Me vende sus bragas 1
Compro braguitas usadas, 20 unidad". Eso fue todo el anuncio. Tampoco podía explayarme mucho en la oficina ya que aunque estaba casi solo en mi sala podía pasar alguien por detrás y conocer la web donde me encontraba.
Sé que es algo raro como comenzó todo, pero la verdad que uno nunca se espera que las cosas salgan así. Para los que no me conozcan soy hombre, de 43 años en el período de esta historia, de físico normal y cuidado por mi costumbre de ir al gimnasio 3 o 4 veces por semana. Esta historia transcurrió a la vez que alguna otra de las que he compartido con vosotros en anteriores relatos.
Mi perversión por todo lo sexual viene desde mi niñez, siempre oliendo bragas, intentando follar pagando o sin pagar... etc, vamos de todo. Esta vez comenzó todo en uno de esos días en la oficina donde estaba más que aburrido, las tablas excel son un agobio y además las llevaba algo adelantadas, por lo que mientras hacía que trabajaba tenía una ventana medio oculta donde iba leyendo anuncios de contactos para buscar una nueva aventura.
Lo cierto es que los últimos días no había encontrado nada que me llamase la atención, tengo la costumbre de ir mirando dicha página por curiosidad y más de una vez he conseguido una experiencia sexual gracias a ella, pero últimamente nada me llamaba. Al final me dió por poner un anuncio, aunque los que lo habéis hecho en la categoría que sea ya sabéis que es dificil que nadie te conteste, pero bueno, por probar nada pasaba.
"Compro braguitas usadas, 20€ unidad". Eso fue tdo el anuncio. Tampoco podía explayarme mucho en la oficina ya que aunque estaba casi solo en mi sala podía pasar alguien por detrás y conocer la web donde me encontraba.
Pasaron un par de días y no recibía nada, la verdad que ya casi ni pensaba que iban a responder, pero mira tú por donde al final tenía un mail. En él se presentaba una chica que no indicaba la edad preguntándome como tenía pensado hacer la transacción... Ese mismo día compartimos varios emails pensando ambos como hacerlo, en principio ella no quería dar sus datos ni mucho menos cuenta bancaria para una transferencia, entendible todo al ser dos desconocidos, y entre correo y correo la verdad que enseguida noté como crecía la confianza entre los dos. Estaba claro que ella quería enviar sus bragas por correo para evitar que le viese la cara, y al final quedamos en que me daba su teléfono y le podría pagar las braguitas por bizum. Algo extraño pensándolo después, que una chica no quiere decirte su nombre pero te da su teléfono... Por la forma de escribirme deducía que era más joven que yo, además enseguida fui a mirar su foto del whatsapp pero solo mostraba una imagen de arbles y naturaleza por lo que poco más pude averiguar.
Sin atrasarlo más le transferí os 20 euros por bizum para que ella me enviase la mercancía, la verdad que confié mucho ya que nada me garantizaba que me las fuese a enviar cosa que ella me agradeció de inmediato con otro mail.
Al día siguiente por la tarde tenía un sobre acolchado en mi buzón, no llevaba remitente pero yo sabía que era de Marga (nombre que me dijo por mail). Subí a mi piso y corriéndo lo abrí. En él había una bolsita de esas para congelar comida con cierre y dentro unas maravillosas bragas blancas, pequeñitas y con algo de encaje en la cintura. Lo abrí y con mucho cuidado las saqué para llevármelas a la nariz... me encanta hacer estas cosas... la parte de la entrepierna con ligero aroma a hembra, a su sexo. Lo olí todo, anuque no era de las más olorosas que he tenido el gusto de olfatizar me daba morbo el haber hecho una tontería así. De todas formas eran sólo 20 euros por lo que tras masturbarme oliéndolas varias veces, decidí que me haría cliente de ella cada pocos días.
Así fue que comenzamos una relación comercial en la que yo le escribía los martes y los viernes, y ella cada uno de esos días recibía su bizúm y me enviaba su ropa interior. Cada vez los mails eran más cercanos y en confianza, ya me escribía frases como "Toni!!! te voy a enviar unas preciosas, además las he llevado todo el día y toda la noche para que las encuentres a tu gusto!!." No sabría decir si me calentaba más al oler sus braguitas o al escribirle. Cogimos confianza entre correos y comenzamos a preguntarnos cosas el uno al otro, aunque dejé que ella comenzase para no espantarla. Cierto día yo no había escrito aún a mi nueva amiga pero recibí un correo suyo. En él me preguntaba que como estaba y que tenía cierta curiosidad por saber que hacía con sus bragas, que por favor le contase.
Ahí me calenté de inmediato y sin ningún tpo de vergüenza le detallé mi ceremonia al llegar a casa y recibir su paquete. Le dije que me encantaba olerlo, masturbarme y pensar que ella estaba delante mío mirándome. La verdad que no tenía más datos de ella, sólo su nombre ni su edad ni nada más. No quise adelantarme yo a preguntar por si la espantaba o se asustaba. Ésto mismo le expliqué en el mail de contestación, y que aún así disfrutaba con el aroma de coñito de una completa desconocida a la que tenía que inventarme cara cuando fantasease con ella.
Creo que le gustó el mail porque me dijo que se sentía halagada, y que para ayudarme en mis pensamientos se describía un poco: chica de 26 años, alta con mechas rubias, estudiante de universidad y con algún que otro apuro económico para llevar sus gastos. En ese mismo mail me explicó que había comenzado con la venta de sus braguitas al ver mi anuncio buscando algún medio de ganar dinero.
Pasaron casi 3 meses y no fallé ni una semana, aunque reduje los pedidos a uno semanalmente pero con 2 o 3 braguitas cada vez. Ella recibía su dinero y seguíamos escribiéndonos. Ya me preguntaba directamente si quería braga o tanga, por lo que yo iba alternando. Me gustaban algo más los tangas ya que además del flujo en la parte del forro, también era más intenso el olor de su ano en el hilo que se acomodaba ente sus nalgas. Ya con la confianza que nos teníamos se lo hice saber y ella reía, decía que le hacía mucha gracia mi pasión por su ropa interior y que era un pervertido pero que le gustaba que fuese así. Muchos días nos enviábamos mails contándonos cosas y las solicitudes de envío las recibía ella directamente con mi bizum.
Entre mails supe que ella era de un pueblo cercano pero que vivía con compañeras de la universidad, que sacaba buenas notas y que tenía un noviete que veía sólo los fines de semana. Me dió algo de envidia el tema del novio pero en fin, casi podía ser mi hija y de todas formas sólo me iba a enviar sus bragas mientras se las comprase, así que no le dí mayor importancia.
Cierto día me escribió que se iba a pasar una semana a su pueblo para celebrar su cumpleaños con la familia y no podría enviarme nada ya que allí estaría en casa de sus padres, la disculpé y no le dije nada pero la experiencia es un grado y el día que sabía era cuando los cumplía le envié otro bizum de 50€ y en el concepto le escribí "para que te compres algo bonito, felicidades".
Me contestó por la noche a altas horas de la madrugada super contenta, que le había hecho mucha ilusión y que era todo un encanto (joder parecíamos amigos de toda la vida, ya casi habíamos normalizado lo de que yo casi 20 años mayor que ella le compraba sus bragas para olerlas y correrme encima de ellas...) Me dió la impresión de que había sido todo un acierto el regalo.
Cuando volvió a su piso de la ciudad me escribió enseguida, me preguntó si tendría problema en hablar por whatsapp ya que no sabía si yo estaba casado o lo que fuera (la verdad que yo le contaba cosas de mi pero las justas y si ella no preguntaba mucho yo no daba detalles.) A partir de ahí comenzó una relación más estrecha por whatsapp, a cualquier hora nos comunicabamos, me contaba sus cosas, yo algunas mías, como le había salido este examen o este otro...etc. Hasta comenzó a enviarme fotos de su cuerpo (la cara siempre tapada) con los tangas que iba a enviarme al día siguiente... bufff eso me ponía muy cachondo, aunque no enviaba nunca su cara pero memoricé cada centímetro de piel desde sus muslos hasta poco más arriba de su ombliguito. Se la veía una chica joven y con vientre plano, blanquita de piel y perfecta.
Tras enviarme alguna por delante y otra por detrás mostrándome su redondo culo con un tanga amarillo me preguntaba si me gustaba y yo no hacía más que decirle que me volvía loco y que quería recibir ya esa prenda para tenerla en mis manos. A ella le encantaba este juego y a mi también, aunque yo por mi parte tenía mis aventuras en otros lados y descargaba mi leche en otras mujeres, pero Marga me daba ese punto de inocencia sexual que me llevaba de cabeza.
Cierto día en una conversación por whatsapp le dije de broma que algún día debíamos tomarnos un café y conocernos (no lo dije con la intención de que accediese porque no la veía capaz de que quedase conmigo) y la conversación no pasó de ahí, pero ya por la noche estándo yo en la cama acostado recibí un mensaje suyo: "de verdad querrías que nos conociésemos en persona??? un café no me importaría...".
Debo admitir que eso me puso algo nervioso, la relación que tenía con esta niña no iba más allá de lo que era, yo le pagaba y ella me enviaba sus bragas usadas. Cierto que nos habíamos convertido en una especie de amigos con morbo y con alguna conversación subida de tono cuando me preguntaba por mis aficiones con su ropa pero nada más. Pasaron como 30 mensajes mientras lo pensábamos ambos y al final decidimos conocernos en persona. Lo cierto es que mi experiencia más dilatada que la de Marga me decía que una chica como ella no debería hacer estas cosas, podría topar con algún tarado mental que le hiciese algo malo, pero la suerte es que era yo el hombre al que iba a conocer y quitando mi afición por sus bragas lo demás que sentía por ella era ternura y cariño llegados a este punto.
La cita fue en una cafetería del centro, a las 6 de la tarde. Más inocente imposible. Me arreglé un poco y llegué con algo de antelación. Al poco la ví llegar. Nunca había vsto su cara pero ese cuerpecito esbelto y las mechas rubias la delataban. Se quedó mirandome desde la puerta y yo le sonreí, ella sonrió y se acercó. Enseguida se arrimó a mí para darme dos besos (cosa que me pilló de improviso ya que no sabía como me iba a saludar) y yo cortésmente le correspondí a otros dos en sus mejillas.
Era guapísima, no había mentido en su edad ni en ningún detalle que compartió conmigo sobre su persona. Los primeros 5 minutos fueron algo silenciosos y de nervios pero en cuanto comencé a decirle lo preciosa que era y recordar alguna de las cosas que me había dicho en sus mensajes conseguí que se relajase y con cuatro risas se la veía agusto conmigo.
Hablamos de todo, de sus estudios, su pueblo, su novio que no le hacía mucho caso... ella me preguntaba por mi vida, mi trabajo...etc. Sin darnos cuenta se nos hizo la hora de cenar, no estaba previsto que el café durase tanto!, me ofrecí a invitarla a cenar algo en un puesto de comida rápida de al lado (sabía que le encantaba ese tipo de comida) a lo que aceptó. Pasamos un buen rato de risas y recordándo como ella tenía que esconderse para enviarme las bragas y que sus compañeras de piso no se diesen cuenta, y de como le preguntaban que porqué iba tanto al centro comercial de al lado para comprar ropa...
Al final la acerqué a su casa en mi coche, la veía muy agusto conmigo y yo también lo estaba. Si yo hubiese tenido como 15 años menos habría luchado por conseguirla de novia, era preciosa. La dejé en su casa y me marché a la mía y nada más ocurrió ese día.
Al día siguiente ya tenía un mensaje suyo diciéndome que era un encanto y que ojalá todos los tíos fuesen como yo, que la había tratado muy bien y eso contando como nos habíamos conocido... Le dije que me encantó la tarde con ella y que había que repetirlo más veces.
Ese día tenía pensado pedirle mi mercancía habitual, dos o tres tangas usados pero tras conocerla en persona se me hacía algo raro... lo estuve pensando un rato y al final le envié el bizum como normalmente hacía. Esta vez ella me escribió de inmediato diciéndo que si le decía una dirección me las traía ella en persona. Yo flipé, una cosa no tenía que ver con la otra... pero enseguida le dí la dirección de mi casa indicándole que no podía llegar antes de las 17h por trabajo.
Esa tarde llegué a mi casa y a los 10 minutos tocaban al timbre. Era ella, la hice pasar al salón y le saqué una cocacola. Me dijo que no quería molestar si tenía cosas que hacer, y sacando una bolsa de plástico de su bolso me la dió. Dentro iban dos tangas. Rápidamente dejé la bolsa encima de la mesita del comedor (me daba no se qué ponerme a olerlas delante de ella) y mientras hablábamos de algo me dijo:
-Toni, no vas a verlas??
...eeehhhh pensaba hacerlo después...
Vaaaaa porfaaaa, quiero ver como las miras... y ver si te gustan!.
Me quería morir, soy bastante atrevido de normal pero con una relación de casi 4 meses ya hablando diariamente con ella por mensajes me daba apuro ponerme a ler su ropa interior con ella delante... pero vi que me ponía ojitos al pedírmelo y accedí.
Cogí la bolsa y saqué los dos tangas de su interior. Uno rojo y otro rosa. Ella me miraba fijamente mientras me preguntaba si me gustaban. Yo le decía que sí y extendiéndo la tela de ambos enseguida vi las manchas de flujo blanquecino en el forro interior. La polla cobraba vida propia. Marga me seguía atravesando con la mirada, se la veía con curiosidad por ver mi reacción con su ropa interior.
Bufffff esto me pone un poco tonto Marga... no debería hacerlo delante de tí, vas a pensar que estoy loco.
Qué dices??? hace mucho que te vendo mis bragas, te he imaginado oliendolas muchas veces... sólo quiero ver como lo haces.
No podía decírle que no, la situación era muy extraña pero me calentaba por momentos. Así que acercándome el tanga rojo a la cara lo miré, ví sus manchitas, la miré a ella a los ojos y sin dejar de hacerlo acerqué la parte de la entrepierna a mi nariz. Ella me miraba con excitación, eso era seguro. Las olí como dos minutos seguidos en absoluto silencio mientras ella me miraba. La polla se me quería salir de los pantalones pero no me atrevía a sacármela y pajearme en ese momento.
Lo siento, están más manchadas de lo habitual... me dijo ella.
Marga me encanta tener tu flujo tan cerca... me vuelves loco. dije aspirándo con fuerza la pequeña tela.
Ella cogió el otro tanga rosa de la mesa y sentada frente a mí lo llevó a su nariz, lo olisqueó como hacía yo. La imagen hizo que comenzase a tirar gotas preseminales por el nabo en mis calzoncillos...
- Esto te gusta tanto??? la verdad que aunque sea mío es cierto que me pone un poco...
Su mirada había cambiado, no sé si era mi cerebro caliente o ciertamente la veía con algo de deseo sexual en sus pupilas. De repente se levantó de la silla y me preguntó que donde estaba el baño, se lo indiqué y se fue. A los 5 minutos volvió con unas bragas negras en la mano y acercándomelas me dijo: " estas de regalo, recien quitadas".
Me quedé blanco, no esperaba eso de ella. Las cogí y noté que estaban calientes. No hizo falta que me lo pidiera, me las llevé a la cara mirándola fijamente.
Se terminó la cocacola que le había puesto y casi en silencio se levantó diciendo que mejor se iba. Yo no quería que ese momentazo terminase y me fui tras ella.
Ya en la puerta se giró para darme un beso en la mejilla y despedirse pero entonces excupí una frase que sin pensarla surgió efecto:
- Marga... cuanto me cobrarías por oler directamente de la fuente?
CONTINUARÁ