Me rompió el culo

Semanas viéndola. Meses deseándola. Un año añorando el culo que contemplaba cada siete días. Llego el día en el que por un descuido iba a ser mio. Al final el mio fue de ella. Ironias de la vida

Me rompió el culo

Semanas viéndola. Meses deseándola. Un año añorando el culo que contemplaba cada siete días. Llego el día en el que por un descuido iba a ser mio. Al final el mio fue de ella. Ironias de la vida.

Era una chica perfecta. Una mujer que se presumía deliciosa, un sueño inalcanzable me pensaba, pero mi persuasión, la fortuna y la distancia hicieron lo que sigue. Cada semana la veía por asuntos laborales y al llegar a casa la recordaba a solas en mi habitación. Al principio con eso me llegaba, fantasiaba y jugaba creyendo que era mía. La confianza entre nosotros fue creciendo , de la mano al beso en la mejilla. De conversaciones rutinarias a sonrisas, de problemas serios a chistes. Así empezó la historia que me marcó.

Ella era casada y veía al marido con asiduidad, lo envidiaba. Tener cada noche al lado de la cama a esta chica era lo máximo que podía aspirar un hombre. Vestía de forma elegante a la par que excitante sin llegar nunca a la provocación. Pero a mi me provocaba inconscientemente. Deseaba su carne, sus huesos, sus labios. Y sobre todo deseaba tener el culo que contemplaba tan cerca cada vez que subía la escalera.

La suerte me sonrío. Ese día tuve que llevarla a casa para dejar unos paquetes. Su marido estaba de viaje. Me pidió que la acompañara a casa, me puso algo para beber, mientras ella se iba a dar una ducha, estaba agotada por el trabajo. Yo estaba muy cortado, nunca pensé que llegaría estar a solas en su casa. Por mi cabeza pasaron mil fantasías en diez minutos, el tiempo que tardó en salir del baño. Observaba sus fotos, sus sofás, sus cuadros, una casa elegante, al estilo de ella.

La sorpresa no tardaría en llegar. Apareció en el salón sin camiseta, camisa ni sujetador. Tan solo llevaba un pequeño tanga naranja que apenas le tapaba nada. Me miró y se puso colorada, se quedó inmóvil. Yo igual de rojo que ella bloqueado no pude articular palabra. Contemplaba a la mujer de mis sueños casi desnuda a 5 metros de mi, con el pelo mojado, con los preciosos pechos pequeños pero tersos, y con unos inmensos pezones apuntando hacia mi. No podría decir cuanto tiempo pasó hasta que pudo hablar: " Perdona, pensé que estaba con mi marido". No te preocupes contensté, y tuve el valor de decirle algo " Gracias por lo que estoy viendo ahora, es algo que deseaba ver desde que te conozco". Fue algo arriesgado, podría haber perdido mucho pero

En ese momento ella se dirigió hacía mi y me dijo : ¿Te gusta? Yo no sabía que hacer, ni que decir, fue el momento más complicado que pasé en mucho tiempo. " Hace tiempo que deseo esto, he soñado contigo muchas noches, conozco tu cuerpo al milímetro sin haberlo visto". En ese momento puso un pecho cerca de mi boca y sin decir nada, agarro mi cabeza y me la puso pegada a su depilado coñito. "Cómeme todo lo que ves y trátame como una puta". En ese momento mi pene dio un salto. Empecé a comerle el coño como nunca se lo había comido a nadie, le daba lambetadas de arriba abajo como un poseso, mordía su clítoris mientras escuchaba sus jadeos.

Ella me golpeaba la cabeza para que se lo chupara mas y mas, me pedía que no parara. Y yo obedecía. La tenía preparada, era mia, la iba a reventar. Empecé a tocar su coño y a meter un dedo pero no me dejó, intenté acariciar su culo . " No hagas eso, me toca a mi " En ese momento se agachó y me empezó a tocar los huevos, masajeándolos despacio y poco a poco se iba acercando a mi ano. Sin haberme dado cuenta y sin darme tiempo a responder me metió uno de sus dedos por el culo, yo gemí. " Voy a darte algo que quieres". Siguió metiendo el dedo una y otra vez y yo no podía parar de gemir, intentaba no hacerlo pero era imposible, intenté hacer que parara, pero no era capaz. "Voy a reventarte lo que tu quieres reventarme a mi". Abrió el cajón de una mesa y sacó algo grande, de unos 24 centímetros, más grande que mi polla. Era rosa. "Date la vuelta, ponte a cuatro patas y dame tu culo". No sabía que hacer, no se porque razón pero accedí. Se ató el consolador a su cintura y se fue hacía mi cara. "Quiero que lo comas entero, dentro de un rato lo tendrás todo en tu culo" No dejé de chuparlo ni un segundo, me lo metí todo en la boca como si se tratase de una polla. Ella se movía para darmelo todo. Sin decir nada se giró y se fue hacía mi culo, se agachó y empezó a pasar su lengua por detrás. Se estaba comiendo mi culo. Mis gemidos se hicieron más agudos. No paraba de moverme. "Tranquilo, voy a darte todo".

Golpeó mis nalgas y me empezó a meter "su " polla. Primero me metió la punta y empezó a hacer círculos, mi culo virgen desapareció, me estaba follando el culo una tia, la mujer de mis sueños. Empezó a embestirme hasta que tuvo todo el consolador dentro de mi culo y sentí un gran dolor. Le supliqué que parara, que no podía más, que me dolía. Agarró mi melena " En dos minutos me suplicarás que no pare nunca". Se confundió, al minuto y medio en medio de un placer increíble le gritaba que no parara de moverse dentro de mi. Me folló todo lo que quiso y más mientras se acariciabas los pechos que ponía de vez en cuando sobre mi espalda. Me estaba follando como a un perro y a mi me gustaba.

Se tumbó en el sofá y me pidió que la montara. Al rato estaba cabalgando encima de ella, sobre un gigante consolador que entraba y salía como si se tratase de una aguja. No sabía como podía tener dentro de mi semejante miembro. Mi polla estaba flácida, pero sentía algo que nunca antes había sentido, después de cabalgar durante un rato, y sorpendido por ello, me corrí sobre su estómago. En ese instante sacó el consolador de mi culo y lo desató de su cintura, lo pasó por su estómago mojándolo con mi semen, y se lo volvió a atar. " Come lo que es tuyo", y me lo volvió a entregar. "Lo quiero seco, totalmente seco" Limpié todo el semen de esa tremenda polla con mi boca hasta que ella quiso. "Ahora tu culito me pertenece y tiene mi nombre grabado, cada vez que lo quiera lo sabrás y será mio durante el tiempo que lo desee. Si eres bueno, algún día te daré lo que tu deseas". Salí de su casa con mi culo destrozado, sin ser virgen, pero feliz de que tuviera dueña.