Me prometiste un beso (desenlace final)

dos compañeros de trabajo comienzan a vivir sensaciones ya olvidadas(3 relatos)

ELLA.

Habíamos quedado a las 12,30.

-"tomamos antes un aperitivo, te parece?"_me había dicho él.

Y una vez mas, para cuando llegué, ya estaba esperándome.

Según me acercaba a la mesa lo vi levantarse y ya a su lado, me abrazó con energía durante una eternidad y después me besó en la mejilla.

Yo estaba expectante, pues no conocía el ritmo que quería marcar ni las pautas a seguir.

Le dejaba hacer, pues en estas lindes del cortejo ambos estábamos un poco verdes.

Lo que si era evidente, era los nervios de colegial por ambas partes, lo cohibido de nuestra actitud en principio, como si acabáramos de conocernos y nos devoráramos con los ojos pero no movíamos ficha para devorarnos con la boca.

He de reconocer mi nerviosismo y mis ganas, y me atrevo a asegurar que él no estaba menos inquieto y deseoso.

Lo veía distendido, intentando parecer relajado en la silla, con su vaquero y su camisa blanca y una cerveza en la mesa, pero conocía a ese hombre y sabía que solo era una fachada.

¡!Le gustaba tan poco mostrarse humano, demostrar que era capaz de sentir, mostrar debilidad!!. En eso podía entenderlo…cuando uno abre su corazón, se expone a que le hagan daño.

Yo misma siento un pavor inexplicable a la hora de mostrarme humana, pero cuando consigo superar ese miedo y confío (sólo a quien realmente creo merecedor de esa confianza), me vuelvo incondicional.

Bien….allí estábamos uno frente a otro, con cierto brillo de complicidad en los ojos, con una sonrisa boba, con los nervios a flor de piel e intentando que el silencio no pesara mucho entre nosotros..

Para esta ocasión me había puesto un vestido muy veraniego color lila con bordados, unas sandalias blancas de tacón alto y me había recogido el cabello en una especie de moño.

Pedí una cerveza y nuestra charla, al principio un poco forzada por la tensión de la expectativa se fue tornando más relajada, más normal, más como siempre.

Volvíamos a ser el uno con el otro como siempre.

Las semanas anteriores a esta cita nuestras conversaciones se habían tornado mas intimas, mas confidenciales; nunca con carga sexual en nuestras charlas, aun que seguíamos con nuestras bromas de doble sentido.

Se habían vuelto mas francas si cabe, mas…¿sentimentales?.

Esto se debía a las horas pasadas "juntos". Ambos nos habíamos quedado de "Rodríguez" en casa, y no teníamos nada mejor que hacer que pasarnos horas y horas de charla a través de la pantalla.

Sin darnos cuenta, fuimos creando una necesidad, una dependencia y nos esperábamos y buscábamos con urgencia aparentando normalidad. En mi caso, confesaré que era verlo asomar y el corazón comenzaba a palpitar con celeridad, pero para no parecerle ansiosa, contaba hasta diez, hasta veinte, o incluso, esperaba que fuera él quien me saludara primero.

Podíamos estar horas y horas sin decirnos nada, pero sin querer despedirnos. O podíamos, en una sola frase, decir todo lo que habíamos estado callando.

Así por ejemplo, una observación que de entrada carece de interés o que pasaría inadvertida, a lo largo de una larga conversación llena de carga emocional y de intima revelación, se vuelve una confesión confidencial, personal

Una vez, por ejemplo, tras una larga conversación de confidencias, me dijo que yo siempre voy un paso por delante de él; no sé exactamente a qué se refería y le dije:

-"eso no sé si es bueno o malo".

Por respuesta, atinó a decir:

-"es…..simplemente, diferente! Siempre te adelantas a lo que voy a decir, a lo que pienso o a lo que quiero proponerte"

-"lo siento _ dije medio en broma _!es un don natural!.

_!"Mira tu, como el café" _siguió el.

-"amarga?"_quise saber._"vaya piropo!"

-"no, tonta…corto…aromático…fuerte….espeso…!!Una delicia!!

Un tanto azorada le daba las gracias y el respondía:

-"las que tu tienes!"

Pequeños comentarios así de simples, a ojos de dos personas unidas por interminables horas de charla diaria, enaltecía sin duda el ego y hacía una interpretación a medida de lo que se deseaba leer.

Así pues, siempre buscaba ávida ,una palabra que pudiera significar lo que yo deseaba ¡.

En otra ocasión por ejemplo, confesaba que estaba agotado (dormíamos muy poco, deseosos de apurar el tiempo juntos en conversaciones tontas), y yo le decía que se fuese a descansar, y me decía:

-"¿tu sabes la alegría que me da poder estar aquí contigo?, se me van todos los males. Para estar tirado en el sofá, estoy mejor a tu lado".

Y claro, quizás el no era consciente de esas afirmaciones, o de su influjo en mi cabeza.

O quizás lo era y pensó que la interpretación que yo hiciera de sus palabras era problema mío y no suyo, pero lo dudo; en ese aspecto santiago nunca jugó conmigo.

Hemos sido francos el uno con el otro…pero no lo hemos sido con nosotros mismos.

Estábamos deslumbrados; habíamos encontrado en el otro una vía de escape a la monotonía. Es tan agradable saber que no aburren las historias que cuentas, saber que hay alguien interesado en lo que dices, es tan impresionante saber que aun eres capaz de cautivar, de seducir, de despertar pasiones!...y eso me lo proporcionaba santi, en igual medida que yo se lo proporcionaba a el.

Todo esto, lo había hablado yo con el unos días antes de tenerlo ahora de frente.

-"qué opinas?-le pregunté intrigada- crees que pueda tener razón en mi deducción?.

-"bueno…si me guío por la experiencia que tengo contigo, debería decir con los ojos cerrado que la tienes, ¡siempre la tienes!"._tras una corta pausa, oí su voz al otro lado del teléfono diciéndome- "yo sólo sé que me gusta esta sensación, que me gusta pasar mí tiempo contigo, que quiero estar donde puedas estar tú"-otra pausa y terminó con una frase _ "pero prometo pensar en ello".

Ahora lo tengo frente a mí y me olvido de todo lo que dije y sólo deseo que me tome de la cintura y me dé a probar su boca

EL

La vi aparecer un poco antes de lo acordado.!!Estaba preciosa con ese vestido y el pelo recogido!!.Parecía natural, relajada…y yo hecho un manojo de nervios aun que intentaba aparentar normalidad y controlado.

Le di la bienvenida con un fuerte abrazo. Quise aprovechar la oportunidad de aspirar su aroma, de sentirla pegada a mi cuerpo…después le besé en la mejilla y nos sentamos.

Estaba inquieto, esta cita era incierta en muchos aspectos y deseaba que fuera ella quien diera las pautas a seguir, decirme qué debía o no decir o hacer….pero ella se mantuvo a la espera y se formó una especie de tensión entre nosotros que en poco tiempo se tornó normal.

Yo la miraba embelesado, deseaba estrecharla en mis brazos, hacerla mía, devorar su boca, borrarle esa imperecedera sonrisa con mis labios.

Le había prometido un beso…!ella me pidió esa promesa!,pero me llama hace unos días y me dice que esto que nos sucede, es fruto de nuestras necesidades afectivas ,de la monotonía diaria, de la necesidad de ser admirados uno y otro y no sé cuentas cosas mas! Y así mismo me pide que lo medite para que me de cuenta de que está en lo cierto.

Asegura que esto que nos sucede es solo humo.

Y quizás esté en lo cierto.

Alex es una mujer inteligente y sopesa las cosas, las disecciona, las estudia….así que supongo que ha de tener, una vez mas, cuando menos un poco de razón!

Pero me duele el corazón y quisiera escupirle con rabia:

-"!!!!humo? morirme cada vez que asomas, vivir para leerte o escucharte? enojarme con otros o contigo? sentirme orgulloso de ti, envidioso de ti, celoso por ti? humo cuando lloro por ti y contigo río? humo cuando siento morirme en mi interior?!!!!"

Pero no deseo dejarla preocupada. No deseo hacérselo pasar mal.

Intento comportarme como siempre, pero me duele el corazón y no se es posible.

He pensado claro !como no darle vuelta a sus palabras!

El problema, creo yo, es que ella nunca me ha tomado en serio.

Por cada frase que yo le dedicaba, por cada elogio, por cada piropo, ella salía siempre con una ingeniosa frase que le restaba importancia.

Y quizás fue mía la culpa, por que ante el miedo de parecer romántico, sensible, ante ella, se las decía al principio medio en broma…cuando me dí cuenta de que Alex me gustaba de verdad, cuando quise hacerle entender que para mi ella era valiosa, realmente importante en mi día a día, ya no hubo manera de que me lo tomara como un verdadero cumplido.

Aprendí a disimular mis frases, pues cuando decía algo intimo, personal, ella me llamaba zalamero o se turbaba. Y aun cuando jamás nos hemos mentido, aprendí a parecer menos serio de lo que desearía.

Y hora la tengo frente a mí, como si nada y no sé que espera, que desea, que quiere que suceda.

DESENLACE

ella

Decidimos comer allí mismo, en esa misma terraza, pero apenas hemos probado bocado.

Nos sentimos algo tontos y no sé qué podemos decir para romper esta opresión que nos vence.

-"!bueno- decido hacer acopio de valor y coger al toro por los cuernos- has pensado en lo que hablamos por teléfono?". Intento que mi voz suene tranquila, pero mientras se lo pregunto no puedo mirarlo a los ojos.

Desearía borrar aquella conversación de nuestras memorias, dejarme llevar por los instintos y pedirle que me lleve a un hotel y me haga el amor toda la noche.

Como leyéndome el pensamiento comienza a decir casi en un susurro:

-"lo he pensado, si…supongo que tienes razón ;todo esto que sentimos es sólo humo y dejarnos llevar por ello sólo nos causará dolor; si me dejara llevar por mis ganas ahora mismo te estaría haciendo el amor, pero creo que nos diferenciamos de los animales por que nosotros podemos reprimir o controlar esos impulsos…"

Me sentí decepcionada, aliviada, triste, contenta….no sé…era un cúmulo de sentimientos que me abrumaba.

Y aun así…le hice recordar la promesa del beso

Todo lo demás, fue un sueño que mantengo en mi memoria vívido y hermoso.


El

Intenté probar bocado, pero me era imposible…me excusé diciendo que el calor era muy fuerte y que no apetecía, pero en realidad tenía un nudo en el estómago que me lo impedía.

Ella sacó el tema. Siempre he dicho que es más valiente que yo.

Anhelaba que lo dejara pasar, que no saliera, que no tuviéramos que decidir nada en ese instante, pero sé que es una postura poco madura.

Me preguntó qué opinaba de lo hablado días atrás. No sé por qué no me miró a los ojos, hubiera visto lo que me dolía todo aquello.

No me miró y entendí que deseaba escuchar cuanta razón tenía.

-"tienes razón_ atiné a murmurar-no somos animales guiados por instintos".

La vi sonrojarse, mirarme con ojos vidriosos y después palidecer

Me pareció que se quebraba su voz cuando la escuché decir:

-"pero recuerda……que me prometiste un beso".

Me dejó desconcertado, la verdad

Me puse en pie….le pedí la mano que extendió sin duda….la puse a mi lado, sujeté su carita con mis manos y la besé dulcemente en los labios.

Sin prisa….con deleite, con dulzura…..sabiendo que no era probable que ese instante se volviera a repetir jamás.

Después la abracé por la cintura, entreabrimos nuestras bocas y saboreamos nuestras lenguas con algo más de urgencia.

La apreté a mi cuerpo, para que jamás pudiera olvidarme de el, de su aroma, de toda ella en mí..

Hubiera deseado quedarme así de por vida, perdido en su boca.

Saborearla eternamente. Beberla entera.

Así nos separamos, así nos dijimos adiós. Entre sonrisas y lágrimas.

Con la promesa del "nos vemos".

Y con un enorme dolor en mi corazón.