Me masturbo y llego al orgasmo sobre mi bicicleta.
Nunca creí que algo tan simple y cotidiano como mi bicicleta podría darme tanto placer!
En mi ciudad el confinamiento estricto ya finalizó, si bien no volvimos a la normalidad, ya hay más libertad en cuanto a ciertas actividades. Ya está permitido salir a hacer ejercicio en parques, asique como aún no puedo entrenar en el gimnasio, decidí salir a andar en bicicleta.
Me coloque mi calza corta negra y una remera bien suelta para estar más cómoda. Me puse mis auriculares y salí. Luego de andar más de 30 minutos, ya me encontraba un poco cansada, pedaleaba cada vez más lento. En un momento, me incline hacia adelante y lleve mi torso hacía el manubrio, en ese instante pude sentir como mi clítoris se presionó sobre en el asiento y por supuesto, se sintió bien.
Mantuve esa posición para pedalear unos minutos más y luego comencé a mover mis caderas hacía los lados, aún haciendo presión sobre el asiento. Cada vez se sentía más rico. Y a decir verdad, ya me apetecía tocarme.
Tomé rumbo hacia mi casa, y continúe moviéndome mientras pedaleaba.
Al cabo de unos minutos, ya estaba en la entrada de mi casa. Completamente transpirada y acalorada, tanto por el ejercicio, como por los movimientos que venía haciendo.
Mi bicicleta es de esas deportivas, que se usan para hacer cycling, por lo que entre el asiento y el manubrio tiene un caño a la altura de ambos. Al bajarme de ella, para abrir la puerta, me posicione sobre ese caño. Y se sintió mucho mejor que lo que venía haciendo. Comencé a moverme hacia atrás y adelante, y podía sentir mi vagina prendida fuego.
Allí estaba, en la vereda de mi casa, tomando fuertemente con mis manos el manubrio, de piernas abiertas, rozando mi concha sobre el caño de mi bicicleta. No presté atención a si alguien estaba viendo o no, no me interesaba, estaba pasándola muy bien.
Seguí unos minutos, hasta que ya no podía aguantar las ganas de tocarme. Y simplemente lo hice, metí mi mano y pude sentir lo mojada que estaba. Pero me contuve, quité mi mano y procedí a abrir la puerta del garaje.
Entré la bicicleta, cerré la puerta y volví a tocarme. Pasaba más dedos por toda mi raja mojada y se sentía muy rico.
Estaba muy caliente. Necesitaba darme placer en ese momento, no podía esperar a ir al cuarto o a ducharme. Asique me quite la calza y comencé a acariciarme por encima de mi húmeda tanga mientras terminaba de quitarme la remera y el corpiño.
Mis pezones estaban erectos, tenía toda mi piel erizada. Corrí mi tanga a un lado y volví a pasar mis dedos por toda mi vagina, me encanta como se siente acariciar mi zona íntima así, con todos mis fluidos.
Terminé mis caricias, saboreé mis jugos y volví a montarme sobre el caño de mi bicicleta. Se había sentido tan bien, quería seguir experimentando ahí.
Al igual que antes, empecé a moverme hacia atrás y adelante. Se sentía extraño por la forma y el frío del caño, pero mi clítoris estaba siendo muy estimulado, por la fricción y la dureza. Estaba sintiendo y disfrutando esa estimulación. Mi respiración comenzó a acelerarse, aumenté el ritmo de mi movimiento y no pude contener el gemido.
Me aferraba al manubrio mientras seguía moviéndome sobre el caño. Podía ver mis tetas moverse y rebotar, acompañando el resto de mi cuerpo. Cada vez gemía más fuerte, estaba completamente en éxtasis. Casi sin darme cuenta, al moverme, golpeé mi cola con el asiento y aunque en ese momento me dolió, seguí moviéndome, golpeando ocasionalmente mi cola hasta que finalmente culminé en un orgasmo.
Me tomé unos segundos para recuperar mi respiración. Y cuando me bajé de la bicicleta, me quedé viendo en detalle el asiento, y decidí probar algo.
Bajé el asiento lo más que pude, y lo incliné un poco. Fui rápidamente hasta el tocador y tomé un frasco de aceite de bebé que tengo.
Me quité mi tanga, quedé completamente desnuda, parada sobre la bicicleta, de frente al asiento. Puse un poco de aceite en mis manos y comencé a acariciarme.
Empecé por mis pechos, me detuve un bueno tiempo a masajearlos, apretarlos y también golpeaba un poco mis pezones. Esa mezcla de sensualidad y rudeza me enciende mucho.
Volví a poner aceite en mis manos y seguí con mis nalgas. Las acariciaba. Pasaba mis dedos por mi raja y también me di varios chirlos, un pequeño grito se escapaba de mi boca con cada nalgada.
Aun no había tocado mi sexo, pero ya sentía mi humedad. Mi pelvis se movía reclamando placer.
Aceité mis manos una vez más, apreté mis pechos y suavemente me dirigí hacía mi vagina. Pase mis dedos por mis labios internos y con mi otra mano empecé a acariciar el asiento.
Continúe tocándome y luego metí tres de mis dedos, no era suficiente, metí uno más. Los metía y sacaba de mi lentamente. Dejé de aceitar el asiento y comencé a tocar mi clítoris, de pronto la excitación era mayor. Entonces gemí, gemí más fuerte que antes.
Quité mis dedos y me concentré solo en mi clítoris, lo tocaba y presionaba como sé que me gusta. Estaba muy muy cachonda, no paraba de gemir.
Separé mis labios y me apoye sobre el asiento. Con una mano me sujeté fuerte de él, y apoye la otra contra la pared que tenía enfrente.
Empecé a moverme, a refregar toda mi concha mojada y con aceite sobre el asiento de mi bicicleta. Mi Dios!! Que bien se sentía eso!! La fricción de mi cuerpo hacia calentar el material del que está hecho y esa temperatura se podía sentir.
Estaba prendida fuego, gemía y gritaba del placer que me estaba dando montarme mi bicicleta.
Continúe así no se por cuánto tiempo sinceramente, era algo que no había sentido antes. No podía ni quería parar. Seguía y seguía, comencé a darme nalgadas.
“Oh si, seguí así” gritaba entre medio de los gemidos. Y lo hice, seguí y seguí hasta que mi cuerpo se rindió en un orgasmo. Pude sentir como mis fluidos empaparon el asiento.
Nunca creí que algo tan simple y cotidiano como mi bicicleta podría hacerme tener dos orgasmos tan ricos.
Esto es un comentario aparte que quiero hacerles. Si ya han leído el resto de mis relatos, seguro notaron que casi todos son de autosatisfacción. La verdad es que disfruto mucho masturbarme y contarles sobre mi tiempo a solas. Me gustaría que me digan si quisieran leer otro tipo de relatos sobre mi (amor filial, hetero y sexo virtual). La verdad tengo varias experiencias que me gustaría compartirles, pero por alguna razón, aún no lo he hecho y quiero saber si quisieran leer al respecto.