Me violaron dos vagabundos

De como dos vagabundos se violan a una mujer de clase alta!!!

Hola mi nombre es Carolina, tengo 40 años de edad, soy una mujer de piel blanca, soy pelirroja de cabello largo y ondulado, mis ojos son verdes claros, mis labios son carnosos, mi senos son algo grandes y duritos, mi trasero es firme, durito y muy bien paradito, mis piernas son largas, tornaditas y muy suaves como el resto de mi piel, mido 1,72m de estatura, soy una mujer físicamente atractiva a pesar de mi edad.

Vivo con mi esposo y mis dos hijos, soy una mujer sin preocupaciones ya que mi esposo tiene un buen trabajo y vivimos muy bien económicamente, mis hijos tienen 15 y 17 años, son tranquilos. Soy una persona alegre, me gusta salir con mis amigas al centro comercial o a un restaurant para charlar un rato.

Lo que les voy a relatar me sucedió hace un año, era un día normal como cualquier otro, mi esposo se había ido temprano al trabajo y mis hijos se fueron a su colegio, así que me quede sola en casa, pero se me ocurrió ir al centro de la ciudad aprovechando que estaba sola para pasear un rato.

Así que me fui con mi carro para el centro comercial, pero a mitad del camino mi coche se averió, corrí con la suerte de que estaba cerca de un taller y lo lleve a medio andar, hice que lo revisaran pero estuve un buen rato esperando, pude notar como los mecánicos me veían mucho, iba vestida con un vestido pegadito de color negro que me llegaba a medio muslo, hacia resaltar mi atractiva silueta, después de estar ahí lidiando un buen rato de sus iradas lascivas el mecánico que me estaba revisando mi coche, me dijo lo que tenia pero la verdad es que no le entendí nada de lo que me había dicho solo que mi carro estaría listo para dentro de dos días.

Estaba furiosa, no podía creer que mi carro me dejara varada en la calle, le dije que al mecánico que lo reparara y que lo iba a buscar a los dos días, cuando iba saliendo del taller sonó mi teléfono celular y lo atendí, eran mis hijos avisándome de que ya estaban en la casa, mire la hora y ya eran las dos de la tarde, estaba a mitad del centro así que decidí caminar un rato por el centro para ver que conseguía.

Sin darme cuenta ya eran las cinco y media de la tarde, pero de pronto el día se puso oscuro y comenzó a llover, así que tenía que ir a la parada de buses lo más rápido posible, pero me quedaba algo lejos, así que de lo apresurada que estaba accedí en tomar un atajo, no pasaba ni un taxi siquiera, así que había un galpón que serbia de estacionamiento y al otro lado estaba la parada de buses y taxis.

Rápidamente me metí en ese galpón y caminaba rápidamente, este estaba vacío y oscuro, era grande, apenas entre pude notar la presencia de dos vagabundos tirados en el suelo, uno de ellos era de raza negra y el otro de piel blanca, los dos hombres debían de tener como unos cincuenta y cinco años más o menos, ambos estaban completamente sucios, y al pasar por ahí pude notar su aroma a basura. Pensé que estaban borrachos porque no se movían para nada, pero yo trataba de caminar lo más rápido posible.

Yo caminaba rápido y una vez que termine de pasar lo único que me preocupaba era llegar rápidamente al otro lado de ese galpón, pero de pronto siento que alguien me sujeta fuertemente y me colocan una navaja en el cuello.

--Mira que tenemos aquí compadre, una mujer bella--

Yo me asuste e inmediatamente comencé a suplicar, quería pero no podía salir corriendo porque mi cuerpo no reaccionaba, estaba muy nerviosa.

Me di cuenta de que eran los dos vagabundos que estaban tirados en el suelo cuando pase, el vagabundo de raza negra me quito la cartera, el reloj, el collar, los zarcillos y pulseras, luego reviso mi cartera, y consiguió mi teléfono celular, y mi monedero donde tenía una buena cantidad de efectivo, pensé que tomarían todo y se irían, pero comenzaron a empujarme hacia el fondo del galpón yo comencé a gritar y forcejear pero me dieron fuerte golpe en el estomago.

Me tiraron en un rincón y se colocaron en frente de mi acorralándome, me levante sosteniéndome de las paredes, me dolía mi estomago por el golpe que me habían dado pero se fue pasando.

--Venga señora, desnúdese y cumpla nuestras fantasías—

Yo comencé a llorar, suplicaba en llanto que me dejaran en paz, que se llevaran todo y que me dejaran ir sin hacerme ningún daño.

--Señora cumpla con lo que le digamos o no sale de aquí viva—

Yo lloraba desconsoladamente, así que comencé a quitarme el vestido negro lentamente, hasta que cayó al suelo, quedándome en ropa interior.

--Quítese esa ropa interior también—

Obedecí y me despoje de mi ropa interior, me quede completamente desnuda, me tape con mis manos mis tetas y mi entre pierna, los dos vagabundos me dijeron que estaba muy hermosa. Que era la primera vez que se iban a follar a una mujer de clase como yo.

Luego ellos se quitaron la ropa y se quedaron completamente desnudos, yo suplicaba mientras lloraba pero estos tipos no me hacían caso.

Una vez que se quedaron desnudos son sus manos se agarraron sus pollas semi erecta, mientras que ordenaban a que me arrodillara frente a ellos, tenía dos pollas a poco centímetros de mi boca, era la primera vez que estaba desnuda enfrente de otros hombres que no fuese mi esposo.

--Comience a limpiarnos nuestras pollas señora—me dijeron.

Yo me resigne, sabía que ya no podía ocurrir un milagro, me seque las lagrimas y luego comencé a agarrar con una mano la polla del vagabundo de piel clara, mientras que con la otra se la sujete el de raza negra, sin pensarlo dos veces engulle la polla del hombre de piel clara.

Comencé a succionar la polla del hombre de piel clara y rápidamente comencé con el hombre de raza negra, la polla del hombre de color se puso completamente tiesa y era una verga descomunal que no me entraba en mi boca. Los muy cerdos jadeaban de placer y me decían muchas groserías.

--Me encanta como la chupas, eres una zorra—

Estaba completamente desnuda, arrodillada ante aquellos dos vagabundos, me encontraba chupándole la polla aquel hombre de raza negra, mientras que con una de mis manos masturbaba rápidamente al otro vagabundo,. Esos dos terribles hombres me veían y disfrutaban del espectáculo que les estaba dando.

Ellos jadeaban de mucho placer, mientras yo succionaba y lamias sin parar esas tremendas pijas, miraba aquel negro como lo disfrutaba.

--AAhhh, sssiiii puta aahhh—me decía aquel hombre de raza negra mientras me agarraba salvajemente de los pelos. Yo seguía pajeando con mi mano al otro vagabundo, mientras me follaban mi boca ferozmente.

Yo comencé a dejarme llevar por la situación. Deje de seguir chupando su pija y pase a mamársela al otro vagabundo, me la metí lo mas que pude en mi boca la llene de saliva porque estaba un poco seca, y comencé a chuparla sin problema, y luego le pajee al negro con mis manos. Así pasaron varios minutos, que fueron interminables para mi.

--Aahhh, eres un verdadera putona, la chupas rico—me dijeron

Luego comencé a chupársela alternativamente, esas dos descomunales pijas estaban completamente duras, ensalivadas, y llena de sus fluidos pre seminales, yo me aleje un poco de ellos, porque me había cansado, y les sonreí para que no pensaran mal y no me golpearan.

--Pero mira a la puta esta, le gusta nuestras pijas—

Después me abalance sobre la polla del hombre de raza negra y me la introduje en mi boca, comencé a chupársela con movimientos de vaivén muy acelerados, la lamia, medio mordía con mis dientes, y me introducía lo mas que podía ese falo en mi boquita, no se porque pero me la saque de mi boca y les lamí sus bolas peludas y después volví a metérmela en mi boca, el negro como que no pudo aguantar más porque sentí como se es pasmaba su falo en mi boca.

--Oohhh, me corro, que rico Aahhh aahhh sssiii zorra ahh—dijo aquel negro

En menos de lo que imagine me inundo mi boca de su semen calentito, pero debía ser que tenía mucho tiempo de no follar con alguien, porque cuando me saco su polla de mi boca, seguía soltando varios chorros de leche, logrando que cayera en mi cara, pelo, tetas, me dijo que recibiera su lechita con mi la boca abierta y así lo hice, estaba embarrada y sucia de su semen, el poco de semen que tenía en mi boca lo escupí porque no  me gusta tragármelo.

El negro se retira enfrente de mí, yo me limpie un poco con mis manos, y rápidamente se me acerco el otro vagabundo y me engullí su polla y succione muy deprisa queriendo terminar con todo esto.

Yo se la chupaba con mucha prisa y fuerza, con movimientos de vaivén, dure un par de minutos y luego el vagabundo sin poder contenerse mas, se corrió dentro de mi boca al igual que el negro.

--Aahhh ssiii puta—me dijo aquel hombre mientras se corría fuera y dentro de mi boca.

Pasaron algunos minutos, yo me encontraba desnuda enfrente de ellos y con mi rostro chorreando semen. Me sentía muy sucia, mi mandíbula estaba cansada.

Me levante del suelo con la idea de que me dejarían ir, pero al parecer no estaban del todo satisfechos, el vagabundo de raza negra me empujo contra la pared fuertemente.

--A donde crees que vas—me dijo el negro, yo quería decirles que había echo lo que me pidieron pero de mi boca solo salían palabras entre cortadas del miedo.

--Todavía no te puedes ir mujer, no puedes negar que te ha gustado nuestras pijas, y demostraste ser una experta comiéndonos nuestras pollas, estuvo fenomenal ahora queremos follarle su lindo coñito de perra blanca—me dijo el vagabundo.

El hombre de raza negra se me acerco me limpio un poco y me estampo un beso, me metió su lengua en mi boca, luego se aparto de mis labios y comenzó a chuparme mis tetas, mientras que el otro vagabundo se me acerco y se arrodillo frente a mí y empezó a chupar mi coño.

--¡¡Ooohhh nnnooo, paren por favor, no, no sigan uuuhhhh!!—suplicaba, pero ninguno de los dos me hizo caso alguno y el vagabundo me metió su lengua en mi vagina.

--¡¡Ooohhh!!—exclamaba yo, no quería decirlo pero mis palabras salían por si sola de mi boca, estaba temblorosa y agitada, trataba de sujetarme de la pared, mientras me mordía los labios pero como no tenia de donde agarrarme rasguñaba las paredes con mis uñas.

El vagabundo que estaba metiéndome su lengua en mi coño, se levanto y retiro su lengua de mi vagina.

--Por favor no pares!!—dije yo completamente cachonda y con voz agitada, disfrute de esa lamida en mi coño, me gusto mucho.

Luego me tumbaron encima de unos cartones viejos, que habían hay en el suelo, nadie había pasado por ese lugar, estaba completamente solo.

Yo me quede tirada boca arriba con mis piernas abiertas, mientras que el vagabundo se agacho y comenzó a explorar con sus dedos mi vagina, luego se fue colocando encima de mí, y fue introduciéndome poco a poco su polla dentro de mi vagina, hasta que me la metió hasta el fondo de mi coño.

Pude sentir como se iba abriendo espacio dentro de mi ser hasta que me la enterró por completo sin compasión, luego aquel hombre comenzó a meter y sacar su pija desenfrenadamente, después el se acostó boca arriba y me dijo que me sentara encima de él.

Yo obedecí sin decir ni una palabra, les hacía caso como si fuese su puta, me coloque encima de aquel vagabundo y me fui sentando poco a poco porque su polla era grande y tenía miedo de que en vez de entrar en mi vagina entrara en mi culo, pero él inmediatamente me tomo de la cintura e hizo que cayera de golpe, solté un grito de dolor por qué me había aporreado un poco, luego me tomo con sus manos cada una de mis nalgas y me movía, yo comencé a cabalgar sobre su polla, yo comencé a llorar porque me sentía totalmente humillada, era la primera vez que otro hombre me penetraba, hasta ese día el único en penetrarme era mi marido.

En cada cabalgata, mis tetas botaban de arriba hacia abajo, me perforaba fuertemente mi vagina, mis nalgas sonaban con cada choque que provocaban sus embestidas.

Después me agarro y me levanto y me levanto, colocándome en el aire y me introdujo su polla nuevamente en mi vagina, me apoyo contra la pared y me sujeto de mis piernas y volvió a embestirme con tal fuerza, yo seguía llorando y les decía que pararan pero en cada suplica me follaba mas fuerte mi vagina. El vagabundo siguió así por unos minutos hasta que se corrió dentro de mi coño, me abrazo por unos minutos y luego me soltó.

El vagabundo de raza negra me empujo contra la pared, colocándome de espalda hacia él, luego me introdujo su descomunal verga dentro mi coño, yo di un pequeño grito de dolor porque esta era más grande y gruesa que la otra, el comenzó a perforarme mi coño, pude sentir como sus enormes bolas chocaban contra mi vagina cada vez que me penetraba.

Luego de haberme follado por unos minutos en esa posición me coloco a cuatro patas encima del cartón, se puso detrás de mí y me volvió a ensartar aquel trozo de carne negra, me penetraba salvajemente, mientras que el otro vagabundo se coloco frente de mi y me jalo de los pelos y me introdujo su polla en mi boca, yo comencé a mamársela de nuevo.

--Tienes un coño delicioso puta, vamos a ver como esta tu culito perra—me dijo el negro que me estaba penetrando mi vagina.

Yo me asuste al escuchar esa palabras porque nunca me habían penetrado por mi culo, me dio mucho miedo, quise para pero el negro me sostuvo fuertemente de mi cintura y me dijo que me calmara, me abrió bien mis nalgas y me coloco su tremenda polla en la entrada de mi culo, trato de metérmela con fuerza lo que yo trate de zafarme nuevamente impidiendo la penetración de mi culito.

Pero este me escupió la entrada de mi ano y se lubrico su polla e intento nuevamente, esta vez introdujo la cabeza de su pija en mi culo, lo cual yo comencé a gritar del dolor y suplica.

--No por favor, para te lo suplico no—decía yo

---Tranquila mujer, que ya entro mi cabeza falta poco—me dijo aquel negro.

Luego me la introdujo con todas sus fuerzas, di un fuerte grito de dolor, sentía como si me hubiese partido en dos, su polla entro por completo en mi culo, sentía mucho dolor.

--Aaaahhhhhhhhggg—grite del dolor, me desvanecí en el suelo, me quería desmayar pero no podía. Y con las pocas fuerzas que tenía:

--Basta por favor, no sigas, me duele mucho—le dije

--Cállate perra tu sabes que voy a terminar lo que empecé, disfruta de tu primera enculada zorra—me dijo el negro.

Estaba sin fuerza mi culo me dolía demasiado, pero aquel vagabundo de raza negra me penetraba con movimientos de mete y saca muy fuertes y violentos, me dijo que le dijera que lo disfrutaba. Y yo le hice.

--Sssiiii dame mas fuerte papi, ronpeme el culo—

--M encanta sigue—

Los dos hombres se burlaban de mí, el vagabundo que estaba viendo como su compañero me penetraba me dijo que se notaba como me gustaba ser penetraba por hombres de raza negra.

El negro no tardo mucho en correrse dentro de mi culo, luego me saco su descomunal polla de mi culo llena de leche, sentí un alivio, mientras este seguía corriéndose en mi espalda.

El otro vagabundo no tardo en relevar al negro y me introdujo su pene nuevamente dentro de mi culo.

--Aaaaahhhhgggg, me encanta—decía yo para complacerlos.

El vagabundo aumento brutalmente el ritmo en que me penetraba, su polla salía y entraba salvajemente.

--Oohhh sssiii me corro, dijo el vagabundo.

Se corrió violentamente dentro de mi ano, derramo toda su leche dentro y fuera de mí, mientras que otro se seguía masturbando, mientras veía como me follaba su compañero.

Los dos se pararon frente a mí y comenzaron a pajearse rápidamente, hasta que los dos eyacularon chorros de su semen en todo mi cuerpo.

Yo estaba cubierta completamente de semen calientito.

Todo había terminado, los vagabundos estaban agotados, al igual que yo, me encontraba tirada en el suelo con mi culo adolorido, como pude me levante del suelo toda adolorida y cansada, agarre una camisa de unos de ellos y comencé a limpiarme todo el cuerpo, luego fui a recoger mi ropa que estaba apoyada en un muro, no estaba muy manchada.

--Fuiste una de las mejores zorras que hemos tenido mi compañero y yo, ahora te puedes retirar mujer—me dijo el negro.

Me vestí como pude y me fui de allí lentamente y muy dolorida del ano. Salí de aquel lugar y tome el autobús que me llevo a casa, cuando entre a mi casa mis hijo y mi esposo me preguntaron que había pasado conmigo porque estaba sucia y mojada, les dije que no fue mi día y les dije que me había caído en un hueco que había en la calle y me di un fuerte golpe, nadie pregunto mas y mi esposo me llevo hasta nuestra habitación, yo me metí en el baño y tome una ducha larga.

El tiempo paso y he tratado de olvidar esta experiencia algo desagradable.