Me pones a cien
Como derretir a una mujer
Llega y timbra. Lo esperaba. Es increible lo que puede hacer el cerebro por si solo, mi corazón palpita. Abro la puerta. Intercambiamos los saludos oportunos, un cafe, una charla y un que tal en el trabajo.
Ambos sabemos que buscamos y no es algo que nos moleste esconder, no estamos en mi salón charlando por casualidad, hace tiempo que nos conocemos y sabemos cuales son nuestras intenciones. No hay amor de por medio, solo amistad, pero existe un tremendo deseo sexual. El sabe que es lo que me gusta, lo hemos hablado mil veces, la falta de comunicación no es un problema y el sexo es un tema más. Sabe, teoricamente donde tocar para que me vuelva loca, pero nunca lo ha puesto en práctica. Sabe que llevo tiempo sin estar con un hombre, o con una mujer, y yo se que mis caderas le han proporcionado más de una noche solitaria de alegrias. Se que ha soñado con lamer lentamente mis pezones mientras suspiro sobre la cama, al igual que a mi me apetecia probar su piel.
Se acerca, y el simple roce de sus manos contra las mias me excita, dice "vamos a hacer algo nuevo y tenemos claro que solo será placer, esto está bien no?". El simple hecho de oir la palabra placer de su boca hace que algo mas que mi corazón palpite.
Se acerca más, y me dice al oido susurrando que hoy es mi día, que no me preocupe por el, que en otro momento me podré ocupar de el, empiezo a excitarme demasiado, y comienza a ser evidente en mis respiraciones. "Vamos al sofá, voy a conseguir tu primer orgasmo del día". Parece tan sutil hablando de ello. "Desnudate", no es una petición, se que es una orden, y la verdad, no quiero echarme atrás.
Solo llevo un vestido de flores, escote medio, insinuante pero no excesivo; corto pero no demasiado. Tacones de 8 centímetros, que me elevan al metro con setenta y ocho, mis piernas finas aparentan incluso mas largas. Desato su cuello, me quedo con mi mejor lenceria. Braguita brasileña y sujetador 90C rojo, algún encaje, nada demasiado pomposo. Es sexy, soy sexy, lo se y me excita. La vision debe ser agradable, El tambien está excitado, lo observo paciente.
Suspira y me pide que me siente en el sofa. Me siento con las piernas juntas, tímida aún.
Se acerca por la espalda y acaricia mi pelo suavemente mientras yo no paro de pensar en todo lo que me espera. Noto que me estoy humedeciendo demasiado.
Él avanza y desabrocha mi sujetador. Siento un poco de pudor, pero veo que la imagen le agrada. Mis pechos son bonitos,lo se, son grandes y están bien tonificados, elevados, con unos pezones rosados que ahora parecen mirarle. Se ha colocado delante de mi para observarme.
Me sienta en el borde del sofá, me saca los zapatos y retira mi ultima prenda: las braguitas. Estoy totalmente depilada, veo que su mirada arde por tenerme y me dice que va a saborearme.
Ya me falta poco para explotar y todavía no hemos empezado, estoy muy excitada, me parece que el simple roce de sus manos podría desatar lo imposible, lo grandioso...comienza por mis pies.
Los acaricia, los masajea, mis piernas siguen juntas, ligeramente tímidas. Se propone volverme loca, y comienza a subir besando mis largas piernas. Sube despacio recreandose en cada momento y a mi me parece que se vuelve eterna la espera. Llega a mi ingle y separa despacio mis piernas mirandome a los ojos, noto que me ruborizo, pero rapidamente baja la mirada para contemplar la parte más íntima de mi cuerpo, desnuda, expuesta, limpia, y excitada. La observa, y eso me excita, se acerca y respira cerca, parece que va a besarla pero no llega a tocarme...me está volviendo loca. Noto que un pequeño hilo lubricante sale de mi ser, y eso a el parece gustarle, sonrie. Conozco esa cara, esa cara de saber que controla totalmente mi cuerpo, que en ese momento haria cualquier cosa porque me regalase un orgasmo, pero prefiere disfrutar y prolongar mi espera.
Sube a mis pechos. Le encantan, los besa, los masajea,...se me escapa el primer gemido. Noto como lo excita. El está semidesnudo, solo conserva sus pantalones, pero su erección es evidente. Sus planes son mi placer, y yo me dejo hacer. Sube a mi cuello, lo roza, lo lame, lo huele, le encanta, sabe que en ese momento me posee totalmente. Pero sabe que si no empieza la "labor" puede que me aburra, y comienza un nuevo descenso. Repite en mis pezones, movimientos circulares, suaves, con cariño, con una tremenda sensualidad que a mi me vuelve loca...pero baja.
Se queda en mi ombligo, como haciendo una parada antes de comenzar la maravilla. Me observa. con las piernas totalmente separadas, expuesta a Él. Tiene una gran fama en la práctica del sexo oral a mujeres, y yo la conozco y la recuerdo mientras sigo lubricando muriendome de ganas de que comience sus tareas.
Observa de nuevo mi vagina. Susurra "me encantas" y yo le pido por favor que comience. Le suplico que me de placer, y sonrie.
Acerca su boca al punto más sensible de mi cuerpo sin rozarlo, sin tocarlo, pero mi clítoris parece querer salir hacia su boca. Lo roza y me muero del placer, sus labios, con saliva acaban de besar mi clítoris, un simple contacto que hace que me vuelva prácticamente loca.
Abre su boca para mostrarme su lengua, blanda y suave, que rodea mis labios mayores muy despacio, lentamente acercandose de nuevo a mi clitoris pero sin tocarlo. Introduce uno y dos dedos en mi vagina, hacia arriba, presionando exactamente donde sabe que me volverá definitivamente loca, unos 6 centrímetros hacia arriba. Mueve su mano y observa sus movimientos, lento, hacia arriba, como si me llamase. Saca e introduce sus dedos, pero sabe que está desatendiendo lo más importante. Rodea con sus labios mi clítores y succiona ligeramente. Creedme si os digo que el placer que siento es casi tan intenso como el de un orgasmo.
Con sus labios en forma de O, y sin dejar de mover sus dedos, su lengua hace circulos al rededor de mi clitoris, hacia arriba, rozandolo con una tremenda suavidad hasta el punto de que no se si podré soportar más las descargas de placer que me está dando.
Los gemidos inundan la sala, los vecinos deben de estar odiandome, y a Él le encanta.
Sigue rodeando mi clítoris, lo acaricia de nuevo con su lengua. Rebaja la presión utilizando sus labios llenos de saliva, muy suavemente. Me voy a deshacer. Sin duda, si sigue así no tardará mucho en dejarme seca.
Me lame de arriba a abajo la vagina, sacando sus dedos, y observa de nuevo. Necesito que vuelva. Quiero y de verdad necesito que vuelva a tocarme, y se lo chillo. No se lo pido, se lo ordeno. Él rie. Me tiene más que dominada sin tenerme atada a ningún sitio.
Se prepara para rematar su obra maestra. Introduce un dedo en mi vagina para lubrificarlo y lo saca. Con ese dedo comienza, muy muy muy lentamente a rozar mi clitoris observando las respuestas de mi cuerpo. La respiración es tremendamente agitada, gimo gimo suavemente, la piel de gallina, las pupilas dilatadas, ...pretende prolongar el preorgasmo haciendo movimientos lentos y muy suaves dejando que mi cerebro funcione y me sobreexcite.
Entro en un estado mágico, el placer que siento es enorme, fuertísimo, pero sin llegar al orgasmo. Me encuentro cerquisima de llegar a el, pero todavía no, estoy en el borde del precipicio, y a pesar de querer culminar, estaría así toda mi vida.
Sabe que no puede prolongarlo más, y de pronto,sin avisar, introduce de nuevo dos dedos en mi vagina, los mueve con rapidez y fuerza y comienza a succionar y lamer fuertemente mi clitorís. Todo se vuelve increible, la situación me desborda, oleadas de placer recorren mi cuerpo provocandome unas sensaciones a las que ni siquiera me había acercado en relaciones anteriores.
Me va a romper entera, se que voy a tener el mejor orgasmo de mi vida, estoy tremendamente excitada y no puedo parar de mirar lo que hace, me excita aun mas saber que a el le encanta el sabor que prueba.
Y aqui viene. Comienza mi orgasmo. Noto un placer enormemente intenso en mi vagina, esta se contrae, me estoy derritiendo completamente, mis uñas se adhieren al colchon, mis vecinos tienen que odiarme aún más, grito freneticamente, es una locura, el placer no termina, el sigue succionando, ahora suavemente mi orgasmo. La excitación decae...el orgasmo se acaba
Pero ahora el culminará su obra maestra. Hace meses que esto sucedió y aún no he conseguido que me explique que fue lo que hizo con su boca. Quizas fue la forma de acabar de succionar, y la forma en la que colocó sus dedos en mi vagina, pero el segundo orgasmo llegaba, tan intenso como el anterior, le gritaba que no parase por nada del mundo, me estaba volviendo loca, nunca habia logrado tener dos orgasmos seguido. Lubricaba y lubricaba, chillaba, sudaba, gemia, el placer no terminaba, era genial, la merjor experiencia de mi vida, 10 segundos intensisimos...
Continuará