Me violó un perro

Esa fue la mejor noche que he tenido... y no fue la última.

Hola, es la primera vez que me animo a contar un relato de esta índole, cabe mencionar que tengo 20 años y aunque amo a las mujeres, siempre gana la hormona y termina uno haciendo cosas inimaginables, pero que al final le agradan. Bueno, desde temprana edad me había excitado el hecho de ser montado por un perro, sentir ese bestialismo y que alguien domina es sumamente hermoso.

Todo comenzó una noche, donde lógicamente no había nadie en mi casa, en aquella ocasión tenía 16 años y como muchos, estando solito en la casa, saque de mi armario aquellas películas porno que me habían prestado alguno de mis amigos.

Comencé a ver una de esas películas (eran 3) y en los famosos "previews", vi como una mujer era follada por un gran perro danés, y como cosa de instinto me pusé a mil con esas imágenes y de inmediatamente se me ocurrió llevar acabo esa fantasía.

Como me gusta ser demasiado cuidadoso con la situaciones, se me ocurrió llevar unas cuantas rebanadas de jamón para atraer a mi victima canina, salí de la casa y era algo así como las 11:30 de la noche. Busque por toda mi calle, pero desafortunadamente no encontré nada, decidí aventurarme mas allá de mi colonia y definitivamente valió la pena.

Llegué a unos condominios que apenas estaban construyendo, comenzaron a ladrar unos cuantos perros, pero uno de ellos era un hermoso ejemplar, un perro labrador negro, muy joven y con un pelo sedoso. Me dirigí hacia aquellos perros, pero cual fue mi sorpresa al ver que de uno de los condominios sale el velador. Pensé que todos mis planes se habían estropeado. Así que decidí a esperar si ocurría una especie de milagro…y afortunadamente pasó. Como era ya demasiado tarde, el velador se dirigió nuevamente al condominio y cerró la puerta; pero suponiendo que si llegaba de frente a ese condominio en dirección a los perros me pillaban, me encontraría en graves problemas. Así que me encamine por detrás del condominio, eche un vistazo para checar si había algo o alguien y si, ahí estaba ese gran perro. De inmediato arroje unos trozos de jamón para que no ladrara, el perro comió de un bocado esos trozos y lo atraje hacia mi, ese perro era realmente dócil y un ejemplar dominante de labrador. Los perros sospechando algo se fueron, pero"sombra" como le llame me siguió como a unos 15 metros atrás de condominio, donde arbustos y árboles limitaban la vista a cualquiera.

Estando atrás del condominio y con "sombra" acompañándome baje mi cierre del pantalón y saque mi pene, "sombra" se acercó y comenzó a lamer como si fuera miel, yo de inmediato me calenté y me acosté en el césped, sentí unas lamidas de los mas genial que me ha pasado, trascurriendo los minutos y ya con la confianza que sombra ya me tenía, deslicé el pantalón suavemente y con demasiado sutileza también mi ropa interior. Sombra no entendía lo que hacía así acariciándolo lentamente llegue de la cabeza a su pene, pero no inicié con una masturbación, simplemente baje su forro metí su pene en mi boca e inicié con una buena chupada, no me importo su sabor, simplemente quise demostrarle a mi nuevo amo quien sería su perrita.

Terminando de lamerle su delicioso pedazo de carne, sombra inició con los movimientos rítmicos de un perro cuando folla, así que simplemente fingí ser su perra y pasé mi lomo por debajo de su cuello, y sombra de inmediatamente me montó, pero su primer intentó no fue del todo bueno, ya que simplemente me humedeció mis nalgas con solo chorros de semen, así que sombra se bajo de mi y fue ahí donde descubrí otro placer, sombra me olfateo mi culito para ver si ya me había copulado y de un lento lengüetazo abrió mis nalgas, lamió tan rico que para mi era una eternidad, cada lamida, cada vez que pasaba su lengua de mis huevos al culo era un suspiro de gloria. Esas lamidas fueron de lo más candente, pues aparte de que me lamía el culo también lanzaba pequeñas mordidas que me prendían.

Decidido a esta vez ser penetrado, nuevamente pasé por debajo de su cuello, saltó sobre mi, esta vez me abrí de piernas lo más que pude y ya con mi trasero lubricado con sus lamidas, solo bastó de unos cuanto piquetitos para que me metiera lo que yo quería. Sombra comenzó a bombear rápidamente, cada metida y sacada a esa velocidad, su baba escurriendo en mi cuello, sus garras clavadas en mi cadera para no huir, el sonido de mis nalgas pegando en sus entrepiernas, era mi sueño hecho realidad.

Continuará