Me subastan por amor...5ª parte

Juanjo detrás de John, le clavó su verga y enfrente de John, estaba Pablo besándole y yo detrás de su espalda, lo fui penetrando hasta el fondo, gimió al igual que John y

ME SUBASTAN POR AMOR...5ª PARTE

Estábamos llegando a Benidorm, me encontraría con mi hermana Lourdes, durante todo el trayecto estuve un poco callado, John, me hablaba para hacerme reaccionar mejor, pero seguía algo preocupado y le dije a Amadeo: ¿Y si mi hermana quiere tener mi custodia, lo puede hacer, cómo es mayor de edad? Amadeo que estaba de copiloto junto a Alejandro giró un poco la cabeza y sonriéndome dijo: ¡Tranquilo, ya verás que todo sale bien! Y llegamos Alejandro aparcó el coche y descendimos, Amadeo llamó a la puerta y apareció mi hermana, mi corazón dio un vuelco, casi no la reconocía, tenía el vientre muy hinchado, nos besamos y nos hizo pasar a los cuatro, preguntó, si queríamos tomar algo, pero todos negamos de forma cordial.

Se sentó a mi lado mirándome y haciendo elogios de cómo estaba de guapo y parecía estar muy bien, era muy sincera, nos comunicó que estaba en cinta de tres meses y medio y que el domingo se casaban por lo civil, con unos pocos amigos y familiares de su pareja, se levantó y de un pequeño arcón, cogió una llave y se la entregó a Amadeo diciéndole: ¡Es una copia, pero funciona, es para Diego, mientras no se venda la casa! Amadeo preguntó: ¿Que haréis del dinero de la venta de la casa? Ella dijo: ¡Será a medias para Diego y para mí! Amadeo insistió dirigiéndose a mi hermana: ¡Hay una pareja muy interesada en adoptar legalmente a Diego, pero quieren darle sus apellidos, son personas de un alto poder adquisitivo, pero él seguiría teniéndote como hermana, pero con otros apellidos, de otra manera, si tú no te haces cargo de él, lo tendría que hacer la Asistencia Social! John, Alejandro y yo no salíamos de nuestro asombro, tras las palabras de Amadeo, yo me estaba poniendo enfermo, entonces mi hermana que estaba a mí lado me abrazó diciendo: ¡Tal vez sea lo mejor para él, tendrá mejor vida, de la que yo podría darle! Me besó la cara y frotó su mano por mi pelo diciéndome: ¡Por lo menos no me olvides, siempre estaré aquí para ti, aunque solo sea por teléfono, para contarme como te va todo!

Me resbalaban enormes lágrimas, ella me acunó de igual manera que hacía mi madre cuando yo era pequeño, entonces Amadeo, de una cartera, que solía llevar a la consulta, sacó unos documentos y le explicó que eran cada uno, en uno daba su conformidad para la adopción legal, firmó y en el otro documento era la aceptación, de la totalidad de la venta de la casa familiar para ella, firmó ambos documentos y se los entregó a Amadeo, éste los guardó mientras le decía a mi hermana, que él mismo se encargaría de que siempre estuviéramos en contacto.

Nos despedimos llorando los dos, me dijo, que si quería coger algo de la casa, podía hacerlo, de pasada, comentó que en la habitación de nuestra madre encontró una maletita con unos cuadernos dentro, parecía que a nuestra madre le gustaba escribir y nos fuimos todos muy cabizbajos, montamos de nuevo en el coche y fuimos a Calpe (Alicante) no muy lejos de Benidorm a unos 25 km. Más o menos, nadie hablaba incluso el siempre sonriente Alejandro estaba ensimismado, al llegar aparcó y bajamos todos, pero Alejandro dijo, que se quedaría para estirar las piernas, Amadeo se acercó a él acariciándolo mientras le decía:¡Por favor confía en mí, todo va bien! Todos entramos en la casa, había mucho polvo, abrieron las ventanas y le fui mostrando el interior de la casa, al llegar a mi cuarto, no podía abrir la puerta la mano me temblaba, John lo hizo por mí, estaba la cama hecha, como si me siguiera esperando y el resto de mi ropa colgada en el armario, mi mochila con los libros en un rincón junto al escritorio, donde solía hacer los deberes, pero no me senté en la cama, me recordaba la mamada que me obligó a hacerle al amigo de mamá, por último entré en el cuarto de ella, paseé mi mano por su ropa colgada, oliendo su colonia, Alejandro bajó la maletita, que había dicho mi hermana y al abrirla, me encontré con un montón de cuadernos con diferentes fechas en las portadas, estaban por orden.

Miré a Amadeo y éste asintió, también cogí una foto de mamá, enmarcada, sonriendo en bañador, se la veía muy joven y contenta, Alejandro había cogido mi mochila del cole, dio un vistazo a los cajones, pero no cogió nada más, por mi lado también cogí una foto de mi hermana, poniéndola en la maleta pequeña, cerramos todo de nuevo y  subimos al coche, volvimos a Benidorm, le devolvimos la llave a mi hermana y entramos a un lujoso hotel, para pasar la noche allí. Nos mostraron nuestras habitaciones, nos pusimos los bañadores y fuimos a la piscina, el mal humor que había reinado tanto rato se disipó mientras jugábamos los cuatro dentro del agua, cenamos en las mesas del exterior, viendo cómo se iba haciendo de noche, al terminar de cenar y los postres, Amadeo pidió una botella de champan, la trajeron con cuatro copas, las llenaron y Amadeo levantó la suya diciendo: ¡Me gustaría brindar con todos vosotros por Diego! Todos alzamos las copas con desgana y cuando comenzamos a beber continuó: ¡Por nuestro futuro hijo, Diego! Alejandro se atragantó y John, se quedó con la copa en los labios, su cara siempre alegre se derrumbó, soltando algunas lágrimas, alargó su mano acariciando la cara de Diego, pero Amadeo añadió: ¡Y por John nuestro futuro hijo mayor! ¿Eso si nos acepta como padres legales, por que pronto será mayor de edad y tendrá que decidirlo él? Entonces John sonrió de oreja a oreja, se levantó de golpe, abrazó a Alejandro y Amadeo respondiendo: ¡Sííí, quiero ser vuestro hijo y además tendré un hermano! Abrazó a Diego besándole en la cara, se sentó y fue mirando a los dos futuros padres, Alejandro estaba algo serio de nuevo.

Amadeo llamó al camarero, pidiéndole, que trajera su cartera, al poco rato volvió con lo pedido, Amadeo abrió la misma y cogió unos documentos, que le pasó a Alejandro, éste comenzó a leer el primero, tenía su boca abierta, se pasaba la mano por su pelo, luego le entregó el segundo y fue leyéndolo detenidamente, entonces soltó: ¡Esto es la leche, realmente son nuestros hijos, tuyo y mío! Abrazó a Amadeo dándole y beso cariñoso en los labios mientras decía: ¡Gracias, te quiero! Amadeo mirando a Diego, le dijo: ¡Mira los cuadernos de tu madre de hace 16 años, a ver si pone alguna cosa, si no pone nada en particular, mañana os lo contamos todo! ¿De acuerdo?

Al volver a nuestra habitación, abrimos la maleta y buscamos los cuadernos con el año indicado, sentados sobre la cama junto a John, los leía en voz alta, llegó una parte, que decía:

Hoy he disfrutado haciendo el amor, con Alejandro, su enorme herramienta, me llena de placer, estoy feliz, siendo más jóvenes que yo, lo pasamos genial los tres, Amadeo es más dulce y delicado cuando me penetra, su verga no es tan suntuosa, como la de su amigo, pero me hace sentir la mujer más importante de su vida, Alejandro me eleva a lo más alto, pero Amadeo, me entrega su cariño, ya que he notado que siente algo por su amigo Alejandro y éste no lo sabe o no se da cuenta, los he conocido en el restaurante y durante la cena, no paraban de decirme cosas bonitas, que me ruborizaban, pero me gustaban, al terminar mi turno, me invitaron a la discoteca y me invitaron a todo, desde éste día estamos los tres juntos a todas horas, pero por alguna razón, Amadeo desaparecía unas horas y entonces Alejandro y yo disfrutábamos del sexo en su habitación, es genial en la cama, pero es tan metódico en todo y muy deportista, cuando sale de la cama se va a correr y luego a nadar en la playa, entonces llamo a la puerta entre las dos habitaciones y me recuesto junto a Amadeo, me penetra con dulzura y estoy muy a gusto con él, me abraza, escucha mis cosas y mis problemas, es un cielo. Pronto se marcharán de nuevo y quedaré sola aquí, pensando en ellos y lo mucho que disfrutamos los tres.

Continuaba hablando de su día a día, hasta unos meses después de marcharse los dos jóvenes ponía:

No me encontraba bien he ido al médico y me ha dicho, que estaba embarazada de nuevo, por las fechas, tenían que ser unos de los dos jóvenes que estaban de vacaciones y pensé ¿Otra vez, no? Ya tengo una niña, de un primo, al que dejé por gandul y borrachín. Espero que se parezca a alguno de los dos, ambos tienen muchas cualidades ¡Ya veré que voy a hacer!

Cerré el cuaderno y bajando de la amplía cama, atravesamos a la habitación de Alejandro y Amadeo, se estaba besando, estirados perezosamente sobre la cama, desnudos con sus vergas en son de guerra, nos tiramos encima de ellos mostrándoles el cuaderno escrito por mamá, Alejandro lo leyó en voz alta, al terminar besó a Amadeo y nos abrazó a John y a mí. Amadeo dijo: ¿Os acordáis, cuando encontramos malherido a John y cogí unas muestras de sangre de los cuatro, en un principio, era para asegurarnos de no tener ninguna enfermedad, pero entonces recordé la foto de la cartera de Diego, su cara me sonaba mucho y decidí que nos hicieran las pruebas de ADN (Pruebas de paternidad), ayer antes de venir, pasé a recoger las conclusiones, que he enseñado a Alejandro en la cena, Diego es hijo natural mío y de Mª Isabel, su madre, se calló.

Tomó una bocanada de aire y continuó hablando, al recoger a John maltrecho sobre el colchón, noté un marco roto, pensaba que era una foto, pero era su partida de nacimiento enmarcada y la guardé, no me acordé de ella hasta después de curar a John, cuando llegó Alejandro a mi despacho, se la mostré y nos llamó la atención del nombre de la madre: Alyssa, recordamos los dos unas vacaciones y de conocer una joven muy atractiva con el mismo nombre y además, también era griega, por eso era importante mirar el ADN, entonces mirando a mi amigo dijo: John, Alejandro es tu padre natural, las pruebas así lo confirman y las repitieron dos veces para asegurarse, miré a John, tenía toda la cara mojada de lágrimas, se tiró encima de Alejandro diciéndole: ¡Papá, te quiero! Todos teníamos lágrimas en los ojos, Alejandro dijo: ¡Próxima parada Grecia! Entonces Amadeo soltó: ¡Pasado mañana salimos para Grecia, ya tenemos los billetes y todo lo necesario!

Alejandro preguntó: ¿Y los pasaportes de los chicos? Amadeo siempre sonriente replicó: ¡Está todo hecho, sólo faltaba la firma de Lourdes y mañana entrego el papel y ya estará todo en orden! John y yo comenzamos a saltar sobre la cama diciendo: ¡No podremos pegar ojo, con tanta emoción, podríamos ir a la playa, cerca hay una disco y se oye la música! Nos pusimos los bañadores y unos pantalones cortos, una camiseta y bajamos todos a la playa, Alejandro se detuvo en el bar del hotel y pidió bebidas. Estábamos felices John y yo nos quitamos la ropa con rapidez y nos metimos en el agua, nos abrazábamos, poco después se nos unieron Alejandro y Amadeo, iba todo bien y era una noche perfecta.

De pronto un grupo de tres jóvenes llegaron corriendo sacándose la ropa, metiéndose en el agua, gritando al notarla algo fría, nosotros estábamos más cerca de la orilla y el agua nos cubría algo más por encima del ombligo, los chavales recién llegados se hundían unos a otros riendo, de pronto comenzaron a sacarse el bañador mostrándolo en sus manos riendo, se pusieron la prenda por el camal en el cuello y comenzaron a empujarse y voltearse, veíamos partes de sus culos y también sus vergas cuando los sacaban del agua, con los juegos se habían acercado donde nos encontrábamos nosotros, uno de ellos mirándonos dijo: ¡Está de puta madre!, cada vez estaban más cerca, reconocí al que había hablado, era el camarero, que había traído la cartera de Amadeo, éste también le reconoció y les dijo: ¿Ya habéis terminado la jornada? Ellos riendo contestaron: ¡Sí, ya está bien por hoy! Salpicaron agua entre ellos y salpicaron a John, éste les devolvió con la misma moneda y comenzaron a juntarse con nosotros.

Sus cuerpos desnudos nos rozaban constantemente, poniendo a prueba a nuestras vergas que estaban poniéndose duras, el que había hablado primero se llama Juanjo, otro Pablo y el que jugaba con nuestros padres Javier, éste era algo mayor a sus compañeros, pero no mucho más. En un momento dado Juanjo se puso detrás de John, frotando su verga sobre el bañador de éste y con rapidez se zambulló bajándole la prenda, John, la cogió de sus pies y se lo puso en el cuello como ellos, Pablo acariciaba mi cuerpo, cuando sus manos bajaron sobre el bañador deslizándolo hacia abajo, su mano agarró mi verga, yo fui acariciando su cuerpo delgado, mientras miraba a John y éste a mí, me hizo un gesto afirmativo con la cabeza, mi mano fue descendiendo y cogí la verga de Pablo, era como la de John, pero menos gruesa, nos íbamos masturbando mutuamente, acercó sus labios a los míos y nos besamos, John hacía rato que se besaba con Juanjo, estaban tan pegados sus cuerpos, que desvié la mirada y vi la verga de John que sobresalía para un lado de sus cuerpos, la de Juanjo se encontraba entre las piernas de mi amado John y hacían los movimientos de estar follando, Pablo tiró de mis piernas obligándome a tumbarme sobre el agua boca arriba, separó mis piernas colocándose entre ellas y cogiéndome las caderas deslizó su boca a lo largo de mi verga, haciéndome soltar un profundo gemido, John nos miró sonriendo e hizo lo mismo con Juanjo, poniéndose la verga de éste en la boca mientras su cabeza subía y bajaba haciéndole una buena mamada, Pablo tenía una boca deliciosa, me producía cosquilleos, se fue tragando toda mi larga y gruesa verga, su lengua lamía mis huevos, sus manos acariciaban mi vientre plano.

Me fije que la verga de Juanjo era bastante larga pero delgada y John, parecía disfrutar chupándola, miré hacia Alejandro y Amadeo, me extrañó que estaban uno al lado del otro, pero casi al momento apareció la cabeza de Javier tomando aire y bajándola de nuevo dentro del agua, como el mar estaba en calma se veía casi todo, les estaba chupando las vergas a los dos, primero a uno y después al otro, mientras ellos se besaban apasionadamente.

La suave marea nos fue acercando casi al lado de John y Juanjo, éste se apartó de John y su boca ocupó la de Pablo entre mis piernas, por su parte Pablo comenzó a chupar la verga endurecida de John, los dedos de la mano de Juanjo acariciaba mi ano masajeándolo y al poco metía dos de sus dedos delgados y largos, me penetraban dentro del culo, su boca subía y bajaba ansiosamente chupando mi polla, pasado un buen rato me puso de pie y nos juntamos los cuatro, Juanjo detrás de John, le clavó su verga y enfrente de John, estaba Pablo besándole y yo detrás de su espalda, lo fui penetrando hasta el fondo, gimió al igual que John y mientras lo penetraba miraba la cara de John, que seguía besando a Pablo, pero sus ojos me miraban a la cara, las embestidas que le daba a Pablo lo hacían gemir de lo lindo, Juanjo aceleraba sus embestidas dentro de mi querido John, soltó un gemido y supe que se había corrido dentro del culo de John.

Saqué mi verga del culo de Pablo y me coloqué detrás de Juanjo, penetrándolo de un certero golpe, gimió profundamente, su verga seguía clavada dentro de mi amigo, John estiró la pernas de Pablo dejándolo flotar y comenzó a chuparle la verga, mientras sus dedos le penetraban el culo, Juanjo se quejaba de dolor, pero movía su culo adelante y atrás clavándose él mismo mi verga hasta bien dentro, Pablo gimiendo fue soltando su semen en la boca de John y yo me clavé más dentro de Juanjo corriéndome en su culo, continué penetrándole y él a John, Pablo agachaba su cuerpo chupándole la verga de mi amigo, al poco John gimió y al sacar Pablo la cabeza del agua le salía el semen de sus labios, besó a John y en ése momento Juanjo volvió a correrse dentro de John, cuando sacó su verga se dio la vuelta, sacando la mía de su culo y entrando en el agua comenzó a chuparme la verga

Su insistencia tuvo su recompensa solté mi semen dentro de su boca, su lengua relamía sus labios saboreando mi semen, Pablo se corrió en la boca de John, todos estábamos agotados, nos abrazamos acariciando nuestros cuerpos y en ése mismo instante oímos la voz de Javier diciendo: ¡Qué bueno! ¡Partirme el culo en dos! ¡Por Dios, que placer! Alejandro y Amadeo se encontraban frente a frente con sus brazos dándose un abrazo, entre ellos se encontraba Javier, sus piernas abiertas salían por cada lado sobre los fuertes brazos de los mayores, le subían y bajaban su cuerpo, las dos vergas estaban clavadas dentro del joven camarero, que gemía de placer y dolor, su verga erguida se bamboleaba hacia arriba y de repente en una clavada de vergas comenzó a soltar su semen manchando el cuerpo de Amadeo, que estaba delante y  al apretar su culo nuestros padres terminaron corriéndose dentro del sabroso culo, las dos vergas quedaron clavadas dentro y Javier fue besándolos a ambos, las manos acariciaban sus cuerpos.

Nos pusimos los bañadores y despidiéndonos de ellos volvimos al hotel, había sido una noche estupenda, pero seguíamos sin tener sueño, por eso nos metimos en la cama con Alejandro y Amadeo. Alejandro tenía su brazo bajo la nuca de John, su hijo y Amadeo bajo la mía, nuestras cabezas descansaban sobre sus pectorales, mientras sus manos nos acariciaban la cabeza, la mano de John reposaba sobre el plano vientre de Alejandro, deslizándola de lado a lado, la verga inmensa de éste iba creciendo al contacto de la mano de John, los labios del joven fueron bajando hasta acercarse a la verga creciente y la comenzó a lamer lentamente, la visión de la gran verga de Alejandro nos fue calentando a nosotros y mi cabeza fue bajando agarrando con mis labios la verga de Amadeo y chupándola con fruición, nuestras cabezas subían y bajaban mamando esas deliciosas vergas de nuestros progenitores, ambos gemían de placer.

Alejandro puso a John de lado en medio de la cama y colocándose detrás de él lo fue penetrando, mi amigo y hermano se quejó ligeramente pero aguantó la inmensa clavada en su culo, mientras la boca de Alejandro besaba su nuca y cuellos, ambos gemían con sus embestidas, yo me senté sobre la verga de Amadeo y sujetándola con fuerza bajé mi culo clavándola dentro de mi culo, mi cuerpo subía y bajaba, incliné mi cuerpo para  adelante y besé con cariño a mi padre, levantando un poco mi trasero, dejándole espacio para moverse a su antojo dentro mío, clavándose con fervor tan hondamente, que me hacía suspirar de placer, todos gemíamos el gozo que sentíamos era inconmensurable.

Amadeo pasó mis piernas por encima de su cuerpo, quedándome de espaldas a él, mientras continuaba clavado en su verga, de repente reclinó mi cuerpo hacia atrás apoyándolo sobre su pecho, colocó mis piernas dobladas y mi cuerpo un poco ladeado, ahora mi culo se encontraba algo separado de su verga y él continuaba moviéndola, la sacaba y se clavaba de nuevo en mi culo, en esa posición nos podíamos besar con ardor, mientras que su mano me masturbaba y la otra acariciaba todo mi cuerpo, por su parte Alejandro también había optado por la misma posición y la espalda de John, descansaba sobre el amplio pecho de su padre, mientras lo penetraba con rotundidad y sus manos lo masturbaban, acariciándole los huevos, cada vez las embestidas de nuestros padres se aceleraban más, igual que sus manos masturbándonos, John no pudo aguantar más y comenzó a soltar su semen sobre su propio cuerpo, mientras Alejandro continuaba masturbándolo, sacándole hasta la última gota, mientras soltaba un gran suspiro y entonces Alejandro gimiendo se corrió dentro de su culo, con unas fuertes sacudidas dejándole lleno de semen, siguió penetrándole, deslizó sus dedos sobre el semen derramado por John en su cuerpo y se lo llevó a la boca, saboreando ése preciado néctar de su hijo, después se volvieron a besar, era tan tierno todo que el placer que sentía afloró en mi verga y fui soltando mi semen derramándolo sobre la mano de Amadeo, que soltaba el suyo en el mismo instante que yo, salpicándome todo mi  interior, mientras nos besábamos acercó sus manchados dedos con mi semen y ambos los degustamos, dejándolos limpios.

Cuando separamos nuestros cuerpos, cambiamos de sitio, John se puso de lado delante de mi cuerpo, Amadeo se colocó enfrente de John y Alejandro detrás de su espalda, todos de lado, nosotros apoyados sobre el costado izquierdo y nuestros padres, sobre el derecho, mi verga al contacto con el trasero de John, comenzaba a palpitar de nuevo, John al notarla la cogió con su mano y se la fue acercando a su ano, apretando su culo contra mí, se la clavó entera, por su parte Alejandro cogiendo su verga la clavó dentro de Amadeo, que gimió, volvimos a cabalgar a nuestras respectivas parejas, al poco rato me corrí dentro del caliente culo de John mientras mi mano lo masturbaba y gimiendo soltó su leche en ella, me la llevé a la boca chupándola y nos besamos, Alejandro y Amadeo hicieron lo mismo, pero más lentamente y cuando se hubieron corrido ambos, cerraron la luz nos deseamos buenas noches y nos quedamos dormidos.

Nos despertamos solos en la inmensa cama, besé a mi amado John, que ronroneando se desperezó dándome un beso y nos dirigimos al baño, Alejandro y Amadeo se lavaban la boca y los utensilios de afeitar estaban preparados, nosotros dos les dimos un beso en la mejilla a ambos y nos metimos en la ducha, la mampara de cristal no cubría demasiado nuestros cuerpos, el agua descendía por los pectorales de John, eso siempre me excitaba un montón, le fui cogiendo las gotas de sus pezones, mientras los chupaba con deleite, mi boca fue siguiendo el descenso del agua sobre su hermosa polla, me la puse dentro de la boca y comencé a succionarla con deleite, John suspiró, sus manos acompasaban mi cabeza contra su verga mientras la chupaba, fue soltando su orina cálida, yo la dejaba resbalar por mis labios mientras seguía chupándola, al terminar le di la vuelta y le clavé mi verga en su delicioso culo y lo penetré largo rato, al poco solté mi orina dentro de su culo mientras él gemía notando el calor de mi orina, continué perforándolo y poco después me corrí en su culo junto a mi orina, cuando saqué mi verga de su culo, se dio la vuelta y poniéndose delante mío, me besó con fuerza, puso sus manos en mi trasero y me levantó hacia arriba, mis piernas se enrollaron alrededor de sus caderas, me desplazó hasta la pared, apoyando mi espalda en ella.

Su verga cimbreaba cerca de mi ano, la cogí con mi mano y la fui acercando a mi agujero, bajé mi culo hacia abajo clavándomela entera, ahora era yo quien gemía de placer, siempre que me follaba era genial, ésta vez no fue diferente, los dos nos sentíamos muy compenetrados y sus movimientos dentro de mi ano, me elevaban al infinito, sus cálidos besos eran de verdad, los notaba en el palpitar de su corazón, siempre que estábamos juntos nuestros corazones se desbocaban, mi lengua en su boca hacía estragos y fue soltando su semen dentro de mi culo con un último empujón.

Terminamos de ducharnos y al salir, nos encontramos a Alejandro apoyado en la mampara mientras era follado por Amadeo con bastante intensidad, la mano de éste masturbaba la gran verga de Alejandro, éste soltó su corrida sobre el cristal de la mampara y poco después Amadeo lo hizo dentro del culo de su marido Alejandro, entraron en la ducha, al poco rato estábamos todos desayunando, cuando terminamos subimos al coche rumbo de nuevo a Barcelona...

Continuará.