Me hubiera gustado que fueras tú.
Me excita la forma en que me toca, como me hace sentir, como conoce a mi cuerpo, de la forma de la que tú jamás lo conociste. Mi entrepierna esta mojada y quiero que me coja de una vez por todas, quiero que tú me cojas de una vez por todas.
Otra tarde de verano y yo sigo aquí, sentada en el sofá en el que tú alguna vez me besaste, sola, con él, con nadie, sin ti, sigo pensándote mientras él está a mi lado y me ve de una manera como tú jamás lo hiciste, me besa ardientemente mientras yo estoy inmóvil, sigue tocándome y mi sexo se moja cuando pienso en que pudiste haber sido tú. Sigue besando y baja a mi cuello, él no puede más, mete la mano bajo mi blusa y comienza a tocar mis senos redondos, juega con mis pezones erectos y puedo sentir los espasmos bajo mi piel.
Me excita la forma en que me toca, como me hace sentir, como conoce a mi cuerpo, de la forma de la que tú jamás lo conociste. Mi entrepierna esta mojada y quiero que me coja de una vez por todas, quiero que tú me cojas de una vez por todas. Bajo mi mano hasta mi pantalón y comienzo a masturbarme, siento mi mano llena de humedad, llena de mí, mi clítoris está duro y comienzo a gemir. Introdusco un dedo hacia mi vagina y aquel placer me arrebata un grito ahogado, continuo y meto otro dedo, me olvido de él y me concentro en mí, en mí que en ese momento sólo soy mi sexo.
Su pene está erecto, más duro de lo que yo lo había visto nunca, se quita el pantalón y termina de desvestir me, estamos totalmente desnudos en el sofá en el que tú y yo hubiéramos podido amarnos tanto. Comienza a besarme de nuevo y yo sigo masturbándome pensando en ti.
Comienzo a darle sexo oral, pongo su miembro delicada mente en mis labios y lo beso, está duro y deseoso de que comience. Mi lengua rosa un poco su pene en toda su longitud, lo introduzco totalmente en mi boca y comienzo a subir y a bajar, me cabe toda la polla en la boca y sé que eso le encanta. Siento una gota salir de la punta de su pene, el sabor me encanta, tal vez como me hubiera encantado el tuyo, sigo mimándosela y mi sexo comienza a mojarse más, me encanta.
Comienzo a masturbarlo con la mano al mismo tiempo, desde abajo hacia arriba, comienzo a jalársela mientas chupo la punta. Él se para y quedo desnuda, hincada, chupándole la pija, siento los espasmos dignos de un orgasmo y retiro un poco la cara, siento todo su semen en mi rostro, como moja mis labios y cae un poco en mi boca, también en mi pelo, largo y castaño, tal como a ti te gustaba, por eso nunca lo corté.
Comenzamos a besarnos de nuevo y él me masturba de una forma delicada, le pido que me coma, que me arranque la piel y que me coja. Me tumba contra el sofá y pretende abrir mis piernas, mi sexo está totalmente abierto hacia él, me besa los muslos de una manera tan tierna que quiero matarlo, deseo que ya llegue, su lengua recorre el contorno de mis labios y juega, se detiene y observa mi vagina totalmente mojada por él.
Sus labios tocan mi clítoris y lo besa, comienza a besarme todo y después lo chupa, siento su lengua en la abertura vaginal y después en mi clítoris, va de un lado a otro y ya no pedo contener mis gemidos. Siento sus dedos jugando en mis labios internos que después se introducen dentro de mi vagina mientras sigue chupando mi clítoris. Siento un placer tal que todo mi cuerpo tiembla y siento que el orgasmo está pronto, grito que continúe, que me la siga chupando como lo hace. Tengo un orgasmo, dos, tres, pierdo la cuenta, mis piernas tiemblan y no puedo detenerlo.
Su verga ya está dura de nuevo, se me hace agua la boca y quiero que cojamos ya.
El se sienta en el sofá totalmente erecto, esperando mi cuerpo, me coloco de espaldas a él y siento como toda su virilidad atraviesa mi sexo, lo mete todo y comienzo a moverme, de arriba abajo, tan rápido como puedo, quiero venirme otra vez, usa su mano para tocar mi clítoris y yo grito de placer, él está a punto de acabar también.
Los dos tenemos un orgasmo, me quedo sentada en él y siento como su pene se va bajando, quiero que me vuelva a coger pero mi cuerpo está demasiado cansado.
Me hubiera gustado que fueras tú.