Me sentia caliente aquella tarde
Aquella tarde me sentía muy caliente y preparé una sorpresa a mi novio, pero quien se llevaría la sorpresa finalmente?
Me sentía muy caliente aquella tarde, sabía que mi marido llegaría hacia las 6 pero no me esperaba, una cena de trabajo impedía que llegara a casa antes de las 12, por aquellas suertes que pocas veces se dan, se anuló y a las tres ya estaba en casa.
Siempre hemos sido muy activos, nos encantan lo juegos sexuales y aproveche estas circunstancias para preparar uno. Se me ocurrió escribir los siguientes carteles,
Para la entrada uno que ponía: "Te espero impaciente en la cama"
En el comedor uno que ponía: "Estoy denuda y caliente, ven a la habitación"
En la puerta de la habitación: "Estoy aquí dentro desnuda, atada y caliente, haz con migo lo que quieras"
Repartí los carteles, me duché y arregle, até cuatro cuerdas, una a cada extremo de la cama, creé un clima adecuado con una luz roja muy tenue, preparé una venda para los ojos y lo ensayé, lo que mas me costó es atarme a mi misma pero al final lo conseguí.
A las seis menos cuarto ya estaba apunto, puse una sábana roja en la cama como única ropa, me estiré en ella y me até, primero las piernas, después el brazo derecho, me puse la venda con la izquierda y me até este último brazo, la verdad es que tenía que impresionar verme así, con la luz tenue roja, pensé que al verme Juan que estaba sí dispuesta se pondría muy caliente y me follaría como el sabe, que siempre ha conseguido arrancarme unos placeres indescriptibles.
No es normal que tarde, pero esta tarde no era así, yo le esperaba impaciente, caliente por lo que sabía que me esperaba, pero además, si no llegaba pronto me encontrarían así atada ya que no podría desatarme.
El tiempo no pasaba, que extraño con Juan, claro que quizás al saber que no estaba había decidido ir a hacer una cerveza con los amigos, pero cuando ya estaba desesperada oí que se abría la puerta, le sentía avanzar por el pasillo muy despacio, sin duda miraba y leía aquellos carteles, oí como se abría la puerta de la habitación, mi excitación era enorme al sentirme allí atada y mientras mi marido me observaba, noté que se sentó al lado de la cama, estuvo un rato observándome si hacerme nada, de repente noto su lengua que besa mi vientre, con suavidad y cariño, con la mano me acariciaba mi cara, con ternura, sus labios iban subiendo por mi cuerpo, yo me agitaba, cuando estaban a escasos milímetros de mis pechos lancé mi primer gemido, deseaba con fuerza que aquella boca se abalanzara sobre mis pechos, pero no, me hacía sufrir, bajó de nuevo por mi vientre, yo le ofrecía un coño totalmente depilado y abierto, además brillante por los flujos, pero se dedicó a calentarme mas si se podía ya que se acercaba a mi coño pero nunca llegaba a tocarlo por mas que me movieses dentro de lo que las cuerdas me permitían, al fin, cuando estaba ya desesperada su mano se posó en uno de mis pechos y su labio en el otro, en este momento gocé del primero de los orgasmos que me esperaban aquella tarde.
Seguí alternado los pechos con la boca, me los chupaba muy bien, yo diría que mejor que nunca, con fuerza como necesitaba cuando estaba muy caliente, pero en el punto justo antes de causar dolor. Sin abandonar los pechos deslizó la mano hasta llegar cerca de mi coño, esto solo arrancó mi segundo orgasmo, sin que ni me hubiera tocado el coño!.
Al fin su mano se puso encima del clítoris y empezó a acariciarlo, no dejó de jugar con mis pechos, le costó pocas caricias más para arrancar el tercero de mis orgasmos.
Después bajo sus labios para hacerme la mejor comida de coño que nunca me hayan hecho, su movimiento de lengua en mi clítoris unido a algo que nunca me había hecho de poner varios dedos dentro del coño hizo que me volviera a correr.
Ya tenía ganas de que me follara, noté que se apartaba, señal de que se posicionaba entre mis piernas, al fin noté su polla en mi coño, estaba súper mojada, incluso me pareció que su polla era mas gorda, le costó poco arrancarme un par de orgasmos mas mientras me follaba, además, sus manos jugaban con mis pechos, seguro que se sentía muy excitado ya que hacía mas cosas de lo que suele ser normal y el sentir su polla en mi coño y las caricias en las tetas hicieron que estos dos orgasmos fueran un placer continuo que duró muchos minutos.
Cuando pensó que ya estaba suficientemente satisfecha, y realmente acertó ya que mi cuerpo no aguantaba mas, sacó la polla de mi coño y noté que se ponía de cuclillas encima mi pecho acercando su polla a la boca, no me lo pensé y dejé que aquel instrumento que me había dado tanto placer entrara y saliera libremente en el, la tenía muy hinchada, mas de lo normal, mi apreciación en el coño la ratificaba mi boca, Juan se dispuso a follarme en la boca hasta que disparó toda su leche dentro, me la tragué toda, no dejé que nada se escapara, incluso con mi lengua recogí la que se escapara.
Nos quedamos un ratito quietos, descansando del placer que nos habíamos dado, le dije que me desatara y me esperara en el comedor, así lo hizo y salió de la habitación. Me saqué el antifaz y recordando aquel buen momento me dirigí a la ducha, cuando estuve completamente repuesta me enrolle una toalla y salí al comedor.
Allí estaba Pedro !!!!, el amigo íntimo de Juan, sentado y fumando un cigarro, lo miré muy nerviosa, le pregunté por Juan, me dijo:
No se, aquí no está, me ha dicho que viniera a buscar algo que tenía para mi, pensé que era este paquete de la mesa, pero veo que me tenía una sorpresa superior.