Me llamo Hannah 5

No se si este relato sea de amor filial, pero es parte de la historia

QUINTA PARTE.

El fin de semana paso volando, mis encuentros con mi tío fueron más de los que pude contar, aunque no repetimos nada tan intenso como lo que describí anteriormente. Fue un fin de semana increíble, lleno de pasión, era sorprendente como mi vida había cambiado, me veía al espejo y notaba que había algo diferente pero no sabía bien que era, mi mirada? Mi cuerpo? Mi cabello? No lo se pero me veía radiante.

El domingo por la noche regresaron mis padres, mi papá se molesto bastante al encontrarme recostada en el regazo de mi tío viendo una película pero no dijo nada, mi madre le agradeció por cuidar de mi

-Muchas gracias hermano, en verdad aprecio mucho lo que hiciste por nosotros y por mi Hannah, sobre todo considerando que te avise en el último momento.

-No tienes nada que agradecer, sabes que haría cualquier cosa por Hanny, además no te puedes ni imaginar lo bien que nos la hemos pasado verdad Hanny?

-Em. Pues sí, creo que sí… -respondí un poco nerviosa

-Qué pasa cariño, acaso este idiota te ha hecho algo malo? –Pregunto mi padre evidentemente molesto…

-Papá no le digas así, la verdad es que si, la he pasado increíble con mi tío, no se porque no me dejan verle más seguido es una compañía excelente…

-Ya esta, me voy al cuarto a descansar. De pronto me ha dolido la cabeza, con permiso. –Dijo mi papá molesto.

-Ignórenlo, no se por qué se pone en ese plan, en fin me da gusto que se llevaran bien y que tuvieran buena química…

-Uf hermanita, buena química se queda corto jajaja, bueno como ya estas aquí y no tengo nada más que hacer por el momento, las dejo para que platiquen, Hanny estamos en contacto ya tienes mi número de celular, cualquier cosa que necesites cuenta conmigo. Si estas aburrida llámame que yo sabré como mejorar tu día –Me dijo guiñando el ojo.

Me quede como piedra, estaba más clara que el agua su insinuación sexual, por lo menos para mi era evidente, espantada voltee a ver a mi madre quien al parecer no se había percatado de nada y seguía viendo a mi tío con una sonrisa en los labios.

Esa semana en la escuela algo cambio, los compañeros que siempre me ignoraban ahora pasaban junto a mí saludándome alegremente, algunas veces demasiado cerca de mí y podía sentir el calor de sus cuerpos al rozarme.

Pero el cambio más evidente venía de un chico llamado Humberto, que me encantaba pero que nunca me había volteado a ver, era un chavo guapo y simpático, de esos que siempre saben hacerte reír. Aunque su grupo de amigos eran bastante pesado, y siempre se estaban burlando de todos, el era muy agradable, además de que tenía unos ojos hermosos, color verde que me volvían loca.

Jamás me había dirigido la palabra y curiosamente esa semana por primera vez se acerco a mí…

Pasamos un tiempo platicando, conociéndonos, salimos a tomar unos cuantos tragos hasta que nos hicimos novios aproximadamente tres semanas después del maravilloso fin de semana que pase con mi tío,

Para esa fecha me encontraba ya demasiado caliente y mi tío no había contestado los mensajes que le mande pidiéndole verlo nuevamente.

Habían pasado tres semanas más, mi cuerpo estaba a punto de entrar en combustión por mi calentura extrema, cada que Humberto me besaba se me erizaba toda la piel y sentía escalofríos que me recorrían toda la columna hasta terminar justo en mi entrepierna, pero no se animaba a dar el siguiente paso.

Así que un viernes que mis padres salieron de viaje, y al recibir la decepcionante noticia de que me quedaría con mi amiga Karol, (quien por cierto ya no era tan de mi agrado desde que supe que ella si podía tirarse a mi tío cada que se le diera la gana), decidí poner en marcha un plan para terminar con mi calentura extrema.

Le pedí a Karol que me ayudara diciendo que me teníamos una fiesta o algo para poder llegar tarde ese día y yo poder quitarme las ganas y la calentura con Humberto…

-No seas así Karol, ándale mira que ya no me aguanto… - Dije con un tono lastimero y de súplica…

-No, mientras no me digas con quien perdiste tu virginidad, no te ayudo. –Me contesto tajante.

-Wey no te lo puedo decir, porque no se como se llama, te repito que fui a un bar, conocí a un chico muy guapo, nos tomamos unos tragos una cosa llevo a la otra y paso…

-No me vengas con eso, acaso no te has visto en un espejo… tienes facha de femme fatale, desde que perdiste la virginidad irradias sensualidad, eso solo se logra cuando te cogen de maravilla…

-Pues ya te dije que sí, estuvo increíble, fue algo riquísimo…

-Por eso no te creo, algo riquísimo no es lo que se obtiene en una bar con un desconocido…

-No seas así, ya te dije lo que paso… y estoy súper caliente además tu sabes cuanto me gusta Humberto por favor, no seas así…

-Demasiado caliente… -me dijo mientras se acercaba a mí, moviendo la cadera al caminar con un ritmo casi hipnótico.

-Sabes Hannah, yo podría enseñarte muchas cosas para acabar con tu calentura, ahora te ves incluso más buena y antojable que antes, pero en fin, en vista de que por fin pudiste convencer a Humberto, esta bien te dejare ir con él… solo recuerda que me deberás una eh!

Para cuando dijo esto ya estaba pegada a mí, por lo que pude sentir sus pechos rozando los míos y curiosamente mis pezones se endurecieron rápida y deliciosamente…

-Disfruta tu noche, y aquí te estaré esperando para que me lo cuentes todo…

Me dijo susurrándome al oído con una voz cargada de sensualidad y erotismo, lo cual provoco que se me erizara la piel y un pequeño jadeo saliera sin poderlo detener…

Me dio un beso en la mejilla y pude sentir sobre mis pechos los suyos, suaves pero firmes, incluso sentí sus pezones duros ya que no traía bra puesto… antes de perder el control y hacer alguna locura me aleje de ella y salí de la habitación sin voltear hacia atrás.

Esa misma noche y después de tomar unos tragos con Humberto, fuimos a mi casa, lo notaba nervioso pero animado yo estaba al cien, moría de ganas por tener una noche de sexo placentera, entramos a la casa, subí a mi cuarto a cambiarme por algo “más cómodo” (uno de los disfraces que me había comprado mi tío), una especie de short súper cortito con un top bastante coqueto, ambos color azul marino, me puse un pants por encima, me acomode el cabello, retoque mi maquillaje poniéndome nuevamente mi labial rojo, tome la botella de Torres que tenía guardada y baje dispuesta a todo…

-Estas cómodo, quieres algo de tomar? –pregunte de manera coqueta mostrándole la botella. –Yo si quiero una cuba…

-Este pues sí, si una… permíteme, te ayudo, no hay nadie en casa? –Pregunto como quien no quiere la cosa.

-No, mis padres salieron de fin de semana, se supone que me quedaría en casa de Karol, pero no hay nada de que preocuparse. –Dije como restándole importancia al asunto, esperaba no verme tan obvia en mis deseos de que tuviéramos sexo…

-Oh, mmjjj mmmjj ósea que estamos solos? –Preguntó con algo que pude interpretar como deseo…

-Ajá… -dije aleteando las pestañas de manera coqueta…

-Wow, bien pues salud por eso –Me dijo mientras levanto su copa dándole un buen y muy largo trago a la bebida.

-Así que, ¿qué quieres hacer?… -Pregunte simulando inocencia, yo sabía lo que quería y mi cuerpo destilaba deseo sexual por cada uno de mis poros.

-Qué te parece si nos tomamos otra cuba y vemos que hay en la tele?

-Ok, me parece bien.

Si nos acostábamos en el sillón me daría oportunidad de acercarme y hacer más fáciles las cosas.

Nos preparamos otro trago, y al dirigirnos al sillón pude sentir su mano en mi trasero, primero insegura, después un poco más firme, yo levante un poco el culo en una señal que esperaba se entendiera como de aprobación.

Como no hizo ningún gesto ni movimiento diferente pensé que no lo había captado, por eso me sorprendí cuando al estar a punto de sentarme me propino una buena nalgada, misma que retumbo dentro de mí y me calentó de inmediato…

-Bueno, qué quieres ver? –Me preguntó como si nada…

-Mmmm, pues la verdad no creo que haya nada bueno…

-Entonces que quieres hacer?

-Tengo en mente otro tipo de “entretenimiento”

-Ah si? Y cómo que se te ocurre…

Lo mire directamente a los ojos esperando transmitir todo el deseo que sentía y también de cierta forma esperando una aprobación de su parte, percibí un leve asentamiento con la cabeza y no pude resistirme más.

Lo empuje un poco para que su espalda quedara contra el respaldo del sillón, estire sus piernas y me arrodille frente a él, toque un poco su miembro sobre el pantalón sin dejar de verlo directamente a los ojos, me temblaban un poco las manos, después de todo solamente había estado con mi tío y había sido un encuentro muy diferente, de manera un poco torpe le desabroche el cinturón y abrí su pantalón, podía notar como su verga crecía bajo sus bóxer, estaba prácticamente salivando, muerta de ganas por probarlo.

Sin dejar de verlo directamente a los ojos levante un poco sus caderas para poder bajar su pantalón y su bóxer, de inmediato pude respirar su aroma, un aroma diferente pero delicioso, no pude resistirme más y comencé a lamer su verga, poco a poco, sin prisa, pude notar su sabor tan diferente pero igual de delicioso…

Dios, moría de ganas de que me penetrara, pero, como bien me había enseñado mi tío, el placer máximo esta en saber disfrutar el momento y vivir al cien cada una de las sensaciones que afloren en tu cuerpo, así que cerré los ojos y me entregue completamente al deseo y a la pasión que recorrían mi cuerpo en ese momento.

Seguí jugando un poco con mi lengua por toda su verga, subía y bajaba, probándola toda y llenándola de saliva, después probé solo la punta, la introduje en mi boca y pude sentir plenamente su sabor, un poco salado y jodidamente delicioso, adictivo.

Comencé a mamar su verga sin poder parar, era deliciosa, de pronto sentí su mano sujetando fuertemente mi cabello y marcando el ritmo que debía llevar, despacio, rápido, un poco más profundo, demasiado profundo, tanto como para sentir arcadas y aún así quería seguir, no podía dejar de mamar

-Aaaahhh, que rico… lo haces como toda una puta.

El escuchar sus palabras me encendió aún más, por lo que seguí en mi faena tratando de lograr que se corriera en mi boca, pero al parecer él tenía otros planes.

-Ven, quiero desnudarte…

Al quitarme la sudadera, se quedo con los ojos como platos, no dijo nada pero inmediatamente me bajo el pantalón, al ver el conjunto color azul marino me miro con una sonrisa pervertida.

Sin decir nada más, bajo la parte superior del top, dejando mis tetas al aire y comenzó a lamerlas, primero despacio, se dio el gusto de recorrer toda mi aureola con la lengua pasando su lengua también por mis pezones que se estaban poniendo extremadamente duros de placer. Era una sensación muy diferente sin una pieza metálica como la de mi tío.

Fue aumentando el ritmo, succionando cada vez más y más fuerte, sentía una vibración deliciosa recorriendo por mi espina dorsal mientras acariciaba mi espalda, sus manos fueron bajando hasta llegar a mis nalgas las cuales apretó fuertemente, un gemido de placer salió de mi boca.

-Mmmm que buena estas, y por lo que veo eres toda una zorra, MI ZORRA… -Me dijo con una voz autoritaria con la que nunca lo había escuchado hablar.

-Sí, soy tu zorra… -Dije siguiéndole el juego.

-Así me gusta –Al decírmelo me propino una buena nalgada –Ahora te quitare esto para que puedas montarme.

Acto seguido me quito el bóxer, se quito bien los pantalones y se volvió a sentar en el sillón haciéndome una seña para indicarme que me acercara a él.

Me acerque despacio, me senté sobre sus piernas, lo más lejos que pude de su miembro y lo bese, lo bese con toda la pasión que pude ser capaz de reunir en un beso, en parte para que supiera que estaba dispuesta a todo con él y principalmente para quitarme de la mente a mi tío y para dejar de comparar todo lo que me hacía Humberto con lo que me había hecho.

-Ven zorrita, te voy a hacer gritar de placer –Me dijo Humberto sacándome de mis cavilaciones.

-Sí, hazme gritar, quiero gritar de placer –Dije con una voz cargada de excitación.

Acto seguido me levanto para que pudiera montarlo, me tome el tiempo necesario para que su miembro entrara en mi, primero muy despacio, baje lo más lento que pude, sintiendo como me llenaba completamente, una vez que estuvo todo adentro me quede quieta, viéndolo directamente a los ojos, perdiéndome en ellos y en la intensidad de su mirada.

Comencé a subir y bajar, despacio, moviendo mis caderas en círculos para obtener más placer, escuchaba como jadeaba y podía sentir sus manos apretando mi espalda, me sujete con fuerza de sus brazos y comencé a montarlo de verdad, a dejarme llevar cada vez más rápido y más delicioso, sin dejar de verlo a los ojos.

-aaahhh que bien lo haces zorrita…

-mmmm aaaahhh…

-Más rápido zorra, muévete más rápido…

Me sujeto fuerte de la cadera y me ayudo a tomar un ritmo más rápido, casi frenético, no creía que pudiera resistir más tiempo sin correrme estaba casi al límite, hice mi cabeza hacia atrás, movimiento que Humberto aprovecho para mamar frenéticamente mis pechos

-Ven –me dijo levantándome para acomodarse en otra posición.

Me puso de rodillas en el sillón recargada en el respaldo del mismo y comenzó a penetrarme rápido y fuerte… tomo mi cabello en su mano obligándome a arquear mi espalda.

La sensación era fuerte y demasiado intensa, ya no podía resistir más, no podía dejar de gemir, o mejor dicho de gritar.

Me estaba llenando por completo, sentí como mis piernas comenzaban a temblar. Cerré los ojos con fuerza y me deje llevar por un orgasmo increíble e intenso, me escuche a mi misma gritando al mismo tiempo que Humberto gritaba recargando su cabeza en mi cuello sin dejar de jalarme el pelo…

Aún no me recuperaba por completo cuando sentí las manos de Humberto jugando con mis pechos, y su boca recorriendo desde mi hombro hasta mi oreja, de inmediato supe que aún no había terminado, quería más y para ser sincera yo también.

Me tomó por la cintura y me acomodó recostada de lado sobre el sillón, haciéndome levantar una pierna para recargarla en su pecho, sin dudarlo dos veces me penetro, aún estaba sensible por el orgasmo que acababa de tener y la sensación fue indescriptiblemente maravillosa.

-No voy a aguantar mucho tiempo… - dije entre jadeos

-Esta bien nena, yo tampoco creo aguantar mucho…

El escucharlo decirme nena me hizo pensar inmediatamente en mi tío, por qué no habría contestado mis mensajes? No tuve mucho tiempo para pensar en ello, Humberto tomo un ritmo rápido y fuerte que me volvía completamente loca…

Sentía cada embestida llenándome, mientras con una mano apretaba mi tobillo para mantener mi pierna elevada, con la otra frotaba mi clítoris, todo sin perder el ritmo de la penetración, nuevamente comenzaron a temblarme las piernas, sabía que estaba llegando al climax.

-Ya no aguanto… -Dije casi gritando de placer.

-Vente, quiero que te corras otra vez…

-AAAAHHHH!!!

Nuevamente me escuche gritando, en un orgasmo mucho más intenso que el anterior… un poco después de terminar mi orgasmo Humberto termino, sacando su verga de mí y dejando que su leche se regara por mi abdomen.

Se dejo caer encima de mí, haciendo que su leche se embarrara entre nuestros cuerpos. Así nos quedamos por algún tiempo… recuperando el ritmo de la respiración, viéndonos a los ojos, de vez en cuando me daba un beso dulce y tierno.

-Sabes? Para ser la primera vez, no estuvo nada mal… creo que tu y yo podremos pasarla muy bien hermosa.

-Ah si? Y como que se te ocurre o que tienes en mente…

-Quizá un poco más rudo la próxima vez, te gustaría?

-Creo que me encantaría hacerlo rudo y salvaje contigo…

-Ves?; tú y yo tenemos una química sexual excelente que nos permitirá disfrutarnos muchísimo hermosa. Me encantas. –Me dijo sin dejar de verme a los ojos y yo simplemente me perdí en su mirada, pude sentir entre mis piernas como su miembro crecía nuevamente…

Lo mire con deseo, levantando la cadera para explicarle sin palabras que estaba lista y dispuesta para empezar de nuevo, lo abrace fuertemente con brazos y piernas sintiendo como me penetraba nuevamente, cerré los ojos y me deje llevar por una nueva oleada de deseo y excitación.

Subí a mi habitación a limpiarme y recoger mis cosas para quedarme a dormir en casa de Karol, era extraño que a pesar de acabar de haber tenido unos cuantos orgasmos increíbles me sintiera incompleta, inconscientemente revise mi celular con la esperanza de tener algún mensaje de mi tío, pero nada.

Bastante decepcionada tome mis cosas y baje a buscar a Humberto, quien me recibió con un beso dulce y tierno,

-Sabes, eres maravillosa y me encantas –Me dijo mientras me abrazaba.

-Tú también me encantas…

-Te quiero.

-Y yo a ti –Le dije, sabiendo que, si bien era cierto (porque si lo quería) no podía dejar de pensar en mi tío…

Al llegar a casa de Karol, esperaba que me bombardeara con miles de preguntas sobre lo que acababa de hacer, por lo que me tome mucho más del tiempo necesario para despedirme de Humberto y subir hacia la recamara.

Me sorprendió al abrir la puerta de la recamara encontrarla recién bañada y envuelta en una toalla…

-Vas a salir? –Pregunte sin ningún interés real.

-Ah, eres tú, no te escuche llegar, tienes mucho tiempo aquí? –Pregunto con un tono un poco molesto? No estaba segura. – Puedes cerrar la puerta por favor?

-No, voy entrando al cuarto. Por qué? –Conteste mientras cerraba la puerta, vi tirado junto a la puerta unos zapatos de hombre…

-Así que no has escuchado nada?

-Nada de que? –dije poniendo un poco más de atención a las cosas tiradas por la recamara, era evidente que acababa de tener un encuentro sexual, cama destendida, lubricante en el buro, unas esposas en el suelo… caray ella si que tuvo un encuentro algo fuerte.

-Olvídalo –Dijo volteando a ver la puerta del baño… -Y bien, cuéntame como te fue…

-Pues bien y mal… -Dije con voz un poco triste. Y sin dejar de pensar en lo que acababa de hacer y en que posiblemente su “amante” aun podría estar en el cuarto.

-Me puedes explicar un poco mejor, porque no entiendo…

-Pues, que te puedo decir… el sexo fue mucho mejor de lo que esperaba sinceramente, pero no se, falta algo… no fue lo mismo que la vez pasada, siento que hay algo que no cuadra, no se si me entiendas…

-Creo que sí, la vez pasada lo hiciste con una persona especial no? –Pregunto con un poco de malicia en su voz. –Fue un encuentro “particular”…

-Mmmm no, no fue así es solo que esperaba algo diferente, ni yo misma se que esperaba, en fin… creo que aún estas ocupada, te dejo para que “termines” de arreglarte.

Sin decir una palabra en respuesta a mi comentario, y al mismo tiempo que pude escuchar un ruido detrás de mi, Karol se quito la toalla dejándola caer al piso, quedando completamente desnuda frente a mi. Al parecer divertida por la expresión de sorpresa que estaría reflejando mi cara…

-Ya te dije Hannah, yo puedo ayudar a que te sientas mejor, y que descubras que es eso que te falta, además no lo haré sola… -Me dijo acercándose a mi, con una mirada parecida a la de una leona asechando a su presa.

-Qué quieres decir con que no lo harás sola… -Dije titubeante, sentía algo extraño brotando en mi interior.

-Pues, es muy fácil en realidad, quiero decir que tengo alguien que te quiere y esta dispuesto a ayudarte… -dijo con voz empalagosa, (dejando sus pechos a la altura de mi cara y a un palmo de distancia) viendo atrás de mi.

Fue inevitable voltear, recordando el ruido que acababa de escuchar.

Aunque realmente yo ya lo sabía, sabía que había alguien más en el cuarto e incluso antes de voltear algo dentro de mi sabía quien era…

-Hola Hanny, cómo estas?

MUCHAS GRACIAS, a todos los que se han tomado la molestia de escribir para felicitarme por mis relatos e incluso darme algunas ideas o sugerencias, espero este relato siga siendo de su agrado.

Pero sobre todo gracias a ti (tu sabes quien eres) que has inspirado los encuentros que tiene Hannah!