Me sorprenden en el gimnasio

La jornada laboral habia terminado y me dirigia al gym para despejarme, mantener el cuerpo y de paso pavonearme delante de todos aquellos chicos del gym que tan caliente me ponían. Lo que no sabía es que terminaría como una zorra con uno... dos?

La jornada laboral habia terminado y me dirigia al gym para despejarme, mantener el cuerpo y de paso pavonearme delante de todos aquellos chicos del gym que tan caliente me ponían.

Me apunté alrededor de seis meses antes de que sucediese lo que a continuación voy a relatar, pues me apetecía ocupar mi tiempo con nuevas actividades, ampliar mi circulo social, mejorar y mantener mi aspecto físico y de paso tontear con los chicos que entrenaban a la vez. Despues de seis meses, ya habia conseguido un cuerpo que hacia que muchos se girasen cuando pasaba, tanto en la ducha como durante los entrenamientos, tengo una altura media, unos abdominales que había conseguido marcar, un culo que cada día que pasaba estaba más desarrollado, unas piernas duras y unos músculos cada vez más definidos. Sin haberme dado cuenta del cambio, ya era capaz de realizar todos aquellos ejercicios que al principio no podía ni de broma.

Esto sucedió hace un año y pico, cuando tenía 25-26 años, y estaba en una etapa muy golfa. Me enfundaba mis mallas cortas dejando que marcasen cada pliegue de mi culo para ver como se giraban los chicos para vermelo, una camiseta de tirantes y bajaba a entrenar relamiendo mis carnosos labios para dejarlos boquiabiertos. He de reconocer que intentaba no ir más alla pues iban bastantes chicos de mi trabajo al mismo gimnasio y no me apetecia airear mi vida personal en el trabajo. El caso es que un buen día, cuando había salido del gimnasio y entraba en el coche sonó una alerta en mi móvil. Se trataba de una red social de contactos gay, un tipo me escribía comentándome que le habia puesto muy burro entrenando, que ojala pudiese disfrutar de una zorra como yo. En un primer momento pensé que era uno de los intructores que me ponía cerdísimo puesto que tenía un tonteo mas que evidente con él, pero al darse la situación en su trabajo no habiamos avanzado nada. La conversación no fue mucho más allá y pasaron unos cuantos días.

Ese día había llegado más tarde de lo habitual porque me entretuve holgazaneando hablando con los compañeros y demas por el cansancio que tenía. Me cambié como de costumbre y baje a entrenar. Ese día me tocaba piernas, así que tras el calentamiento, acudí a realizar sentadillas y justo terminando una de las series noté una mirada clavada en mi, miré al espejo y una vez acostumbrada mi visión a la poca luz que habia en el gimnasio, vi a un hombre de aspecto muy viril mirandome lascivamente. Al ver que nuestras miradas se cruzaron, se atrevió a dar un paso hacia mi restregando su rabo justo en mi ano haciendo que mi cuerpo vibrase por completo, sintiendo que la calentura me invadia por completo. Un solo momento y había conseguido que desease que me follase allí mismo. Dejé la pesa, me giré e instintivamente le mire la polla que se podia palpar y lleve mi lengua sin querer a la comisura de mis labios. Soltó una sonrisa autosuficiente y me dijo que mirase el móvil que en un rato lo vería mas de cerca.

Se fue a continuar su rutina y yo me fijé en que el desconocido de hace unos días habia vuelto a escribirme a la red social. Aquel hombre de ojos verdes penetrantes, barba de 3 días, cuerpo robusto y actitud viril acababa de escribirme un mensaje:

  • Estoy deseando de rebentarte ese culo de zorra que tan cerdo me pone. No voy a parar hasta que te bañe en lefa. Vamos más o menos a la vez, en diez minutos te veo en los vestuarios ;).

Al leerlo una corriente eléctrica recorrio mi piel, suspiré y alcé mi cabeza para mirarlo. Estaba sentado con las piernas abiertas en un banco de abdominales, se quedo mirándome, miro a los lados para cerciorarse que nadie lo miraba para agarrarse la polla y enseñarmela sobre las mallas. Cogió el móvil e intuí que me escribía.

  • Llevas días provocandome, hoy te tragas mi polla perrita.

Instintivamente le respondí ipsofacto

  • Estoy deseando hacerlo.

  • Perfecto...

Estaba petrificado, no podía pensar, necesitaba que me follase ya, asi que le volví a escribir ...

  • Deseo que me folles, por favor vámonos al vestuario ya.

  • Me encantas zorra, vas a gozar de lo lindo. Sigueme.

Vi como subia a los vesturarios y yo por supuesto, le seguí. Al llegar, me dirigi a mi taquilla y no tarde en descubrir que mi taquilla estaba justo debajo de la suya...

  • Conozco tu candado... agachate a recoger tus cosas, no?

Mientras me pronuncuaba esas palabras con esa voz tan sensual reafirmando su pose tan viril, me miraba con una mirada lasciva que me desnudaba por momentos y mi cuerpo dejaba escapar la zorra que llevo dentro.

Lo miré, me arrodillé y saque lentamente mis cosas mientras le miraba con una cara de puta que cada vez iba a más puesto que el ver su rabo a escasos centimetros de mi cara me estaba excitando a pasos agigantados. Sentía mi ano palpitar. Acerque mi cara a su polla mientras sostenia mi mirada en sus ojos, haciendole ver lo mucho que estaba disfrutando. Me levanté despacio y le besé, lentamente, intercambiando nuestras lenguas, lamiendo nuestros labios. Un beso húmedo, pasional... y le sugerí ir a la ducha ya antes de que llegase nadie.

El gimnasio la verdad que era puro morbo, una iluminación notable pero de muy baja intensidad, los juegos de colores, diferentes espacios intimos... Los vestuarios estaban en una planta superior, primero la zona de las taquillas, luego la zona de wc y lavabos y al lado las duchas, dotadas de una iluminación lugubre y cuatro hileras de cubiculos con duchas cerradas, de los cuales salían verdaderos machos totalmente desnudos.

A esa hora no había nadie en las duchas, nos metimos, y al cerrar la puerta, mi acompañante cambio, y empezó a dominarme. Me empotró en la pared y empezamos a comernos la boca mientras nos caía el chorro de agua encima para disimular.

  • Arrodillate zorra, quiero que me comas la polla. - Dijo empujandome hacia abajo.

Me arrodillé aante él, empotrado en la pared y abrí la boca para empezar...

  • No tan rápido puta, saca la lengua - Decía mientras me daba pollazos en toda la cara, en la lengua... restregaba su precum en mi cara y yo me ponía  cada vez más zorra, empezando a gemir de puro gusto como una puta.

Apuntó su polla directa a mi boca y me la metió de golpe, probocándome una arcada puesto que no lo esperaba. Pronto comencé a tener saliva escapando por la comisura de mis labios. Veía como estaba gozando de follarme la boca, pero yo también lo hacía. Tras unos minutos de follada, me levantó y me puso contra la pared, sacando mi culo y llevando mis manos atras para sujetarmelas el mientras mi cabeza chocaba en la pared. Empezó a rozar su polla en mi ojete y empecé a gemir cual zorra en celo.

  • Ufff, por favor, follame ya... - dije mordiendome los labios

  • Preparate pedazo puta - me dió una nalgada que se escuchó en todo el vestuario. Pero en ese momento poco me importaba quién estuviera-  pedazo de culo tienes, te lo voy a reventar guarra

me escupió en el ojete y empezó a metermela con suavidad pero, al ver que estaba dilatado me la ensartó de golpe haciendome gemir muy fuerte.

De lo que no me percaté mientras me hacia gemir como una perra, rebotando en los azulejos de la ducha, es que había abierto la puerta de la ducha y había un hombre mirando como rompia el culo. Tenía la polla en la mano y creo que debía llevar un rato grande masturbandose por lo acelerado que estaba.

Mi acompañante me agarró del pelo y mientras me porculizaba me dió la vuelta.

  • Cómele la polla a nuestro colega putita

Al espectador se le iluminó la cara y me metió la polla en la boca mientras mi nuevo amigo me follaba el culo sin piedad. Ahora mis gemidos eran acallados por el enorme rabo que acababan de meterme en la boca.

  • Ya hemos encontrado la manera de ser mas sigilosos - dijo riendose al espectador chocandole la mano.

  • Ahhhhh me corro...- dijo nuestro espectador y empezó a soltar lefazos en mi cara. Posteriormente me la restregó hasta que se corrió el otro en la entrada de mi culo. Yo me corrí a la vez sin a penas tocarme.

  • Mira la puta que ni se ha  tocado, como lo ha gozado..

El gimnasio me dió mucho juego, aquel día hice dos nuevos amigos y me ducharon entre los dos.

Espero que os haya gustado y espero vuestros comentarios y correos al email. Me gusta leeros  e interactuar. Gracias y espero que os guste.