Me puse en manos del medico

Tras desnudarme, el médico me indico que me tumbara en la camilla boca abajo, mientras observaba como se colocaba unos guantes de látex y cogía lubricante.

Me puse en manos del medico especialista

Me considero un chico… a pesar de mi edad (40 años), muchos me dicen que aparento menos… cosa que agradezco, soy de los que piensan que lo importante es cómo nos sintamos por dentro y no lo que deberíamos de representar. Muchos me consideran un adonis, cosa que no soy… pues soy una persona normal, quizás eso sea lo que muchos les atraen. Mido un metro ochenta y cuatro centímetros, setenta y nueve kilos, físico normal… ni delgado pero tampoco gordo, aunque por estas fiestas estoy cogiendo kilos de más. Eso sí… soy velludo, teniendo a veces algunas partes de mi cuerpo depiladas hasta unos meses que deje que creciera, pues tengo una amiga que le van los velludos, amiga que echa de menos esa facción en su “querido” marido.

Continúo, tengo los cabellos castaños… ya por la edad algunas canas, lógicamente con entradas, ojos marrones y dicen que un buen culo, aunque estrecho a pesar de estar penetrado. Me considero amigo de mis amigos, afición a la “carne” y al “pescado”, me llaman porque disfruto con una polla tanto en mis manos como en mí boca, siendo siempre una puta dispuesta a probar, tengo una boca tragona que se adapta si me dejáis a cualquier tamaño.

Dicho esto comenzare… mirad, hace ya tres años desde de lo ocurrido, tres años en que me opere de una hernia inguinal, tres años en que acudí al médico por unas dolencias, cuyos síntomas eran varios y ante el dolor y la insistencia de mi mujer, acabe por acudir.

Creo recordar que en vez de ir a mi médico de la Seguridad Social, fui al médico de cabecera de la privada más por aligerar las consultas y las posibles pruebas. Siendo este el que me mando al especialista, especialista que fui nada mas coger la cita, especialista que nada más entrar por la puerta, me soltó…

  • "Nos conocemos", dijo.
  • "Creo que no", conteste."Quizás haya sido paciente mío", dijo.
  • "No creo", conteste.
  • "Su cara me suena y la verdad no se dé que", soltó.
  • "Bueno vale... dígame que le ocurre", pregunto.

Contestándole yo...

  • “Mire usted, tengo un bulto aquí en la ingle y un mucho dolor”, explique.

Especialista que me pidió que me acercara a la camilla que había tras unas cortinillas, continuando por pedirme que me bajara los pantalones y calzoncillos. Tras hacerlo este solo palpo y tras unos minutos, me diagnóstico muy seguro de sí…

  • “Esto es una hernia inguinal y aunque pequeña, te recomiendo operar cuanto antes”, dijo.

Ante mi cara de sorpresa me explico…

  • “Mire usted tranquilo, no hay nada de temer pues es sólo una pequeña operación quirúrgica”, soltó.

Lógicamente creyó que ya habíamos terminados, teniéndole que mentar que tenía otras dolencias, dolencias que el médico de cabecera me indico que usted, debía de solventar y le comente lo que me ocurría…

  • "Mire usted, me siento raro y entre otras molestias, tengo náuseas matutinas, aumento de peso (gane alrededor de 6 kilos), cambios de humor, dolor de pezones por no mentar que me han aparecido en las areola de los pezones pequeños bultitos y se me han oscurecieron. Muchas ganas de orinar, cansancio, somnolencia, ansiedad, insomnio, fatiga, subidas de tensión y estrés”, solté.
  • "Sabía usted que esos son los síntomas de un embarazo", dijo el especialista.

Para tranquilizarme me conto este que a veces a los futuros padres, tenemos los mismos síntomas que las futuras madres. Que los cambios del embarazo no sólo afectan a la mujer, pudiendo nosotros los hombres a llegar a sentir los mismos síntomas, fenómeno conocido como el Síndrome de la “Covada”. Por lo que tendrá los mismos síntomas que su mujer, me explico y soltándole yo…

  • "Pero mi mujer ni está embarazada, ni lo va a estar", dije.

Se le puso una cara de sorpresa, luego pensativa y me dijo...

  • "Mira te voy a realizar una serie de pruebas y cogeré sustancias suyas para hacerle análisis... vale", me explico.
  • "Vale", conteste apresurado.
  • "Tendré también que hacerte una serie de preguntas algo comprometidas. No sé si lo comprendes la afinidad de estas", soltó.
  • "No entiendo los motivos... pero bueno", solté.
  • "Deseo saber con qué rapidez obtiene usted el orgasmo cuando se masturba y el de igual manera, cuando lo masturban. Sí echa mucha cantidad y como de espesa es o si es liquida", pregunto.

Cortado me quede como el mismo dijo, pero finalmente conteste...

  • "Bueno vamos a ver cómo le explico… cuando me masturban suelo tardar más, quizás porque no lo hacen como me gusta. Cosa que no ocurre cuando yo me masturbo, pues dependiendo del grado de excitación", conteste y continúe.
  • "El primer orgasmo suelo tenerlo con abundante esperma y espeso, siendo el segundo de menor cantidad y es mas liquido", conteste.

Tras estar anotando este mis contestaciones, pregunto nuevamente...

  • "Sabría decirme su sabor... si alguna vez se lo han mencionado,  si tiene sabor o es agrio. También quiero saber si alguna vez ha visto que sale sangre cuando obtiene el orgasmo", pregunto.
  • "Ignoró el sabor y nunca he sangrado", conteste mintiendo en referencia al sabor, pues no sabe a nada.

Me pudio que entrara en un aseo que había y me desnudara, dijo que lo hiciera de cintura hacia abajo a excepción de los calcetines. Retractándose minutos después, sugiriéndome tras una pausa de segundos que desnudara completamente, colocándome una bata que encontraré detrás de la puerta. Me explico que la petición de desnudarme por completo, es solo por poder explorarme el pecho y no molestarme una vez más que me descubriera.

Tras entrar y desnudarme, me coloque la bata y salí hacia donde estaba antes. Este me indico que me tumbara en la camilla, cosa que hice mientras observaba como el médico se colocaba unos guantes de látex, cogía unos bastioncillos y unos tubos.

Tras ponerse a mi derecha, tomo mi flácido miembro y comenzó a pajearme, rápidamente intente apartarlo a modo de ser yo quien lo hiciera, cosa que este no me dejo, soltándome...

  • "Relájese por favor", dijo.
  • "Estese quieto, soy un profesional y sé lo que me hago, esta visto y mas que comprobado que las veces que este acto lo realiza los pacientes, se pierde llevado por la excitación el 75% del esperma", soltó.

Tras sus palabras no me quedo más remedio que intentar relajarme y dejarle hacer, pero me fue muy difícil...

  • "Mmmmm!!!... ooohhh!!!", solté.
  • "No se sienta cohibido, gima si quiere", dijo y prosiguió.
  • "Me he dado cuenta que usted no tiene muy grandes los genitales", soltó.

Lógicamente yo calle, no estaba para mucho, además solo pensaba en poderme correr cuanto antes. Haciéndole saber a esté...

  • “Uuuffff!!!, ya me viene… ya me viene”.

Colocando el tubo de ensayo muy cerca de mi glande, comenzó a recoger una vez que comencé a eyacular al tiempo que me sujetaba a la camilla con fuerza. Acto seguido, recogió con el bastoncillo muestras y el resto cayó sobre mi pecho, mientras gemí...

  • "aaahhhh!!!... aaahhh!!!", solté.

Mi miembro seguía erecto, mientras que por mi glande salía un hilo de esperma. Esperma que este continuaba recogiendo, mientras continuaba masturbándome.

  • "Ooohhhh... uuummmm", solté.
  • "Perdóneme la incomodidad de la situación, pero debemos de ir descartando posibles enfermedades. Pues incluso puede tener usted un cáncer de próstata, teniéndole que hacer una exploración rectal", dijo.

Ante mi ignorancia, este me explico que el tacto rectal es una exploración médica muy útil para el diagnóstico o para la detección precoz de patologías por la región pélvica. Me explico con todo detalle que consiste en la exploración de las estructuras anatómicas que forman el aparato digestivo tanto de hombres como de mujeres, mediante la palpación realizada al introducir un dedo o dos dentro del esfínter anal. Continuando su explicación mientras me miraba…

  • “Mira esta ultima exploración se puede realizar de dos maneras, tú eliges la que te veas mejor... vale", suelta.

Me informo cada una de ellas, comenzando por la primera en la cual debía de subirme a la camilla y colocarme de rodillas, separando las rodillas y apoyando los hombros y la cabeza sobre estos, intentando conseguir una posición fácil. Tras asentar mi cabeza a modo de haberla comprendido, me explico la segunda en la cual era yo de pie, apoyando los antebrazos en el borde de la camilla e inclinando el tronco hacia delante, mientras echo hacia atrás mis nalgas.

Este me aconsejo la segunda opción más por una facilidad hacia ambos, opción que escogí finalmente, mientras este me dijo nuevamente...

  • "Mire usted, antes de comenzar le debo de hacer unas preguntas, preguntas que al igual que las anteriores son de índole personal. Preguntas que me harán tomar una decisión u otra, vale", dijo.
  • "De acuerdo", respondí.

Comencemos pues, soltó...

  • "Ha tenido usted relaciones extramatrimoniales sin preservativo, ya sea con amigas como con prostitutas", soltó.
  • "No... yo soy una persona fiel a mi mujer", respondí (Mentí).
  • "Mire usted, esto es por su bien y no se va a enterar su mujer, además no hay cámaras ocultas ni nada por el estilo, vale...", soltó.
  • "Le preguntare nuevamente... ha tenido usted relaciones sin preservativos", pregunto.
  • "No, siempre he usado preservativo al menos en la penetración", conteste.
  • "A tenido usted relación con hombres", soltó.
  • "Nooooo", conteste.
  • "Vamos a ver, deseo que me conteste con sinceridad, si ha tenido o no relaciones es cosa suya, yo necesito saberlo", soltó y prosiguió.
  • "De todas formas lo más posible sea que lo sepa tras hacerle la exploración rectal", soltó.
  • "Debo decirle que usted no es el primero que resulta que me ha dicho una cosa y resulta después que es otra. No es cosa mía juzgarlo, sino curarle", soltó.

Acabándole por confesar mi índole, asegurándole que es mi mayor secreto. Le dije...

  • "Mire usted... mmm. Si...", masculle.
  • "Si... qué", dijo.
  • "Si he tenido relaciones con hombres", solté avergonzado.
  • "Vale y qué tipo de relaciones ha tenido. Sexo oral... anal o ambos. Y usted que era activo o pasivo", pregunto.
  • "Yo soy pasivo, no tengo plumas ni nada que haga pensar. Me considero un macho ante las mujeres y un pasivo antes los hombres mayores", solté nuevamente humillado.
  • "Como de mayores los prefiere usted", pregunto.
  • "Pues los prefiero maduros, mayores de 55 años", conteste.
  • "No me contesto... que practica realiza usted, sexo oral... sexo anal o ambas", pregunto.
  • "Depende de la persona y el tiempo, pero prefiero hacer posible ambas", conteste.

Conversación que poco a poco más que avergonzarme o molestarme, comenzó a excitarme y de qué manera. Cosa que al médico note que debía de gustar, más por el hinchazón de su entrepierna, comenzando esté por cambiarse de guantes de látex, tomo un bote... bote que supuse que se trataba de algún tipo de lubricante, comenzó a palpar mis nalgas y acto seguido a untar vaselina ayudado por uno de sus dedos en mi orificio anal...

  • "Aaahhhh!!!... mmm!!!... uuuffff!!!", gemí.
  • "Te ha gustado", dijo.

Pensé que se estaba tomando demasiadas confianzas, ya sea por lo excitado que se ha puesto tras mis confidencias o por cualquier otro motivo. Una vez colocado detrás de mí, note como con una de sus manos separaba mis glúteos al tiempo que con uno de sus dedos, comenzó a introducir moviendo su dedo dentro de mi orificio anal al tiempo que me explicaba que hacia...

  • "Uuummm!!!... uuufff!!!... ooohhhh!!!”, solté sin poderlo evitar.
  • "Como se nota que tu esfínter ya no pone resistencia... eeehhh!!!, estas habituado a esto... No!!!", soltó.

Sin sacar su primer dedo... introdujo el segundo dedo, presionando lentamente hasta introducirlo hasta el fondo...

  • "Ooohhhh!!!... uuummm!!!... uuufff!!!... aaahhhh!!!”, gemí nuevamente.

Pensé que maravilla de exploración rectal, acabándome por sujetar fuertemente a la camilla, mientras sentí como volvía a cogerme de mi miembro y comenzar a pajearme al tiempo de la exploración, no pudiendo evitar gemir del placer que estaba obteniendo…

  • "Ooohhhh... uuummmm", solté.

Tras sacármelos y al tiempo que se quitaba los guantes de látex, me dijo que tenía que utilizar un instrumento para introducir unos bastoncillos y poder recoger excrementos para análisis. Instrumento que me mostro a modo de que yo pudiera constatar antes de que me lo introdujera, no siendo este según el médico… “Espéculo para exploración anal-rectal”, para mí la verdad era lo más parecido a un vibrador. Instrumento que este me proporciono las medidas…

  • “Pues este instrumento en cuestión mide unos 16 cm extendido y 9,5 cm corto”, soltó y prosiguió.
  • “Mire se lo voy a introducir, sí nota dolor me lo hace saber de acuerdo”, dijo.
  • "Uuummm!!!... uuufff!!!”, solté.
  • “Tranquilo… esto dura poco, creo que usted quizás está acostumbrada a mayores”, soltó el muy pervertido.
  • "Uuummm!!!... uuufff!!!... ooohhhh!!!”, solté nuevamente.
  • Tranquilícese que se lo voy a sacar unos segundos a modo de que pueda descansar, pero no se mueva”, me dijo.

Tras notar cómo salía ese instrumento de mi orificio anal, comencé a notar como volvía a introducirlo, sintiendo que aquello que me estaba introduciendo, no era precisamente aquel artilugio de plástico... ooohhh!!!, sino un instrumento de pura carne. Sentí dolor pero calle, mordiéndome los labios a modo de que no notara que lo sabía... uuummmm!!!. Cosa que no pude negar, soltándome este…

  • "Que puta eres, sabias perfectamente que era mi polla y no ese instrumento, verdad”, dijo.
  • “No me recuerdas verdad, pero yo a ti sí que te recuerdo”.
  • “Nos encontramos una tarde en los aparcamientos de Estadio Olímpico, me la comiste como ninguno otro y después te folle… uuummm!!!”, soltó.
  • “No ha habido día en que no lo haya recordado, no porque no hubiera tenido mas relaciones, sino por ese culito que me diste… uuufff!!!”, soltó nuevamente.
  • “Nada más entrar por la puerta… te reconocí, aunque tú a mí no, quizás porque has tenido muchas relaciones o lo que sea. Cosa que no iba a escapar la ocasión de poderte follar otra vez”, dijo.

Mientras hablaba no dejaba de embestirme una vez tras otra, hasta que se vino… lógicamente dentro de un preservativo, soltándome nuevamente…

  • “Quien coño habrá tenido la suerte de poderte embarazar, ya me gustaría decirte quien es el afortunado”, dijo.

Tras vestirme sin esperar a descansar, este me informo que la señorita del mostrador me dará otra cita para una segunda consulta, consulta que me dirá los resultados y quizás tenga una segunda exploración, dejándome caer que pudiera llamar un colega para ver mi caso.

Me opere como bien se muestra en la cicatriz que este me dejo, pues en vez de hacerme la cirugía fácil y rápida, me hizo una de unos siete centímetros. Cuya estancia en la clínica se alargo al menos cuatro días, días que no hubo en que mi medico vinería a explorarme, días en que no le importaba si la exploración era de día o de noche.

Importándole aun menos que me doliera mientras me penetraba, aprovechándose de las circunstancias, circunstancias en llegar a drogarme una ocasión o aprovechar la visita de su colega de profesión. Cuyo objeto de placer fui para hacer su trió, penetrándome mi médico cirujano al tiempo que me sujetaba su colega por los brazos, mientras me la introducía dentro de mi boca, no quedándome más remedio que proporcionarle una mamada.

Desde ese día acudo al especialista para una exploración a modo de que pueda cerciorarse de cómo va la cicatriz, no dejando oportunidad de poder explorar otras partes de mí anatomía… mmm.

Bueno os dejo hasta pronto, ya me contáis que os aparecido y deciros que me hagáis saber si me he olvidado algo, desearía que me hagáis saber que deseáis que os pudiera hacer o saber que me haríais vosotros a mí.

Como suelo decir… me da igual donde disfrutemos, mientras que mientras gocemos ambos, pues para el momento que lo hacemos el lugar es lo de menos, ya que busco encuentros esporádicos a conveniencia. Debo rectificar en eso que tanto comulgo, sobre que… “No hay maduro que deseen ser mamados y follarse un buen culo”, ya que no solo hay maduros sino también jóvenes aunque estos no sean de mis preferencias.

Espero que os haya gustado tanto como me gusto a mí… obviamente habréis notado que soy bisexual, pasivo y algo sumiso, siendo mis preferencia hombre maduros. Os dejo y espero que no seáis muy crueles conmigo, aunque sea algo sumiso y me deje hacer, como una buena putita que dicen que soy, mi email es Jhosua 1970 @ gmail . com , hasta pronto.