Me llamo Norma

Las cosas que tiene que hacer una, para convencer a su hermano que vaya a una boda.

Me llamo Norma, tengo 26 años y lo que voy a contar ahora sucedió apenas unos días antes de mi boda...fue verdaderamente alucinante. Era un jueves por la mañana, faltaban tres días para mi ansiada boda, cuando mi hermano me llamó para que fuéramos a algún lugar a tomar algo y a platicar. Yo quería verlo para convencerlo de que viniera a mi boda, porque el estaba peleado con mi futuro esposo, así que le cité por la tarde en mi casa. Me arreglé para la ocasión. Me puse un vestidito corto, pero no demasiado atrevido, vamos insinuaba, siempre he sido coqueta, pero era mi hermano, así que no dejaba ver nada especial. De pronto escuche el timbre, el llevaba años de no vivir en la casa con papa y mama, así que no tenia llave para entrar, me levanté sobresaltada del sofá y le abrí; él me tomo de la cintura y me plantó dos besos en la cara...eso me puso bastante nerviosa, porque aunque fuera mi hermano siempre me ha causado un poco de excitación, sobre todo desde que lo pille en su habitación y vi el monstruoso tamaño de su nabo.

Como papa y mama habían salido, decidimos quedarnos en casa, platicamos de la familia, de la boda y una cosa dio a la otra, nos dio hambre y mandamos pedir una pizza y algo de bebidas, así fue que comenzamos a beber, y llegó un momento en que los dos íbamos bastante tomados y la conversación fue subiendo de tono, él llegó un momento que me preguntó directamente que qué tal era mi novio en la cama.....yo le dije que era buenísimo, pero nunca he sabido mentirle en esos temas, por lo que enseguida me pilló. Comenzó a subir la mano por encima de mi rodilla, acercándose peligrosamente a la abertura de mi falda....empezó a susurrarme al oído, cosas que apenas entendía, solo comprendí que quería verme vestida de novia...yo ni siquiera me lo pensé...me subí directamente a mi cuarto y me coloqué mi vestido, estaba excitadísima, no se porque, seria la bebida o seria mi hermano, no lo se, el caso es que me puse el vestido sin nada de ropa interior debajo.

Al bajar las escaleras él me estaba esperando, se le notaba el pantalón bastante abultado, había puesto música bastante lenta...y me invitó a bailar. Me agarré a él, nos pegamos y poco a poco fue metiendo su mano entre mis piernas, subiendo por mis rodillas...mis muslos hasta llegar a lo más intimo de mí. Yo me pegaba a él, empecé a comerle la boca y el cuello, no me importaba en lo absoluto que fuese mi hermano al contrario, todas mis fantasías prohibidas, escondidas por el pudor y el temor al pecado se estaban desvaneciendo en ese momento, mientras él restregaba la palma de su mano contra mi sexo, poco a poco, muy despacio, hasta que acabó penetrándome con sus maravillosos dedos. Yo no pensaba en mi futuro marido, ni en que era pecado, estaba ensimismada disfrutando de la maravillosa masturbación que me estaba realizando mi hermanito, notaba cada vez mi coño más empapado; apenas hablamos, solo me dijo que no, cuando intenté desabrocharle el pantalón. Sin esperármelo mí cuerpo se convulsionó, y acabé en un orgasmo con sus dedos dentro de mí todavía. Mi hermano me miró sonriéndome, y me dijo que ahora le tocaba disfrutar a él...solo al ver su mirada, sabía lo que quería, así que sin pensármelo me agaché, le baje los pantalones, me excitaba demasiado ver el bulto dibujado en sus interiores, así que lentamente los fui bajando y le saque ese palo hermoso que tiene, comencé a meterme su capullo en mi boca...se la lamí, y poco a poco, con su ayuda me la fui metiendo lo mas que pude a la boca, era enorme, era lo que siempre había deseado en secreto, desde que lo vi, supe que algún día ese nabo tendría que estar en mi boca aunque fuera la verga de mi hermano y ahora la disfrutaba, dios, sentía que él estaba a punto de estallar...y mi cuerpo se estaba preparando para volver a llegar a lo más alto del placer. Cuando volcó toda su leche sobre mí, casi me ahogo, intentaba cerrar la boca para que no se me saliera nada que pudiera manchar el vestido, pero aún así no pude evitar que algunas gotas cayeran, gracias a dios, ¡no se notaban! Al terminar esa maravillosa mamada, me recostó sobre la pared....me subió el vestido y comenzó a dilatarme mi culo con su dedo, me acariciaba los pezones por encima del vestido; de pronto sin esperármelo clavó su polla en mi culo, apenas había acabado de correrse y ya estaba dura como un palo, yo gritaba entre placer y dolor, ya que hacía mucho que no me enculaban, su polla apenas si entraba en mi ano y eso me causaba dolor y placer al mismo tiempo, pasados los minutos me fui acostumbrando a su grosor y así empecé a gozar esa enorme polla que dios puso en mi familia y gracias a dios en mi culo, las estocadas se hicieron cada vez mas violentas, parecía que quería partirme en dos, sentía su glande hasta el intestino, saliendo y entrando como un taladro, me vine dos veces antes de que el se viniera dentro de mi, entonces la saco y sin que perdiera grosor y dureza me la clavo de un solo golpe en mi vagina, que se abrió inmediatamente ante ese monstruo, la lubricaron ayudo mucho para que toda su herramienta entrara con facilidad, pero mi piernas fallaron, y caí a cuatro patas sobre la alfombra, el no la saco en ningún momento y cayo sobre mi, metiéndomela hasta el fondo de mi vagina, dios que cogida me estaba dando mi hermano, de lo que me estaba perdiendo todos estos años sin sentirlo dentro, mi hermano me clavaba con tanta fuerza que sentí su polla casi en mi boca, sus cogidas eran tan fuertes, que mi rostro se clavaba en la alfombra, a los pocos minutos solo le escuche decir – me vengo normita- y me lleno de leche mi vagina, escurriendo de sus jugos el saco su polla de mi coñito y lo metió a mi boca, yo se la limpie con mucho gusto y placer, tanto era mi excitación que la metí a mi boca hasta que empezó a ponerse dura otra vez en mi garganta, -quiero cogerte en el cuarto de mama y papa y que te pongas el vestido que mama va a usar en tu boda hermanita- me dijo, entonces me levanto del cabello y me llevo arrastrando hasta el cuarto de mis padres, yo estaba mojadísima, me excitaba que me tratara como a su esclava, que me tratara como a lo puta que en realidad era por dejarme coger por mi hermano, cuando llegamos al cuarto, el me aventó sobre la cama y me ordeno que buscara el vestido de mi madre y me lo pusiera, yo le obedecí de inmediato como deben de hacer las perras con sus amos, el vestido de mi madre era un hermoso vestido negro de satín, bastante escotado y con una abertura en el costado de las piernas hasta los muslos, me quedo excelente porque mi madre aun a su edad, tiene un maravilloso cuerpo y seguido nos prestamos la ropa, cuando termine de ponérmelo, mi hermano me jalo del cabello e hincándome en el piso me ordeno que le mamara su pija, a lo que yo accedí deseosa y obediente, le comí todo su nabo con gusto, mi lengua jugaba con su glande, intente varias veces tragármela, pero no me cabía en la boca, después de unos 10 minutos me levanto tomándome del pelo y poniéndome contra la pared fue levantándome el vestido hasta la cintura, yo estaba que me moría, yo quería voltearme para verle, pero el me tenia agarrada del pelo y no me dejaba voltear, entonces sentí su enorme glande de nuevo en mi culo, aunque ya lo había metido hace unos minutos, mi ano no podía soportar el tamaño de su enorme polla, - rómpeme el culo hermanito, o prefieres que te diga hijo, porque me imagino que estarás imaginando que a quien culeas es a mama, o me equivoco, hermanito- le solté salidísima, por respuesta obtuve su polla incrustada en mi ano, hasta el fondo, sin consideraciones, dios, eso dolió hasta el alma, pero fue fabuloso, por lo que seguí diciendo, o gritando mas bien dicho- seguro que si mama supiera el tamaño de rabo que tiene su hijito, estaría aquí a cuatro patas, esperando que le partas el culo como a mi- de respuesta obtuve la mas violenta cogida que haya tenido hasta ese día, parecía dispuesto a romperme el culo, y yo a que me lo rompiera, me vine con su polla dentro, no se cuantas veces, cuando el estaba a punto de venirse me saco su pija, me volteo de espaldas a la pared y me hizo hincarme a la altura de su tremenda verga, yo quise metérmela a la boca, para mamársela, pero el lo impidió tomándome del cabello, - esta lechita no es para ti perrita- me dijo, yo entendí perfectamente y me quede quieta mientras el se masturbaba en mis tetas, al poco rato se vino en mis pechos, derramando su leche en el vestido de mama, con mi mano embarre todo su esperma en el vestido de mi madre y me lo quite para guardarlo en el closet,- se que mama disfrutara mucho este vestido el día de mi boda, será la mas hermosa de toda la fiesta llevando la leche de su hijo con ella- mi hermano se tiro sobre la cama agotado, me puso tres condiciones para ir a mi boda: ser el último hombre con el que follara de soltera, dejar que él me llevara hasta la iglesia, y ser el primer hombre de casada. Dormimos un rato y después se marcho a su casa.

El día de mi boda, el me llevo al atar en lugar de mi padre. En la fiesta que era en una quinta apartada de la ciudad, como a eso de la media noche me hizo un gesto para que lo siguiera, yo le obedecí sin pensarlo dos veces, después de todo, aunque estuviera casada, el era mi amo, subimos al segundo piso de la casa donde casi no había gente, lo seguí hasta el baño, supuse sus intenciones, por lo que mis bragas ya estaban estorbándome de lo mojadas que estaban, el abrió la puerta y me hizo la seña de lo que siguiera, adentro, nada mas el cerrar la puerta, me dio el beso mas apasionado que un amante pudiera dar, sus manos rápidamente jugaron con mis senos, mis pezones estaban durísimos, el poso su lengua en mis pechos y con la otra mano, como la otra vez, subió mi vestido de novia hasta la cintura, yo baje mi mano hasta su polla que ya estaba que no cabía en el pantalón del smoking, metió dos dedos de golpe en mi coñito húmedo, yo convulsione como loca, lo prohibido de la situación me tenia perdida e irremediablemente, mientras lo besaba con pasión en la boca, me vine en su mano, el me aventó bruscamente hacia el lavabo, con mi rostro frente al espejo se coloco detrás de mi, con toda tranquilidad saco su nabo de el pantalón, y con este erecto se pego a mis nalgas, - esto es lo que se me merece una perra como tu hermanita- me dijo esto mientras hacia a un lado la tanga blanca de seda y me metía con violencia su polla en mi ano, yo quise gritar, algo de placer, algo de dolor, pero calle, mi cara golpeaba una y otra vez contra el espejo mientras el metía sin piedad su enorme nabo en mi culo, que ya estaba mas acoplado a su tamaño espectacular, - soy tu perra, soy tu perra, rómpeme el culo por favor hermanito- le susurre entre gemido y gemido, me embistió con toda su fuerza y yo sentí su verga de hermano dentro de mi ano, jadeando saco su polla de mi adolorido culo, para meterla de una sola embestida en mi mojado coñito, el placer me hizo estallar una vez mas, que digo una, sino varias veces con su verga hasta mis ovarios- vente dentro de mi coño hermanito, lléname de tu leche, hazme un hijo, por favor, me llenas tanto, nunca seré tan feliz con nadie corazón- con fuerza siguió llenando mi coñito, hasta que ya no pudo mas y me lleno las entrañas con su exquisita y deliciosa leche, - gracias corazón , le dije al oído-, el saco su nabo flácido y mojado de mi vagina – no creas que hemos terminado corazón, tu perrita todavía quiere su lechita para cenar- le dije mientras bajaba a su entrepierna y me metía su polla en la boca, aun flácida no me cabía por completo en la boca, así que con la ayuda de la lengua y masturbándolo con las dos manos, inicie una mamada a mi hermanito querido, -imagina que es la boca de tu tan deseada madre, corazón- le dije, en cuestión de segundos su mástil había recobrado su dureza, ahora solo su glande cabía en mi boca, el me tomo de el cabello y empezó un mete y saca en mis labios, me estaba cogiendo por la boca, yo apenas si atinaba a levantar la mirada, para verle lo excitado que estaba, - comete mi nabo mamita, trágate mi verga dura, mama- decía salvajemente, me metía lo mas que podía, casi me ahogaba, pero esa sensación era increíble, me cogia la boca mi hermano, en mi boda y para acabar imaginaba que mi boca era la de nuestra madre, sus venas empezaron a engrosarse, sabia que su venida estaba cerca, por lo que acelere la mamada para recibir su leche incestuosa en mi boca, segundos después el semen de mi hermano me lleno la boca, trague lo mas que pude, lo demás se me salía por los labios manchando mi vestido de novia, era demasiada leche, trague como pude, hasta que mi hermano saco la ultima gota de su polla, el guardo su pija en el pantalón y salio de el baño, yo me arregle lo que pude y salí a continuar con mi fiesta, esperando la luna de miel con mi esposo.