Me poseyó una lesbiana
Nuestro protagonista narra la experiencia que tuvo al quedar con una lesbiana y dejar que ésta le poseyera penetrando su ano con un consolador atado a su cintura.
Todo comenzó una tarde en la cual, no había mucho que hacer, por eso me decidí a navegar por Internet y buscar en contactos, allí me contacté con una lesbiana, con la cual después de chatear por un buen rato quedamos en encontrarnos en un pub de la zona.
Varias horas pasaron entre que nos comunicamos y el encuentro, lo único que sabía de ella era que medía 1,80, rubia de pelo corto y ojos verdes, ella iba a ir con una mini de color bordeau, la hora de encuentro sería las 23 y ella me esperaría en el bar.
Llegué a la cita a la hora indicada y en la barra estaba ella, realmente como se había descrito, un cuerpo firme y trabajado sus ojos verdes estaba saboreando una cerveza, cuando me acerco antes que le hablara me dice que me estaba esperando, fuimos a una mesa y allí nos bebimos un par de cervezas cada uno mientras nos conocíamos un poco más, yo nunca había mantenido relaciones con una lesbiana, y esta posibilidad me excitaba más de lo que podía soportar, salimos a la pista y bailamos por un rato bien apretados el uno contra el otro, ella me apretaba contra su cuerpo y sentía el roce de mi pene duro contra su pierna, como los dos éramos prácticamente de la misma altura, el baile se hizo exquisito, ya que el roce de ambos nos hacía transpirar a los dos, muy pocas palabras intercambiábamos, solamente nos apretábamos el uno contra el otro.
Cuando terminó la música la invito a salir de allí, una vez en mi auto le propongo ir a la cama, a lo cual me respondió que sí, que la llevara a su casa que estaba cerca de allí y además vivía sola.
Cuando llegamos al apartamento de ella, sacó de la heladera un par de cervezas que disfrutamos ambos ya que hacía más calor del que esperábamos, el apartamento era chico un gran ambiente con una cama grande bajo la ventana, una pequeña cocina un estar con un enorme televisor y el baño a un costado.
Hasta ese momento las palabras que cruzamos tanto en el baile como en el auto fueron pocas y en su apartamento casi ninguna, pero se adivinaba lo que seguía, comencé a quitarme la camisa pero no terminé porque ella se sentó sobre mis piernas frente a mí y empezó a desvestirme, cuando tenía el torso desnudo con su lengua prácticamente lo recorrió todo, y cuando quise acordar yo estaba sobre la cama con los ojos cerrados y ella sobre mí, se sacó las medias de nylon y ató mis muñecas al respaldo de la cama, lo que yo con gran placer dejé que hiciera ya que cada minuto que pasaba me calentaba más y más.
Una vez atado comenzó a quitarme los pantalones cuando quedé totalmente desnudo sobre la cama ella comenzó nuevamente a pasar su lengua por mis piernas hasta que llegó al pene y se lo tragó todo, inmovilizado con las manos atadas y ella sosteniéndome las piernas para que no las cerrara, mientras me chupaba el pene comenzó a pegarme palmadas cada vez más fuertes en los testículos, la primera me sorprendió ya que yo estaba con los ojos cerrados, pero ella me pegaba y a su vez continuaba chupando, esto hacía que me excitara enormemente con el dolor y el placer, me habría golpeado una 7 u 8 veces hasta que le acabé en la boca.
Ella continuaba sin hablar, fue al baño y trajo una toalla húmeda con agua fría que pasó por todo mi cuerpo dándome un placer al sentirme refrescado, pasando esa toalla por todos lados mi pecho, piernas, los testículos adoloridos, la cola, por todos lados, manteniéndome aún atado a la cama.
Cuando ya estaba relajado nuevamente trajo un vibrador y comenzó a pasarlo por mi cuerpo especialmente en el flácido pene que había quedado exhausto cuando de pronto sentí cómo masajeaba mis testículos y mi ano, primero pasándolo por el borde luego introduciéndolo de a poco, penetrándome varias veces con el vibrador lo que ocasionó que mi pene flácido se activara nuevamente, así siguió por unos minutos, cuando de pronto paró de hacerlo y fue hasta el baño, yo esperaba ansioso su regreso ya que estaba totalmente caliente y quería más, quería penetrarla, cuando regresó tenía colocada un arnés con una prótesis de tamaño regular, lo que me dejó sin aliento al pensar lo que venía, el arnés tenía en la parte interior otro pene que ella tenía ya introducido en la vagina, cuando llegó a la cama me tomó las piernas por los tobillos y las levantó, cosa que yo no puse ninguna resistencia, después de lubricar mi ano me empezó penetrar lentamente ayudando a la dilatación, cuando ya estaba todo adentro empezó a cogerme con un vaivén que primero fue lento y al final frenético, ella transpiraba por todo su cuerpo perfecto y me tenía inmovilizado penetrándome con intensidad, hasta que no aguanté más y estallé, bañando todo mi pecho con semen, en ese momento ella pasa su mano por mi semen y me lo pasa por la cara los labios la lengua.
Terminamos los dos acostados uno al lado del otro y dormimos un par de horas cuando despertamos con los primeros rayos de sol yo tenía las manos, los testículos y el ano adoloridos por la noche de sexo. Noche que no intercambiamos un solo beso ni la penetré pero que fue de un goce increíble, ya han pasado varios días de esto y no he sabido más de ella, he pasado por el pub y no la han visto, pero su recuerdo me excita aún.