Me rompió el culo (2)
Desde aquel día pasaron otros siete días. Una semana obsesiva y ansiosa. ¿Qué pasaría al verla? Normalidad absoluta entre nosotros para volver a las andadas, esta vez en la misma oficina
Me rompió el culo II
Desde aquel día pasaron otros siete días. Una semana obsesiva y ansiosa. ¿Qué pasaría al verla? Normalidad absoluta entre nosotros para volver a las andadas, esta vez en la misma oficina.
Siete días pueden pasar volando. Siete noches pueden ser eternas. 168 horas recordando aquel día en el cual dejé de ser lo que era y pasé a ser para ella. Fueron días añorándola y miedoso por el encuentro. Quise llamarla pero no me atreví, intenté verla pero no fui capaz, ahora tenía que estar delante otra vez , delante para volver a poder estar detrás, que paradoja.
Subí y me abrió ella. La saludé como si nada hubiese pasado entre nosotros, ella hizo lo mismo y solucionamos los asuntos laborales. Estaba más bonita que nunca, esta mujer no me ha dejado nunca de sorprender. Mi corazón palpitaba demasiado, y deseaba decirle un millón de cosas, esperaba el momento. Olía a Diosa, llevaba un bonito pantalón negro y una camiseta del mismo color. No dejaba de verla, ella me sonreía, pienso que también quería decirme cosas.
Se levantó para recoger unas carpetas que guardaba en el último cajón del armario, al agacharse el pantalón se deslizo hacía abajo y pude apreciar levemente su ropa interior. Era un tanga negro también, una estrecha tira horizontal con otra verticual, de no mas de medio centímetro de grosor, enganchadas ambas por un pequeño circulo de color plateado También puede apreciar otra estrecha banda pequeñita de color blanco.Volvió a su asiento en la mesa y hablamos de nosotros.
"Bueno, ¿Qué tal estás?, ¿Cómo ha ido la semana en lo personal?" me preguntó con una gran sonrisa en el rostro.
"Bien, rutinaria como siempre", jugué a la defensiva.
"¿Rutinaria?, ¿No ha pasado nada en especial? ¿No te has acordado de mi?
"Bueno, ¿Tengo que decir la verdad?.
"Como quieras, yo me creeré cualquier cosa, sabes que soy muy ingenua. ¿ O has cambiado de opinión?, en modo irónico.
Tenía confianza con ella y después de lo del otro día mucho más.
"Tienes un tanga precioso hoy".
"Gracias, me lo trajo mi marido de Paris ayer, estuvo de viaje. ¿Lo sabías?" se rió.
"Sí, eso me han comentado, ¿Le ha ido bien? Pregunté.
Se acercó a mi a través de la mesa
"Creo que a ti te ha ido mejor que a él, y para ser sinceros a mi mucho mejor. ¿Cómo está mi culito? ¿ Dolorido? ¿Preparado para ser mio otra vez? Te contaré una cosa, el otro día me hiciste feliz, tu culito me hizo feliz. No dejé de pensar en ti durante toda la semana y he estado esperando este momento como una loca. Iba a llamarte pero no me atreví"
Se levanto y se acercó a mi, que estaba sentado. Me dio un beso en los labios y cerró la puerta con llave. Bajó las cortinas. Se volvió a sentar.
"Enseñame mi culito ahora, estaba deseando volver a verlo"
No se cual fue el motivo pero me bajé los pantalones hasta los tobillos.
"No veo mi culito"
Bajé los calzoncillos y me dí la vuelta.
"Es precioso y me encanta que sea solo mio, es el culo más bonito que he tenido en mi vida, sueño con él cada noche, pienso durante el día en él, y ahora lo tengo aquí delante de mi"
Escuché los tacones golpear el suelo. Estaba viniendo hacía mi. Se pudo detrás y lo acarició, primero una nalga, luego la otra.
"Gracias por entregarmelo el otro día, me has hecho feliz. Como te dije este culo ahora es mio, de nadie mas, nadie te lo va a tocar, ni tu mismo lo harás. Para ello te propondré una cosa, espero que puedas conseguirla, ya sabes, para conseguir algo hay que luchar si crees que vale la pena"
Empecé a temblar. No era del frio al estar semidesnudo en su oficina, las palabras que me decía me estremecían, notar sus dedos entre mis nalgas me volvían otra persona, que su uña se fuera marcando cerca de mis genitales era algo indescriptible. No sabía que quería que hiciera, pero tenía una sensación de miedo y felicidad.
"Voy a enseñarte algo, no vas a tocar nada solo quiero que veas" Se desabrocho un botón del cinturón y se bajó la cremallera,se dio la vuelta, echó el culo hacía atrás y se bajó el pantalón a la altura de las nalgas. Me mostró una letra tatuada en la nalga derecha, de un centímetro como máximo, era la inicial de un nombre. Estaba marcada en su precioso culo respingón, ver lo que estaba viendo me volvió a excitar, el tanga era minúsculo. Se volvió a vestir mientras me comentaba.
" Es algo que he hecho por y para ti al día siguiente de que me dieras tu culo. Quiero que tu decidas si el mio vale o no vale la pena, quiero ver si crees que esto puede ser algo muy especial"
Me quedé sorprendido y más asustado que al principio. Yo seguía semidesnudo, pero algo me diferenciaba de hace unos minutos, ahora tenía una considerable erección por la escena que acababa de vivir. Me iba a subir la ropa
"¿Qué haces? ¿Te crees que te vas a ir asi sin más? ¿No sabes que tienes algo mio? "
El juego seguía, y yo quería jugar. Pero en un juego siempre hay un perdedor. Y yo llevaba todas las papeletas.
Se sentó sobre la mesa después de apartar algunas cosas que tenía sobre ellas, estiró las piernas.
"¿Vas a hacer algo o esa erección es por otra persona? Yo no veo a nadie más aquí."
Fui hacia ella y le empecé a besar, agarró mi cabeza con las dos manos y me la dirigió hacía su entrepierna. Le desabroché el botón de su pantalón y la cremallera, ví el tanga negro otra vez, le bajé el pantalón, y cuando estaba bajando el tanga me dí cuenta de un bulto de unos 7 centímetros bajo su tanga. La miré.
" ¿Te gusta? Lo he puesto desde la mañana, llevo todo el día pensando en ti esperando a que llegues. No es comodo ir con esto todo el día colgando, pero es por ti".
Se había puesto otro de sus juguetes para mi. Era un consolador atado a la cintura, pero este era mas pequeño que el de hacía ahora siete días exactamente. Era negro, a juego con toda su ropa , el sujetador no pude verlo pero me imagino que sería del mismo color. Era un poco más gordo pero no muy grande.
Acabé de quitarle el tanga y sin que me dijera nada estaba metiendome en la boca su pequeña polla.
"Es más pequeña que la tuya, pero te va a gustar, ya lo verás"
No me dejo que chupara mucho, intercambiamos las posiciones. Me colocó con las manos sobre la mesa, subió mi camisa desabrochándole unos botones y atándomela al torso.
"Falte el tatuaje, recuérdalo"
Me dio un dedo para que lo chupara, y jugó con mi ano una vez más, la segunda vez. Jugueteaba con mi esfínter y mi boca una y otra vez hasta que me veía bien lubricado y en ese momento me clavaba su verga. Esta vez de un solo impulso me metió todo. Me volvía a estar follando, dos veces en una semana. Esta vez no paró de darme constantemente con movimientos más rápidos que la última vez, me azotó en el culo una y otra vez, me abría con las dos manos las nalgas y de vez en cuando, muy de vez en cuando pasaba su mao por mis huevos desde la parte de atrás. Cuando lo hacía estremecía de placer, pero lo hacía muy poco, sabía como manejarme.
No me dejo ni respirar, ni unos segundos para coger aire entre tanta enérgica embestida. Paso una de sus manos hacía adelante bordeando mi cuerpo y comenzó a masturbarme, mientras tenía su polla en mi culo. Al rato comencé a correrme sobre su mano y sobre la mesa de su oficina, y fue en ese momento cuando me estaba corriendo cuando clavó todo lo que tenía colgando hasta el fondo de mi y lo dejó quieto hasta que terminé.
Sacó el consolador de mi culo, besó mis dos nalgas y mientras me iba vistiendo me volvió a repetir.
"Gracias una vez más por estos momentos, recuerda lo que te he dicho, mi culo está deseando tu polla más que nada en este mundo, y solo depende de ti el conseguirlo. Deseo salvajemente que elijas hacerme feliz"