Me llaman monito

Flaco y esmirriado,le decían Monito pero una noche de fin de año, supo poner el cuerpo donde mas le convenía y que manera de gozar...

Me llaman Monito, y ese apelativo que podría ser insultante no lo es, si se tiene en cuenta mi físico y apariencia. Soy menudo, no muy alto, medio feucho , algo peludito, ojos negros, buena pija y muy lindo culito. Además soy inquieto , curioso, movedizo, bromista, partidario de la diversión (acá le decimos "la joda"). Aunque el mes que viene cumpliré veintidós años , todos me dan dieciocho, porque soy aniñado y mi voz es algo aflautada pero no maricona, como si aún fuera un adolescente que está cambiando la voz.

Aunque nadie lo sabe en mi trabajo, soy gay y a mucha honra, desde los 16 años, en que el vecino de al lado, un gordo bien morboso, me mostró su enorme poronga y pude sentirla por primera vez, extendiendo los confines de mi garganta, y luego penetrando mi orto todavía virgen.. Nunca creí que la carne en barra pudiera gustarme de ese modo. Tengo la pija parada mientras escribo esto. Si soy pajero y que problema tengo...... Soy el Monito y me hago muy seguido "la del mono", como le decimos en mi país , a la paja. ¿Qué acaso ustedes no se la hacen de vez en cuando?

Cuando sucedió la historia que voy a contar, yo estaba solo hacía como un año, y con mis amigos del trabajo, habíamos ido a una cantina del barrio de La Boca al sur de Buenos Aires, para festejar el fin de año. Cuando terminó la fiesta, subimos todos al mismo colectivo (bus) , que nos llevaba hasta el barrio, y algunos se abalanzaron sobre los pocos asientos libres. Eran como las cuatro de la madrugada de un dia sábado y yo que me tengo que despertar a esa hora todos los dias, para ir a trabajar, hacia 24 horas que estaba levantado. Tenía los pies hinchados y lastimados por unos zapatos nuevos que me apretaban, y el sueño me estaba tentando, nunca me había sentido tan cansado en la vida.

Eramos como siete los del trabajo en ese colectivo y yo el mas chiquito y esmirriado era el único que viajaba de parado, y en un momento me resbalé y me caí al piso. Me ayudaron a levantarme y alguien me dijo, borracho , lo que no era cierto. Todos se reían y yo me sentía avergonzado. Estaba como extenuado y el vino que había tomado me había dado todavía más sueño, por eso cuando Rogelio, me invitó a sentarme en sus piernas, no lo pensé dos veces, el viaje era largo y los zapatos me estaban matando. Los otros se reían y gastaban bromas pero yo hacía como que no las escuchaba Cuidado que el Roge te puede romper el culito dijo uno. No contesté pero pensé "si vos supieras que ya me lo rompieron hace mucho..."

Rogelio es un muchacho grandote, fuerte , hace pesas y parece un físico culturista , pero en realidad tiene muchos músculos por nuestro trabajo (distribución de diarios y revistas), por levantar tantos pesos, por cumplir con su obligación desde muy temprano. Cuando me senté en sus piernas nunca pensé lo que pasaría después, pero me sentí como un chico en la falda del padre, como protegido y contenido por un hombre, y mi culo se hizo ilusiones con esa pija que comencé a sentir cerca de mi orto, con ese calorcito que venía de su entrepierna, con ese aliento a vino y pstillas de menta, esa piernas gruesas y largas, y me aterrorizó que el se diera cuenta del efecto que tenía en mi

Como el tenía cerrado los ojos, pensé que se había quedado dormido y yo creo que también dormité un poco, pues cuando abrí los ojos, ya estabamos cerca del barrio y la verga de Rogelio estaba re dura contra mi culo, y mi orto se comenzó a dilatar del deseo y por un rato me quedé quieto pero luego quise sentir esa garcha acariciándome el culo y moví el orto con cuidado para que el no se despertara pero el no dormía y me dijo al oído "quedate. asi que me gusta". Me reí bajito pero no era una broma, porque Rogelio volvió a susurrarme al óido "Boludo (huevón) lo digo en serio". Todo en la oscuridad cerrada del colectivo y a las cuatro y media de la madrugada. La pija se me paró al instante y la suya no dejó de estar dura como un hierro caliente. Yo me quedé quieto , disfrutando de ese apoyo inesperado, gozando cada segundo de esa garcha que parecía de tamaño momumental pegada a mi culo de puto, a mi culo abierto , a mi culo necesitado de sexo, amor, cariño, consuelo. Ay que placer pensaba, que gusto, que deleite, tengo la garcha mas grande del barrio pegada a mi culo y no por casualidad, sin por gusto. Ay que lindo pensé. Y me abandoné a ese placer inmenso que me regalaba mi amigo Rogelio, con su pija dura gorda caliente y cariñosa. Que no se termine nunca este viaje, que nadie nos interrumpa pensé. Mi propia pija estaba por estallar y lloraba liquido pre seminal.

Antes de bajarnos juntos , me volvió a hablar al oído " Estoy todo mojado por vos , mono". "Yo también", le dije y luego el siguió "que calentura me hiciste tener , mi dios".

Cuando nos bajamos juntos, los que aún seguían viaje nos cantaron una versión algo borracha de la marcha nupcial pero a mi no me importó . Mañana ya sobrios, se olvidarían de todo.

Fue entonces que Rogelio me dijo algo que no escuché , porque yo ya me iba camino a mi casa , y el me corrió, grandote y corpulento como es, y me dijo, "Boludo (huevón) veni a casa a dormir conmigo, no me dejes así". Yo no quería o eso por lo menos le decía. No deseaba acostarme con un compañero de trabajo que cuando que se le pasara la borrachera me despreciaría o lo olvidaría o peor me humillaría ante los demás. Pero el cerebro piensa y la pija no y yo me dejo llevar por la que no piensa. Fuimos a su casa, y cuando cerró la puerta, me dijo que no tuviera miedo, que no estaba borracho, que sabía muy bien lo que hacía y que en ese momento era muy feliz porque estábamos juntos. Que yo siempre le había gustado y que por temor al rechazo nunca me había encarado.

La suerte quedó echada cuando nos dimos el primer beso, un beso largo , con mucha lengua, pasión, deseo, un beso entre machos de esos que no se olvidan nunca y cuando nos acostamos totalmente en bolas en su cama de plaza y media, y nos abrazamos y nos seguimos besando y me puso un dedo en el culo y me agarró la pija con esa manos enormes que tiene y no me la soltaba, cuando lo monté como quien se sube a un potro medio salvaje para cabalgar su poronga gorda y grandota como él , por horas, me sentí libre por primera vez.

Cuando esa garcha adivinada a través del pantalón, se metió en mi orto dilatado por el deseo y bombeó bombeó, hasta dejarme en carne viva, me sentí querido, no se porqué. Y cuando acabó con la fuerza de una catarata, sentí el ardor en mi orto de su leche cremosa e hirviendo que me lavó las tripas y me hizo tener el mejor orgasmo de mi vida.

Nos quedamos dormidos abrazados, y al despertar, el buscó mi boca con la suya,y nos dimos muchos besos y al fin , me dijo "buen día monito", y en ese instante yo me sentí, bello, lindo, hermoso, absolutamente guapo, porque le importaba a alguien.

galansoy

Espero que les guste este relato y me lo comenten escribiendo a galansoy@hotmail.com y si pueden valorenlo