Me volví la MUJER de mi jefe por pagar una deuda.

El siguiente relato es de una experiencia que me cambio la vida por completo, por deber una deuda de dinero y no tener como pagarla el jefe me pide que se la pague a su manera, y fue tan rico y excitante que por eso que se los comparto. Espero y les guste

Me llamo Erika tengo 26 años,  vivo en la cd México trabajo en una notaría como pasante en lo que acabo de pagar mi título como abogada ya que ya no cuento con el apoyo de mis papás tengo que trabajar para pagar mis estudios.

Tengo a mi novio llevo con él una relación de 3 años, todo va muy lindo con él, nos llevamos súper bien y somos una linda pareja.

En la notaría llevo un año trabajando y un  día me vi en la necesidad de conseguir dinero para a completar para mi título y pagar un par de materias que debía así que tomé el atrevimiento de ir con el licenciado Francisco a pedirle $6,000.00 para completar mi pago y continuar con los trámites de mi etapa final de la universidad. El Lic. aceptó y me prestó el dinero y le pedí un plazo de 3 meses para devolverle el dinero.

Yo soy una mujer pequeña mido 1.60 de estatura, pero con busto amplio y cadera mediana al igual que mi complexión no soy ni delgada ni mucho menos gorda, soy de cuerpo medio pero mis pechos y mi trasero me hacen ver sexy. El licenciado es un hombre de 43 años muy alto, robusto, calvo nada agraciado el pobre hombre pero eso sí tiene mucho dinero y poder dentro de la notaría ya que es el hijo del notario y es el brazo derecho y está a cargo de casi todos los departamentos incluyendo el mío, el de los pasantes.

El tiempo transcurrió el plazo de los 3 meses  se había acabado, desgracia para mi aún no tenía el dinero para pagarle a el Lic. Francisco. Y estábamos a finales de año y en los últimos días de irnos de vacaciones no sabía qué hacer.

Pero el Lic. jamás me decía nada el tranquilo como si nada le debiera, ¿raro? Si muy raro. Llegó el 22 de diciembre era nuestra fiesta de fin de año teníamos que trabajar con el horario normal y después haríamos la fiesta por la tarde.

Ese día decidí arreglarme muy bien, me puse un minivestido color negro con un escote en la espalda y un broche enfrente, mis pantimedias y una tanga con su bra de encaje, zapatillas negras de tacón alto, que estiliza más mi figura. Llegue al trabajo y wow!! Todo mundo quedó sorprendido de mi look robe unas cuantas miradas creo que había exagerado un poco en mi vestimenta.

Empezamos a trabajar fui por unos papeles a la oficina de Lic. Francisco, entre y su reacción al verme se quedó perplejo viéndome de pies a cabeza y sólo exclamó:

—“¡Que guapa se ve licencia, hasta parece que va a una fiesta!”

—Gracias Lic., solo me arregle un poco para la fiesta de fin de año. Vengó por el folio para la firma de reforma.

Me entregó el folder con los documentos di media vuelta y me retire, pero antes de que saliera de la oficina me dijo:

—Ese vestido negro le queda muy bien licenciada con todo respeto se ve muy sexi.

Me sonroje me quede sin palabras y sólo respondí con una sonrisa y salí de su oficina, creo que si había exagerado mucho en mi atuendo. Pero ya no podía hacer nada, salí a mi destino fui por mi firma y a entregar un archivo. Estaba de regreso a la notaría y ya había empezado la fiesta, mis compañeras me interceptaron y me dijeron que me incorporara a la comida. Deje mis cosas sobre un escritorio de la recepción y me fui con mis compañeros.

Pasó el tiempo y acabamos de comer y empezamos el baile y  de repente llegó a nuestro lugar el licenciado Francisco.

—Licenciada podemos checar la firma de hoy. Creo que hay unos problemas.

—Si licenciado enseguida voy.

—La esperó en la sala de juntas no tarde.

Les dije a mis compañeras que regresaba, me dirigí a la sala de juntas pero no había nadie adentro, me  metí y me senté en una silla esperando al Lic.

Entró Francisco, cerró la puerta y escuche que presionó el botón de seguridad y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y pensaba ¿para qué carajos cierra la puerta?

— Licenciada ya pasó más de una semana y no me has dado razón  del dinero, creo que ya empezó a dar intereses, ¿no crees?

Me quede muda no me esperaba que me dijera nada sobre el dinero

—Si lo sé Lic. Francisco pero le prometo que le pagaré hasta el último peso que me prestó. Sólo deje que regresemos de vacaciones y le tendré todo lo que me prestó.

—Eso espero que me pagues todo, pero quisiera cobrar los intereses de una vez.

—Pero en este momento no traigo dinero licenciado, ¿cuánto es de los intereses?

—Para empezar deja de hablarme de usted soy tu jefe pero me puedes decir Francisco solamente. Y pues de intereses casi es una cuarta parte de lo que te preste.

Desgraciado me estaba cobrando un ojo de la cara el infeliz.

—Ok me queda claro. Pero mañana le pagaré los intereses por que le repito que no traigo dinero el día de hoy. Y con respecto de la firma me entregaron los papeles que me solicitó, mire aquí tenemos tod...

Interrumpió callándome a media explicación

—Me encanta tu inocencia Erika tu bien sabes que no te llame para eso. Te quiero a ti, desde que llegaste a trabajar aquí a la notaría me robaste la mirada me cautivas me traes loco, quiero tenerte entre mis brazos, quiero que te entregues a mí.

— Pero que me está diciendo, yo jamás haría algo así y yo no puedo pagarle de esa manera sólo deme al día de mañana y usted tendrá todo su  dinero de vuelta pero eso que está pensando no puedo pasar, aparte si usted no lo sabe yo tengo novio y lo amo y jamás pasará lo que tiene en mente.

— Es que no estas entendiendo Erika.

No es que quieras, yo necesito cobrar intereses del dinero que me debes y quiero que me lo pagues de esa manera y a mí no me interesa que tengas novio y esas cosas tu novio tarde o temprano saldrá sobrando no es competencia para mí. Además si cooperas y te portas bien conmigo puedes tener muchos privilegios dentro y fuera del trabajo. O si no de lo contrario pues tienes que firmar ahorita mismo tu renuncia y en este momento me pagas todo mi dinero porque aparte tu sola pusiste el plazo y ese plazo venció hace 15 días. Así que decide qué hacemos.

Me tenía entre la espada y la pared no tenía escapatoria y no podía pagar en ese momento el dinero no tenía dónde conseguirlo y no podía quedarme sin trabajo en esos momentos…

—Anda ven aquí  a mi lado.

Me estiro su mano, la verdad no lo pensé mucho y la tome, me jalo y quede frente de él, me abrazó por la cintura para restregar más su bulto de sus pantalones.

¿Qué diablos había hecho me había doblegado ante mi jefe? ¿Por qué carajos había aceptado? ¿En qué momento mi mente me traicionó?

—Pare por favor. No puedo hacerlo. Le dije tratando de empujarlo.

Pero era inútil. No podía zafarme, era un macho con muchas fuerzas, yo bien sabía que le debía el dinero y aun no tenía para pagarlo.

Pero le importaba un pepino y siguió abrazándome y regocijándose contra mi cuerpo.

— Mira Erika tu tranquila que sólo será un ratito de diversión para los dos te va a encantar; me dijo al oído.

Francisco fue besando mis hombros, luego se inclinó y fue besando todo el escote de mi espalda, sus manos se metieron debajo de mi vestido y toco mis nalgas. Por su respiración sabía que mi jefe estaba muy excitado. Bajó hasta ponerse a la altura de mis glúteos, sus manos registraban mi trasero metiéndolas dentro de mi tanga y mis pantimedias.

—Que gran culo tienes mujercita!- me decía mientras tocaba, apretaba y pellizcaba mis nalgas. Yo por mi parte estaba con los ojos cerrados no quería sentir nada, me moría de arrepentimiento pero debo confesar que empezaba a  gozar sus caricias, me estaba excitando me tocaba de una manera tan rica que mi pepita ya estaba mojada por dentro. De repente, con sus manos bajo mis calzones y mis pantimedias hasta mis tobillos, levantó mi vestido y comenzó a darme una rica chupada de nalgas con pequeños mordiscos. Yo le ayudé a detener mi vestido para que no se bajara, así él podría chuparme y sus manos me acariciaban mi rajita, sus dedos gruesos y largos eran hábiles, tocaban en el lugar correcto, entre su pulgar y su dedo índice me tomaban el clítoris y lo masajeaba.

Los gemidos empezaron a llenar la sala de juntas. Unos minutos después usó sus manos para abrirme mis dos carnes y lamer el ojito de mi culo, casi quería comérselo todo, lo hacía con un éxtasis enorme, yo jadeaba de placer.

Había perdido el control por completo ya no me importaba nada había dejado de pensar en mi novio en mi inocencia en lo que estaba haciendo por pagar una deuda.

Mientras me lamía el culo, uno de sus dedos se metía dentro de mi rajita para luego masturbarme lentamente. A los pocos minutos, un segundo dedo entro en mi panochita, yo estaba a punto de venirme, su lengua examinaba todo mi culo llevándome al cielo. Emití un quejido y dejé caer una buena tanda de jugos íntimos a mi rajita cuando llegué a un rico orgasmo. Creí que me desmayaba de placer. Nunca mi novio me había dado un tratamiento oral como ese.

No cabe duda que los hombres mayores  mejoran su forma de tratar a las mujeres en el amor.

–Papi que rico me lo haces!!- fue todo lo que yo decía en ese momento.

Había caído a sus redes ya era completamente su hembra.

Luego de eso, Efraín se puso de pie, me volteo y me empezó a dar unos besos muy húmedos de lengüita, a lo cual yo respondí con lo mismo. Me bajó el cierre de mi vestido y éste cayó al piso y más tarde mi brazier. Allí parados me comenzó a mamar las tetas, sus chupetones eran sólidos y profundos, se detuvo en mis pezones para apretarlos con los labios y a veces con los dientes, lo cual me produjo un sentimiento de dolor y placer que me hizo gemir de satisfacción. Tiramos al suelo todo lo que había sobre el escritorio que estaba al centro de la sala. Me acostó allí, yo solo tenía puestos mis zapatos de tacón en ese momento. Me abrió las piernas y se saboreó al ver mi rajita depilada, me colocó los tobillos sobre el escritorio para tener mejor panorama de mi vagina, luego su boca y lengua alcanzaron mi sexo con ansias, parecía un beso profundo entre sus labios bucales y mis labios vaginales, con su lengua trabajándome el orificio de mi vagina. Yo gemía y le pedía que no parara, que siguiera haciéndome lo mismo. Nuevamente me mojé. Eyaculé más jugos vaginales que él recibía en su boca y garganta.

En cuestión de segundos mientras su lengua se metía por todos los lados de mi vulva, se bajó los pantalones y su calzoncillo, salto de bajo de sus prendas un tremendo cacho de carne, el  de mi novio no se comparaba con lo que tenía ese hombre, no sabría si todo eso me cabría en medio de mis piernas, pero de algo si estaba segura que quería que me lo metiera a la de ya, quería gozarlo quería que me lo diera todo, hasta pasó por mi mente que quería comérmelo y chuparlo.

Luego me tomó de las piernas y mientras su boca tomaba mis tetas, su verga se fue metiendo lentamente en mi rajita lubricada, su glande abrió todo mi canalito vaginal, gemí al sentir su músculo duro y grueso, él buscó mi boca para callar mis quejidos y para tener más espacio para meter toda su verga en mi panochita.

–Ay papi que rico la tienes!- le dije para excitarlo más.

Su cintura y caderas se movían deliciosamente, su verga entraba y salía de mi vagina mojada dándome un placer indescriptible. Ese hombre que casi me doblaba la edad, y me estaba cogiendo como nunca. No quería que esto terminara. Yo eyaculaba más jugos vaginales.

Sus bombeos se fueron haciendo más largos y profundos, podía sentir todo su miembro dentro de mí, de pronto Francisco  gemía también, gozando todo mi cuerpo. Nos enfrascamos en un ritmo frenético, el metiéndola y yo apretando con mis piernas su cintura, pidiéndole más verga dentro de mí.

En eso suena mi celular, que estaba tirado sobre el suelo. Al principio ninguno se inmutó y seguimos cogiendo, pero volvió a sonar varias veces. El Lic. Se zafo de mi panocha y recogió mi celular, me lo dio. Vi el número:

–Es mi novio!- le dije al ver el número y la identificación.

–Contéstalo!

Me dijo metiendo su verga en mi rajita de nuevo.

–Hola!- dije.

–Hola mi amor, porque no contestabas, son varias veces la que te he llamado!

Me dijo mi novio.

–Es que estaba el celular cargando en la sala de firmas y no lo oí.

Fue lo primero que se me ocurrió.

En eso, Francisco  comenzó a moverse dentro de mí de nuevo, dándome bombeos lentos pero profundos, mientras mi novio me hablaba.

Lo que estaba sucediendo era muy excitante, mi jefe dentro de mi vagina cogiéndome, mientras yo hablaba con mi pareja, al principio me puse nerviosa, pero pronto empecé a eyacular de lo excitada que me puse. Lo mismo le pasaba a Francisco quien me empezó a embestir más duro, moviéndome con todo el escritorio, tenía que poner la mano en el auricular para que no nos oyera gemir mi novio. En lo mejor estaba Francisco cuando colgué la llamada, lo apreté con las piernas, su verga creo que se erecto al máximo porque la sentí más profunda, los dos empezamos a jadear y gritar, primero el licenciado y luego yo llegamos al orgasmo brutal, su leche me salía de la raja por la gran cantidad que sacó, yo lo apreté con las piernas hasta que su verga quedara seca y flácida.

Solo cerré los ojos estaba muerta por tremenda cogida que me había dado. Sentí su mano tocando mis nalgas y fue a tocar mi cosa de mujer. Solo abrí las piernas un poquito para que él pudiera tentar a su gusto. La tocaba con delicadeza:

—Que hermosa papaya tienes, la quiero siempre conmigo, diario quiero comérmela.

Le di una sonrisa picarona y le conteste:

—Es tuya aquí estará para cuando la quieras.

Estaba totalmente bajo su poder, me había entregado completamente a él y por lo tanto era de él. Ya no me importaba si tenía novio, había gozado como nunca y me había hecho sentir en las nubes, seguí sintiendo como salían más jugos de mi pepita, no me podía mover.

En eso me dijo:

—has aceptado ser mía "eres mi mujer y para cada mujer  hay un HOMBRE" se levantó y acercó su miembro a mi boca y comencé a chuparlo.

—Y una cosa te digo. ¡Eres mi MUJER, no te comparto!  y con eso sentí nuevamente su terminar en mi boca tenía su lechita en mi garganta.

Se sentó mientras que su leche entre mis piernas escurría. Me dio vuelta, tomó  un pañuelo y con ese me limpio. Me ayudo a ponerme mi tanga y mis pantimedias y enseguida mi brazier y por último mi vestido negro, él también se vistió y se arregló el poco cabello que tenía.

Me acarició la cara y me dijo,

—"ya has pagado toda tu deuda”. Y tú decides si quieres que yo sea tu macho que te cuida, y te apoya en todo, cosa que creo que tu novio no puede hacer contigo, lo tendrás  todo puedo quitarte del puesto que estas y ponerte como mi secretaria ahora mismo muñeca y así los dos estaremos más cerca del otro, ¡mami!.

Me miró fijo en los ojos, y me pego un beso largo y sensual.

—vamos a la fiesta que ya han de ver notado nuestra ausencia y somos los anfitriones.

Me abrió la puerta y cuando íbamos saliendo mis dos amigas iban a buscarme y sólo se quedaron con la cara de sorprendidas:

—bueno licenciada hizo un buen trabajo esa firma nos dará más trabajo tomé y llévela al archivero de mi oficina y disfrute de la fiesta.

Dijo como distracción y para desviar pensamientos y críticas de mis compañeras.

—Ustedes también licenciadas vénganse a bailar y a disfrutar, dijo a mis compañeras.

Mis compañeras me empezaron a preguntar tratando de sacar la sopa pero no podía decirles nada ellas sabían que amaba a mi novio y que iban a pensar de mí, que era una puta que se estaba acostando con el jefe.

Así que les  cambie el tema y nos fuimos a la fiesta necesitaba un trago para ocultar mi aliento y calmar mi sed.

Me enjuagué mi boca un sin número de veces, con agua y unos tragos de vodka, y aun así sentí su sabor.

Ya era noche y había quedado con mi novio que pasaría por mí, me espero afuera de la notaría y no tuve el valor de darle un beso a mi novio. Ya circulando estuve a punto de contarle todo lo sucedido, pero no me atrevía, no podía herirlo de esa manera y sólo le dije que había tenido un mal día y que me dolía la cabeza. Y que lo único que quería era llegar a descansar y dormir. Llegue a casa le di un beso en el cachete me despedí y me baje.

En toda la noche no deje de pensar en todo lo que hice en lo que me había convertido pero debo confesar que cuando estaba pesado empecé a recortar todo lo que me hizo el Lic. Francisco y me moje muy rico nuevamente.

Continuara…