Me subastan por...amor 12ª parte
¡Feliz Cumpleaños! Abu ocupó su lugar metiendo su verga y también me felicitó al separarse, tanto Hito, como Salim también me penetraron
ME SUBASTAN POR AMOR...12ª PARTE
Solamente falta un día para mi cumpleaños y el de mi gemelo Alessandro (Alex), hemos estado bastante tranquilos durante la mañana y después de comer subimos Diego y yo a nuestro dormitorio, pero tanto Ángel como Sergei nos siguieron, después de la noche anterior parecían estar bien juntos, me senté en una de las dos chaisse-longue apoyando mi espalda contra una de las cabeceras, Diego apartó mi espalda colocándose detrás mío con las piernas dobladas, yo apoyaba mi cabeza junto a su cuello, su mano se paseaba por mi pecho, entraron Sergei y Ángel.
Sergei se sentó cerca de mí, le propuse tumbarse entre mis piernas, eso hizo él apoyando su cabeza sobre mi entrepierna, yo acariciaba su lindo cabello, Ángel se sentó sobre un cojín cerca de Sergei, su mano se posaba sobre el pecho cerca del corazón, todos estábamos en un silencio placentero, Sergei empezó diciendo: Ésta noche pasada, ha sido la primera vez que he tenido sexo desde que estoy en España y de eso hace muchos años, claro que me he masturbado, también alguno de mis compañeros han intentado incluirme en sus juegos sexuales, pero a lo más que consiguieron fue hacerme una mamada, sí les besaba, pero yo no los tocaba nunca, por eso me llaman “Iceman” (Hombre de hielo), pero ayer al conoceros algo saltó dentro de mí, la tranquilidad, respeto y el cariño que teníais me hizo despertar, quería sentir por una vez lo mismo que vosotros. Yo dije: ¡No tienes que justificarte ante nadie, sabemos que lo has pasado muy mal, todos lo habéis pasado mal, pero nosotros intentamos comportarnos de forma natural, también tenemos días malos, pero nos perdonamos si faltamos a alguien o nos discutimos, es normal, cada vez hay más gente en esta casa y a veces puede ser agobiante, pero siempre hay algún rincón tranquilo para pensar o descansar!
Sergei inclinó un poco su cabeza hacía atrás apretando mi verga y mirándome a los ojos dijo: ¡Tú voz, es cálida y relajante, sabes me deja desarmado, la forma con la que tratas a todos demuestra, que tienes un gran corazón! Siguió: ¡En lugar de recriminarme por llevarme a Ángel al aseo, hiciste algo mucho peor para mí, provocaste mi deseo de tener sexo de nuevo, fue tan caliente, que cenando no paraba de pensar en ello, en el césped me hubiera tirado sobre Ángel y lo habría saboreado, pero tú susurrando en su oído provocaste que eyaculara sin tocarse, le diste placer que yo no le había dado minutos antes, pero por la noche fue mejor todavía, disfruté de cada momento!
Su mano acariciaba con suavidad la cara de Ángel y continuó hablando: Yo era muy pequeño, debía tener pocos años apenas hablaba, la policía secreta entraron en nuestro piso y se llevaron a mis padres, nunca supe el motivo, pero me dejaron sólo allí, mis padres no volvían y cuando tenía hambre miraba en el frigorífico y comía lo que encontraba, me subía a una silla buscando en los armarios de arriba y cogía lo que encontraba, pasaron algunos días y ellos no regresaron, salí a la calle y la puerta se cerró detrás mío, la llave estaba en la cocina, deambule por la calle, robé fruta en el mercado y dormía acurrucado en rincones de la calle o en parques tapándome con cartones, ya había visto a gente que hacía lo mismo, una tarde un hombre bien vestido se acercó a mí ofreciéndome un caramelo de tubo, dijo que me quitaría el hambre, chupé con ganas el delicioso manjar y poco después me entró sueño, al despertarme, me encontraba en una habitación, llena de niños y niñas, algunos bastante sucios, miré mi cuerpo también estaba temblando de frio, de hambre, algunos lloriqueaban yo temblaba de miedo, sollocé, en el cuarto debía haber unos 15 menores, de varias edades, los que no lloraban eran los mayores, pero sus caras parecían resignadas, no tenían expresión alguna.
De vez en cuando se llevaban a dos o tres, a veces más, luego los devolvían a la habitación, algunos en peor estado otros más eufóricos, más tarde escogieron a tres niños, dos algo mayores y a mí, nos llevaron a empujones a una gran sala, allí habían varios hombres, mucha luz inundaba el cuarto con unos focos, uno a uno nos fueron desnudando y dentro de un barreño no lavaban, un señor disparaba fotos, otro usaba una cámara grabándolo todo, cuando terminaron tumbaron a uno de los niños mayores sobre un camastro, acercaron al otro a la cabecera, le pusieron algo parecido a nata, en sus genitales y el joven tumbado comenzó a chupar frenéticamente, me obligaban a mirarlos para que aprendiera, el joven de la cama pasaba su lengua por sus labios y seguía chupándole el pito al otro niño, me pusieron sobre la cama de rodillas y le separaron las piernas y lo untaron con lo mismo en su verga, empujaron mi cabeza hacia abajo y fui lamiendo, el sabor era agradable y poco a poco el mástil del chico se fue levantando, pusieron más nata y yo la devoraba junto con la verga del chico, me gustaba el sabor de la nata, mi cuerpo estaba agachado y noté un dolor en el culo, un hombre me había pinchado con una aguja, me colocaron sobre su cintura y sujetándole la verga al chico la metieron dentro de mi trasero, notaba un ardiente dolor dentro de mi culo, el joven se movía entrando y saliendo de él, el otro subió a la cama, le pusieron nata y acercó su verga a mi boca, sus manos en mi cabeza me obligaban a tragarme su verga, esta vez la nata sabía de un modo diferente, estaba feliz chupando y siendo penetrado.
Pasado un rato noté que algo salpicaba el interior del culo, noté unas manos grandes sujetándome por detrás y me penetraron de golpe mientras me pegaba en el culo, el chico de delante soltó un líquido viscoso sobre mi cara, lo apartaron y mi boca fue ocupada por una gorda polla de otro de los hombres, apretaba con fuerza mi cabeza forzándome a tragármela entera, yo tenía arcadas y me ponía colorado, me dolía el culo, notaba el choque de los huevos contra mi culo, no podía quejarme tenía la boca llena, me costaba respirar, de pronto los hombres gritaron y fueron soltando sus viscosos líquidos, uno en la boca y el otro sobre mi culo dolorido, nos dieron un trozo de bocadillo a cada uno, nos hicieron vestir, llevándonos de nuevo a la habitación con el resto, me ardía el culo y la boca también, a partir de ése día me subían al cuarto blanco-como yo lo llamaba- ya no subían chicos conmigo, estaba solo y pasaban varios hombres usándome por cualquier sitio, alguno me azotaba el culo antes de penetrarme, yo solamente gritaba, la nata había desaparecido, me obligaban a tragarme su líquido, cuando terminaban me daban un caramelo, quedándome dormido poco después, eso día tras día y por la noche me orinaba encima de la ropa, por eso me castigaban azotándome muy fuerte, mientras ellos se reían, yo lloraba en silencio, sino me golpeaban más.
Luego fui pasando de un grupo a otro, me daban los caramelos antes de tener relaciones, a veces seis o siete hombres se turnaban, en otras, dos me penetraban a la vez mientras otro me forzaba la boca, yo no tenía fuerza para resistirme, estaba laxo, cada vez necesitaba más caramelos para soportarlo, apenas me daban de comer y parte de los otros niños iban desapareciendo del grupo, aparecían otros nuevos, uno de los anteriores jefes nos sometió a examen médico y a partir de entonces, nos fueron apartando quedando nosotros siete marcándonos con su sello en el tobillo y nos alquilaban. Junto a la puerta se encontraban sus seis compañeros, llevaban un buen rato escuchando en silencio, entraron en la habitación.
Se fueron acercando a nosotros y uno a uno besaron la mano de Sergei llevándosela sobre el corazón, después se sentaron en nuestra cama, Hito el joven japonés dijo: Mi madre era una prostituta y murió de una sobredosis, me llevaron a un orfanato, allí me violaron casi todos, los encargados vendían algunos chicos a las mafias, ya me acostumbré a esa vida, me pasaron de unos a otros, terminando junto al resto de nosotros.
Adam el joven de color sudafricano tomó la palabra diciendo: Yo vivía con mis padres y hermanos en una cabaña de nuestro poblado, allí había un misionero que me cogió cariño y de vez en cuando me manoseaba, más adelante comenzó a penetrarme, mis hermanos nos pillaron, a él le dieron una paliza y me follaron todos ellos, le amenazaron con contarlo sino se iba de allí llevándome con él, ya que sería una deshonra tenerme en el poblado, subimos a su coche y fuimos a la ciudad, una vez allí me hizo bajar del coche junto a un grupo de jóvenes que holgazaneaban diciéndome que iba a aparcar el coche y volvía a buscarme, se fue para no volver, me uní al grupo callejero y deambulábamos por las calles intentando robar para comer, un día varios hombres nos cogieron a tres de nosotros tapándonos la nariz y boca con un paño mojado, despertamos dentro de una gran jaula en un furgón y fuimos pasando por diversos sitios donde cobraban por nosotros, más tarde nos vendieron a otro grupo y pasó igual, varios años después terminé junto al grupo de marcados.
Poco después tomó la palabra el joven Abu nacido en Marruecos, diciendo: Yo recuerdo estar jugando con trozos de piel teñida, mientras mis padres trabajaban en los tintes de las pieles, sacaron unas piezas y los dos fueron para secarlas dejándome allí, creo que era una mujer se me acercó ofreciéndome unos dátiles, me los puse en la boca, lo siguiente que recuerdo al abrir los ojos era estar en un vehículo grande junto a niños y niñas, todos atados por las muñecas y tobillos, en las bocas llevábamos trapos atados impidiendo gritar, cuando llegamos a una gran ciudad, nos pasaron a otro furgón y partimos de nuevo, en otra población un hombre miró a las niñas para saber si estaban intactas y les prohibió que las violaran, las montaron de nuevo y partimos, se hizo de noche y paramos en una zona muy alejada de cualquier sitio, los guardianes manosearon a las jóvenes poniéndose cachondos y buscaron placer con nosotros, casi todos fuimos penetrados de una forma u otra, incluso por más de uno, durante el trayecto se iban unos y aparecían otros, llegamos a un puerto y nos metieron en la bodega de un gran barco, cuando éste hacía escala en algún otro sitio, nos encerraban en una casa y allí aparecían hombres que pagaban por nuestros servicios sexuales, sino cumplíamos nos azotaban si piedad, con algunos se les fue la mano y murieron, seguimos la ruta marcada, siempre lo mismo, dolor, sufrimiento, sudor y sexo forzado. Un largo tiempo después terminamos en otro barco y fui marcado también.
El joven judío, Jonás comenzó diciendo: Yo me había escabullido de las clases para estudiar el Talmud, a los huérfanos nos obligaban asistir a ellas, estaba en un callejón chutando una gran bola de papel atado con gomas, de pronto apareció otro niño, con la piel algo más oscura que la mía, al verme me dijo, que las gomas se partirían y eso ocurrió poco después, buscó en los cubos de basura sacando varias bolsas de plástico, tomó la bola grande de papel metiéndola dentro de una de las bolsas atándola después, lo repitió con las otras y me la entregó, le pedí que jugara conmigo, estábamos tan absortos, que no nos dimos cuenta, que aparecieron dos de los rabinos que nos daban clases, me dieron un cachete diciéndome que era una deshonra, para nuestro pueblo ya que estaba compartiendo juego, con un posible terrorista palestino, nos agarraron llevándonos a una comisaría militar, allí nos entregaron metiéndonos a los dos en una celda. Al joven palestino le preguntaron su nombre, dijo llamarse Asier, le hacían muchas preguntas sobre ataques y bombas, él decía no saber nada de todo lo que le preguntaban, entonces le azotaban, estaba atado y desnudo sobre un extremo de una larga mesa, en el otro extremo me encontraba yo de igual manera, después me preguntaban a mí, los dos llorábamos y nos azotaban con saña sobre las nalgas, uno de ellos comentó que teníamos los culitos pequeños y muy prietos, entonces cogieron sus porras negras y mojándolas con saliva, nos las metieron por el culo, gritamos de dolor, seguían preguntando y las porras se abrían paso dentro de nuestros culos, por muchos ruegos no hicieron caso y continuaron con sus juegos retirando las porras y metiéndolas de nuevo, volvíamos a gritar de dolor. Después sustituyeron las porras por sus vergas y apretándonos la cara sobre la fría mesa metálica nos penetraban con brutalidad.
El guardia que me penetraba soltó mis manos llevándome detrás de Asier, me levantó la cara llorosa y me dijo: ¡Ves éste cuando sea mayor será un asesino de nuestro pueblo! ¡Nunca dejes que te penetre uno de ellos, porque te volverías contra nosotros, tú tienes que dominar siempre! Entonces amarró mis muñecas sobre las de Asier y cociendo mi pito lo clavó dentro del joven palestino, chilló de dolor, ahora yo fui penetrado por el que había perforado a Asier, mi cuerpo recostado sobre su espalda y nuestras caras juntas llorando mientras mi culo ardía como el fuego, el que me había atado se colocó sobre la mesa metiendo su gordota verga en la boca de Asier y después en la mía, si la cerrábamos nos pegaba cachetes para que las abriéramos, se alternaba en nuestras bocas y de repente soltó su semen sobre nuestras caras gimiendo de gusto mientras sujetando su gruesa verga nos aporreaba nuestras caras mojadas, el otro que me taladraba terminó dentro de mi culo, yo notaba que su líquido llenaba mi culo, poco después nos soltaron las ataduras. Uno de ellos me puso una fusta en la mano obligándome a golpear con fuerza a mi compañero de juego, al negarme me dio una fuerte bofetada, al joven palestino le pusieron piedras en la mano obligándole a tirármelas una a una, tenía que darme sino el castigo sería el látigo, de esa manera me apedreaba y ellos me instaban a pegarle llamándolo con palabras malsonantes, que yo apenas conocía, yo perseguía a Asier golpeándolo y él se cubría con sus raquíticos brazos, por fin se cansaron del juego y nos dejaron desnudos de nuevo en la celda. Cuando se fueron me acerqué junto a Asier abrazándole intentando consolarlo, él entre sollozos murmuraba: ¡Me has pegado, me has pegado, te odio! Giré su cara mirándole a los ojos le dije: ¡Asier perdóname, eres mi campeón, lo has aguantado todo y te quiero! Besé su boca, él parecía reticente, pero abrió su boca dejando que mi lengua entrara en la suya, nos consolábamos mutuamente. Al día siguiente nos metieron en un furgón sacándonos del país y nos pasaron a unos contrabandistas, que también abusaron de nosotros y nos fueron revendiendo, llegando tiempo más tarde al barco donde nos rescataron.
Salim carraspeó y el joven hindú dijo: Soy el quinto hijo de mi familia, siempre fui muy delgado, mi madre cuando estábamos a solas me decía que le hubiera gustado tener una niña, pero en la India, las familias se endeudan con las dotes de las niñas al casarlas, entonces cuando estábamos solos me vestía con vestidos de ella, diciéndome lo guapo que estaba con esa ropa, que parecía su hija y tenía que guardar el secreto, un día que me había vestido con su ropa, tuvo que acudir como partera a una chabola cercana, yo me miraba en un espejo muy ajado, oí unos pasos vacilantes y me asusté, me cubrí parte de la cabeza y la cara, entró nuestro padre bastante bebido, me abrazó, tumbándome sobre el camastro y comenzó a juguetear conmigo buscando mi boca, apartó el velo que cubría mi cabeza, me miró sin verme, su boca buscó la mía metiéndome su lengua dentro, yo estaba asustado y le dejaba hacer, sus manos subieron el sari y poniéndome su enorme mano entre mis piernas agarró mi verga y los huevos, estando tumbados de lado su dura verga se me clavaba en el trasero, al estar tan cerrado, se escupió saliva en la mano frotándose la verga y entonces me penetró de un seco golpe, yo iba a gritar, pero su mano me tapó la boca.
El ano me dolía intensamente y él arremetía con brutalidad mientras que sus manos acariciaban mis genitales, su boca mordía mi cuello y la nuca también, sin quererlo mi verga se puso dura con sus caricias, me fue masturbando y solté mi semen dentro de su gran mano, la pasó por su boca lamiéndola y me la acercó a la mía, saqué la lengua y lamí la mano con mi corrida, el contacto de mi boca le provocó más excitación, introdujo tres dedos en mi boca dándome los últimos empujones, noté que dentro del culo se me llenaba con su corrida, cuando se separó de mí, se quedó dormido, cuando me iba a levantar vi en la cortina de la entrada del cuarto a mi madre con cara horrorizada, nos había visto, me acerqué a ella diciéndole que no había podido evitarlo, que me había tumbado sobre la cama estando bebido, al día siguiente al quedarnos solos, mi madre me tomó de la mano y salimos de la chabola, andamos mucho rato por diferentes callejuelas, llegamos a una parte desconocida para mí, eran los suburbios más bajos de la ciudad, entramos en una casa y un hombre muy gordo, con anillos en todos los dedos y varios colgantes de oro, habló con mi madre, ésta me dijo que aquel señor me cuidaría muy bien, que le hiciera caso en todo, vi que escondía dinero en el escote del vestido (Sari) me dio un beso y se fue, de esa manera se despidió de mí, entregándome a ese enorme hombre, su lengua se deslizaba sobre el labio superior, su ridículo bigotito con gotas de sudor me provocaba un poco de asco, de vez en cuando secaba su cara con un pañuelo.
El hombre me llevó a un piso superior y con una llave abrió una puerta, me hizo pasar, levantó una persiana, para que entrara luz, la ventana tenía gruesos barrotes, me señaló el camastro diciendo que me acostara un rato, que después me traería la comida, me dejó solo, cerrando la puerta con llave, me tumbé, no entendía nada, estaba nervioso, pero me quedé dormido. Cuando abrí los ojos era noche cerrada y estaba muerto de hambre, por la ventana entraba un poco de luz de la calle, miré a la puerta y vi que en ella había una ventanilla que ahora estaba abierta y alguien me miraba mientras cuchicheaba con otra persona, entonces se abrió la puerta y entró el hombre gordo con otro bastante alto, muy fuerte y musculoso, su cabeza estaba envuelta con un turbante azul oscuro, llevaba unos pantalones bombachos, de color canela brillante un ancho cinturón de tela del mismo color del turbante, su pecho lo cubría una torera del mismo tono de los pantalones, dejando ver su cuerpo musculado, el color de su piel era bastante más oscuro que el mío, su cara cubierta por una barba y bigote pero muy bien arreglado, el gordo me dijo, que después me traería la cena, salió dejándome solo con aquel sujeto, mi cara asustada le hizo sonreír, mostrando unos dientes blanquísimos, se fue acercando al camastro, se sentó cerca mío diciéndome: ¡Tranquilo chico, lo pasaremos muy bien, te enseñaré la forma de dar placer a cualquiera! Me hizo ponerme de pie delante de él y comenzó a desvestirme, mientras lo hacía acariciaba mi cuerpo, me quedé desnudo delante de él, se levantó lentamente poniéndose delante mío, yo le llegaba a la altura de los pectorales, me indicó la manera de desvestirlo, primero la chaquetilla sin mangas, después el cinturón de tela, que fui deslizando con mis brazos alrededor de su cintura acercando mi cabeza cerca de su miembro, desenredando la gran tela, la dejé junto a la silla cerca de la cama, me miró indicándome el pantalón, aflojé los cordones de la prenda que se le ajustaba a la cintura, la prenda suave se deslizó hasta el suelo, dejando a mi vista una gran verga, muy oscura, gruesa, larga y poderosa, me tenía hipnotizado tal inmensidad, él acercó sus manos al turbante y lo fue desenrollando dejándolo en la silla, miré hacia arriba su larga melena descansaba sobre sus potentes hombros, deslizándose hasta la mitad de la espalda, pelo muy oscuro como ala de cuervo, la nueva visión desnuda no me desagradaba, en mi cara lo debió notar porque volvió a sonreír, su verga aumentaba de volumen mientras yo lo miraba.
Me cogió en brazos y me dejó sobre la cama boca arriba, se arrodilló a mi lado y sujetándome con suavidad la barbilla juntó sus labios con los míos, su lengua se paseaba sobre mis labios mojándolos, era agradable, después entró dentro de mi boca buscando mi lengua con insistencia, moví mi lengua y él gimió dentro de la boca, ahora la mía seguía a la suya buscándola y fui entrando dentro de su boca, volvió a gemir, perseguía su lengua dentro de su boca con la mía, estiró su cuerpo junto al mío quedándose de lado, notaba su verga hinchada rozándome el muslo, separó su boca y besó cada uno de mis parpados, que yo había cerrado, su lengua iba descendiendo por mi cuello, me daba lametones en el lateral del cuello, siguió bajando deslizando su lengua poniéndose mi tetilla entre sus dientes sin apretar, la sensación era placentera, la lengua fue rodeando la tetilla y continuó bajando por el centro de mi delgado pecho, se detuvo en mi ombligo, allí sorbía como si fuera un caramelo y metió la punta de su lengua, fue descendiendo más llegando a mis genitales, sopló sobre mi incipiente vello púbico, su boca cogió mi pene, que estaba un poco hinchado y comenzó a chuparlo sus ojos me miraban mientras su cabeza subía y bajaba, sin darme cuenta puse mis manos sobre su largo cabello, tan suave y sedoso como su trato conmigo, su lengua se deslizó sobre mis huevos, que se fue tragando uno tras otro en su boca, después su lengua se paseó entre estos y mi ano, ya desvirgado por mi padre, las sensaciones eran muy buenas, me iba excitando poco a poco, levantó mis piernas dejando mi culo al aire y se arrodilló entre ellas enterrando su cara en mi culo ¡Qué sensacional! Notaba mi ano palpitar con cada pasada de su lengua.
Se mojó un dedo metiéndoselo en la boca y lo fue metiendo en mi culo, me quejé un poco, pero continuó sin parar, lo fue repitiendo varias veces, poco después ya entraban tres dedos, con mis piernas separadas veía todos sus movimientos, al tiempo que lo disfrutaba, sus dedos entraban con más ímpetu, ahora yo gemía, el hombre incorporó su cuerpo y sujetándose la verga la fue clavando en mi culo, dolía, pero notaba placer teniéndola dentro, tenía clavada solo la mitad de su verga y se quedó quieto, la fue retirando y la clavó de nuevo, continuó repitiéndolo, cada vez entraba un poco más y finalmente entró toda entera, solté un gemido, pero continuó saliendo y entrando, cada vez con más intensidad, su mirada no se apartaba de la mía, jadeábamos los dos y de pronto estalló dentro de mi culo, soltó su semen llenándome por completo, movía sus caderas mientras su mano me masturbaba y la otra acariciaba mis huevos, apenas tardé en escupir mi semen, sacó su polla de mi culo, me puso bien en la cama y tomando una toalla se limpió y la paso sobre mi cuerpo mojado de mi corrida, se fue vistiendo, colocándose el turbante al final, acarició mi cara diciéndome: ¡Has sido todo un campeón, mañana seguiremos! Dio unos toques en la puerta y el gordo abrió, me dejó un plato con comida, que yo me zampé con rapidez, oriné dentro del lavamanos soltando agua del grifo y me tumbé en la cama tapándome con la sábana gastada, me quedé dormido de nuevo.
Al día siguiente vino vestido de forma diferente, con traje, me hizo desvestirlo insistiendo que tenía que acariciarle mientras lo hacía, me desnudó y él se tendió en el camastro, yo tenía que hacerle lo mismo que él me hizo el día anterior y eso hice, mis labios sobre su cuerpo lo excitaban, me fue enseñando las zonas con más placer, cuando llegué a su verga ni mis dos manos una sobre la otra cubrían su verga y menos a su alrededor, mi boca apenas podía tragarse una parte de la misma, me enseñó a usar mis labios chupándole el tronco y los huevos, con paciencia insistió para que fuera probando de nuevo mi boca metiéndome la verga, conseguí llegar a la mitad, separó sus piernas levantándolas y sujetándome la cabeza me la enterró en su culo, olía a hombre, eso me excitó, mi lengua pasaba sobre su agujero, notaba un ligero palpitar, mojé mis dedos y los fui metiendo dentro, gimió ligeramente, me gustaba chupar su culo, incluso se lo mordisqueaba.
Me hizo incorporar y sujetando mi pene se lo fue clavando, no se quejó, me indicó la forma de follarlo y así lo hice, la sacaba del culo y me clavaba de nuevo, al poco rato hizo que parara y cogiéndome la mano me colocó sobre su verga, se la mojó con saliva e hizo que me fuera sentando sobre ella, que parara cuando notara dolor, mi culo fue bajando tragándome su verga, claro que dolía, pero aguanté y finalmente entró toda, reclinó mi cuerpo sobre el suyo besándome y entonces él comenzó a penetrarme con más fuerza que el día anterior, subía la pelvis con suma rapidez entrando y saliendo la verga de mi culo, noté que volvía a llenarme el culo con su semen, me colocó delante de su cara levantado su cabeza y comenzó a chuparme mi pene con fuerza y no tardé en soltar mi semen dentro de su boca, él la saboreó tragándosela después, me besó la boca y noté el sabor de mi corrida, se vistió y se fue, me trajeron la comida y me puse a dormir. Durante toda la semana venía cada día, yo ansiaba que llegara ése momento y me iba enseñando todo, diferentes posturas, a tragarme el semen, lamer los pies, besar y chupar mejor, ese domingo, antes de salir me besó con más pasión que otras veces, sus ojos estaba acuosos, me dijo: ¡Cuídate! Y se fue, no volvió más, al día siguiente empezaron a pasar hombres por mi cuarto, nadie se portaba como el primero, casi todos eran gruesos, olían mal, me manoseaban, me penetraban sin miramientos, sus cuerpos sudorosos me daban náuseas y por ello me golpeaban, a partir de entonces pasaban cinco o seis hombres al día, apenas me daban de comer y poco a poco no me importaba lo que pasaba, como si yo no estuviera allí, mientras me usaban yo soñaba con la cara con barba y sonreía, por eso me abofeteaban una y otra vez, yo me dejaba hacer, era como una muñeca de trapo en sus brazos y bajo sus cuerpos sudorosos. Pasados algunos meses, entraban menos, miraban por la mirilla y la cerraban, poco después el hombre gordo, me entregó a otro grupo y después estos a otro más, terminando también en el barco y marcado como todos nosotros, respiró hondamente y calló.
Yo escuchando sus historias, no me había dado cuenta, que también estaban sentados en el suelo, Kike, Mauricio, mi gemelo Alessandro y Christos. Nos tocó el turno a nosotros y cada uno fuimos relatando nuestras historias, quedando bastante sorprendidos por mi violación, sufrida por amigos presentes en la habitación, también la de Mauricio unida a la prisión de Kike, esa tarde nos habíamos sincerado todos. Sergei dijo: ¡Amadeo y Alejandro, de una forma u otra nos han rescatado a todos! Un coro afirmándolo resonó en la habitación. Asier el palestino dijo, que se iba a dar una ducha y estirarse un rato en la cama y salió, poco después Jonás fue tras él, el resto bajamos a la piscina, pero Kike volvió a subir para ponerse el bañador, en ése momento oyó una discusión proveniente de la buhardilla, subió y se encontró a los dos jóvenes dentro de la ducha empujándose y gritándose uno al otro, se acercó a la ducha, diciéndoles que no discutieran más, los dos jóvenes se miraron y alargando sus brazos tiraron de Kike, metiéndole bajo la ducha totalmente vestido, éste protestó empujándolos, iba a salir, pero no le dejaron le fueron sacando la camisa y los pantalones, las bambas y dejaron el slip, la ropa mojada en el suelo de la ducha, entonces Asier dijo: ¡Repítelo cara a cara!
Cuando Kike abrió la boca para hablar y se encontró con la lengua del joven saboreando golosamente su boca, respondió al beso intenso que le daba, las manos de Jonás acariciaban el cuerpo de nuestro amigo, le deslizó el slip hasta el suelo, tirándolo con el resto de la ropa, sujetó la verga de Kike y se la tragó provocándole un profundo gemido, Kike acariciaba la verga de Asier y su otra mano acariciaba la cabeza de Jonás, poco después también se agachó Asier lamiéndole los huevos y juntando la boca con Jonás, pasado un buen rato se levantaron y fue Kike el que se agachó, comenzó a chupar la verga de Jonás y acto seguido la de Asier, la boca siempre ocupada con una verga tras otra, mientras que sus manos acariciaban los huevos y el culo de ambos metiéndoles algún dedo dentro del ano, lo que provocó que fueran soltando su semen fuera de la boca de Kike, gemían los dos y Kike continuó chupándoles las vergas, lo hicieron poner de pie, el palestino se colocó detrás de su espalda pegado a él y Jonás , el judío pegado a él por delante colocando su verga entre las piernas de Kike y su mano le masturbaba, su boca besaba a Kike con intensidad, Asier deslizaba sus dedos por la raja del culo separando las nalgas y frotando el ano, mordisqueaba los hombros, ahora era Kike el que gemía de placer, la mano de Jonás aceleraba el ritmo y nuestro amigo terminó soltando su corrida entre sus cuerpos apretados.
Terminaron de ducharse y los dos amigos se fueron secando mientras Kike escurría su ropa empapada, se oyeron voces que subían por la escalera, ellos se unieron al resto de compañeros envueltos con unas toallas en la cintura, se sentaron en el salón, Kike salió de la gran ducha y se estaba secando con una toalla, cuando oyó la voz de Alejandro y Amadeo, se quedó sin hacer ruido y escuchando, mientras se envolvía con la toalla húmeda, la voz de Amadeo decía: ¡Chicos, por favor atender un momento! Su voz sonaba seria, continuó: ¡Alejandro y yo creemos que estáis muy bien preparados, habéis entrenado mucho y muy bien, por eso pensamos que es hora de ponerlo todo en práctica! Ahora habló Alejandro diciendo: ¡Os ha costado mucho llegar a esto y lo sabemos mejor que nadie, siempre hemos estado a vuestro lado apoyándoos, usad los portátiles y poneros en contacto con los demás, hablad en vuestro idioma natal, tenéis que mejorarlo más todavía y practicar el resto de idiomas, que pronto entraremos en acción y esto que no salga de aquí, de momento! ¿De acuerdo?
Todos respondieron ¡Sí, señor! Amadeo añadió: ¡Chicos manos a la obra, que falta poco! Al poco, Kike se deslizó por la escalera de servicio, agitado me encontró cambiándome en mi cuarto y me lo contó todo, ambos hacíamos cábalas de que podía tratarse, pero algunas las descartábamos por inverosímiles o tal vez no, nuestra mente desvariaba con las palabras oídas, no se lo dijimos a nadie, pero a partir de ahora estaríamos atentos a cualquier cosa, por extraña que fuera. Esa noche ambos la pasamos casi en vela, bajé a la cocina y me encontré allí a Kike, que no podía dormir, estuvimos hablando tranquilamente y de repente me besó los labios diciendo ¡Ya ha pasado la medianoche, Feliz Cumpleaños, ya eres mayor de edad! Y nos reímos, Kike se había sentado sobre mis piernas y frotaba su trasero contra mi verga, me besó de nuevo, ésta vez más lentamente, nuestras bocas se saboreaban y de esta manera nos encontraron Mauricio y Diego, Kike se levantó dejando ver su abultada verga dentro del slip, yo continué sentado pero la mía estaba muy abultada también.
Salimos los cuatro a la piscina y sorpresa, dentro se encontraban cuatro de los chicos de la buhardilla, Adam el sudafricano se besaba con Hito, el japonés, cerca de ellos se encontraban Salim, el hindú besándose con Abu el marroquí, entramos dentro del agua discretamente y nadamos un poco, pero cuando pasamos cerca de ellos se abalanzaron sobre nosotros riendo y metiéndonos mano en nuestras vergas, mientras decían: ¡Ríndete o aprieto más! Todos dijimos que nos rendíamos, pero sus manos no se apartaban de nuestras vergas, al contrario las acariciaban más, poniéndolas duras, la mano de Adam era cálida y el beso que me estaba dando me estaba poniendo como una moto, Diego estaba con Salim manoseándose, mientras frotaban sus cuerpos, Kike y Abu se besaban mientras sus manos se masturbaban y Mauricio estaba besándose con Hito, poco a poco salimos del agua y nos tumbamos sobre la hierba, el tiempo nocturno era agradable.
Por mi parte me incliné entre las piernas de Adam cogiéndole la inmensa verga y comencé a chuparla con intensidad, sus manos me acariciaban la cabeza y la espalda, gemía con mi mamada, esparcidos cerca el resto hacían lo mismo, excepto Hito el resto de sus compañeros tenían las vergas muy oscuras, pero todas y también la de Hito estaban muy por encima de la media, casi sin darnos cuenta nos fuimos juntando y formamos un circulo completo, Yo le chupaba la verga y el culo a Adam, él a Diego éste a Salim, él a Mauricio, éste a Hito, Hito a Kike y Kike hacía lo mismo con Abu, y Abu me chupaba a mí, solamente se oían nuestras chupadas, teníamos las bocas ocupadas, las vergas y culos también. Abu metió sus dedos dentro de mi ano dilatándolo mientras su boca aceleraba el ritmo, yo hice lo mismo con Adam, poco a poco nuestros culos eran penetrados por los dedos taladradores del que nos chupaba la verga, poco a poco nos fuimos corriendo sacando la verga de la boca soltando nuestro semen sobre la cara de cada mamador.
Adam me apartó del grupo y sujetando mis piernas juntas clavó su verga dentro de mi culo, gemí de gusto, comenzó a follarme con fuerza, la sacó de repente diciendo: ¡Feliz Cumpleaños! Abu ocupó su lugar metiendo su verga y también me felicitó al separarse, tanto Hito, como Salim también me penetraron, continuaron mis amigos, Kike, Mauricio y finalmente Diego, que mientras me traspasaba con su inmensidad me besaba con amor, los demás estaban de rodillas rodeándonos mientras se masturbaban y cuando Diego soltó un largo gemido todos fueron soltando su semen sobre mi cuerpo y cara, yo me masturbaba con impaciencia y Diego curvando su cuerpo comenzó la meter mi glande dentro de su boca, eso me hizo terminar soltándome en su interior, se fue tragando mi semen y luego nos besamos y soltó: ¡Feliz Cumpleaños, viejo! Yo le dije: ¿Viejo? ¡Ya te daré, viejo, viejo! Me tiré sobre él haciéndole cosquillas, nos reíamos y luchábamos, ahora sus piernas estaban separadas y su trasero apretaba mi verga, se encontraba sentado sobre mí, yo repetí: ¿Con que viejo, eh? sujetando mi verga aporreaba su prieto y pequeño culo, Diego en cachondeo decía: ¡No, por piedad, no!, pero él mismo sujeto mi verga clavándosela en su ano, mientras saltaba sobre ella, chupaba las vergas que se le acercaban a la cara, que fueron todas, se iban turnando, primero en su boca y después pasaban por la mía, Abu dijo: ¡Esto es puro vicio! Pero Hito añadió: ¡Pero es vicio del sano, yo me apunto cada día! Todos dijeron ¡Y nosotros también! Volvimos a corrernos todos de nuevo, nos zambullimos en la piscina y después de secarnos fuimos a nuestros dormitorios, dentro de unas horas nos teníamos que levantar de nuevo, nos despedimos de ellos, con el sexo de por medio, el vínculo con ellos era total confianza.
Mauricio se quedó dormido abrazándome por delante, diego por detrás mío y Kike sobre la espalda de Mauricio, el sol comenzaba a despuntar...
Continuará.
Agradezco vuestras lecturas y opiniones. Gracias Marino por tu apoyo.