¿Me toco para ti?

Cuando una mujer necesita tocarse y aliviar su ardor sexual, puede hacerlo en su intimidad o en compañía. Si te avisan para que seas tú quien la vea como se toca, entonces surge un morbo llamado "deseo por ti", y eso es lo que mis amigas hacen a veces conmigo, "desean que las vea tocarse", y lo hago

Siempre me ha dado morbo el tocarme delante de un hombre, el ver como a poco lo voy calentando hasta que ya no puede más. Ver como su cara va cambiando por la excitación y como al final me aparta la mano y me folla de una embestida, ¿eso lo harías tú también? Yo creo que harías eso conmigo y mucho más. Mira como me toco para ti en esta foto, ¿quieres qué lo haga cuando te tenga cara en cara? ¿Te pondría eso muy cachondo?”

Así es como a veces me llaman la atención amigas mías, y claro uno es un hombre, no es una piedra, por eso, entre las frases bien cargadas de morbo y lujuria y la foto que me mando, pues tuve que hacer el gran esfuerzo de follar a Vicky. Si, ella lo pedía casi a gritos y tuve que hacer un hueco en mi agenda para contentar a esta mujer de treinta años que estaba esta semana cerca de donde yo vivo y claro, no es que no me guste dar placer a todas horas a las amigas, pero si encima te mandan fotos de su coño, literalmente tocándose con sus dedos, pues no puedo ser maduro y hacer como que no puedo, por eso, la llame y le dije que si tenía un hueco en la hora de comer le iba a meter un pedazo de polvo que la dejaría bien satisfecha.

Ella la verdad es que al ser comercial digamos que puede acondicionar su horario más flexible que si trabajará en una oficina, por lo que quedamos para comer, aunque estaba claro que ella si iba a comer, mi rabo y varias veces, que se la traga que da gusto, y yo puede que me comiera su coño, pero el que si iba a comer realmente era su vagina, todo mi pene y la leche que le dejaría como alimento, por eso, cuando nos vimos, no hizo falta preguntar “¿qué tal el día?” o “¿qué haces tú por aquí?”, estaba claro que íbamos a realizar el mejor deporte del mundo, follar como locos hasta que no pudiéramos más.

Al ser miércoles, pues digamos que en los restaurantes suele haber mucha gente para comer, por lo que nos fuimos con nuestros coches, a la parte de atrás, y como ella tiene un todo terreno, cosas de su trabajo, pues nos quedamos en la parte de atrás de su vehículo.

No quiero aburrir, solo decir que ella iba con una mini falda, muy corta, con un tanga que eche hacia un lado y metí mi polla en su ya encharcado coño, y entonces como buen joven que soy empecé a follarla fuerte y rápido, por eso, creo que ella, Vicky, no se aguantó mucho y tuvo su primer orgasmo, cosa que me encanta que se corra una mujer nada más meterla dentro de ella, porque así sé que ya iba bastante caliente antes de la follada, y bueno, pues seguí metiendo y sacando rápido, tan rápido que en pocos instantes, estábamos sudando del esfuerzo, y eso que era noviembre, no es época de sudar, pero esta hembra madura para mí, nos llevamos ocho años de diferencia, pero realmente aunque yo sea tan joven, realmente para mí es como si fuera casi una madurita salida, de las que me gustan, y como le gusta follar mucho, al menos conmigo es una vez a la semana, aunque creo que tiene pareja y supongo que con él también lo hará, o tendrá otros amigos, como toda mujer moderna donde las haya, pues tiene ya su sexualidad a plena potencia, la misma que yo le estaba dando fuerte y duro.

Vicky más de una vez me ha dicho que no la folle con condón, pero es que como nunca se sabe en donde la puedes meter, yo me lo puse, por eso también es que le estaba dando tanta caña, porque si me corría dentro, no le pasaría nada, cosa que a veces me hubiera gustado que me dijera que toma anticonceptivos, pero nunca me lo dijo, por eso, la seguridad en mi polla y su coño.

Cuando Vicky estaba a punto de correrse de nuevo, que me lo estaba gritando, quise que se le alargará, y se la saque, comprobando ese agujero que se les queda a las mujeres cuando les haces eso, en su coño, totalmente dilatado, y la cambie de postura, la puse apoyada sus pies en el suelo y con su culo totalmente ofreciendo a su macho que deseaba reventarla, pero se la metí de un solo golpe, sin esperar a que estuviera acomodada, y claro, chillo, o se quejó, realmente no sé lo que fue, pero yo ya tenía ganas de agarrarla de la cintura y follarla como debe de ser, bestial y haciendo que sepa lo que es un macho joven empotrando y acelere más aún, quería que me pidiera mi leche, por eso su culo rebotaba a cada embestida mía, era esa melancólica sinfonía sexual de culo contra mi cuerpo, algo que me traslada al sexo guarro, por eso, cuando note que ya tenía ganas de correrme, se la saque, me quite el condón y deje que mi polla se apoyara en su culo, para ver cómo me salían los chorros que se depositaban alargados sobre su mini falda y parte de su camisa, y así hice que ella supiera que cuando por la noche llevara esa ropa a lavar, recordará que no me puede provocar.

Pero Vicky es de las mujeres que no dejan sin limpiar una rica polla, por eso, se dio la vuelta y se la metió dentro de su boca, estrujando para que salieran las ultimas gotas de mi miembro, cosa que eso hice, así se dio el gusto de saborear mi lechada de hoy.

Nos dimos un beso luego, y cada uno se metió en su coche y nos despedimos hasta la siguiente vez, que no sé cuándo será.

Solo puedo decir que me gusta follar con mujeres más mayores que yo, porque saben lo que quieren, cuando, como y lo más importante, de quien lo quieren. Gracias, mujeres maduras por ser tan calientes.

®Todos los derechos reservados al autor de la historia.

Nota de autor:

Relato perteneciente a mi saga “1000 relatos calientes”, espero que les gusten y sigan disfrutando de las hazañas de mujeres y de sus placeres sexuales, como yo los he disfrutado a lo largo de mi vida.

Historia real que sucedió hace tiempo, pero siempre me acuerdo de ellas, esas amigas que por motivos que no vienen a cuento, me acordaré de como follaban, por eso, los expongo ahora, cuando ellas ya no están entre mis piernas o quieren que este yo entre las suyas.

Podéis seguir mis otras historias en los enlaces o páginas en las que los publico.