Me la metieron en la cárcel

Me la metieron en la cárcel.

Me la metieron en la cárcel

Me llaman Loli, por Lorena, soy una hermosa mujer sin contar que tengo un físico espectacular y muy liberal, según dicen, rubia, alta, con un metro ochenta casi, una par de tetas bien redondas y un culo bien redondo por donde siempre espero que al menos un hombre me penetre, y lo más importante me encanta tener sexo, mas aun si es en grupo. Casi siempre trabajo por el placer y la diversión para llegar al orgasmo que por el dinero en sí. Como me gusta atraer a los hombres, tiendo a vestirme provocativa casi siempre, con un pequeño vestido de látex negro o blanco, unas votas de charol negras con tacones de aguja de acrílico bien altos y medias con portaligas rojo también de látex.

  • ¿Por qué estaba aquí y cual era mí nombre? - Me pregunto al día siguiente de estar entre rejas el ayudante del comisario. Debo aclarar que era un tipo negro, de un aspecto inmejorable.

  • Me pelié con una amiga... - respondí -. Se empeño en decir que yo me había acostado con su marido... y me dicen Loli.

  • ¿ Y no era verdad ? - quiso saber él.

  • ¡ Claro que era verdad!, como no iba a acostarme con él si tiene un tipo... casi tan estupendo como voz -

El ayudante del comisario reflexiono unos instantes. - ¿ Crees que yo tengo buen tipo? - preguntó al fin.

Como no soy muy callada le conteste - Eres un bombón, querido y debes de tener...-

El ayudante del comisario se marchó sin contestar y yo pense "aquí en la cárcel, Loli no creo que sea buena idea".

Pero por la noche el ayudante del comisario regresó, llevando las llaves en la mano. Abrió la reja y entró. Vaya, al menos me la meterían un rato y encima una bien negra.

  • Loli - empezó diciendo él - esta mañana me dijiste que yo debía de tener un buen pedazo -

Con una voz muy sensual le respondí - Sí, eso creo, y me gustaría probar.

  • Pues vengo para demostrarte que tienes razón -

Sin perder mucho tiempo se quito el uniforme que traía, y así pude ver su enorme pene, que le colgaba entre las piernas, como una morcilla en la carnicería.

Me desnude rápidamente y empecé a chupar aquel magnífico pene, de color ébano, delicioso, con una punta roja de tamaño descomunal.

Después, él me tumbó en él catre y abalanzándose sobre mí, empezó a lamerme la vagina, tal como a mí me gusta... - Sigue negrito, sigue... - Le animaba yo entre lamida y lamida.

Pero el muy malvado me dejo justo cuando yo estaba por acabar, y acerco sus labios a mis tetas para dedicarse por completo a chupar mis pezones, mordisquearlos y hasta clavarles en ellos los dientes...

  • Bruto, me haces daño... pero continua muérdeme todo lo que quieras, caníbal mío...

Fue bajando la lengua y los labios por mí estomago y mí vientre, hasta llegar a la vagina. Una vez allí se entretuvo un buen rato dándome gusto en el clítoris, que es una de las cosas que más me gustan y me ponen como loca, hasta que por fin, en un verdadero arrebato de voluptuosidad, me penetro por detrás con todo su pene. Fue algo espantoso y deliciosos a la vez. Son muchas ya las veces que me han penetrado por detrás; por lo que tengo el orificio del culo bastante ancho y acogedor, pero el pene del negro tenia un tamaño tan descomunal que creí que iba a reventarme el recto... Sin embargo, resistí sus embestidas y al final obtuve la recompensa de un goce sin igual, al sentir cómo aquel pene iba entrando y saliendo de mi interior a un ritmo cada vez más acelerado...

Le grite una y otra vez - ¡Metela metela... no pares todavía, que ya me viene...! -

Sentí la inundación en mi interior y también quedé totalmente mojada. Me vino un orgasmo de campeonato. Estábamos jadeando y se me ocurrió decirle - Estoy muy fatigada, y me esta ardiendo el culo... -

  • Entonces, sentate aquí - indicó él, señalando su duro pene.

El se sentó en el catre, y yo me senté sobre él, para meterme todo su duro pene en mi vagina una y otra vez... hasta que derramo todo su semen dentro mí vagina y pude sentir como se me mojaban los muslos.

Pero como todavía quería un poco mas, y le demostré mis pasiones pervertidas, le pedí que me masturbara del modo que a mí mas me gusta, metiéndome la mano por completo dentro de mi vagina, cosa que no le resulto nada difícil, pero me sorprendió cuando me introdujo a la vez el bastón por el culo, cosa que me agrado aun mucho mas.

En fin, pase una noche muy agitada pero espectacular, creo que cuando me suelten, volveré a pelearme con alguien para poder volver a estar en esta cárcel y con el ayudante del comisario.