Me levanté al policia de la esquina

Un estudiante se calienta con el policia que hace guardia en la esquina de su casa, y en un audaz operativo de seducción, se lo lleva a la cama.

ME LEVANTE AL POLICIA DE LA ESQUINA

La tía Adela , que en paz descanse y jamás regrese de donde esté, aquella señora tan gorda , tan católica , tan digna y virgen como se sospechaba que era, murió a los 97 años, llevándose consigo muchos secretos familiares, y su sepultura, un rosario traído de España, y aquel vestido de encaje color negro que usó para un casamiento "de apuro" o sea con novia ya embarazada (la novia era de la familia).. A sus sobrinos les dejó sus pocas pertenencias, y a mi su sobrino nieto preferido, el que iba a estudiar para cura, cosa que jamás haré, me legó su departamento de la calle Chacabuco en Buenos Aires, un lugar oscuro y lúgubre que había sido su vivienda durante 44 años. El legado me vino de perillas pues estoy estudiando Bioquímica en esta ciudad y estaba cansado de vivir en una pensión de estudiantes.

Como buena mariquita que soy, lo primero que hice con la vivienda fue ventilarla, airearla, perfumarla, sacarle todo ese olor a viejo, a gorda creyente y devota, a velas, a naftalina, orines , perros consentidos, humores y líquidos varios, gatos vagabundos, remedios antiguos, y demás. Abrí las ventanas, corrí las cortinas, puse sahumerios, desodorantes, fragancias de aromaterapia. Encendí velas perfumadas, puse flores naturales, decoré con ángeles.

Después llamé a mi amigo , la Jennifer, una loca muy fina , decoradora de interiores, que con buen tino aconsejó blanquear esas paredes altas , esos techos antiguos y dejar las paredes desnudas, creando ambientes despojados, eliminado tantos cuadros, fotos de muertos, corazones, cruces, bendiciones papales, fotos de santos y flores artificiales. Había llegado un puto joven y para quedarse. Claro que no me atrevi a colgar fotos de pijas en estado de erección....

Comencé a recorrer el barrio, a conocer a los comerciantes, los vecinos, los encargados de edificios, para ver si veía algun hombre lindo, soltero, sexy, atractivo y gay. Algunos me gustaban particularmente, como el dueño de la fruteria, un gordito muy simpático, el encargado de la torre de departamentos de la esquina, y particularmente su hijo , un rubio de ojos verdes muy culón y muy tentador, también un petiso que trabajaba en un video club de la vuelta de casa, dos oficinistas de traje y corbata (mi debilidad) que pasaban seguido y .......un policía que montaba guardia en la esquina de mi casa, un muchacho de casi mi edad, 22 años, muy , pero muy muy lindo.

Ay virgencita anhelante , me gustaba un vigilante.... Ay Santa Juliana de las Herejías, me calentaba un policía. Ay patrona del Litoral, estoy cachondo por uno de la Federal..... Bueno no me tomen en serio, nunca seré cura.....Soy agnóstico, que no sé que es, pero me gusta la palabra.

El policia en cuestión, que se llama Raúl, mide un metro ochenta y cuatro, pesa 74 kilogramos , tiene cabellos castaños, ojos café , labios carnosos y suaves, una nariz perfecta, pómulos salientes, hoyuelos cuando se ríe con sus dientes blancos de propaganda de Colgate, un bulto que promete debajo de la pistola reglamentaria y un culito paradito que es lo primero que me llamó la atención. Que culito sentador tiene el policía pensé. Sentador para sentarse arriba de mi pija al palo. En realidad en lugar de policía dije el cana, que esa es la forma con que llamamos en la Argentina, en el idioma popular a los policias, y yo, haciendo versos como siempre, decia:

" Ay tia Rosa, hay tio José, usted viera que cosa , me enamoré, me calenté con un cana y lo único que quiero es llevármelo a la cama......."

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Y yo , gay como soy, tengo muy poco sexo. Muy poco movimiento, si igual que tu amigo lector que nunca mojas tu miembro, o lo mojas canta muerte de un cardenal.....Con la calentura que tenía por el agente de la ley y el orden, y el temor a que me llevara preso, lo miraba , lo miraba y nada le decía. Por las noches me hacía unas pajas estupendas, de esas que estimulan y sientan bien, pensando en esas piernas robustas disfrazadas de azul policía, ese culito hermoso acariciado por su uniforme azul botón, esas nalgas tentadoras que parecían bailar la salsa cuando el caminaba por la esquina de mi casa.

Me desnudaba bajo la ducha caliente, en un baño apenas iluminado con velas multicolores y fragantes, y con una esponja de baño envuelta en una sustancia jabonosa egipcia, recorría todo mi cuerpo hermoso (tengo lo mío no vayan a creer que soy un monstruo) con gran sensualidad y masajeaba con ese ungüento, mis pezones rosados y erguidos, mi pecho musculoso y amplio apenas velludo, mi ombligo caracol donde se escondían mis pecados , mis ingles y axilas con su vello suave y aterciopelado, mi culo gordito y turgente, la raya tentadora de mi culo, y mi pija con su marco de huevos grandes y delicados y pelos rojizos envidia de un cuadro de Tiziano.

Y una vez enjabonado, volvía a repasar mi verga estimulada, como si la esponja fuese la mano del vigilante de la esquina, y corría lentamente el prepucio , y me apretaba primero el glande , luego el tronco del miembro y acariciaba y apretaba mis huevos llenos de semen , y ponía un dedo enjabonado en mi hoyito multicolor, en mi agujerito de la buena suerte, en mi ortito bonito, en mi anito bello como la luna llena, y caliente como el horno del infierno y con un lento vaivén acompañaba mi paja descomunal de mi sexo duro y erecto y mimoso, que terminaba llorando el nombre que había descubierto ya, del objeto de mis amores, Raúl y entonces como quien se desangra, eyaculaba un litro de leche maricona y sensual , espesa y blanca y rica, sobre mis tetitas, sobre las cerámicas del baño, y gritaba Raúl , Raúl, con cada chorro interminable de semen.

Solía pasar todas las noches de regreso de la Facultad y ahí lo veia, a Raul el vigilante, parado en la esquina , recorriendo con su mirada las calles ya vacías del barrio. Y una noche me atreví a saludarlo, y me contestó Buenas Noches Señor....

Y esa noche me hice flor de paja recordando su voz juvenil pero bien masculina, diciendo Señor.........

Hubieron varias noches, y en una de ellas, me pidió fuego. Era muy tarde y aunque le estaba prohibido fumar, quería encender un cigarrillo. Como había viento, retuvo mi mano un segundo mientras prendía el tabaco y me miró a los ojos con esa mirada del heterosexual que algo huele y no sabe que wa, o con la curiosidad del vigilante de la esquina, pero el recuerdo de su mano apenas tibia en la mia, y de sus ojos mirando a los míos , alimentaron otra nueva fantasía de masturbación.

Había observado la marca que fumaba y una noche después , con cierta vergüenza. le regalé un paquete y el me sonrió y me dijo muchas gracias..... Yo le sonrei pero con miedo, no fuera a pensar que yo era un puto que lo quería seducir.... Antes de irme me pregunto el nombre, Federico le dije , Raúl me dijo presentándose, serio , varonil, agradecido.

Y una noche se largó a llover torrencialmente y yo venía todo empapado y me dio pena verlo ahí solo apenas resguardado en un portal y lo saludé y nos quedamos charlando y nos contamos cosas, y me habló de una novia, y de lo poco que ganaba en la policía y de las muchachas bonitas de la cuadra, de sus pechos, de sus culos y caderas, y yo que nunca había reparado en ninguna mujer de la vecindad, le seguí la corriente. Eramos dos muchachos después de todo..... Dijo ser fanático de mi mismo club de fútbol y aunque no sigo mucho ese deporte, me cuidé de parecer un ignorante y festejé todos sus chistes , escuché todas sus historias. Y a su pregunta sobre si tenía novia , me inventé una, que me había sido infiel con mi mejor amigo, rompiéndome el corazón.. El me miró con lástima y me tocó el hombro y yo que no quería echármele encima en medio de la calle, le dije que tenía que irme a casa , que estaba muy mojado por la lluvia.

Comenzamos a vernos todos los días, y yo siempre me paraba en la esquina a charlar con el y el me contaba su vida, el auto viejo que tenía , las peleas con la novia, las relaciones con su padre viudo, y un día hablamos mas de sexo, de que estaba caliente y que la novia estaba con la regla, que una mina con la que solía coger se casaba esa semana, que no sabía como hacer con su calentura. Y vos , cogés seguido, me preguntó, y yo que cogía cada muerte no traumática de un cardenal, decía que no, que era tímido.

Esa noche se tocó la verga para acomodársela, y yo creí notar el glande dirigido hacia la derecha. Y ahí maldita sea , se me paró sin querer y el se dio cuenta y me dijo que era un pajero y le dije que lo era y el me miró, y me dijo, somos dos.

Una vez le llevé un paquete de caramelos ,otra vez media pizza, otro dia unas masitas que yo no quería comer para no engordar......El me agradecía y empezó a llamarme Fede y cada vez que nos veíamos nos saludábamos con un beso en la mejilla, lo que es una costumbre habitual entre amigos en la Argentina pero no común entre un policía y un civil.

Y cada vez que lo veía , me tenía que morder para no decirle que me gustaba, y nuestros ojos se lo decían en silencio, pero yo tenía miedo de romper el último tabú argentino: los policías son mataputos , nunca son gays.

La noche que aprobé Química se lo conté y se alegró y me abrazó y yo lo abracé y después senti vergüenza de mi efusividad y el me retuvo un momento y yo olí su aliento a pastillas de menta, su olor a calle polvorienta, su colonia suave , su desodorante y como si nada, como si fuera algo natural , lo invité a mi casa a tomar una copa para festejar mi éxito, cuando terminara su guardia Tocó el timbre a las cinco de la madrugada, y lo hice pasar. Hacía frio y yo apenas llevaba puesto una salida de baño sobre mi slip blanco. Yo temblaba de frío pues la calefacción no funcionaba y el me dio un beso en la mejilla cuando entró y se lo devolví, y por poco me voy en seco del deseo , de las ganas que le tenía al vigilante, y apenas me recuperé serví una copa de champagne y los dos hicimos un brindis y nos largamos a reir como si hubiéramos dicho un chiste y yo dije que me estaba cagando de frío y el me dijo yo también y como cosa natural le ofrecí mi cama, y el me dijo que estaba muerto de sueño. Lo ayudé a desvestirse, le saqué los zapatos de policía, las medias reglamentarias, el fue sacándose el uniforme y apoyó, la gorra, la pistola y el machete sobre la cómoda, y por fin se quedó en tanga, una tanga diminuta y casi transparente , desde la que asomaba su pija hermosa de guardián de la ley y el orden, y se la sacó (duermo en bolas me dijo ) y yo también me saqué el slip y nos metimos en la cama temblando, desnudos, calientes y muertos de sueño.

Yo no pensé en ese momento en la falta de prejuicios de Raúl, de meterse en la misma cama con otro tipo, solo pensé en sus brazos, en su piel, en su culito hermoso y frío y en su pija fuerte y dura ya. Pero solo toqué sus pies, que estaban helados, y abrazados casi sin querer, nos quedamos dormidos , por unas horas, cuando sentí sus manos en mi cuerpo y ya no teníamos frío y sentí sus caricias recorrer mis pezones, mi pecho, mi ombligo mi sexo, la raya de mi culo, mis nalgas, mis piernas, y busqué su lengua y su boca y le metí la mía entre sus labios carnosos y nos besamos apasionadamente y mi corazón cantaba , y le acaricié el pelo sin la gorra , y el recorrió mis nalgas con sus manos huesudas y yo las de el , redonditas y apretadas y su pija dibujó un mapa de lubricante en mis muslos y nos pusimos en un sesenta y nueve maravilloso en el que su pija perforó mi garganta y por un momento solo pude llorar de alegría, y el comenzó a mamarme la garcha con una fuerza y una pasión que me causó dolor y deseo y desesperación y acabé al rato sobre su cara linda , sobre sus ojos verdes , su boca carnosa , su perilla, sus hoyuelos.

Y mientras subido sobre su pelvis, iba yo chupando de su cara mi semen recién derramado , el buscaba con su pija tan deseada, el agujero dilatado ya de mi culo, que lo recibía , caliente palpitante y tembloroso, como un campo seco que era bendito por la lluvia tan deseada. Loco de deseo me empalaba en esa pija enorme que el me daba y comencé a gritar su nombre. A pedirle su pija ., mucha pija. Dámela toda imploraba y el vigilante y cooperador, se hundía en mi ser, mientras con la mano tapaba mi boca vociferante, para impedir alguna protesta de la vecindad.

galansoy.

Gracias por escribirme a mi dirección de correos galansoy@hotmail.com Continúen haciéndolo. Apreciaré valoren mis relatos con el fin de que puedan figurar en el ranking de los 50 top y asi ser leídos por mas gente. Los quiere , galansoy.