Me voy 1 los comienzos

Hace tiempo que puse un micro relato con el titulo de me voy, mucha gente que lo leyó le parecía un buen comienzo para un relato, al final me e decidido por hacer uno, no se si saldrá bien pero lo intentaré, espero que sea de vuestro agrado, como siempre espero vuestros comentarios.

Me voy 1

Los comienzos

Hola me llamo Jorge y esta es la historia de porque estoy ahora aquí en mi casa preparando una maleta con todo lo básico para irme de casa, después de quince años de matrimonio.

Permítanme que me describa: Tengo 50 años, 1.70, pelo oscuro, media barriga, trabajador, hogareño, amigo de mis amigos, servicial, no bebo, ni fumo, mi polla esta en la media, en el aspecto sexual me considero normal, me conformo con lo que tengo, soy ingeniero y trabajo para una multinacional, tengo un buen sueldo, más o menos ese soy yo.

Ahora permítanme que les presente a mi mujer.

Lorena es rubia, pechos operados, atlética, amiga del gimnasio, piernas largas, 1.80, exitosa empresaria, amiga de las fiestas, bailadora, 40 años, emprendedora, en el sexo es normal, nada de sexo oral, ni dar, ni recibir, nada de anal, estricta educación religiosa, estudio económicas, gestión de empresas y varios masters en administración, tienes una exitosa empresas de consultoría.

Nos conocimos tarde yo tenía 35 años y ella 25, nos presentó Roberto un buen amigo mío, dueño de varias discotecas y pubs de la ciudad, estuvimos charlando toda la noche, la verdad que congeniamos desde el primer momento y aunque no coincidíamos en todo, sí que teníamos muchas cosas en común, el arte, el cine, la lectura, el teatro, en fin que empezamos a salir y a recorrer los distintos espectáculos de la ciudad, ella me contó que había montado con unas socias una empresa de consultoría, y que tenía que dedicarle muchas horas al trabajo, por eso nuestros encuentros eran breves y los domingos, yo por mi parte soy ingeniero en una multinacional de las telecomunicaciones, estoy bien valorado en la empresa.

Estuvimos como novios durante tres años, nuestros encuentros amorosos no pasaban de algún tocamiento y masturbaciones, ella estaba chapada a la antigua, decía que no era capaz de acostarse con un hombre sin estar segura de amarlo y después de casarse, ese era uno de los motivos por los que sus noviazgo duraran tan poco, pero yo soy paciente y estaba perdidamente enamorado de ella, al cabo de los tres años, le propuse matrimonio, ella acepto al instante, nos casamos en agosto, en la catedral delante de su familia, y mis amigos, mis padres fallecieron y no tengo ninguna familia pues los dos eran hijos únicos al igual que yo, mis invitados eran mis amigos y compañeros de trabajo, la ceremonia fue la típica religiosa, la fiesta estuvo bien, pero yo estaba deseando llegar a la habitación del hotel y acostarme con mi mujer.

Llegamos a la habitación súper excitados, deseando amarnos y que nuestros cuerpos copularan por fin, la desnude lentamente recreándome en cada centímetro de su piel, la besaba, la lamia, ella me dejaba hacer, cuando me agache a lamer su coño, puso su mano delante y me lo negó, me dijo que no le gustaba el sexo oral que nunca lo probo pero que la sola idea le desagradaba y que tampoco le gustaba darlo, a mí me dio igual tenía  a mi diosa para mí, la termine de desnudar, me desnude yo, nos tumbamos en la cama y lentamente la penetre, le rompí el virgo, si era virgen, cosa muy rara, esa noche apenas disfrutamos del sexo ella se echó a llorar en cuanto la desvirgue, decía que le dolía mucho, decidimos dejarlo, nos besamos, yo era feliz teniéndola a mi lado, sabiendo que me amaba, que seriamos felices los dos juntos.

Ambos teníamos nuestras propias casas, yo un pequeño chalet en una urbanización en las afueras y ella un dúplex en el centro, pero por decisión de ambos, acordamos comprarnos una casa de dos plantas en una pequeña y nueva urbanización no muy lejos del centro, sería un nuevo empezar.

Tres días después de casarnos y después de una agotadora jornada de trabajo, no tuvimos luna de miel, decidimos aplazarla hasta que su empresa estuviera trabajando al cien por cien, ella me pidió que la penetrara de nuevo que creía que estaba preparada para hacer el amor, lentamente la volví a desnudar, a recorrer como la vez anterior cada centímetro de su piel, bese sus pechos, sus pezones, sus orejas, sus pies, pero nunca su sexo, ni su ano, la tumbe en la cama y con suma delicadeza la fui penetrando, ella comenzó a gemir de placer, a moverse, a cimbrear, yo aumente el ritmo de la penetración y le di su primer orgasmo, mas tarde me confeso que era el primero de su vida, seguí penetrándola, durante una media hora, durante ese tiempo tuvo otros cuatro orgasmos mas, y me corrí dentro de ella, mas tarde me entere que tomaba la pastilla, pues no quería quedar embarazada, estuvimos haciendo el amor toda la noche y parte de la mañana.

Hacíamos el amor todas las noches al acostarnos y por las mañanas al levantarnos, éramos muy felices, su empresa subía como la espuma, cada vez tenían más clientes y mas importantes, fueron cinco años de prosperidad para ella y de ascensos para mí, la verdad que yo no los buscaba, era fácil de conformar, conforme su empresa crecía también crecía su sueldo, ganaba como cuatro veces más que yo, pero eso a los dos no nos importaba, debido a su trabajo debía asistir a fiestas y reuniones por todo el país, a veces yo la acompañaba y otras veces iba ella sola, esas veces yo aprovechaba para ir a jugar una pachanguita de futbol con los amigos y tomar unas cervezas, así trascurrieron los cinco primeros años, nada del otro mundo.

Durante las fiestas y conferencias ella aprovechaba y con sus socias se iban a bailar y pasarlo bien, disfrutaban de la vida, a  Lorena le encanta bailar, cosa que a mí ni me va ni me viene, además no soy un gran bailarín, también se acostumbró a la bebida, no es que bebiera en exceso, pero siempre llegaba a ese puntito que te da un pelín de alegría, a veces cuando iba con ella tenía que frenarla un poco y ella se enfadaba conmigo y me decía que estaba muy estresada y que el alcohol le ayudaba a des estresarse, la verdad que al final decidí dejarla pues controlaba bastante, nuestra vida transcurría con normalidad, trabajo, ocio, sexo, amigos, trece años de casados y todo iba bien.

Pero todo cambio hace dos años, Lorena se transformó, dejo de ser esa mujer de la  que me enamore perdidamente, el cambio no fue brusco, fue lento, despacio, cada día un poco, cada semana algo nuevo, pequeños detalles que te dicen que algo no va bien.

Lorena lo conoció en una entrevista para asesorar a una gran multinacional de las telecomunicaciones, fue en su despacho, él se llama Lucas, 35 años, guapo, atlético, seductor, 1.90, casado, dominante, embaucador, controlador.

Llego a su despacho en uno de los edificios con las oficinas más caras de Madrid, la última planta, un despacho amplio con ventanales en los que se divisaba toda la ciudad, la secretaria la hizo pasar.

-          Pase usted, siéntese que en breve vendrá  el señor Lucas y la atenderá, quiere algo de beber.

-          No gracias.

-          Pues entonces la dejo.

-          Gracias de nuevo.

Lorena observaba entusiasmada la decoración de la oficina, era exactamente la que ella desearía para la suya, muebles caros y minimalistas, cuadros de pintores modernistas, un gran ventanal con unas hermosas vistas, estaba abstraída con la visión cuando entro Lucas.

Jamás en su vida vio a un hombre tan guapo, facciones perfectas, musculado sin exagerar, moreno con unos ojos negros que hechizaban, alto, realmente un adonis, se mojó, si en cuanto lo vio su coño se mojó, nunca en su vida se había mojado de esa manera y menos ante la visión de un hombre, el debió de notar algo.

-          Buenos días Lorena, puedo tutearte.

-          Si claro, Lucas como estas.

-          Bien gracias, bien pasemos a lo que te trae aquí, después de estudiar muchas propuestas la vuestra ha sido seleccionada para realizar las consultas externas de nuestra compañía en la península, Francia, Italia y el norte de áfrica, sé que es un mercado muy grande y que a lo mejor os parece que será difícil de cubrir, pero todos confiamos mucho en vuestra empresa y sé que seréis capaces de lograrlo, esto también implica que tú y yo estaremos en permanente contacto, que tendremos que viajar mucho, espero que eso no sea problema, veo que estas casada, tu marido no será un inconveniente, lo digo por el tema de los viajes y las reuniones, tengo malas experiencias con maridos celosos o dominadores.

-          En primer lugar gracias por la confianza depositada en nosotras, estate seguro que cumpliremos de sobra con vuestras perspectivas, ya teníamos en mente ampliar nuestro personal y casi lo tenemos cerrado, este contrato lo único que hará será acelerar algo mas las cosas, con respeto a las reuniones, los viajes y todo lo demás, no hay problema, si estoy casada pero mi marido ni es celoso, ni dominador, es un encanto y no pondrá impedimento a mi futuro.

-          Es bueno saberlo, ahora dime tienes hambre.

-          La verdad que un poco.

-          Bien te invito a comer, aquí abajo hay un buen restaurante, comemos, tomamos un café y subimos a terminar unos pequeños flecos, te parece bien.

-          Si, perfecto.

La comida fue de lo más agradable, él le contaba pequeñas anécdotas de la empresa y además le ponía al día de lo que la empresa quería de ella y sus socias, además su punto de excitación iba aumentando, además de guapo era un gran conversador, se sentía seducida por ese hombre, no sabía bien porque, pero sabía que haría lo que le pidiera sin dudarlo, la tenía como hipnotizada, tenía los pezones erectos como pocas veces en su vida, tenía las bragas empapadas de flujo, por su cabeza pasaban un montón de imágenes en la que él la penetraba, no sabía porque pero ese hombre la excitaba de una manera brutal, terminaron de comer, tomaron un café y subieron de nuevo a la oficina, entraron en su despacho, estaban solos, el personal solo trabajaba por la mañana.

-          Como veras nuestro personal solo trabaja de mañana, creemos que rinden más teniendo más tiempo para sus familias o tiempo libre para ellos, te apetece una copa de brandy.

-          Pues no te diré que no, gracias.

Él fue a un mueble bar, saco una botella de un brandy carísimo, y sirvió dos copas, le dio una a ella, mientras la invitaba a sentarse en un cómodo sofá, él se sentó en otro enfrente de ella.

-          Gracias por la copa, ha sido un día algo estresante y me viene bien.

-          Lo comprendo, ahora vamos a algo más importante, ya que vamos a viajar mucho y reunirnos deberíamos conocernos un poco más, te diré que estoy casado, practico pádel de forma asidua, mi vida familiar se resiente un poco por mi trabajo, tantos viajes, reuniones, hace que tenga a mi mujer un poco desatendida, pero ella sabe buscarse la manera de entretenerse, crees que a tu marido le pasara lo mismo.

-          Bueno él tiene un buen trabajo, es ingeniero en una multinacional aeronáutica, además se entretiene con su amigos, tal como te dije por ese aspecto no hay problema.

-          Perfecto, un brindis por eso.

Chocaron sus copas y le dieron un buen trago.

-          Nuestro primer viaje será para la semana que viene a Londres, tenemos que ir a la central para que te conozcan, quieren ver una cara detrás de la empresa, te parece bien que marchemos el lunes y volvamos el miércoles, pues tendremos unas reuniones con el departamento de comunicaciones y te pondrán al día de lo que quiere la empresa de vosotras, cosa que ya lo sabes, pero así te queda más claro, además seguro que te pedirán algo más.

-          No hay problema, el lunes podemos salir, reservo yo los billetes.

-          No por favor todo corre a cuenta de la empresa, mi secretaria se encargara mañana de reservar los billetes, ya tiene tus datos, mañana te dirá a qué hora salimos, si quieres paso a recogerte por tu casa así no tienes que usar el coche ni llamar a un  taxi.

-          Pues me parece bien, un brindis por ello.

Volvieron a chocar sus copas y Lucas sirvió dos copas mas, le dio la suya a Lorena y se sentó a su lado.

-          Ahora dime una cosa, una pregunta que le hago a todas, que te parezco, se sincera.

-          Me pones en un aprieto, no te conozco mucho, es mas apenas te conozco.

-          Bueno tu primera impresión.

-          Vale, me pareces guapo, elegante, hablador, entretenido, con don de gentes, simpático, culto, en fin eso es lo que me pareces sin conocerte mejor.

-          Gracias, me gusta, me defines muy bien, ahora me toca a mí, eres guapa, inteligente, decidida, consigues lo que te propones, te valoras mucho, pero hay algo en ti que me tiene inquieto, algo que sé que te falta.

-          Y que es.

-          Quieres que sea sincero.

-          Si, por favor.

-          Vale, pero antes otra copa.

Se levantó lleno las dos copas del todo, le dio una a ella.

-          Brindemos, todo de un trago.

Los dos bebieron sus copas de un tirón, ella ya tenía ese punto que la desinhibía, ese punto que la des estresaba, estaba a gusto en compañía de Lucas, no sabía por qué, pero ese hombre ejercía sobre ella cierta influencia, no sabía definirlo, pero era como si la dominara.

-          Vale, estas preparada para saber lo que creo yo que te falta.

-          Por favor.

-          Te falta buen sexo, desde que llegaste no me quitas el ojo de encima, sé que estas excitada, que tienes los pezones duros, que seguramente tienes el coño empapado, y que te mueres porque te folle, me equivoco y no me mientas, se distinguir una mentira de una verdad.

Lorena se quedó de piedra, ese hombre la había calado, se había dado cuenta de la influencia que ejercía sobre ella, de lo que la excitaba, no se daba cuenta que su cuerpo la había traicionado, era verdad que estaba encharcada, que tenía las bragas empapadas, que fantaseaba con tener sexo con él, que se imaginaba cosas que no se atrevería a hacer con su marido, jamás se sintió así, ese deseo de ser poseída sin tabúes, sin trabas, sexo por sexo, sin ataduras, solo pasión, debería de ser sincera con Lucas.

-          Tienes razón, me excitas, si estoy mojada, tienes un influjo que me atrae, no sé qué decirte.

-          No digas nada déjate llevar, yo te voy a dar eso que te falta.

-          Pero mi marido.

-          Tu marido no va a poder darte lo que yo te ofrezco.

-          Y tu mujer.

-          Ella no tiene por qué saberlo, lo mismo que tu marido.

-          No sé, jamás he engañado a mi marido.

-          Y no lo vas a engañar, solo será sexo, sé que lo amas, lo mismo que yo amo a mi mujer, pero ella no cubre ciertas necesidades que yo tengo, lo mismo que tu marido no es capaz de cubrir tus necesidades.

-          En eso esté equivocado, mi marido me llena, hacemos el amor todos los días, por la noche y por la mañana, me hace feliz.

-          Sí, pero no de la manera que te lo voy a hacer yo, confía en mí, te descubriré un mundo nuevo, te llevare a situaciones increíbles, descubriremos entre los dos nuevos mundos para ti, déjate llevar por mí, confía en mis conocimientos, te hare feliz como nunca lo has sido.

-          Pero mi marido, veras yo soy muy especial para el sexo, no me gustan muchas cosas, no soporto ciertas prácticas.

-          Eso es porque no te atreves a probar, seguramente tu educación te impide caminar por la senda del placer, yo te allanare ese camino, ahora acompáñame.

Me cogió de la mano, me levanto, detrás de su mesa había una pequeña puerta que conducía a otra habitación, en ella se encontraba una cama de 2 metros por dos metros, un baño, un armario, dos mesillas de noche, un sofá y un mueble bar, me llevo al centro de la estancia, me miro a los ojos.

-          Ahora desnúdate, muéstrame ese hermoso cuerpo.

-          No estoy segura, aún tengo dudas.

-          No tengas miedo, confía en mí, te aseguro que no pasara nada que tú no lo desees, aunque aún no lo sepas, ahora desnúdate.

Sin darme cuenta mis manos fueron a mi blusa, desabroche todos los botones me la saque, desabroche el botón de mi pantalón y lo deje caer al suelo, estaba en ropa interior ante un hombre que no era mi marido y me excitaba, él se acercó a mí, poso sus manos en mis hombros y me hizo agachar, se desabrocho la cremallera de su pantalón, se sacó la polla, era enorme, como poco 25 cm. de largo y unos 6 de ancho, yo de rodillas la contemplaba, era hermosa, mucho más bonita que la de mi marido, la cogí con la mano y sin darme cuenta la lleve a la boca, era una sensación nueva, jamás había tenido una verga en la boca, jamás me lo imaginaba, me parecía algo repugnante, pero hay estaba con la mitad de esa tranca dentro de mi boca, no sabía lo que hacer, el me ayudo, puso sus manos sobre mi cabeza y comenzó a dirigir mis movimientos, lentamente, yo solo me dejaba llevar por mis instintos más primitivos, mis labios apretaban aquella hermosura, mi lengua jugaba con ella, era una sensación agradable, lentamente el movía mas rápido mi cabeza y metía mas miembro dentro de mi boca, yo sentía una sensación de asfixia, pero me gustaba, sentir aquello dentro, sus movimientos se hicieron más bruscos, más salvajes, cada vez entraba mas polla dentro de mi boca, la sensación de asfixia no cesaba, pero la necesitaba y hay fui yo la que tomo la iniciativa, me metía todo lo que podía en la boca hasta casi desfallecer, la mantenía dentro todo lo que mis pulmones me permitían, cuando estaba a punto de desmayarme por la falta de oxígeno la sacaba de la boca, cogía una bocanada de aire y comenzaba de nuevo, era un placer inmenso, jamás en mi vida me sentí tan plena sexualmente, con mis manos agarre sus testículos y los comencé a masajear, los acariciaba, mi boca seguía con esa polla, llevaba como quince minutos jugando con ella y él me dijo.

-          Ahora me voy a correr en tu boca, te vas a tragar todo mi semen para que te acostumbres a su sabor y su textura, pues a partir de ahora siempre te beberás todo el semen que entre en tu boca, lo has entendido.

Yo asentí con la cabeza sin sacarme aquella maravilla de la boca, el me agarro con más fuerza mi cabeza empujo su verga lo más profundo que pudo y se corrió al mismo tiempo que yo tuve un profundo orgasmo, sentía como los chorros de semen inundaban mi boca, y con esfuerzo me dedicaba a tragarme la mayor cantidad de lefa posible, eran sabores y texturas nuevas para mí, espeso, amargo, pero agradable, me caían por la comisura de los labios restos de semen, deje aquella verga dentro de mi boca hasta que perdió toda su erección, fue brutal, mi primera felación, mi primera comida de semen y todo con una persona que me hipnotizaba, que me dominaba, que me hacía ser una mujer distinta, en cuanto salió esa hermosa polla de mi boca, el me levanto recogió con sus dedos los restos de semen que caían por la comisura de sus labios y los llevo a mi boca, yo la abrí y recibí aquel néctar con pasión besaba aquellos dedos con lujuria, sentía su sabor, su viscosidad, me encantaba.

-          Ahora termina de desnudarte, vete al baño dúchate y vuelve.

Yo sentía que cada palabra suya era una orden para mí, sin dudarlo me termine de desnudar, me fui al baño abrí los grifos regule la temperatura y me duche, sentir la sensación de estar haciendo algo prohibido me excitaba, pensar en esa polla que acababa de tener dentro de mi boca, la primera verga que chupaba, ese sabor que aun permanecía en mi boca, me hacía sentir puta, si una sensación nueva, me sentía como rara, como si mi cuerpo me pidiera seguir sintiendo sensaciones nuevas, mas sexo, mas orgasmos, me lleve la mano a mi coño y lo empecé a frotar, estaba acariciándome, que placer, pensaba en él, en Lucas ese hombre que hacía cinco minutos me cambio, me llevo a niveles de placer que nunca podía imaginarme, con cada pensamiento aumentaba el rozamiento, llegue a mi clítoris y lo masturbe con dos dedos, dios que placer, me masturbaba pensando en esa hermosa verga, no sabía lo que tenía pensado Lucas hacer conmigo, pero no me importaba, tal como decía me tenía que dejar llevar por las sensaciones y mis deseos ocultos, explote en un gran orgasmo pensando en él, termine de ducharme, en el mueble de baño había un cepillo de dientes nuevo, lo llene de crema de dientes y me lave los dientes, me enjuague la boca y Salí desnuda a la habitación, allí estaba el desnudo, con dos copas de brandy, me ofreció una a mí, con su mano me indico que me sentara a su lado, agarre mi copa y le di un trago, lo necesitaba.

-          Ya viste el placer que te puedo proporcionar, ahora eres tú la que debe decidir si te atreves a entrar en este mundo de placer, te hare probar situaciones que no te puedes imaginar, pero te garantizo que sentirás tanto placer, tantas sensaciones nuevas que nunca te aburrirás, pero todo tiene unas condiciones, si aceptas mis normas te garantizo que serás plena,  que decides.

Le mire a los ojos, di otro trago de la copa.

-          Acepto, jamás he sentido tanto placer como hoy, y solo te e chupado esa hermosa polla.

-          Bien estas son mis normas.

-          Primero: Jamás te volverá a poner un pantalón, siempre de falda corta, siempre blusas semitransparentes, tangas de ropa interior, sin sujetador.

-          Segundo: Te afeitaras el coño, lo llevaras en todo momento rasurado, sin un solo pelo.

-          Tercero: Me obedecerás ciegamente, jamás pondrás en duda lo que te ordene, lo cumplirás sin oposición.

-          Cuarta: No podrás tener relaciones con tu marido, salvo que yo te dé permiso.

-          Esas son las normas básicas, con el paso del tiempo iras conociendo el resto, estas segura que aceptas mis normas.

-          Si acepto y ahora por favor follame.

-          Tranquila, todo a su tiempo, ahora es tarde, debes volver a casa con tu marido, te acostaras con el esta noche y follaras, mañana iras a depilarte totalmente, no quiero ni un solo pelo en tu cuerpo, te depilaras toda, dime usáis el mismo cuarto de baño tu marido y tú.

-          Si.

-          Tenéis otro cuarto de baño.

-          Si.

-          Bien pues mañana mismo cambias todas sus cosas a ese baño,  quiero que tengas un cuarto de baño para ti sola, todas las mañanas me enseñaras la ropa que vas a ponerte y yo te diré si vale o no, desde la ropa interior, hasta los zapatos, supongo que tendrás un vestidor.

-          Si cada uno tiene el suyo, pero solo usamos uno.

-          Pues eso va a cambiar, desde ahora tú tendrás tu propio vestidor, tienes todo el fin de semana para que tu marido cambie sus cosas al otro vestidor.

-          No sé si le gustara.

-          Ese vuelvo a repetir es tu problema, ya estas empezando a poner pegas, te he dicho que las condiciones las pongo yo, no quiero que me vuelvas a discutir un deseo mío, lo entiendes.

-          Sí, no volverá a suceder.

-          Perfecto, pues ya sabes, yo elegiré tu ropa, tú forma de actuar, te voy a modelar a mi gusto, serás la amante perfecta, mi mejor posesión, eres como un diamante en bruto deseando ser pulido y eso es lo que voy a hacer contigo, te voy a pulir.

-          Lo estoy deseando, quiero que me cambies, que hagas de mí una nueva mujer.

-          Otra cosa, follaras con tu marido esta noche, pero solo esta noche, luego no volverás a follar con él hasta que volvamos de Londres, lo entiendes.

-          Sí, pero no sé cómo va a reaccionar, lo hacemos todos los días tal como te dije.

-          Ese es un problema tuyo, sabes que se cuándo mientes, así que cumple con mis deseos, ahora ven aquí, te voy a masturbar para que sepas lo que es el placer.

Me acerque a él, llevo sus manos a mis labios exteriores, comenzó a acariciarlos con suavidad, no tenía prisa, se detenía en cada pliegue, retiraba sus dedos, recorría mi cuerpo, llegaba a mis pechos, apresaba mis pezones, los retorcía, joder que placer, me retorcía, pero me encantaba, volvía a mi vagina, separaba los labios y metía un dedo, lo sacaba, me tenía loca, no paraba de mojarme, mis pezones estaban tan duros que me dolían, acerco sus labios a los míos y me beso, dios que placer sentir su lengua dentro de mi boca, mis manos buscaban su verga, tenía la necesidad de sentir esa tranca en mis manos, mientras me besaba, continuaba jugando con mi coño, metió un segundo dedo y comenzó a dar círculos alrededor de mi vagina, no pude mas tuve un gran orgasmo, sus labios abandonaron los míos y se fueron a por mis pechos, lamia mis pezones mientras con su mano trabajaba mi coño, encontró mi clítoris y me lo pellizco, allí tuvo mi cuarto orgasmo del día, creí desfallecer, el siguió jugando con mi clítoris, lo apretaba, lo cogía con dos dedos y me masturbaba, mientras sus dientes, mordisqueaban mis pezones, joder que placer, era increíble, encadenaba un orgasmo tras otro, me caía por la pierna mi propio flujo, en mi vida estuve tan empapada, de repente sentí un dedo en mi ano, jugaba con la entrada de ese orificio, me masturbaba el coño, me mordisqueaba los pezones y ahora jugaba con mi culo, metió un tercer dedo en mi coño, amarilleaba con los dientes mis pezones y con un dedo jugaba con mi ano, hasta que lo introdujo poco a poco, en ese instante me relaje, me deje llevar, ya podía hacer conmigo lo que quisiera, en ese mismo instante me di cuenta que era suya y de nadie más, amaba a mi marido, peor lo que me daba Lucas era distinto, era pasión, sexo sin control, y me corrí como nunca en mi vida, perdí el conocimiento, me deje caer, no podía mas, era demasiado placer, el me sujeto con su fornidos brazos me dejo caer en la cama y se alejó para contemplar mi cuerpo, estaba toda sudada, llena de flujos con los pezones duros como piedras, se acercó a mí con la polla totalmente erecta y se comenzó a masturbar, yo miraba como se masturbaba y sabía lo que quería, me levante de la cama me arrodille delante de él y espere con la boca abierta su semen, sin apartar los ojos de aquella verga, la miraba extasiada, con placer, el siguió masturbándose hasta que se corrió sobre mi cara, mis pechos, mi vientre, no paraba de salir chorros de semen de su polla, me estaba embadurnado, pero me volvía loca, tuve otro orgasmo, con mis manos distribuía todo ese líquido sobre todo mi cuerpo, me llevaba las manos a la boca y me relamía de placer, me encantaba ese sabor, sabia a mi macho, cuando termino de correrse, me metí aquella polla en la boca y la comencé a chupar, la quería dejar totalmente limpia, la quería otra vez erecta, la quería dentro de mí, la saque de la boca una vez limpia.

-          Por favor follame, necesito que me penetres, follame hazme tuya, quiero ser tu sierva, tu sumisa, soy tuya, puedes hacer conmigo lo que quieras.

-          Ya te dije que hoy no te voy a follar, aún no está preparada, no estás depilada, tu cuerpo no está listo para mí, cuando estés totalmente depilada y dispuesta a ser mía y solo mía te follare.

-          Pero yo ya soy solo tuya.

-          En el viaje a Londres tendremos tiempo de follar, ahora dúchate vístete y vete a casa, no te olvides de mis órdenes.

-          No haré lo que me pides, no sé cómo se lo tomara mi marido, pero te obedeceré.

-          Bien hoy es viernes, tienes mañana para depilarte y todo el fin de semana para prepararte, cambiar el baño, mañana me enseñaras tu armario, te diré lo que debes tirar y te diré lo que ponerte, además tienes todo el fin de semana para comprar ropa interior excitante, te pasare un correo con un catálogo y una tienda donde comprar tu ropa interior, además te diré que ropa comprar y donde, a partir de ahora te vestirás como yo quiera, el lunes pasare a recogerte y vestirás lo que yo te diga, lo entiendes.

-          Si, esta noche follare con mi marido porque tú me lo permites, después solo lo hare cuando tú me lo permitas, te mostrare mañana mi armario y me dirás lo que tirar, iré a depilarme, comprare la ropa que me mandes y el lunes vestiré como tú me órdenes.

-          Eso es putita lo vas entendiendo.

-          Ahora dúchate, vístete y vete a tu casa.

Me metí de nuevo en el baño, me duche por segunda vez, me vestí y cuando Salí él ya estaba vestido, me acompaño a la puerta y se despidió dándome un apasionado beso al que yo correspondí.

Salí de allí siendo una mujer diferente, sexualmente mas satisfecha, con nuevas experiencias, y dispuesta a hacer todo lo que me ordenara aquel hombre, no estaba enamorada, pero si obnubilada, con él, llegue a la oficina le conté a mis socias el resultado de la entrevista que habíamos ganado el concurso, todo fue alegría, sacamos botellas de champan bebimos, les explique que yo sería el contacto entre ambas empresas, que ese lunes viajaría a Londres con Lucas, para conocer a los directivos de la empresa y de paso aclarar algunas cosas, que pasaría tres días y que ellas se encargarían de contratar al personal necesario para llevar a cabo las nuevas tareas, me despedí de ellas, quería aprovechar lo que quedara de tarde para depilarme, quería estar lista para él lo antes posible, estando en el despacho me entro un correo suyo, era un catálogo de ropa interior de una famosa marca en la que estaban marcadas con círculos ciertas prendas, además de un catálogo de una cara tienda de ropa donde estaban también marcadas ciertas prendas, todo con un mensaje.

Esto es lo que quiero que te compres, compláceme, al llegar a casa me haces un video llamada desde tu vestidor y me enseñas como te queda.

Solo leer el mensaje y me corrí, Salí pitando de la oficina, tenía poco tiempo para complacerle, lo primero la depilación, fui a un centro comercial donde había una tienda de depilación, me depile todo el cuerpo, dos horas, luego a la tienda de lencería, le enseñe las prendas  que quería, las compre todas, luego a la tienda de ropa, compre las prendas que me ordeno mi macho, y después agotada me fui para casa, mi marido no había llegado aún, me metí en el vestidor, llame a Lucas, apoye el teléfono en un mueble, espere a que contestara.

-          Hola putita, ya estás en casa.

-          Si.

-          Has comprado todo lo que te pedí.

-          Si.

-          Te depilaste.

-          Si.

-          Desnúdate.

Me quite toda la ropa, quede totalmente desnuda ante él, abrí mis piernas para que viera mi pubis rasurado, me di la vuelta para que viera todo mi cuerpo sin una solo muestra de pelo, abrí mis nalgas para mostrarle mi ano, levante mis brazos para que viera mis sobacos.

-          Bien perfecto, así me gusta, como un bebe, ahora la ropa interior.

Me pase como media hora enseñándole toda la ropa interior que me compre, me la ponía y el me daba su visto bueno, luego la ropa, después eligió la ropa que llevaría a Londres, le enseñe mi armario y me dijo la ropa que tirar y con la que quedar, le enseñe el baño, y le mostré como cogía todos los aperos de mi marido y los llevaba a el otro baño, su crema de afeitar, sus cepillos, sus lociones, sus colonias, absolutamente todo, el quedo satisfecho y quedamos para el día siguiente.

-          Mañana cuando te levantes quiero que me llames desde tu baño y te masturbes para mí.

-          Sí, eso hare, todo lo que me pidas.

Colgó el teléfono, yo me senté en la cama y lleve mis manos a mi coño, solo pensar en la ropa que me hizo comprar y en la ropa interior y me puse cachonda, me masturbe, como nunca en mi vida, me corrí pensando en él, me duche por tercera vez en el día, me puse un pijama, me fui a la cocina y me puse a preparar la cena.

Había sido un día agotador en el trabajo, estaba deseando llegar a casa y estar con mi mujer, descansar los dos, abrazarla, besarla, demostrarle mi amor, solo quería estar con ella, hacerle el amor como todas las noches, ducharme, llegue a casa aparque el coche en el garaje y subí a casa.

Allí estaba en la cocina más hermosa que nunca le notaba una cara nueva de una felicidad indescriptible, algo le había pasado que la tenía más feliz de lo normal.

-          Que te pasa hoy que esta radiante.

-          Te acuerdas de aquel proyecto para la multinacional de telecomunicaciones.

-          Si, el que os llevo tantas horas.

-          Pues ese, lo hemos ganado, solo la consultoría externa de esa multinacional.

-          Cuanto me alegro por vosotras, os lo merecéis.

-          Ahora voy al baño a ducharme y ponerme cómodo.

-          E cambiado tus cosas para el otro baño, no te importa, quiero un poco de intimidad.

-          Y eso.

-          Nada una tontería, así los dos disponemos de más espacio.

-          Vale, si tú lo quieres por mí no hay problema.

-          Me ducho y cenamos.

-          Te quiero, lo sabes.

-          Si lo sé y yo a ti también, eres lo mejor de mi vida.

-          Por cierto este fin de semana necesito que vacíes nuestro vestidor, con el nuevo cliente tengo que ampliar mi vestuario y necesito espacio, sé que me vas a conceder ese capricho, yo te ayudare a cambiar todo.

-          Vale si lo necesitas no hay problema.

Me fui al baño nuevo, me resultaba extraño, siempre compartimos todo, el baño, el vestidor y de repente por un nuevo cliente todo cambia, la verdad que era un cliente importante, la mayor multinacional del ramo, muchos cambios se iban a dar en su empresa y también en nuestras vidas, ella me había comentado que si ganaban el concurso tendría que viajar más a menudo a la centrar, más reuniones, más convenciones, todo un cambio en nuestra vida, pero todo me parecía poco para que prosperara, sabía que era importante para ella, que le dedicaba muchas horas al trabajo que era superconpetitiva, que deseaba llegar a la cúspide, que no tenía limites cuando hablaba de su trabajo y de su empresa, yo por mi parte me conformaba con lo que tenía, todos los ascensos llevaban el traslado a la central en Paris y eso no lo quería, tendría que alejarme de mi mujer, y no había trabajo ni ascenso  que compensara eso, era feliz así, siempre renunciaba a los ascensos, anteponía mi matrimonio al trabajo, cosa que algunas veces Lorena no hacía, pero lo entendía.

Durante la cena la note rara, como distante, me contestaba con monosílabos, a mis palabras, creo que no me prestaba atención, estaba como ida, en otro lugar, yo lo achaque a su nuevo cliente, así que deje de hablarle y me concentre en la cena, al terminar de cenar recogimos la mesa y me ofrecí a fregarla mientras ella se preparaba una copa para ver una serie que nos gusta antes de acostarnos, la terminar de fregar la loza, me senté a su lado, me fije en sus piernas.

-          Cariño que te has hecho en las piernas.

-          Nada que me he depilado todo el cuerpo.

-          Y eso.

-          Nada que me apetecía.

-          Pero es muy raro en ti.

-          Que pasa que no te gusta.

-          Mi amor tú me gustas de cualquier manera, sabes que te adoro estés como estés, pero son muchos cambios para un solo día, dame un poco más de tiempo y seguro que me acostumbrare.

-          Pues vendrán más cambios, este nuevo cliente me exige muchos cambios, espero que sepas comprenderlos.

-          Seguro que sí, sabes que eres lo más importante para mí, estoy dispuesto a sacrificar lo que sea por tu bien.

-          Gracias es muy importante para mí, este nuevo cliente, dará un nuevo impulso a mi vida.

Terminamos de cenar, nos fuimos para cama, yo empecé a besar su cuello, me encantaba, sus lóbulos, sus ojos, llegue a sus labios y la bese con la pasión que me da estar perdidamente enamorado, ella me respondió con la misma pasión, o eso me pareció a mí, todo era normal, besaba sus pechos, sus pezones, ella empezó a gemir de placer, llegue a su ombligo, y jugué con ese agujerito, a ella le excitaba, de repente sus manos me indicaron que bajara más, eso me sorprendió, llegue a su sexo depilado y comencé a olerlo, dios que placer, por fin podía oler el sexo que me proporcionaba los mayores placeres de mi vida, saque mi lengua y le di un lametón, ella gimió de nuevo, aunque no entendía ese cambio, en ese momento solo pensaba con la polla, solo deseaba disfrutar de ese momento, volví a darle un segundo lamentan, no tenía prisa, no sabía si sería la primera o la última vez que podría disfrutar de aquella fruta prohibida, saque de nuevo mi lengua y recorrí sus labios, eran duros y carnosos, mi lengua iba de arriba abajo con paciencia mientras ella se retorcía de placer, con dos dedos aparte sus labios y me concentre en su clítoris, dios que botoncito tan hermoso, volví a sacar mi lengua a pasear me encantaba ese botón le iba a dedicar el tiempo necesario para sacarle a mi mujer un par de orgasmos, comencé a jugar con el lamiéndolo con suavidad que ella notara la aspereza de mis papilas, ella gemía como nunca en la vida la hoy gemir, mientras le lamia el clítoris me atreví a posar un dedo en su ano, ella no opuso resistencia, segunda sorpresa de la noche, comencé a dar círculos con el dedo a su esfínter, mientras con la lengua jugaba con su clítoris, estaba en ello cuando tuvo su primer orgasmos, intenso, volcánico, jamás la escuche gritar de esa manera, me atreví a forzar un poco su ano con el dedo y ella relajo el esfínter para facilitarme la penetración, era increíble, que le había pasado a mi mujer para que estuviera tan predispuesta a ceder en temas que yo ya consideraba tabú, pero vuelvo a repetir pensaba con la polla, por lo que no me importaba, mentalmente lo achacaba a un video porno que vimos por casualidad unos días atrás en el que se veían escenas de masturbaciones, sexo anal, felaciones, cuningulis, todo tipo de situaciones que nos puso a los dos muy cachondos, esa noche le pegue una follada como hacía mucho tiempo, pero no me imaginaba el efecto que tendría en ella, yo seguí jugando con su clítoris ahora me dedicaba a mordisquearlo, a jugar con mis dientes con ese pequeño prepucio, lo tenía inflamado al máximo, parecía un micro, micro pene erecto, me encantaba, ella tuvo su segundo orgasmo, joder como lo disfrutaba la judía, baje mis dedos a su coño le metí tres de golpe para lubrificarlos bien en sus flujos y volví a su ano, mientras mordisqueaba su clítoris mis dedos jugaban con su ano, metí un primer dedo y ella pego un pequeño grito, jugué a meterlo y sacarlo con paciencia, mientras mis labios se introducían ahora en lo más profundo de su coño, parecía un pene que entraba y salía de ella, en este momento ella se retorcía de placer, no paraba de llamarme por mi nombre de darme las gracias por eses instantes de placer, metí un segundo dedo en su culo y ella lo echo para atrás para facilitar la penetración, joder que morbo me daba, mi lengua conseguía su tercer orgasmo, bueno o mi lengua o mis dedos, pues notaba como ella sentía placer por los dos agujeros, movía mis dedos lateralmente forzando el esfínter de Lorena, ella gritaba de placer.

-          Cabron que me haces que me vuelves loca, no pares, que placer, si lo sé, te permito que me comas el coño hace muchos años, como no me hablaste de este placer.

-          Cariño te lo he contado un montón de veces pero tú nunca me quisiste hacer caso, ahora lo sabes el placer que puedes obtener de mi lengua y mi boca.

-          Cállate y no pares, creo que voy a tener otro orgasmo.

Y se corrió por cuarta, yo estaba en una nube, flipaba, tres orgasmos sin siquiera metérsela, que receptiva estaba a cosas nuevas, metí un tercer dedo en su culo y ella tuvo su quinto orgasmo, me agarro por los pelos y me separo de mi trofeo.

-          Para por favor necesito recuperarme un poco, dame un par de minutos, después te prometo otra sorpresa.

-          De acuerdo, pero solo un par de minutos, mi lengua quiere recuperar todo el tiempo perdido durante estos últimos años.

Mi lengua abandono su coño, pero mis dedos seguían dentro de su ano, ella no hizo ademan de retira su culo, por lo que entendí que lo aceptaba con amor, jugaba con mis dedos mientras ella se relajaba y recuperaba aire, cuando creí oportuno mis labios volvieron a su coño, pero ella me lo impidió, retiro mis dedos de su culo, muy a pesar mío, se dio la vuelta, puso su coño a la altura de mi boca y su cara enfrente de mi verga, no me lo podía creer, quería un 69, esa noche no sé lo que pasaba, si el video hizo tanto efecto en ella, si era la luna, si por fin se desinhibía, pero miro mi verga, se la llevo a la boca y comenzó a mamármela, casi me corro, joder que placer, en mi vida me sentí más satisfecho, tenía el coño de mi mujer a la altura de mi boca, dos dedos de nuevo jugando con su ano y mi mujer chupándome la polla, mis mejores fantasías echas realidad, imposible olvidarme de la mamada, pero me concentre en su coño, volví a su botoncito, era mío por fin, dedique todo mi arte a proporcionarle la atención que se merecía, lo volví a mordisquear, mientras mis dedos, tres, jugaban a un loco mete saca con el ano de mi amada, mientras esta se dedicaba con dedicación a mi polla, para ser la primera polla que se comía, la jodida lo hacía muy bien, le saque un quinto, un sexto y hasta un séptimo orgasmos, antes de correrme.

-          Cariño me corro, si quieres sal y me corro en la cama.

Pero la muy golfa, se metió toda la polla en la boca indicándome que me corriera que quería mi semen en su boca, joder me corrí como un loco, fueron chorros y chorros de semen los  que entraron en su garganta, ella se tragaba todo, parecía una succionadora, no dejaba caer ni una sola gota, cuando termine de correrme, ella seguía chupando para dejarme la verga totalmente limpia, cuando estuvo satisfecha de su trabajo, abandono mi polla, se dio la vuelta y acerco sus labios a los míos, nos besamos mezclando nuestros flujos, dios  que beso, todo pasión, toda lujuria, jamás nos besamos con esa locura, caímos exhaustos en la cama, ella apretó mi verga con sus manos, quería mas, y yo estaba dispuesto a dárselo, la verdad que para mi edad me recupero con facilidad y a pesar de que Lorena me había exprimido, mi verga se puso dura de nuevo con los masajes de mi mujer, de nuevo dura, ella se puso a cuatro.

-          Rómpeme el culo, la quiero dentro.

-          Esta segura.

-          Sí, quiero que esta noche rompamos todos los tabúes.

Fui al baño, cogí un bote de aceite corporal, lo unte en la mano, lo esparcí por su ano, metí primero un dedos, después un segundo, un tercero y hasta un cuarto, lleno de aceite en su ano, ella gritaba al principio de dolor, pero conforme mis dedos jugaban con su esfínter, sus gritos de dolor se convirtieron en grititos de placer, unte bien mi polla de aceite, puse la punta en esa oscura entrada, e hice un poco de fuerza, ella empujo su culo hacia atrás facilitando la entrada de mi glande, la saque de nuevo y un segundo empujón ayudo a que entrara la mitad, ella dio un pequeño grito.

-          Quieres que pare.

-          No, jode métemela ya.

Un tercer empujón y entro toda, comencé a follarla lentamente, quería disfrutar de ese instante, mi polla se amoldaba a aquel recipiente como si estuviera dentro de ella toda la vida, ella echaba su culo para atrás como pidiéndome más fuerza, y se la di, comencé una follada bestial, empujaba con fuerza, la sacaba toda y se la metía de una sola envestida, ella seguía empalmando orgasmos, jamás tuvo tantos orgasmos seguidos, empujaba con determinación,  quería correrme por primera vez en ese culo, al cabo de diez minutos no podía más.

-          Me corro.

-          Córrete dentro por favor, quiero sentir tu semen dentro de mí.

Y me corrí con una explosión de placer, fue un orgasmos de campeonato, brutal, la llene toda de lefa, me quede dentro de ella hasta que mi polla salió por sí sola, no quería salir, estaba tan a gusto dentro de ella.

-          A sido bestial, cariño estas desconocida, no me importa el porqué de este cambio, pero ha sido fabuloso.

-          Aún no hemos acabado, falta  que me folles el coño.

-          Eso dalo por echo, dame unos minutos, mientras tanto aprovecho y voy a la cocina a buscar agua para beber, te parece.

-          Si, la verdad es que estoy seca.

Me levante llegue a la cocina y de la nevera saque dos botellines de agua, abrí el mío y me lo bebí de un solo trago, estaba seco, cogí otras dos botellas y me fui de nuevo a la habitación, por el camino más relajado, me puse a pensar en este repentino cambio de mi mujer, me parecía que no era solo el video, tenía que haber algo más, sería el nuevo contrato, le pondría cachonda el subir de nivel, de tener un mediana empresa a pasar a ser la mayor accionista de una de las más grandes empresas en sus sector en nuestro país, seria eso, pero el cambio me encantaba.

Al llegar a la habitación ella estaba mirando su móvil, era tarde, pero supuse que era cosa del trabajo, le di el botellín de agua, puse los otros dos en la mesilla de noche y bebimos los dos, al cabo de cinco minutos y después de bebernos las tres botellas, ella se abalanzo de nuevo sobre mi polla, la cual se puso rígida enseguida, así como estaba tumbado en la cama se puso encima mío y se ensarto, otra sorpresa, era raro que practicáramos esa postura, decía que le dolía un poco al sentir toda mi polla, pero esa noche se la ensarto toda, se me hacía extraño sentir el golpe de nuestros pubis sin notar pelo por su parte, pero era un día de sorpresas y todas gratas, me cabalgo como una amazonas, parecía que estaba corriendo el gran nacional, sabia y bajaba como una posesa, tuvo dos orgasmos más antes de que yo reventara, otro poderoso orgasmo, dios que placer, la mejor noche de sexo de mi vida.

Caímos los dos cansados en la cama, me abrace a ella.

-          Gracias cariño, la mejor noche de sexo de mi vida.

-          No estuvo mal, pero no te acostumbres, esta noche es especial.

Ya me parecía a mí, especial, pero especial porque, por el contrato, por el video, que era lo que tenía de especial, lo que me daba a entender es que esto no sería la tónica de todos los días, que volveríamos al sexo de antes, joder después de ponerme ese dulce en los labios me lo iba a quitar, eso era un golpe bajo.

-          Que tiene de especial esta noche.

-          Todo, me apetecía probar todo aquello que te he negado durante tantos años, era el momento adecuado, no le des más vueltas, me apetecía y punto.

-          Vale, pero esto se repetirá.

-          No lo sé, todo depende de las circunstancias.

-          Que circunstancias.

-          Pues no lo sé, cuando me apetezca.

-          Y yo no opino.

-          No, tu solo disfrutaras, tú no tienes voto.

-          Pues me chafas.

-          Vale, ahora a dormir que es tarde y mañana tengo un día ajetreado, tengo que prepararme para el viaje, cubrir un montón de documentos, presentaciones, y comprar ropa.

-          Mas.

-          Si cariño, debo de estar más que presentable, debe irradiar.

-          Vale, buenas noches.

Nos dimos un apasionado beso y me quede dormido abrazado a ella.

Por la mañana nada más despertarme, la abrace, baje mi mano a su coño y comencé a acariciarla, cosa que hacia todos los días, era mi manera de despertarla.

-          No cariño esta mañana no, estoy cansada de lo de anoche, déjalo, no me toques, estoy algo escocida.

-          Vale, lo entiendo, pero será la primera vez desde que nos casamos que no follamos por la mañana, salvo los días que tienes el periodo, me parece un mal precedente.

-          Joder no te llega con lo de anoche, confórmate con eso.

-          Vale, perdón, es solo un comentario.

-          Pues no me gusta.

-          Que te pasa.

-          No me pasa nada, es que solo piensas en sexo por las mañanas.

-          Haber, no te entiendo, esta noche estabas receptiva y ahora te cabreas, ya te pedí perdón, que más quieres.

-          Nada es que estoy nerviosa, déjalo así, vamos dúchate.

-          Es que tampoco nos vamos a duchar juntos.

-          No, ya te dije que quiero intimidad, tú tienes tu baño y yo el mío.

-          Joder Lorena, que te pasa, estas muy rara.

-          Ni rara ni hostias, es así, asúmelo, necesito intimidad y si no lo entiendes es tu problema, es más ya te dije que necesito todo el vestidor para mí, o sea que este fin de semana cambiaremos tu ropa para el otro.

-          Vale, vale, haremos lo que quieras, pero tranquilízate, el nuevo contrato te está afectando, y lo más grave nos afecta a los dos.

-          Déjate de contratos, lo necesito, compréndelo.

-          Lo intentare, ahora me voy a duchar.

Me levante de la cama de mal humor, algo raro estaba pasando, no era normal ese cambio de aptitud de mi mujer, ella era más racional, más técnica, analizaba todo antes de hablar, su reacción no me gusto, tanto cambios en tan poco tiempo me desbordaba, no negaba que algunos me encantaban, en el aspecto sexual había sido una noche loca, pero en lo de la intimidad, jamás la necesitamos, siempre nos desnudábamos juntos, nos vestíamos juntos, a veces hasta follábamos en el vestidor, pero de repente separar todo, el baño, el vestidor, el no querer hacer el amor por la mañana, si mal humor, no sé, tanto le influye el dichoso contrato, tanto necesitaba quedar bien con su nuevos clientes, no sé.

Abrí el grifo, regule la temperatura y me metí debajo, necesitaba relajarme, estuve un buen rato debajo del agua, solo la dejaba correr sobre mi cuerpo, no tenía ganas de enjabonarme, solo dejar correr el agua, quedaba un día de locos, cambiar toda mi ropa, no es que fuera mucha, pero me gusta tenerla algo ordenada, algunos trajes, camisas, pantalones, mi ropa interior, joder si hasta teníamos mezcladas nuestra ropa interior, no era la primera vez que sin darme cuenta cogía una de sus bragas, no le gustan los tangas, dice que le molestas el hilo, pero bueno la amo y aceptare los cambios, me enjabone, no podía estar todo el día debajo del agua, termine de ducharme, fui a nuestro vestidor por última vez, me puse un chándal, y baje a desayunar, ella ya estaba desayunado, con un vestido transparente que siempre se ponía en casa, sin ropa interior debajo, jode como me ponía, verla así y empalmarme era solo uno, pero en esa ocasión estaba demasiado enfadado, no le iba a dar esa satisfacción, desayune sin hablar, al terminar le dije.

-          Vamos a cambiar la ropa ya, quiero terminar lo antes posible, creo que después me iré a jugar un pachanguita con Roberto y mis amigos, así te dejo tranquila.

-          Cariño no te enfades, perdona por lo de antes, sabes que te quiero, pero es que estoy un poco estresada por el contrato.

-          Mira, estoy hasta los cojones del dichoso contrato, si va a influir tanto en nuestras vidas, no sé si será bueno para los dos, sé que has trabajado mucho para conseguirlo y sabes que siempre te apoyare, pero solo es uno más, si ya sé que es muy importante, pero no te obsesiones con él, vosotras valéis mucho y seguro que tendréis a partir de ahora más contratos de ese tipo, vamos a discutir cada vez que consigáis un nuevo contrato.

-          De verdad cariño, no quería enfadarme contigo, el solo la novedad, seguro que en cuanto me haga a la idea me tranquilizare y todo volverá a la normalidad, dame un par de meses, te prometo que todo volverá a ser como antes.

-          Vale, ahora vamos a cambiar la ropa, quiero terminar con esto ya.

Nos pasamos casi toda la mañana trasladando mi ropa de un vestidos a otro, así cada uno tenía su cuarto de baño comunicado con su vestidor, la única pega es que mi baño y vestidor estaba en la otra punta del pasillo, pero no había más remedio, comimos después de cambiar todo, me puse un pantalón corto, una camiseta de deportes, una deportivas, cogí las llaves del coche y me fui al campo de fulbito a jugar con mis amigos, necesitaba echar fuera toda la mierda del día.

El partido me relajo, no hay nada mejor que quemar calorías cuando estas estresado, al terminar nos pusimos a tomar unas cervezas en una cervecería cercana, éramos cuatro, mi mejor amigo Roberto, Lucas, Luis y yo, estuvimos hablando, de todo en general, nos quedamos Roberto y yo.

-          Robar, tengo que comentarte algo, pues tú conoces a las mujeres mejor que yo.

-          Porque tú lo dices, pero no hay dios que las entienda, pero si algo mas de experiencia tengo que tú, dime.

-          Veras Lorena está un poco rara, sabes aquel contrato con la multinacional de telecomunicaciones, pues al final lo consiguieron, pero desde ese momento está muy rara, quiere que tengamos baños separados, vestidores distintos, además esta noche fue increíble en la cama, hicimos cosas que a ella no le gustaban, en fin una locura, yo lo achaco a un video que vimos el otro día, pero me parecen muchos cambios, tu qué opinas.

-          A mi entender esos cambios solo se pueden dar en dos casos, euforia o arrepentimiento, en este caso quiero pensar que es por la euforia del nuevo contrato, tú conoces al contacto de Lorena con esa multinacional, pues por lo que me dijiste tendrá que viajar mucho y tener más reuniones, deberías conocer a la persona de contacto, dile a Lorena que lo invite a cenar una noche, así lo conoces, es bueno conocer a los compañeros de tu mujer, así como ella conoce a la mayoría de tus compañeros y amigos, tú debes de conocer a los suyos, sé que conoces a sus socias y algunas de sus amigas, pero debes de conocer también a sus clientes, acude más a menudo a esas tediosas conferencias y reuniones, congresos, sé que te aburren, pero sacrifícate por ella, se lo merece, no conozco a una pareja más feliz que vosotros, lleváis trece años juntos y jamás os he visto discutir, déjala espacio, sé que es un gran paso para su empresa, te pidió dos meses, dáselos y después mira cómo va la cosa.

-          Te hare caso, le diré a Lorena que invite a su contacto, que casi es su jefe, pues es su principal cliente, a cenar un día de la semana que viene, después del viaje a Londres, así podre conocerlo y ponerle una cara, bueno me voy que es tarde y Lorena debe de estar esperando por mí para cenar, gracias por el consejo.

-          De nada, dale espacio, son muchos cambios, confía en ella.

-          Si confió en ella hasta la muerte, la amo con locura como si fuera el primer día, esta noche hablo con ella y aclaro todo.

-          Pues hasta el fin de semana que viene.

-          Hasta luego.

Me despedí de Roberto, subí a mi coche y me fui para casa, Lorena me estaba esperando con la cena en la mesa.

-          Antes de cenar quiero hablar contigo.

-          Dime.

-          Sé que estas estresada con las últimas novedades y no quiero ser un obstáculo en tu progresión, es por lo que acepto todos los cambios que quieras, sé que necesitas espacio, para tus cosas, lo tendrás, cuenta con todo mi apoyo, siempre estaré a tu lado, te quiero demasiado como para enfadarme contigo.

-          Gracias cariño, yo también te quiero y te agradezco tu comprensión, te prometo que solo serán un par de meses, una vez asentado el nuevo contrato volveré a ser tuya.

-          Vale cenemos.

La cena trascurrió con normalidad, después me volví a duchar, me confundí de baño, la costumbre, tenía que cambiar el chip, adaptarme a los cambios, estuvimos viendo la serie que nos gustaba, nos acostamos y cuando baje mi mano para acarear su coño, ella me paro.

-          No esta noche no, estoy cansada, demasiado ajetreo con el cambio de la ropa.

-          Vale, cuando tú quieras, son tus dos meses.

No me gustaba nada aquello, pero le prometí dos meses y se los iba a dar, costara lo que costara, me di la vuelta y me costó conciliar el sueño.

continuara