Me hizo el amor...

...se negó y como si conociera mis sensaciones y las reacciones de mi cuerpo, me soltó y me dijo...

Mientras me estaba bañando, entró desnudo y se paró detrás de mi, me abrazó con fuerza, pegando su cuerpo al mío, yo intente zafarme de su abrazo y luché con él, pero aprovechó que era mas fuerte para no soltarme mientras sentía como su duro pene chocaba contra mis grandes y apretadas nalgas, por lo que en un momento me apoyó contra la pared y aprovechó para tomar mis nalgas con sus manos y separármelas, entonces yo sentí como su pene se metía entre ellas y él las soltaba para que volvieran a cerrarse y atrapar su duro y grueso pene entre ellas, aquella sensación me tomó por sorpresa e involuntariamente contraje mis nalgas apretándole aun mas duro.

Él comenzó a besar mi cuello con desesperación, chupándome y pasando su lengua de mi oreja derecha a mi cuello, mientras apretaba mis senos con sus manos y los acariciaba cerrando sus manos y moviéndolas de arriba abajo, rozando mis pezones y en algunos momentos apretándomelos con sus dedos pulgares e índices, o en otros momentos con los dedos índices los sumía como si se tratara de algún botón, lo que provocaba que mi cuerpo reaccionara. Yo seguía forcejeando desesperadamente tratando de soltarme, pero en los jaloneos que me daba y la presión que me daba contra la pared del baño, su pene se frotaba entre mis nalgas, provocándome sensaciones nuevas entre ellas y en mi ano. Mi vagina comenzaba a mojarse y mi clítoris crecía contra mi voluntad. Mientras mi atacante, desde atrás seguía chupándome el cuello y la cara, haciendo que yo me desesperara entre mis sensaciones físicas de placer y la desesperación por salvarme de ese ataque.

En muchas ocasiones yo había escuchado y leído, que las mujeres cuando ya han sido estimuladas sexualmente y su vagina esta muy lubricada por los fluidos, permite que la penetración sea muy fácil y que el pene ente sin ninguna dificultad. Yo nunca lo creí, pero en aquella ocasión me encontraba tan lubricada, que mi atacante me cargó hasta la cama y me arrojó en ella boca arriba. Se colocó entre mis piernas y su enorme pene, ese que momentos antes había puesto entre mis nalguitas y que me las había dejado mojadas por su lubricación, ahora se colocaba a la entrada de mi vagina y de un solo empujón me lo metía sin ninguna dificultad, provocándome un mareo y la contracción de todo mi cuerpo, que me hacía sentir un calor y un frío a la vez que atravesaban mi cuerpo.

Estaba siendo tomada contra mi voluntad, pero no comprendía como era que mi cuerpo se ponía rígido, mis brazos apretaban fuertemente a mi agresor y mis piernas se abrían más y lo rodeaban para apretarlo con fuerza, mientras que en mi mente no había otra cosa que escapar de aquel acto no consentido. Yo le gritaba que me soltara, le decía: “suéltame, suéltame” y en verdad era lo que yo deseaba, pero mi cuerpo reaccionaba de una forma opuesta.

Mi atacante metió sus manos bajo mi cuerpo y me sujetó de mis nalgas fuertemente, entonces hizo girar su cuerpo, llevándome con él, para colocarme encima, entonces mi cuerpo, sentado sobre el suyo, con libertad y aun contra de mis deseos comenzó a moverse. Comencé a mover… no, mejor dicho, comencé a sacudir mis caderas de atrás hacia adelante, continuando con el acto sexual, provocando una penetración rápida, sintiendo como seguía mojándome, teniendo todas esas sensaciones en mi vagina y sintiendo ese mareo y esas contracciones involuntarias de mi cuerpo, que no eran mas que espasmos provocados por el roce de su pene en mi interior, palpitando dentro de mi vagina que se contraía provocándonos más placer. Todas esas sensaciones me dejaron sin pensamientos, sin razón alguna, en ese momento solo era una mujer tratando de calmar esas sensaciones que provocaban que mis caderas se movieran en todas direcciones, buscando terminarlas pero a la ves, queriendo que nunca acabaran.

Creo que mi agresor sabía bien lo que hacía, ya que cuando mas desesperado estaba mi cuerpo en su movimiento de caderas, volvió a sujetarme de las caderas, impidiendo el movimiento y sometiéndome a lo que en ese momento era para mi el peor de los castigos, el castigo de no permitir el roce de su cuerpo dentro del mío. Yo me desesperé y jalonee mi cuerpo con desesperación tratando de continuar la penetración, pero mi agresor me sujetó de los hombros y me jalo contra él, mis senos duros y firmes aplastaron su pecho, mientras sentía como mis pezones se clavaban en el pecho de mi agresor y se sumían un poco en mis senos, volviendo a girarse para dejarme debajo de él y ya sin posibilidad alguna de moverme debido a su peso.

Mi cuerpo que en ese momento carecía de razón, se agitaba violentamente buscando el movimiento, el roce, la entrada y salida de ese pene en mi; pero cuando no pudo conseguirlo se tensó con todas sus fuerzas posibles y entonces, ya sin remedio alguno tuve que pedirle que siguiera, pero mi agresor se negó y como si conociera mis sensaciones y las reacciones de mi cuerpo, me soltó y me dijo: “es todo, si quieres puedes irte”; aunque mas tardó en decirlo y sin que me hubiera soltado completamente, aun con su pene dentro de mi, lo abracé con desesperación pegando mi cuerpo al suyo, levantando mis caderas diciéndole que no, por lo que el maldito, se negó y trató de zafarse de mi, entonces volví a decirle: “no, por favor”, “no”, entonces él me dijo: --“¿NO QUÉ?”.

–“no por favor”.

–“¿NO QUÉ?”.

–“no te vayas”,

–¿PORQUÉ NO? DIME QUÉ ES LO QUE QUIERES iDÍMELO O ME VOY!

–sigue,

–¿QUE SIGUA QUÉ?

–sigue moviéndote, por favor

–¿LO QUIERES? ¿QUE ES LO QUE TENGO DENTRO DE TI?

Entonces con pena y en voz baja dije:

–tu pene,

–¿MI QUÉ? DILO FUERTE, DI QUE QUIERES,

–tu pene, quiero tu pene,

–¿Y DÓNDE LO QUIERES? DIME QUE LO QUIERES ADENTRO DE TI, ADENTRO DE TU VAGINA,

–quiero tu pene, lo quiero en mi vagina, dentro de mi… quiero tu pene dentro de mi vagina, por favor, no lo saques,

–¿Y QUÉ HAGO? QUIERO QUE ME LO DIGAS PARA SABER, NO VOY A HACER ALGO QUE TÚ NO QUIERAS,

–muévete por favor, muévete, quiero que te muevas dentro de mi con tu pene en mi vagina

Entonces comenzó a moverse mientras volvía a besarme el cuello mientras me decía que me haría chupetones y me besaba por toda la cara, mordiendo mi barbilla y besándome en la boca, diciéndome que sacara la lengua y chupándomela y metiendo la suya dentro de mi boca, mientras manoseaba todo mi cuerpo y yo movía mis caderas.

En esos momentos cuando él levantaba su cuerpo ayudándose de sus brazos, yo estaba muy excitada y sentía que me faltaba el aire, entonces respiraba mas fuerte, pero él no me daba descanso, cuando yo levantaba la cara buscando aire, el me besaba con desesperación metiendo su lengua en mi boca y sujetando por momentos mi cabeza con sus manos para no permitirme escapar a sus besos y exigiéndome que yo lo besara de igual manera.

Mi vista se nublaba y sentía como mis fluidos escurrían desde mi vagina, sentía que se deslizaban para llegar a mis nalgas y mojar la cama. A mi ya no me importaba nada, seguía moviéndome y pidiendo mas, quería mas placer.

Cada ves que él me ponía sobre su cuerpo, yo me movía con desesperación, buscando que su pene entrara y saliera de mi y para ese momento ya volteaba para mirarlo dentro de mi vagina, mientras, el me jalaba para volver a besarme con desesperación y me apretaba mis nalgas fuertemente, me las sobaba y las juntaba y separaba como si las estuviera amasando.

Cuando llegó el momento del fin, el me dijo:

–VOY A TERMINAR,

–si,

–LO VOY A HACER DENTRO DE TI,

–hazlo,

–PERO VOY A EMBARAZARTE SI LO HAGO,

–no me importa, hazlo,

–ENTONCES PIDEMELO, PIDEME QUE TERMINE DENTRO DE TI,

–termina dentro de mi

Entonces él se detuvo diciéndome que se iba, yo le respondí que No y me dijo que ya sabía que tenía que decir, entonces le pedí:

–por favor, no te vayas, quiero que termines… quiero que termines dentro de mi,

–¿DENTRO DE TI, DÓNDE?

–en mi vagina, termina dentro de mi en mi vagina, por favor…

Fue cuando él comenzó a terminar dentro de mi y yo comencé a sentir caliente soltando mi cuerpo para dejarme llevar por un orgasmo que me hizo tensarme otra ves, mientras escuchaba los jadeos de mi atacante que se empeñaba en robarme el aliento y la respiración con sus besos, que me abrazaba fuertemente y de vez en vez me daba una nalgada, que ya no sentía como algo malo, sino que se juntaba y acrecentaba todo mi placer.

Me obligaba a besarlo, a chuparlo en la cara y en el cuello como él lo hacía conmigo, probaba el sudor salado de su cuello y el que se le escurría encima de sus labios, mientras sentía como sobaba mis nalgas y seguía probando su lengua dentro de mi boca.

Acabó de tomarme y cayó rendido sobre mi cuerpo sudoroso que aun temblaba y del que yo había perdido todo control…

Espero que mi relato te agrade, para mi es algo que sucedió y espero que en forma de fantasia lo vivas en tu imaginación con quien tú decidas.

Besos...

(GRACIAS POR TUS COMENTARIOS)