Médico de pueblo 5

Fede va tener que pasar por la prueba más dura de su vida.....

Médico de pueblo 5

Durante las siguientes semanas, tanto el padre de Montse como ella en menor medida, me tuvieron informando de todo el gran follón que como podéis imaginar se montó. La correspondiente denuncia y detención de ese personaje. El registro en su casa y la localización de la cámara escondida…La orden judicial donde se le ordenaba al servidor de la web, para que retirara ese video y la consiguiente investigación para determinar si las demás clips había sido colgados sin consentimiento.

Todo este lío no le sirvió de mucho para desgracia de Montse. En esos momentos el video corría libre por Internet y se podía encontrar con relativa facilidad. Montse estaba totalmente deprimida y no quería salir de casa ni coger el teléfono (eso me lo contaba su padre). Estaba preocupado por su salud. Ella me tranquilizaba diciéndome que se encontraba mejor, que la estaba tratando un psicólogo y que se sentía con más ánimos Soy médico y no es tan fácil engañarme. Sabía que la vergüenza y el remordimiento llevados a esos extremos, son muy peligrosos para la salud mental de una persona y salvo que ella fuera capaz de superarlo, la situación la podría consumir.

En mi vida cotidiana, mis tres madres adoptivas, me trataban con cariño y comprensión. No volví a beber, tampoco recibí visitas misteriosas, ni Elvira me insinuó que pasara un rato con ella. Me llamó Elena para vernos, le dije que tenía que marcharme unos días y que la llamaría a la vuelta. Me contestó que no tardara mucho, que la tenía caliente y quería verme. Me recriminó que no la llamara y que tampoco fuera a verla al pub. Pude convencerla de que había tenido un trabajo infernal y que estaba totalmente agotado. Me contestó que me tomara vitaminas, porque cuando me pillara las iba a necesitar. Nos despedimos, la verdad es, que estaba totalmente inapetente. Simona y Valeria no podían creerse que no les revisara con disimulo sus encantos como siempre había hecho de forma discreta y sin ofenderlas. Las miraba como si no las viera en ocasiones.

Me lo monté para conseguir 3 días y me marché a Madrid. Elvira me llevó al aeropuerto y a pesar de mis protestas, se negó a que me fuera solo en mi coche. Volví a pensar en su privilegiado sentido de la oportunidad. Por sus insinuaciones, tenía muy claro que si mi visita a la capital, terminaba mal, mi vuelta en coche podría ser condimentada con grandes dosis de alcohol. De esa manera, o volvía en taxi o ella venía a buscarme.

-Elvira, quiero que sepas que no he conocido nunca a una mujer como tu. Te lo digo con sinceridad, me tienes comiendo en tus manos y la verdad sea dicha, no me importa en absoluto. Tengo miedo de lo que voy a encontrarme. Si le digo a Montse que quiero interrumpir nuestra relación, en su estado, puede cometer cualquier tontería.

-Federico si aun sientes algo aunque solo sea amistad por ella, debes intentar subordinar tus sentimientos a los suyos. Solo cuando veas que ha salido de este bache, puedes tomar decisiones, pero solo es mi opinión, tu verás.

Me dio un beso de tornillo delante de la gente, sin importarle si nos miraban o no. Me dijo antes de dejarme ir, que no me sintiera desgraciado que había gente que me quería y que todo terminaría solucionándose.

Montse estaba esperándome cuando se abrió la puerta de las llegadas. Me abrazó con una intensidad que casi me cortó la respiración. Nos fuimos a cenar y evitamos hablar de nuestras desgracias.

Bebió bastante, mucho más de lo habitual en ella. Me quitó la ropa y se desnudó. Empezó a acariciarme todo el cuerpo, para detenerse en mis pezones y trabajarlos con su lengua. Después empezó a mamarla de forma diferente, profunda, tragándose mi polla como nunca lo había hecho. Me empezó a lamer el ano y con delicadeza me metió un dedo, observándome por si rechazaba esa caricia, al ver mi complacencia, me lo metió hasta el fondo mientras seguía tragando con entusiasmo. Se me fundieron los plomos y exploté como un cohete. Sin darme a penas tregua, me la volvió a poner bien dura y me cabalgó hasta el infinito y más allá…. yo le estaba devorando su rico sexo mientras mis dedos jugaban con su desarrollado clítoris, cuando me pidió que le acariciara el ano. Empecé a besarlo y lamerlo, cogí el bote de lubricante que ella misma me proporcionó de manera despreocupada. Comprobé mientras lo abría que estaba por estrenar. (soy muy detallista y me fijo mucho en todo. Si el bote estuviera empezado, habría sin duda sospechado de ella) cuando le metí el primer dedo, aproveché para untar todo el conducto y su esfínter. Luego empecé con dos y al final metí tres dedos e inicié un movimiento de mete y saca mientras le trabajaba con mi boca su rico coño. Ella con algún gritito de dolor, se acopló a mi movimiento y volvió a correrse. Cuando la vi muy preparada, comencé a sodomizarla. Llegué lentamente a meter hasta la mitad y me paré para que se acostumbrara. Ella se quedó un momento quieta gimiendo y después, poco a poco su culo fue retrocediendo hasta empalarse ella misma. Volvió a gemir, respiró profundamente y solo me dijo "dame caña". Fue el pistoletazo de salida, empecé un bombeo machacón mientras le acariciaba sus tetas y le friccionaba el clítoris con intensidad. Se corrió e incluso soltó algunos chorros de pis incapaz de controlar sus esfínteres . Continué sin piedad y volvió a correrse a los pocos minutos, en ese momento me vacié y mi prolongada abstinencia voluntaria hizo que mi polla escupiera interminables ríos de semen en su culo. Cada vez que sentía mi siguiente contracción, aprovechaba para clavársela a fondo y así hasta caer sobre su espalda totalmente vacío. Esa noche fue tremenda. Me dijo que le pidiera lo que quisiera que ella me complacería. Vaya si lo hizo. Fue el mejor encuentro que he tenido con Montse hasta la fecha. Me quiso demostrar que no estaba bloqueada por lo que había sucedido y que estaba dispuesta a ofrecerse sin reservas cuantas veces me apeteciera. Tumbados en la cama, abrazada a mi, sin mirarme, empezó a romperme el corazón .

-Fede, lo he estado meditando mucho y dentro de 10 días, empiezo a hacer unos cursillos en EEUU sobre mi especialidad.(ella era pediatra) , no te lo he comentado antes porque tampoco yo estaba convencida. Voy a estar un año fuera cariño, aunque mi corazón no va ha venir conmigo, quiero que se quede contigo aquí. No te estoy pidiendo que me esperes, pero al menos que lo consideres. Eres libre de hacer lo que creas que más te conviene, pero solo te pido que pienses un poco en mi y que sepas que siempre te voy a querer. (Bajó la vista y cerró con fuerza los ojos, aguantándose sus ganas llorar). La miré con gran congoja. No sabía que contestarle.

-Compréndelo, estoy en boca de todos y tengo tanta vergüenza que no puedo mirar a nadie a la cara. Tengo la sensación que todo el mundo lo sabe y piensan que soy una zorra exhibicionista, como ya ha llegado a mis oídos. Necesito un poco de tranquilidad y ver las cosas con cierta distancia. Adela y Marta van a hacer esos cursos y llevan tiempo animándome. He decido apuntarme y así viviremos juntas en Boston. Tengo previsto a la vuelta solicitar un destino cercano al tuyo y marcharme de Madrid. Con mis nuevos conocimientos, seguro que lo consigo con cierta facilidad. Te voy a echar mucho de menos, pero debo hacerlo. Solo te pido una promesa, júrame que independientemente de que estés solo o con alguien, cuando vuelva de allí, tendremos una cita, júramelo.

-De acuerdo Montse, pero has pensado en mi? Que tengo que hacer, hacerme fraile y esconderme en un monasterio. Matarme a pajas mirando películas X Que pasa con mis sentimientos o con mis necesidades?.Que hago cuando quiera invitar a mi novia a pasar un fin de semana. Me voy a Boston o vienes tu a mi pueblo?

-Cariño, tienes mi total permiso para que vivas tu vida sin tener que darme ningún tipo de explicación durante ese tiempo. Tampoco te pienso preguntar cuando y con quien te has acostado. Creo que eso puede compensar algo el daño que te he hecho y que me he hecho yo. Pero quiero que sepas que durante ese tiempo no pienso permitir que hombre alguno se me acerque . Ese castigo me lo he impuesto yo misma y pienso cumplirlo.

Me dejó desarmado. Su aplomo y lucidez mental, me sorprendieron. Este terrible episodio en su vida la había hecho madurar y no había conseguido destruirla. Me dolió su decisión y a la vez, me tranquilizó su fuerza y determinación.

Pasamos ese tiempo como si fuera las últimas horas del fin del mundo. A penas salíamos de mi apartamento, desnudos las 24 horas y amándonos como dos náufragos.

La despedida no la voy a contar. Fue algo íntimo y duro. No me extenderé más en ese doloroso momento. (quizás en otro capítulo, si es que la saga continúa)

A punto de embarcar, llamé a Elvira y le dije que la invitaba a cenar si me recogía en el aeropuerto, se lo pedí como favor personal diciéndole que necesitaba hablar con ella. No puso objeción alguna, salvo preguntarme donde pensaba llevarla. Le contesté que al mejor restaurante de la ciudad. –Vale, Federico, me vestiré para la ocasión y reservaré una mesa en el restaurante " El rincón del Boticario", he estado varias veces allí y nos tratarán bien.

Salí por la puerta de llegadas y me la encontré de frente. Que pasada de mujer. Vestido negro, escotado, perfilando como una segunda piel su poderoso cuerpo y con un corte estratégico que dejaba buena parte de su regia espalda al aire, su falda, a 5 dedos de su rodilla con un corte lateral muy sugerente. Sus largas y bonitas piernas enfundadas en unas medias a simple vista bonitas y caras. Bolso y zapatos a juego, con un chal envolviendo todo el conjunto y discreta pero perfectamente maquillada, pocas joyas pero muy caras sin duda. Como ejemplo, en su estilizado dedo lucía un solitario diamante del tamaño de un garbanzo. Su mirada, una mezcla de indiferencia pero algo socarrona, observó de repente a un galán que más lanzado que el resto de los embobados admiradores, hizo un intento de entablar contacto y conversación con ella. Lo despachó con dos capotazos y una estocada –estoy esperando a mi marido, quiere hacer el favor de marcharse, me está molestando.

Con dos cojones…. se acercó a mí y me dio un beso cariñoso y un abrazo muy cálido y prolongado, me derretí solo de sentir su calor y su perfume. Los admiradores, me miraban con rostros que reflejaban muchas emociones "que suerte tienes cabrón" "joder pero si es más joven que ella" ….me imagino los comentarios.

Entramos en el restaurante y vi que había reservado una mesa en una esquina. El dueño del restaurante apareció como por arte de magia y tomando la carta, apartó con discreción al camarero y nos tomó nota el mismo. Estaba claro que ella había venido más veces y que el estaba totalmente enchochado con mi querida Elvira. Ella lo trató con corrección pero con cierta distancia.

-Como fue Federico, está la cosa mejor?¿Lo has podido solucionar?

Pedimos un aperitivo y empecé a contarle las novedades. Me escuchó con atención y me dijo que a pesar de ser una temporada larga, quizás Montse había tomado la decisión correcta. La cena con ella fue divertida y muy agradable. La comida un 10. La compañía un 1000. Volvimos a la fonda y me hizo pasar una noche cargada de pasión, lujuria y sexo desenfrenado, dirigido magistralmente por ella, mientras yo intentaba hacerla gozar con todas mis fuerzas. Nos despertó la claridad del día abrazados en un lateral de mi cama. En ese momento la amé como nunca he amado a una mujer.

Continué con mi vida habitual, ahora regada por sus maravillosas visitas nocturnas. Le dije que Elena, la chica del pub, es posible que se presentara en cualquier momento. Se rió con su tono habitual y me dijo –quiero que te la folles mientras yo lo contemplo. Me da mucho morbo ese encuentro. Coño, me la quedé mirando mientras se desperezaba como una gata y me miraba viciosamente.

-Te daría corte hacerlo sabiendo que yo estoy presente?

-No, creo que me daría mucho morbo y me calentaría un montón, hasta te invitaría a participar

-Pues ya sabes, cuando sepas que día viene, hablamos del tema y lo preparamos. Sobre lo de participar, cuando se marche hablamos, a mi me van los hombres, vas a ver como te hago participar yo… Era tan natural y coherente con su forma de pensar, que me quedé nuevamente maravillado. Además no le asustaba casi nada. En según que situaciones, tenía más cojones que muchos tíos que conozco.

Me mantenía casi cada día en contacto con Montse, la notaba con muchas ganas de estar conmigo y a la vez, muy centrada en sus estudios. Nos conectábamos y con las cam muchas veces hacíamos numeritos de masturbación y demás para el mutuo disfrute. La verdad es que la echaba mucho de menos y creo que ella aun más a mi. Hacíamos planes para vernos en nuestras vacaciones.

Elena no volvió a llamar. Me extraño. Poco después, un día que visité mi pub favorito y de paso quise saber que pasaba con su silencio, me enteré por otra camarera, que el novio la había pillado con el batería de un conjunto de moda que había tocado en la ciudad y después de pegarla una paliza la echó como a un perro. Que hijo de puta, para eso se dopaba los musculitos, para pegar a mujeres. Lo vi en un rincón del pub. Tuve la tentación de probar la resistencia de su craneo contra el vidrio de una botella de cerveza, pero pensé que esa noche dormiría en los calabozos. "arrieros somos y en el camino nos encontraremos…" Si tengo ocasión me juré a mi mismo hacerle pasar un mal rato a ese patán.

Las cosas se mantuvieron apaciblemente hasta que una semana antes de primavera, me llamó Valeria a mi habitación de madrugada. Estaba muy alterada y casi llorando me dijo .Fede corre… levántate… Elvira se encuentra mal. En ese momento desperté como un resorte y me puse unos calzoncillos frente a Valeria. No me iba a presentar en pelotas por mucho que supiera que ellas estaban al corriente de nuestra discreta relación. Elvira se encontraba con una crisis dolorosa que la hacía encogerse en posición fetal. La conseguí relajar un poco y la explore mientras ordenaba a Simona que encendiera todas las luces. Puede apreciar que el dolor abdominal se irradiaba incluso a su espalda. Mirándola con atención, ahora que estaba sin maquillaje, percibí cierto tono amarillento en su piel y en sus ojos. Hacia algunas semanas que había perdido algo de peso y lo atribuía a que tenía digestiones muy pesadas últimamente. La traté de esos días de los síntomas y le dije que le tomaría unas muestras para hacerle un análisis completo (heces, sangre y orina), se negó en redondo y me trajo el que la Mutua médica le había practicado hacia unos meses, diciéndome, mientras me lo entregaba que estaba todo bien. Revise el análisis y todos los parámetros aparecían correctos. Aun así insistí sin ningún resultado. Cuando decía que no, era que no.

Ahora, después de mi examen estaba casi convencido que Elvira sufría un problema de páncreas o de hígado. Tenía incluso décimas de fiebre. Revisé sus cajones y encontré varias cajas vacías de analgésicos, la mire con rabia mientras se las enseñaba.

-Elvira cuanto hace que tienes estos dolores, escondiéndolos, atiborrándote de calmantes para aguantarlos, joder, contesta? Hice la pregunta mirándola con cara de pocos amigos.

-Fede….me duele con esa intensidad…..hace unos 15 días, pensé …que no era importante.

Me arrepentí de hablarle con ese tono y acercándome a ella, le di un beso tierno en la boca sin importarme los testigos. Tampoco ellas se inmutaron y siguieron arremolinándose en atenderla, como abejas obreras en torno a su reina. Llamé a una ambulancia y me fui a mi habitación para coger mi maletín. Le puse a Elvira una inyección para que se relajara y para reducir el dolor que la atormentaba. Preparé un informe y una carta para el jefe de urgencias, con el que mantenía una buena amistad. Le rogué que la cuidaran lo mejor posible y que me informara en cuanto existiera un diagnostico concreto.

Nos despedimos de Elvira con los ojos húmedos, mientras, ella nos hacía una sonrisa algo forzada y dejaba caer su cabeza con un rictus de dolor para recostarla en la almohada de la camilla. Simona la acompañó en la ambulancia.

Fuimos a visitarla al día siguiente y no pude localizar a mi amigo, tenía el día libre. No quise enredar mucho, sabía que aun faltaban varias pruebas y había que tener paciencia y esperar.

Estaba cenando con las chicas, cuando sonó mi celular. Me levanté y atendí la llamada de un número que no me era familiar.

-¿Si quien llama?

-Hola…. Eres Fede verdad?…. Soy Felipe del Cínico-Universitario, lo siento pero tengo malas noticias.

-Hola Felipe (jefe de urgencias del hospital) , es grave?

-Fede, tu amiga tiene un cáncer de páncreas con metástasis al hígado y al estómago. Su grado y la expansión recomiendan realizarle un tratamiento paliativo. No es operable y la quimio o la radio no van a poderlo contenerlo. Sabemos ya que es muy agresivo por la velocidad con que se ha extendido.

Me empecé a sentir mal, las chicas no podían escuchar bien la conversación, yo me encontraba de espaldas, pero noté un silencio inquietante en la habitación..

Solo le hice una pregunta mientras me podía una mano en la frente y casi me dejaba caer en una silla -¿Cuánto tiempo le queda? las lágrimas empezaron a inundar mis ojos. Simona se levantó y chillando –nooooo…, se puso a llorar desesperadamente. Valeria me miraba como una enajenada mientras su cuerpo empezaba a temblar y las lágrimas le brotaban incontrolables.

-No creo que pueda aguantar ni cuatro meses, si se lo intentamos tratar, quizás dure un año, pero tu ya sabes en que condiciones….lo siento Fede, de verdad, es una mujer extraordinaria y muy bonita. Siento ser yo quien te lo diga. Si necesitas apoyo del hospital, ya sabes……venga nos vemos.

Colgué y me fui a dar una vuelta por los jardines. Luego, cuando me cansé de llorar, volví a mi pequeño apartamento. Intenté conciliar el sueño pero me fue imposible.

Esa noche las chicas se presentaron en mi habitación y se metieron en mi cama. No fue nada sexual. Nos abrazamos como niños pequeños y nos dormimos.

Fueron los 3 meses y medio más dolorosos de mi vida Elvira alternaba temporadas en el hospital y en su casa según su estado de salud. Ante mi impotencia y desesperación, Elvira fue lentamente languideciendo, abrasada por el dolor, mientras, perdía peso y sus vómitos llenaban palancanas. Que terrible y destructivo es ese tumor. Casi me lió a hostias con el farmacéutico por olvidarse de solicitar una nueva partida de morfina. Creo que a mi colega le dije cosas realmente espantosas mientras le tenía cogido por la pechera de su bata. Fui con mi coche al hospital y conseguí una reserva extra de opiáceos por si eran necesarios para controlar mejor sus episodios dolorosos en casa, mi amigo el Dr. Felipe me los proporcionó, responsabilizándose personalmente de la entrega. Me puso el paquete en la mano, mientras, me decía con voz impersonal pero cargada de intención –Vigila Fede…..como seguro que en este momento Elvira debe sufrir fuertes dolores, ya sabes que una sobredosis de esto puede que duerma al paciente y no vuelva a despertarse, ya me entiendes, verdad….depende mucho de la cantidad. (Como si yo no lo supiera).

Cuando el desenlace se acercaba, la trasladamos del hospital a su dormitorio. Me prepare y mentalice para vivir la prueba más dura de mi vida. Me mantuve a su lado todo el tiempo que pude robarle al sueño o a mi trabajo.

Una noche, aprovechando que Elvira tenía un buen rato, les dije a las chicas que quería hablar con ella a solas. Llevaba todo el día murmurando mi nombre y pidiendo mi ayuda. Cuando quedamos solos, mi bella Elvira me miró con ojos febriles y me dijo

-Fede….quiero pedirte algo… que solo se lo pediría a la persona que amo y hace tiempo que esa persona eres tu. Estoy sufriendo mucho y quiero descansar. Se que para ti debe ser terrible hacer algo así, pero yo necesito irme ya. No tengas remordimientos, si lo haces...para mi será un acto supremo de amor. Aunque te sientas desgraciado, quiero que sepas que he sido muy feliz contigo durante todo este tiempo y solo me apena no haber pasado más ratos juntos. Debes consultar tu conciencia. Lo que decidas lo entenderé

Yo comencé a llorar desconsoladamente y me abracé con cuidado a su desmejorado cuerpo. Estaba ardiendo de fiebre y su dolor podía sentirlo en la tremenda tensión de sus brazos cuando me abrazaba.

-Lo que quieras..de verdad… Elvira….incluso lo que me has pedido, lo haré por ti.

-Gracias cariño, quiero hablar un rato con ellas……llama a las chicas y luego vuelve conmigo, pero ven preparado. Vi por su expresión, que la morfina empezaba a perder su efecto y el dolor volvía otra vez.

Salí de la habitación con el corazón en un puño y los ojos arrasados, me dirigí a mi maletín. Preparé lo necesario, mi ética combatía a muerte con mi amor por ella y como debe ser, la ética perdió el pulso. Esperé un buen rato para que tuvieran tiempo y hablaran de sus cosas. Me dirigí hacia su cuarto arrastrando las piernas, me costaba hasta andar. Entré en su habitación. Las tres lloraban, Elvira con cierta dificultad por los dolores que sufría. Se habían despedido.

Salieron sin necesidad de pedírselo. Bese muchas veces sus labios con mis ojos inundados de dolor. Entonces, Dios me perdone, rompí mi juramento hipocrático y con mano temblorosa, inyecté la solución en una de las vías que tenía en su brazo. La abracé con fuerza, mientras, su bonita voz, me decía muy flojito a mi oído "gracias amor…..te quiero" se durmió y murió en mis brazos, tranquila, sedada y sintiéndose amada. Me sentí vacío. Me encontró Simona abrazando su cuerpo y meciéndola con delicadeza. Certifiqué su muerte y empezamos a preparar su entierro mientras el dolor nos tenía totalmente derrotados. No quiso que se avisase a nadie de su familia. Lo respetamos.

Celebramos el entierro y la acompañamos hasta su última morada. Simona y Valeria se abrazaban para no desplomarse allí mismo. Fue muy triste.

Al mes fuimos los tres al notario. Me lo pidieron las chicas. Me dijeron que estarían más tranquilas si las acompañaba. La última voluntad de Elvira fue declarar herederas universales a sus queridas Simona y Valeria. Me lo suponía y me alegré un montón. Ella las trataba como si fueran sus hijas y ellas vieron siempre a una madre en Elvira.

Les pregunté a la vuelta que planes tenían. Me cogieron cada una de un brazo y me dijeron que les apetecería visitar la ciudad y cenar juntos. Se vistieron como dos diosas del placer, pero con mucha clase. La influencia de Elvira tenía la sombra muy alargada. Las llevé, (lo tengo que confesar, muy orgulloso de su compañía) en el coche y de nuevo, al restaurante donde Elvira y yo cenamos varias veces. Cuando el dueño se enteró de la muerte de Elvira, lo vi muy afectado y le di una palmada en el hombro. Es difícil no caer en el embrujo de semejante mujer. Simona me dijo que de acuerdo con Elvira, seguirían con el negocio. De hecho hacía tiempo que asumían las responsabilidades alentadas por ella. Las vi confiadas y tranquilas. Contratarían una persona más para completar el equipo ya formado. Así ambas, tendrían más tiempo. Dinero les sobraba, de hecho, solo manteniendo los fondos contratados por ella, podían vivir sin dar un palo al agua muchos años. Pero eran honestas, trabajadoras y le había prometido a ella, tener el negocio abierto al menos 5 años.

Nos fuimos a una disco y casi me linchan de envidia los tíos presentes. El resto de la velada, nos sentamos en un reservado alejado de la pista. Valeria se fue a bailar. Al momento se formó una guardia de admiradores que la asediaban con bastante poca fortuna. Debo decir que la "cándida" Valeria los manejaba como peleles y los hacía comer en su mano en perfecta formación. Simona y yo desde el reservado no perdíamos detalle y nos partimos de risa cuando varios de ellos salieron de estampida para conseguir la consumición que ella les acababa de pedir.

-Pobres, Valeria se los va a comer con huesos y todo. Le dije a Simona.

-Valeria sabe cuidarse muy bien ella solita, Federico. Me lo dijo riendo pero afirmándolo.

-Simona quiero preguntarte una cosa íntima

-Te estas poniendo tierno conmigo guapetón?

-En alguna ocasión he recibido una visita muy especial durante la noche.

-Que afortunado. Me miró sonriendo y me dijo -¿Te gusto al menos?

-Me encantó y debo decirte que las encuentro a faltar. Crees que podrían volver a comenzar?. No se, no quiero presionar, pero me siento muy solo y para mi vosotras sois muy especiales y a la vez excepcionales, pues tengo sentimientos parecidos como si fuerais las hermanas que no he tenido y a la vez me tenéis siempre caliente…no …no te hagas la despistada, crees que no veo como me provocáis con disimulo, o esas frases con doble sentido…esos dolores tan extraños que tenéis de ves en cuando y que tengo que examinar, palpando siempre zonas muy concretas de vuestro cuerpo.(se me escapaba la risa mientras se lo contaba). Tengo que recordarte que he palpado un montón de ves vuestros pechos y nunca he conseguido encontrar ni uno solo de esos bultos imaginarios que siempre tenéis.

-Bueno, Federico, entonces... estamos bien de salud, no? se había estado tronchando de risa mientras se lo explicaba.

-Simona estoy seguro que fuiste tu, Valeria no tiene conmigo la confianza que tu y yo tenemos, sabes que siempre has sido un poco mi debilidad desde la noche que viniste por primera vez a mi habitación, como yo se que siempre has estado pendiente de mi.

-Vale, prepárate, porque pasará cuando menos te lo esperes. No cuando a ti te apetezca...

Morbosilla pensé y volví a repasar su bonita y graciosa figura. Valeria mientras, hacía estragos en la pista, hasta dos energúmenos se estaban dando varios empujones en ese momento. Pensé que la cosa se estaba desmadrando. Me acerqué con cuidado, no fuera que algún galán con las hormonas alteradas me intentara agredir. La hice un gesto y se acercó a mi taconeando provocativamente, pasando del personal babeante que la rodeaba..

-Valeria cariño, la estás liando parda. El combate de boxeo creo que comenzará en breve, anda no seas mala y elige a alguno que te guste, para que los demás empiecen a retirarse con el rabo entre las piernas o vente al reservado. Los tienes a todos más calientes que el rabo de una sartén y se van a zumbar entre ellos de un momento a otro.

Ella se puso a reír a carcajadas mientras se me agarraba a los hombros y apoyaba sus imponentes tetas en mi pecho. Estaba un poco pasada de vueltas. Los galanes la habían alimentado a base de cubatas. Se abrazó a mi mientras me decía al oído –ya lo he elegido….y empezó a bailar lento en medio de una monstruosa tormenta de decibelios sonando de fondo. Vaya par. Bailando agarrados mientras la música megamaquinatotalmix nos destrozaba los tímpanos. Los candidatos empezaron a retirarse y para mi consternación, dirigir sus ávidas miradas a Simona. Cogí a Valeria y volvimos al reservado. Aun me estaba sentando cuando apareció un totolaba algo tocado. Pasando olímpicamente de mi presencia, les dijo con chulería -¿Cuál de las dos no está con este?.Señalándome con su dedo. Lo miré con cara de perro y le medí de arriba abajo para ver mis posibilidades. Habían muchas de que el tontoloscojones saliera escaldado, pero entendí la trampa, si se atrevía con un tío como yo, a priori bastante más alto y fuerte que el, es porque tenía previsto contar con la ayuda de sus colegas.

-Las dos estamos con el… sabes…capullo, el ya era más hombre de niño de lo que tu lo serás en toda tu vida. Lárgate una vez. (joder con Simona y su concepto de quitar hierro a la situación, me veía repartiendo y recibiendo mamporros en pocos segundos)-¿No has escuchado a mi amiga? Gritó con fuerza Valeria mientras lo miraba muy cabreada.

El fulano hizo un intento con la mano de querer darle una bofetada a Simona y yo me levanté de golpe con la intención clara de cambiarle los dientes de sitio. En ese momento un segurata tan ancho y alto como un armario ropero de 6 puertas, cogió del brazo al chaval y mirándonos nos dijo -¿les está molestando? Yo le contesté que ya se iba, mirando intensamente al capullo Este captó el mensaje y la escapatoria que le ofrecía. Se marchó con el rabo entre las piernas, mientras el segurata me susurraba "no son malos chicos, pero si un poco capullos…ya me entiende verdad…buenas noches y le felicito por lo bien acompañado que está." Se fue pero se colocó estratégicamente vigilando al grupito de alborotadores.

Subimos casi a peso muerto a Valeria. Menuda tajada llevaba. Le quité los zapatos para que estuviera más cómoda y la aseguré el cinturón. Simona, aprovechando que el coche es automático, se quitó el cinturón de seguridad y me empezó con ciertas prisas a bajarme la bragueta, me sacó la polla y se puso a chuparla con suavidad, al momento, yo bajé la velocidad para poder controlar un poco. A los pocos minutos, noté que la tenía en la boca pero sin hacer ningún movimiento. Se había quedado dormida. Paré un segundo y mientras me subía la cremallera le puse otra vez el cinturón. Conduje con las princesas dormidas como troncos, jejejeje, hasta roncaban un poco y todo.

Cuando entré en la posada, mis bellas durmientes tenían el alcohol circulando a la velocidad de la luz por su venas. Las tuve que sacar del coche, quitarles la ropa y acostarlas juntas en la habitación de Valeria que era la más cercana a la puerta de entrada. Me senté resoplando del esfuerzo y me serví un lingotazo de whisky. Estaba totalmente despierto y sin síntomas de dormirme en breve plazo.

Volví a rememorar el momento más amargo de mi vida. Cada día lo revivía como una penitencia. Me recosté y con lágrimas en los ojos brinde por ella. Me despertó la claridad del día. Me desperecé y eche un vistazo a las niñas. Dormían a pata estirada las dos. Me duche. Si me metía en la cama, entraría en coma. Me senté en el salón con una jarra de café humeante y me fumé un cigarrillo. A las 7 y media como si fueran relojes suizos, se presentaron junto a mí. Fueron a buscar dos tazas y dejaron bien seca la cafetera. Simona se levantó a hacer una nueva. Miré a Valeria y le dije –cuando vuelva Simona tengo que confesaros algo que no puedo superar. Valeria me miró con tanto cariño que casi me hizo sonrojarme–no tienes que contarnos nada, Elvira nos avisó de lo que pasaría. Sabemos porque lo hiciste. Hay que ser muy fuerte para cargar con lo que tu cargas ahora. Y hay que amar mucho para romper con el juramento más sagrado de tu profesión. Fede, te queremos como a un hermano, pero también como al hombre que eres. Elvira no quería que sufrieras tu solo y lo compartió con nosotras. Ella te lo agradece allí donde esté y nosotras también. Se abrazó a mi y me dio un beso de tornillo. Así nos encontró Simona.

-Vaya, se va una a hacer café y mira lo que pasa….

-Simona, Fede quería contarnos lo que hizo por Elvira.

Simona se sentó a mi lado y me abrazó también. –Federico, no queremos que sufras más remordimientos. Elvira supo hasta el último suspiro que lo hiciste por amor. Sabía también que no te negarías pero que tampoco te lo perdonarías nunca. Nos preparó para aceptar su marcha y nos tranquilizó convenciéndonos que con tu ayuda, su viaje sería apacible, pero mi pobre amigo del alma, ¿Quién te preparó a ti para poder soportar el dolor de lo que tuviste que hacer para aliviar sus sufrimientos?. Salvaste a Elvira y te condenaste tu. Yo solo aspiro desde ese día a conocer a alguien que sea capaz de hacer un sacrificio así por mi.

Me emocioné. Me limpié con la mano como pude los ojos llorosos, intentado a la vez apartar de mi cara un pañuelo con olor a menta, que Simona de forma insistente, intentaba restregarme para limpiarme las lágrimas y les dije socarronamente mientras me quitaba sus brazos de encima –ahora mismo me casaría con vosotras, pero en este país la bigamia se paga con cárcel. Como comprenderéis no me apetece que algún degenerado me intente encular en la prisión mientras me estoy duchado, ni tampoco pasearme por los programas rosas de la televisión, explicando que me he vuelto mormón porque quiero casarme con dos rumanas que están muy buenas y forradas de pasta. Además os recuerdo a las dos que estoy comprometido y tengo novia. Y con pose digna, me fui hasta el pasillo y abandoné el salón mirándolas de reojo, mientras se descojonaban de risa.

Estaba metiendo la llave en mi puerta y aun podía sentir sus risitas cristalinas en el salón. Cuanto quería a esas chicas… entonces pude escuchar perfectamente como Simona le decía a Valeria –Pues verás la cara que va a poner cuando sepa que su amante misteriosa fuiste tu… aun piensa que fui yo la que entré esas noches en su habitación….y más risas cómplices. Os juro me las van a pagar

CROME

Nota del autor. Esta historia tiene tema para muchos más episodios, pero para mi, dada la intensidad de este en concreto, puede valer como capítulo final.