Me he quemado 3
Has acercado tus labios a los míos, me has besado, dulce, suave, paciente, tu boca sabía a miel, tu calor me ha encendido, tu mano en mi cuello la mía en tu pelo.
Tumbada sobre tu cama, desnuda, exhausta , sin aliento.
Así me he despertado, estaba sola, por un momento no he sabido donde estaba, desconcertada, pero enseguida me he situado.
Me he estremecido cuando al apoyar mi cabeza en tu almohada una ráfaga de tu olor me ha embriagado, he mordido mi labio, todavía sabía a ti, dulce, eterno. He apoyado mi mano sobre tus sábanas y como una ráfaga todo ha venido a mi mente.
Era Viernes, uno como otro cualquiera sí, aunque para mi no lo ha sido. Me has dicho que fuéramos a comer, que cerrado el trato con esa empresa que tanto ansiábamos estabas encantado, había que celebrarlo. Así que he accedido.
El restaurante de siempre, la comida de siempre, hoy había vino, algo excepcional ya que eso no solemos hacerlo, pero bueno...era Viernes y habíamos cerrado el trato, eso me decías. Las copas se vaciaban tan rápido como se llenaban, y pronto la conversación ha subido de tono, me has hablado de ella, de tu nueva conquista, de lo sensual que es, de lo que te gusta, de lo que te excita. Oírte hablar de ella me cela, me vuelve loca porque me quemas, ardo cuando estás cerca. A mi nadie me desea así, hace mucho que no veo ese fuego en mi marido, no me busca, que no me toca. La envidio porque ella te prueba y yo solo ardo de marginarme besando tus labios.
Me he levantado para ir al aseo, al pasar por delante del espejo me he mirado, y me he ahogado en lágrimas, mi vida sin mi no se detiene, no me da tregua. Los años van pasando y anhelo muchas cosas. Quizás me he entretenido demasiado, has venido a buscarme, ya salía por la puerta.
Me has mirado con tus ojos verdes, se notaba que había llorado, seguro. En ese momento ha ocurrido, algo ha cambiado, me has mirado distinto, has pasado tu mano por mi mejilla haciéndome suspirar, retirando una lágrima furtiva, he girado mi cara hacia tu mano buscando una nueva caricia que me has brindado, el corazón se me salía del pecho, me has sonreído, has acercado tus labios a los míos, me has besado, dulce, suave, paciente, tu boca sabía a miel, tu calor me ha encendido, tu mano en mi cuello la mía en tu pelo. Quizás hayan sido segundos, para mi ha sido un mundo, no sabes el tiempo que llevaba esperando esto.
Solo ha sido el principio, no sé como hemos terminado en tu apartamento, entre tus sábanas. Aunque ahora recuerdo...