Meada en la calle. Segunda parte

Ahora me meo para ti, mientras me miras

Me hablaste un día sábado. Eran casi la 1 de la tarde.

Iba en el bus a casa, estaba pensando en ti y en lo mucho que te extrañaba. A ti, tu pico, el tono de voz cuando me humillabas y la forma en que me pedías que me corriera para ti.

-Avíseme cuándo esté en este lugar.

Era un lugar relativamente cerca de mi casa. Unos 15 minutos caminando rápido.

Mientras el bus avanzaba yo iba teniendo orgasmos, empapando la zorra

-De seguro ya tendrá ganas de chuparle el pico al hombre que está al lado tuyo. Debería estar de rodilla haciéndolo. Ese es su lugar.

Yo me excitaba porque sabía que en cualquier momento la persona que iba al lado mío podría leer lo que conversaba contigo.

Me imaginaba en el suelo del bus chupando pico de desconocidos, con la ropa y el rostro lleno de semen de los que se acercaban a acabar encima de mí.

-Ya me voy a bajar, Señor.

-Entre al supermercado, avance por cada pasillo, uno por uno, y en cada pasillo tendrá un orgasmo. Me irá detallando en que pasillo esté. Cada vez que tenga un orgasmo, mirará a un hombre a los ojos y le hará saber con su mirada que le regala SU orgasmo.

Para mi desgracia, no pude entrar al supermercado. La pandemia nos hacía tener permisos para entrar a comprar y había ocupado el mío recién.

-No pude entrar, Señor.

-Era probable que esto ocurriera. ¿Cuántos pasos cree que tenga un pasillo de supermercado?

Yo conté lo que pensé que sería un pasillo de supermercado.

-Unos 20 pasos, Señor.

-Lo mismo pensé. Entonces caminara y cada 20 pasos tendrá un orgasmo. No debe perder la cuenta de los pasos que da y tampoco debe perder la cuenta de la cantidad de orgasmos.

Cuándo tenga un orgasmo, no debe volver a cero, sino que seguir contando hasta 20 y así.

-Que difícil, Señor.

-Conmigo las cosas nunca han sido fáciles.

Me preparé mentalmente, recordándolo, deseando que estuviera cerca, mirándome y sonriendo desde lejos.

Empecé a contar los pasos y el sólo hecho de estar haciendo algo para Ud, me excitaba, me mojaba, me hacía acabar. A pesar del tiempo que no me usaba y de que no lo veía, causabas en mí mucho más que antes.

-1.....2......3.....4.....5

-No es necesario que me vaya contando los pasos.

-No Señor, son mis orgasmos.

-Vaya. Ya que está entusiasmada, se sacará una selfie en cada día con cara de perra. Será un buen recuerdo para el futuro.

Iba avanzando con mis orgasmos, caminando y contando, cuando veo que me estabas invitando a llamada por video conferencia.

Nerviosa, contesté la llamada y te veo en la pantalla de mi celular.

Te escuchaba apenas ya que iba en la calle, los vehículos y buses pasaban, tocaban la bocina y yo no llevaba audífonos.

Me mirabas fijo y yo te devolvía la mirada mientras acababa caminando en la calle.

-Me voy a mear.

-Mease maraca.

Gente pasaba cerca mío y sentía que me miraban. No veía las expresiones de los rostros de la gente. Estaba absorta en tu mirada, tratando de escuchar lo que me decías entre el ruido de la calle.

-¿Cómo se siente?

-Exquisito, Señor. Me tiemblan las piernas

-Es tan perra que tiene que salir a correrse a la calle.

-Si, Señor.

-Repita, "Soy tan perra que debo salir a correrme a la calle"

-Soy tan perra que debo salir a correrme a la calle.

-Más fuerte, 3 veces.

-Soy tan perra que debo salir a correrme a la calle. Soy tan perra que debo salir a correrme a la calle.

Mientras yo decía esto en voz alta, unos hombres desconocidos me miraban desde la calle del frente y me seguían con la mirada.

Cuando estoy caliente, soy como un imán. O quizás es percepción mía. Siento que todos me miran, que saben que estoy caliente y en celo, que expelo olor a perra. Siento que todos me desean y me dan impulsos de chupar el pico a cualquiera. Pero me contengo.

-Cuando pase un hombre delante suyo, lo mirará a los ojos y le dirá "Soy tan perra que debo salir a correrme a la calle"

-Si, Señor.

-¿Ya se meó?

-No, Señor. Aún no.

-Mease

La verdad, es que tenía ganas de acabar en un delicioso squirt desde hace cuadras. Ya lo había hecho una vez en la calle, pero no me estabas viendo, iba con vestido. En esta ocasión, mirabas la expresión de mi rostro y también mi mirada de caliente, vestía jeans claros, los que al mojarse se notaría mucho más.

Seguía caminando y acabando cada 10 segundos.

Me detenía de vez cuando ya que mis piernas no me respondían siempre, sentía que me iba a caer, mi mirada se nublaba, me dolía la nariz, sentía mi zorra ardiendo.

Vi un hombre en la cuadra del frente que me miraba, me detuve y me afirmé contra un árbol mientras me mirabas. Ya no podía sostener más mis líquidos y contra el árbol dejé soltar mi squirt. El líquido caía a la tierra seca por entre mis jeans que también se empapaban lento.

Seguí caminando con los jeans mojados, los autos pasaban y la verdad es que no me fijé si es que se notaba la mancha de mi humedad.

Lástima que no se me cruzó ningún hombre para haberle dicho en voz alta: "Soy tan perra que debo salir a correrme a la calle".