entumecida.

-Ya te lo dije Simona, pero debes hacer el tratamiento. Oye, ese tipo de allí es el que te incordia verdad?

-si doctor, es él. Estoy muerta de miedo.

-Tranquila, todo se arreglará, ya no va a molestarte más.

-Ponme un café en su mesa y lo dejas frente a el, que quiero tener una conversación.

-Por favor doctor, si ese cerdo empieza a hablar, me tendré que ir de aquí.

-No sufras, si sale como lo pienso, no volverá a molestare, de lo contrario buscaremos otras soluciones.

Simona dejó el café en la mesa y le dije con un susurro….-no te acerques más a esta mesa .Yo de forma inmediata me senté frente al fulano. El me miró sorprendido y enojado por la intromisión. No le dejé ni abrir la boca. Y le solté a bocajarro:

-Soy el médico de este pueblo y tengo que comunicarle una grave noticia que afecta a su salud. Tiene ud. esposa o pareja estable?

Se puso pálido y me miró con los ojos desorbitados, mientras empezaba a sudar abundantemente. –Perdone como dice?

-Me ha entendido Ud. perfectamente, es más debo decirle que Ud. es la fuente de contagio. Debe inmediatamente dejar toda relación sexual y no reiniciarla hasta asegurarse de que está ud. Limpio además de avisar a aquellas personas que han mantenido relaciones con Ud., sean hombres o mujeres (se lo solté para joderlo).

Se cagó las patas abajo. Me dijo, cambiando el tono, con una voz de pito interrumpida por continuas toses y carraspeos ….-Tengo el SIDA doctor?

-Le he preguntado si tiene pareja estable, que me responde?

-No doctor, vivo solo.

-Pues le recomiendo que regrese a su domicilio y contacte con su médico urgentemente, tiene Ud. blenorragia y lo se porque ha contagiado a la camarera que le ha servido la comida.Lo del sida, viendo las nulas precauciones que debe haber tomado durante su vida no es tampoco descartable.

-Esa puta, zorra..

-Cállese, ha sido Ud. quien la ha contagiado, cuanto hace que le supura el pene con una sustancia amarillenta de mal olor y nota picores y dolor cuando orina, como si el tubo de orinar fuera más estrecho?

-hace casi un mes doctor…….

-Además ud. obligó a esa chica a dejarse penetrar sin protección, amenazándola con divulgar su pasado. Sabe ud. que eso es una violación?

-Eso es mentira doctor.

-Mire caballero, le voy a dar un consejo y le aconsejo que me escuche. Visite un servicio médico urgentemente y no pise más este pueblo. De lo contrario me presentaré en el cuartel de la guardia civil y le garantizo que dormirá esta noche en sus calabozos. Le queda claro?

Estaba realmente acojonado, el puro barato que sostenía en su mano derecha, estaba haciendo un bonito agujero en una mugrienta carpeta de plástico sin que se diera cuenta.

-si,si, de acuerdo doctor, no quiero problemas, esa puta me incitó porque había sido cliente suyo y ….le corté –no me cuente historias, va ha hacer lo que le he dicho o no?

-si, si claro que si doctor. Pago mi cuenta y no vuelvo por el restaurante.

-Bien, pues láguese ya y recuerde esta conversación. Vaya pedazo de cabrón.

Se levantó casi a la carrera con el puro pegado a la humeante carpeta. Pagó sin esperarse al cambio y salió como alma que lleva el diablo.

Simona se quedó mirándome tan intensamente que me hizo bajar la cabeza algo incómodo.

Subí a mi habitación y casi al momento subió Simona y me cogió de las manos y me las besó. Empezó a llorar como una magdalena y se me abrazó dejándome un buen chorrete de rimel en mi pecho. Me lo quiso limpiar pero le dije-Simona corre, tengo que sacarte la sangre y voy tarde, no te preocupes por mi camisa. Me la quité y vi que mi cuerpo hacía reaccionar a la chica, sus pezones se pusieron duros como piedras y presionaban sin descanso el frotal de su uniforme. Le saqué las muestras y le expliqué por encima el resultado de la conversación para que se tranquilizara y pasara página. Intentó de nuevo abrazarme y riendo le contesté que me volvería a machar y no tenía más camisas. La hice reír. Su cara se iluminó y tuve que reconocer que era muy hermosa. Le dí una palmada en el culo, la cual le gusto y salí pitando para poner la sangre a buen recaudo.

Durante el resto del mes, no pasó nada reseñable. Las consultas habituales, varias urgencias por enfermedad o accidente, algunas graves y un par de fallecidos por diversas causas. Algo normal en la vida de un pueblo. Me llegaron los resultados de Simona. Para alegría desbordante de la chica, estaba limpia, salvo de la venérea ya diagnosticada y tratada por mi. Ella se sentía renacida y la verdad es que era una chica cariñosa y servicial, además de guapa. Que habría llegado ser de disponer de oportunidades? La vida es a veces muy perra. Su compañera, una morenita tan guapa como Simona, aunque menos expresiva, pero con dos buenos melones, de nombre Valeria, me pidió con discreción si podía analizarla para poder vivir más tranquila. Afortunadamente, también estaba limpia, aunque la traté de anemia, andaba muy baja de hierro.

Ellas a mi me adoraban, siempre la mejor mesa, nunca tuve que pedir nada, parecía que lo intuían. Aunque me veían un chico casi de su edad, parece ser que mi profesión les infundía mucho respeto y procuraban cuidarme pero sin agobiarme. No todo el mundo tiene un médico a mano y durmiendo en casa. Supongo que también les gustaba y les daba mucho morbo.

Yo estaba a dos velas a pesar de que las dos me habían dado a entender que no les importaría nada cuidarme en ese aspecto, pero debo reconocer que la figura de Elvira me acojonaba un poco y prefería no meter la polla donde tenía la olla y la cama, me explico, verdad?. Reconozco que mi vida profesional era más interesante de lo esperado, se vivía muy bien en ese pueblo y mataba mi hambre de marcha y sexo, visitando cada 10 días la capital y recorriendo toda discoteca que se cruzaba en mi camino. Además tengo que reconocer que muy a mi pesar que aun me picaba mucho el tema de Montse y andaba algo depre.

Un sábado de madrugada, volví al pueblo después de una larga sesión de copas y más copas, algunos toqueteos y futuras promesas de placer. Había entablado amistad con un grupito muy majo de gente entre 20 y 35 años que se dedicaban al montañismo, gente sana, pero capaces de tumbar bebiendo a un batallón de cosacos.

Era consciente a pesar de mi enorme trompa, que si conducía esa noche, pronto figuraría en las listas esas que sacan los ministros del interior mientras con gesto grave nos insinúan lo inútiles que somos al volante y la facilidad con la que nos matamos en la carretera.

Cogí un taxi y como un gangoso le dije donde quería ir. Le tuve que pagar por adelantado. Me ayudó de mala gana a bajar del coche y luego tuvo que pararme para apuntarme en la dirección correcta de entrada al Hostal.

Hice lo que se dice una entrada triunfal, sino que se lo pregunten al jarrón chino que había en la hall. Que hostia me dí. Me desequilibré y me abracé a la enorme pieza de artesanía y como dos piedras nos precipitamos al suelo. Caí encima de el y simplemente explotó. Desperté a todo el hostal. Bajaron por las escaleras como auténticos rayos mis rumanas con su comandante Elvira la fría al frente y me miraron con una auténtica cara de sorpresa, para a continuación intentar levantarme. Era un peso muerto, renunciaron a llevarme a mi habitación por mi peso y la distancia a recorrer. Elvira les dijo: -vamos a llevarlo a mi habitación, que está aquí al lado y le quitamos la ropa, está sangrando por la zona del pecho y puede ser importante.

Me dejaron encima de la cama de Elvira, con mis shorts como única ropa. Abierto en cruz boca arriba. Estaba grave, pero del pedo de cojones que había cogido. Tenía unos cuantos cortes en pecho, cadera y muslo, especialmente en mi zona izquierda. Casi todos de yodo y tirita, solo había dos o tres que quizás necesitarían un punto de sutura. Mientras me mecían Baco y Morfeo en un columpio gigante a toda velocidad, se dedicaron a curarme las heridas e intentar mantenerme dentro de la cama a pesar de mis desesperados y reiterados intentos de lanzamiento de una jabalina imaginaría.

Me dejaron dormir. A las 3 de la tarde aun dormía. Sobre esa hora, con las cortinas casi tapando la claridad de la tarde, empecé a despertar. Me incorporé encendí la luz y me miré el pecho y la cadera, joder, me dolían un montón. Vi que mis lesiones no tendían importancia y estaban bien tratadas. Me puse la almohada bien e intenté que la habitación no se moviera sin conseguirlo y trate de no pensar el ridículo tan espantoso que en esos momentos se quería apoderar de mí. Oí ruidos y me hice el dormido mientras ensayaba todo tipo de disculpas ante mi sacrosanta casera. Entraron la Sra. Elvira y Simona y se quedaron mirándome con cara de preocupadas.

-Elvira no crees que debería estar ya despierto?

-Tranquila Simona, creo que lo único que le pasa es que ayer bebió demasiado, pienso que mucho y luego tuvo ese pequeño accidente. Pero está bien. Es joven y se tiene también que divertir, no todo debe ser responsabilidad y deber. (joder estaba flipando, Elvira dando consejos de vivir la vida….lo que uno tiene que oir) .

-Sabes Elvira, esta semana lo han llamado 4 noches seguidas y volvió muy tarde. Debe de estar reventado y la salida lo ha acabado de rematar. Creo que una cura de sueño le va venir de perlas. Al centro le hemos dicho que se encontraba indispuesto y han llamado a un sustituto hasta que se recupere.(Simona siempre tan protectora y preocupada por mi, que niña más deliciosa)

-Vamos Simona, que duerma todo lo que quiera.

Se fueron en silencio y os aseguro que agradecí mucho el gesto, porque intentar disculparse mientras te agarras a la cuerda de las cortinas en medio de un huracán alcohólico que mueve la habitación como una barca en medio de un temporal, no es nada digno ni serio ante Doña Elvira.

Con que un sustituto eh? Cojonudo porque es verdad que llevaba una semanita de perros. Decidí que las señoras tenían razón y me dormí de nuevo, aunque me notaba aun algo pedo. A la hora me despertó un susurro y el ruido de unos cajones que se abrían y cerraban con suavidad.

Giré con cautela un poco la cabeza, para tener mejor ángulo y me quedé totalmente idiotizado mientras Elvira de espaldas a los pies de la cama se estaba terminando de poner una bata de seda azul oscura, pero antes de eso, la pude ver de espaldas, con unas braguitas que sin ser tangas no se correspondían con su forma de vestir, su pelo rubio y largo hasta casi la cintura le colgaba húmedo, su rotunda espalda y sus maduras caderas sin casi celulitis con un culo poderoso y muy bien formado, me puso la polla como a un toro bravo, solo fue un momento, pero se grabó en mi retina para toda la vida. Debí hacer algún ruido o quizás gemí de excitación, pero se giró inmediatamente y me sometió a un escrutinio visual. Se acercó a mi y sentándose en la cama a mi lado, posó su mano en mi frente, buscando quizás algún síntoma de fiebre. Le cogí la mano y se la besé.

Me miró con cara seria pero no contrariada.

-Elvira tengo que pedirle perdón por lo de ayer por la noche, no se que concepto pueda ud. tener ahora de mi, pero antes de que me riña o que me diga que marche, quiero que sepa que para mi vivir aquí, es lo más cercano que he conocido a vivir en como en mi casa. Tanto Simona como Valeria me han cuidado más como a un hermano que como a un cliente y de ud. que voy a decir……..ah por favor dígame el importe del jarrón y se lo abonaré con gusto.

-¿Qué, crees que soy como una madre para ti? Me dijo con cara socarrona y risueña, mientras me hacía gestos para que me olvidara del jarrón.

-Para nada Elvira, debo reconocer que su seriedad y su planta me impone mucho, pero soy de carne y hueso y debo decirle sin ánimo querer molestarla que ante mis ojos es ud. una mujer tremendamente atractiva y hermosa, con una clase increíble y por favor …déjeme terminar no entiendo que quiera estar sola, vamos que no lo entiendo.

Siguió mirándome con cara enigmática y una ligera sonrisa que me perturbó, su expresión facial estaba mutado, su ojos se estrechaban y su boca se entreabría mientras se humedecía los labios repetidas veces. Por defecto profesional, me empecé a fijar en sus signos externos de excitación, allí estaban todos, el ligero sonrojo facial, las pupilas más dilatadas, el cambio en la respiración, las marcas de sus pezones en la seda de la bata, la mirada ansiosa, ……..yo estaba que podía abrir chapas de cerveza con el nabo.Se fue acercando poco a poco hasta que puso la punta de su lengua en mis labios y me besó. Es un decir, su boca era una lamprea (afortunadamente sin dientes) que succionaba mi lengua hasta casi hacerme saltar las lágrimas. Continuó en dirección a mi pecho , realizó dos perfectas curvas con derrapada de lengua en mis dos pezones y siguiendo los pelillos que tenemos del ombligo para abajo, se dirigió con decisión al elástico de mi slip, el cual desapareció a toda velocidad en dirección a mis tobillos. Se incorporó un poco y mirándome a los ojos mientras me la agarraba con las manos y empezaba a masajearla con suavidad me dijo - me gusta tu polla, me la voy a comer.

Se agachó y empezó una comida de polla memorable, mas banquete que comida, era gula lo que Elvira debía sentir en ese momento, en ocasiones la tenía que detener porque incluso en su ansia me hacía daño. Que cacho de zorra era, se la comía con parsimonia estudiada, pero con fuerza y profundidad, haciendo ruidos de todo tipo, parecía que le hacía gracia como sonaban los chupetones que me daba en la punta.

Me vacié mientras intentaba desesperadamente sacar la polla de su boca (un caballero no debe correrse sin permiso de la propietaria de la boca donde descarga, al menos yo lo pienso así), pero no tuve ninguna oportunidad, Elvira sabía lo que tenía que hacer en cada momento,

Siguió chupando al mismo ritmo mientras apartaba mi mano de su pelo. Su boca quedó llena de semen. Me quedé expectante, lo escupirá seguro pensé, cerro los ojos y durante un minuto se mantuvo totalmente pasiva, luego escuché un ruido de tragar mientras ella abría su bellos ojos y con una sonrisa pícara me volvía a mirar.

-Ufffffffffffffffffff. Elvira, estoy alucinado. Eres increíble, me has hecho tocar el cielo y el infierno para terminar en tu gloriosa boca. Ella me sonrió y me dijo : -¿sorprendido?

-Gratamente sorprendido, no me equivoqué contigo, eres formidable.

Le empecé a besar y me preparé para conquistar esa montaña, aunque gastara todo mi ejercito en la gesta. Le lamí, comí y frote con mi boca y mi polla sus bonitos y grandes pezones, mientras le comía el coño, el cual se había convertido en una destilería de los mejores jugos que un hombre puede tomar (recordad siempre que, un buen coño debe ser comido de forma obligatoria) la penetré y estuvimos follando en varias posiciones. Estaba estrechita, parecía que ese horno llevaba tiempo apagado. Se lo estaba pasando de miedo y yo no veas…..era apasionada y hasta algo violenta, me pegó dos arañazos en la espalda y un mordisco en el hombro. Vaya día que llevaba, más marcado que Espartaco cuando lo crucificaron. Entre gemidos y sollozos, me dijo: -por favor, por favor no te corras que me puedes preñar

Yo estaba a punto de reventar y la saqué rápidamente, para regar su vientre y sus abundantes pechos. Lancé unos cuantos poderosos chorros de espesa leche que fueron a parar en sus tetas, barbilla y vientre. Me quedé de rodillas encima de ella con los ojos cerrados y respirando agitadamente. Noté como su boca atrapaba mi pene y lo lamía con delicadeza. A los pocos instantes, recuperó a mi soldadito y se dispuso a morir hundiéndose en su trinchera. Se montó a horcajadas y me ofreció sus tetas mientras se clavaba mi rabo en un solo movimiento, vamos como si hubiese entrado con piloto automático. Y entonces empezó a rotar….rotar…….delante y atrás………y vuelta a rotar, todo eso mientras se clavaba y desclavaba mi polla en su coño, con una potencia y un ritmo que evidenciaban un perfecta forma física y también un dominio consumado del arte de follar en esa posición, que más tarde la bauticé como "El molinillo".

Cuando la avisé se desclavó y me pajeó hasta que reventé en sus labios y mejillas. La puse perdida.

Me quedé boca arriba mientras ella, me besaba centímetro a centímetro en dirección a mi boca. Cuando llegó, me beso y probé mi semen, ella me observaba de reojo mientras me metía la lengua y se sorprendió cuando continué besándola sin dar muestras de asco alguno. Mis pequeñas heridas se habían abierto todas y las tiritas estaban manchadas de mi sangre. Los arañazos de la tigresa me escocían a rabiar y el mordisco del hombro, latía como un pequeño corazón. Eso opinaba mi cuerpo, pero si le preguntabas al estado mayor o al soldadito, la cosa cambiaba. Juro y perjuro que fue para mi el mejor polvo de mi vida. El morbazo que me producía esa señora, su experimentada forma de follar y el momento tragicómico fue simplemente perfecto. Demasiado perfecto. Me horroricé al comprobar con desolación que me estaba totalmente colado por ella.

Ella me cambió con delicadeza los apósitos, después de desinfectar nuevamente las heridas, me limpió las marcas de sus zarpas de gata, mientras me pedía disculpas socarronamente.

-Quiero que sepas que eres el primer hombre con el que me acuesto en los últimos cinco años. No creas que mi abstinencia es por educación, para nada. Soy hija de un importante inversor ya fallecido que en su momento y debido a mi alocada vida social y a mis excesos de todo tipo , decidió castigarme en vida y no esperar a que muriera. Simplemente me desheredó. Me metí a puta de lujo para mantener mi nivel de vida. Fue mi peor error, una noche unos jeques se emborracharon y después de hacerme todas las perrerías que puedas imaginar, incluido defecar y haceme comer su puta mierda mientras me daban una manta de palos en todo el cuerpo para que no me opusiera a sus depravaciones. Desperté en el hospital, con varias costillas rotas y múltiples traumatismos. A esos hijos de puta no les pasó nada, tenían pasaporte diplomático. Un empleado de su embajada se presentó y me entregó un sobre diciéndome: -mi jefe le pide disculpas y le quiere dar una compensación.

Dentro del sobre habían 10.000 dólares. Lo mire con odio, pero acepte el sobre. Cuando me quedé sola, empecé a llorar y a maldecir mi estupidez. Me dieron el alta y dejé el tema del puterío, me limité a vivir con lo que tenía volviendo con una hermana con la que tengo muy buena relación. Vive en una gran casa situada en mi provincia de origen. Al poco tiempo mi padre falleció y en la lectura del testamento, había una modificación de mi situación testamentaria. Me había medio perdonado y sin llegar a recibir la parte que les tocó a mis hermanos, me dio la propiedad de esta casa y un capital de unos 10.000.000 €. Como ves no estoy descalza. Decidí que ya había conocido demasiados hombres y me retiré de la circulación. No quise hasta ahora tener a ningún hombre cerca de mi.

-Pero Margarita, como te has podido aguantar …vamos quiero decir….

-Te entiendo, pues con juguetitos como la mayoría de las amas de casa de nuestro país, cuando el marido no puede satisfacerlas o no quiere que es peor, unas tienen sus vibradores, otras su bolas chinas y otras su pepinos o plátanos. Lo decía mientras se reía suavemente, daba miedo contemplar tan poderosa hembra , capaz de desarrollar miles de caballos de potencia sexual, mirarme tan tiernamente mientras contaba sus vivencias con cara indefinida.

Me acerqué a ella y le dije: Eres una mujer extraordinaria. Es una lástima que los de mi sexo se hayan perdido una hembra como tu durante tantos años. La besé y volvió a responderme, pero después me paró señalándome las heridas.

-Doctor, si continua moviéndose, lo tendré que atar a la cama. Sus heridas se pueden abrir, relájate y procura no moverte, déjeme que yo le cuide. Se agachó y pude ver como mi soldadito era engullido como su polo de fresa por su boca. Después, con sumo cuidado, la puso entre sus pechos y empezó a hacerme un cubana lubrificada por la saliva que lentamente dejaba caer de su boca para filtrarse por su canal y lubricar mi polla. Cuando vio que empezaba a encogerme, se la puso en la boca y comenzó a tragársela . Me corrí como un desesperado, mientras ella hacía movimientos con su lengua entorno a mis pelotas. Era una maestra en el arte de la felación.

Mientras ella continuaba jugando con mi polla, pasándole la punta de su lengua y recogiendo las gotitas que lentamente aun fluían, yo dejaba ir mi imaginación y pensaba ¿Cuánto me habría costado esta sesión de sexo mágico cuando ella trabajaba de profesional? Me sorprendió mi propia respuesta: nadie puede pagar lo que te ha hecho esta mujer hoy, porque lo ha hecho por deseo y pasión. Esas sensaciones …..no tienen precio.

Continuará

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