Me subastan por amor...9ª parte

Mientras decía esto una de sus manos aflojó el cordón del bañador y metiéndola por delante apretándome la verga con suavidad, la otra mano entraba por dentro del bañador por mi culo, sus dedos buscaban mi agujero, su lengua entraba dentro de mi oreja, la verdad era muy agradable la suavidad con que lo hacía, notaba el agrandamiento de su polla dentro del bañador

ME SUBASTAN POR AMOR...9ª PARTE

Soy John y estoy tumbado sobre la cama, a mi lado se encuentra mi niño Diego, en las últimas horas han habido muchas sorpresas, éstas me gustan de una en una, sabía que dentro de poco vendría mi gemelo Alessandro (Alex) con su primo Christos y los padres de éste junto a nuestros abuelos griegos, pero estas nuevas reformas en la buhardilla me intranquilizaban, me puse de lado y acaricié el pecho de Diego, que al notar el tacto se colocó de lado abriendo los ojos, sonriéndome, acercó su boca a la mía y nos besamos, juntamos nuestros cuerpos fundiéndonos en uno solo, su mano bajó a mi entrepierna, agarrando mi verga, su cálida mano me encendía y mi verga complaciente se fue hinchando.

Apreté aún mucho más mi cuerpo contra el suyo mientras acariciaba su espalda, mi boca lamía su cuello y hombros, en ése momento se abrió la puerta del baño dejando ver a contraluz la forma de los cuerpos desnudos, de Kike y Mauricio, los miramos mientras se acercaban a los pies de nuestra cama, estiré mi brazo hacia ellos y  deslizaron sus cuerpos reptando hasta quedarse en medio de nosotros dos, Kike a mi lado al suyo Mauricio, Diego en el extremo opuesto. Kike enterró su cara en mi cuello besándomelo y al separar sus labios de mí me miró a los ojos diciendo: ¡Sabes que te eché mucho de menos, luego al saber que vendías tu cuerpo tenía celos de aquellos hombres, que te sobaban, quise destruirte para que salieras de mi mente y fue peor, hasta Mauricio me lo echó en cara, su entrega y amor, me hicieron cambiar poco a poco me fui abriendo a él y lo quiero con locura! Sus ojos no mentían, besé sus labios y lo acuné como a un niño pequeño, pero su mano fue bajando sobre mi cuerpo acariciándome al llegar a la verga la agarró con fuerza e inclinando su cuerpo acercó sus labios al capullo y comenzó a chuparlo para mi deleite.

Pero estaba pensando que Kike había cambiado, nunca´, nunca me había  chupado la verga, ni el culo, sólo me besaba y después me follaba, éste acto me cogió por sorpresa, sus dedos se deslizaban acariciando mi agujero, mientras su boca subía y bajaba arrasando con saliva mi verga y sus dedos se abrían paso dentro de mi ano, subió su cuerpo, me besó y en susurros dijo: ¿Me dejas penetrarte? Miré al otro lado y Mauricio tenía su cuerpo sobre el de Diego y se besaban, las manos de ambos acariciaban el cuerpo del otro, miré a Kike y asentí, me di la vuelta quedándome boca abajo, Kike se colocó encima de mi espalda con su cuerpo totalmente estirado, notaba su dura verga acariciándome la raja de mi culo y de repente la fue clavando lentamente, me hacía suspirar, sus manos sujetaban mis hombros con fuerza, mientras seguía empujando dentro de mí, ahora estaba bien ensartado, él gimió cerca de mi oído diciendo ¡Estoy en casa! Y fue retirando su verga clavándola de nuevo, así lo recordaba yo, era como en el orfelinato, lento pero contundente, separé más mis piernas  y notaba sus huevos golpear los míos con cada nueva embestida, apoyé mis antebrazos sobre la cama, fui subiendo mis piernas y me puse de rodillas levantando mi culo, Kike se movía al mismo tiempo que yo y ahora  una de sus manos agarraba mi cadera apretándome contra él, la otra acariciaba mi espalda, yo jadeaba de placer y Kike gemía por lo mismo.

Ahora me penetraba con pasión, me hizo estirar de nuevo las piernas colocándose de nuevo sobre mi espalda, su boca mordisqueaba mi nuca, los hombros y la oreja, su ritmo estaba mucho más acelerado y mientras Kike inundaba mi culo con su semen, mordía mi hombro, sin darse cuenta, que tal vez me quedaría marca, su verga continuaba salpicando mi interior mientras palpitaba, sus movimientos eran frecuentes a pesar de haberse corrido, de pronto redujo el ritmo y se quedó clavado dentro, su cuerpo algo sudado sobre el mío, acercó su boca a la mía y nos besamos, al terminar el ardiente beso apoyó su mejilla sobre la mía, nuestras miradas estaban centradas sobre nuestros amigos, Diego boca arriba y Mauricio entre sus piernas lo penetraba a buen ritmo, los dos gemían mientras se besaban y de repente Mauricio tensó su cuerpo y se corrió en el culo de Diego, besándolo de nuevo aún con más pasión, dejó resbalar su cuerpo sobre el de Diego mientras continuaban besándose, poco después nos miraron y ambos sonrieron, como si los hubiéramos pescado haciendo alguna travesura.

Estiré mi mano cogiendo a Diego y lo hice tumbarse sobre mi cuerpo, con mis piernas rodeé las suyas dejándolas separadas  igual que las mías mientras nos besábamos con mucho ardor y frotábamos nuestras vergas entre nuestros cuerpos, las respiraciones de ambos eran aceleradas, entonces noté unos dedos que entraban en mi ano y con contundencia me penetraban, vi una mano de Kike, que me acariciaba las piernas, la otra  masturbaba mi ano como si quisiera recuperar su semen, por su lado Mauricio hacía lo mismo con Diego y nosotros dos estábamos siendo follados por los dedos de ellos dos, pero el placer era extremo y continuamos con nuestros besos y gemidos, de repente casi al mismo instante comenzamos a corrernos soltando el semen entre nuestros cuerpos, nuestra respiración era muy agitada pasándola de una boca a la otra, Diego se tumbó a mi lado y para nuestra sorpresa, Kike a mí y Mauricio a Diego comenzaron a comernos la boca y fueron bajando lamiendo nuestras corridas, siguieron bajando colocándose entre nuestras piernas, nos las elevaron dejando nuestro culo al aire y agachándose chuparon nuestros anos perforados por ellos, sacando con su lengua su propia corrida y nosotros  volvíamos a gemir de gusto, cuando dejaron de lamernos se acercaron uno al otro y se besaron frenéticamente.

Luego se tumbaron a nuestro lado, mi verga a pesar de haber gozado un montón, seguía con vida propia Kike la notó y mirándome dijo: ¡Te has vuelto un viciosillo! Yo sonreí respondiéndole: ¡Quiero entrar en casa! ¿Puedo? Kike no respondió pero su mirada intensa era afirmativa, me puse de rodillas entre sus piernas, agaché mi cabeza sobre su verga y fui besándole todo el largo tronco, no tardó en recuperarse de nuevo levanté sus piernas alzándole el culo y enterré mi cara en su raja, mi lengua saboreaba toda la zona soltándole algún que otro mordisco ligero, mi lengua subía y bajaba sobre su ranura y su mano apretaba mi cabeza sobre el preciado agujero, que comenzaba a palpitar lentamente ante mi lengua, introduje la punta de la misma y entonces soltó un sonoro gemido, separé m-as sus piernas e incorporándome clavé mi polla dentro de su culo, Kike soltó un bufido, pasé mi mano por debajo de su verga endurecida, que rebotaba sobre su vientre y cruzando mi brazo de lado a lado dejando su verga sobre mi antebrazo y mirando al techo, mi otra mano le acariciaba la garganta y subiéndola metí mis dedos dentro de su boca, no tenía bastante con dos, que buscó el tercero y chupándolos intensamente, su verga golpeaba sobre mi brazo y mi pelvis con suma lentitud entraba y salía de su caliente culo, entonces dije: ¡Por fin estoy en casa! Kike me miró y le dije: ¿Quién es ahora el viciosillo? Y él se echó a reír, mientras seguía chupándome los dedos, mis embestidas eran continuas y jadeaba, su polla babeaba sobre mi brazo, miré a nuestro lado y Diego le estaba chupando el culo a Mauricio, estaba a punto de penetrarlo y mi mano lo detuvo, le dije: ¡Aún debe estar dolorido!, le hice un gesto de cabeza, indicando mi espalda, Diego asintió, habló a Mauricio al oído y se colocó detrás de mí clavándome su inmensa verga, solté un largo gemido, entonces Diego soltó: ¡Yo también estoy en casa! Y comenzó a penetrarme mientras yo follaba a Kike, Mauricio puso sus rodillas a cada lado de la cara de Kike y cogiendo su verga la metió dentro de la boca de éste soltando: ¡Yo también estoy en casa!, mis dedos acariciaban la verga de Kike.

Mauricio inclinó su cuerpo hacia delante y su boca cogió la verga de Kike chupándola frenéticamente, ahora yo llevaba el movimiento al estar entre los dos mientras follaba a Kike y era penetrado por Diego mis caderas se movían adelante y atrás cada vez con más fuerza y volví a correrme, esta vez dentro de mi amigo y mentor Kike, Diego no tardó nada en soltar su corrida dentro de mi culo y tanto Kike como Mauricio soltaron su semen dentro de la boca del otro, degustando el semen del otro, poco a poco nos fuimos separando y nos tendimos de nuevo sobre la cama, ahora cada uno con su pareja y nos quedamos dormidos abrazados, antes miré la hora, pensé tenemos unas dos horas de descanso y me quedé frito.

Me desperté temprano, me duché dejando en la cama al resto de los muchachos y bajé a la cocina, allí estaban Alejandro y Amadeo, tomando el desayuno, se extrañaron al verme tan temprano, aunque yo casi siempre era de los primeros en bajar, les di unos besos a ambos y me puse un café con leche muy cargado, se miraron entre ellos y Alejandro dijo: ¡Has bajado muy temprano, para haber tenido una noche movida! Sonreí contestando: ¡No sé lo que me pasa, pero estoy muy inquieto, no veo lo que ocurre y no me explicáis nada para poder relajarme! Les miré a la cara y continué: ¡Realmente nos conocemos de hace unos pocos meses, he de reconocer que los dos sois estupendos, pero las cosas van tan deprisa, que no puedo asimilarlas sin saber algo más de todo lo que ocurre! Bajé mi mirada sobre mi vaso que seguía removiendo sin haber puesto el azúcar, en ese momento Amadeo me acercó el periódico de hoy y en la portada salía la foto de Kike con Mauricio , no separadas como la primera vez, sino una foto de ellos entera, Mauricio hablando con una ligera sonrisa y Kike mirándole arrobado, las primeras fotos eran la misma que ahora, pero separadas y ampliadas, en los titulares comentaban, que el joven Mauricio había sido encontrado con vida, algo maltratado, pero que no había sido Kike, ya que las pruebas apuntaban en otra dirección y la policía seguía unas nuevas pistas. Respiré profundamente y me calme un poco, cerré el periódico dejándolo sobre la mesa dije: ¡Gracias!

Amadeo tomó la palabra y comenzó: ¿Recuerdas la pregunta que me hiciste, sobre Alejandro, si tenía más hijos? ¡Yo te respondí, que no, pero lo hemos hablado y nos hemos acordado de una cosa, cuando estudiábamos en la Universidad, nos ofrecimos voluntarios para donar a una clínica nuestro semen, pensamos que sería gracioso que lo congelaran como cubitos de hielo, en la clínica no dan explicaciones sobre a quién van las donaciones! ¡Tal vez cuando éste repuesto del todo podamos tomar muestras para mirar su ADN, tal como hicimos con vosotros! ¿Te parece bien John? Yo asentí, Alejandro se puso detrás de mi silla y pasando sus brazos sobre mis hombros y cruzándolos sobre mí pecho me besó la cabeza sobre mi larga melena diciéndome: ¡No quiero que te preocupes por nada, ahora estamos nosotros aquí! Yo giré mi cara hacia atrás y casi con un poco de lágrimas dije: ¡Sí, ya sé que estáis aquí, pero todo va tan deprisa, el conoceros, luego mi violación, después reconocer que tengo un padre conocido, las vacaciones y descubrir, que tengo más familia y un hermano gemelo, cachas, pero gemelo, lo de Kike y Mauricio, ahora reformas en la casa!

Alejandro giró mi silla y agachándose delante de mí, me abrazó con fuerza y yo a él mientras sollozaba en silencio, la fuerza y calidez de su abrazo no era de unos amantes, sino como un padre a su hijo y rompí a llorar, como nunca lo había hecho, mi cara estaba enterrada sobre su hombro y su cuello, entonces desde la entrada de la cocina una voz dijo: ¿Que le habéis hecho? Era Diego, tan joven y tan protector conmigo, yo siempre lo trataba como si tuviera mi edad, pero sólo tiene 3 años menos que yo, su cara estaba enfurruñada, alargué mi mano llamándolo se acercó y separándome de Alejandro besé a mi niño ¡No pasa nada, tranquilo, te quiero! Le susurré al oído, entraron en la cocina Kike con Mauricio cogidos de la mano, les pregunté que querían para desayunar, me pidieron un café con leche y puse para los tres rezagados acercándoles unas madalenas, comieron muy a gusto, una vez hubieron terminado, Alejandro les mostró el periódico, Kike y Mauricio lo leyeron con avidez y se abrazaron entre ellos.

Sonó el timbre de la verja de entrada y Alejandro fue para abrirla y entró un gran camión, salimos a la puerta y del vehículo comenzaron a bajar unos 6 jóvenes entre 25 y 35 años más o menos, todos llevaban un mono de trabajo, pero todos eran guapísimos, distintos pero muy atractivos, también estaban los cuatro hombres del día anterior, estos saludaron a Alejandro y Amadeo, presentaron a su grupo de trabajo, todos fueron subiendo a la buhardilla y volvían a bajar cargados con muebles, cuadros y otras cosas que estaban arriba, nosotros cuatro también subimos para echar una mano, entre todos la cosa fue rápida, al fondo de todo había una gran lona que cubría lo que parecía un gran aparador de comedor, pero al quitar la lona, aparecieron dos chaise-longue (diván cama), una sobre la otra, la tela del acolchado estaba muy gastada, pero eran preciosas, recordaban al estilo imperio, muy francés, las imaginé con tela a rayas blancas y azul marino, restauradas y en nuestro cuarto cerca del ventanal que daba al jardín, se lo comenté a Alejandro y asintió, pero lo bajaron todo al camión, ahora la estancia se veía tan grande como toda la casa, era una tercera planta.

Alejandro, Amadeo y dos de los hombres estaban con unos planos hablando y gesticulando, señalando diferentes cosas, entonces los tres siguieron a Alejandro y éste agachándose abrió una trampilla del suelo con bastante ruido y desaparecieron de repente uno tras otro, nosotros curiosos nos acercamos y volvieron a aparecer de nuevo hablando, los jóvenes obreros subían un montón de material, herramientas y grandes focos, uno de los encargados con un spray fue marcando diferentes cosas en las paredes y junto a la trampilla, señaló también zonas del techo, de vez en cuando miraba el plano y continuaba marcando con otros colores de spray, tres jóvenes y dos mayores se fueron con el camión, el resto se pusieron manos a la obra. Bajamos de nuevo a la cocina y nos quedamos en silencio, de repente Diego me preguntó: ¿Sabes lo que están haciendo arriba? Yo acariciando su linda cara respondí: ¡Me parece, que lo van a transformar en otra planta, con dormitorios, salón y baños, para más gente, pero no sé para quien!

Pocos minutos después volvieron los del camión y bajaron más material dejándolo cerca de la entrada, bajó Amadeo y nos dijo que saldríamos de compras y montamos en su coche, entramos en las mejores tiendas de ropa y nos probamos de todo, Kike y Mauricio tímidos al principio, pero se relajaron y nos lo pasamos muy bien, volvimos al coche cargados con ropa para los cuatro más jóvenes y regresamos a casa, de nuevo dejamos las cosas en nuestros cuartos y fuimos a echar un vistazo a la buhardilla, nos ofrecimos para echar una mano y fuimos bajando capazos llenos de escombros, que dejábamos en unos sacos, lo hacíamos encantados viendo esos cuerpazos tan estupendos sudando de lo lindo arriba, a cada cual más bueno, pero la reforma iba muy deprisa, habían hecho las ventanas mucho más grandes, agujeros en las paredes, un falso techo colocado con agujeros, el hueco de la trampilla era enorme, poco después comenzaron a subir las nuevas ventanas, pasaban unos aspiradores por todos lados y ya no podíamos ayudarles más y bajamos al salón. Alejandro había desaparecido, pero dejó una nota para Amadeo, éste habló con uno de los encargados y nos dijo que comeríamos fuera, así no escucharíamos tanto ruido.

Después de comer Amadeo nos llevó a ver el interior de un gran edificio, que todo eran de móviles y ordenadores, estábamos encantados, habíamos pasado mil veces por delante, pero los precios eran imposibles para nosotros, pensé que hubiera tenido que empeñar mi cuerpo de por vida, para poder comprar algo en ése lugar, estábamos asombrados con todas las novedades que veíamos, Amadeo se quedó hablando con uno de los encargados de la tienda y con el joven que nos había atendido, se unió a nosotros poco después llevando una bolsa de papel duro de la tienda, diciendo que era propaganda, nos llevó a una terraza del Paseo de Gracia y tomamos unas bebidas, estábamos contentos porque Amadeo nos había regalado a todos diversas pulseras artesanales compradas al final de las Ramblas, incluso posamos para un pintor ambulante, Mauricio con Kike y yo con Diego, los cuadros quedaron muy bien, realmente éramos nosotros, se nos veía felices, después de tomar las bebidas volvimos al coche y para casa, aún me cuesta decir casa...

Estábamos tan cansados que nos acostamos temprano y no hubo juegos nocturnos, pero por la mañana yo tenía una erección de caballo, fui al baño y cuando comenzaba a mear entró Diego totalmente desnudo, se metió en la ducha agachado y tirando de mí, me puso enfrente suyo y acariciándome los huevos continué soltando mi orina sobre su boca, el caliente líquido resbalaba por sus labios, cuando terminé chupó mi verga y entré en la ducha con él, pero detrás mío entraron Kike y Mauricio, me agaché delante de Diego y él comenzó a soltar su orina sobre mi cara y boca, en ése mismo instante noté los chorros calientes de los otros dos sobre mi espalda, que también orinaban, cuando terminaron fui chupando cada una de las vergas, me puse de pie y comencé a masturbarme, Diego se colocó a mi lado y mientras me besaba se masturbaba, Mauricio y Kike, se pusieron enfrente nuestro y besándose comenzaron a masturbarse, hacíamos un circulo, cambiamos los besos y uní mi boca con Mauricio, Diego con Kike y fuimos acelerando más y más nuestras manos y gimiendo nos fuimos corriendo, soltando todo el semen acumulado en la noche, terminamos de ducharnos y nos vestimos bajando a la cocina para desayunar, era más temprano de lo habitual y al entrar vimos una bonita estampa.

Sobre la larga mesa de madera se encontraba tumbado boca arriba Amadeo, una pierna se apoyaba sobre el respaldo del banco de la pared y su mano sujetaba su otra pierna muy separada, el pantalón de chándal colgaba del tobillo y entre ellas se encontraba Alejandro con su chándal bajado hasta los tobillos y lo penetraba con furia, sus manos acariciaban el cuerpo y la verga de Amadeo mientras continuaba taladrándole con su inmensa polla, ambos gemían de lujuria, Amadeo tenía sus dedos en la boca chupándolos como si se tratara de una verga y la otra mano se pellizcaba el pezón, desde la puerta veíamos como la verga de Alejandro salía y entraba de nuevo, todo eran gemidos y de repente Amadeo comenzó a soltar su semen sobre su cuerpo, respirando con dificultad y gimiendo, dos empujones más Alejandro gimió corriéndose dentro del culo de su amado, inclinó su cuerpo adelante besándole los labios y todos comenzamos a aplaudir, giraron sus caras y ambos se pusieron algo colorados, Alejandro sacó su verga del culo de Amadeo y se subió el chándal, ayudó a su amigo a ponerse de pie y arreglarse la ropa, pasó papel de cocina por su pecho limpiando los restos de semen y se colocó la camiseta.

Kike soltó: ¡Otro que está en casa! Y todos nos echamos a reír, ellos no sabían de que hablábamos, pero sonrieron viéndonos contentos, se fueron a su cuarto y poco después volvían duchados y cambiados de ropa, nosotros habíamos preparado el desayuno y se unieron a nosotros, estábamos terminando cuando sonó el móvil de Alejandro, contestó con monosílabos y colgó, mirando a Kike le dijo: ¿Conoces a un tal Ángel? Kike asintió respondiendo: ¡Sí, fue el primer chico que trabajó para mí, después se añadieron otros, por él los llamaba “mis ángeles”! ¿Qué ha pasado? Alejandro dijo: ¡Está en la comisaria siendo interrogado, había sacado dinero con tu cartilla y sus huellas estaban en la botella y la bolsa de drogas, en tu piso! Kike se quedó pensativo, solo sonrió cuando Mauricio acarició su mano, con una ligera mueca. Alejandro dijo, que se acercaría a la comisaría para saber cómo había ido la declaración, pero antes quería hablar con Kike, los dos se levantaron y fueron al despacho del primero, casi media hora después aparecieron los dos de nuevo, les pusimos café recién hecho y no soltaron palabra, Alejandro dio un beso en los labios a Amadeo y se despidió de nosotros y se fue.

Casi en el mismo momento entró el camión con los guapos operarios, abrimos las puertas ofreciéndonos para ayudar, pero todo era peligroso y pesado, gran cantidad de cristales de gran tamaño y grosor, los tuvieron que subir por fuera y con sumo cuidado, no se rompió nada, ahora sólo subían arriba ellos y Alejandro, de vez en cuando Amadeo asomaba la cabeza, nos bañamos en la piscina, tomamos el sol y Amadeo pidió pizzas para todos incluidos los trabajadores que no bajaron de la dichosa buhardilla, estábamos muy intrigados, por lo que se hacía allí, Alejandro no vino a comer, había llamado disculpándose ya que tenía algo que hacer, por la tarde el camión trajo latas de pintura y muebles todo desmontado, tampoco nos dejaron ayudarles, era un poco frustrante no ver lo que se hacía arriba, a las 21 horas acabaros y se fueron, cerrando las puertas para que no pudiéramos subir y por fin llegó Alejandro, salimos a cenar fuera todos, no nos contó nada y durante la cena de la bolsa de papel de Amadeo fue sacando unas cajas con nombre y nos las fue entregando, una para Diego, para Mauricio, para Kike y otra para mí, eran móviles de última generación saltamos de alegría, nos mostraron la manera de usarlo correctamente, cada uno tenía una funda de diferente color, la mía de color morado, Diego azulón, rojo para Mauricio y negro para Kike, después de cenar volvimos a casa y Alejandro nos reunió en el salón a todos y comenzó:

Fui a la comisaría y he leído la declaración de Ángel, el primer “amigo” de Kike, se declara culpable de haber llevado la botella de vino, pero ignoraba su contenido, también dejó claro que desconocía por qué estaban sus huellas en la bolsa de droga y sacó dinero de la cuenta de Kike, pero en el banco tenía su firma reconocida junto a la de Kike, en la declaración describe dónde fue a comprar el vino y que había un joven de unos treinta años con una botella en la mano, que la dejó de nuevo en la estantería diciendo que era muy bueno, pero caro para él, entonces Ángel miro el año de la cosecha y la cogió, también describe al hombre, alto y muy delgado, barba recortada y con traje oscuro, pelo casi rapado, no le vio los ojos porque llevaba gafas de sol oscuras y su manera de hablar parecía extranjero, como de los países de Este, al hombre se le había resbalado de la mano un paquete pequeño envuelto en plástico de embalar con burbujas, Ángel se agachó y después de recogerlo se lo entregó, como el hombre llevaba cosas en las manos se lo puso debajo del brazo, que él apretó contra su cuerpo. La policía fue a la tienda y revisó las cintas de seguridad y en efecto, al hombre le resbala del brazo el paquete, Ángel lo recoge y se lo entrega poniéndolo de donde había caído, pero antes de acercarse Ángel a coger la botella de vino el hombre estaba de espaldas a la cámara y tuvo bastante rato en sus manos vacías la botella y al dejarla de nuevo descubrieron que llevaba guantes de látex, poco después cogió cosas de cerca, para tener las manos ocupadas y Ángel colocó el paquete debajo del brazo del hombre.

Pude hablar con él unos minutos y me dijo que os enviaba recuerdos, se alegraba de que estuvierais bien y el dinero que había sacado era por si hacía falta para pagar al abogado, pero cuando le dijeron que ya tenías otro no se preocupó más de ello y continuó haciendo su trabajo de controlar a “ tus ángeles”, Alejandro le entregó un papel con un número de teléfono diciendo a Kike: ¡Llama a Ángel, le compré un móvil y este es el número, cuando conteste aprieta este botón que es el manos libres! Kike llamó apretando el botón a continuación, contestaron pronto, Ángel dijo: ¡Sí! Kike respondió: ¡Soy yo, estáis bien todos supongo! Ángel respondió: ¡Estábamos preocupados por los dos, pero sabemos que estáis muy bien! Entonces resonó la voz de Alejandro diciendo: ¡Ángel soy Alejandro el abogado, tenéis un sitio que nadie más conozca, para quedaros unos días, porque me temo, que todo ha sido una encerrona, para quitaros la zona que trabajabais y me da en la nariz, que son muy peligrosos, no hagáis la calle estos días! ¡Usad el dinero que sacaste, para comprar comida y bebidas, no habléis con nadie de donde estaréis, la gente habla mucho, aunque sean de confianza! Kike dijo: ¡Ángel podéis usar el ático que tenía John, creo que es el más seguro y diles a los chicos, que mantengan la calma y la boca cerrada, ya sabes que a Mauricio lo dieron por muerto, id con cuidado, ahora ya tienes mi número en tu móvil, si ves algo raro me llamas! ¿De acuerdo? ¡Ok, jefe! Respondió Ángel, pero Kike dijo: ¡Recuerda que somos mucho más que amigos, vale, cuidaros y cuando sepas donde estáis me lo dices, solamente lo sabremos vosotros, yo y el abogado, recuerdos a todos! Esa noche apenas pudimos dormir, pensando en los chavales.

Por la mañana los más jóvenes estábamos nerviosos, pero Alejandro, Amadeo y también Kike estaban más relajados, estábamos entados en la cocina desayunando cuando de pronto entraron todos los chicos de Kike con Ángel en cabeza, se abrazaron y después se acercaron a mí con la cara baja, uno a uno me abrazaron pidiéndome perdón por la paliza y violación que me infringieron, realmente sus semblantes así lo reflejaban, mis brazos laxos a lo largo de mi cuerpo se levantaron y correspondí a sus abrazos, entonces Alejandro dijo: ¡Chicos, chicos un poco de orden, primero desayunar y después podréis hablar todo el día y recordad que no podéis salir de momento sin uno de nosotros, hasta nueva orden! ¿De acuerdo? Todos respondieron, casi en tono militar: ¡Sí, señor! Eso me hizo sonreír, a mi lado se encontraba Ángel, realmente parecía conmocionado, pasé mi brazo sobre sus hombros apretándolo contra mi cuerpo mientras miraba su cara con una sonrisa, le resbalaban dos lágrimas, acercó sus labios a mi oído y me dijo: ¡Sabes John, siempre quise ocupar tu lugar en su corazón, eres increíble y por eso te quiere tanto, siempre serás el primero en su corazón, aunque ahora tiene a Mauricio y se les ve muy unidos, de alguna manera tú has salvado a los que estamos aquí y nosotros fuimos muy bestias contigo, lo siento, perdóname, por favor! Giré mi cara y besé sus labios, este gesto lo cogió por sorpresa, pero mi abrazo lo sacó de dudas, él apretó su cuerpo contra el mío de tal forma que notaba su gruesa verga rozando mi pierna a través del pantalón de chándal, después nos separamos. Alejandro nos avisó de no montar escándalo, bien por los vecinos, bien por los obreros dentro de la casa, que podíamos bañarnos en la piscina y descansar luego, él tenía cosas que hacer y también Amadeo.

Buscamos bañadores para todos y salimos a la piscina, el grupo de “ángeles” estaba formado por Miguel, Jaime, Rubén, Carlos y por supuesto Ángel, estuvimos jugando dentro del agua, saqué una pelota y se pusieron a jugar como locos, yo nadé un poco y al detenerme en la orilla con menos profundidad, se me acercó Ángel quedando casi pegado al lado de mi cuerpo, inclinó su cara susurrándome al oído: ¡Sabes, me gustaría follarte, tienes un cuerpo espectacular! Yo repliqué: ¡Ya me follaste duramente y sin contemplaciones! Él siguió: ¡Sí, pero ahora sería muy diferente! Mientras decía esto una de sus manos aflojó el cordón del bañador y metiéndola por delante apretándome la verga con suavidad, la otra mano entraba por dentro del bañador por mi culo, sus dedos buscaban mi agujero, su lengua entraba dentro de mi oreja, la verdad era muy agradable la suavidad con que lo hacía, notaba el agrandamiento de su polla dentro del bañador, que apretaba sobre mi muslo restregándolo, cada vez estaba más crecida, miré su cara y repitió: ¿Podríamos irnos para follarte? Entonces la voz de Diego, que estaba detrás de él dijo: ¡En esta casa no se dicen esas malas palabras, solo se practica y si vais a eso yo quiero estar presente! Salimos los tres del agua, nos secamos y subimos a nuestra habitación...


Me llamo Rafael, soy un joven operario de carpintería metálica, técnico en acristalamiento y algunas veces hago de pintor, pertenezco a la plantilla y estamos reformando la buhardilla de una gran casa, creo que va a quedar estupenda, tengo 21 años y no estoy nada mal, cuando nos llaman para hacer de modelos de pasarela o de fotografía, tenemos permiso para ausentarnos los días que se necesiten, yo no me considero guapo, pero los trabajos continuados en ese ramo dicen lo contrario, mis compañeros sí están de muerte, casi todos tienen novia, yo salgo con una chica, pero solo habla de boda y eso que llevamos saliendo solo un mes, en este momento estoy haciendo un pequeño descanso y me he acercado a la ventana que da a la piscina, allí unos jóvenes juegan y se divierten, pero me llama más la atención dos que están cerca del borde de la piscina están muy pegados uno al otro, veo las manos del que me da la espalda, meterse por dentro del bañador del otro, que tiene un cuerpo espectacular, su cara siempre sonríe, su pelo castaño rubio y sus ojos azules llaman siempre mi atención, cuando nos ayuda y me mira, parece querer leer mi alma y yo me deshago de emoción, tan joven, estoy notando que el joven de espaldas se está frotando contra el cuerpo  del rubito, he averiguado, que se llama John, sus manos no tocan al moreno, de vez en cuando coge agua y la suelta sobre su larga melena, las gotas resbalando por su cuerpo me están poniendo cachondo, mi verga ha ido creciendo dentro del mono de trabajo, la parte de arriba cuelga por detrás debido al intenso calor que hace aquí arriba, ahora noto como una mano desde detrás mío acaricia mi verga y me dice el oído: ¿Cuál de ellos te gusta más? ¡Todos están muy buenos! Era la voz de Ricky, otro de los modelos y pintor en la cuadrilla, tenía novia desde hace tres años y están pensando en casarse, es guapo a morir, 1,90 de alto, ojos verdes con pelo muy negro, piel aceitunada, su voz es aterciopelada, cuando me mira me pone algo tembloroso.

Ahora apoya su barbilla sobre mi hombro y mira a la piscina, su mano continua masajeándome la polla, mientras aprieta la suya contra mi trasero, que está creciendo por momentos y continua: ¡No me importaría estar con los tres, son tan distintos! Su lengua repasaba el lóbulo de mi oreja, produciéndome placer, los tres jóvenes de la piscina salen del agua, se secan y entran en la casa, Ricky me inclina la cabeza hacía atrás y su lengua se desliza a lo largo de mi cuello, gemí, lo repitió varias veces más, me tomó de la mano y bajamos por las escaleras, yo iba como si me hubieran drogado, mi verga estaba muy dura, paseamos por el piso de abajo y vimos la puerta abierta de su habitación. Allí tumbados y desnudos estaban los tres jóvenes, besándose entre ellos, sus manos acariciaban sus cuerpos lentamente disfrutando del contacto, el moreno de cabello rizado se arrodilla entre las piernas de John y comienza a comerle la polla mientras la masturba con suavidad, el más joven continua besando a John y se masturba su gran verga, tan joven y menuda verga. Las manos de Ricky acarician mi espalda y cruzando los brazos por delante acaricia mi pecho, mientras sus manos van descendiendo y abriéndome la cremallera del mono de trabajo, estamos ubicados en un rincón, que nadie puede vernos, pero tenemos total visión de la cama, mi prenda de trabajo está en mis tobillos y Ricky se ha puesto de rodillas delante mío y pasa su lengua  a lo largo del tronco de mi verga, después la pasa sobre mi capullo y finalmente la mete dentro de su boca dándome un inmenso placer.

El joven moreno ha levantado las piernas de John y tiene su cara enterrada en las nalgas de éste, Diego el más joven, ahora está chupándole la verga a John y éste al jovencito. Mis manos acarician el cabello de mi compañero mientras continua chupando mi verga, he tenido que frenarlo, para no correrme tan pronto, entre la escena de delante y su boca era casi irremediable, incliné un poco mi cuerpo y acaricié la espalda y el pecho de Ricky, pellizqué sus tetillas y ronroneó, lo hice levantar y agachándome delante de él hice lo mismo, hacía muchos años que no chupaba una verga desde el instituto con un amigo y compañero, intenté tragarme su verga pero no me cabía dentro de la boca, pero él gemía de gusto, le bajé su mono dejándolo en sus tobillos y le di la vuelta, hice que agachara un poco el cuerpo y mis manos le separaron las nalgas, mi lengua no tardó nada en encontrar su delicioso ano, mi lengua arrasaba de saliva toda la zona y su botón anal comenzaba a palpitar, mi cara totalmente enterrada en su culo y mis manos tocándole las tetillas lo hacían gemir casi en silencio, su agujero se estaba abriendo para mí, me puse de pie y agarrando mi verga la fui empujando dentro de su culo, miré  la habitación y el de pelo moreno también estaba penetrando a mi lindo John, éste gemía, mientras seguía chupando la gran verga del joven Diego.

Ricky se quejaba de dolor, yo le había puesto los dedos de mi mano en la boca y después de chuparlos, con el dolor me los mordió, no muy fuerte, pero al pasar el dolor los volvió a chupar, como pidiéndome perdón, mi polla estaba bien encajada y comencé a follarlo con más insistencia, iba casi al mismo ritmo, que el joven de pelo moreno y cuando éste aceleró, yo hice lo mismo y creo que nos corrimos al mismo tiempo sus gemidos eran sonoros, yo dentro del apetitoso culo de Ricky y él dentro de mi John, porque así me lo parecía lo consideraba como mío, la verga de Ricky estaba  dura como una roca, mi mano la fue acariciando mientras sacaba la mía de su culo.

El joven Diego, lamía con ahínco el culo del joven moreno, que seguía arrodillado entre las piernas de John, éste salió de debajo y ocupó el lugar de Diego comiéndole el culo al moreno, que oí que lo llamaban Ángel, lo puso tumbado boca abajo sobre la cama y enterró su cara en el culo sus manos separaban las nalgas dejándole el ano bien visible, su lengua debía hacer estragos, por los movimientos del cuerpo del joven tumbado, mientras Diego le metía su gorda verga en la boca forzándole con las manos a tragarse todo, yo notaba la lengua de Ricky entrando en la raja de mi culo su lengua subía y bajaba con fuerza, la punta de la lengua se detuvo en mi agujero y comenzó a meterla, el placer era tal que me mordía los labios para no gemir fuerte y notaba que mi ano se iba abriendo, levanté la mirada y John estaba penetrando a Ángel, que mordía la almohada, dejó resbalar su cuerpo sobre el de Ángel y entonces el joven Diego con su inmensidad comenzó a taladrar el culo de John al mismo tiempo que Ricky me penetraba a mí ¡Joder! como dolía, pero aguanté y el dolor remitió y los empujones que me daba mi compañero cada vez eran más placenteros, sus manos sujetaban mis caderas con fuerza, sus empujones eran potentes.

De pronto sacó su verga de mi culo me sacó el mono y también el suyo y cogiendo mi mano entramos en la habitación, me tumbó sobre la cama boca abajo al lado de los tres jóvenes y me volvió a penetrar con más fuerza, yo sin darme cuenta agarré la mano de Ángel y éste me miró sonriente, acercó su cara a la mía y nos besamos la boca mientras éramos traspasados, él por John y Diego encima, ahora Ángel gemía fuerte y  John soltó su semen en su culo y Diego se corrió dentro de John, desplomando sus cuerpos sobre la espalda de Ángel y en ése instante tal vez por el sonido de los chicos Ricky soltó su corrida dentro de mi culo, yo notaba su descarga y me recorría por todo el cuerpo una gran sensación de bienestar, apoyó su cuerpo sobre mi espalda y me beso la boca, al poco se puso a mi lado boca arriba.

Yo me puse encima de él frotando mi verga contra la suya y para mi sorpresa John salió de entre sus amigos colocándose encima mío y sujetando su verga me la clavó de un certero golpe, mi verga se endureció rápidamente y comenzó a cabalgarme con mucha intensidad, sus movimientos eran frenéticos y hacía un movimiento que me excitaba mucho más, su verga entraba y salía de mi culo recién perforado, el semen de Ricky mojaba su verga, su follada era genial y poco después gimiendo se volvió a correr, esta vez dentro de mí y yo estaba feliz de esa follada, mi verga y la de Ricky estaba a punto de nuevo, me apartó con suavidad y viendo nuestras vergas duras, se arrodillo encima de la verga de Ricky sujetándola se la fue clavando y fue cabalgando sobre él hasta que Ricky se corrió de nuevo en su culo, cuando sacó la verga de su culo levantó las piernas de mi compañero y enterró su verga dentro de su culo, tiró de mi brazo indicándome que me pusiera detrás de él y eso hice, sujeté mi polla y lo atravesé de una estocada, al empujar mi verga en su culo se clavó más dentro de Ricky, éste gimió, ahora yo me estaba follando a mi querida obsesión, John y él movía su trasero penetrando a Ricky y de paso yo lo penetraba, he hizo su movimiento y mi amigo no lo pudo soportar y soltó el resto de semen que le quedaba, mis manos sobre la suave piel de los hombros de John me excitaban tanto que no pude retenerme corriéndome dentro de su culo, mi verga palpitaba dentro de él, entonces gimió soltando su semen dentro de Ricky.

Cuando nos separamos me tumbé boca arriba y John se puso encima mío buscando mi boca, mordía mis labios metía su lengua dentro buscando la mía con desesperación, soltaba su saliva en mi boca y yo en la suya, Ricky se unió a nosotros también con mucha intensidad, a nuestro lado Diego estaba penetrando a Ángel con mucha fuerza, sacaba su gran y gruesa polla y la enterraba de nuevo en el culo del moreno mientras le decía a media voz: ¡Pídeme a mí perdón, por el daño a John! Ángel gimiendo respondía: ¡Te pido mil perdones, por lo hecho a John, pero no pares, sigue, follando te pareces tanto a él, que quiero  tener tu leche dentro de mí, junto a la suya! ¡Que gozada! Y entonces comenzaron a correrse los dos, Diego dentro de su culo y Ángel sobre su cuerpo, aún le dio unos empujones más y sacó su verga del culo, tumbándose encima de todos nosotros suspirando, se encaramó buscando la boca de John y los dos se besaron con mucha ternura.

Nosotros nos levantamos, nos pusimos el mono de trabajo, después de secarnos con una toalla, que nos dio John y volvimos al trabajo, subiendo le dije a Ricky: ¿No llevas tres años con tu novia y os vais a casar? Él respondió con una sonrisa: ¡Eso es otra cosa, pero lo de hoy ha sido el sumun del sexo y me alegro que haya sido contigo, tal vez podríamos hacer esto con más frecuencia! Me pasó su brazo por encima de los hombros y apretó su cuerpo al mío, yo me sentía feliz como unas castañuelas, los encargados nos miraron y uno de ellos me guiñó el ojo, pero no dijeron nada, volvimos al trabajo con más ahínco.


Soy John, de nuevo, los dos operarios se han ido a trabajar, espero que no les echen la culpa por faltar tanto rato, la verdad que han sido unas horas fantásticas, sobretodo disfrutar con Ángel y después con mi obrero favorito Rafa, que morbo follarlo y sentir su verga dentro de mi culo, realmente apoteósico, nos hemos secado con la toalla y nos hemos unido con el resto del grupo en la piscina, al aparecer Kike dijo sonriente: ¡Habéis hecho las paces con Ángel! Yo respondí: ¡Más o menos, aún hay cosas por solucionar! Y nosotros tres nos reímos...

Continuara...