Me lanzo por primera vez

Después de ver fotos de travestis, una ocasión con la noche por delante, me decido a hacer realidad mis fantasía de estar con una travesti. Fué mi noche de suerte.

Una de esas noches de viernes, sin plan definido, salí en el coche a dar la vuelta por la ciudad. Pensé brevemente en visitar a algunos amigos pero, al ser casados no iban fácilmente a acceder a acompañarme. Me fuí a un bar del centro a tomar un par de tragos escuchando música en vivo del grupo que se presentaba esa noche. Como para conocer a alguna chica sola no estaba la noche ni el lugar, ya que las chicas si no andaban con pareja ya entonces andaban en grupitos de dos o más chicas, decidí retirarme temprano para dar una vuelta por la zona roja antes de llegar a casa. Conocía ya a varias de las prostitutas que trabajaban en la zona, y pensé en pasar un ratito con alguna antes de llegarme a casa.

En mi estado más deshinibido que de costumbre pasé primero por un lugar donde sabía se juntaban varios travestis por la noche para ejercer su oficio; yo antes había visto travestis en internet y me preguntaba a veces lo que se sentiría estar con una de esas chicas con "algo extra". Decidí que si veía a alguna medianamente atractiva, me iría con ella para experimentar algo nuevo y diferente.

Estaba de suerte; era cerca de media noche y el lugar se encontraba bastante activo con las chicas travestis buscando clientes y los tipos a los que les atraen. Para ver mejor mis opciones, dí un par de vueltas en mi coche a fin de ver bien a todas las "nenas" y decidirme por alguna. Es claro que cuando pasé algunas me silbaron y me hicieron señas para que me detuviera, pero no hice caso la primera vez. En la segunda vuelta ví algo que me cortó la respiración: trigueña, alta más que yo, como de 1.85 (mido 1.75), piernas sexis , una cintura delgada y busto redondo y apetitoso, nalgas estrechas pero que se adivinaban firmes bajo el short que llevaba...bajé el vidrio de la ventana y ella debió percibir mi interés porque volteó hacia mí y me hizo señas de que me detuviera.

  • ¿A dónde vas, chicuelo? -Me preguntó con voz suave y acariciante, ligeramente ronca

  • A casa, andaba dando la vuelta y me dí una vuelta por aquí a ver...

  • Y ¿sólo quieres ver, o también tocar?

La muy pícara ya se había dado cuenta de la excitación en mi cara y en mi voz, porque de inmediato se acercó más, inclinada sobre la ventana de mi coche para dejarme ver sus tetas redondas y totalmente besables..no sé cómo se las habría aumentado pero el hecho es que se antojaban ricas bajo la blusita blanca que llevaba.

  • Si se puede, también tocar...

Me imaginaba que semejante ejemplar no saldría exactamente barato pero que diablos, yo traía dinero y estaba listo para gastármelo, ya me había decidido a acostarme con esta trigueña de ensueño y hacer todas las cosas que había alcohólicamente imaginado y no iba a detenerme por consideraciones monetarias. La chica dió la vuelta a mi coche y se subió a él:

  • Si quieres vamos a mi casa, no está lejos, además ahí no nos molestará nadie y tenemos toda la noche para conocernos. O podemos ir a un hotel de aquí cerca si tienes prisa.

  • De acuerdo, si te parece vamos a tu casa - Dije yo con voz también ya más ronca por la excitación.

El viaje no duró mucho; lo que recuerdo de aquel viaje es que todo era perfecto; íbamos oyendo rock clásico (Alan Parsons Project, creo), fumamos un cigarrillo cada uno platicando amenamente y disfrutando el aire fresco de la noche y no había mucho tráfico a aquella hora. Me dijo que se llamaba Jenny, que tenía 26 años y que no era de la ciudad sino de un lugar cercano y que venía los fines de semana a "trabajar", rentaba un departamentito para el sur de la ciudad el cual ocupaba también los fines de semana nada más. Todo esto mientras su mano acariciaba mi pierna y pronto también mi verga que se me endurecía debajo del pantalón. Incapaz de contenerme ya, en un semáforo la hice acercarse a mí para besarla y acariciar esas piernas que me tenían embelesado; con una risita me besó y me dijo que ya casi llegábamos...

Al llegar al departamento de nueva cuenta aprovechamos para besarnos ardientemente, y en ese momento (lo tenía ella bien planeado) me hizo de nuevo descender a la odiosa realidad:

  • ¿Me pagas papito? Si me das buena propina, voy a hacer de todo lo que se te antoje..

Quedamos de acuerdo en el precio "Sabes que este es mi trabajo mi rey aunque esté con un chicuelo como tú..." Saqué mi cartera y le pagé, creo que bien, más un extra por "el departamento". Ya no me importaba mucho lo que fuera a gastar.

  • Antes debes de saber que a lo mejor no soy lo que tú piensas..- Expresión entre seria y coqueta

  • Precisamente eres lo que pienso y por eso te busqué, cosita bonita - Me salía hasta lo galante

  • ¿Entonces vas a querer que me desvista toda? - La mirada ya más coqueta sabiendo que no me iba a indignar por su "secretito" y que al contrario me excitaba.

  • Toda, toda toda. Quiero verte bien todo ese cuerpecito precioso de modelo que tienes

  • Mírame bien. ¿Te gusto?

  • Mucho, preciosa

Estaba sentado en un sillón de la sala cuando ella se acercó a mí, dió la vuelta y puso frente a mi cara su soberbia grupa:

  • Tócamelas mi rey, cien por ciento naturales...

  • ¿Y tus tetas?

  • También....- Me puse en pié para abrazarla. Le dí un largo beso en la boca que ella respondió con entusiasmo

Metió su lengua en mi boca, jugaba con mi lengua y sentía su saliva ligeramente salada resbalar a mi boca, yo enloquecía por momentos y metí también mi lengua, acaricié sus dientes y su paladar mientras con una mano acariciaba esas soberbias nalgas que tenía y con la otra la metía bajo la blusa para acariciar sus tetas pequeñas pero sabrosas. Ella se acercó más hacia mí y sentí el bultito caliente que tiene entre sus piernas acercarse a mi verga...ella bajó la mano hasta el cierre de mi pantalón, lo abrió y encontró mi pene ya duro, ardiente por estar cerca de ella. Expertamente me bajó el zipper y mis pantalones cayeron al suelo:

  • Ponte cómodo, la vamos a pasar de maravilla

Nos fuimos a la recámara, me desvestí y me senté al tiempo que ella se desvestía frente a mí. Ante el espectáculo de sus nalgas no lo pensé más y las acerqué a mi rostro para besarlas, pasar mi lengua por esa carne caliente y palpitante que me tenía enajenado. Ella se dejó hacer con una risita "válgame eres un maniático" y se inclinó para que sus nalgas se abrieran más para mi deleite.

  • Ahora quiero darte una rica mamada...

Me acosté boca arriba, mi verga era un mástil listo para recibir su boca, la erección era tan fuerte que me dolía, ella se inclinó para meterse mi instrumento y en un solo movimiento se lo metió todo. Yo sentía la frescura de su boca en mi miembro, y sentía su lengua juguetear alrededor del glande mientras que con su mano acariciaba mis testículos. En un momento la acerqué para volverla a besar y su boca sabía más salada debido a mis jugos que lubricaban mi verga. Se acostó encima de mí y alcancé a ver su verga: no muy grande pero bien formada, con un glande rojo y que se veía en mi calenturienta imaginación como rico..su verga se apoyó en la mía y gemimos juntos de placer, la muy puta también estaba disfrutando lo suyo al acostarse conmigo. Después de besarnos empezó a bajar su cabeza por mi cuerpo lamiendo y mordiendo mis tetillas y de nueva cuenta me estaba besando mi verga cuando empecé a sentir alg más...

  • ¿Te está gustando? - Su dedo medio acariciaba mi ano

  • Ooohhh, sigue....sigue, mi amor..

  • ¿Te han mamado el culo alguna vez?

Alucinaba. Esta zorra quiere acabar conmigo a la primera

  • No...

  • Pues voltéate papacito porque te voy a llevar al cielo...

No me hice de rogar: me volteé para quedar de espaldas a ella, que separó mis piernas y se arrodilló para darme una genial mamada de culo que me hacía ver estrellas y bandas de colores. No paraba de gemir y decirle cosas como "más, dame más, amor", porque además de lengüetear mi ano también daba de pequeños mordiscos en mis nalgas. Hasta que misericordiosamente dejó de torturarme para decirme:

  • ¿Ya la quieres meter mi rey?

  • Ahhh, oooh sí preciosa, quiero tu culo, quiero cogerte, cosita rica...

Sacó de su bolso un condón que rechacé por cierto para sacar los míos, que son de marca y del modelo más fuerte del mercado "ya venías preparad ¿no, pillo?" "bueno, me gusta ser precavido", tomó mi verga y ajustó el condón hasta quedar justo. Luego se tendió de espaldas con las piernas abiertas invitándome a penetrarla con este único ruego:

  • Por favor papi métemela despacito y no seas rudo conmigo...

La penetré con delicadeza; dejé que su mano guiara mi miembro hasta su ano palpitante y ardiente y después de haber encontrado la entrada, empujé con la mayor delicadeza de que fuí capaz; ella contestó con un estertor apenas audible cuando mi miembro se acomodó totalmente en su ano. En mi cabeza no existía el cuarto, la cama, la casa o el mundo. Con los ojos cerrados disfrutaba la sensación sin par de ese agujero húmedo y caliente que trataba de rechazar las acometidas de mi verga que luchaba por entrar más adentro. Mi voz y mis ideas eran sólo jadeos ahogados con los que puntuaba los movimientos de mi pelvis y muy de cuando en cuando sólo podía decir: "ooh mi cielo, cómo estás rica"...

  • Aaaay papacito métemela rico

  • Siii cosita eres maravillosa

  • Cógeme, cógeme más, échame tu leche caliente en el culo, veeente....

No pude aguantar más y sentí oleadas de mi semen espeso, caliente, que se abrían paso hasta ir a parar en el culo de Jenny, mientras que al mismo tiempo mis gritos y gemidos se abrían paso por mi garganta. Sentí que se vaciaba mi cuerpo entero en esa eyaculación poderosa y agónica que me estremecía. Acabé y me salí de ella con mucho cuidado y me tendí nuevamente de espaldas. Ella me quitó el condón y gentilmente limpió mi verga con un pañuelo de papel. Mientras ella iba al sanitario me acosté con los ojos cerrados reviviendo la experiencia increíble que acababa de pasar.

  • ¿Contento mi rey?

  • Y mucho, esto fue increíble

  • ¿Ya lo habías hecho antes?

  • No, y me arrepiento pero de no haberlo intentado antes

  • ¿Te gustaría hacerlo otra vez?

  • Si pero otro día. Me da vueltas la cabeza...

  • Todavía no acabamos...- coqueta y perversa a la vez

  • ¿Noooooo....?

  • Falta que hagas feliz a tu niña...-una chispa perversa en sus ojos

  • Mmmm ¿y cómo hago feliz a una reina?

  • Besándole su cosita....

Para entonces me dí cuenta que su verga también estaba erecta porque mientras me miraba con picardía y calentura se masturbaba suavemente. Me sentí medio raro porque para estas alturas y vuelto a la realidad me daba cuenta de que esto me hacía en teoría al menos, bisexual si no es que gay. Aunque después del rato pasado y esperando que volviera a pasar, la ví a los ojos y le dije:

  • Nunca lo he hecho antes

  • Yo te voy a enseñar a que me la mames como me gusta.

Acostado boca arriba como estaba yo, se arrodilló encima de mi pecho y su verga se presentó frente a mí, con el glande de fuera, ya lubricada por la excitación que ella sentía. Cerré los ojos y pensando que siempre hay una primera vez me metí ese trozo de carne palpitante en mi boca. No era del mismo tamaño que la mía, apenas unos 12 o 15 centímetros pero se sentía dura como trozo de palo. Curiosamente no sentí repugnancia y sí deseo, porque la empecé a lamer como ella me lo había hecho, le pasé la lengua por el glande, me la saqué de la boca y la empecé a lamer como si fuera caramelo, volviéndomela a meter en la boca y masajeando sus testículos. Adiviné que el culo le habría de doler todavía por mis penetraciones, de modo que en lugar de las nalgas empecé a acariciar sus pechos. Mientras se la mamaba y me excitaba me percaté de que mi verga también se paraba de nuevo, cosa que ella también percibió y que no dejó de aprovechar porque tomó mi verga en su mano y la empezó a masturbar mientras yo la mamaba a ella. Luego se le ocurrió una idea mejor:

  • Espérate papacito, espérame un momento.

  • ¿mhhhh?

  • Vamos a hacer el 69...

Aproveché la pausa para ponerle un condón (me daba no sé qué que se viniera sin protección en mi boca) mientras ella cambiaba de posición para mamarme también. De la misma manera me puso condón a mí y empezamos de nuevo pero esta vez mutuamente. Mientras ella me chupaba me clavó sus uñas en mis nalgas, lo que nuevamente me encendió y la chupé con ardor y nos vinimos casi al mismo tiempo, ella primero y luego yo. Después de corrernos descansamos cinco minutos, abrazados y respirando pesadamente. Al final me tuve que levantar tras de ella para asearnos e irnos de ahí. Tenía esa deliciosa sensación que las piernas no me sostenían después de tener sexo pero tuve que sacar fuerzas para asearme y vestirme nuevamente. Abordamos mi coche para llevarla a "trabajar" de nuevo ya que yo era su primer cliente de la noche y aún con lo que le había pagado ella necesitaba coger algo más de dinero. La dejé en la misma esquina donde me abordó y regresé despacio a mi casa, recreando en mi cabeza todo el incidente.

Llegué a casa y me masturbé antes de dormir.

Después de aquella vez la frecuenté dos o tres veces por mes, y una vez me dió la sorpresa de ofrecerme una "fiestecita" con una amiga de ella que me presentó. Fiesta sobre la cual les contaré en otro momento...

Espero que mis escasos lectores hayan encontrado de su agrado este relato que me salió mucho más largo de lo que yo esperaba pero que espero refleje lo bien que la pasé en esa noche especial. Espero sus comentarios a este chapucero relato y como última cosa les quiero decir que este narrador siempre usa condón en todas sus aventuras y aconseja a sus lectores hacer lo mismo.

¡Hasta la próxima!