Me llamaba Adriana (2)
Adriana y su hija son trasladadas a una hacienda cercana a la selva amazonica, donde son tratadas como yeguas...
Las cuadras
Desperte con todos mis sentidos embotados , me dolia la cabaza y estaba en un estado de desorientacion absoluta . Lentamente fui recordando los sucesos de mis ultimas horas en aquella horrible mazmorra .... la subasta .... Aquel misterioso hombre de ojos negros ....
Cuando me recobre del todo pude constatar que me encontraba en una especie de establo, entre penumbras .
Estaba desnuda , encadenada a una pared por una argolla que me ceñia el cuello , y sentada sobre una gruesa capa de paja que cubria la dura tierra . No sabia en que parte del mundo me encontraba pero el clima era calido y muy humedo . Al poco mis ojos se acostumbraron a aquella semipenumbra y me di cuenta que mi hija se encontraba a pocos metros de mi , en idénticas circunstancias y sollozaba silenciosamente . Yo queria consolarla , decirle palabras cariñosas , que todo se arreglaria , pero me vi incapaz de pronunciar una sola palabra . Ni yo misma me lo creia .
Al poco rato la puerta de aquel cobertizo o lo que fuera , se abrio de par en par dejando paso a una mujer de edad indeterminada . Era menuda pero bien proporcionada , y tenia rasgos indios . Vestia con una camisa a cuadros , unos vaqueros muy ceñidos y desgastados que le llegaban a media pantorrilla , y completaban el atuendo unas sencillas sandalias de cuero .
Veo que ya estais despiertas . Avisare al amo . dijo con una voz melodiosa y .... en castellano . Y salio de la estancia .
Por el acento de la mujer y el clima deduje que nos encontrábamos en algun lugar de America del Sur , tal vez cerca de la selva amazonica .
Al poco rato regreso acompañada del hombre que identifique como el inquietante y misterioso comprador que nos habia adquirido en aquella ignominiosa compra-venta humana .
Iba vestido con ropa de campo , pantalones vaqueros , camisa blanca de manga corta , que llevaba desabrochada dejando entrever un poderoso y viril torso , y botas de montar de caña alta .
A pesar de la angustiosa situacion que estabamos viviendo , no pude por menos que reconocer que era un hombre muy apuesto .
Mi nombre no importa , y tampoco necesitais saber en que lugar del mundo os encontrais dijo
Lo que quiero que se os grabe en vuestras cabecitas es que esta hacienda sera vuestro hogar de por vida , a no ser que decida desprenderme de alguna de las dos , de vosotras depende que este satisfecho o no con vosotras .
Debeis saber que soy un amo duro e impaciente , no me gusta repetir las cosas dos veces , y estoy acostumbrado a que se me obedezca con presteza y diligencia . De lo contrario los castigos seran duros e implacables . No habra piedad .
Debeis saber que os he comprado para que me sirváis de caballos de tiro . Por lo tanto , habeis dejado de ser personas , y teneis terminantemente prohibido pronunciar una sola palabra , incluso entre vosotras . No se como os llamabais antes , ni me interesa saberlo .
Ahora sois mis yeguas , y como tales os llamereis , Lucero dijo señalándome a mi . Y
Lucerita .
El entrenamiento sera duro , pero si cumplis sereis tratadas con benevolencia , bien alimentadas y aseadas como corresponde a vuestra nueva condicion . Si no lo haceis , el latigo se encargara de haceros entrar en razon . Y con estas contundentes palabras dio media vuelta y salio de las cuadras seguido de la cuidadora en actitud servil .
El resto de la jornada lo pasamos solas , perdidas cada una en nuestros propios pensamientos y sin atrevernos a pronunciar una sola palabra por miedo a las represalias .
Al final del dia entro la cuidadora indígena , que mas adelante averiguè qu se llamaba Josefa , portando unos recipientes llenos de una bazofia fria , que parecia carne picada mezclada con un mejunje blanquecino semejante a leche , pero que no pude identificar .
Sabia a demonios , pero tanto mi hija como yo estabamos famélicas después de Dios sabe cuanto tiempo sin alimentarnos , y ayudándonos de las manos , pues no nos habían facilitado ningun cubierto ni ningun instrumento que lo supliera , comenzamos a devorarlo como fieras .
Josefa que nos miraba con indiferencia comentò .
Aprovechad ahora porque sera la ultima comida en la que os podreis ayudar de las manos . Y os recomiendo que os lo termineis todo . Mañana sera un dia duro y vais a necesitar de todas vuestras energias . Y dicho esto se marcho , dejándonos solas para que pudiéramos entregarnos a un sueño que lejos de ser reparador , se preveia repleto de pesadillas y malos augurios .
El entrenamiento : La primera jornada
Con la primera luz del alba , entro Josefa cargada con utiles y aparejos de doma y despertándonos con un ¡ ARRIBA , JACAS !, nos quito el dogal del cuello y nos hizo poner en pie , entonces procedio a maniatarnos con las manos en la espalda mientras con tono jocoso nos decia que nos despidiéramos de ellas por una temporada . Acto seguido , procedio a colocarnos el bocado de tiro , que nos mantenia la boca abierta en una incomoda posición , y unas largas bridas de fino cuero que pendian de èl . De esta guisa nos hizo caminar delante de ella al exterior , hasta llegar a una especie de ruedo , parecido a una plaza de toros , solo que algo mas pequeño y sin graderio . Una vez alli , Josefa se coloco justo en el centro geométrico y restañando un larguísimo latigo que llevaba siempre enrollado en la cintura , nos ordeno que empezaramos a correr al trote en circulos a un ritmo regular . Todo fue bien durante los primeros minutos , pero cunado llevábamos aproximadamente un cuarto de hora dando vueltas ininterrumpidamente , note como empezaba a quedarme sin resuello , a la vez que notaba que mis piernas empezaban a flaquear , e irremediablemente comenze a bajar e ritmo de la carrera .
Entonces note una quemazon horrible en mi espalda , que inmediatamente quedo marcada con un surco rojo al tiempo que Josefa me instaba a ir mas rapida .
Vamos lucero..... , no te pares... .. Con ritmo ...... vamooooos !
Nos tuvo asi toda la mañana . Nos hacia correr una hora seguida , nos llevaba al abrevadero donde debiamos doblarnos por la cintura para beber el agua . Luego nos permitia descansar un cuarto de hora , pero siempre de pie , no nos permitia sentarnos .
Luego... a correr otra hora , y asi sucesivamente hasta que llego la hora de comer .
Cuando nos llevo de regreso a las cuadras , estabamos derrengadas , con marcas de latigazos por todo el cuerpo , y con los pies hinchados y sangrantes , pues no estaban acostumbrados al tremendo esfuerzo que se les habia obligado a padecer . Nuestros cuerpos y nuestras antes bien cuidadas melenas rubias estaban recubiertos por una espesa capa de sudor mezclado con polvo y arena del coso , y profundos rios de baba , caian incontrolados de nuestras castigadas bocas por el incomodo y doloroso bocado de tiro . Una vez dentro de nuestros pequeños receptáculos dentro del establo , procedio a quitarnos el bocado y las bridas y en su lugar nos coloco un comodo collar de cuero alrededor de nuestros cuellos al que engancho una corta cadenita que engancho a la pared de forma que nos obligaba a permanecer con el cuerpo totalmente erguido y de pie . Sin embargo nos nos desato las manos que debieron permanecer atadas a la espalda . Una vez considero que estabamos en la posición correcta , procedio a quitarnos la capa de suciedad que nos recubria .
Primero nos enfoco una manguera a presion de agua ligeramente fria por todo el cuerpo del que inmediatamente comenzaron a manar chorretones de barro que caian a nuestros pies formando un gran charco . Una vez eliminada la primera capa de mugre , nos enjabono por todas las partes del cuerpo con gran cuidado y mimo , prestando especial atención a nuestros senos y vaginas . Alli se entretuvo unos instantes pasando la esponja una y otra vez hasta que no pude reprimir un gemido de gozo . Involuntariamente mi cuerpo reaccionaba a las leyes de la biología . Cuando estuvimos totalmente enjabonadas ,incluido nuestro cabello , procedio a aclararnos por el mismo procedimiento , la manguera a presion .
Nos distribuyo el agua por todo el cuerpo y cuando llego a mi vagina , enfoco el chorro directamente a mi clítoris y lo mantuvo ahí , hasta que yo entre gritos y berridos tuve el orgasmo mas humillante y explosivo de toda mi vida . Cuando considero que ya estabamos limpias y presentables , procedio a aplicarnos una capa de aceite balsamico y perfumado por todas partes , y a masajearnos todo el cuerpo para que penetrara bien en nuestra piel .
Una vez mas puso especial énfasis en mis tetas y en mi coño , que a esas alturas estaba completamente entregado a sus caricias y avido de placer . Entrelace varios orgasmos simultaneos hasta que Josefa dio por concluida la sesion de limpieza .
Entonces nos coloco una especie de comedero individual del que se usa para alimentar a los caballos , que consistia en una especie de pozalito de lona repleto hasta el borde de pienso , que se colocaba debajo de nuestros hocicos y del que colgaban unas correitas de cuero que se ataban por detrás del cogote .
Nos dejo asi , de pie , alimentándonos y descansando por espacio de unas dos horas , momento en el que regreso para continuar con el entrenamiento vespertino , que fue similar al de la mañana . Cuando la luz del dia empezo a remitir nos llevo de nuevo a nuestros "alojamientos" y después de repetir el proceso de limpieza y de regalarme un par orgasmos mas , nos encademo nuevamente a la pared , pero esta vez la cadena nos permitia sentarnos y acostarnos , a nuestra elección . Nos dejo unas escudillas con el mismo preparado de carne y salsa blanca que habiamos comido el primer dia y que invariablemente se convirtió en nuestra dieta cotidiana , y se marcho .
Mi hija y yo comimos con fruición y avidez , aplicando nuestra boca directamente al plato , pues no habiamos sido desatadas . Estabamos tan hambrientas que hasta el nauseabundo sabor del mejunje nos parecio menos desagradable . En pocos instantes devoramos hasta el ultimo grumo del plato y hasta lo lamimos para aprovechar el ultimo resto de alimento .Llas raciones eran bastante escasas y habiamos hecho un enorme desgaste fisico , mas de doce horas de pie sin sentarnos de las cuales , seis las habiamos pasado corriendo . Estabamos tan cansadas que nada mas terminar nuestra cena , nos encogimos sobre nosotras mismas simulando la posición fetal y nos quedamos dormidas en un sueño tan profundo que ni un cañonazo nos hubiera despertado.