Me ligue a mi profesor
Dentro de poco cumpliré los diecinueve. Tengo el pelo rizado y moreno y me cae a la altura de los hombros. Mis ojos son de color verde y tengo unas pestañas muy largas. Ya llevo casi ocho meses con mi novio y la verdad es que estoy muy contenta con él, es un chico muy simpático, muy dulce, muy guapo, cariñoso, atento y sexualmente muy activo. Él y yo nos llevamos exactamente siete años.
Dentro de poco cumpliré los diecinueve. Tengo el pelo rizado y moreno y me cae a la altura de los hombros. Mis ojos son de color verde y tengo unas pestañas muy largas. Ya llevo casi ocho meses con mi novio y la verdad es que estoy muy contenta con él, es un chico muy simpático, muy dulce, muy guapo, cariñoso, atento y sexualmente muy activo. Él y yo nos llevamos exactamente siete años.
Nos conocimos en el instituto, él acababa de llegar a principios del curso anterior, era el profesor de economía de las chicas de primero y el de mates de las de segundo. Cuando entró por la puerta el revuelo de las alumnas fue general, siendo sincera, muy pocas veces un profesor de secundaria es tan joven y atractivo. Raquel, mi compañera de pupitre me dio un codazo, pero no hacía falta que ella llamase mi atención, la presencia de ese chico ya lo había hecho! No hay que decir que sentarse en la primera fila en las clases de Matemáticas era dificilísimo, había algo en él, más que lo sexy que resultaba verle con barba de tres días explicando una materia tan sumamente difícil, quizás fuese esa fluidez al hablar, o lo elocuente que era, o posiblemente fuese la indiferencia que mostraba hacia el grupo de chicas de dieciocho años, eso especialmente, me volvía loca.
¿Qué podía hacer yo para llamar su atención?, la verdad es que las matemáticas nunca se me habían dado mal, así que pensé que si me ponía a estudiar y le mostraba muchísimo interés...
Había pasado mas de medio curso, me convertí en su mejor alumna, me sonreía e incluso pedía mi opinión antes de la de cualquiera, yo le gustaba, por lo menos como persona, y él cada día me atraía mas, se convirtió (además de en mi amor platónico) en un amigo, se interesaba por mis cosas, y eso me encantaba ya que mi novio, ni siquiera lo hacía.
Resultó que una tarde nos fuimos al cine y ninguno mostraba interés en el otro, allí en la cola para entrar me encontré a mi profesor con una chica, me los quedé mirando y se acercaron, hicimos las presentaciones, yo le dije que iba con un amigo y eso a mi novio le sentó fatal, ella era su chica, no lo dijo pero yo lo noté. Por pura coincidencia entramos en la misma sala y ellos se sentaron en la fila de detrás, yo intenté darle celos, a ver si funcionaba así que me abracé a mi novio y empecé a darle besitos en la oreja y a susurrarle lo que le haría si no hubiese nadie en ese cine, empezamos ha hacer manitas y a besarnos, el aire se estaba volviendo cada vez mas caliente, decidí ir parando poco a poco, mi intención no era montármelo allí con mi novio, solo hacerle ver a mi profesor que era lo que se perdía. Encendieron las luces al terminar la película y nos levantamos, él se me quedó mirando, yo estaba despeinada y con los primeros botones de la camisa abiertos, mi novio tenia el cuello lleno de chupetones. No me dijo nada, solo me miró y cogió de la mano a su chica, cuando se alejaron sonreí, tenia celos!!
Decidí arriesgarme así que el lunes al final de la clase le entregamos los deberes en una hoja para que él los corrigiera, al final le puse: "me gustas demasiado". Entregó al día siguiente los ejercicios corregidos debajo de mi nota descubrí su caligrafía que decía "a la salida del instituto en la cafetería", me contuve para no gritar de alegría, una cita!!, con él!! Él llegó a la cafetería mucho antes que yo, entré, estaba nerviosa, pero noté que él también lo estaba:
-Ana, teníamos que hablar de...
-¿De mi nota?
-Si, de la nota que dejaste, tu...yo...
-Tu me gustas.
-Y tu a mi, pero esto no es...
Le besé con fuerza, apretando sus labios con los míos y agarrando su cara con mis manos, me abrazó con cuidado y yo me senté encima de él, le abracé también y le acaricié el pelo, nuestro beso se hizo cada vez mas intenso y mas desesperado, cuando nos separamos me susurró:
-No sabes cuanto he deseado esto.
Acabamos en el sofá de su casa, desnudándonos con urgencia, tocándonos con miedo, pero después con decisión. Él estaba un poco cortado así que yo llevé el ritmo. Le hice que se sentase, le acaricié el pelo, la cara, con mucho cuidado, le besé muy despacio el cuello, los hombros el pecho, nuestras respiraciones eran cada vez mas agitadas así que decidí sentarme encima suyo para que me penetrase. Gimió, no dejaba de mirarme, ni yo a él, me ponía a cien su cara de excitación, puse mis manos en sus hombros mientras me movía despacio, él me cogió por la cintura y me dejó moverme a mi aire, fui aumentando el ritmo, cada vez más rápido, cada vez más gemidos, más besos, su lengua y la mía estaban perdiéndose en la piel del otro explorando el sabor, mientras nosotros no parábamos de disfrutar, yo me movía cada vez mas deprisa, sus manos resbalaron hasta que se agarraron con fuerza a mis caderas ayudándome ha acelerar el ritmo. Llegamos juntos al orgasmo, me hizo incluso gritar, disfrutamos mucho. Ya en su cama descansando, nos abrazamos, aún no habíamos hablado del futuro, pero los dos deseábamos que fuese juntos.
-¿Qué nos va a pasar?, pregunté con miedo.
-Pues a ti nada malo. dijo, y me besó la frente con cuidado.
Volví a besarlo en el cuello con cuidado, él relajó sus músculos y yo me senté encima de su tripa.
-Dame las manos, le dije.
Las puse sobre mis pechos, él me miró con los ojos brillantes y sonrió:
-¿Qué haces?
-Me está volviendo a apetecer...
Antes de acabar la frase me agaché para besarle a él el pecho, la tripa él ombligo y seguí bajando para hacerlo disfrutar mucho más.
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