Me llamo Toni y soy usuario de Twitter 1

Mi relación de dominación con una usuaria de Twitter.

Me llamo Toni, tengo 45 años y desde el 2013 soy usuario de Twitter.

Allí tengo un perfil como dominante y gracias a él he conocido a varias mujeres muy interesantes.

Quería hablaros de Marta.

Empezó a seguirme, yo le puse la vista encima pero me hice el interesante.

Nos saludamos y me dijo que le gustaban mucho las fotos y videos que subía.

Le pregunté si le iba el tema de la sumisión.

Me dijo que si pero que sólo como fantasía.

No era la primera vez que oía aquello.

Pasaron los días y nuestras conversaciones fueron cada más personales y por supuesto, más subidas de tono.

Uno de esos días le pregunté si había jugado alguna vez a juegos de roles sexuales.

Me dijo que no y que le pusiera algún ejemplo.

Le comenté un par de mis juegos favoritos:

-En el primero, ella sería mi hija adolescente, 18 años, que va a la universidad pero que no pega un palo al agua.

Se pasa el día de fiesta e incluso se ha follado a alguno de sus profesores.

Yo al enterarme, decido que hasta aquí hemos llegado y que ya es hora de que le enseñen quien manda…

-En el otro, ella sería mi madre y yo su hijo adolescente, también de unos 18 años.

En este caso, ella me ha pedido que le eche una ojeada a su ordenador portátil porque le funciona algo mal.

Yo lo hago pero a la vez aprovecho para cotillear un poco, descubriendo fotos de mi madre desnuda en su ordenador, así como conversaciones muy subidas de tono con chicos de mi edad.

Decido hacerle chantaje, amenazándola con enseñarle todo ese material a mi padre a menos que se convierta en mi puta personal.

Silencio al otro lado de Twitter.

Al cabo de cinco minutos me contesta:

Marta: Joder tío, me gustan mucho los dos juegos. Me has puesto muy caliente.

Toni: jajajajaj Yo diría que te ha puesto bastante perra, ¿verdad puta?

M: Así es, como me conoces, coño!!!

T: Esa boca, voy a tener que darte unos buenos bofetones y varios azotes.

M: Que ganas tengo de quedar y que puedas usarme como te dé la gana.

T: Ya falta muy poco y sí, te usaré como me salga de los huevos. ¿Recuerdas como vas a venir vestida?

M: Por supuesto.

Tacones, medias de rejilla de las que llevan goma, bragas y suje color burdeos, minifalda negra de piel dos palmos por encima de la rodilla, camisa blanca con los tres primeros botones desabrochados, pelo recogido como la foto que me enviaste y abrigo largo.

T: Buena perra!

M: Gracias, señor.

No sé por qué pero aquella mujer me gustaba mucho.

Me transmitía todo lo que busco en una hembra: inteligencia, entrega, humor, belleza, picardía, ganas de complacerme, obediencia con un punto de rebeldía… Realmente estaba deseando que llegara el día de nuestro primer encuentro.

Había decidido que iríamos a cenar a un restaurante del centro. Me apetecía lucir perra. Y un lugar como ese además, me daba juego para poder empezar a satisfacer mis deseos con ella.

Finalmente llegó el gran día.

Le cite en el restaurante a las 21:30 y le dije que por si yo no llegaba en punto, que la reserva era a nombre de BDSM SL.

Evidentemente, yo llegué antes pero no entré, me quedé al otro lado de la calle esperando a que ella llegara. Quería verla de cerca y hacer que esperara unos 10 minutos, para así aumentar su nerviosismo.

Llegó unos 5 minutos antes, mi perra lucía radiante.

No le faltaba el menor detalle, vestía exactamente como yo le había ordenado.

Cuando me pareció que ya era mi turno hice la entrada en el local.

Me fui acercando a la mesa y viendo como su cara cambiaba de preocupación y descoloque a una gran sonrisa al verme.

Nos dimos un buen pico.

Toni: Bueno por fin nos conocemos in person.

Marta: Si que ganas tenía y que nervios.

T: ¿Estás nerviosa todavía?

M: Bueno ahora que estás aquí ya se me esta pasando, me das sosiego…

T: ¿Sólo te provoco eso?

M: Que malo eres. Ya sabes que no, me provocas muchas cosassssssss más!!!

T: ¿Sigues queriendo convertirte en mi puta personal?

M: Por supuesto, es lo que más deseo en el mundo ya lo sabes.

T: Has cumplido perfectamente con el vestuario. Desde aquí veo el suje burdeos.

Acto seguido y sin que lo esperara metía la mano por debajo de la falda.

T: Vaya, parece que la perra se ha puesto bien húmeda mientras me esperaba.

M: Sí señor, estoy muy cachonda.

T: Quítatelas!

M: ¿Aquí? ¿Ahora?

Estaba dudando. Le preocupaba ser vista por algún cliente o camarero.

T: Aquí y ahora, sé que puedes y quiere hacerlo.

M: Lo haré señor.

T: Cuando lo hayas hecho las dejas sobre la mesa y yo las recogeré.

Con todo el disimulo que pudo y contorsionándose como una profesional, Marta, se saco las bragas y las dejó sobre la mesa. Era una mujer deliciosa.

Dejé las bragas allí encima hasta que vino el camarero que se quedó sorprendido al verlas. Yo las cogí y las olí.

T: Disculpe, es para controlar si mi perra ya está bien húmeda.

Ella se puso roja y el camarero no sabía que decir.

Camarero: ehhh claro señor. ¿Han decidido lo que pedirán?

T: Yo ya le he pedido todo lo que deseo y espero de ella a mi puta personal, ah te refieres para cenar, si nos pondrás lo siguiente…

Continuará si vosotros queréis.